10.03.2003




































LA CARTERA NO SE DETERIORÓ SÓLO POR LA SUSPENSIÓN: TODO EL SISTEMA TUVO PROBLEMAS EN EL SEGUNDO SEMESTRE DE 2002

El Banco de Crédito
y su liquidación “no tradicional”

Julio de Brun (BCU): Los activos estarían en U$S 350:, y los pasivos en U$S 550:, lo que da un patrimonio negativo de U$S 200:. Los créditos a empresas del grupo Moon suman unos U$S 90:. Se busca dar cierta certeza para pagos y plazos, según la recuperación de los activos. Se podría devolver el 80% de los depósitos, pero no es momento de hablar de montos ni plazos: quizá en 15 días. Además de los empleados que trabajarán en el fondo de recuperación de activos (un mecanismo en proceso de instrumentación), se podría traspasar partes de las carteras con las sucursales respectivas y su personal.

EN PERSPECTIVA
Viernes 07.03.03, 08.41.


EMILIANO COTELO:
Tras la resolución de que el Banco de Crédito (BdC) vaya a liquidación, que el gobierno tomó el viernes pasado, se ha abierto un espacio para el diálogo.

El gobierno ha anunciado que no será “una liquidación tradicional”. Este será el punto de partida del diálogo que vamos a mantener con el presidente del Directorio del Banco Central (BCU), economista Julio de Brun.

¿Qué quiere decir “liquidación no tradicional”?

JULIO DE BRUN:
En primer lugar, hacía unos cuantos años que no se iniciaban procesos de liquidación, sobre todo de esta envergadura, en el ámbito del sistema financiero uruguayo. Las experiencias anteriores –las últimas eran de los años 70– mostraban que eran procesos sumamente costosos en términos de recursos y de pérdida de valor para todos los acreedores involucrados. Por eso a fin del año pasado, en el marco de la Ley de Fortalecimiento del Sistema Bancario, se modificaron las normas de liquidación de bancos dando la posibilidad de organizar la liquidación en un régimen de fondo de inversión, que en este caso en particular sería un fondo de recuperación de activos, lo cual permite un manejo mucho más flexible de los activos del banco, sin entrar en el tema de intermediación financiera propia de una institución bancaria en sí.

O sea que la liquidación supone la desaparición de la entidad en el ámbito de intermediación financiera, pero conserva lo que tiene que ver con los rasgos en cuanto a la gestión de activos de la institución, de manera de obtener de ellos lo más posible.

EC - Incluso en este caso, el del BdC, el procedimiento tendrá diferencias con el que se siguió con los bancos Montevideo, Caja Obrera y Comercial.

J de B - En el caso de esos bancos se daba lugar al nacimiento de una nueva institución. Yo diría que hasta hoy, si se compara a la misma cantidad de días de iniciado el proceso, estamos en la misma situación: se inicia la liquidación, que supone (de acuerdo al marco de la ley de diciembre y por tratarse de una institución que estaba suspendida y la definición de algunas normas transitorias de la ley de diciembre) la inmediata creación de los fondos de recuperación de activos y el comienzo de las tareas propias de estos fondos. Hasta esta fecha estamos básicamente igual.

En el caso del Montevideo, Caja Obrera Comercial, lo nuevo es que se produjo una subasta, paralelamente a la cual se había dado la creación jurídica de una nueva entidad, que era el Nuevo Banco Comercial, que participó y adquirió los activos para poder iniciar sus actividades, lo cual está previsto para este mes de marzo.

En este caso no hay esa instancia, no estamos creando un banco nuevo a partir del BdC. Y si se quiere, la otra particularidad en esta entidad, es el hecho de que hay un volumen de créditos importante perteneciente a uno de los accionistas de la entidad, que era el grupo Moon, que va a estar desagregado, va a ser objeto de una gestión específica.

EC - Concretamente, los créditos que corresponden a empresas vinculadas al grupo Moon no formarían parte, por ejemplo, de un proceso de subasta.

J de B – No: esos créditos se van a negociar directamente con el acreedor y el deudor; el producido se va a ir destinando al pago de los acreedores, básicamente a los ahorristas.

EC - Vamos a ir ordenando algunos números. ¿Cuánto suman los activos del BdC?

J de B - En base a datos preliminares que tenemos a enero –los más definitivos los iremos teniendo a medida que vayamos trabajando en el propio banco– y con algunos ajustes de previsiones basados en el informe de auditoría de Tea, Deloitte & Touche, estarían en el orden de los 350 millones de dólares, aproximadamente, y el total de pasivos del BdC estaría en el orden de los 550 millones de dólares. O sea que hay un patrimonio negativo del orden de los 200 millones de dólares.

