01.04.2002








Concertación para Crecer: "el modelo se agotó"

Director de Anmype, Pablo Villar: Argentina nos muestra cuál es el final de este modelo. El movimiento sindical y las gremiales empresariales son las dos partes esenciales en un proyecto de país productivo. Tampoco pueden estar divorciadas del gobierno, no queremos imponerle un cambio, pero las medidas anunciadas son extremadamente tímidas.

EN PERSPECTIVA
Viernes 22.03.02, 09.00.

EMILIANO COTELO:
Era difícil imaginarlo hasta hace unos meses: productores agropecuarios, pequeños industriales y comerciantes, protestando y movilizándose juntos con obreros y empleados sindicalizados. Hoy eso es realidad a través del documento común elaborado por el PIT-CNT y la "Concertación para crecer", esta última formada por una decena de gremiales empresariales, por ejemplo la Federación Rural.

La propuesta tiene por título "Por el trabajo y la producción nacional, porque otro Uruguay es posible", y es el punto de partida de una coordinación que se propone una serie de acciones conjuntas orientadas a cambiar el actual modelo económico y sustituirlo por otro surgido del diálogo del gobierno con las fuerzas sociales del país.

Entre otras actividades, estas entidades preparan una concentración para el próximo 16 de abril. ¿De qué se trata?, ¿cómo se gestó este acuerdo?, ¿qué profundidad tiene?, ¿cuál es el eje principal de su propuesta?

Vamos a conversarlo con Pablo Villar, presidente de la Asociación Nacional de Micro y Pequeñas Empresas (Anmype), y vocero de este trabajo de coordinación PIT-CNT-gremiales empresariales.

EC - Antes que nada definamos a las gremiales empresariales que están participando de este esfuerzo. ¿Qué es la Concertación para Crecer?

PABLO VILLAR:
La Concertación para Crecer es una especie de movimiento que se empieza a generar hace cuatro o cinco meses a través de algunas gremiales, fundamentalmente de corte rural, que fueron las que lanzaron el documento "No va más" en el mes de octubre. A partir de ese documento, que despierta el interés y ante la similitud de diagnóstico y de problemática dentro de otras gremiales de corte empresarial de distintos rubros, se empieza a ampliar y comienza a gestarse un diagnóstico común, una problemática común y, lo que es más importante, algunos caminos de solución comunes para gremiales empresariales que otrora tuvieron a veces intereses contrapuestos. Hoy tenemos un paneo de empresas de todo tipo de tamaño, de todo tipo de giro -hay empresas industriales, comerciales, exportadoras, agroexportadoras, rurales, hortifrutícolas-, tenemos un paneo de casi toda la actividad productiva nacional.

EC - ¿Algunos ejemplos? Son más de 20.

PV - Tengo un listado de las gremiales que acompañaron el documento de ayer, que fueron 27. Tenemos la Asociación de Cultivadores de Arroz, la Asociación de Ferreteros, Anmype, Asociación de Productores de Leche, de remitentes, de quioscos, profesionales asesores de seguros, Asociación Nacional de Empresas Agroaplicadoras, Asociación de Colonos, Asociación de Ingenieros Agrónomos del Uruguay, por supuesto la Federación Rural, Centro de Industriales Panaderos, Centro de Propietarios de Automóviles con Taxímetro, los vitivicultures, la Comisión Nacional de Fomento Rural, la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU, que a nivel nacional agrupa a todos los centros comerciales), la Asociación Nacional de Productores de Cerdo, intergremiales de carne, leche, lana, la Intergremial del Transporte, la Unión de Vendedores de Carne y la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay. O sea que tenemos el abanico casi íntegro de actividades productivas, comerciales e industriales.

EC - Pero faltan gremiales empresariales que suelen tener un protagonismo importante en el debate público nacional. No están la Cámara de Industrias, la Asociación Rural, la Unión de Exportadores, la Cámara Nacional de Comercio, por citar algunos ejemplos. ¿Por qué no están?

PV - En este proceso de acumulación por el lado empresarial, que es y ha sido nuestra preocupación inicial en tanto gremiales empresariales, debemos crecer, en principio por el lado de las corporaciones empresariales. Se han realizado gestiones con la Asociación Rural, hemos estado la semana pasada con su presidente, Pereyra Micoud, se estuvo intercambiando los ejes que iba a tener el documento. Ellos estaban en una negociación, con la Cámara de Industrias y la Cámara de la Construcción, con el Poder Ejecutivo. Comparten algunas cosas, por supuesto comparten el diagnóstico y algunas medidas que planteamos, probablemente pueden faltar otras -como todo documento, éste es perfectible-, pero tenemos un buen diálogo; nuestra esperanza es que a la brevedad confluya en lo que puede ser una convergencia tras algún documento que si puede ser el del 16 de abril nos parecería fantástico.

