"En defensa de Uruguay, no
contra Argentina"
Ministro
de Industria, Sergio Abreu: En el corto plazo, las medidas comerciales
no compensarán la competencia argentina en terceros mercados.
Para las importaciones, los productos con precio inferior al normal
serán penados con un impuesto específico. En el campo
financiero, "ojo por ojo, producto por producto" respecto
a las importaciones de Argentina. Discrepancias en el gabinete:
"Represento a un partido de la coalición", y ese
partido debe ser escuchado.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 20.03.02, 09.03.
EMILIANO COTELO:
En la relación comercial con Argentina el gobierno no llega
al ojo por ojo, pero tampoco anda muy lejos de ese extremo. Ayer,
antes de partir hacia México, el presidente Jorge Batlle
anunció medidas financieras y de valoración aduanera
de alcance universal y de aplicación temporaria, destinadas
básicamente a defender a entre 200 y 300 productos uruguayos
de los efectos de la devaluación en Argentina que aumentó
la competitividad de los productos provenientes de ese país.
Los instrumentos fueron definidos ayer, en un encuentro en el que
participaron el propio primer mandatario y los ministros de Economía,
Alberto Bensión, de Ganadería, Gonzalo González,
el vicecanciller Guillermo Valles y el ministro de Industria y Energía,
Sergio Abreu.
El doctor Abreu nos acompaña esta mañana en estudios
y con él vamos a conversar sobre este paso. Comencemos por
el diagnóstico: ¿qué problemas se quiere enfrentar
con estas resoluciones?
SERGIO ABREU:
Con el tema argentino, y en general con el comercio exterior, tenemos
tres escenarios; yo diría con el tema argentino a partir
de la devaluación que hizo ese país.
El primero es la producción nacional, es decir la competencia
de los productos nacionales con los argentinos importados; el segundo
es la competencia de los productos uruguayos en territorio argentino;
y el tercero es la competencia de los productos uruguayos con los
argentinos en terceros mercados.
Hay esos escenarios que se debe ir analizando a la luz de la competitividad
que el tipo de cambio argentino está dando a sus productos,
siempre y cuando o teniendo en cuenta que el tipo de inflación
no vaya a acompañar en forma directa la modificación
del tipo de cambio.
EC - ¿Tienen números de cuál ha sido la ganancia
de competitividad de la industria argentina hasta ahora?
SA - Es muy importante: estamos hablando de una devaluación
de 1 peso a 2,25, 2,30, 2,40, que es, en sí, una devaluación
de más del 100%. Además, los precios internos en Argentina
están aproximadamente en algo más de 30%. Es lo que
ayer manejábamos como cifras estimativas: no son oficiales
pero sirven para acercarnos a la relación entre la inflación
argentina y el tipo de cambio.
EC - ¿Qué era ese 30% que mencionó?
SA - La inflación.
EC - ¿En qué período?
SA - En este período. Hay una estimación de que hay
una tendencia a una inflación que pudiera acompañar
en algún momento el tipo de cambio, lo que hasta ahora no
se ha dado. Es lo que sucedió con Brasil: la devaluación
brasileña no fue acompañada por una modificación
de precios internos, por lo tanto le dio una gran competitividad,
entre otras cosas porque la economía brasileña no
estaba dolarizada y el real, de alguna manera, era el índice
o el punto de referencia de la actividad económica del país.
En este caso es diferente. Estamos analizando el contexto, pero
le diría que para el mercado de las exportaciones uruguayas
a Argentina -que no es el motivo de estas medidas-, si analizáramos
una devaluación de aproximadamente 100%, es decir 2 pesos
por dólar, con una inflación de 25% en el país
vecino, con la pauta cambiaria de 2,4 mensual que llega a 33%, y
una eventual inflación en Uruguay de 10%, estaríamos
hablando, este año, de la pérdida del 60% de las exportaciones
del país a Argentina. El año pasado exportamos a Argentina
más de U$S 300 millones e importamos en una relación
dos a uno, de manera tal que este año, en este escenario,
estaríamos perdiendo de exportaciones a Argentina, solamente
por esta situación de tipo de cambio, alrededor de U$S 200
millones, exportando unos U$S 100 millones.