EC - ¿Cuántos suman los créditos otorgados a empresas del propio grupo Moon.

J de B - Unos 90 millones de dólares, deducido un colateral que es un bono estadounidense.

EC - Ustedes han insistido, tanto el ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, como las autoridades del BCU, en que se va a priorizar la negociación para llevar adelante las etapas que vienen. Ya hay un diálogo encaminado, tanto con los ahorristas como con los empleados y con el grupo Moon.

J de B - Sí. Desde el punto de vista de lo que tiene que ver con el grupo Moon –que son negociaciones que se van a continuar en el ámbito de los administradores del fondo de recuperación de activos– es básicamente la forma de recuperación de los créditos de las empresas vinculadas al mismo en beneficio de los acreedores. Haciendo uso de las facultades que la ley de diciembre da al administrador de estos fondos, se va a procurar efectuar algún tipo de convenio con los ahorristas y otros acreedores, entre los cuales están incluidos el propio Estado y los trabajadores, de manera tal de dar cierta certeza en los pagos y en los plazos, a fin de, en función de lo que se va obteniendo en la recuperación de los activos, ir cancelando los derechos contra la masa del BdC. Ésa es la idea de este convenio, que está previsto en el artículo 19 de la ley de diciembre del año pasado.

EC - De nuevo, apartado de lo que es una liquidación tradicional.

J de B - Sí; lo utilizamos básicamente en el caso de la absorción, por parte de Cofac, de Caycu, donde también hubo una quita seria por parte de los que eran depositantes de Caycu a favor de la liquidación; a su vez eso permitió la transferencia de esos depositantes hacia Cofac, con los activos de Caycu, de manera de transferir una entidad patrimonial en su conjunto. En este caso no se da esa transferencia patrimonial, pero por lo menos desde el punto de vista de la liquidación y de los acreedores de los fondos de recuperación de activos, la idea es tener cierta certeza en cuanto a cómo va a ser el proceso de reintegro de los fondos que estaban depositados en el BdC.

EC - Vayamos por partes. Ha trascendido que el objetivo, en cuanto a los depositantes, es devolverles en un plazo razonable el 80 por ciento de su dinero. ¿Es así?

J de B - Evidentemente el porcentaje va a depender de los valores que finalmente se obtengan de la liquidación. Las versiones que han surgido en torno al porcentaje del 80 por ciento se basan en el convenio que los depositantes habían efectuado con el grupo Moon en la eventualidad de que el banco reabriera; el otro 20 por ciento formaba parte de la capitalización que efectuaban al BdC.

EC - Los ahorristas habían ofrecido reprogramar el 80 por ciento de sus depósitos y capitalizar el 20.

J de B - Así es. Vamos a estar viéndolo con los propios ahorristas en los próximos días, una vez que vayamos estando en condiciones de mostrarles los números que van resultado del relevamiento que hagamos de la situación de la entidad, vamos a estar viendo en qué medida podemos aproximarnos a esos números como para que eventualmente sea viable un acuerdo de ese tipo.

EC - Si fuera ésa la cifra, 80 por ciento…

J de B - Hoy por hoy, si uno mira la liquidez, deduciendo lo que puedan ser algunos costos por indemnizaciones y demás, la cartera vigente que tiene el banco, más los créditos del grupo Moon, uno está en una cifra un poco inferior a ese 80 por ciento, suponiendo que se cobra todo eso. Está también la cartera mala del banco, la cartera vencida, de la que algo se recuperará. El conjunto de todo eso podría estar cerca de ese porcentaje, pero justamente, como se está con márgenes muy estrechos, antes de hablar de porcentajes y demás, la idea es ver los números del banco, ajustarlos en función de la situación actual, ver cuáles son los mejores instrumentos para realizar estos activos rápidamente, en beneficio de los acreedores, como para llegar rápidamente a un acuerdo.

EC - ¿Cuánto totalizan los depósitos en el BdC, dejando de lado los que ha hecho el propio grupo Moon?

J de B - Unos 300 a 330 millones de dólares. Como le decía, todos los activos del banco andan en el orden de los 350; por eso le decía que los números andan muy estrechos.

EC - Volviendo sobre esos números indicativos, esa referencia, de tratar de que se pueda devolver el 80 por ciento de estos depósitos, ¿en qué plazo, y cuál es la forma de devolución que se está pensando?

