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EEUU – Irak: “Horribles” consecuencias futuras para la comunidad internacional
Ex canciller Héctor Gros Espiell: Si EE.UU. actúa unilateralmente porque su moción no prospera en la ONU, sería una situación inédita de una gravedad “terrorífica”: el desconocimiento de las Naciones Unidas, en una violación flagrante y total del derecho internacional. Y si el Consejo de Seguridad lo aprobara, sería una violación de la Carta, que no habla de “ataque preventivo”.
EN PERSPECTIVA
Lunes 10.03.03, 07.35.
EMILIANO COTELO:
La situación en Irak entra en una semana definitoria. El debate sobre el desarme del gobierno de Saddam Hussein ha colocado a las relaciones internacionales en un cruce de caminos.
El gobierno de EE.UU. advirtió ayer a Francia que un eventual veto en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra una resolución llamando a la guerra contra Irak traería serios efectos sobre la relación entre ambos países. La advertencia fue formulada por el secretario de Estado, Colin Powell, quien admitió que su país todavía no cuenta con los votos necesarios para que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe esta semana la resolución que fijaría el próximo lunes 17 de marzo como fecha límite para que Irak se avenga a los reclamos estadounidense y de esta forma evitar el ataque. Powell afirmó que su país tiene una "fuerte posibilidad" de lograr "nueve o 10" votos en el Consejo de Seguridad.
“A pesar de que Francia ha sido uno de nuestros amigos y lo será en el futuro, creo que un veto de París tendría serios efectos sobre las relaciones bilaterales, al menos en el corto plazo”, dijo Powell a la cadena NBC y, en similares términos a CNN y CBS.
Los análisis de la prensa internacional apuntan esta mañana que esta es la primera vez que un alto responsable de Washington advierte a París sobre los costos que tendría para los vínculos diplomáticos que Francia llegara al extremo de vetar una resolución de la ONU impulsada por la Casa Blanca. Francia es uno de los países europeos que enfrenta con mayor vigor la posibilidad de que Estados Unidos lance un ataque contra Irak. Hasta ahora, el gobierno de París, acompañado por Alemania, Rusia y China, ha sido el que más enfáticamente se ha pronunciado contra la agenda belicista del presidente George W. Bush.
En este cuadro de gestiones nerviosas que han caracterizado a este fin de semana, los miembros del Consejo de Seguridad realizan sus últimos esfuerzos para atraer votos a sus respectivas posiciones en relación a un posible ataque contra Irak, en el comienzo de una semana crucial.
El canciller francés Dominique de Villepin inició ayer una gira por tres países africanos que forman parte del Consejo de Seguridad, Angola, Camerún y Guinea, en carácter de miembros no permanentes, y cuyos votos (por ahora en la categoría de los llamados “indecisos”) podrían ser decisivos.
Villepin quiere convencer a estas naciones para que voten en contra de una resolución que autorice la guerra, y así no tener que utilizar su derecho a veto.
Para que se apruebe, la propuesta presentada por los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y España debe contar con el apoyo de nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad y no ser vetada por ninguno de los cinco miembros permanentes: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
La propuesta elaborada por Estados Unidos recibe muchas críticas del resto de los países que integran el Consejo, en especial Francia, China, Rusia, Siria y Alemania, esta última a cargo de la presidencia temporaria. Pero además Francia, Rusia y China tienen derecho a veto. Estos tres países insisten en que se debe dar más tiempo a los inspectores de armas de la ONU, y han indicado que podrían usar el veto. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, advirtió el sábado que si Estados Unidos ataca a Irak sin contar con un mandato de la ONU estaría violando la Carta de las Naciones Unidas.
Hasta ayer, se adelantaba que podrían votar a favor EE.UU., Gran Bretaña, España, y Bulgaria (estos dos, miembros no permanentes del Consejo); en contra lo harían Alemania, China, Francia, Rusia, Siria; mientras se mantienen indecisos: Chile, México, Pakistán, Angola, Camerún y Guinea.