EC - Las gremiales empresariales que sí están, ¿qué peso tienen en el conjunto de la economía del país? ¿Han hecho algún cálculo en ese sentido?

PV - Pensamos que todos los segmentos son importantes en la economía del país. Estamos convencidos de que en número, en cantidad y en monto, en las distintas áreas y los distintos giros y actividades, aquí hay un sector que es mayoritario. Basta una pequeña reflexión: el sector micro, pequeña y mediana empresa ocupa a cerca del 60% de la mano de obra privada ocupada actualmente, y estos sectores son los que están aquí, ni más ni menos. Y esas cifras no contemplan la zona rural, la explotación productiva rural. De alguna manera consideramos que esto es mayoritario.

Pero creemos que ése no es el quid del asunto, para nosotros el eje pasa porque detrás de este diagnóstico... Parto de la base de que un industrial padece este modelo económico, y sobre todo sus resultados, igual que un productor rural; tenemos el mismo tipo de padecimiento, la misma escasa competitividad; de alguna manera es una realidad compartida. También pensamos que gran parte de nuestra propuesta es compartida, porque así lo ha dicho el presidente de la Asociación Rural. Tenemos que seguir generando los espacios y los caminos para que confluyan absolutamente todos los intereses y logremos hacer dar un cambio a este modelo económico que no les está sirviendo a las grandes mayorías nacionales.

EC - Hasta ahora hablamos de cómo fueron coordinando esfuerzos estas gremiales empresariales. Pero ayer, en el acto de presentación del documento, participó también el PIT-CNT. Esto es, quizás, lo más impactante del resultado de todas estas tratativas: que aparezcan juntas todas esas gremiales empresariales, más la central de trabajadores.

PV - Es histórico. Realmente, si es bien trabajado, no únicamente en la coyuntura sino apostando al futuro de la realidad productiva nacional, va a ser recogido como uno de los hechos históricos de este siglo. Porque estamos convencidos (en las conversaciones que hemos tenido con los representantes del Pit-Cnt en la elaboración de este documento, que han sido largas reuniones en poco tiempo), hemos constatado que, de la misma forma en que el segmento empresarial ha madurado en lo que debe ser ese relacionamiento parte patronal-parte trabajadora, también ha avanzado, y en gran magnitud, el movimiento sindical. Entonces, cuando uno hace un paneo por otros lados del mundo, donde tienen economías más fuertes, sindicatos fuertes, hay participación tanto de las gremiales empresariales como de las sindicales, en el delineamiento de los proyectos de país. Cuando se establecen cadenas de complementariedad industrial, los trabajadores participan en Alemania, en Italia, en España. Entonces estamos redoblando la apuesta: si bien esto hoy es imprescindible, tenemos que usarlo como plataforma de futuro para que esa negociación permanente que debe existir entre dos partes que hacen a una misma función, que es la generación de riqueza, se haga sobre pautas más conducentes para toda la economía nacional.

EC - ¿Estamos hablando de lo que en otras oportunidades se ha denominado diálogo social, pacto social?

PV - Yo tengo un antecedente inmediato. Hace dos o tres meses el Pit-Cnt hizo una serie de seminarios con participación nacional e internacional, que llamó "La centralidad del trabajo", y a nosotros como institución nos tocó participar con el tema "Diálogo social, producción nacional y trabajo". Creo que evidentemente es parte de eso. Cuando uno habla de conceptos como calidad -evidentemente en un mundo competitivo la calidad es uno de los aspectos que más debemos trabajar como ser nacional-, innovación, avance tecnológico, si esas concepciones no se elaboran con los trabajadores es imposible que el resultado de una empresa sea un producto o un servicio de calidad. Necesariamente debemos compenetrarnos todas las partes involucradas en un proceso de producción; no puede haber un eslabón débil.

EC - Usted mencionaba un ejemplo sectorial. ¿Están pensando en un entendimiento y un diálogo macro entre representantes de gremiales empresariales, sindicatos, otras fuerzas sociales y también el gobierno, en lo que en otros países se ha llamado pacto social?

