04.03.2003




































DEBIERON SUPERAR LAS PRESIONES DE LOS PAÍSES SEDE DE LAS MULTINACIONALES

170 países contra el tabaco

Cardiólogo Eduardo Bianco: Para la OMS, el problema más grave es la epidemia de adicción. Con el primer tratado internacional sobre salud pública, en cinco años regirá la prohibición completa de la publicidad, la promoción y el patrocinio vinculados a la industria tabacalera. El fumador inhala más de 4.000 sustancias que generan dependencia, y matan a más gente que el Sida, los accidentes de tránsito, el alcoholismo, las drogas ilegales, los homicidios y los suicidios, todos juntos. No podrá usarse en el futuro la denominación engañosa "light" ni "ultralight".

EN PERSPECTIVA
Martes 04.03.03, 08.55.


EMILIANO COTELO:
Según la Agencia de Salud de las Naciones Unidas, cada año mueren cinco millones de personas por enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras dolencias vinculadas al consumo de tabaco. En Uruguay, los muertos cada año por este motivo son 5.000.

El fin de semana pasado, 170 países aprobaron en Ginebra el texto de la Convención Marco sobre el Control del Tabaco. Prohibición de la publicidad, exigencias en materia de empaquetado de cigarrillos, sugerencias en cuanto a la imposición de gravámenes al consumo de tabaco son algunas de las pautas del tratado.

Sobre esto, que es un hito en la historia de la salud mundial, vamos a dialogar con el doctor Eduardo Bianco, uruguayo, cardiólogo, que participó de todos estos debates, invitado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Mundial por el Control del Tabaco (AMCT), como representante latinoamericano de la sociedad civil.

Usted no era el representante del gobierno uruguayo.

EDUARDO BIANCO:
No, no. Uruguay estuvo representado por la cancillería en Ginebra y viajó, durante parte del tiempo, una delegada del Ministerio de Salud Pública (MSP).

EC - Pero usted ha tenido una intensa participación en estas discusiones desde hace tiempo.

EB - Sí. El proceso del Convenio Marco comenzó en 1999 y yo estoy participando directamente en él desde hace más de dos años y medio, desde la primera reunión latinoamericana que tuvo lugar en Rio de Janeiro; después comencé a asistir a las reuniones de Ginebra, a nivel mundial.

EC - ¿Cuántos días incluyó esta última etapa, esta recta final?

EB - 15 días, en los cuales hubo una ardua tarea. Trabajamos realmente desde muy temprano en la mañana hasta tarde en la noche, terminando la última sesión a las cinco de la mañana del sábado pasado.

EC - ¿Cómo es esto de que se trata del primer tratado internacional de salud pública?

EB - Exactamente. Constitucionalmente la OMS tiene el derecho de desarrollar un marco legal, los llamados convenios marco o tratados internacionales, para encarar problemas graves de salud pública. La OMS, haciendo uso de ese derecho, definió que el problema más grande de salud pública que existía en ese momento era la epidemia de adicción al consumo de tabaco.

EC - Es una definición realmente importante, para muchos quizás sorprendente.

EB - El tema es la falta de información que hay, a la población en general, de lo que es el consumo crónico de tabaco. Hasta los mismos médicos hasta no hace mucho pensábamos que esto era un mal hábito, pero en este momento está considerado como una enfermedad crónica, en cuanto es una intoxicación crónica con más de 4.000 sustancias químicas que inhala el fumador cada vez que pita, y genera para más del 95 por ciento de las personas una adicción o dependencia.

EC - El consumo crónico de tabaco mata más gente que el sida, que los accidentes de tránsito, que el alcoholismo, que las drogas ilegales, los homicidios y los suicidios, todos juntos.

EB - Exactamente.

EC - Esto sí que es fuerte.

EB - Es muy fuerte y es real. El tema es que, como siempre digo, esta enfermedad no tiene marketing. Sin dejar de lado todos esos problemas de salud tremendamente importantes que la Humanidad tiene que abordar –de hecho el Sida está siendo abordando y se lo está trabajando intensamente–, este tema no tiene los medios de comunicación, no tiene marketing: la gente no conoce exactamente la magnitud y la naturaleza del problema.

EC - ¿A qué atribuye esa desinformación?