Por otro lado, en Gran Bretaña, la ministra británica para Desarrollo Internacional, Claire Short, dijo que renunciará al gabinete laborista de Tony Blair si su gobierno va a la guerra sin una segunda resolución de la ONU.
Short señaló a la BBC que no quiere ser parte de un proceso que viola las leyes internacionales y que desprestigie a la ONU.
Estados Unidos y Gran Bretaña también están haciendo todo lo posible por obtener el respaldo de los seis miembros no permanentes que aún no han decidido si votarán a favor o en contra de una resolución que autorice el uso de la fuerza contra Irak. Mientras De Villepin lleva a cabo su gira, Estados Unidos parece progresar poco en su intento de convencer a las seis naciones indecisas.
Según muchos analistas, se multiplicó el apoyo a los países que se oponen a la guerra, tras la presentación de los informes de los jefes de los inspectores de armas de la ONU. Estos inspectores señalaron que Irak ha incrementado su colaboración.
El presidente de Chile, Ricardo Lagos -quien conversó el viernes con Bush- señaló que el ultimátum a Irak es demasiado breve. Los otros cinco miembros no permanentes comparten esta opinión, según el embajador de Chile ante la ONU, Juan Gabriel Valdés. "Hemos estado en contacto y no estamos satisfechos con la propuesta", dijo Valdés a la BBC. "Pensamos que el Consejo debe hacer más para enfrentar este problema, tratando de darle espacio a la paz, y no creemos que la solución que se propone es buena", agregó.
Por su parte, el presidente de México Vicente Fox señaló que "en diez días no se va a desarmar Irak, eso es obvio". Ante un grupo de periodistas en Ciudad de México, Fox añadió: "Yo todavía no acepto que esa fecha sea fatal e inamovible; ya ha habido varias veces donde se marca una fecha y al final se logra extender el plazo para tener más diálogo, más discusiones y llegar a acuerdos".
Asimismo insistió en buscar una "salida pacífica" al conflicto aunque admitió que "todo parece indicar que hay pocas posibilidades de cambiar las cosas".
***
Estamos ahora en comunicación con el doctor Héctor Gros Espiell, especialista en Derecho Internacional, ex canciller de la República. ¿Cómo califica este momento desde el punto de vista de las relaciones internacionales, en particular en cuanto a la vigencia de la ONU?
HECTOR GROS ESPIELL:
Tremendamente grave; horriblemente preocupante. Cualquiera que sea el resultado de la votación de mañana, las consecuencias serán trascendentes para el futuro del mundo, para la guerra que está en el horizonte, para el porvenir de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional.
EC – En cualquiera de las posibilidades.
HGE - En cualquiera de las posibilidades.
EC – Hay tres resultados posible: uno, que la moción de EE.UU. con el ultimátum del 17 de marzo no tenga los nueve votos; que no pase.
HGE – Parecería la más posible, porque aparte de cómo puedan votar los miembros no permanentes que aún no se han definido o han insinuado sus posiciones, basta el veto de uno de los tres que es posible que veten (Francia, China o la Federación Rusa) para que la resolución no pase.
EC – Primera posibilidad, entonces, que la opción no tenga los nueve votos. Las otras dos son que los obtenga pero uno de esos países vete.
HGE – Y se une con la primera.
EC – Tercera posibilidad, que la moción obtenga los nueve votos y no sea vetada.
HGE – Desde cierto punto de vista se las puede clasificar en tres, pero se las puede clasificar en dos posibilidades: hay resolución o no.
En la primera situación, es decir que no hay resolución de la ONU, ya sea porque la moción no alcanzó los nueve votos o porque fue vetada por alguno o todos los que anunciaron que actuarían en ese sentido, si EE.UU. actúa unilateralmente y emplea la fuerza contra Irak pese a la no aprobación de la resolución, estamos en una situación inédita de una gravedad terrorífica, diría, y perdón por el calificativo.
EC – “Terrorífica”.
