01.03.2002

 



Guillermo Alvarez preside la Cámara de Representantes

El segundo frenteamplista en ocupar el cargo desde la recuperación democrática se propone "profundizar la democracia" en el funcionamiento parlamentario, "dentro de las limitaciones" que implica su pertenencia a la oposición.

EN PERSPECTIVA
Viernes 01.03.02, 07.40.


EMILIANO COTELO:
En este 1º de marzo, en que se cumple un nuevo aniversario del gobierno encabezado por el presidente Jorge Batlle, también se inicia un nuevo período de esta legislatura. Consiguientemente, se producirá el cambio en la presidencia de la Cámara de Representantes, que por quedará por un año en manos del diputado Guillermo Alvarez, del Partido Socialista (Encuentro Progresista - Frente Amplio), quien relevará en el cargo al herrerista Gustavo Penadés (Partido Nacional).

La sesión de la Cámara comenzará a las 14.30, y en ella se elegirá al nuevo presidente y cuatro vicepresidentes. Hay un acuerdo político previo, de modo que ya se conoce el resultado: un socialista presidiendo la Cámara baja. Será el segundo legislador frenteamplista que ocupe ese cargo (el primero había sido el diputado de Asamblea Uruguay Carlos Baráibar). Para conocer qué características tendrá esta nueva presidencia, estamos en contacto con el diputado Guillermo Alvarez.

Un dato no menor: entre los actuales diputados, usted es uno de los más antiguos, si no el más antiguo de la Cámara de Representantes, ya que ocupa ininterrumpidamente su banca desde el regreso de la democracia, en 1985.

GUILLERMO ALVAREZ:
Es correcto. Ingresé a la Cámara en 1985 y soy de los más antiguos. Recuerdo que también el diputado Carlos Pita (Espacio 90, EP-FA) ingresó en esa fecha. Hay otros que hoy son senadores, como el presidente de la Asamblea General, Luis Hierro, el senador Luis Alberto Heber (Partido Nacional), el senador Juan Singer (P. Colorado), y en este momento no recuerdo a otros. Creo que con ellos somos los legisladores que quedamos desde el reinicio de la democracia, lo que indica el grado de renovación que ha tenido cada legislatura.

EC - Este es el cuarto período de gobierno desde que volvimos a la democracia. ¿Por qué en cuatro períodos de gobierno sólo hubo dos presidencias frenteamplistas de la Cámara?

GA - Creo que ese ha sido un tema de voluntad política y, sin tratar de agraviar a nadie, creo que hubo falta de comprensión por parte de los partidos tradicionales de lo que implica profundamente un régimen democrático. Por ejemplo: en este período, de acuerdo al porcentaje electoral que obtuvo en las últimas elecciones, le hubiesen correspondido por lo menos dos presidencias de la Cámara de Representantes.

EC - Claro, porque el EP-FA tuvo el 40% de los votos; son cinco años, cinco presidencias, y le hubiesen correspondido dos años.

GA - Exacto. Sin embargo, para dilucidar las autoridades de la Cámara siempre hay negociaciones previas entre todos los partidos, o de lo contrario se llega a una votación en la que se resuelve el tema por mayoría. Y en este caso la mayoría la tiene el gobierno de coalición. El EP-FA individualmente es la fuerza mayoritaria como partido político, pero el gobierno de coalición reúne la mayoría y los partidos que la integran no aceptaron que el EP-FA tuviera las dos presidencias. Fue un acuerdo entre ellos, y ese es el resultado que tenemos hoy.

Reitero: creo que no es bueno para el sistema democrático, porque más allá de que nos guste o no, respetar la voz de la ciudadanía expresada en las elecciones, que es el ámbito democrático más importante, no es bueno y no le hace bien al país.

EC - Se lo preguntaba porque, ya en 1984, el Frente tuvo el 20% del electorado...

GA - Exacto.

EC - ...o sea que le hubiera correspondido por lo menos una presidencia ya en ese período de gobierno.

GA - Exacto: ya en 1985-1990 le hubiera correspondido una presidencia. En aquel momento no fue otorgada, y fue grave porque estábamos a la salida de una dictadura, cuando lo más importante era afianzar la democracia. Para la defensa de ala democracia no hay nada mejor que el diálogo entre todos los sectores sociales y políticos del país, y aceptar el espacio que cada uno se ha ganado legítimamente.

