21.03.2002








Después de Simón, "buscar hacia adentro"

"Quiero cuidar esta felicidad; ayudame a cuidarla". Eso fue lo que Sara Méndez entendió de la primera conversación con quien luego se confirmaría como su hijo, Simón. Él ya no tenía dudas de que ella era su mamá. Sara, sin embargo, necesitaba "escucharlo de una autoridad". Tras la certeza del análisis de ADN, comienza la etapa de "contar qué está pasando con esta historia y con mis sentimientos", dice Méndez. Sin embargo, tras años de exposición pública, aclara: "Necesito reflexionar y vivirlos con Simón".

EN PERSPECTIVA
Miércoles 20.03.02, 07.35.

EMILIANO COTELO:
La confirmación de la identidad del hijo de Sara Méndez es una de las noticias más destacadas de los medios de prensa desde ayer. Los diarios uruguayos le dan distinta relevancia: La República lo ubica como titular principal: "Es Simón"; El Observador le da un título secundario a una columna: "Confirman oficialmente el hallazgo de Riquelo"; también El País le da uno de los títulos chicos: "Prueba: Simón Riquelo fue identificado y ya no está desaparecido"; y también es un titular secundario en Ultimas Noticias: "Simón Riquelo vive en Argentina".

Al comenzar el programa, nuestro corresponsal en Buenos Aires, José Antonio Gil Vidal, señalaba el destaque especial que da al tema el diario Página/12. La crónica de Victoria Ginzberg comienza con una frase de la propia Sara Méndez: "Junto con Simón, también hemos encontrado un motivo más para avivar el fuego de las esperanzas y la fe en la lucha colectiva".

Agrega que Sara Méndez "pudo anunciar ayer que había concluido su búsqueda de casi 26 años. Halló a su hijo. Ambos fueron separados en julio de 1976; la madre fue secuestrada en Buenos Aires y llevada al centro clandestino Automotores Orletti. El niño tenía veinte días. Sara ya se reencontró con Simón. Lo hizo aun antes de tener la certeza oficial. Verlo frente a frente le despertó nervios. 'Parece mentira en una persona tan grande', dijo de ella misma. Pero entiende que si el joven debe procesar su historia, de la que se acaba de enterar (hace quince días no sabía ni que era adoptado), ella debe asimilar su maternidad, que reapareció con ese joven de 25 años.

"Sara es una de las tres mamás de niños desaparecidos que sobrevivieron a la última dictadura militar y hasta hace pocos días era la única que no había recuperado a su hijo. Hace una semana, luego de haber sido localizado por el senador uruguayo Rafael Michelini, Simón -que ahora tiene otro nombre- se sometió por su propia voluntad a los análisis genéticos que le devolvieron su verdadera identidad. El resultado fue oficialmente confirmado ayer. 'Fuimos informados por el juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 7, Jorge Urso, y la secretaria Olga Chávez, que los estudios de ADN practicados por el Banco Nacional de Datos Genéticos, a cargo de la doctora Ana María Di Lonardo, habían arrojado resultado positivo en un porcentaje de 99.99 por ciento', informó Sara en un comunicado. En diálogo con Página/12, la mujer definió este momento como 'el fin de una búsqueda principio de una relación'. La sobreviviente de la patota que operaba dentro del Plan Cóndor trata de ser cauta, para respetar el deseo de su hijo de preservar este incipiente vínculo.

"Sara conoció a Simón la semana pasada, cuando esperaba los resultados científicos que le confirmaran si el joven que estaba viendo era su hijo. Ayer se comunicó por teléfono con él y le confirmó lo que ambos intuían. De hecho, hasta el mismo presidente de Uruguay, Jorge Batlle, anunció la semana pasada -sin la autorización de los involucrados- el hallazgo del joven, en un intento para capitalizar el caso como un logro de su gestión", según la interpretación de la periodista.