EB - Tiene muchas razones. Es una epidemia en la cual hay un agente identificado, que son los productos del tabaco; hay un final de la epidemia, que son las enfermedades tabacodependientes; y hay un nexo entre los agentes y las enfermedades, que es el vector de la enfermedad. Por ejemplo, en el paludismo o malaria tenemos el agente productor, la enfermedad y un vector, el mosquito, que la trasmite. Acá tenemos un vector que se llama industria tabacalera, un conjunto de empresas muy grandes, las multinacionales tabacaleras, con un gran poder económico y político, que han hecho muy difícil para las instituciones sanitarias y los organismos encargados de regular, dar esta información que hoy este convenio marco, hito en la historia de la Humanidad, nos va a permitir comenzar a dar.

EC - Ese tipo de presiones a las que usted alude estuvieron sobrevolando en particular las negociaciones en la OMS para la confección de este tratado.

Según la OMS, el número de personas que mueren cada año de cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras dolencias vinculadas al tabaco se ha elevado a 4,9 millones. Eran 4 millones en 1999, cuando comenzaron las conversaciones sobre el tratado, ahora son 4,9 millones y en 2020 la cifra podría alcanzar los 10 millones, si no se toma medidas como las sugeridas en estas disposiciones. Un 70 por ciento de los afectados vive en el mundo en vías de desarrollo.

EB - Exactamente. El tema es ese: la OMS se ha percatado de que la espiral es creciente, el daño es cada vez mayor, el consumo de tabaco en el mundo no está disminuyendo, se está incrementando, fundamentalmente a expensas de los países en vías de desarrollo. Hay muchos países desarrollados –casualmente los que son sede de las multinacionales– que han ido aplicando una serie de normas que apuntan a disminuir el consumo de tabaco en esas poblaciones, pero en Asia, África y América Latina está creciendo, lo que está acelerando la tasa de muerte, enfermedad y discapacidad que está produciendo la epidemia.

Decían personas del Banco Mundial (BM) que participaron en algunas de las conferencias paralelas que hubo durante la negociación, que habían visto, ya hacía unos años, que esto es un problema que afecta el desarrollo. Por ello el BM se ha puesto de lleno a trabajar en el tema y lo ha incluido como una herramienta para el desarrollo. Es decir que los países, para lograr el desarrollo, entre otras cosas, tienen que desarrollar el control del tabaco en forma adecuada.

Uruguay no tiene casi nada con respecto al control del tabaco. Tenemos muchas reglamentaciones escritas, pero no hay nadie que verifique que se cumpla esa normativa.

EC – Se ha dicho que nuestro país es líder en las cifras de muerte.

EB - No tanto; tenemos un número acorde a la realidad internacional. Es un número bastante alto para nuestra población, pero no asusta respecto a otros. De todas maneras 5.400 personas por año es algo muy importante, porque son 5.400 muertes, pero además hay que sumar a eso las decenas de miles de enfermos que todos los años ingresan a nuestro paupérrimo sistema de salud y generan a nuestra sociedad un costo enorme de recursos. Ni que hablar las personas que pierden a sus seres queridos, las que tienen que ver gente con hemiplejia, con infarto, que pierden sus capacidades laborales... Toda la familia sufre. La carga económica, humana y de salud que genera esta epidemia de consumo de tabaco es enorme en todos los países, incluso en Uruguay.

***

EC - Usted nos explicaba cómo este tema, el tabaco, termina siendo motivo del primer tratado internacional de salud pública en la historia. Convención Marco sobre el Control del Tabaco, aprobada el sábado por 170 países. ¿Cuáles son sus disposiciones? Tiene varios capítulos, me gustaría ir mencionándolos para que usted nos haga una síntesis de lo que establece cada uno de ellos.

Comencemos por el tema impuestos, por ejemplo.

EB - El tema de los impuestos es crucial. El mismo BM ha definido que el incremento de los impuestos y del precio global del paquete de cigarros es una medida imprescindible para disminuir en forma efectiva el consumo de tabaco, fundamentalmente entre los jóvenes y las poblaciones de bajos ingresos, que son las que sufren más las consecuencias del problema. Esta medida es ineludible. Y hay una cosa importante: cuenta con el apoyo de la gran mayoría de la población, incluso de los fumadores; es un impuesto diferente del resto, porque normalmente todo el mundo se opone a los impuestos, pero con este no hay problema. E increíblemente, aunque dice el mito que si aumentan los impuestos se pierde plata por el contrabando, todo eso es falso: en realidad la enorme mayoría de los países al incrementar los impuestos no pierde plata por el contrabando. En primer lugar, porque si usted aumenta un 10 por ciento los impuestos, el consumo disminuye sólo un 4 por ciento, porque los individuos que consumen tabaco en forma crónica son en su mayoría adictos y les cuesta mucho abandonarlo. Este es un punto crítico.