EC - Aclarada esta duda que me surgía, ¿qué piensa hacer como presidente de la Cámara? ¿Hay margen para introducir modificaciones en este año en la presidencia de la Cámara de Diputados?

GA - El margen es muy acotado: el Parlamento tiene una vida propia que trae, en este caso, desde el reinicio de la democracia, y es muy difícil cambiar algunos mecanismos de funcionamiento, etcétera. Le confieso que llego muy preocupado a esta presidencia, porque debemos reconocer que estamos pasando por una situación tremendamente grave en el país, no estoy dramatizando, y de alguna forma eso se traduce en una desesperanza muy importante en la opinión pública, y un descreimiento sobre absolutamente todo.

EC - En particular, sobre el Parlamento.

GA - Exacto. Si usted analiza las encuestas de imagen del Parlamento hechas desde 1985 a la fecha, verá que desde niveles muy altos en la recuperación de la democracia se ha descendido en forma muy importante, y hoy está por debajo de instituciones que en otro momento no se hubiera podido pensar que lo superaran.

EC - ¿Piensa hacer algo en ese sentido?

GA - Sí, pero hay que tener claro que, más allá de la intención de un presidente, eso tiene mucho que ver con la coherencia en la práctica del Parlamento como institución y los legisladores que lo componen. Creo que es el factor fundamental.

Hay otro factor en el que incide, y es el que refiere a las mayorías y minorías de los partidos, es decir el tipo de legislación que el Parlamento elabora para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.

Y en ese sentido, más allá de banderías políticas, pensamos impulsar un trabajo muy a fondo de las comisiones, seleccionando aquellos aspectos que puedan impactar más rápidamente sobre la realidad social. Sin desconocer que el Poder Ejecutivo también tiene incidencia, que a veces el Parlamento quiere hacer cosas y el Ejecutivo se lo impide en aquellos temas en que tiene iniciativa privativa. Pensamos que hay que poner en juego rápidamente: el trabajo de las comisiones es el corazón del funcionamiento parlamentario.

El tercer tema es hacer que la ciudadanía retome el sentimiento de que quienes integramos el Parlamento somos sus representantes (creo que eso ha fallado en los últimos tiempos) y estamos para atender sus reclamos y definir en última instancia, a partir de sus necesidades, reclamos, propuestas, etcétera, aquellos elementos que sirvan a la sociedad. Porque cualquier corporación puede tener reclamos muy importantes, pero no ser los más importantes para toda la sociedad, y en ese caso explicarle a esa corporación por qué no; mantener un diálogo permanente con la ciudadanía. Es importantísimo: yo no puedo representar a nadie si no tengo un diálogo permanente con quien digo representar.

EC - ¿Cómo se logra?

GA - Abriendo más el Parlamento. Creo que se ha hecho cosas importantes en las dos presidencias anteriores...

EC - Se ha organizado una serie de foros, seminarios, en los que se han expresado distintos sectores de la sociedad.

GA - Exacto. Creo que a eso le ha faltado la concreción de propuestas concretas para que las tomen las comisiones, y sobre la base de esas conclusiones a las que han arribado esos seminarios elaboren leyes que en definitiva cuenten con el consenso de la sociedad.

EC - Usted piensa mantener esa línea de trabajo que comenzó con Washington Abdala y siguió con Gustavo Penadés.

GA - Creo que es una línea de trabajo muy importante, porque además tiene un elemento que me parece fundamental: el Palacio Legislativo, además de ser patrimonio nacional, es la casa del pueblo: allí debe estar todo el mundo, y creo que se debe seguir trabajando en esa línea y profundizarla si es posible.

EC - Usted ha dicho que le preocupa que el Parlamento aparezca como "excesivamente montevideano", pese a que está compuesto por legisladores de todo el país. ¿Tiene algo pensado en ese sentido?

GA - Sí, y tampoco estoy creando cosas de inspiración propia. Tengo pensado que las comisiones parlamentarias, cuando el tema lo amerite, puedan reunirse en el interior con los vecinos que puedan tener un problema, solicitando por ejemplo a las juntas departamentales que nos ceda el local para tener una infraestructura adecuada.

Estos son elementos que a veces la prensa no toma, pero en el período pasado la Comisión de Vivienda hizo varias reuniones en el interior del país, y llegó a solucionar problemas concretos de viviendas edificadas con graves carencias durante la dictadura. Fue un muy buen trabajo, y creo que allí la ciudadanía sintió concretamente que el Parlamento servía, que más allá del simbolismo de la democracia, también sirve en la práctica para profundizar la democracia y ayudar a mejorar la calidad de vida.