J de B - Va a depender de lo que se obtenga en la negociación de estas carteras. Si uno pudiera obtener, en la venta de los créditos vigentes, certificados de depósitos, liquidez u otros instrumentos provenientes de quien compre esas carteras, que puedan ser convertidos a su vez en un instrumento que se pueda pagar en una fecha determinada, en un plazo determinado a los depositantes, a partir de allí podría proponer un plan de pago. Lo mismo ocurre con las deudas del grupo, a partir del cronograma de pagos y las condiciones que se negocie, uno a su vez puede transferir esos valores a los depositantes.

EC - Pero tenemos dos modelos: el de la reprogramación de los depósitos del Banco República (Brou) y la reprogramación de los depósitos que van a estar en el NBC. Son plazos distintos.

J de B – Sí. Aquí no tenemos depósitos en el sentido estricto del término: son cuotas de participación en los fondos de recuperación de activos. Hoy por hoy esas cuotas con representativas de los activos del BdC. La idea es, ya sea por la negociación de la cartera vigente, ya sea por el convenio de pago que se obtenga con el grupo, poder lograr que esas cuota partes tengan como contrapartida activos lo más líquidos o lo más fáciles de predecir en cuanto a su valor en el futuro, de manera que tengan el mayor valor posible para quienes los obtienen.

EC - Pero en el caso del Brou la reprogramación fue a tres años ¿En el caso del NBC?

J de B - Va a estar en el orden de los seis años, con pagos trimestrales; en el caso del Brou eran tres años con pagos anuales.

EC - ¿Qué períodos manejaríamos aquí?

J de B - No sabemos todavía. En este momento, hasta que no se haya vendido a través de un proceso de subasta y demás la cartera vigente del BdC y hasta que hayamos culminado las negociaciones con el grupo en cuanto a la forma de pago de las deudas, que sería el grueso de los recursos destinados a favor de los ahorristas, no estamos en condiciones de decir “se va a pagar en tal plazo, con tal tasa de interés”. Es un tema que queremos resolver rápidamente en los próximos 15 días, una vez que nos hayamos hecho cargo de la entidad BdC; hoy por hoy no podemos tener certezas sobre ese programa. La idea es poder culminar todo ese proceso dentro de esos plazos, pero depende de cómo se obtenga la recuperación de la cartera y de qué activos obtenemos tras la venta, sobre todo, de la cartera vigente.

EC - La meta es manejarse con esquemas, como máximo, similares al del NBC en cuanto al plazo de devolución.

J de B - Sería lo deseable.

EC - Pero tampoco hay nada claro todavía.

J de B - No, no podemos tener nada claro hasta que no culminemos la negociación con el grupo, hasta que hayamos realizado por lo menos los mejores activos del banco para saber qué se obtiene de ellos.

***

EC - ¿Es correcto que hay un muy alto porcentaje de los depósitos de montos muy bajos, del orden de los 5.000 dólares?

J de B - Sí; la información que tenemos es de cuentas, no de personas; vamos a poder depurarlo un poco más cuando estemos trabajando directamente en el banco. De las 60.000 cuentas, unas 51.000 o 52.000 tienen menos de 5.000 dólares y representan unos 10 millones de dólares en su totalidad. Pero están puestas allí todas las cuentas corrientes y cajas de ahorro que fueron pagadas con cargo al Fondo de Estabilidad en agosto y setiembre. O sea que hay que depurar primero todas las cuentas que están con saldo cero; a su vez seguramente hay personas que tienen más de una cuenta.

EC - Se lo preguntaba por la posibilidad de que para esas cuentas, para esos depósitos hubiera alguna solución particular. ¿Está previsto?

J de B - Y… si uno se atiene a las reglas estrictas de liquidación tendría que ir todo el mundo al porcentaje de lo que den los activos. En el marco de un convenio, eventualmente uno puede contemplar una solución preferencial para los depositantes más pequeños. Básicamente eso se haría utilizando parte de los recursos que obtiene el Estado, como acreedor de esta masa de activos del BdC.

EC - Sobre la decisión del Estado de renunciar a su prioridad como acreedor vamos a volver en seguida. Por lo que usted decía recién, hay otra pieza clave para que estos engranajes se acomoden y para que la fórmula pueda construirse, que es la “colaboración” del grupo Moon. Con el grupo hay dos temas: por un lado las deudas de empresas del mismo, que totalizan unos 96 millones de dólares; y por otro lado depósitos que totalizan, ¿cuánto?

J de B - Andan en unos 27 millones de dólares en este momento.

EC - ¿Qué es lo que hasta ahora se obtenido como compromiso del grupo Moon?

