04.03.2002

 



El BROU y un particular momento del sistema financiero uruguayo

Frente al nerviosisimo existente en la plaza, su presidente, Daniel Cairo, afirma que el balance entre pérdidas y captación de depósitos resulta en un saldo positivo para la institución. El Banco ha establecido un sistema de calificación de riesgo, que le permitirá un tratamiento preferencial a los buenos pagadores. Las experiencias recientes han concientizado al sistema político de que no se puede abusar más de grandes dádivas hacia determinado sector.

EN PERSPECTIVA.
Lunes 04.03.02, 09.03.

EMILIANO COTELO:
A esta altura no es sorpresa para nadie que la plaza financiera de nuestro país no está pasando por su mejor momento. En este contexto, se ha hablado mucho sobre cuál es la situación del sector financiero privado, pero poco a propósito de la situación del sector público.

Eso es precisamente lo que les proponemos hacer hoy: para conocer la situación del sector financiero público, en particular la situación del mayor banco de nuestro país, el Banco República, nos acompaña el contador Daniel Cairo, presidente del directorio de esa institución. En medio de esta crisis ¿cuál es la situación del Banco República, como se define?

DANIEL CAIRO:
Básicamente, desde el punto de vista de liquidez, el banco se encuentra absolutamente cómodo. Todas estas malas noticias que nos han venido de la vecina orilla, de nuestro hermano mayor como digo yo, realmente desde el punto de vista de nuestro banco en particular ha sido una entrada de capitales mayor con lo cual, si bien la volatilidad y la variabilidad son hoy la carta fundamental de todos los días, de todas formas nuestros ingresos han superado notablemente los egresos.

EC - Porque el Banco República también tuvo retiros.

DC - Si: básicamente, como decía, la volatilidad se muestra en todos los índices que podemos tener, si bien en el aumento de los ingresos ha sido notorio, también hubo un aumento de los egresos y un cambio de criterio en el ahorrista.

EC - Respecto a los egresos que experimentó el Banco República, en cuanto al retiro de depósitos, en su momento se mencionó que era un fenómeno que estaba dándose en la zona del litoral.

DC - Básicamente sí: diría que se componen de ahorros argentinos que vinieron entre los últimos meses del año pasado y el primer mes de este año, a raíz de la volatilidad que argentina, de la inestabilidad absoluta en lo económico, y que en algunos casos se han ido retirando. En algunos casos con destino extra Mercosur, extra zona, básicamente Estados Unidos que es el lugar donde la gente confía mas sus ahorros y en algunos otros casos traslados, supongo yo, porque no lo tenemos definido, al resto del sistema bancario.
El República ha sido un poco el colchón seguro, provisoriamente hasta que el ahorrista tienen un destino definitivo de sus ahorros.

EC - ¿Y en el caso del aumento de depósitos que el Banco República ha experimentado, estamos hablando de decisiones que tomaba que tipo de clientes?

DC - Básicamente hubo un traslado de Argentina hacia Uruguay importante de depósitos, sobre todo hasta fines de enero. Posteriormente, a raíz de toda la estabilidad de nuestra plaza, hubo también un traslado de depósitos del sector privado al sector publico, en particular al Banco República.

EC - ¿En ese caso hablando de ahorristas uruguayos?

DC - Si, fundamentalmente ahorristas uruguayos que ven la seguridad del República como un refugio por lo menos hasta que la tormenta se fuera disipando.

EC - ¿Puede cuantificar esos movimientos?

DC - Diría que, en lo va del año, unos U$S 100 millones.

EC - ¿De saldo neto?

DC - De saldo neto favorable al banco.

EC - Decía usted también que han implicado cambios en la modalidad de colocación.

DC - Claro: puesto uno en la posición de ahorrista, ante la inseguridad que reina en todo nuestro Cono Sur y el poco interés que el sector bancario está dando por los depósitos, la gente quiere dejarlos en depósitos "a la vista" o de muy corto plazo, donde puedan hacerse de su dinero rápidamente. Creo yo que es la inseguridad lo que en estos casos predomina en la decisión del ahorrista.

