Cuatro mutualistas
a punto de cerrar
Presidente
del SMU, doctor Barrett Díaz: "Pedimos un apoyo 'puente'
mientras se dilucida el préstamo del BID. Pero que la infraestructura
no sea desmantelada sino mejorada desde ahora. Queremos tener la
seguridad de que hay voluntad política de salvar el sistema,
como la hubo para aportar instantáneamente U$S 30 millones
para salvar al sistema financiero".
EN PERSPECTIVA
Jueves 28.02.02, 09.00.
EMILIANO COTELO:
Mientras parecen apagarse algunos incendios, resulta que otro, que
estaba en un segundo plano y del que se hablaba poco en los últimos
meses, estaría reavivándose.
El Sindicato
Médico del Uruguay (SMU) planteará mañana
al ministro de Salud Pública, Luis Fraschini, su preocupación
por el riesgo de cierre que afecta a, por lo menos, cuatro mutualistas,
y sugerencias para lograr auxilios económicos a efectos de
que esas instituciones puedan pagar sus pasivos más urgentes.
El adelanto fue realizado al diario El País por el presidente
del SMU, doctor Barrett Díaz, con quien estamos en comunicación.
La crisis del mutualismo no es nueva ni mucho menos, pero últimamente
no se estaba hablando de ella, y ahora reaparece de esta forma en
el escenario; ¿por qué?
BARRETT DÍAZ:
Porque transcurrió demasiado tiempo en la etapa deliberativa
de las soluciones sin que llegara un auxilio, fundamentalmente financiero.
Se llegó a un punto ya inextensible de los problemas de los
suministros, de hacer frente a los pagos de impuestos, proveedores
y salarios. Hay algunas instituciones que ya no tienen dónde
acudir para insumos tan fundamentales como la medicación.
EC - Usted habla de por lo menos cuatro instituciones con riesgo
cierto de cierre a corto plazo.
BD - Sí. Hay tres o cuatro instituciones en situación
más grave, y la totalidad del sector tiene un panorama sumamente
comprometido.
EC - Usted comenzaba a esbozar las causas de este agravamiento.
¿Podemos verlas con un poco más de detalle?
BD - En realidad, contestando específicamente a la pregunta
de por qué reaparecía el tema en el escenario público,
yo le decía que era el retraso en el auxilio financiero,
pero ese es el punto visible de algo que tiene causas profundas.
Las causas profundas tienen que ver con que las instituciones tienen
una gestión deficitaria. Creemos que el auxilio financiero,
o de cualquier otro orden, debiera ser dado con la exigencia de
una modificación de la gestión, para que las instituciones
no sean deficitarias de aquí en adelante. Lo son tanto por
el lado de los ingresos, que en este momento están caracterizados
por una selección de población de mayor edad que el
promedio del país, con mayor incidencia de enfermedades,
como por el lado de los egresos, con un modelo de trabajo muy centrado
en la actividad curativa, con uso de alta tecnología, muy
costosa, seleccionada sin criterio científico-técnico
sino muy a menudo por razones de mercado. De modo que, tanto por
el lado de los ingresos como de los egresos de las instituciones,
hay problemas que hacen que la gestión sea deficitaria. Esa
es la causa de fondo.
Nosotros estamos de acuerdo en que el auxilio financiero tenga
como contrapartida la exigencia de un cambio en la gestión,
pero, tratándose de temas tan sensibles como los de la salud
de la población -aquí no hablamos sólo de instituciones,
estamos hablando de la salud de la mitad de la población
del país- lo que no podemos entender es el paso de un tiempo
tan prolongado. Se comenzó a hablar de auxilios crediticios
a comienzos del año 2001 y estamos ya avanzando en 2002,
mientras que para otros sectores, como el financiero -como ha pasado
recientemente con la crisis bancaria-, el dinero aparece instantáneamente.
EC - Usted se refiere a demoras en la implementación del
plan de saneamiento del sistema mutual que se ha elaborado con respaldo
de fondos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
BD - Claro, se anunció un auxilio financiero.
