Crisis en la
industria de la bebida
La
caída de las ventas provocada por la recesión se suma
al contrabando, la evasión y la consolidación de "empresas
basura", que producen con pésima calidad, sin control
bromatológico, y hasta con declaración de interés
municipal. Gerente general de Montevideo Refrescos SA y representante
del Centro de Fabricantes de Bebidas sin Alcohol y Cervezas, Ruben
Marturet.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 27.02.02, 09.05.
EMILIANO COTELO:
A fines de enero, entre tantas noticias vinculadas al mundo empresarial
en estas épocas de crisis, hubo una que resultó particularmente
impactante: Montevideo Refrescos SA, la embotelladora y distribuidora
de Coca-Cola en nuestro país, enviaba al Seguro de Desempleo
a 145 funcionarios y licenciaba a otros 100, aunque ya con la perspectiva
de que irían directamente al Seguro de Desempleo una vez
que cumplieran con su período de descanso. En ese momento,
el total de la plantilla de Montevideo Refrescos SA era de 419 empleados.
El hecho no dejó de ser sorprendente, más aún
si tenemos en cuenta que se trata de unas de las compañías
más reconocidas en el mundo entero, propietaria además
de una de las marcas más fuertes de mercado.
Pero no es un problema sólo de Coca-Cola, sino del conjunto
de ese sector de la industria en nuestro país. Para saber
exactamente de qué se trata y cómo se está
procurando enfrentarlo, vamos a dialogar con el señor Ruben
Marturet, gerente general de Montevideo Refrescos SA y representante
del Centro de Fabricantes de Bebidas sin Alcohol y Cervezas.
Para empezar, veamos el caso de Montevideo Refrescos SA. En su
situación ¿están incidiendo los mismos factores
que en otras empresas?
RUBEN MARTURET:
En el caso de Montevideo Refrescos SA quizás sea más
notorio por el tamaño de la empresa y por el liderazgo que
tiene. Es indudablemente un problema que es de la industria formal.
EC - ¿Cuáles son los factores que están incidiendo?
RM - En primer lugar hay factores exógenos: la recesión
instalada desde hace más de tres años es parte de
lo que los empresarios tenemos que administrar; es un entorno en
el cual podemos incidir pero son variables que no manejamos.
EC - Una recesión que en el verano tuvo la componente de
la caída del turismo.
RM - En el verano hubo una caída muy fuerte del turismo,
que para nuestra industria es muy relevante. A esto lo ubicamos
en un tema coyuntural: en definitiva, a partir de marzo ese factor
que influye en el primer trimestre del año y quizás
parte de diciembre desaparece, y por lo tanto tendríamos
que entrar a evaluar las variables comparables. Si quitáramos
el efecto comparativo entre enero de 2001 y enero de 2002, diríamos
que la caída del 42% real que se reflejó, sacando
el efecto turismo, estaría en un 30%, lo que de todas maneras
es una caída muy relevante.
EC - ¿Esas son cifras del conjunto del sector?
RM - Básicamente son cifras promedio del conjunto del sector
formal, de aquellas empresas que nos manejamos dentro de la formalidad,
pagando los impuestos, dentro de las condiciones normales que tenemos,
por ejemplo, las empresas Coca-Cola y Pepsi, que cumplen con todos
los requisitos de buen ciudadano empresarial.
EC - Por un lado tenemos la recesión con la componente,
estos meses, de la caída del turismo. ¿Qué
más hay?
RM - Los otros factores que inciden enormemente y que generalmente
nos preocupan porque comienzan a transformarse en un tema estructural,
es la informalidad. La informalidad viene siendo planteada a las
autoridades desde hace muchísimos años, empezamos
por el Ministerio de Economía de la época de Zerbino,
Mosca y ahora seguimos con Bensión en lo que tiene que ver
con evasión impositiva, en lo que tiene que ver con contrabando.