EC - ¿Hay una tendencia a contratar cofres fort?

DC - Hay, bastante importante. Nosotros tenemos prácticamente casi agotada la existencia que había de cofres sin uso, y creo que en el resto del sector bancario también está sucediendo un movimiento similar.

EC - Esto ultimo, lo de los cofres fort, da la pauta de un cierto temor a algo parecido a un corralito en Uruguay, ¿no?

DC - Claro, todo esto los sectores interesados de determinada prensa y los sectores interesados en el orden económico de la Argentina, corrieron incluso vía e-mail cadenas donde se hablaba del "corralito uruguayo". Folha de San Pablo la semana pasada tuvo algún comentario al respecto también. Evidentemente, hay intereses en juego que están en contra de que la gente traiga depósitos para acá. Los intereses económicos obviamente se mueven con mucha velocidad también, y aprovechan las circunstancias y las dudas de la gente en este aspecto.

EC - Y sobre esos rumores ¿usted que dice?

DC - Los desmiento totalmente. Todo el sector bancario uruguayo trabaja con absoluta normalidad. Sabemos exactamente cuáles son las pautas que los distintos gobiernos (porque esto no es obra de este gobierno sino que ya viene yo diría que desde la época de la dictadura prácticamente, donde la libertad económica y bancaria han sido una de las banderas principales) y cualquier medida que el gobierno tomase en contra de este sentido implicaría la absoluta ruptura de esta estructura y de esta forma de trabajar. Por lo cual me animo a descartar rotundamente cualquiera de estos tipos de medidas.

EC - Sin embargo, hace pocos días, y a propósito del propio Banco República, circuló la noticia de que la institución había dispuesto que aquellos ahorristas que quisieran efectuar retiros mayores a U$S 10.000 deberían hacerlo en las sucursales en las que efectuaron sus depósitos, donde son conocidos como clientes ¿qué fue esto?

DC - Esto es anterior a todo este movimiento, y es un tema absolutamente relativo a la seguridad. Hubo varios antecedentes donde mediante falsificación de documentos se retiraba cantidades importantes de dinero por otras sucursales. A raíz de esto, no hubo mas remedio que tomar la medida precautoria de identificar al cliente en la sucursal donde haya hecho el depósito como forma de brindarle seguridad a él mismo. Es decir que es un tema absolutamente distinto pero que, dada la inestabilidad y los nervios a flor de piel que tenemos un poco todos en el sistema últimamente, se quiso asociar de alguna forma al tema de los retiros.

EC - Se interpretó como una limitación a los retiros.

DC - No tiene absolutamente ningún tipo de relación. Por el contrario, simplemente pretendemos dar seguridad al ahorrista que puede retira su dinero.

EC - Ya que estamos hablando de las repercusiones en nuestra plaza financiera de lo que ha ocurrido en Argentina, permítame preguntarle también algo a propósito de la actividad del República en Buenos Aires. ¿Una sucursal allí?

DC - Sí: tenemos una sucursal en Buenos Aires mismo.

EC - ¿ Y como sintió en esa sucursal el Banco República el impacto de esta crisis del país vecino?

DC - Realmente tuvo efectos absolutamente negativos, a pesar de que es una sucursal cuya función primordial es colaborar con las exportaciones y trabajar, en lo que son transferencias, y lo vinculado con temas turísticos o ese tipo de cosas. La repercusión fue la caída absoluta de la cantidad de operaciones en la sucursal. Pero desde el punto de vista del Banco no tiene ninguna trascendencia, dado que el volumen de operaciones realmente es muy chico para lo que es el Banco en su otras facetas.

EC - ¿El Banco República en sus sucursal de Buenos Aires esta atrapado por el corralito?

DC - Ah, por supuesto. Es parte de la cosa. Prácticamente no estamos operando en cosas nuevas, sino que más bien se está tratando de depurar lo que ya viene de atrás. Además el banco, a su vez, había tenido problemas serios en el otorgamiento de créditos hace ya unos cuantos años...