EC - De modo que se reclama a las autoridades que lo consideren un objetivo de salud pública cuando aumenten impuestos y precios de los productos de tabaco.

EB - Exactamente.

EC - ¿Qué se dispone en cuanto al etiquetado?

EB - Hay dos disposiciones. Una es la ideal, la que se estimula, que es que el 50 por ciento o más de toda la superficie de la caja de cigarrillos tenga advertencias sanitarias escritas o con imágenes –no sé si habrá visto las de Brasil o Canadá– que muestren los efectos que sobre la salud y otros sectores tiene el consumo crónico de tabaco. Se ha demostrado que eso tiene un impacto muy grande sobre los jóvenes y sobre los mismos fumadores en el sentido de impulsarlos a considerar el abandono de ese consumo. Necesariamente debe incluir imágenes, porque en muchas partes del mundo –por suerte no es el caso nuestro-- hay muchas personas analfabetas y, como dicen, una imagen vale más que mil palabras.

Ese es el ideal, pero el mínimo, si el país no está constitucionalmente, legalmente preparado para asumir ese 50 por ciento, mínimo debe poner un 30 por ciento. Ese fue el producto de la negociación.

EC - También se reclama prohibir el lenguaje engañoso en las cajillas.

EB - Se ha demostrado –la propia industria tabacalera ya lo sabe, simplemente no lo manifiesta– que no hay un cigarrillo menos dañino que otros. No hay cigarrillos inocuos: ni los “light”, ni los “ultralight” disminuyen la carga de enfermedad y muerte que provoca el consumo crónico de tabaco. Eso es simplemente un engaño que ha utilizado la industria tabacalera para que la persona fumadora que está pensando en abandonar el consumo pase a una opción que entiende menos agresiva para su salud. Esa denominación se elimina.

EC - Pasemos al capítulo publicidad.

EB - Este fue un capítulo muy arduo y generó una enorme discusión. De todas maneras, los países que tuvieron la bandera de la salud en esta batalla en la reunión de Ginebra impusieron lo que la ciencia médica y la propia OMS habían expresado como la única fórmula efectiva, en publicidad, para disminuir el consumo de tabaco, que es la prohibición completa de la publicidad, de la promoción y el patrocinio de los productos de tabaco. Eso es el estándar máximo que tiene este texto.

EC - Se estipula la prohibición completa.

EB – Sí; en absolutamente todos los medios. Pero muchos países muy poderosos, que en cierta manera estuvieron defendiendo más los intereses comerciales que el derecho a la vida y a la salud de las poblaciones, lograron colocar que aquellos países que tuvieran disposiciones constitucionales que no les permitieran llegar a la prohibición completa, llegaran a una restricción progresiva, lo máximo que les permitiera la Constitución.

EC - ¿Cuáles pueden ser esas disposiciones constitucionales que impidan la prohibición total de la publicidad de cigarrillos?

EB - Estamos por averiguar cuáles son esas disposiciones. Pero Estados Unidos, concretamente, esbozaba que su Constitución manifestaba el derecho a la libertad de expresión comercial. Nosotros tenemos ese problema zanjado, porque nuestra Constitución pone por encima de cualquier otro el derecho a la vida y la salud, o sea que los derechos comerciales están en un plano inferior con respecto a la salud. De hecho hubo un litigio: representantes de la industria tabacalera litigaron la reglamentación de áreas separadas en los restaurantes (lo que no sirvió para mucho pero fue un paso adelante); ellos denunciaron esa resolución y la Justicia falló en contra. El punto está en que ellos aducen la libertad de expresión comercial.

EC - El ideal es llegar a la prohibición total. ¿Y mientras eso no sea posible?

EB - Eso depende de cada país.

EC - Que cada país llegue hasta el máximo que le permitan su Constitución y su ley.