J de B - Como ya dije, las negociaciones con la administración del fondo de recuperación de activos no se han iniciado; existió hasta ahora un intercambio en el cual hubo disposición a colaborar en todo este proceso.

EC - Por ejemplo, ¿renuncia al depósito?

J de B - No puedo plantearle en este momento qué cosas está dispuesto a hacer, en la medida en que no hay una negociación culminada. Yo preferiría hablar de este tema una vez que toda la negociación esté culminada.

EC - ¿Y sobre cómo pagará las deudas?

J de B - Forma parte de la misma negociación.

EC - Se lo pregunto porque en el diario El País de hoy el dirigente de Aebu Juan José Ramos dice que el grupo Moon ofreció pagar sus deudas en seis años, y el Poder Ejecutivo respondió “que sea en tres”.

J de B - La decisión del plan de pagos y demás corresponde a la liquidación, la administración de los fondos es la responsable de recuperar la cartera y a su vez destinar esos fondos en beneficio de los acreedores del banco. Ésa será la instancia donde finalmente se negociarán los términos y condiciones del cobro de las deudas del grupo.

EC - Según el semanario Búsqueda, se le habría pedido al grupo Moon 35 millones de dólares a corto plazo para devolver ahorros a los clientes de montos menores.

J de B - Evidentemente se va a plantear esa posibilidad. Veámoslo en estos términos: si se obtiene recursos en efectivo rápidamente, es mucho más factible lograr soluciones para los ahorristas que impliquen inmediata entrega en efectivo de parte de sus derechos contra el banco. Si eventualmente se logra algún tipo de acuerdo por el que se pueda pagar totalmente las cuentas más pequeñas y demás, uno saca del medio de toda esta situación al menos a un grupo importante de ahorristas que estarían cobrando todos o casi todos sus derechos con el banco. Cuanta más liquidez se obtenga en las etapas iniciales mucho más fácil será administrar todo este proceso rápidamente, dando respuestas a la mayor parte de la gente lo más rápidamente posible. Es una instancia de negociación que formalmente, entre la administración de los fondos y el grupo, todavía no ha comenzado.

EC- En resumen, entonces, digamos que las carteras del BdC van a ser trabajadas de tres maneras diferentes: por un lado las carteras pesadas (categorías 3, 4 y 5); por otro los créditos con empresas del grupo Moon; y finalmente las carteras vigentes, las de categorías 1 y 2.
¿Con estas últimas qué se va a hacer, una subasta?

J de B - Sí, la idea es realizar una subasta; vamos a ver si es en bloque o con alguna adición. Hay que estudiar la cartera para ver qué hay allí, su distribución geográfica... Hay que analizarlo un poquito y ver cuál es la mejor forma de realizarla.

EC - ¿Cuánto totalizan los créditos al Grupo Moon más las carteras vigentes?

J de B - Ahí estamos pensando cifras preliminares de entre 200 y 220 millones de dólares.

EC - Después quedan las carteras pesadas, el tercer grupo. ¿Cuál será el procedimiento allí?

J de B - Es un proceso que todavía no está resuelto, porque además es un tema que queremos resolver conjuntamente con las de los otros bancos. Recordemos que en el caso del Comercial, Caja Obrera y Montevideo se hizo una subasta y el nuevo banco adquirió las carteras vigentes, al menos los activos en mejores condiciones para hacerlo viable, y quedaron carteras vencidas en manos de los tres fondos de liquidación. Ahora vamos a tener también el caso del BdC. La idea es tener un esquema de recuperación de activos que, ese sí, se va a parecer más a los procedimientos de una liquidación tradicional. El administrador tendrá en estos casos, sin embargo, la potestad de acordar planes de pago y demás. Y eventualmente, habiendo recuperado parte de esa cartera a partir de un plan de pagos creíble y demás, seguir vendiendo esos créditos a otras instituciones bancarias. Esta también puede ser una posibilidad. En qué ámbito, tanto desde el punto de vista jurídico como de entidades encargadas de estos fondos de administración de activos, es un tema que todavía estamos por resolver y que vamos a estar resolviendo en las próximas semanas.

***

EC - Vamos a concentrarnos ahora en el capítulo empleados. Aebu en su momento no estuvo de acuerdo en que el BdC tuviera una salida aparte. El sindicato era partidario de la llamada solución “cuatro en uno”: Comercial, Montevideo, Caja Obrera y de Crédito, todos confluyendo en un nuevo banco. Ahora que se intentó el camino de una salida aparte para el BdC y la misma no tuvo éxito, Aebu está, por supuesto, haciendo la presión del caso y negociando para salvar la mayor cantidad posible de puestos de trabajo en las distintas fórmulas. ¿Qué se está manejando hoy en esta materia? En total son 1.000 empleos.

