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"Uruguay
quiere lo que Cuba no tiene: libertad"
"A propósito de lo resuelto por la Comisión de
Naciones Unidas, que trató recientemente una propuesta hecha
por el Uruguay, antes de que eso mismo ocurriera y luego de haber
ocurrido, han habido -por distintos dignatarios de Cuba- algunas
expresiones de subido tenor, a lo que el Uruguay naturalmente como
ustedes comprenderán ha tomado de ellas debida nota y también
las condignas resoluciones.
Antes de ello
yo quisiera simplemente expresar que la resolución que se
votó en la Comisión en Ginebra, por 23 votos, fue
propuesta por el Uruguay y fue co-patrocinada por un conjunto de
países, algunos de los cuales integran la Comisión
y otros que no la integran, pero que estaban también en condiciones
de copatrocinar esa resolución.
Yo les he puesto
por acá arriba de la mesa algunos ejemplares para que ustedes
puedan sacar copia de los mismos. Son 35 países los que co-patrocinaron
la resolución uruguaya, en donde están todos los países
de Europa menos Rusia, prácticamente todos los países
de América que algunos de los cuales no tanto como co-patrocinadores
pero que también votaron, como México y como Chile,
salvo Brasil, que ha tenido siempre una política de abstenerse
en estos temas, más países de Asia y Oceanía,
como Japón, como Corea, como Australia. Luego es bueno señalar
los países que votaron en contra.
Los países
que votaron en contra fueron Argelia, Bahrein, Burundi, China, Cuba,
Congo, India, Indonesia, Libia, Malasia, Nigeria, Pakistán,
Rusia, Saudi Arabia, Sudáfrica, Sudán, Siria, Togo,
Venezuela, Vietnam y Zambia. Por tanto, salvo Venezuela y Cuba,
fueron prácticamente países africanos, países
del Medio Oriente y países asiáticos los que se opusieron
a la resolución que formuló el Uruguay.
Quiero decirles
que en la Comisión de Derechos Humanos y en representación
de la Unión Europea, España hizo un comentario general
sobre el proyecto de resolución diciendo :la Unión
Europea comparte la preocupación expresada sobre la situación
de los derechos humanos en Cuba y aprecia y estima los esfuerzos
realizados por el Uruguay de presentar una iniciativa que cuenta
particularmente con el apoyo de un número significativo de
países iberoamericanos. La Unión Europea sigue preocupada
por las consecuencias negativas del aislamiento económico
impuesto a Cuba. Nos gustaría continúa-
reiterar que el objetivo de la Unión Europea en sus
relaciones con Cuba es alentar un proceso de transición a
una democracia pluralista y el respeto de los Derechos Humanos y
las libertades fundamentales, así como una recuperación
sostenible y una mejora en el nivel de vida del pueblo cubano. La
Unión Europea enfatiza una vez más que no apoya una
política de imponer cambios a través de medidas coercitivas
que incrementan la penuria económica en el pueblo cubano.
La Unión Europea espera que las medidas contenidas en el
proyecto de resolución contribuyan también a asegurar
un progreso en el respeto de los derechos civiles y políticos
en Cuba.
El Uruguay,
consecuente con su postura y su política permanente en esta
materia, en
primer lugar, la primera cosa que ha manifestado, no ahora, sino
públicamente y desde siempre, contraria al bloqueo económico.
Es más, hemos llegado a decir que el bloqueo económico
nos parece, no solamente una medida unilateral equivocada, sino
que también de alguna forma nos ha parecido en cierta medida
también paradójico, que Cuba entiende que los Estados
Unidos es su gran enemigo lo que reclama permanentemente es comerciar
con su gran enemigo, como si en el comercio con su gran enemigo
resolviera la solución de sus problemas.
Esto nos parece
paradójico pero de cualquier manera ha sido una reiterada
afirmación. Es notorio, que Cuba puede comerciar con el resto
del mundo, con todos los países del Universo, salvo con Estados
Unidos. Y por cierto, Estados Unidos ha sido para Cuba siempre señalado
como su gran opositor, su gran adversario, su gran enemigo. Y por
lo tanto, insisto, me parece paradójico que se vea la salvación
de ese país o la causa de la mala situación de él
el comerciar con aquel que lo ofende, con aquel que establece públicamente
que es su adversario. Más allá de eso el Uruguay siempre
ha querido preocuparse más que nada de los problemas de América
y en este caso nada más y nada menos que lo que propuso fue
una invitación, no una sanción, una invitación
a que el gobierno de Cuba pudiera recibir a la Alta Comisionada
para Derechos Humanos, funcionaria de Naciones Unidas, que está
precisamente para vigilar eso y para atender eso. No tendría
sentido que nosotros tuviéramos una Organización Mundial
de la cual formamos parte, que por votación de todos nosotros
se ha dado esa función la de vigilar los Derechos Humanos
y que la primera cosa que resolviéramos todos los países
que integramos ese cuerpo es que esa persona no pudiera visitar
nuestras naciones. Porque entonces cual sería la función
de esa funcionaria sino pudiera visitar nuestras naciones como lo
ha hecho en nuestro caso cuando ella precisamente tiene por tarea
primera y única la de cuidar de los Derechos Humanos.
El Uruguay
por tanto, no ha sancionado, no ha tenido una actitud agresiva,
simplemente ha solicitado y así lo ha planteado y ha recibido
todo el apoyo de todas estas naciones para que el gobierno de Cuba
invite a la Alta Comisionada o a quien ella designe para contribuir
a establecer los derechos políticos, y los Derechos Humanos,
los derechos de prensa, los derechos de expresión, las libertades
democráticas a las cuales todos nosotros, no solamente estamos
acostumbrados, sino que sabemos que forman parte de las esencias
de los sistemas republicanos que nos hemos dado.
A raíz
de estos acontecimientos han habido expresiones que han ido subiendo
de tono, primero del Encargado de los Asuntos lnternacionales de
Cuba, luego de la persona que ha sido designada como sucesor de
su dignatario mayor, y finalmente del señor Castro. No es
un asunto que me afecte personalmente a mí, sino que creo
que en esto va algo que es esencial sí, a las relaciones
entre los Estados.
Las relaciones
de los Estados deben guardar un clima de respeto, para que ellas
aún en la diversidad de opiniones, aún en la confrontación
de ideas puedan mantenerse estable y puedan llevarse adelante para
ir resolviendo los problemas cuando ellos se dan. Pero cuando las
relaciones se colocan en un clima de agresión, en un clima
de agravio, ya no a una persona sino a un país, naturalmente
ese clima al romperse genera también un distanciamiento en
las relaciones que es inexorable.
El gobierno
del Uruguay, como primera medida, le pidió a su Embajador
ante el gobierno cubano que volviera a su país, y esperó
a ver cuál era la evolución de los acontecimientos.
La evolución de los acontecimientos es pública; el
tono de los agravios, ha subido. Y por tanto la respuesta nuestra
es también sencilla. No creo que sea ni que tenga sentido
continuar las relaciones diplomáticas con Cuba. En ese sentido
le he pedido al señor Canciller que proceda a dar los pasos
para establecer esa situación, de ruptura de las relaciones,
hasta tanto se advierta por parte de quien corresponda que lo que
el Uruguay quiere es que el pueblo cubano tenga más libertad
y se le franquee al pueblo cubano lo que hoy cualquier pueblo democrático
tiene y que notoriamente allí no existe: libertad. Muchas
gracias".
(Transcripción del Servicio de Prensa y Difusión
de la Presidencia de la República)
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