¿Cómo recuperar esa competitividad? Es muy difícil,
salvo que existan en el ámbito argentino variables como la
inflación, que pudieran modificar la situación. Como
también es cierto que puede existir una situación
convergente por la pauta devaluatoria uruguaya, que al ser de 2,4%
y tener un 33% de meta anual, va dando también mayor competitividad
al sector exportador.
EC - Entonces, para ese capítulo del problema, para las
exportaciones uruguayas hacia Argentina, no operan estas medidas
que vamos a comentar ahora. ¿Se está preparando otras?
SA - Se está analizando, dentro de las limitaciones de la
Organización Mundial del Comercio. No podemos utilizar reintegros,
por ejemplo, como estímulo a las exportaciones, porque están
expresamente prohibidos; pero sí el sistema de devolución
de impuestos, que tiene una relación muy directa con los
tributos que se paga en el proceso productivo, y con respecto a
los cuales, si bien pueden ser aumentados -hay un pequeño
margen-, obviamente hay dos aspectos que están pesando: de
qué manera podemos favorecer al mayor valor agregado, y de
qué recursos podemos disponer para destinar al sector exportador.
Es un tema que se maneja en el área de la tesorería
o del Ministerio de Economía.
EC - Pero sigue en análisis. ¿Cuándo podría
haber novedades?
PV - No creo que a corto plazo. El Ministerio de Industria lo ha
planteado en forma reiterada, lo que no quiere decir que estemos
en discrepancia; simplemente estamos preocupados, en consonancia
con el sector productivo nacional, por tratar de darle competitividad
con los mecanismos existentes, sin que ello signifique consagrar
la competitividad definitiva por aumentar el régimen de devolución
de impuestos.
***
EC - Pasemos a las medidas destinadas a proteger los productos
nacionales de la competencia argentina en el mercado local. Quizás
el término no sea competencia, ustedes han preferido hablar
de defensa de la competencia, no de protección.
SA - El mercado local es otro escenario, que significa que debemos
buscar una defensa de la producción nacional.
EC - ¿Ya se está dando una invasión de productos
argentinos baratos o abaratados?
SA - Está comenzando incipientemente, pero le diría
que la situación argentina y el estancamiento del sector
productivo de ese país no permiten potenciar ya el sector
exportador. Hay algún comentario, sobre todo en el área
alimenticia, lo que nos preocupa mucho, porque en realidad la batería
de medidas (no de protección sino de defensa de la competencia
y del mercado, porque protección significa dar auxilio a
alguien que no es competente o no es eficiente en la producción,
y lo que aquí ha alterado la competitividad no es el precio
o el proceso productivo por deficiencia, sino una variable que es
el tipo de cambio, que de por sí no es un elemento que va
a aumentar el comercio sino que lo va a desviar) va precisamente
contra esto.
¿Cómo se hace para defenderse de problemas de esta
naturaleza?: utilizamos mecanismos que están dentro del área
de la OMC. En esto han trabajado los técnicos del país,
de todos los ministerios, que han aportado su creatividad. Obviamente
hubo discrepancias en algunas posiciones respecto a qué instrumentos
pudieran ser utilizados, pero se ha llegado a un consenso.
EC - No son exactamente las medidas que usted mencionó en
algún momento.
SA - Quizás los instrumentos no sean los mismos, pero el
resultado va a ser casi el mismo si se los aplica efectivamente.
EC - Usted había hablado de tocar los aranceles, por ejemplo.
SA - En algún momento se manejó (incluso a propuesta
de otro ministerio, acompañado por nosotros) incorporar un
nivel arancelario a la lista de adecuación, es decir a la
vieja lista de adecuación, que ya estaba en cero, y colocar
aranceles a los productos sensibles en el marco del Mercosur. Este
efecto es más o menos parecido, pero sin utilizar el arancel.
EC - ¿Qué se utiliza?