Se ha logrado una penetración dentro del mercado que hoy
representa un porcentaje altísimo; como consecuencia del
mismo la caída del nivel de actividad, por este motivo, es
muy alta.
EC - ¿Ustedes han estimado, de la cantidad de litros de
refresco que se consumen en Uruguay, cuántos vienen del contrabando?
Porque a parte hay otra competencia desleal con bebidas importadas
de manera legal en teoría. ¿Pero cuánto pesa
el contrabando?
RM - En el año 2000 el contrabando llegó a su nivel
máximo. No es una estimación hecha por la empresa
sino por Milsen, una empresa internacional de investigación
de mercado, para la cual el contrabando en el año 2000 fueron
50 millones de litros. Estamos hablando del principal competidor
de Coca-Cola; para nosotros era muy difícil competir con
Coca-Cola.
EC - Coca-Cola brasileña.
RM - En octubre del año 2000, el presidente de la República
toma la decisión y lidera una acción contra el contrabando
que hasta abril de 2001 generó una caída de 85% del
contrabando. Quiere decir que se puede actuar, pero hay que mantener
la firmeza, la constancia y el seguimiento de las medidas.
EC - ¿No se las ha mantenido?
RM - Desde abril de 2001 a diciembre de este año, el contrabando
ha crecido tres veces, pero está ubicado en la mitad que
en el año 2000. Si miramos la tendencia, si se triplicó
la cantidad de contrabando desde abril de 2001 hasta diciembre de
2001 la situación es muy preocupante.
EC - De modo que estamos en 25 a 30 millones de litros.
RM - Aproximadamente, sólo de contrabando.
EC - ¿Cuántos litros representan las ventas en el
mercado formal?
RM - El contrabando representa aproximadamente el 10% de las ventas
en el mercado formal.
A eso hay que agregar los otros dos tipos de informalidad claramente
identificados. Por un lado está lo que se llaman las marcas
baratas o desconocidas, importadas fundamentalmente de Brasil, que
representan aproximadamente 17 millones de litros. En 2001 crecieron
45% en relación a 2000, y básicamente operan como
una especie de contrabando técnico. Este tipo de producto,
en lugar de pagar la totalidad de los impuestos en el momento de
su importación, paga un adelanto de IVA e Imesi que representa
más o menos el 20% del impuesto total.
Esta importación es hecha por una empresa creada especialmente
para eso, que le subfactura al distribuidor, que es el verdadero
representante de la marca, y cuando tiene que reliquidar desaparece.
La próxima importación es hecha por otra empresa que
procede de la misma manera, vuelve a subfacturarle al mismo distribuidor,
que es el representante de la marca, y cuando tiene que reliquidar
desaparece. Es una operativa que ha sido denunciada.
EC - Ustedes la han denunciado y han explicado cómo saben
que funciona, porque ustedes lo tienen muy claro.
RM - Absolutamente claro: es informacion que bajamos de Urunet.
Los 17 millones de litros no son una estimación, son una
cuantificación, un dato. Fue denunciado a la DGI, y volvimos
a plantear el tema en la reunión con el ministro de Economía,
contador Bensión, en el entendido de que él estaba
en conocimiento de esto. Nos dimos cuenta de que no lo tenía,
por lo tanto creemos que ahora la responsabilidad de modificar esto
está en el ministro, que se comprometió a hacerlo.
EC - De esa manera tenemos bebidas que teóricamente son
importadas de manera legal, pero que están defraudando al
fisco, con lo que consiguen una ventaja de precios ¿de qué
orden?
RM - 35% por debajo del precio de costo con impuestos, si consideramos
al impuesto como un costo. En definitiva está cuantificado.
EC - ¿Cuánto es el componente de impuestos en el
precio de un refresco?
RM - En la industria formal, de cada $ 100 que ingresan a la industria
$ 35 van para el Estado. Quiere decir que el Estado es el socio
principal, por eso pensamos que tiene que defender a la industria.
Es lo que estamos pidiendo.