J de B - Si se incluye a la empresa Riloman, que es una administradora de tarjetas de crédito, sí; el BdC tiene unos 670 empleados, aproximadamente.

EC - 670 más 300 de Riloman, o sea 970. ¿Es correcto que el caso de Riloman tiene una solución propia?

J de B - En principio no ha sido liquidada, la empresa sigue abierta. El principal acreedor de Riloman es el propio BdC, con una deuda que a su vez ha avalado el propio grupo Moon. O sea que, en el marco de la negociación con el grupo, en el caso de que el grupo cancele esas deudas de Riloman con el banco y la empresa quede capitalizada de esa forma, eso a su vez la viabiliza económicamente, por lo menos en principio. Por lo que tengo entendido –eso no ha estado en el ámbito del BCU–, hubo conversaciones entre el sindicato y el grupo para ver si la empresa puede continuar funcionando de esa forma, y eventualmente en manos del propio sindicato. Es una instancia en la que no ha estado directamente involucrado el BCU, por lo tanto no conozco los detalles, pero habría allí una posibilidad de mantener los puestos de trabajo de Riloman si el grupo capitaliza a la empresa y además tras un acuerdo con el sindicato, que involucraría cancelar con esa capitalización la deuda con el BdC. Formaría parte, por lo tanto, del paquete de negociación en cuanto a su cancelación de adeudos del grupo con el BdC.

EC - El otro caso son los 670 empleados del propio BdC. ¿Cuántos de estos empleados obtendrían algún puesto de trabajo por alguno de los mecanismos que se está negociando?

J de B - Hay una cierta cantidad de empleados, no determinada todavía, que va a continuar trabajando en el fondo de recuperación de activos, en lo que tiene que ver con la cartera vencida. Es un mecanismo que está en proceso de instrumentación: cómo se va a trabajar allí, bajo qué esquemas, con cuánta gente y de qué manera para recuperar lo más posible de esos créditos y en las mejores condiciones posibles.

EC - Aebu reclamaba que en la subasta de activos se incluyera, como condición, que los compradores tomaran empleados del BdC.

J de B - Ahí tenemos que ver qué características tiene esa cartera; hoy por hoy no lo sé. No lo sabremos hasta que no podamos entrar a las carpetas, mirarlas. Obviamente hay una distribución geográfica de las mismas, no sé cuántas son del interior y cuántas de Montevideo; eventualmente podría estar la posibilidad de que algunas carteras en el interior se vendieran conjuntamente con sucursales, pero hay que ver si tienen una masa crítica suficiente como para poder efectuar una transacción de ese tipo. Evidentemente habrá venta de sucursales del BdC, asociada o no a la venta de carteras; es un tema que tenemos que analizar.

EC - ¿Los bancos privados compradores de esas sucursales aceptarían tomar en el mismo paquete a empleados del propio BdC, como reclama Aebu para estos casos?

J de B - Depende de cuestiones de distribución geográfica y demás. Normalmente la adquisición de sucursales ha estado asociada a quedarse con todos o parte de los funcionarios que trabajaban en la zona, o cosa por el estilo, y eventualmente a manejar las carteras que manejaba esa sucursal. Justamente, a lo que nos habilitó la ley de diciembre es poder manejar ese tipo de instrumentos, poder considerar conjuntos patrimoniales definidos de determinada manera –de pronto sucursal, cartera y eventualmente funcionarios–, de modo de poder venderlos como un negocio económico en su conjunto. Es una posibilidad: no tenemos cuantificado lo que se podría obtener en puestos de trabajo por esa vía, pero me imagino que algo de eso va a haber. El sistema financiero uruguayo ha tenido una caída muy fuerte durante el último año y creo que hoy por hoy está en un proceso a partir del cual seguramente inicie un crecimiento en los próximos meses; en ese reacomodamiento está la posibilidad de instituciones en expansión que puedan estar tomando funcionarios y adquiriendo sucursales.

EC - Por otro lado habría funcionarios del BdC ingresando en algún plan de retiros incentivados.

J de B – Sí: había un plan de retiros en el propio BdC; hay que ver en qué medida podemos replicarlo, en el marco en que estamos ahora.

EC - Cuando se intentaba la reapertura se habían inscripto para ese plan 109 empleados.