"'Quienes han compartido conmigo durante estos largos años las esperanzas, las frustraciones, tienen el derecho muy ganado para que hoy pueda decir que hemos encontrado a Simón y compartir la alegría. Siento que hemos ganado una batalla contra la impunidad y, lo más importante, que ella afirma mi compromiso en sumar mi modesto esfuerzo, para que esta luz que hoy alumbra en donde se pretendía preservar la oscuridad, continúe, continúe...', expresó Sara".

En 1973, Sara Méndez, una militante del Partido por la Victoria del Pueblo, decidió radicarse en la Argentina ya que era requerida por los militares en el Uruguay. Su casa había sido allanada varias veces y también la de varios de sus familiares.

Pero la situación de Argentina no difería demasiado a la de Uruguay en cuanto a seguridad y represión se refiere para los militantes de izquierda.

La posición de los exiliados políticos latinoamericanos en aquel país fue complicándose a medida que pasaba el tiempo. En el caso de los exiliados uruguayos, en abril de 1976 habían sido secuestrados entre otros los legisladores, Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y el matrimonio Barredo y Whitelaw siendo hallado sus cadáveres días más tarde, así como también había sido encontrado el cuerpo de una maestra uruguaya acribillada a balazos y su esposo continuaba desaparecido. También había desaparecido el 9 de junio, Gerardo Gatti, hermano del padre de Simón, Mauricio Gatti.

El 22 de junio de 1976 nacía Simón Antonio, hijo de Sara Méndez y Mauricio Gatti. Es anotado en un juzgado argentino como hijo natural bajo el apellido falso de Riquelo. Como en aquella época la seguridad de los exiliados políticos era muy frágil, Sara ocultaba su verdadera identidad y cambiaba su apellido por el de Riquelo. Es así como su hijo queda registrado como Simón Antonio Riquelo.

(Grabación:)

"SARA MÉNDEZ:
El 13 de julio fue el secuestro y él había nacido el 22 de junio, es decir que tenía apenas 21 días cuando nos secuestraron a los dos, luego me separaron de Simón que quedó en manos de las fuerzas represivas que llegaron hasta mi domicilio. Por investigaciones que hizo mi familia en el barrio, sé que quedaron en ese domicilio durante varios días. Yo digo siempre que esas personas, que en la parte uruguaya fueron comandadas por José Nino Gavazzo, saben sin ninguna duda qué pasó con Simón porque tuvieron que darle inmediatamente algún destino, en la medida en que era un niño tan pequeño y que merecía atención inmediata".

(Fin de la grabación)

Junto con Sara Méndez vivía en esa casa Asilú Maceiro. Las agentes no pudieron detener a Mauricio Gatti, que esa noche no estaba en su domicilio. Al poco tiempo, el padre de Simón pudo refugiarse en Europa. Las dos mujeres recibieron una violenta golpiza durante los interrogatorios y se las detuvo en el centro clandestino que funcionaba en Automotores Orletti, junto con un grupo numeroso de uruguayos secuestrados.

Los agentes represivos a cargo del operativo trasladaron a Simón a la Clinica Norte del barrio Belgrano donde lo abandonaron. Un policía lo encontró allí y se presentó ante un juez para pedir la tenencia del niño. Tras el otorgamiento de esa tenencia, Simon fue registrado como hijo legítimo del funcionario policial.

Diez días después, en el marco del llamado Plan Cóndor (coordinación represiva entre militares argentinos y uruguayos), Sara Méndez, junto con otros militantes del PVP, fue trasladada clandestinamente a nuestro país y quedó detenida en el Penal de Punta de Rieles. En 1981, una vez recuperada su libertad, Sara Méndez comienza a buscar a su hijo.

Restablecido el sistema democrático en el Uruguay las investigaciones por parte de Sara Méndez continuaron. Ni en el primer gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti, ni en el gobierno del Dr. Luis Alberto Lacalle ni en el segundo gobierno de Sanguinetti, Sara Méndez logró novedades sobre su hijo.

En el interín, el 11 de abril de 1991, Mauricio Gatti fallece de un ataque cardíaco.