EC - Por un lado tenemos la competencia desleal de refrescos importados
de marcas baratas, sobre todo brasileñas, pero no solamente
de ese origen.
RM - Fundamentalmente brasileñas.
EC - ¿Cómo sigue este capítulo de la competencia
desleal?
RM - Está el componente de las marcas desconocidas, que
no tienen respaldo, que cambian de nombre, con etiquetas parecidas,
que son de producción nacional.
Aquí hay un componente muchísimo más grave;
en las marcas baratas brasileñas hay un tema de composición
de los productos. Por alguna razón -no solamente la impositiva-
tienen el precio que tienen: materia prima de baja calidad, condiciones
de elaboración de mala calidad. Pero en las marcas nacionales
tenemos al alcance de la mano dónde se producen, cómo
se producen y cuáles son las acciones que se debe tomar.
No hay sólo evasión impositiva, lo que es clarísimo
porque además hemos hecho una estructura de costos basada
en materia prima de bajísima calidad con precios muy bajos,
hemos entregado esa estructura de costos a la DGI y al Ministerio
mostrándoles cómo no se puede vender por debajo del
costo.
EC - Le pido una comparación de precios entre un litro de
Coca-Cola y un litro de una de estas bebidas fabricadas localmente
en condiciones que usted dice son peligrosas.
RM
- Dos litros, como costo de materias primas muy bajas, con condiciones
de elaboración muy bajas, sin gastos de administración,
sin utilidad, sin gastos de distribución, aproximadamente
están en el entorno de los $ 18, y los venden a $ 13, 14,
15. Quiere decir que con $ 18 pesos de costo, sin utilidad, sin
considerar gastos de publicidad, de marketing ni de tipo alguno,
ni siquiera de administración, es muy difícil, sin
evasión impositiva, que se los pueda vender a $ 14.
EC - Ustedes dicen que la información está.
RM - Están los nombres, las marcas, las direcciones, absolutamente
todo.
EC - ¿Cuáles son las irregularidades?
RM - Son de varios tipos y están localizadas como responsabilidad
fundamentalmente en dos ministerios: en el de Economía, por
evasión impositiva a la DGI, y en el de Salud Pública,
por la no aplicación del Código Bromatológico
Nacional, capítulos 5 y 6, que tiene que asegurar a la población
las condiciones de elaboración, los procesos de producción,
el control de las materias primas, con lo que no se cumple para
nada.
Es obvio que en esas condiciones, con ese grado de irregularidad,
los costos y los procesos hacen que accedan a un precio que lleva
a que la gente compre el producto sin saber qué está
consumiendo. Este es el otro problema: no tenemos sólo un
problema como empresarios, sino también como gente de la
industria y como ciudadanos. Las amas de casa, las madres ¿saben
qué les dan de tomar a sus hijos? ¿Los propios consumidores
lo saben? Además, son empresas que no tienen respaldo. Si
usted quiere saber qué pasa con algo de Coca-Cola llama a
un número, al Centro de Información al Consumidor,
y tiene la respuesta inmediata: es algo visible, algo respaldado,
no es una empresa fantasma. Lo más cómico es que nosotros
recibimos quejas en nuestro Centro de Información al Consumidor
por problemas de salud, de vómitos, de enfermedades, consecuencia
de consumir de otras marcas. Por lo tanto, podemos acreditar hasta
por esa información que nosotros mismos recogemos lo que
significa este tipo de productos para la salud.
EC - ¿Estos factores de competencia desleal que usted está
enumerando se originan o tienen alguna relación con la alta
presión impositiva que caracteriza a este sector de la industria?
RM - Sin duda alguna. Es muy claro que cuanto más alta es
la imposición, más grande es la tentación de
evadir y la generación de la diferenciación competitiva.
No hay duda de que si en la diferencia de costos un alto componente
es el impuesto, yo puedo bajar el precio no pagándolo. Este
es uno de los factores. Es un factor importante a nivel de las gestiones
que estamos haciendo, del planteo que está haciendo la industria.
