21.08.2001





Segmento de preguntas y respuestas


P - Dado que más o menos los dos coincidieron en el diagnóstico de que hay una especie de traba política para tomar algunas decisiones, ¿qué salida le ven a eso?

DA - En realidad, más que aludir a una traba política yo señalé la necesidad de mejorar el funcionamiento de todos nuestros partidos. Estamos reflexionando hoy de mañana, aquí, y creo que hay mucho terreno para avanzar desde este punto de vista. Recién el doctor De Posadas mencionaba la distancia que muchas veces hay entre el discurso y la realidad, entre los anuncios de campaña electoral y luego las posibilidades de realización. Más allá de los acuerdos y las discrepancias acerca de lo que hay que hacer, del Uruguay que podamos tener él y yo, comparto totalmente esa necesidad y creo que es uno de los perfiles sobre los cuales podemos apreciar claramente el mejoramiento político-partidario general que tenemos que lograr en el país, porque de esto no se salva ningún partido. Todos tenemos que mejorar en este sentido. Creo que también desde el punto de vista político-partidario hay transformaciones estructurales que es preciso conseguir.

Me gustaría aprovechar para hacer algún comentario en particular sobre la exposición del doctor De Posadas, particularmente en el terreno del ahorro y la inversión. Estoy de acuerdo en que con criterio de largo plazo –creo que el criterio que él eligió para hacer su exposición, que es distinto al mío, desde este punto de vista lo complementa bastante bien– no voy a contradecir la necesidad de captar ahorro que tiene el país, estoy de acuerdo en eso, pero creo que Uruguay tiene mucho más un problema de generación de oportunidades de inversión que de captación de ahorro. Es más, creo que incluso en su ámbito interno, y a escala de sus dificultades y su pequeñez, Uruguay ha venido generando ahorro en estos años. El volumen de depósitos bancarios de residentes y no residentes por un lado, por otro lado el destino de recursos –a lo que el doctor De Posadas llamó colocación de títulos públicos, lo cual es rigurosamente cierto–, a esta altura también el nuevo sistema jubilatorio con cerca de mil millones de dólares en volumen de ahorro de los trabajadores afiliados, están revelando que sin ser nada extraordinario Uruguay ha sido capaz de captar ahorro. El problema es que no hemos sido capaces de asignar esos fondos a la inversión productiva que, como el doctor De Posadas señalaba, es absolutamente fundamental para crecer, porque sin inversión productiva no habrá crecimiento en nuestro país.

Entonces creo que tendríamos que ver particularmente la estrategia de futuro en términos –sin despreciar la necesidad de ahorro– de generación de oportunidades de inversión. Todo lo cual nos hace plantear el tema de los costos, la competitividad y, por su puesto, la rentabilidad de la producción, como una transformación estructural a lograr en el país. Hoy la producción nacional en términos generales no es rentable. Naturalmente, hay excepciones coyunturales y sectoriales, pero si miramos hacia el futuro con criterio de mediano y largo plazo Uruguay tiene que generar oportunidades rentables de inversión que hoy no tiene. Creo que ésta es una perspectiva prioritaria cuando tratamos de reflexionar sobre este tema en términos de ahorro/inversión: ¿cómo canalizar la capacidad de ahorro que ha generado el país, tanto proveniente de su estructura interna como del exterior hacia la inversión productiva?

I de P - Un comentario cortito sobre la pregunta. Si cuando decimos que tenemos un problema de traba política con eso estamos queriendo decir que el problema o uno de los problemas centrales de nuestra realidad nacional es de disfuncionalidad en los partidos políticos, tengo con eso cierta discrepancia. No creo que los partidos políticos en Uruguay funcionen maravillosamente ni que todos los políticos sean fantásticos, pero creo que el problema es más profundo. Eso no explica todas aquellas cosas de la clase política que con frecuencia nos irritan. A mi juicio la realidad es más profunda y no es “culpa de los políticos”, solución a la que solemos recurrir. Hay trabas que son de cultura política general, que por ese mismo motivo se manifiestan después en quienes son electos, que no nacen de repollos sino que son votados, son producto de esa cultura política y como no se chupan el dedo oyen y miran para qué lado va el país y en general tienen muy buen olfato.

Pongo un ejemplo: el caso del presidente de la República, por quien yo tengo estima personal. Estoy convencido –lo ha dicho él– de que la explicación o parte de la explicación de por qué cuando una persona que durante “n” años de su vida tuvo una línea tan marcada llega a presidente de la República y luego esa línea no se ve con la misma nitidez, es que él, sobre todo a partir del último plebiscito, ha hecho una lectura de la realidad y ha dicho: “Muy bien, si ésa es la realidad la acepto y dejo de hacer aquello que había hecho toda mi vida que es empujarla, patearla, etcétera. Si quieren cambios vengan a mí, a la estación Carnelli, y se los voy a dar, pero yo no salgo más a remover esa realidad”. No es un tema de disfuncionalidad política, es un tema de cultura política de todos nosotros, del país en su conjunto.


JP - Agradezco al senador Astori y al doctor De Posadas las interesantísimas reflexiones que hicieron respecto de este Uruguay. Pienso que en buena medida el hecho de que no haya habido preguntas se debe a que hemos quedado todos pensando en cómo vamos a ir adelante con estas cosas.

Muchas gracias.






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