Segmento
de preguntas y respuestas
P - Dado que más o menos los dos coincidieron en el diagnóstico
de que hay una especie de traba política para tomar algunas decisiones,
¿qué salida le ven a eso?
DA - En realidad, más que aludir a una traba política yo señalé
la necesidad de mejorar el funcionamiento de todos nuestros partidos.
Estamos reflexionando hoy de mañana, aquí, y creo que hay mucho
terreno para avanzar desde este punto de vista. Recién el doctor
De Posadas mencionaba la distancia que muchas veces hay entre el
discurso y la realidad, entre los anuncios de campaña electoral
y luego las posibilidades de realización. Más allá de los acuerdos
y las discrepancias acerca de lo que hay que hacer, del Uruguay
que podamos tener él y yo, comparto totalmente esa necesidad y creo
que es uno de los perfiles sobre los cuales podemos apreciar claramente
el mejoramiento político-partidario general que tenemos que lograr
en el país, porque de esto no se salva ningún partido. Todos tenemos
que mejorar en este sentido. Creo que también desde el punto de
vista político-partidario hay transformaciones estructurales que
es preciso conseguir.
Me gustaría aprovechar para hacer algún comentario en particular
sobre la exposición del doctor De Posadas, particularmente en el
terreno del ahorro y la inversión. Estoy de acuerdo en que con criterio
de largo plazo –creo que el criterio que él eligió para hacer su
exposición, que es distinto al mío, desde este punto de vista lo
complementa bastante bien– no voy a contradecir la necesidad de
captar ahorro que tiene el país, estoy de acuerdo en eso, pero creo
que Uruguay tiene mucho más un problema de generación de oportunidades
de inversión que de captación de ahorro. Es más, creo que incluso
en su ámbito interno, y a escala de sus dificultades y su pequeñez,
Uruguay ha venido generando ahorro en estos años. El volumen de
depósitos bancarios de residentes y no residentes por un lado, por
otro lado el destino de recursos –a lo que el doctor De Posadas
llamó colocación de títulos públicos, lo cual es rigurosamente cierto–,
a esta altura también el nuevo sistema jubilatorio con cerca de
mil millones de dólares en volumen de ahorro de los trabajadores
afiliados, están revelando que sin ser nada extraordinario Uruguay
ha sido capaz de captar ahorro. El problema es que no hemos sido
capaces de asignar esos fondos a la inversión productiva que, como
el doctor De Posadas señalaba, es absolutamente fundamental para
crecer, porque sin inversión productiva no habrá crecimiento en
nuestro país.
Entonces creo que tendríamos que ver particularmente la estrategia
de futuro en términos –sin despreciar la necesidad de ahorro– de
generación de oportunidades de inversión. Todo lo cual nos hace
plantear el tema de los costos, la competitividad y, por su puesto,
la rentabilidad de la producción, como una transformación estructural
a lograr en el país. Hoy la producción nacional en términos generales
no es rentable. Naturalmente, hay excepciones coyunturales y sectoriales,
pero si miramos hacia el futuro con criterio de mediano y largo
plazo Uruguay tiene que generar oportunidades rentables de inversión
que hoy no tiene. Creo que ésta es una perspectiva prioritaria cuando
tratamos de reflexionar sobre este tema en términos de ahorro/inversión:
¿cómo canalizar la capacidad de ahorro que ha generado el país,
tanto proveniente de su estructura interna como del exterior hacia
la inversión productiva?
I de P - Un comentario cortito sobre la pregunta. Si cuando decimos
que tenemos un problema de traba política con eso estamos queriendo
decir que el problema o uno de los problemas centrales de nuestra
realidad nacional es de disfuncionalidad en los partidos políticos,
tengo con eso cierta discrepancia. No creo que los partidos políticos
en Uruguay funcionen maravillosamente ni que todos los políticos
sean fantásticos, pero creo que el problema es más profundo. Eso
no explica todas aquellas cosas de la clase política que con frecuencia
nos irritan. A mi juicio la realidad es más profunda y no es “culpa
de los políticos”, solución a la que solemos recurrir. Hay trabas
que son de cultura política general, que por ese mismo motivo se
manifiestan después en quienes son electos, que no nacen de repollos
sino que son votados, son producto de esa cultura política y como
no se chupan el dedo oyen y miran para qué lado va el país y en
general tienen muy buen olfato.
Pongo un ejemplo: el caso del presidente de la República, por quien
yo tengo estima personal. Estoy convencido –lo ha dicho él– de que
la explicación o parte de la explicación de por qué cuando una persona
que durante “n” años de su vida tuvo una línea tan marcada llega
a presidente de la República y luego esa línea no se ve con la misma
nitidez, es que él, sobre todo a partir del último plebiscito, ha
hecho una lectura de la realidad y ha dicho: “Muy bien, si ésa es
la realidad la acepto y dejo de hacer aquello que había hecho toda
mi vida que es empujarla, patearla, etcétera. Si quieren cambios
vengan a mí, a la estación Carnelli, y se los voy a dar, pero yo
no salgo más a remover esa realidad”. No es un tema de disfuncionalidad
política, es un tema de cultura política de todos nosotros, del
país en su conjunto.
JP - Agradezco al senador Astori y al doctor De Posadas las interesantísimas
reflexiones que hicieron respecto de este Uruguay. Pienso que en
buena medida el hecho de que no haya habido preguntas se debe a
que hemos quedado todos pensando en cómo vamos a ir adelante con
estas cosas.
Muchas gracias.
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