EB - El ideal que sostiene el texto definido –que va a ser aprobado en mayo, en la Asamblea Mundial de la Salud– es que los países que una vez aprobado firmen este acuerdo, que empieza a tener vigencia a los dos años, tendrán como máximo tres años para implementar la prohibición completa de la publicidad, promoción y patrocinio. Esto lleva todavía un proceso de aproximadamente cinco años, dos esperando que entre en vigor y dos para su implementación.

EC - Hablemos del capítulo de la responsabilidad.

EB - Este tema también dio lugar a grandes discusiones. Se refiere a la responsabilidad legal; se considera que las industrias tabacaleras, fundamentalmente las multinacionales, tienen responsabilidad en el daño que sus productos provocan y han provocado a personas y a países, no solamente el daño sanitario sino también en lo económico. Algunos países, como es el caso de Cuba, se oponían diciendo que la . responsabilidad no era sólo de la industria sino también de los fumadores. Esa es una concepción que ya ha sido dejada de lado y la mayoría del mundo no la ha apoyado porque el consumo crónico de tabaco ha sido definido como una enfermedad, como una adicción. El 80 por ciento de las personas comienza a fumar antes de los 18 años, cuando desde el punto de vista de la maduración intelectual y de la responsabilidad no es capaz de definir qué es bueno o qué es malo para sí mismo; la sociedad lo enfrenta y lo hace enganchar con una adicción tremendamente difícil de dejar.

EC - ¿Qué consecuencias tiene entonces esta responsabilidad?

EB - La consecuencia de que los Estados van a ver la forma de incluir en sus legislaciones la posibilidad de comenzar litigios individuales, grupales o por parte de los Estados a la industria tabacalera, fundamentalmente a las multinacionales que desde hace 50 años saben el daño que provocaban sus productos, que desde hace 50 años saben que la verdadera razón del consumo es una adicción tan o más importante que la que se produce a la heroína o a la cocaína y lo han ocultado, lo han negado. Recién en la década del 90 pudimos conocer todo esto en base a la información que salió a luz en los juicios.

EC - Veamos el capítulo financiación.

EB - La financiación era uno de los temas más discutidos. Se hablaba de un fondo global de apoyo, fundamentalmente para los países cuyas economías son muy dependientes de la producción de tabaco, pero que son muy pocos, en el África subsahariana. Todo este movimiento debe ser apoyado financieramente por cada país para que pueda ser viable. Ya se ha estudiado cómo hacerlo, no tiene gran costo y realmente los países terminan beneficiándose de toda esta estrategia.

EC - ¿Entonces qué se dispone?

EB - Se ha dispuesto fundamentalmente la creación de un órgano, la Conferencia de las Partes, que estudie la forma de implementar los fondos que ya hay disponibles. Incluso Europa ha ofrecido fondos a los países en desarrollo para estimular todas estas políticas, por ejemplo para la implementación de áreas libres de humo, el tratamiento de la adicción al consumo del tabaco, que a veces implica medicación y no todos los países tienen desarrollada esa posibilidad. No quedó exactamente explicitado en el tratado cómo se va a desarrollar todos los puntos, pero quedaron las pautas generales y la obligación del órgano que sigue a este convenio, que va a controlar que los países realmente cumplan con las obligaciones que van a contraer en el momento de firmarlo.

***

EC - Hemos hecho una síntesis rápida de lo que incluye esta convención. Mi pregunta es: ¿usted queda satisfecho con el alcance de los acuerdos? Ustedes mismos han hablado de las presiones, las artimañas políticas desplegadas, sobre todo en la última ronda de negociación para complicar algunos de los temas, el poder que tuvieron algunas delegaciones con gran cantidad de integrantes, como las de Estados Unidos y Japón, que tenían más de 20 personas jugando en esta cancha… En definitiva, ¿cuánto avanza, lo que sale, con respecto al problema?

EB - Sin ninguna duda esto es histórico, va a haber un antes y un después de este convenio, la historia ha cambiado, absolutamente. Creo que es un gran logro para la salud pública a nivel mundial; por primera vez la gran mayoría de los países se puso a discutir un tema de salud pública. Este texto, que cuando sea ratificado formalmente por 40 países va a comenzar el plazo de su vigencia, va a ser un instrumento maravilloso para poder comenzar a ponerle freno a esta mortal epidemia de consumo de tabaco.