J de B - Exacto. Tenemos que ver si las condiciones de esos retiros pueden ser replicadas en el ámbito de la administración de una liquidación o de un fondo de recuperación de activos.

EC - ¿Tienen alguna estimación, después de aplicadas estas distintas fórmulas, de cuántos empleados efectivamente quedarían sin trabajo en el BdC?

J de B - Donde seguramente habrá mayores posibilidades de empleo será en la tarea de recuperación de activos; todavía no tenemos definida esa cifra, vamos a estar trabajando en eso en las próximas semanas. Es uno de los temas que queremos resolver rápidamente una vez que hayamos asignado el tema de las carteras vigentes y habiendo culminado la negociación con el grupo. En este momento no podría arriesgar una cifra.

EC - Porque hay un seguro de paro diseñado en la ley votada a fines del mes de diciembre, sobre todo pensando en los casos del Comercial, Caja Obrera y Montevideo; ¿para cuántas personas estaba previsto?

J de B - Creo que para alrededor de 800, 900 personas.

EC - Aquí se agregan más.

J de B - Sí; pero también depende de cuántos van a quedar trabajando en los fondos de recuperación de activos de los otros bancos. La definición de cómo se va a manejar, a través de qué instrumentos, qué entidades, la recuperación de las carteras pesadas de estos bancos es lo que va a ir despejando la cuantificación definitiva de los funcionarios que van a quedar en régimen de seguro de paro.

EC - ¿Ningún número aproximado?

J de B - No puedo arriesgarlo en este momento.

***

EC - Hemos visto cómo se va a tratar de minimizar las pérdidas de ahorristas y empleados del BdC. Y las pérdidas del Estado, o sea las pérdidas de todos nosotros, los uruguayos, que en la enorme mayoría no teníamos nada que ver con el BdC, ¿cuánto sumarán?

J de B - Ahí hay créditos del Estado de alrededor de 160, 180 millones de dólares, por distintas vías, o sea la asistencia financiera del BCU, lo que se puso por el fondo de estabilidad del sistema bancario para recuperar las cuentas corrientes y cajas de ahorro y lo que hizo el Poder Ejecutivo, a través de la CND, a través del fondo de fortalecimiento del sistema bancario en los meses de mayo y junio.

EC - El ministro Atchugarry ha anunciado que el Estado declina la prioridad que tiene para el cobro de esos fondos.

J de B - Sí. Básicamente en la situación actual, salvo por algunos créditos que tienen garantía de algunos valores públicos del banco –ahí, de vuelta, siguiendo los procedimientos de la ley, todos los créditos del BCU, CND y el propio Poder Ejecutivo, pasan a favor del Estado–, la ley de diciembre da al Estado la facultad de utilizar la cuota parte que le corresponde en la liquidación en beneficio del resto de los acreedores, particularmente los depositantes.

EC - Esa es una decisión también polémica. ¿Por qué se la toma?

J de B - En primer lugar, el Estado era dueño del banco en parte, tenía el 51 por ciento. Allí hay una cuestión de decir “Si tenía el banco, ¿por qué el Estado se cobra antes que los que eran acreedores en estricto sentido, es decir los depositantes? De alguna manera ¿no tiene que darles la prioridad para luego cobrarse, dado que en definitiva era acreedor?”. Hay un poco un argumento de ese tipo.

Luego hay argumentos más de tipo general en el sentido de que nuestro sistema bancario fue tradicionalmente defendido por el Estado, con muchos costos en la década de los 80 que se generaron con compra de carteras y la intervención de algunas entidades bancarias; se pudo hacer mejor en períodos de relativa estabilidad, acompañada de una mejora en las normas prudenciales, pero tras un colapso como el que recibió la economía uruguaya durante el año 2002 hubo un intento deliberado del Estado de tratar de preservar en lo posible la estabilidad del sistema financiero utilizando recursos públicos.

Es un tema polémico, cuestionable, pero es universalmente utilizado. En la preservación de la estabilidad del sistema financiero se considera que hay cuestiones que no sólo benefician a los ahorristas en particular, a los depositantes del sistema, sino que mantener cierta confianza o ciertas redes de seguridad en el sistema financiero tiene efectos positivos hacia el conjunto de la economía y básicamente en mantener la cadena de pagos, el funcionamiento del crédito y demás.

EC - Esa línea de razonamiento se sigue ahora también.