Llegado el año 1987 a Sara Méndez recibió la información sobre un niño que podría ser Simón, que vivía en Montevideo. Y partir de allí comenzaron los trámites legales de Méndez para obtener la aprobación legal para realizar los exámenes hematológicos, a los que hasta ese momento quien podría ser Simón y sus familiares adoptivos se negaban.

Tras la asunción del presidente Jorge Batlle, y a su expreso pedido, el joven Gerardo Vázquez (presunto hijo de Sara Méndez) accedió finalmente a realizarse las pruebas de histocompatibilidad y comprobar, si efectivamente, como lo suponía Sara Méndez, se trataba de su hijo Simón.
Dicho examen se practicó en Uruguay y en Argentina. El resultado fue negativo.

La Comisión por la Paz creada a instancias del presidente Batlle para resolver el problema de los desaparecidos en tanto, no obtuvo información sobre Simón lo que motivó un enfrentamiento con Sara Méndez.

A fines del año 2001 y tras unos datos conseguidos por la Comisión por la Paz, una investigacion del periodista Roger Rodríguez e información conseguida por el senador Rafael Michelini permitieron acercarse a la dilucidación de este caso

Hace una semana atrás, el martes 12 de marzo, un joven argentino accedió a realizarse el examen de ADN ante la fuerte sospecha de que se trataba de Simón Riquelo.

Finalmente, ayer, 19 de marzo, cuando faltaban apenas quince minutos para el mediodía se conoció el resultado de los exámenes, y se confirmó que efectivamente la búsqueda de una madre por su hijo había llegado a su fin.

Estamos en comunicación con Sara Méndez, desde Buenos Aires. ¿Cómo fue para usted este giro que se produzco en su vida, hace...? Yo decía menos de dos semanas, pero ¿cuándo fue exactamente?

SARA MENDEZ:
No recuerdo exactamente la fecha, pero fue hace dos domingos (N. de R.: domingo 10 de marzo) que tuve la entrevista con el senador Michelini. Fue a mi domicilio y me empezó a narrar la historia. Ahí se precipitó todo, porque a los pocos días tuvimos el comienzo del examen de ADN, y en muy pocos días también -para las demoras que suelen tener estos exámenes-como estaba disponible la sangre materna y paterna el plazo fue mucho más corto y ayer tuvimos la confirmación.

Por lo tanto, todavía tengo la impresión de algo que ha sucedido pero de lo cual no tengo una conciencia profunda y real de todo lo que significa.

EC - Sí: entre otras cosas, pensaba preguntarle si después de tantos años de búsqueda, después de haber pasado más de 10 años convencida de que su hijo era Gerardo Vázquez, si ahora que hay un examen de ADN que asegura que usted encontró a su hijo ¿no le queda ningún margen para la duda? ¿Está completamente convencida, ya pudo asumir que encontró a su hijo?

SM - Sí, es muy fuerte. Cuando ayer la secretaria del juez leyó los resultados que envió el Banco Genético de Durán, que todos los marcadores habían dado positivo y se había llegado a ese porcentaje de 99,99%, que es el más alto al que se puede llegar... es increíble porque a veces no tenemos conciencia real de hasta qué punto necesitamos ese tipo de comprobación fehaciente de ese tema, para poderlo decir. Por más que haya otros indicadores que lo dicen por otros motivos: el joven me decía que no tenía duda de que lo era, sin embargo...

EC - ¿El no tenía duda?

SM - El no tenía duda, pero yo tenía la necesidad de escucharlo de una autoridad, y sobre todo haber culminado no sólo con el estudio de mi sangre sino también la del padre. Por supuesto eso era muy importante, en la medida en que había sangre de Mauricio depositada en el Banco, lo que completó todo el examen.

EC - En pocos de estos casos de niños desaparecidos que fueron encontrados se pudo efectuar un examen con tantas posibilidades de certeza, con la sangre del padre y de la madre.

SM - Sí, porque desgraciadamente los padres no han estado presentes en esta situación de la búsqueda de sus hijos, y han tenido que ser los abuelos quienes han salido a buscarlos, y a veces con un árbol genealógico muy incompleto, con sangre de tíos, o a veces no, y por lo tanto llevaba un tiempo prolongado y no se llegaba a resultados tan concretos como en este caso.