Pienso trabajar mucho en eso, y creo que voy a contar con el apoyo de todos los legisladores, porque pienso que esta inquietud es bastante general. No creo que la situación por la que está pasando hoy el sistema político del Uruguay se pueda revertir de un día para otro, pero en lo que a mí respecta pondremos todo nuestro esfuerzo para tratar de por lo menos mejorar la imagen parlamentaria, porque la considero sustancial para la vida democrática del país.

EC - El EP-FA ha criticado severa y reiteradamente la práctica que ha seguido la coalición de gobierno en estos dos años, por la cual un proyecto de ley aprobado en el Senado pasa a la Cámara de Representantes donde tiene un trámite muy breve, y en el que en general ya está acordado que no hay margen para introducir modificaciones.

GA - Exacto.

EC - Lo hemos visto en estos días con la ley de ajuste fiscal, por ejemplo, con un pasaje de apenas un día por la comisión de la Cámara baja. Pese a que no era una ley de urgente consideración, eso se ha dado en otras ocasiones precisamente con proyectos que tenían esa carátula. Hay allí una discrepancia frontal entre la coalición de izquierdas que usted integra y la coalición de gobierno. ¿Qué puede ocurrir ahora usted es el presidente de la Cámara de Representantes?

GA - Desde el punto de vista político, vamos a seguir teniendo la discrepancia. Me parece que ese es uno de los elementos que ha incidido en la pérdida de prestigio del Parlamento. Porque una cámara (en este caso le tocó a Diputados, en otros al Senado) aparece como simplemente decorativa porque el pasaje de esta Ley de Responsabilidad Fiscal se puede decir que fue más bien formal, más allá de la importancia que pudieran tener las intervenciones de los diputados en la sesión, por lo menos para esclarecer la visión del tema ante la sociedad. La presidencia de la Cámara es una institución, y en ese sentido debo acatar el consenso y, en el caso de que no lo haya, la mayoría. Pero sí, desde el punto de vista político (en esto no dejo de ser frenteamplista ni voy a dejar de serlo), voy a seguir dando la batalla para que eso no suceda, porque, creo que eso le hace mal al Parlamento y, sobre todo, le hace mal a la democracia, porque escamotea a la sociedad la discusión de leyes que tienen enorme incidencia sobre su vida.

EC - Y en cuanto al presupuesto de la Cámara ¿qué piensa? ¿Se puede bajar más?

GA - Creo difícil bajarlo más. Se ha reducido de manera muy importante en este período que termina; nosotros vamos a continuar ese esfuerzo por que creo que es un deber que tenemos frente a la sociedad y lo vamos a seguir haciendo, sin por eso menoscabar la calidad de la actividad parlamentaria. Creo que todos debemos hacer un sacrificio en este momento, y que eso no debe provocar un perjuicio de una buena actividad parlamentaria.

EC - ¿Tiene alguna iniciativa elaborada en ese sentido?

GA - No: elaborada, no. Vamos a estudiar los números que tenemos, para ver de dónde podemos seguir sacando para continuar ajustando el gasto.

***

EC - Guillermo Alvarez fue anteriormente dirigente sindical, en su calidad de trabajador bancario. En una entrevista reciente con el diario La Juventud, se le pregunta qué sintió la cuando ingresó como Diputado.

"Hay dos hechos que puedo dar como las dos mayores emociones de mi vida", contesta: "la primera es el estrado del 1º de Mayo de 1983, cuando el primer acto de los trabajadores durante la dictadura, y que compartimos con compañeros de AEBU -que eran los más cercanos a mí en esos momentos- y el resto de las direcciones de los trabajadores. Podría mencionar a Richard Read, Andrés Toriani, Carlitos Pereira de Funsa y voy a ser injusto con un millón de trabajadores, sobre todo el Pepe D'Elía que es quizá uno de los hombres a los que yo más quiero y respeto en este país. La otra gran emoción fue la salida del Penal de Libertad de los compañeros presos políticos, pero previo a ella haber ingresado al Parlamento. Aquel 1º de Mayo, más allá que nos veíamos la cara 150 mil uruguayos juntos, fue el momento en que yo sentí que la dictadura estaba definitivamente vencida en este país. Cuando asumo acá era la concreción de la recuperación de la democracia y la salida del Penal era la vuelta a la libertad de todos los uruguayos".

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón





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