EC - Yo dije que lo aprobaron 170 países.

EB - Terminaron aprobándolo 170 países, y ahora deben ratificarlo 40. Quedaron muy pocos oponiéndose a la decisión final (que no fue exactamente una votación).

EC - ¿Quiénes directamente no la apoyaron?

EB - Manifestaron su gran disconformidad en primer lugar Estados Unidos, que desde el comienzo se opuso a todo en general, y Alemania, fundamentalmente por el tema de la publicidad; fueron los dos países con mayor dificultad. Después Japón, China y Cuba terminaron tomando otra actitud, no manifestaron un franco desacuerdo y seguramente van a firmar. Lo más probable es que Estados Unidos no firme, a pesar de que la sociedad civil estadounidense, la Asociación Americana del Cáncer, la Asociación Americana del Pulmón y la Asociación Americana del Corazón están tratando de presionar al gobierno para que cambie su actitud.

EC - Esta instancia que falta pasar ahora, del 19 al 28 de mayo, es la instancia de la aprobación formal en la OMS.

EB - Esa será la aprobación formal. Es muy poco probable, a pesar de que van a tratar de hacerlo, que pueda cambiarse algo. Lo ha dicho la directora general de la OMS después de finalizar, pero sabemos que todavía puede haber alguna presión en ese momento. Es muy difícil que esto cambie: va a seguir su evolución y nos va a dar una gran ayuda a todos los países. Es un tema que no se puede resolver país por país, la fuerza que podíamos tener quienes nos dedicamos al control del tabaco en cada país habitualmente se veía superada por la potencia, las relaciones públicas y el poder económico de la industria tabacalera. La respuesta a un problema global debe ser global, por eso el convenio marco.

EC - Es un convenio que tiene la condición de legalmente vinculante.

EB - Exactamente. Los países que firmen el convenio se ven en la obligación de llevarlo a sus Parlamentos nacionales, para que sea introducido a nivel de la legislación nacional. Por lo tanto hay un compromiso formal y se va a hacer un seguimiento para que los países que firmen cumplan realmente con los requisitos o las disposiciones a los cuales se han adherido.

EC - Yo aclaraba al principio que usted no era el representante oficial de Uruguay: participó invitado por la OMS y la AMCT como representante de la sociedad civil.

EB – Sí: soy el coordinador para América del Sur de la Alianza para el Convenio Marco en este momento, que va a seguir en el futuro en una estructura que va continuar monitorizando el accionar de los países. Porque la discusión en este momento fue de los países, de las delegaciones oficiales, pero nosotros estuvimos como representantes de la sociedad civil tratando de ver cómo negociaban y si realmente los países estaban sosteniendo criterios de salud pública, no solamente comerciales, como algunos querían imponer.

EC - Yo hacía esa puntualización porque quería preguntarle qué posición oficial llevó el representante uruguayo en estas negociaciones.

EB - Solamente pudimos escuchar a la delegada uruguaya el primer día de negociaciones, porque gran parte de las negociaciones, lamentablemente, se hizo a puertas cerradas, a espaldas de la sociedad civil. Teníamos que rescatar información preguntando, entrevistándonos con delegados. Pero la posición uruguaya fue muy buena, después de una experiencia muy desagradable en México, antes de la quinta ronda de negociaciones, la movilización de los sectores de salud de nuestro país permitió que el gobierno uruguayo diera potestades al MSP y éste en ese momento definió una posición realmente muy buena, muy pro salud. Esperamos seguir manteniéndola, que el gobierno uruguayo siga manteniéndola. Todos los sectores de salud y seguramente de asociaciones de protección al consumo se van a adherir a este apoyo.

EC - En definitiva, Uruguay está entre los países que impulsaron este convenio marco.

EB - Exactamente.

EC - Se supone, entonces, que lo va a ratificar en la asamblea de la OMS, en mayo, y que luego cumplirá los trámites para su aprobación en el Parlamento.

EB - Correctamente, eso es lo que estamos esperando. Si no sucede nada raro vamos a disfrutarlo: toda la población va a tener un recurso increíble para ayudar en esta epidemia.

Final Text of Global Tobacco Treaty Important Victory for Global Public Health and Corporate Accountability [3/3/03] y otros vínculos

Tobacco Free Initiative

Framework Convention on Tobacco Control

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón



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