HGE – Sí, porque significa el desconocimiento de las Naciones Unidas, a mi juicio una violación flagrante y total del derecho internacional. Porque no es un caso de legítima defensa, que es el único previsto por la Carta de la ONU, pero incluso en el caso de legítima defensa dice la Carta que, inmediatamente después de ejercida, el asunto pasa a ser competencia del Consejo de Seguridad. Es decir que es el desconocimiento total del derecho internacional, y el triunfo de la fuerza sobre el derecho.
EC – Usted decía al pasar que no hay antecedentes.
HGE – No hay ningún antecedente del uso de la fuerza a pesar de la inexistencia de una resolución que la autorice. En la anterior guerra del Golfo hubo una resolución del Consejo de Seguridad; en el caso viejísimo pero también importante de Corea en 1950, hubo una resolución del Consejo porque la entonces Unión Soviética se retiró de sala y no votó, es decir que no hubo veto. Es decir que no hay antecedentes de una rebeldía flagrante de una gran potencia respecto a la inexistencia de una resolución de la ONU autorizando el uso de la fuerza.
EC – Eso en una de las hipótesis: el Consejo de Seguridad no vota la moción de EE.UU., y sin embargo se va a la solución bélica. ¿Y si se vota afirmativamente?
HGE – Habría que ver exactamente los términos de la resolución, pero se autorizaría el uso de la fuerza por parte de EE.UU. y de Gran Bretaña, porque España ya ha dicho que está a favor pero que no habría fuerzas españolas en el ataque (es una posición intermedia, diría), y lo mismo Bulgaria, que obviamente no va a enviar tropas. Así que sería una acción militar exclusivamente de EE.UU. y Gran Bretaña.
Es la guerra; aunque no lo sea en el sentido estricto, jurídico de la expresión, es el uso bélico. ¿Para qué? ¿Para “desarmar a Irak”? Bueno... está. Pero Irak no es el único peligro en materia de desarme: son muchos los países que tienen armas nucleares, químicas, bacteriológicas, incluso muchísimo más que Irak . Entonces, ¿por qué Irak? Segundo: ¿para qué esta operación militar: para desarmar a Irak o para establecer un gobierno distinto del actual, lo que significa un gobierno militar interino, luego un gobierno civil y algún día elecciones, lo cual sería algo parecido a lo que ha ocurrido en Afganistán: la creación de un gobierno... no quiero emplear la palabra “títere”, pero no encuentro en este momento una expresión adecuada, justamente entre Cercano y Medio Oriente, en la zona más sensiblemente petrolera, eliminando toda amenaza del Este respecto de Israel... En fin: cambia todo el panorama estratégico mundial, con consecuencias que es imposible predecir hoy día.
EC - ¿Hay antecedentes de una operación bélica de carácter preventivo autorizada por Naciones Unidas? Porque de eso estaríamos hablando en definitiva: un ataque de carácter preventivo.
HGE – Es uno de los grandes temas que, lamentablemente, en Uruguay no ha sido adecuadamente elaborado ante la opinión pública. En estos días estoy escribiendo para el Anuario Mexicano de Derecho Internacional un artículo sobre el problema de la “legítima defensa preventiva” y el caso de Irak.
La Carta de las Naciones Unidas solamente prevé la legítima defensa individual o colectiva. No emplea la palabra “preventiva”. Pero hace 40 o 45 años que se viene planteando el tema. ¿Hay posibilidad de un ataque inminente, de ejercer la legítima defensa para prevenir ese ataque? La doctrina ha estado dividida, aunque la gran mayoría sostiene que la legítima defensa no puede ser preventiva y, como dice la Carta, debe ser (textualmente) “ante un ataque armado”. Si no hay ataque armado, no hay legítima defensa.
EC – Entonces, incluso si el Consejo de Seguridad de la ONU autorizara el camino de la guerra, ¿estaría dando un paso muy cuestionable según su propia Carta Orgánica?
HGE – Exactamente: podría darse un caso de una resolución del Consejo de Seguridad que violaría la propia Carta de las Naciones Unidas. Este ha sido uno de los argumentos que ha expuesto la delegación francesa: por ejemplo, Domique de Villepin ha dicho que, según la Carta, el Consejo de Seguridad no puede ejercer una acción de legítima defensa preventiva. En cambio, en la anterior, la mal llamada “Guerra del Golfo”, hubo un ataque iraquí a Kuwait y hubo entonces legítima defensa individual y colectiva de Kuwait contra un ataque armado irakí que luego fue convalidado por las Naciones Unidas y hubo una acción internacional general.
