Atchugarry:
mantener la estabilidad y la confianza
"Creo que el camino de Uruguay es mantener la estabilidad y
la inflación en un dígito", dijo el senador de
la Lista 15, Alejandro Atchugarry, al ser consultado respecto del
impacto de las medidas argentinas. También destacó
como central el proceso de ajuste del gasto que actualmente negocia
la coalición.
EN PERSPECTIVA
Lunes 04.02.02, Hora 8.06.
EMILIANO COTELO:
Durante el fin de semana, después de los anuncios en Argentina,
la producción de En Perspectiva procuró obtener el
punto de vista del ministro de Economía, contador Alberto
Bensión. Como hasta ahora no hemos recibido una respuesta
afirmativa en ese sentido, nos orientamos hacia la bancada del gobierno
en el Parlamento, al primer senador de la lista 15, doctor Alejandro
Atchugarry.
Senador Atchugarry, supongo que no lo sorprendió del todo
el paquete anunciado por el ministro Remes Lenicov, que se conocía
por la vía de los trascendidos desde hacía algunas
horas.
ALEJANDRO ATCHUGARRY:
Sí, está dentro de las opciones que se estaban manejando.
El Fondo Monetario Internacional había insistido públicamente
en la libre flotación desde dos o tres semanas atrás.
EC - Quizás lo que hace una semana o 10 días no era
tan sencillo prever era que la libre flotación entrara en
vigencia tan pronto, esta misma semana.
AA - Naturalmente.
EC - A partir de esa medida, que creo que en principio, desde el
punto de vista de Uruguay es la que más impresiona, ¿qué
dice usted sobre cómo se la venía previendo a nivel
del gobierno? ¿Los cambios que se introdujeron en la política
cambiaria a principios de enero son suficientes?
AA - Yo no he discutido, al menos yo no he presencié discusiones
sobre especular respecto a las distintas posibilidades de lo que
iba a hacer Argentina, de modo que lo único que puedo hacer
son comentarios de carácter personal. Desde hace muchos años
los uruguayos temíamos que llegara este momento. ¿Cuántos
de nosotros no pensamos en algún momento qué le iba
a pasar a Uruguay el día que la convertibilidad argentina
no diera para más?
EC - La especulación era que Uruguay no iba a tener más
remedio que dar un paso parecido y que tendríamos un cimbronazo
de tipo devaluatorio, con las consecuencias que todos sabemos que
ello implica, por ejemplo para quienes tienen deudas en dólares,
tanto a nivel particular como de empresas, y las dificultades para
el comercio exterior. Palabras más, palabras menos, eso era
lo que todo el mundo decía en los corredores.
AA - Sí; más que en los corredores, creo que Uruguay
de alguna manera cayó en el encanto de la Argentina y el
Brasil caros de hace siete u ocho años atrás. Hemos
perdido algunos mercados, hubo una fuerte canalización de
nuestro comercio exterior hacia los dos vecinos. En el año
2001, frente a las notorias dificultades que comenzaron en Brasil
en 1999 y que en Argentina se había hecho muy fuertes aun
antes de la corrección del tipo de cambio, por la vía
de una fuerte caída de la actividad en ese país del
que tanto dependemos desde el punto de vista de los servicios y
de la inversión en muchos emprendimientos, Uruguay se fue
orientando primero a fortalecer la línea que había
señalado el hoy presidente de la República, en aquel
momento muy controvertida. En 1999, el entonces candidato Batlle
sostuvo la tesis de que había que salir a buscar los mercados
del norte. Tesis que este gobierno ha ido intentando llevar a la
práctica.
El golpe de la aftosa llegó en el momento en que el presidente
Batlle estaba en Washington tratando de obtener un acuerdo para
la entrada de nuestras carnes. Y además fue doble en el plano
comercial. En función de eso se fue preparando al país.
En junio pasado se hizo un cambio en el ritmo devaluatorio y a principios
de enero se hizo un segundo cambio, manteniendo la política
pero apretando el acelerador.
