Crisis argentina amenaza a vitivinicultores uruguayos
Fernando Deicas (Establecimientos Joanicó): Los bodegueros
argentinos, urgidos por divisas para encarar la nueva cosecha, pueden
destruir al mercado uruguayo y frustrar nuestras exportaciones.
EN PERSPECTIVA
Jueves 07.03.02, 07.38.
EMILIANO COTELO:
Otro sector de la producción nacional se está viendo
muy seriamente afectado por los coletazos de la crisis argentina.
En el acto de inauguración simbólica de la Fiesta
Nacional de la Vendimia, que tuvo lugar ayer en el Ministerio de
Ganadería Agricultura y Pesca, el director de Establecimientos
Joanicó (productor de Vinos Don Pascual), Fernando Deicas,
dijo que el aumento de la Tasa de Promoción Vitivinícola
aprobado recientemente por el Poder Ejecutivo es algo "positivo
pero insuficiente para contrarrestar la competencia" de los
vinos del otro lado del Río de la Plata. "Si Argentina
nos invade con un poco de lo que les sobra, en crisis y con la necesidad
de generar divisas, no vamos a poder manejar nuestro equilibrio
en lo interno y las empresas van a colapsar", fue el mensaje
del empresario.
Estamos en comunicación con el ingeniero Deicas. ¿Cómo
describe la situación actual del mercado de vinos? Lo que
les preocupa a ustedes es el mercado interno.
FERNANDO DEICAS:
Claro: Uruguay tiene un equilibrio muy saludable en materia de producción
y consumo en el mercado interno. La producción nacional está
en el orden de los 100 millones de litros y el consumo está
también en esas cifras. Viene dándose un programa
de reconversión; primero algunas bodegas hemos incursionado
en la exportación, como resultado de la reconversión
tecnológica y los nuevos sistemas de elaboración,
que nos permiten alcanzar calidad de exportación. Es un proceso
al que luego Inavi (Instituto Nacional de Vitivinicultura) estimuló
a más productores; un proceso lento que viene realizando
Uruguay y estamos bastante contentos con los resultados obtenidos
pero lleva su tiempo, y el equilibrio de producción y consumo
es el motor que sostiene la posibilidad de que Uruguay exporte más
cada vez.
EC - Si se pierde el mercado interno, se complica la plataforma
para la exportación.
FD - Por supuesto, porque hay empresas -como puede ser Establecimientos
Joanicó- que tienen más perfil exportador que otras,
pero todo el sector está interrelacionado sin duda con el
abastecimiento del mercado interno y ese equilibrio que decía
antes entre la producción y el consumo.
EC - ¿Qué está pasando ahora con el mercado
interno? Supongo que ya venía ocurriendo algo pero se agravó
con la crisis argentina en los últimos tres meses.
FD - Hasta mediados del año pasado, incluso diría
que hasta fines del año pasado, existía la amenaza
que todos veíamos de que Argentina sufriera estos desequilibrios
que se veían venir. Pero el vino argentino, aunque estaba
bajando por sobreproducción en las últimas cosechas,
costaba más caro en pesos argentinos que hoy. Ahora el dólar
duplicó su cotización, de manera que el vino cayó
a menos de la mitad, y eso es realmente una seria amenaza. Porque
no se trata de valores reales, de valores genuinos de producción.
Si algo ha logrado mostrar nuestro sector, afortunadamente, es que
somos capaces de competir con el mundo logrando exportar al mundo:
tenemos una eficiencia y una ventaja competitiva dada por nuestro
suelo, nuestro clima y la capacidad de producción, suficientes
como para poder competir con el mundo. Pero no podemos competir
contra Argentina, un monstruo en cuanto al tamaño, en una
situación de crisis, una situación angustiante en
que los precios que manejan no corresponden a los costos de producción.
EC - Usted ha dado algún ejemplo comparativo en cuanto a
costos.
FD - Respecto a los valores a los que se está comercializando
la uva en Uruguay, el precio oficial es del orden de los U$S 0,30
por kilo. Por ese mismo precio se consigue un litro de vino argentino
ya envasado, que requiere un kilo y medio, un kilo y 300 gramos
de uva para su elaboración. Está totalmente desfasado.