SA - Se utiliza el valor aduanero: se establece una lista de productos,
a cada uno de los cuales se le establece un precio de referencia.
EC - ¿De dónde sale ese precio de referencia?
SA - Sale de un precio histórico de la corriente de comercio
con los países con los que vamos a estar relacionados, con
los que vamos a aplicar esta medida, o con el precio internacional
o normal -en alguna parte de la jerga técnica dice "precio
normal"-. Ese precio es el que define cómo vamos a permitir
la importación. Si se importa el producto por debajo de ese
precio, en este caso se le aplica un derecho específico;
ese derecho específico restablece el precio de referencia
o normal, y por tanto va a ingresar el producto a un nivel de competencia
adecuado.
El máximo al que puede llegar este derecho específico
es el arancel consolidado por la OMC, que es de 35%. De manera que
hasta 35% puede acumular el arancel existente, si viene de terceros
países, más el derecho específico. En el caso
del Mercosur, al no existir aranceles, porque estamos en cero, todo
va a ser de derecho específico, aun cuando esa tasa no pueda
superar el 35%.
EC - Entiendo cuál es el mecanismo, pero deduzco que no
en todos los casos va a ser suficiente para compensar la mejora
de competitividad de la República Argentina.
SA - Exactamente. En muchos casos no va a ser suficiente, por lo
que, respecto a algunos productos vamos a tener que analizar algún
otro tipo de medida que tenemos a estudio, porque debemos hacerlo
de manera que se aplique como principio de reciprocidad de normas
que se aplican en el ámbito de todos los países, fundamentalmente
respetando los compromisos internacionales.
EC - La lista comprende productos provenientes de todas partes
del mundo, esto no se hace específicamente dirigido a la
República Argentina.
SA - No: no se hace dirigido específicamente a la República
Argentina, pero se establece como una lista en la que obviamente
están incluidos todos los productos que se importa desde
ese país.
EC - O sea que queda claro que es por el factor argentino.
SA - Si dijera otra cosa, mentiría. Es importante decirlo,
no hay que estar dando mucha vuelta; pero no es un tema contra Argentina,
sino a favor de Uruguay.
EC - Pero no se podía tomar una medida sólo sobre
los productos provenientes de Argentina.
SA - Sí, pero pensamos que es importante mirarlo con un
espectro mucho más amplio, porque también algunos
productos nacionales que compiten con productos provenientes de
terceros países podrían ser defendidos con este mecanismo.
EC - Son 200 a 300 productos.
SA - Más o menos.
EC - ¿Algunos ejemplos?
SA - Todos los bienes de consumo final competitivos con la industria
nacional, en particular los productos alimenticios de la cadena
agroalimentaria. Con Argentina tenemos una competencia muy directa;
las estructuras productivas de ambos países son muy parecidas
y nuestra competitividad es muy simétrica. Es el mercado
al cual Uruguay exporta con mayor diversificación sus productos,
y el mercado en el que Argentina ingresa a nuestro país con
un superávit de dos a uno. No es lo mismo que el mercado
brasileño, con el que tenemos cierta complementariedad con
los productos agropecuarios o los productos primarios. En este caso
muchos productos -harina, trigo, pan, la cadena farinácea
como le llaman los técnicos- tienen una fuerte competencia
en el país.
EC - Pero también terminaría operando sobre productos
brasileños que a su vez han ganado en competitividad.
SA - También podría operar sobre productos brasileños.
Esto es aplicar las normas de la OMC, con una dosis de ingenio y
elasticidad importante, sobre la base del capítulo 7, de
evaluación aduanera, que es lo que de alguna manera se permite
a los países en vías de desarrollo para manejarse
con cierta flexibilidad.
EC - ¿Qué pasa con las excepciones? Supongo que no
quedan abarcados los productos que se importa y son insumos de la
industria o la producción nacional.
SA - Obviamente, vamos a buscar, en el caso de la financiación
-lo que va directamente para Argentina-, exonerar todo lo que sea
admisión temporaria, insumos, bienes, insumos hospitalarios,
medicamentos. Se va a identificar el producto, de modo que el que
ingresa a Uruguay en régimen de competencia normal porque
no se altere el precio, no tenga ninguna dificultad; al que tenga
una diferencia se lo va a nivelar con derechos específicos.