Por ello son tan importantes las medidas de control del déficit
que hoy estamos procurando. El concepto es que buena parte del impacto
negativo de la situación argentina ya se ha producido por
la vía de esta temporada tan mala y de las dificultades para
la exportación. Habrá un tercer impacto negativo porque
en los primeros meses seguramente se abaratará los precios
o la capacidad exportadora de Argentina con un enorme sacrificio
de toda su clase media y sus ahorristas, que son los que pagan la
mejora de las empresas. Lo que se ha hecho con los ahorros a favor
de licuar las deudas de las empresas, si bien coloca a éstas
en una situación financiera más fuerte, que ayudadas
por el tipo de cambio favorable van a exportar bastante, notoriamente
será pagado por los depositantes y quienes dependen de un
salario o una jubilación.
Eso se venía venir, el impacto concreto para Uruguay va
a ser un turismo argentino competitivo. Alguna voz pregunta por
qué no pesificamos: Uruguay nunca va a quedarse con los depósitos
de los ahorristas, nunca va a hacer las cosas que estamos viendo
que pasan. Por eso no vamos a pesificar nada, por eso hemos ido
preparando al país con los cambios de los ritmos correspondientes,
por eso es tan importante llegar al equilibrio fiscal. Así
Uruguay, que tiene ventajas propias -yo diría que la más
interesante hoy es su credibilidad, su confianza, su conducta, que
le permite incluso ser refugio para muchos que ya no creen en los
bancos argentinos- siga así, y los sistemas financiero, legal
y judicial sigan siendo absolutamente confiables. Pasaremos, como
estamos pasando desde hace dos años, muchas dificultades,
pero en la medida en que mantengamos la conducta, que arreglemos
las cuentas del Estado y hagamos una reducción importante
del gasto público para mantener el presupuesto equilibrado,
Uruguay, que ha sobrevivido a muchas crisis de esta naturaleza,
podrá salir adelante.
Cuando nació la convertibilidad Argentina tenía un
proceso más desordenado que el que tiene hoy, cuando asumió
Alfonsín también tenía un proceso similar.
No sin dificultades Uruguay ha superado por lo menos una docena
de situaciones de hiperinflación o devaluaciones violentas
de Argentina y nunca fue arrastrado por ellas.
EC - Usted enfatizaba el ajuste que está en gestación.
Hace unos minutos el tesorero de la Unión de Exportadores,
Edmundo Macchi, insistía en que lo que se necesita para mejorar
la competitividad de la producción nacional en estos mercados
que pasan a ser más complejos por la liberación del
tipo de Cambio en Argentina es sobre todo bajar el gasto.
AA - Este ajuste es de esa naturaleza.
EC - También hay impuestos. Hay creación de nuevos
impuestos y aumento de otros existentes.
AA - Analicemos de qué se trata: 270 millones de dólares
recorte del gasto. Nunca el país bajó esa cifra. Es
importante que la gente perciba que el 78% del presupuesto general
de gastos corresponde a salarios, apoyo a las jubilaciones y pago
de los intereses de la deuda externa. De modo que del magro 22%
restante, que ya bajamos el año pasado y el anterior, vamos
a bajar 270 millones de dólares más. Como podrá
imaginar, es un esfuerzo tremendo al que es muy difícil llegar
pero al que llegaremos con una enorme disciplina. No se puede seguir
haciendo fantasías de que se puede seguir bajando ilimitadamente
un gasto público de esta naturaleza. Los impuestos son parte
del recorte.
En cuanto al impuesto a los salarios públicos mayores quiero
señalar que no es que nos parezca mal que un funcionario
competente del Estado gane bien. Pero llega un momento en que usted
percibe que en los últimos tres años el salario privado
prácticamente no ha crecido en términos reales mientras
que el público creció un 12% real tomando como base
1995, entonces si hay que controlar el gasto del Estado. Si el trabajador
público, básicamente en las empresas del Estado -en
la Administración Central y la ANEP la gente gana bastante
poco- ha tenido un crecimiento salarial, en algunas de más
del 20% real en cuatro años, cuando llega el momento de recortar
también hay que recortar ahí.
En realidad son 270 millones de dólares de ahorro, más
50 millones de recorte de los salarios más altos; de modo
que de 460, estamos en 320 que salen del Estado.