EC - Yo recordaba recién que el padre de Simón, Mauricio Gatti, falleció en 1991. Pero ustedes habían tomado la precaución de contar con una muestra de su sangre en este hospital de Buenos Aires.

SM - Sí: Mauricio había tenido tres infartos estando en Europa, y fue sometido a una operación muy importante con muy pocas posibilidades de vida. En ese momento pidió que se le extrajera sangre y se le hizo el examen de ADN. Ese resultado está entre las cosas que le traje de su padre, y cuando se abrió acá en 1985 el banco de sangre y se pudo conformar una reserva de la sangre de muchos familiares que ya no están porque han fallecido, los dos nos extrajimos sangre que está aquí. Gracias a eso podemos tener el resultado con la sangre de Mauricio.

EC - Yo hablaba recién del cambio brusco que tuvo su vida en estos últimos 15 días. ¿Usted no tenía indicios de que hubiera un trabajo en marcha, que estuviera por culminar encontrando a su hijo?

SM - Tuve una información unos días antes y también había empezado unos movimientos a través de algunas personas acá para la ubicación de esa clínica. Pedí la información a argentinos, que son las personas indicadas porque conocen el medio. Al otro día estaba ubicada la clínica, pero tenía que viajar para poder seguir, tenía temor por el manejo de la información en los medios de comunicación, sabemos que hasta el correo electrónico puede ser interferido, y yo estaba pasando por una situación familiar delicada por mi padre, por lo cual no pude viajar de inmediato.

A todo eso Michelini viene a Buenos Aires que sigue en busca de pistas sobre su padre, para conocer los hechos y dar con los responsables, y también continuaba con lo que pudieran ser rastros que condujeran a Simón. Así fue que unas semanas antes había conseguido información que precipitó esto que hoy conocemos.

EC - Para usted, un cambio total en la vida. Y para su hijo, ni hablar. Porque hasta este mes no sabía siquiera que era adoptado: se enteró simultáneamente de que era adoptado y de que probablemente usted fuera su madre, que él fuera ese niño del cual la sociedad uruguaya ha venido hablando tanto desde hace un cuarto de siglo. Lo asumió muy rápido, ¿no?

SM - Creo que sí: muy rápido y muy bien. Por supuesto, cuando hablé con él ayer le dije que no me he podido dar un espacio para pensar en lo que significa haber terminado la búsqueda, porque estoy respondiendo a llamadas, y él no puede tener la dimensión de lo que significa este tema para Uruguay y aún más allá.

A pesar de que se dedicó a buscar por Internet y a conocer estos 25 años de búsqueda...

EC - Efectivamente, poco después de enterarse de cuál era su probable origen, se puso a buscar sus antecedentes.

SM - Se puso a buscar esa historia. Creo que eso lo conmovió mucho, y fue un elemento que ayudó a la decisión de querer definir esta situación.

EC - ¿Esperaba que se mostrara tan abierto? ¿Qué temores tenía?

SM - Creo que estos años de búsqueda, años en los que no lo hemos tenido con nosotros, han ayudado -por otras experiencias-a que cuando nos encontremos seamos personas maduras, con otra seguridad en sus vidas, con independencia de vida, lo que también facilita a enfrentar esta historia de otra forma.

EC - Pero usted debía tener su temor, me imagino.

SM - Por supuesto, sobre todo a partir de la experiencia anterior. Y es un paso difícil para cualquier persona tener que dudar y buscar su propia identidad.

EC - El padre adoptivo de Simón (llamémosle así, no sé cuál es el nombre con que circula en Argentina) es un funcionario policial ¿pero no vinculado con los grupos de represión de los años 70?

SM - Esa es la información que tengo por el senador Michelini: no he incursionado en absoluto en la vida de la familia...

EC - ¿Se reunió con ellos, además de con su hijo?

SM - No: hasta ahora, sólo con él.