EC - Hablemos del otro instrumento al que se ha recurrido: las
medidas financieras. En estas horas está saliendo una circular
del Banco Central.
SA - Exactamente. Las medidas de tipo financiero son lo que el
presidente de la República definía ayer como el efecto
espejo.
EC - Eso sí es espejo.
SA - Es espejo directo.
EC - Ojo por ojo.
SA - Ojo por ojo, producto por producto. En realidad es una lista
de productos, que Argentina ha definido, que no pueden ser importados
por ese país, salvo que tengan financiación desde
el mercado que los exporta. Esos productos están categorizados
en tres líneas: 90 días, 180 días y 360 días.
EC - ¿De cuándo es esta resolución argentina?
SA - Ya lleva un tiempo.
EC - Es de la era Cavallo.
SA - Claro: en la época de Cavallo, el empalme cambiario,
los acuerdos de productividad, los reintegros y todo ese tipo de
medidas estaban destinados a tratar de compensar la devaluación
brasileña, fundamentalmente, y la situación del sector
productivo argentino frente a la crisis derivada, entre otras cosas,
de la modificación del tipo de cambio brasileño.
EC - Ahora se resuelve tomar una medida similar desde Uruguay.
SA - Se resuelve tomar una medida similar desde el punto de vista
financiero, de forma tal que las importaciones desde Argentina deben
venir financiadas desde ese país a 30, 90 y 180 días
por parte del banco o el instituto financiero de comercio exterior.
EC - ¿Es un condicionamiento fuerte?
SA
- No; no es fuerte. Es importante en el entendido de que puede y
está orientado a enlentecer la invasión de productos
favorecidos por la competitividad. Esto significa que el que no
tenga acceso a una financiación directa va a tener dificultades
para poder vender su producto e ingresar a Uruguay, de la misma
manera que nosotros tenemos dificultades en este momento para ingresar
a Argentina. Aunque, obviamente, el tipo de cambio de ese país
está creando una barrera importante para el acceso al mercado
a un porcentaje significativo de nuestras exportaciones.
EC - ¿Hay más medidas?
SA - No, éstas son las básicas que se ha analizado.
Hay que instrumentarlas.
EC - ¿Cuándo van a estar operativas? Ese es un punto
clave.
SA - Las medidas financieras se establecen por circular del Banco
Central y las de carácter comercial por decreto. Recién
he estado en contacto con mis técnicos, que siguen reunidos
con los distintos técnicos para terminar de elaborar el decreto.
Siempre hay pequeños detalles sobre este tema, lo importante
es la agilidad y la eficiencia con que se aplique el sistema. No
es un tema de protección, no es contra Argentina como una
respuesta a ese país, sino un tema de defensa del interés
nacional, habida cuenta de que tenemos definida nuestra pauta cambiaria,
que es la que pone coto a cualquier otro tipo de competitividad
que se pueda impulsar.
EC - Vuelvo sobre el tema de la fecha: ¿cuándo?
SA - Esta semana.
EC - ¿Ya entran en vigor esta semana?
SA - Espero que sí; ese trámite ni siquiera lleva
la firma de los ministros. El presidente no está, pero el
presidente en ejercicio podría hacerlo perfectamente.
EC - ¿Por cuánto tiempo rigen?
SA - Son medidas temporarias. Cuando se dice que algo es temporario
uno recuerda aquello de que "no hay nada más permanente
que lo provisorio", pero le diría que son temporarias
sin horizonte de finalización. Esta provisoriedad significa
que también el escenario es movible, de manera tal que al
irse profundizando la pauta cambiaria y existiendo alguna otra modificación
en la economía argentina, se podrá modificar el escenario.
EC - ¿Qué impacto pueden tener en el Mercosur? ¿Ustedes
ya se lo han comunicado al gobierno argentino, que es el directamente
aludido?