El problema es realmente tremendo. Creo que es el más grave de la historia de las Naciones Unidas desde 1945 hasta hoy.
EC – Es interesante su afirmación: para usted, estamos ante el problema más serio que la ONU ha tenido que enfrentar hasta ahora.
HGE – Se juega no sólo la paz internacional en un conflicto concreto de tremendas consecuencias, sino que se juega el porvenir de las Naciones Unidas y el porvenir de un sistema internacional de seguridad colectiva. De ahí la angustia, la hondura del problema que se va a decidir mañana.
***
EC - ¿Cómo definen su voto los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad? Porque ahora las cosas dependen de cómo voten países como Chile, México, Paquistán, Guinea, Camerún, Angola.
HGE – De ellos depende que se llegue o no a los nueve votos. No depende de ellos que haya o no resolución, porque por la vía del veto no habría resolución aunque hubiera nueve votos.
Pero, según lo que he visto en los medios europeos y americanos, todavía está en cierta forma indefinido. Es obvio que Siria va a votar contra el proyecto de resolución; no hay duda.
EC – Parece claro que el alineamiento en contra reúne a Alemania, China, Francia, Rusia y Siria. Y están esos seis países que son miembros no permanentes: Chile, México, Pakistán, Angola, Camerún y Guinea. Pero mi pregunta era más general: ¿cómo define habitualmente su posición un país que no es miembro permanente del Consejo? Pienso concretamente en Chile, que es el único país sudamericano en el Consejo: ¿resuelve por sí solo, resuelve en consulta con los países de la zona...?
HGE – Europa quiso tener una política exterior común y ya ve cómo terminó. Y en el caso de América no hay todavía, ni en el sistema interamericano, ni por ejemplo en el Mercosur, nada relativo a una política exterior común. Cada uno de los países latinoamericanos miembros del Consejo de Seguridad (México y Chile) decide según su propia convicción, según una evaluación propia del Derecho y de sus intereses. Naturalmente, esto no impide que pueda haber contactos diplomáticos, conversaciones telefónicas... No sé si han existido, salvo la conversación telefónica de los presidentes Lagos y Bush.
EC – Más bien una conversación del presidente Bush con el presidente Lagos...
HGE – Es cierto, porque lo llamó Bush.
EC – ...como parte de una serie de contactos muy intensos, de presiones que se están haciendo de uno y otro lado en busca del voto de estos países indecisos.
HGE – No tengo la menor idea de si el presidente Lagos ha hablado con alguno de sus colegas latinoamericanos. No sé si hubo contactos con Brasil, que sin duda es la potencia sudamericana más importante y con una idea más clara de su política exterior. No lo sé. A pesar de mi ignorancia, casi me atrevo a afirmar que tanto México como Chile van a decidir su voto (si es que ya no lo decidieron) exclusivamente en función de su propio juicio.
***
Respecto a la conversación entre los presidentes de EEUU y Chile, dice el diario La Tercera, de Santiago, en su edición de ayer:
Lagos pide que Estados Unidos cambie su posición frente a Irak
El Presidente chileno, Ricardo Lagos, dio este sábado una clara señal de desacuerdo con el ultimátum a través del cual Estados Unidos y sus aliados pretenden establecer el 17 de marzo como plazo tope para el desarme de Irak.
En entrevista con Radio W de Santiago, el Mandatario reconoció que el Presidente norteamericano, George Bush, le telefoneó el viernes para solicitarle el apoyo de Chile a la nueva resolución propuesta por Washington ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, instancia a la que Chile se integró como miembro este año. La iniciativa estadounidense deberá ser votada esta semana.