No vamos a poder competir con esos valores.
EC - Ese problema para la competencia en el mercado interno ¿se
da con las distintas variedades de vino, no sólo con los
de mesa, los vinos en caja, etcétera, que tradicionalmente
han sido más baratos, o también con los vinos finos?
FD - Se va a dar con todos, porque la situación que están
viviendo los colegas argentinos (tenemos varios amigos en el sector)
es realmente angustiante. En algunos casos va más allá
del precio que surge de una devaluación al doble, con una
crisis interna brutal de falta de consumo y de no tener dónde
colocar el vino para hacer lugar en las bodegas para la cosecha
que están recogiendo ahora y que no tiene sitio, sino también
la necesidad de conseguir divisas para poder comprar algunos insumos.
Pongamos por ejemplo los corchos: si una bodega quiere comprar corchos,
el exportador de Portugal o de Francia que se los envía sólo
acepta que le deposite dólares en una cuenta en el exterior;
no le acepta una carta de crédito de un banco argentino.
Eso significa que la propia empresa tiene que salir a buscar divisas
de algún modo, y lo hace mediante la exportación.
La desesperación por conseguir divisas para poder importar
insumos los hace exportar a cualquier precio.
EC - ¿La cosa puede llevar efectivamente, entonces, como
usted dijo ayer, a que haya empresas uruguayas del sector vitivinícola
que colapsen?
FD - No creo que sea un problema de empresas sino del sector todo.
No creo que lleguemos a eso, porque seguramente nuestras autoridades
van a tomar medidas al advertir esta situación. El Inavi
hará lo suyo porque es algo que se ve venir: no es algo que
vaya a ocurrir sin que nos demos cuenta.
EC - Ya se ha tomado alguna medida: la Tasa de Promoción
Vitivinícola. ¿Qué es?
FD - Es una muy buena medida, porque mediante una mayor recaudación
por la conocida estampilla que lleva cada envase consigue fondos
para estimular las exportaciones, ya sea mediante el subsidio de
la compra de uvas a productores que no tenían colocada la
cosecha y de este modo la colocan a bodegas que se comprometen a
comprarlas con fines de exportación, como también
un subsidio que se va a realizar a los vinos exportados mediante
operaciones normales y no por ese mecanismo anterior. Otra parte
se destinará a la promoción del vino en el exterior.
O sea que es una muy buena iniciativa en la medida en que puede
estimular ese canal exportador.
Pero no es suficiente si el sector vitivinícola uruguayo
pierde de golpe el mercado interno, o no lo pierde pero baja a precios
de crisis en Argentina.
EC - ¿Qué medidas están haciendo falta?
FD - Hasta que Argentina no tenga claro sus números y, ojalá
sea pronto, encauzar su actividad y volver a exportar los precios
a los que puede volver a producir, de alguna manera deberá
existir alguna medida cautelar que revise cuánto es lo que
se importa, y que asegure que Uruguay pueda seguir con el régimen
que veníamos hasta ahora, importando un volumen más
o menos equivalente al que exportaba. Estimulando las exportaciones,
en la medida en que aumentamos las ventas aumentan también
las importaciones.
EC - ¿Usted habla de poner un cupo, entonces?
FD - Un cupo, o condiciones que eviten el ingreso masivo de vino.
EC - Son medidas heterodoxas: no forman parte del modelo que se
está aplicando en nuestro país.
FD - Yo creo que el modelo es muy bueno en la medida en que los
socios del Mercosur estemos todos en el mismo. Pero si en este momento
Argentina exporta por debajo del costo de producción, a lo
que suman subsidios y mecanismos de emergencia, el modelo puede
ser distinto.
EC - ¿Le parece que hay ambiente en las autoridades para
adoptar este tipo de medidas?
FD - No lo sé, pero creo que es la única solución.
EC - ¿Qué cantidad de personas trabajan hoy en el
sector vitivinícola?
FD - Quizá el Inavi tenga mejores cifras, pero las cifras
que se maneja en general es de unas 50.000 familias que participan
directamente.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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