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Senadores molestos con el embajador de Gran Bretaña
Embajador John Everard: Soy una persona muy gestual y de vez en cuando movía la cabeza, pero no se puede hablar de falta de respeto. Lo que dije es que algunos senadores imaginan que los británicos, y supongo que también los estadounidenses, ya hemos decidido una guerra contra Irak. Esa no es nuestra posición: esperamos que sea posible una vía pacífica de resolver el problema de Irak, que Hussein cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad. Si las cumple, termina la cosa sin guerra. Sobre los anuncios de Powell en sentido contrario, debe responder el embajador de EEUU.
EN PERSPECTIVA
Jueves 06.03.03, 08.41.
EMILIANO COTELO:
Vamos a concentrarnos en dos episodios que se dieron ayer en el Senado: por un lado, lo que el cuerpo declaró y votó en relación con el conflicto en Irak, y por otro el incidente con el embajador británico.
Dice hoy la crónica de Búsqueda que la unanimidad que expresó ayer la Cámara de Senadores al votar una declaración de respaldo a una solución pacífica del conflicto entre Estados Unidos e Irak y a la actuación del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), contrasta con lo que fue la sesión en la que se registró un ríspido debate entre los legisladores colorados y de izquierda. Según esa crónica, durante la sesión el senador socialista José Korzeniak comparó al presidente de Estados Unidos, George Bush, con el dictador alemán Adolfo Hitler, y legisladores colorados catalogaron al presidente de Irak, Saddam Hussein, como un loco y un demente.
La declaración, acordada entre todos los partidos políticos después de que presentaran tres mociones distintas, sostiene finalmente que la solución pacífica de las controversias es el camino a recorrer para evitar todo conflicto bélico y que en el ámbito institucional el Consejo de Seguridad de la ONU es el órgano legitimado para utilizar la fuerza, de conformidad a la Carta de la ONU, debiendo extremarse las acciones diplomáticas para el efectivo desarme de Irak. Agrega que es un principio del Derecho Internacional contemporáneo la proscripción del uso o la amenaza del uso de la fuerza, y que por tanto no se considera de recibo todo acto ejercido por un Estado o grupo de Estados al margen del Derecho Internacional. La declaración sostiene, en su tercer punto, que el respaldo a la paz y el respeto de los derechos humanos exige un esfuerzo permanente para erradicar las tiranías, la injusticia social, la violencia terrorista y, en particular, la proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva.
***
Aparte de este debate y esta declaración, estuvo la situación que protagonizó el embajador británico, que dio pie a reacciones. El senador blanco Jorge Larrañaga, de Alianza Nacional, anunció ayer que planteará al canciller Didier Opertti su molestia por la actitud asumida por el embajador de Inglaterra, John Everard, durante el debate.
El embajador Everard concurrió a la sesión del Senado en la que se trató el tema de una eventual guerra en el Golfo Pérsico. El diplomático hizo gestos de desaprobación desde las barras durante las intervenciones de los senadores Larrañaga y Francisco Gallinal. El embajador comentó a un periodista que los parlamentarios uruguayos no entienden nada; también declaró en CX 36 Radio Centenario que algunos legisladores no comprenden la posición del gobierno británico sobre el conflicto. A partir de esos comentarios, Larrañaga enfatiza que “los embajadores pueden estar en las sesiones, pero no por eso vamos a estar aprobando este tipo de gestos, y mucho menos los comentarios. Pensamos hacer una gestión con el ministro de Relaciones Exteriores para que el embajador británico rectifique o ratifique estos dichos. Por mal camino vamos si aceptamos este tipo de cosas”.
El vicepresidente, Luis Hierro, que presidió la sesión, dijo a Larrañaga que no había advertido ningún gesto del diplomático británico y que por eso no actuó. El senador frenteamplista Reinaldo Gargano, del Partido Socialista, sostuvo que sí apreció los gestos del embajador británico y que el Parlamento debe rechazar este tipo de actitudes. Ese planteo fue respaldado por el senador tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro.
A todo esto, ¿qué dice el propio embajador cuestionado? Usted es un visitante frecuente del Parlamento.
JOHN EVERARD:
Es cierto, sí; voy con bastante frecuencia al Senado. Es verdad.
EC - Usted sigue las sesiones del Senado o de la Cámara de Diputados.
JE - Claro, las dos.
EC - ¿En qué ocasiones suele ir?
JE - Bueno… estuve en el momento de la interpelación al ahora ex ministro de Economía Bensión y he estado en varias oportunidades en la barra pública en distintos debates.
EC - Ha sorprendido ese comportamiento, porque en general no es frecuente que los embajadores presten atención tan directa a lo que pasa en el Poder Legislativo.
JE - Yo sí; para nosotros Uruguay es un país muy importante y seguimos muy de cerca lo que pasa, incluso los debates parlamentarios que se llevan a cabo en el país.