***
EC - El Poder Ejecutivo elaboró, en coordinación
con las empresas médicas, un plan de salvataje de las Instituciones
de Asistencia Médica Colectiva (IAMC) que cuenta con el respaldo
del BID. ¿Cómo viene ese cronograma?
BD - El 31 de marzo termina el plazo para la presentación
de los proyectos; unas consultoras externas van a determinar el
grado de riesgo en cuanto a la capacidad de repago de las instituciones.
Aquellas instituciones que hayan presentado proyectos que se considere
que contemplan algunos nuevos rasgos de la gestión para revertir
los errores del pasado, y que hayan sorteado el escrutinio a que
las somete la calificadora de riesgo para determinar si son capaces
de devolver el dinero recibido, a partir de la fecha en que ésta
se pronuncie -dentro de uno o dos meses, o sea mayo o junio-, podrían
comenzar a recibir el apoyo crediticio.
EC - ¿Eso es lo que está previsto en el cronograma?
BD - Sí.
EC - ¿Lo que usted está reclamando es que se adelante
los tiempos?
BD - Exactamente, porque los tiempos no parten de ahora: en realidad
parten del anuncio hecho a comienzos del año 2001. Si bien
uno entiende que hay determinados requisitos -contables, financieros,
de derecho administrativo, etcétera-, si saca la cuenta final
ve que con el cronograma mencionado estamos llegando a mediados
de este 2002, lo que contrasta con el auxilio a otros sectores.
Hay un problema en un sector crítico para la sociedad, como
puede ser el financiero, el bancario, y los auxilios surgen con
la rapidez que la realidad exige. Pero en este caso la realidad
también exige premura. La voluntad política debió
haber zanjado los diversos obstáculos burocráticos
y los plazos administrativos para que el resultado final -cualquiera
fuesen las causas- no condujese a esta demora que hoy nos tiene
en este problema. Ahora, además de analizar si las instituciones
presentan planes creíbles, si son viables, vamos a tener
el problema de que no lleguen en tiempo para recibir el auxilio.
EC - Me queda la siguiente duda. Usted está proponiendo
que las instituciones reciban dinero ya, que reciban parte de esos
fondos ahora, cuando todavía no han pasado el examen a propósito
de la viabilidad de sus proyectos de reestructura. El ciudadano
común y corriente, que sin duda está preocupado por
la salud del sistema mutual, también puede estarlo por el
uso de esos fondos: ¿qué pasa si la plata se entrega
a una institución que después, cuando se termina el
examen, se comprueba que no tiene viabilidad?
BD - No es exactamente así. Creo que en los momentos difíciles
es donde existe la oportunidad de obtener grandes cambios. No creemos
que se deba dar dinero alguno sin haber pasado el examen, pero creemos
que si hay exigencias de tipo administrativo, en cuanto a la gestión
de las instituciones, se debe aprovechar el momento para que esas
exigencias de cambio se adopten instantáneamente, en este
momento, para que de esa manera se pueda acceder, no ya a los dineros
que vengan del exterior, pero sí a determinadas facilidades
en cuanto a las deudas con el BPS, con la banca oficial, etcétera.
Son soluciones que existen y permiten llegar al momento del crédito.
La idea es que la estructura actualmente montada no se desmantele:
que se modifique y se mejore, que se le hagan las complementaciones,
las integraciones, las transformaciones administrativas y de gestión
en este momento de necesidad. El año pasado tuvimos el cierre
de dos instituciones, y hasta el día de hoy no hemos logrado
revertir la situación un poco confusa desde el punto de vista
laboral y social que eso dejó. Entonces cuando es un sector
tan crítico como el de la salud, cuando es un modelo asistencial
tan singular como el del mutualismo que despierta interés
internacional, nos parece que habría que evitar el desmantelamiento
de la infraestructura, hallar un tipo de auxilio "puente"
hasta el momento en que llegue lo del BID. Eso es lo que estamos
buscando con estas entrevistas: la seguridad de que existe la voluntad
política de salvar el sistema, y aprovechar el momento para
obtener la reconversión de las instituciones.