PV - Es difícil hacer futurología. En principio tenemos claro cuáles son los argumentos y los fundamentos de la hora, por qué gremiales empresariales y la central de trabajadores están juntas tratando de impulsar un diálogo, un espacio y un ámbito de concertación, y hacerlo de forma conjunta, con objetivos prácticamente comunes. Estoy convencido de que eso debe usarse y debe servir como plataforma para trabajar hacia delante sobre todos esos aspectos. Evidentemente, tanto el movimiento sindical como las gremiales empresariales hacen a la actividad nacional, en un proyecto de país productivo son las dos partes esenciales, no pueden estar divorciadas. Tampoco pueden estar divorciadas del gobierno, del aparato político parlamentario.

***

EC - En el documento ustedes dicen que lo primero que hay que realizar son dos reconocimientos complementarios e ineludibles: primero, "que no es dentro del actual modelo de políticas económicas, ni profundizándolo, que se alcanzará las soluciones a la actual situación económica y social"; dos, reconocer que la construcción de este ámbito, quienes lo integran y quienes se adhieren a él, están convencidos de que es un excelente instrumento para alcanzar un verdadero diálogo nacional".

Vamos al primero, ustedes dicen que "este modelo ya se agotó, caducó para nuestro país"; ¿por qué?

PV - Primero por los resultados.

EC - ¿Qué quiere decir que "caducó"?

PV - Los resultados están a la vista. Pensamos que no es un camino para seguir recorriendo. Es más, creo que hay que ser sensato y razonable y ver qué pasa cuando uno exagera el modelo. Tenemos un ejemplo muy gráfico, que está cruzando el Río de la Plata: ese es el final de este modelo.

EC - La discusión está muy firmemente planteada en torno a estas cuestiones, si lo que fracasó en Argentina fue el modelo o la forma como los políticos argentinos lo llevaron adelante: la corrupción, el gasto público desenfrenados, etcétera.

PV - Está profundizado por algunos de esos aspectos, pero nosotros, en un camino más gradual y más cansino, vamos exactamente por el mismo camino. Si vemos las cifras dadas a conocer hace pocos días de lo que bajó la producción industrial, de lo que aumentó el déficit fiscal... Todos esos indicadores, sumándoles la desocupación, la inactividad, la recesión, nos hacen pensar que estamos exactamente en el mismo camino.

¿Cuáles son las cosas rescatables? En tres oportunidades, en la sala 17 del edificio anexo al Palacio Legislativo planteábamos: rescatemos entre otras cosas uno de los valores más grandes e importantes que hacen la diferencia: todavía tenemos un aparato político parlamentario mayoritariamente creíble, que es una de las grandes dificultades y debilidades que ha tenido la República Argentina. Así como tenemos organizaciones tanto gremiales como sindicales también mayoritariamente creíbles. Son las cosas a rescatar, pero lo tenemos que hacer rápidamente.

EC - ¿Qué es lo que hay que cambiar entonces? O ¿hacia dónde hay que cambiar: cuál es el otro modelo?

PV - Voy a empezar a poner un ejemplo. Así como el Poder Ejecutivo y el ministro de Economía, Alberto Bensión, están preocupados por la pérdida del grado inversor, nosotros todos debemos estarlo. Tenemos exactamente la misma preocupación porque esta baja de calificación nos está implicando un costo-país mayor a 15 o 20 años, un costo de funcionamiento mayor.

Pero también estamos convencidos de que, por el camino que vamos y con el paquete de responsabilidad fiscal, no vamos a lograr sino empeorar ese grado de inversión, porque no se está apostando al crecimiento. Cuando una de las variables para que a uno lo califiquen bien o mal es la relación déficit/producto y no estamos haciendo lo posible para bajar el déficit ni para bajar el gasto -algunas cosas se están haciendo-; pero si por otro lado no estamos atendiendo el crecimiento, nuestro producto va a seguir decreciendo, y ese indicador que es clave para el grado de inversión va a seguir depreciándose.

Entonces, señores, si están preocupados por el grado de inversión, nosotros también lo estamos, pero vamos a atacar el problema real, que es crecer, encontrar caminos para crecer. En principio, con el panorama regional que tenemos en principio tenemos que revalorizar nuestro mercado interno, generando políticas que lo fomenten, ya sea políticas de empleo -porque tenemos que aumentar la masa salarial disponible para que nuestras industrias, nuestros servicios y nuestros comercios funcionen, una masa salarial que pueda comprar-, ya sea para que nuestros productos sean competitivos. Si Argentina en ocho meses, un año, dos años, empieza a recuperarse no sólo no vamos a poder venderle nada sino que nuestro mercado va a ser un objetivo de la industria argentina. De alguna forma tenemos que generar las condiciones para recuperar la competitividad perdida. Esos son los ejes, el eje es crecer, hay que buscar medidas para ello.