EC - ¿Qué hace usted con la información que recoge al presenciar esas sesiones?
JE - Escribo una serie de informes sobre la postura uruguaya con respecto a Irak. Seguramente voy a usar las informaciones que anoté ayer en uno de esos informes, ya que los uruguayos son de interés para mi gobierno.
EC - Si usted ya había concurrido al Parlamento en otras ocasiones, si lo había hecho, por ejemplo, en ocasión de una interpelación al ministro de Economía, lógico era que compareciera también ayer, que se instalara en las barras, en la medida que lo que se discutía era nada menos que la forma de encarar una salida para el desarme de Irak.
JE - Exactamente. Irak evidentemente es un tema trascendental para nosotros y no pude faltar a este debate.
EC - Pero no solamente estuvo allí. Parece que, además de escuchar y tomar apuntes, hizo gestos de desaprobación que fueron percibidos por algunos de los senadores, y además efectuó comentarios a la salida, en los corredores del Palacio. ¿Qué responde usted sobre las críticas que recibió?
JE - Primero, insisto: siento la molestia del senador Larrañaga; no hice ningún gesto irrespetuoso. Soy una persona muy gestual y, es cierto, de vez en cuando, durante el debate, movía la cabeza. Es evidente que el senador Larrañaga y yo discrepamos sobre Irak; yo respeto plenamente su derecho a su posición y espero que él respete mi derecho a mi posición. Pero, por favor, de falta de respeto no se puede hablar, yo respeto plenamente al Senado, como respeto a todas las instituciones de la República.
EC - Vamos por partes: ¿efectivamente usted hizo gestos de desaprobación ante algunas expresiones de los senadores Gallinal y Larrañaga?
JE - Movía la cabeza, sí; como le dije, soy una persona muy gestual.
EC - Movía la cabeza. ¿Por qué? ¿Qué le llamaba la atención, qué le chocaba de lo que decían esos parlamentarios?
JE - Pues porque había varias cosas que decían con las cuales me encontraba en desacuerdo, nada más que eso.
EC - ¿Por ejemplo?
JE - Si recuerdo bien, por ejemplo, algunas de las interpretaciones del senador Larrañaga de la posición de los países que están por medidas más efectivas contra Irak. La verdad es que no recuerdo exactamente en qué momento fue.
EC - ¿Qué era exactamente, de esas opiniones, que le había chocado o que directamente rechazaba?
JE - No diría que ninguna opinión me haya chocado, simplemente discrepé con algunos puntos. Pero ahora, si me está pidiendo más precisión, exactamente cuándo y por qué movía la cabeza, me cuesta contestarle ya que mover la cabeza es una cosa que hago casi inconscientemente. O sea que no lo hice a propósito para mostrar desaprobación: es un gesto natural para mí.
EC - Está claro que los legisladores que hemos mencionado, y otros, interpretaron esos gestos como alguna forma de presión sobre lo que se estaba discutiendo.
JE - Por favor: de presión no se puede hablar; eso no fue ninguna injerencia en un debate del Senado. Simplemente estaba allá sentado en la barra y, como dije, movía la cabeza. No creo que eso pueda mostrarse como presión.
EC - También han generado críticas comentarios que usted efectuó a periodistas. Por ejemplo, dijo que los parlamentarios uruguayos no entienden nada. ¿Efectivamente, ésa fue su expresión?
JE - No, no. Dije que, a mi parecer, no todos los señores senadores comprendieron todo el panorama, que es muy complejo y bastante detallado. Y proseguí a decir que, evidentemente, en Uruguay en este momento hay un debate apasionado con respecto a Irak y que espero poder participar en ese debate, informando e intercambiando puntos de vista incluso con las personas que tienen posiciones distintas a la mía.
EC - ¿Qué es, por ejemplo, lo que “no se comprende”? En particular, ¿qué es lo que “no se comprende” de la posición del gobierno británico en torno a este conflicto?
JE - Por ejemplo –no recuerdo las palabras exactas de algunos senadores–, los discursos iniciales dieron la impresión de que se imaginan que nosotros los británicos, y supongo que también los estadounidenses, ya hemos decidido que debe haber una guerra contra Irak. Esa no es nuestra posición. Nosotros, como todos, por favor, esperamos que sea posible encontrar una vía pacífica de resolver el problema de Irak, Sobre todo, esperamos que Saddam Hussein cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad. Si mañana Saddam Hussein efectivamente cumple con la voluntad de la comunidad internacional, ya termina la cosa, sin guerra.