En un momento tan particular como este que vive Uruguay, en el que
estamos creando impuestos, en que tenemos que reducir el déficit
fiscal, no nos parece fuera de lugar que un sector empresarial pida
que se cobre los impuestos instalados. Hay empresas que se quejan
y lloran porque hay recesión; nosotros estamos pidiendo que
las reglas de juego sean parejas.
EC - Pero aparte, ustedes entienden que esa carga tributaria debería
bajar en el futuro.
RM - Ni qué hablar.
EC - ¿De qué orden es en otros países?
RM - Si Uruguay pretende ser competitivo a nivel regional tiene
que tener las eficiencias y los costos del nivel regional. Si miramos
lo que son los impuestos tanto del lado argentino como del brasileño,
vemos que Uruguay, sobre una base 100 -poniendo IVA, Imesi y Cofis-,
tiene aproximadamente 147 o 148, contra 121 y 116 de esos países.
Esa diferenciación competitiva a nivel regional es la segunda
etapa. Es muy claro que hoy el sector industrial, entendiendo lo
que pasa en el país, no le puede pedir a alguien -en especial
al ministro de Economía o al presidente de la República-
que baje los impuestos. Estamos pidiendo nada más que cobren
los impuestos que ya están creados. Creemos que esa es la
forma en que la industria formal puede reactivarse. En esto están
de acuerdo los legisladores con los que hemos hablado, el ministro
de Economía y el sindicato. ¿Cómo no se puede
ejecutar algo en lo que, como en muy pocas cosas, está todo
el mundo de acuerdo?
EC - A propósito de cómo trabaja el sindicato, la
Federación de Obreros y Empleados de la Bebida, en relación
con las empresas, hemos consultado a Antonio Adourián, quien
además es dirigente del sindicato en la propia Coca-Cola.
(Grabación)
"La relación entre la Federación de la Bebida
y el Centro de Fabricantes de Bebidas sin Alcohol y Cervezas es
bastante fluida, bastante efectiva desde el punto de vista de que
cada vez que es necesario se realizan reuniones, discusiones, tanto
sea en temas salariales como de otro carácter. En lo particular,
como presidente del sindicato de Coca-Cola y a su vez de secretario
general de la Federación de la Bebida, puedo decir lo mismo
en cuanto a nuestras discusiones con la empresa Coca-Cola; el hecho
que estemos confrontando por realidades en las cuales cada uno defiende
sus propuestas, no hace que varíe la relación. Siempre
puede haber y hay situaciones que a veces toman un marco superior
de discusión en cuanto a compañeros, en cuanto a opiniones,
pero en realidad siempre es una relación de puertas abiertas
y bastante fluida."
(Fin grabación)
EC - Hace muy poco el sindicato llegó a organizar una marcha
reclamando por el contrabando y la alta carga tributaria.
RM - Sí. En primer lugar estoy de acuerdo con lo que dice
Adourián: de hecho convivimos en la misma empresa, más
allá de la relación con él como dirigente de
la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida. En lo
que tiene que ver con nuestra relación el diálogo
se mantiene siempre, tratamos de que no existan medidas sorpresivas
sino negociadas. Lo que sucede es que el problema no está
solamente a nivel de dirigentes sino también de la gente,
que pueda entender lo que se trasmite. Muy probablemente -esto es
parte de la cultura de Uruguay- cuando un dirigente, porque simplemente
razona, entiende que hay cosas en que coincide con la empresa, puede
ser tildado de "amarillo". Tenemos que hacer una lista
de aquellas cosas en las cuales tenemos que ponernos de acuerdo
y los objetivos son comunes porque de lo contrario no ponemos el
foco en eso y nos distraemos en buscar contradicciones en otro tipo
de intereses que no sean efectivamente los de la clase trabajadora.
Lo más importante hoy es la fuente de trabajo. En el discurso
estamos de acuerdo, pero en las acciones a veces parece haber una
gran contradicción.