EC - No ha estado en su casa.

SM - No, no. Los encuentros siempre fueron en lugares públicos.

EC - ¿Tiene padre y madre adoptivos; tiene hermanos?

SM - Sí; también tiene hermanos; tiene una familia. No quisiera dar datos precisos. A él todavía le afecta que se pueda dar datos que puedan empezar a vincularlo, sino también esto que nosotros podemos hablar públicamente porque es una historia que venimos hablando de distintas formas hace 25 años, a él le cuesta mucho asumirlo como caso público.

EC - Ustedes han resuelto no dar a conocer la identidad actual de Simón.

SM - Eso tiene que ser un proceso que él decida, y lo primero que hicimos ante el Juzgado fue un pedido para que no conste el resultado del examen de ADN en el expediente que se lleva por el secuestro de niños acá en Argentina, precisamente para preservar su identidad.

EC - ¿Se puede saber sí qué hace Simón? ¿Estudia, trabaja, tiene novia...?

SM - Es un joven muy parecido a todos los de su edad. Trabaja, estudia, tiene novia, tiene proyectos de casamiento a corto plazo. En un país donde la vida se está poniendo difícil, tiene muchos proyectos de futuro.

EC - Le ha dicho que es feliz, y que quiere incorporarla a usted a su felicidad, ¿verdad?

SM - Sí, y creo que en ese "soy feliz" me decía también "quiero cuidar esta felicidad; ayúdame a cuidarla", y por lo tanto estaba marcando el cuidado de su mundo de 25 años, que no se vea invadido. Creo que lógicamente todavía no tiene conciencia -porque nunca se había planteado que fuera hijo adoptado-todo lo que significa conocer su identidad biológica. Por lo tanto, ese mundo se va a ver alterado quiérase o no por el hecho de que conocer los orígenes es algo muy fuerte en el ser humano...

EC - ...para cualquier ser humano adoptado, más en un caso como este.

SM - Claro.

EC - ¿Cuántas reuniones ha tenido con él hasta ahora?

SM - Dos veces.

EC - Y varias conversaciones telefónicas.

SM - Sí, todos los días.

EC - ¿En qué medida estos 25 años de gestiones, de movilizaciones, de lucha en la búsqueda de su hijo, todo eso que a usted la endureció mucho, en qué medida puede parar de golpe ahora aquel vértigo, aquella tensión, para poder disfrutar a su hijo? ¿Puede hacerse a un lado por un tiempo, por un rato en el día, la causa de los derechos humanos y zambullirse en este capítulo estrictamente personal al que el destino le llevó? ¿Cómo se hace eso?

SM - Creo que no hay recetas, y que en cada persona esas cosas se procesan distinto. Creo que terminó una etapa muy dura, una etapa de búsqueda, muy dura porque -lo digo con total conocimiento de causa- los familiares no tuvimos la ayuda del Estado en ninguno de estos países para poder deslindarnos nosotros de la búsqueda. Absolutamente todos los niños encontrados, tanto los hijos de los uruguayos como los de los argentinos lo fueron por las organizaciones de familiares, por organizaciones humanitarias, por la gente que continuamente pasaba información. Así hemos llegado en todos los casos.

Eso exige mucha fuerza, pero fuerza que a veces se convierte en una herramienta muy dura para poder seguir adelante.

EC - ¿Una coraza?

SM - A mí me dijeron en determinado momento que Simón estaba muerto. Yo tenía la absoluta certeza de que no era así, y había que proseguir, buscar... Creo que lo importante es, a pesar de eso, no perder nunca la sensibilidad. Y creo que la coraza era necesaria porque era un tema sensible no sólo para quien lo vivió en forma directa sino para el otro, para quien se hacía conocido, se hacía cargo de historia a medida que la conocía.