EC - ¿Qué tipo de problemas?

DC - Créditos que en principio diría que fueron mal dados y que trajeron pérdidas importantes para el banco, por lo cual ya desde hace tres o cuatro años no trabajamos en forma profunda el tema créditos, sino que por el contrario mantenemos una presencia desde el punto de vista negocial relacionado con Uruguay, más que trabajar como un banco más de plaza.

EC - A propósito de esos créditos mal otorgados ¿cuales fueron las medidas internas que tomó el banco?

DC - Originalmente se hizo los sumarios respectivos, hubo en algún caso medidas importantes, incluso algún despido de alguna figura trascendente dentro del banco en aquel momento y posteriormente se pasaron todos los antecedentes a la Justicia, pero hoy en día, aunque parezca mentira, todavía no hemos podido liquidar este tema. Naturalmente al banco también lo aflige poder limpiar esa situación.

EC - ¿Por qué el Banco República no ha podido liquidar este caso?

DC - Porque la Justicia lo resolvió en primera instancia, pero después pasó en segunda instancia a un tribunal de apelaciones, y no se ha expedido todavía. Esperamos se realice en este primer semestre del año y dar por finiquitada toda esa operación negativa para el Banco y creo yo que para el país también.

EC - En definitiva, como resumía usted, ¿a que se dedica hoy la sucursal Buenos Aires del Banco República?

DC - Es muy poca la actividad que tiene es muy poca. Simplemente trabajar en pequeños ahorros, pago de jubilaciones y pequeñas cosas. Realmente no tiene una actividad económica que podamos tildar de trascendente o algo por el estilo, sino que más bien está a la expectativa de cómo se desarrolla el proceso, argentino para ver en que línea es la que usamos.

Me interesaría contar al respecto una pequeña experiencia que estábamos haciendo en Argentina: colaborar con el sector exportador uruguayo menor, haciendo un poco el banco de banco cobrador, de administrador de las exportaciones uruguayas que en pequeña escala se realizaban directa y fundamentalmente a las cadenas de supermercados. Es una experiencia que veíamos como muy positiva como colaboración del banco hacia el desarrollo de las actividades exportadoras, y la idea era replicar esa misma operación en San Pablo y fundamentalmente en Nueva York, la etapa posterior que seguimos pensando realizar y que creemos que puede ser trascendente como ayuda al pequeño exportador.

***

EC - Uno de los problemas que aparecen después de un período de crisis, y más aún si es prolongado, es el de la morosidad. ¿Cómo está esa situación en el caso del República?

DC - Es un problema que preocupa sobremanera, un problema que el banco no tiene sólo en esta época d e crisis sino que viene arrastrando ya desde bastante tiempo atrás. En particular hay algún sector, como alguno del sector agropecuario, alguno del sector empresarial, donde esa morosidad era ya demasiado alta para los índices que razonablemente se cree que es el standard para la banca. En ese aspecto, estamos trabajando en una mayor celeridad en los tramites judiciales y aprovechando la política del banco de conceder la mayoría de esos créditos mediante derechos de tipo hipotecarios o prendarios. Es decir que en su gran mayoría, los créditos están tomados con derechos sobre la propiedad inmueble, de forma que permiten alguna recuperación. Obviamente, el banco está dispuesto -como lo ha estado toda la vida- a buscar soluciones de común acuerdo.

EC - ¿Pero no es que se había acordado no ejecutar?

DC - Las ejecuciones habían sido detenidas un poco durante la época del cupón cero y la selección del grupo cero. Después, el banco se comenzó a mover a la velocidad que puede en primer lugar, y a la velocidad que la Justicia le permite en segundo lugar, y así comienza a reacomodar y a poner en práctica de a poco, y en algunos casos directamente, la ejecución. Si el cliente no tiene voluntad y no tiene medios como para poder de alguna forma dar oxigeno al banco o entregarle dinero al banco, lamentablemente el banco no tiene más remedio que hacerlo. No olvidemos que es un banco que se mueve con las mismas pautas con las que se mueve todo el sistema bancario, y por lo tanto no podemos darnos el lujo de no cobrar.