Otro gran tema es tener políticas que regulen nuestras importaciones. No podemos importar indiscriminadamente cualquier bien, sea competitivo o no, con igual tasa; no podemos importar bienes que vienen de países que subsidian profundamente sus producciones, porque de alguna manera -por eso queremos rescatar el Mercosur- debemos tratar de ajustar un poco las relaciones de comercio internacional, que están siendo absolutamente injustas. Por eso nos preocupa que ninguno de estos elementos estén previstos en el paquete de responsabilidad fiscal.

Por otro lado vemos una timidez pasmosa en las últimas medidas que el Poder Ejecutivo ha propuesto, por ejemplo, a la Asociación Rural, a la Cámara de la Construcción y a la Cámara de Industrias. Son tan tímidas, tan insuficientes que no hacen más que recuperar una pequeña porción de la competitividad que desde enero de 1999, desde la primera devaluación de Brasil, ha perdido todo nuestro aparato industrial.

EC - Usted se refiere a las medidas anunciadas esta semana, la Mesa de Valoración, la creación de derechos específicos para una lista de productos provenientes sobre todo de la República Argentina, la medida "espejo" que condiciona el financiamiento que pueden tener, en origen, los productos que llegan a Uruguay. Son tímidas, dice.

PV - Son tímidas, son insuficientes. Ponemos en nuestro documento que queremos que esa Mesa de Valoración empiece a trabajar y queremos participar de ella. Pero es simplemente un mecanismo de regulación, no estamos mejorando a través de ella; de repente estamos impidiendo que, pese a este marco, se hagan cosas relativamente fraudulentas.

EC - Hay un punto delicado en el tipo de medidas que ustedes reclaman, que es el costo. Sobre ese punto en particular, teniendo en cuenta las dificultades fiscales por las que estamos atravesando, ¿qué responden en principio?

PV - Creemos que analizar el costo in totum. Tuvo bastante repercusión la pérdida de reservas que hemos sufrido en dos meses, U$S 1.055 millones, ni más ni menos que el 30% de las reservas. Primero, reservas que estaban calculadas de una forma que técnicamente daba por lo menos para ponerla en tela de juicio. Segundo, estamos tratando de mantener una política cambiaria a nuestro costo.

Además, esa política cambiaria nos está haciendo perder competitividad. Teníamos más del 60% de nuestras exportaciones a la región. No podemos En lo macroeconómico, no podemos desengancharnos de la región, no podemos sustituirla rápidamente. Yo entiendo que mercados como México, Estados Unidos, Irán, son mercados a los que hay que ir apuntando en el mediano plazo, hay que hacer grandes políticas de Estado que apunten a eso. Pero en lo inmediato, ¿cómo sustituyo el 60% de mis exportaciones si quedo desenganchado de Brasil y Argentina? Es imposible. Entonces tengo que adecuar mi política. Y no se la ha querido adecuar con la velocidad y a los ritmos que esta dinámica regional ha impuesto.

EC - ¿Cómo van a trabajar en pos de la plataforma? El mojón siguiente es el acto del 16 de abril.

PV - No solamente. Tenemos un camino emprendido y no abandonado, que es la negociación con ese ámbito que se formó en la sala 17 del Edificio Anexo. Tenemos varios proyectos de ley, porque a medida que se van buscando soluciones de fondo también hay que ir buscando instrumentos concretos que permitan a vastos segmentos empresariales llegar, traspasar esa barrera de cuatro, seis, 12 meses, cuando otras medidas más de fondo comiencen a tener impacto. Vamos a seguir por ese camino de la negociación y tratar de ir resolviendo, mediante instrumentos paliativos, algunos de estos padecimientos que hoy tenemos.

EC - Negociación a nivel legislativo, no a nivel del Ejecutivo. ¿Cómo están en la comunicación con la Presidencia?

PV - Y... Hay que decirlo francamente: no hemos tenido buenos canales de comunicación, no por nuestra voluntad sino por la del Poder Ejecutivo y el Ministerio de Economía.

EC - Por eso van a recurrir también a la movilización.

PV - Sí, ésa es una de las pautas. En la medida en que uno no es escuchado hablando de a uno, tiene que mantener los planteos, ganar firmeza en los mismos, pero sobre todo empezar a mostrar fuerza, mayorías, porque de alguna manera hay que sacarle las orejeras al gobierno, no se puede ocultar la realidad con una mano. La realidad es una, es concreta, y están teniendo que asumirla quincenalmente. Nosotros decimos: "Señores, no queremos imponer un cambio, queremos discutir un cambio. Además, si al gobierno le preocupan el grado de inversión, el déficit fiscal, a nosotros también, porque vivimos y padecemos en este país. Hagámoslo juntos".

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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