EC - Entonces lo que ustedes están pidiendo es que en estas
semanas, en este mes de marzo, se recurra a "puentes"
antes de que corresponda ingresar con los fondos provenientes del
BID.
BD - Exactamente, pedimos que no se desmantele la infraestructura.
Creemos que eso es posible. Porque en casos puntuales ha sucedido
que los dineros que ingresan por deudas que tienen diversos clientes
de tal o cual institución se canalicen hacia el BPS para
cubrir la deuda de la institución con ese organismo... Es
decir: que se cree toda la ingeniería que haga falta, que
cuando la voluntad política está puesta se consigue,
para que no se desmantele la infraestructura y se haga la modificación
administrativa y de gestión que creemos imprescindible. En
ese sentido coincidimos 100% con lo que dice el Ministerio de Salud
Pública.
EC - Entendido lo que ustedes están solicitando, queda claro
que se trata de un puente a la espera de la ejecución de
los préstamos del BID. Pero esos préstamos habían
sido cuestionados desde las propias IAMC. Yo recuerdo entrevistas
de hace meses al doctor Natalio
Blankleider, presidente de una de las gremiales de mutualistas,
quien señalaba que lo más probable era que no se recurriera
a esos préstamos porque se
entendía de antemano que no se los iba a poder repagar.
BD - Cuando se formuló el anuncio del crédito la
situación cambiaria y el riesgo cambiario eran otros. Esos
préstamos son en dólares y los plazos, los pagos,
las gracias y los intereses eran los acordes al momento; pero hemos
contado hasta ahora con respuesta favorable en cuanto a la voluntad
del Poder Ejecutivo de reformular los términos del crédito,
acordes a la nueva realidad. Eso va a ser posible.
Tengamos en cuenta que son U$S 70 millones en una deuda total de
U$S 400, de modo que con el crédito no se soluciona el problema.
Hay que ir a lo que le decía al inicio: a reformular la gestión
de las instituciones, con una administración saneada y un
modelo asistencial que privilegie la atención primaria y
preventiva, evitando incurrir en los altos costos de la tecnología
curativa sumamente sofisticada en la que hoy se pone el acento.
Creemos que debe existir, pero no es justo volcar torrentes de dinero
porque hacerlo en realidad significa haber perdido la batalla de
la prevención, de la atención primaria, que es mucho
menos costosa, de más satisfacción para los usuarios
y es lo que privilegiamos.
EC - A los problemas estructurales del sistema, a los problemas
que vienen de largo plazo que usted mencionaba, que han quedado
latentes en estos meses, ¿se ha agregado otro factor en estos
últimos tiempos derivado del mantenimiento de la recesión,
del crecimiento del desempleo? ¿Qué ocurre en materia
de desafiliaciones a las mutualistas, de morosidad? ¿Cómo
viene la caída de los socios por DISSE? Pienso concretamente
en quien pierde un empleo, que tenía su mutualista por DISSE
y deja de tenerla.
BD - Ha incidido grandemente. Se calcula que a nivel nacional en
los últimos 12 meses se ha perdido 100 mil socios.
EC - 100 mil socios en los últimos 12 meses. ¿Sobre
qué total?
BD - Las estadísticas son muy demoradas y poco confiables;
entre Montevideo y el interior la cifra se podría redondear
en 100 mil en un sistema que tiene un millón 500 mil socios.
De modo que la incidencia es altísima, el mecanismo de la
seguridad social, que es un proveedor de usuarios especiales, porque
son trabajadores, en general jóvenes, que necesitan menos
asistencia y vienen a ser el contrapeso de la asistencia de ancianos
y enfermos, ha disminuido sustancialmente.
Importa por la disminución en sí, y además
porque desbalancea la composición etaria de los usuarios
del sistema.
EC - Y le tira un costo adicional al Estado, ¿no?
BD - Exactamente. Toda esa asistencia recae en ASSE, que ya estaba
sobrecargada antes de estas cosas.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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