EC - ¿Pero usted está hablando de la morosidad vieja?

DC - Sí.

EC - Quizá mi pregunta apuntaba más a la nueva morosidad que puede haberse generado en los últimos meses como consecuencia de esta recesión que se mantiene.

DC - Yo diría que, porcentualmente, estamos hablando de un punto o dos más de lo que venía siendo. O sea que, yo diría gracias al cupón cero y a medidas de ese tipo, y a financiaciones a muy largo plazo que el banco suele dar, no hubo un aumento tan importante como en principio uno podría pensar, sino que estaríamos hablando de uno, dos o tres puntos como máximo del aumento de la morosidad.

EC - ¿Se puede cuantificar el total de la morosidad de alguna manera?

DC - Yo le podría dar en porcentuales. No me atrevo a dárselo en cifras definitivas porque recién a partir de este año el banco va a tener ese punto totalmente saneado. El banco tenia falta de previsiones en lo que se refiere a los deudores incobrables, cosa que se realizó mediante un ajuste muy importante que fueron unos U$S 200 millones que perdió. Recién ahora se va a hacer la limpieza de liquidar a esos deudores incobrables de vieja data, que todavía siguen figurando en los libros como deudores, siendo que ya son incobrables desde hace largo rato. Se los va a liquidar contra esas revisiones, y ahí sí podremos manejar cifras reales de lo que se refiere a morosidad.

De todas formas, podemos hablar de entre 20 y 25 por ciento del total de la cartera del banco que se puede incluir en ese fondo grande de deudores incobrables.

EC - ¿Ese proceso al que usted aludía recién es el de "calificación de carteras"?

DC - Sí: está vinculado a la calificación de carteras.

EC - ¿Qué es la calificación de carteras?

DC - Un banco debe siempre hacer la revisión de cada deudor, de qué riesgo le implica cada deudor en función de determinados parámetros, determinadas características, las garantías que el banco tiene y la forma de actuar de ese cliente frente al banco. En base a eso se califica en cinco categorías que discrimina el Banco Central: la categoría uno el cliente absolutamente cumplidor, y la cinco los deudores incobrables. Esta categoría es como la luz roja: es lo que hay que tratar de limpiar rápidamente desde le punto de vista bancario.

El banco logró la calificación de toda esta clientela mediante un proceso bastante manual y esforzado de parte de un gran sector de su personal, y hoy tenemos mas de un 80 por ciento de la cartera calificada individualmente. Es decir que es un análisis deudor por deudor, con lo cual le estoy hablando de cifras muy importantes de cantidad de clientes. Eso es lo que permite, después de esa clasificación deducir cuales son realmente incobrables y cuales son los que tienen determinadas posibilidades de cobro y aplicar de acuerdo a cada uno el mecanismo que corresponda.

EC - ¿Entre otras cosas permitirá diferenciar tasas de interés, de acuerdo al riesgo?

DC - Sí. Uno de los cambios sustanciales que tuvo el banco en este período fue la forma de calcular la tasa a la que se presta a los clientes. Básicamente, dividiría la tasa en tres partes: una que es el costo de obtener ese dinero, más el costo de funcionamiento del banco; una segunda que es basada en la liquidez, es decir en el plazo a que esos fondos se prestan; y una tercera que es fundamental: la calificación del cliente. En función de esta calificación es el costo que el dinero va a tener. El banco tenia un sistema que era bastante perverso, porque le otorgaba a un gran cumplidor y a un mediano cumplidor exactamente a la misma tasa, con lo cual se quedaba con el incumplidor y perdíamos al gran cumplidor. Creo que eso hoy está absolutamente solucionado mediante la aplicación de una mejor tasa para el que es mejor cumplidor.

EC - Hablando de consecuencias de este proceso de calificación de cartera para los clientes y para el banco, ¿que ha implicado y que consecuencias ha tenido por ejemplo en cuanto al patrimonio de la institución?