SA - Sí, el gobierno ya ha hecho las consultas con el gobierno
argentino. No diría que reciben las medidas con alegría
ni satisfacción; obviamente son todas circunstancias destinadas
a proteger a un mercado al que la exportación argentina apunta,
no es el que define su estrategia pero es parte de la misma.
EC - Y la reactivación argentina depende en buena medida
de la recuperación de sus exportaciones.
SA - Obviamente. Es un tema que hay que manejar en el Mercosur:
los otros socios han tenido conductas mucho menos prolijas que las
nuestras desde el punto de vista de sus decisiones unilaterales,
de manera que Uruguay, siempre respetuoso de estas cosas y con el
máximo de responsabilidad va buscando que este Mercosur,
tan dañado, no sea el obstáculo principal para defender
a la producción nacional.
EC - ¿No puede haber represalias del otro lado?
SA - Represalias siempre hay, incluso actitudes de todos los países.
El drama de estos esquemas de integración es que los países
grandes se manejan con ciertas conductas que no necesariamente son
de concesión o contemplación. Yo tengo una frase que
es un poco excesivamente categórica: cuando los países
grandes crecen, a veces no dejan crecer a los demás, pero
cuando tienen crisis, arrastran a los demás.
EC - ¿La respuesta que ustedes han tenido les da a entender
que puede haber represalias, o que no las habrá?
SA - No puedo decir que vaya a haber represalias, puedo decir que
nadie recibe con satisfacción un tipo de medida que signifique
un enlentecimiento del acceso al mercado de sus productos.
EC - ¿Uruguay no puede ser denunciado ante el Mercosur o
ante la OMC?
SA - No en estas condiciones, porque las normas que se está
utilizando son de carácter internacional. Incluso la tasa
consolidada en 35% no puede ser superada. Si hubiera habido modificaciones
de los temas concretos, como sucedió con Brasil, Argentina
y Paraguay, como por ejemplo la resolución del ministro Cavallo
de subir los bienes finales al 35%, o la propia decisión
paraguaya del 10% para todos los aranceles, o propias decisiones
de Brasil en muchos aspectos, en ese caso tendrían que ser
legitimadas por los órganos del Mercosur, como sucedió
en alguna oportunidad. Pero en este caso no necesitan ser legitimadas
porque no son violaciones a las obligaciones del tratado.
EC - ¿Por eso se descartó lo que usted había
propuesto inicialmente respecto de los aranceles?
SA - Por eso, entre otras cosas. El procedimiento era efectivo
en el entendido del arancel, pero tenía que hacerse una consulta
política más profunda, que quizás pudiera aumentar
las rispideces y las fricciones en un Mercosur bastante deteriorado.
EC - ¿Ustedes tienen cálculos sobre cómo van
a impactar estas medidas, en qué grado van a lograr efectivamente
frenar lo que se quiere frenar?
SA - Como usted decía hoy, el tema es si todas estas medidas
alcanzan para poder frenar la competitividad importante que ha adquirido
la producción argentina tras la devaluación, y el
límite de 35% que tenemos de tasa global arancelaria para
los terceros países con los derechos específicos.
Pero va a ser un elemento retardatario, en particular para el sector
productivo nacional y el sector agroalimentario, que de alguna forma
va a estar disponiendo de instrumentos para su defensa.
EC - Llega una pregunta de la audiencia: si la industria del calzado
está comprendida en estas medidas.
SA - Obviamente, va a estar comprendida. La industria del calzado
está hoy en régimen de canal rojo, es decir que todas
las importaciones se ponen a disposición de los distintos
industriales para que sepan a qué precio se está importando.
En el sector textiles, en el sector calzado, en el sector aceites
se está utilizando el dumping. Son medidas comerciales activas
de política comercial, no de protección. De manera
que en esto también hay que reconocer un esfuerzo que, obviamente,
está limitado por algunas variables.
EC - Usted insiste mucho en que no es protección.
SA - No es protección.
EC - Hay todo un debate sobre protección, libre comercio...