EC - Sin embargo desde la coalición que Gran Bretaña integra permanentemente surgen advertencias a propósito de que la decisión de ir a la guerra está tomada. Por ejemplo, tengo aquí declaraciones muy recientes, de ayer, del secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell: Estados Unidos advirtió que desarmará a Irak con o sin el apoyo de la ONU. Esa fue una reacción del secretario de Estado, Colin Powell, después de que Francia, Rusia y Alemania prometieran bloquear cualquier resolución del Consejo de Seguridad que autorice la guerra.
JE - Esa realmente es una pregunta que le debería hacer a mi colega estadounidense. Por nuestra parte, nosotros hemos insistido desde el comienzo, y seguimos insistiendo, en que este debate, este problema pase por el Consejo de Seguridad de la ONU y que se respete la ley internacional.
EC - Ayer Powell le pidió al Consejo de Seguridad que apruebe el proyecto de resolución que establece que Irak no ha cumplido su obligación de destruir todas sus armas de exterminio. Un proyecto de resolución que Gran Bretaña avala, que han presentado Estados Unidos, Gran Bretaña y España, si no me equivoco.
JE - Es cierto.
EC - Y Powell dejó en claro que Washington se reserva el derecho de atacar aun sin la aprobación de su iniciativa.
JE - Como dije, las declaraciones de Powell debería comentarlas con mi colega estadounidense. Hemos presentado este borrador de resolución para el Consejo de Seguridad; ahora vamos a ver qué decide ese Consejo, pero respetamos las normas de la ley internacional, insisto.
EC - ¿Usted está enfatizando en que Gran Bretaña, por lo menos, no irá a la guerra si no hay una aprobación de la ONU para ese camino? ¿Está anticipando que podrían darse diferencias entre Gran Bretaña y Estados Unidos en ese escenario, el de que la ONU no apruebe el camino de intervención militar?
JE - Esperamos que se mantengan no solamente las buenas relaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que no creo que estén en peligro, sino, más importante, la unidad del Consejo de Seguridad. Es evidente que en este momento hay discrepancias y que habrá un debate seguramente muy intenso, muy apasionado al respecto. Pero insisto: nosotros vamos a respetar la decisión del Consejo de Seguridad.
EC - Entiendo lo que dice, pero no puedo de dejar de insistir en que hay una diferencia con declaraciones de su aliado, Estados Unidos, que es quien viene liderando estas posiciones. ¿Hay una diferencia, entonces?
JE - Pues, como digo, realmente no me corresponde comentar la posición de Estados Unidos. Realmente, es una pregunta que usted tendría que hacerle a mi colega estadounidense.
EC - Usted dice que no todo el mundo tiene claro en Uruguay este tipo de cosas, en particular algunos senadores. También habló de la confusión que existe a propósito de por qué Gran Bretaña tiene esta postura; se percibe que su país actúa de esta manera a instancias de Estados Unidos.
JE - No, eso no es cierto. Casualmente, hace ya cuatro días, un periodista le hizo justamente esa pregunta al primer ministro Blair; y el primer ministro contestó: “Es mucho peor que usted piense que yo firmemente, personalmente creo en la necesidad de solucionar el problema de Irak y yo tendría la posición que tengo; igual quisiera Estados Unidos”.
EC - A partir de estas diferencias que ha tenido en las últimas horas con opiniones que se escucharon durante la sesión del Senado, usted podría terminar siendo llamado por la Cancillería, si prospera la iniciativa que impulsa el senador Larrañaga.
JE - Yo quedo respetuosamente a las órdenes del señor canciller. Si me convoca, voy; es una regla de cualquier diplomático.
EC - ¿Usted entiende que no hubo ningún tipo de injerencia en asuntos internos con su comportamiento?
JE - No hubo injerencia en asuntos internos de Uruguay. Tal cosa simplemente no se me ocurriría, nunca haría esta cosa.
EC - De todos modos, haya o no convocatoria del canciller, las reacciones que se produjeron a partir de su presencia y sus actitudes en la víspera, ¿van a hacerle cambiar de alguna manera su conducta en esto de ir al Parlamento, por ejemplo?
JE - Espero que se tolere que yo mueva de vez en cuando la cabeza. Como dije, no lo hago de forma irrespetuosa, no me propongo ninguna falta de respeto hacia el Senado de la República ni menos hacia los señores senadores.
EC - Pero a partir del episodio de ayer usted podría resolver tener más cuidado con los gestos y medir un poco más las palabras en algunas declaraciones públicas, por ejemplo.
JE - Las palabras en declaraciones públicas… Como dije, algunas versiones que salieron de mis palabras a la prensa son equivocadas, usé palabras mucho más suaves. Insisto: dije simplemente que de repente no todos los señores senadores entienden la posición británica. No veo que declaraciones de este tipo puedan considerarse como insultos a las personas.
EC - ¿Usted va a pedir algún tipo de reunión formal, no sé si con comisiones del Parlamento o senadores en particular, grupos políticos en particular?
JE - Todavía no he pensado en eso.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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