J de B - En este caso reforzada, porque si eso es aplicable a bancos privados en general, tanto más a un banco en el cual, si bien no había una garantía legal de los depósitos, por lo menos había una cierta presencia del Estado como accionista. Sin establecer el hecho de que hay fondos públicos dirigidos específicamente a proteger a estos ahorristas en particular, por lo menos de lo que le pueda tocar al Estado en la liquidación, decir “Cedemos todo o parte para que los ahorristas recuperen lo más posible, dada la situación que tiene hoy la entidad”.

EC - ¿Eso quiere decir que en este proceso del BdC perdemos 180 millones de dólares?

J de B – Serían... eeh…

EC - ¿Más, menos? ¿Cuál es el número?

J de B - Depende en primer lugar de cuánto se recupere de la cartera, por eso también la idea de recuperar lo más posible de las carteras del banco. Depende de las condiciones, del convenio que se haga con los propios ahorristas en cuanto a cómo recuperan y qué porcentaje recuperan de sus depósitos. Esa es la idea y eso es lo que va a determinar cuánto, en definitiva, pueda al final recuperar el Estado de sus créditos contra el banco.

EC - Justamente, depende de cuánto se obtenga de todo ese proceso de liquidación. Allí viene otra pregunta: la pérdida para el Estado en particular, ¿no hubiese sido menor de haber cortado antes este intento de reapertura del BdC? ¿No fue un exceso esperar siete meses, con el consiguiente deterioro del valor de las carteras del banco?

J de B - En la medida en que había cierto compromiso y cierta decisión del inversor de reabrir el banco, la pérdida para todos hubiera sido menor en el caso de que reabriera una entidad viable. En ese caso el Estado hubiera cobrado una parte de sus créditos, los ahorristas hubieran recuperado al menos el 80 por ciento que habían pactado en el plan de reestructura anterior y habría un 20 por ciento que estaría dependiendo de lo que pudieran valer, en el futuro, las acciones del BdC.

Básicamente teníamos tres escenarios. Primero, el banco reabre y es viable, que era el mejor escenario posible para todos. Suponía una participación importante del accionista minoritario en cuanto a capitalizar en la medida en que fuera necesario. Segundo, el banco no reabre, que es el escenario en el que nos encontramos ahora. Tercero y el peor, reabre sin ser viable y cierra a los pocos meses, con consecuencias mucho más negativas incluso en cuanto a confianza y demás sobre todo el conjunto del sistema.

En la medida en que durante todos estos meses siempre hubo voluntad del grupo Moon de capitalizar y, por lo menos hasta el mes de enero, de realizar los aportes y las garantías correspondientes para mantener la institución viable hacia el futuro, esa parecía la mejor salida; con algunos costos en términos de lo que fue la demora en este proceso durante todos estos meses, que se justificaban por la posibilidad de concretar esa, que era la mejor salida posible.

Habiendo desistido el grupo, dada la magnitud de la inversión que sus asesores le indicaron que implicaba poder mantener el banco viable hacia el futuro, cumpliendo con los requisitos establecidos por el BCU, entre reabrir un banco no viable que cayera a los pocos meses y no reabrirlo, ésta fue la alternativa que finalmente se siguió.

EC – Y que implicó, de hecho, una pérdida del valor de las carteras, por ejemplo.

J de B - En la pérdida de valor de la cartera hay dos elementos. Uno es el correspondiente al conjunto de la economía, a la situación general de la economía, que es independiente de que el banco hubiera reabierto en agosto, hubiera reabierto ahora o directamente se hubiera cerrado en agosto o se cierre ahora. Es una situación que refiere a la economía de los deudores del banco y que hace que estén en mejores o peores condiciones de pagar.

El otro elemento es el hecho de que, al estar el banco suspendido o limitado en sus condiciones de poder trabajar su cartera y otorgar determinados mecanismos de refinanciación, facilidades de pago y demás, se le generan atrasos, sobre todo cuando uno compara el comportamiento de un cliente en algunos de estos bancos suspendidos con su conducta en otros bancos que permanecieron abiertos durante todo este tiempo.

Si uno mira, cuando surgen reproches en todo el proceso, son los ejemplos que se ven. Hay menciones de determinados clientes importantes, clientes categoría 1, bien cumplidores de cualquier banco, que en este banco están en categoría 4 porque dejaron de pagar esperando ver qué pasaba. Si uno mira esos casos, en realidad son los menos y eventualmente son recuperables en cualquier escenario, ya sea en el caso de banco reabierto o de banco gestionado en un proceso de administración de carteras como el que vamos a tener ahora. Ese buen cliente va a pagar en un sentido o en el otro, porque esa carpeta se vende a otro banco y en el nuevo banco seguirá pagando, seguirá teniendo la conducta habitual que venía teniendo en el resto del sistema, o logrará un acuerdo en cuanto a planes de pago con la administración de la cartera.