SA - La protección es decir: "A determinada producción
nacional, más allá de su eficiencia y su capacidad
de competir en el ámbito externo, le pongo un arancel de
40%, 50%, 60%". Protección es lo que hizo Estados Unidos
con el acero, es lo que hizo Argentina con su decisión unilateral
de 35%. Que puede haber sido provisoria... Otros resultados se dieron
en el ámbito de la economía. Protección es
cuando uno realmente quiere disfrazar las ineficiencias con un exceso
arancelario.
Defensa es cuando uno trata de competir lealmente, por ejemplo
contra los subsidios, contra el dumping o contra circunstancias
que no son de competencia desleal pero que alteran la estructura
productiva de un país, como por ejemplo una devaluación.
Para eso existen mecanismos de la OMC, como por ejemplo las cláusulas
de salvaguardia, es decir establecer cupos para la espera de la
reestructuración productiva de un país que se ve amenazado
con un daño efectivo de su estructura por circunstancias
que no son competencia desleal.
También se descartó, en este caso, la utilización
de cupos o cláusulas de salvaguardia, porque hay dentro del
Mercosur un laudo que establece que las cláusulas de salvaguardia
no son aplicables, que fue dirimido entre Brasil y Argentina. De
alguna manera todos estos instrumentos han ido buscando un consenso
adecuado entre la legalidad, la racionalidad y, justamente, el concepto
de defensa, que no debe ser confundido con protección a la
ineficiencia.
***
EC - Hablando de consensos, ayer trascendió su malestar
por no haber sido consultado por el presidente de la República
en la decisión de redactar nuevas normas sobre Ancap, en
cuanto a la desmonopolización de la importación de
combustibles en marzo de 2004, que se iban a poner en la nueva ley
de urgencia. También han sido públicas discrepancias
que ha tenido con el Ministerio de Economía en torno a medidas
como éstas que, finalmente, ahora se adoptaron. ¿Anda
por ahí la posibilidad de su renuncia? ¿Qué
es esto?
SA - No, la renuncia o el alejamiento siempre es un tema que está
en la primera página. Con lo que no se puede trabajar es
con la idea de permanencia o de que se debe permanecer a cualquier
precio. El tema de la dignidad personal que uno puede tener está
supeditado al respeto que se tenga a la representación que
se tiene, la investidura de un partido que ingresa a la coalición.
Yo hice un planteo en el Directorio del Partido que no exclusivamente
se refería al tema Ancap. Por ejemplo, a la unidad regulatoria
de la energía; hay un acuerdo de la coalición, tiene
media sanción en el Senado, se está discutiendo en
Diputados y se intenta modificar esta norma con algún aporte
que va a terminar enlenteciendo la aprobación de la unidad
regulatoria de la energía que (más allá de
los vaivenes políticos que se está analizando, como
es notorio) es un tema de trascendencia para el país: es
la forma como uno administra los monopolios o la competencia.
EC - Son varias discrepancias, entonces.
SA - Por otro lado hablamos de la política comercial, de
estas medidas que estaban demorando, de la preocupación del
Ministerio de Industrias porque no se las estaba implementando,
y en tercer lugar que no habíamos sido consultados en un
proyecto de Ancap que no ha sido remitido, y de cual el propio presidente
de la República ayer nos dijo que iba a analizar a la vuelta
de su viaje a México. Por tanto de alguna forma le sacó
presión a la olla, levantando la tapa del proyecto.
EC - ¿También le sacó presión a la
posibilidad de su alejamiento?
SA - No creo que ningún presidente tenga gran preocupación
porque un ministro se vaya, pero le diría que mi participación
está a los efectos de darle sentido a una coalición.
EC - ¿Ha estado en duda su permanencia, para usted?
SA - Yo planteaba ayer que si no éramos consultados en forma
permanente en las áreas de nuestra cartera, e inclusive si
no trabajábamos en conjunto, estábamos demás
en un gabinete en el que el sentido de una coalición es que
participe un partido, no el ministro Juan, Pedro o Diego. Los partidos
tienen que darles respaldo a sus ministros o tienen que darle sentido
a la participación con carácter colectivo y no de
carácter individual.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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