"Le indiqué (a Bush) que todavía debíamos estudiarla cuidadosamente, pero veía que dejaba muy poco espacio", planteó Lagos. También, se explayó en el hecho de que Bush le agradeció los esfuerzos que Santiago ha realizado en el complejo tema. "Y yo le agradecí también el que haya una mayor apertura por parte de Estados Unidos, pero que esa apertura me parece que no es la más adecuada", dijo Lagos.
De este modo, el gobernante confirmó que no es partidario de que Chile, en su calidad de miembro no permanente del Consejo, apoye incondicionalmente a Estados Unidos en su arremetida contra Irak.
El Mandatario justificó su postura argumentando que es difícil que el desarme de Irak se produzca en un plazo tan corto, e insistió en que debe haber mayor transparencia sobre cuáles son las exigencias concretas que se le hacen a Saddam Hussein. "Eso es lo que hemos estado pidiendo durante estos últimos 15 días".
“Es indispensable que exista el desarme de Iraq. Y para eso hemos propuesto algo tan concreto como decir: ¿cuántos misiles tiene que destruir?, ¿cuáles son las armas químicas y las toneladas de material destructivo de armas químicas que Saddam Hussein tiene que comprometerse a destruir. Si adquiere es compromiso aún es posible evitar la guerra. La destrucción de esas armas puede durar dos, tres o cuatro meses. Que Mr. Blix continúe trabajando hasta la completa destrucción de esas armas. Mi pregunta es: en un plazo, de aquí al 17 de marzo, ¿es posible obtener aquello?. Me parece muy difícil.”
Con sus declaraciones, el Presidente contradijo los pronósticos más realistas, que auguraban que, con el correr de los días, Chile terminaría alineándose con Estados Unidos, debido a las evidentes inconveniencias que podría traer una postura contraria.
Lagos dejó claro además que su gobierno no pagará costos por ello, ni que tampoco está dispuesto a acusar recibo de eventuales represalias por parte de la administración Bush. "Los países no pagan costos cuando toman decisiones, lo que hacen es ejercer sus principios", señaló.
Frente a la posibilidad de que Estados Unidos castigue a Chile, estancando los últimos trámites para firmar el Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones, Lagos fue enfático en señalar que el acuerdo no es un "regalo" de Estados Unidos. "No veo la relación entre ambos temas", sostuvo.
De paso, el Presidente dejó entrever que para darle fortaleza a su postura ante el Consejo, durante los últimos días ha buscado alianzas con otros países latinoamericanos. "Anoche he conversado con el Presidente peruano, Alejandro Toledo, con el Presidente de Colombia Álvaro Uribe y hoy espero hacerlo con otros mandatarios. Les he explicado cuáles han sido los planteamientos de Chile... También intercambié opiniones con el Presidente mexicano Vicente Fox, respecto de lo que se viene en adelante", señaló.
En su entrevista, el Jefe de Estado también aprovechó de responder a las críticas por su decisión de ingresar como miembro no permanente al Consejo Seguridad de la ONU, pues ha quedado en evidencia que la iniciativa ha generado más costos que beneficios. Incluso en el oficialismo hay quienes atribuyen lo anterior a las pretensiones de Lagos porque "Chile ocupe un lugar entre los grandes", como planteó un dirigente socialista. Entre los críticos están el senador democristiano Edgardo Boeninger, y el diputado de la Unión Demócrata Independiente, Pablo Longueira, quien atribuyó el error al "afán de protagonismo" del gobernante.
"He visto en estos días reacciones muy extrañas, como decir 'por qué Chile está ahí'. Chile está ahí porque fue elegido, porque asume responsabilidades... No entiendo esa política exterior que rehuye responsabilidades. En fin, cada uno hace la política exterior que le parece que está a la altura de lo que puede hacer... En lugar de estar contentos porque tenemos algo que decir, algunos andan acomplejados porque el mundo se preocupa por nuestra opinión. Esa no es la opinión del Presidente de Chile", aclaró.
Lagos insistió en que Chile no evitará hacer valer su opinión. "Si podemos tomar decisiones las vamos a tomar. En esta ocasión prefiero que tengamos que decir algo como país, a que nos resignemos a ver por televisión lo que otros van a decidir por nosotros".
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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