El impuesto que se plantea a la telefonía no va a subir
los costos. Como todos sabemos Antel puso 150 millones de dólares
de impuestos monopólicos del Estado durante todos estos años.
Las llamadas internacionales han caído entre un 10% y un
40% en los últimos tres meses gracias a la desmonopolización.
Aún con el impuesto esas tarifas van a quedar más
baratas que el año pasado. El impuesto a las llamadas telefónicas
es para proteger a Antel, la gente ya lo pagaba vía tarifas.
La tarifa se rebajó y se podría rebajar más,
pero como se necesita el dinero se pone un impuesto para que quienes
compiten con Antel contribuyan de la misma manera. En consecuencia
para el público, después del impuesto, las llamadas
van a ser entre 10% y 40% más baratas que en los últimos
tres años.
EC - Usted está diciendo que de esos 460 millones que hay
que ajustar U$S 320 provendrían de recorte de gastos y 140
de impuestos o aumento de impuestos pero que estos últimos
no van a implicar aumentos de costo concretamente para las empresas.
AA - La inmensa mayoría. Cuando uno mira las cifras dice
"qué importante, la gente no está en condiciones
de pagar"; estamos de acuerdo, pero en realidad algunos se
llaman impuestos aunque técnicamente son recortes de salarios
más altos o volver explícito un impuesto que ya se
cobraba, como el de las llamadas internacionales, que se cobraba
dentro de la tarifa. Éste ahora se hace explícito
porque de otro modo solamente lo pagaría Antel; como está
compitiendo no sería justo, se aplica un impuesto no para
que Antel ni el usuario paguen más sino para repartir lo
mismo que se cobraba antes entre Antel y quienes compiten con ella.
Si no fuera un impuesto, sólo lo pagaría Antel. Si
es un impuesto, Antel pagará menos de lo que pagaba antes
y sus competidores empiezan a pagar.
EC - Además de estas medidas incluidas en el paquete de
ajuste fiscal, o de responsabilidad fiscal como lo llama el gobierno,
¿hay espacio para otras que respalden a los sectores productivos
en la necesidad de mejorar su productividad, como mejoras en la
prefinanciación de exportaciones y devolución de impuestos?
AA - No puedo hablar de medidas concretas porque no me corresponde,
pero no tenga duda alguna en cuanto a que el gobierno está
persuadido de que es a través de la producción, especialmente
del sector exportador, que el país va a empezar a salir de
este problema, que va a empezar a crecer a fines de este ejercicio,
y que con medidas generales y específicas hay una voluntad
del gobierno en colaborar con toda la producción, en especial
la que refiere a la exportación. Medidas habrá ahora
y seguirá habiendo durante todo el año, tanto de carácter
general como de sectores en particular. Dentro de ellas se enmarcan
las negociaciones que hará el gobierno uruguayo la semana
próxima, buscando mejores precios y mejores mercados para
la producción nacional donde la pueden pagar, que es en el
primer mundo.
EC - ¿Y nuevos retoques a la política cambiaria,
eventualmente la libre flotación del tipo de cambio?
AA - No. No puedo hablar por el gobierno ni lo he discutido, pero
mi opinión personal es que la ventaja de las medidas que
se tomó es que anticiparon los problemas de Argentina y marcaron
un camino propio para Uruguay donde el límite del equilibrio
está entre el interés de quienes quieren exportar,
que siempre quieren un tipo de cambio lo más favorable posible,
y el interés de los deudores, de los consumidores uruguayos.
La llave de lo decidido es el ritmo cambiario anunciado manteniendo
una inflación de un dígito, lo cual le va a permitir
al país caminar con certeza y claridad en ese rumbo. Es mi
opinión personal; todas las vertidas en esta ocasión
fueron opiniones personales, pero particularmente en ésta
no puedo hablar por un gobierno que ni siquiera ha analizado las
medidas argentinas. Personalmente creo que ése es el camino
de Uruguay: mantener la estabilidad, mantener la inflación
baja, en un dígito, y en función de eso, con este
sistema preanunciado, confiable, ir caminando en ese rumbo. Pienso
que a Uruguay no le va a servir abandonar esos caminos.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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