Yo reivindico mi condición de trabajadora social y en especial de trabajadora por los derechos humanos, en lo que pienso seguir. Por lo tanto, en ese aspecto no va a haber cambios: estos temas están en nuestras vidas todos los días, pero creo que esto que estamos haciendo hoy, que venimos haciendo (anoche fue hasta la una de la mañana, hoy desde las siete), contar qué está pasando con esta historia y con mis sentimientos, que voy exponiendo pero necesito reflexionar y vivirlos con quien tengo obligación de hacerlo, que este caso es con Simón...

EC - Usted tiene que volver a ser madre... Por supuesto que no dejó de serlo en estos 25 años, pero "ejercer directamente" como madre...

SM - Sí; creo que el hecho de no haber estado en toda esa etapa cuando el niño comienza a decir las primeras palabras, los primeros balbuceos, a dar los primeros pasos... Yo lo veo hoy porque tengo la suerte de que mi compañero tenga una nieta que hoy tiene seis años, Camila, que he podido disfrutar en lo que no he podido disfrutar a Simón; por supuesto, no desde el rol de madre sino desde el de algo parecido a una abuela. Me he dado cuenta, como maestra y como educadora sé lo importantes que son esos años en la vida del ser humano.

EC - Usted va a tener que reconstruir esa historia: buscar fotos familiares, que deben existir, de esos mojones tan importantes en la vida de un niño y un adolescente. Me imagino que va a tener que buscar las imágenes y charlar, esa es una de las tantas cosas que tienen ustedes dos por delante, ¿no?

SM - Sí, por supuesto. Creo que va a haber espacio, al menos ahora tenemos la posibilidad de comunicarnos diariamente. Yo tengo una gran necesidad de ponerme a escribir, cosa que nunca me había animado a hacer, pero ahora con un objetivo muy concreto: ahora hay un destinatario que tiene un rostro, que tiene una vida propia y una historia, que no es solamente la de Simón sino que es su propia historia.

EC - Usted dice que a eso tiene que dedicarse. O sea que esta etapa de comunicación con la gente, con la sociedad uruguaya, va a tener una pausa en los próximos días.

SM - Creo que lo que estamos haciendo hoy, el esfuerzo de contestar a todas las entrevistas, es también un pedido por la necesidad de normalizar la relación, tener espacio para reflexionar, y si tengo ganas de llorar poder hacerlo.

EC - Ahora empieza otra búsqueda...

SM - ...hacia adentro.

EC - Una búsqueda con dos historias personales.

SM - Así es.

EC - Una duda que ha que quedado: la fotografía, ese emblema de Simón con el que usted y todos quienes apoyaron su búsqueda se han movido en todos estos años, ¿es efectivamente de Simón?

SM - Es la foto de Simón. Me han dicho que en algún medio uruguayo salió publicado que era una foto utilizada en función de que no se tenía un rostro...

EC - Por eso se lo preguntaba.

SM - Esa foto se salvó justamente (no se salvó nada más, nunca pude recuperar nada de las cosas que estaban en casa) porque yo la había enviado poquitos días antes a mi familia. Fue la única foto que tuvieron para poder moverse durante estos primeros años de búsqueda. Por supuesto, creo que una foto que habrá perdido mucho del original, porque ha pasado por tantas reproducciones, pero fue la primera y única foto que tuvo Simón.

EC - Es una puntualización importante porque dejaba la duda sobre si hubo tiempo de fotografiar a Simón en esos pocos días en los que ustedes estuvieron.

SM - Sí, pero creo que también fue parte de una precaución.

EC - ¿"Parte de una precaución"?

SM - Sí: tener una fotografía, que la familia la tuviera. Tenía muchos más planes para garantizar que, estando en situación de riesgo, mi familia pudiera tener otros elementos para valerse, también.

EC - Están organizado un recibimiento con un acto, mañana por la noche, en el Obelisco. ¿Cómo le resulta eso?

SM - Me resulta algo muy fuerte. Pero creo que la gente lo siente como algo necesario, porque estamos convencidos de que esta búsqueda la hicimos entre muchos, muchísimos uruguayos, y que hoy tenemos el derecho de festejar juntos también.

EC - ¿Usted vuelve mañana mismo?

SM - Mañana, jueves.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón

 

 




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