EC - ¿El sindicato también participa en las gestiones
con las autoridades de gobierno que ha emprendido la Asociación
de Fabricantes de Bebidas sin Alcohol y Cervezas?
RM - El sindicato participa porque tenemos intereses comunes, en
definitiva estamos defendiendo lo mismo. Cuando nosotros defendemos
a la industria y a los accionistas, a la vez estamos defendiendo
las fuentes de trabajo. No le puedo pedir al sindicato que defienda
a los accionistas (aunque debería hacerlo), pero sí
que defienda las fuentes de trabajo de aquellos a quienes representa.
No importa el rol de cada uno, lo que importa es que el objetivo
sea el mismo: defender la fuente de trabajo, atacando los problemas
que están claramente identificados.
EC - ¿Cuál ha sido el resultado de estas reuniones
que ustedes han mantenido con ministerios, con parlamentarios...?
¿También con intendencias?
RM - Sí, obviamente debemos tener entrevistas con todas
las intendencias porque en materia de Bromatología (más
allá de los ministerios de Salud Pública, Economía
y Finanzas y de Industria, que no puede quedar ajeno), es muy importante
el rol que cumplen los departamentos de Bromatología de las
intendencias. Tenemos casos denunciados de empresas -cuyos nombres
no voy a mencionar- que han sido declaradas de interés departamental,
no pagando tasa bromatológica. Me gustaría saber si
esa empresa en particular tiene las condiciones para elaborar productos
alimenticios y bebidas refrescantes, que el Ministerio de Salud
Pública vaya a investigar. Creo que no, por lo tanto el rol
de las intendencias es muy importantes.
EC - ¿Con qué intendencias han hablado?
RM - Con la Intendencia de Maldonado.
EC - ¿Van a seguir con las otras?
RM - Sí.
EC - ¿Qué resultados vienen obteniendo hasta este
momento?
RM - El problema es que los resultados se ven con indicadores muy
claros: cuánto bajan las marcas de precio, cuántas
empresas cierran porque realmente no cumplen con las normas bromatológicas,
cuánto se logra cobrar de los impuestos que corresponde pagar...
Esto ha sido muy reciente y no le puedo decir que veamos tipo alguno
de resultado. En este proceso tenemos la obligación de hacer
un seguimiento mensual de resultados, lo que tratamos de coordinar
con el Ministerio de Industria. Cuando el presidente se puso las
pilas y dijo "Vamos a combatir el contrabando", se lo
combatió. No estamos pidiendo que desaparezca el contrabando
-lo que sería irreal- sino llegar a los mismos resultados
que obtuvimos, o sea cosas que son posibles.
EC - El nuevo director de Aduanas parece haber arrancado pisando
fuerte.
RM - Sí; espero que haga un gol.
EC - ¿Ya se han reunido con él?
RM - No, fue nombrado recientemente. Sin lugar a dudas creo que
cumple un rol muy importante, no sé si tiene el instrumento
adecuado para que efectivamente se cumpla con lo que pedimos. En
el tema contrabando se logró determinado tipo de meta, estamos
pidiendo lo mismo; en el tema de evasión impositiva también.
No estamos pidiendo cosas inalcanzables porque pretendemos ser empresas
ubicadas en el contexto en el cual estamos viviendo.
EC - El panorama está claro. Sería bueno ver, dentro
de un par de meses, si efectivamente se producen cambios en esas
líneas de acción que ustedes están demandando
del Poder Ejecutivo y las intendencias.
RM - Es fundamental. Parte de este proceso implica un severo seguimiento
de los resultados, porque de lo contrario va a haber una transformación,
de una industria formal que paga sus impuestos, que tiene convenio
con sus trabajadores, que produce productos de primera calidad,
con equipos de última generación, a una industria
basura. El término no es para nada agresivo, porque tengo
conocimiento de las condiciones en las que se elabora, las materias
primas que se usa y qué pasa con el pago de cargas sociales
e impuestos.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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