Si uno mira el conjunto del sistema bancario abierto, en el sistema bancario privado que permaneció abierto durante todo el año 2002, el deterioro de las carteras durante el segundo semestre de 2002 fue seis veces superior a la del primer semestre. Las previsiones estuvieron en los 30 millones de dólares en el primer semestre y en el orden de los 70 millones en el segundo, o sea que todas las carteras del sistema bancario tuvieron un fuerte proceso de deterioro, dada la situación económica general durante el segundo semestre del año pasado.

La diferencia entre la situación que uno podía prever para el BdC y la que ocurre con el resto del sistema bancario es que en este último los dueños de todas las entidades privadas –nacionales, extranjeras, cualquiera sea su naturaleza– han hecho los planes de capitalización correspondientes como para que hoy, a comienzos del año 2003, las relaciones de capitalización del sistema bancario sean incluso superiores a las de comienzos de 2002.

Y lo que de alguna manera le pedíamos al grupo inversor del BdC eran esas mismas reglas de juego para que, en un contexto difícil como el que está atravesando el sistema financiero uruguayo, el banco pudiera ofrecer a sus clientes los mismos niveles de solvencia que hoy está ofreciendo el resto del sistema al conjunto de sus clientes, acompañada de la liquidez correspondiente. Eso fue lo que permitió, por ejemplo, que ante los fuertes retiros de depósitos por los rumores de fines de enero de este año, el sistema en general pudiera responder sin ningún tipo de problemas, como ocurrió.

***

EC - Supongo que quedan muchas preguntas, ni qué hablar a propósito de los detalles de la salida que se está instrumentando...

J de B - Vamos a ir comunicando esos detalles en los próximos días, una vez que estemos dentro del banco, trabajando con la cartera e instrumentando los distintos mecanismos de salida.

EC - ...pero como usted decía al pasar que una de las razones por las cuales el Estado resigna su prioridad para el cobro de lo que le corresponde en este proceso de liquidación, y queda a la espera de cómo culmina esa recuperación de activos, cabe otra pregunta: usted decía que uno de los argumentos es que el Estado tiene responsabilidad porque es el accionista mayoritario del BdC. Entonces ¿tendremos que asumir todos esa pérdida porque el Estado manejó mal el BdC? Me refiero al manejo anterior al feriado bancario. Supongo que es una respuesta larga…

J de B - No es como para ser la pregunta del estribo.

EC - ... pero en titulares, ¿qué responde?

J de B - La situación del banco era difícil desde hacía bastante tiempo, de hecho su cartera era, en sus relaciones de vigente y vencida, ya muy mala y vencía a junio del año pasado. Eso probablemente se arrastra desde hace bastante tiempo, incluso anterior al directorio que venía ejerciendo sus funciones durante los últimos años…

EC - Por eso: estamos hablando de un BdC que hace mucho tiempo que tiene problemas.

J de B - Ya desde los años 80 había caído reiteradamente en situaciones de ser intervenido, exigírsele recapitalizaciones, que habían sido recapitalizaciones a medias. En un contexto donde los depósitos son estables, el negocio bancario tiene la peculiaridad de que como trabaja con fondos ajenos, de los depositantes, puede disimular un problema de solvencia por la liquidez que va manejando a través de la renovación de los depósitos. Cuando ocurre un problema, como ocurrió ahora, eso se cae; por eso la prioridad del BCU de agosto para acá ha estado no sólo en el tema de liquidez sino además en reforzar los requisitos de solvencia del sistema. Por eso fuimos tan enfáticos en cuanto a que la reapertura del BdC tenía que darse realmente en un nivel de restitución de la solvencia.

EC - ¿Hay que entender que estamos pagando ahora los costos que debimos haber pagado antes, cuando quizá el BdC debió haber cerrado y punto, en los que se optó por parches, por soluciones intermedias, etcétera?

J de B - En el contexto en que hubiera cerrado antes, dada la conducta tradicional que hemos tenido en Uruguay, de tratar de alguna manera de pagar los depósitos, de mantener los depósitos de todos los ahorristas, se hubiera incurrido antes en ese costo, quizás sobre un volumen mucho mayor de depósitos. Ahora el volumen de depósitos es lo suficientemente pequeño –no pequeño en valor absoluto, pero bastante más bajo de lo que hubiera sido tradicionalmente en este banco– como para que sea menor ahora que si hubiera cerrado hace cuatro, cinco o seis años.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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