DC - La implicancia que tuvo en su momento es una pérdida sumamente importante, al tener que prevenir toda esa cifra por deudores incobrables. Por otro lado, al modificar este sistema de tasas y tratar de quedarnos con la gente que realmente hace el esfuerzo por cumplir (muchas veces incluso haciendo esfuerzos sustanciales de índole personal), el banco va a tener una cartera más saneada, disminuir esas perdidas por incobrabilidad, y por lo tanto menores costos.

EC - ¿Entonces hoy el patrimonio del banco en cuanto esta?

DC - Anda aproximadamente en unos U$S 500 millones, variando en función de las actividades, pero la tendencia del banco no es perder sino a tener ganancias pequeñas, y esperamos en el futuro rápidamente poder mejorar esa situación.

EC - Esta pregunta daría para hablar horas, pero por lo menos creo que en este contexto sería bueno abordarla. El gobierno anterior y el actual se propusieron un modelo por el cual el Banco República tiene que competir en igualdad de condiciones con el sistema privado; me lo dijo usted hace unos minutos al pasar. Ya no tiene un tratamiento especial por ser banco del Estado. Sin embargo, en casos como la refinanciación de los sectores agropecuarios al Banco República se le imponen políticas que define el Poder Ejecutivo, y que implican costos mayores y que, seguramente, no tomaría un banco regido exclusivamente por criterios empresariales. ¿Cómo está la tensión entre esos dos modelos? ¿Son compatibles?

DC - Una de las funciones primordiales que debe tener el directorio es compatibilizar de alguna forma esos dos modelos. Siempre que no exageremos la nota y no pasemos a colaborar demasiado con determinados sectores en perjuicio del resto de la sociedad. Ese quizá, es un feeling muy especial que hay que tener y estar balanceando en forma permanente para poder cumplir

EC - Se lo pregunto porque este debate estuvo de alguna manera como telón de fondo del alejamiento del presidente anterior, del directorio del Banco República, el economista García Peluffo, situación que terminó llevando a que usted que era vicepresidente asumiera como presidente. O sea que de esto ya tuvo algún momento critico en su propia gestión. ¿Cómo está ésta polémica? ¿Cómo esta este dilema?

DC - Yo diría que toda esa situación de mi antecesor, de Juan Ignacio, de alguna forma (y lamento obviamente las circunstancias que se dieron), sirvió para que el sector político en su conjunto tuviera una sensación clara de cuál era la situación. De que no se podía abusar más de grandes dádivas del Banco República hacia determinado sector. Eso ha implicado que la concientización haya tomado importancia de los dos lados, con lo cual yo diría que hoy por hoy no tiene grandes implicancias.

Digo hoy; no puedo asegurar que mañana no lo sea, pero el ministro de Economía lo ha repetido en forma abundante que determinadas exigencias al Banco República, caso típico lo del cupón cero, que a él le rechinaba los dientes y si bien lo había tenido que hacer lo había hecho por situaciones que no tenían ningún otro tipo de solución. En particular yo diría que el sector político en general no actúa presionando al banco de ninguna forma sino, que muchas veces no pasa mas allá de una simple consulta.

EC- Y en dos palabras ¿cuál es entonces su visión estratégica acerca del futuro del banco en este aspecto?

DC- Básicamente, el banco puede colaborar en determinados sectores siempre y cuando esto no implique pérdidas directas. En particular puedo mencionar que estamos otorgando en estos días un crédito al sector azucarero para que la parte de los complejos que fabrican azúcar no cierren y se mantengan en actividad. En contra de lo que pretendía parte de ese sector, el banco da esos créditos, pero con garantías suficientes que realmente le signifiquen la devolución de ese dinero y no como antiguamente pudo haberse hecho en alguna oportunidad donde aquello era como tirar agua al río. Hoy por hoy el banco toma las precauciones absolutas para que eso de ninguna forma vuelva a suceder. Hacemos un esfuerzo, que en definitiva es una colaboración para determinado sector, pero siempre y cuando no implique costos mas allá de lo que el banco realmente puede hacer.

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Transcripción: Mariana Larrobla
Edición: Jorge García Ramón

 




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