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Buena expectativa a la espera de la fórmula
Walter Cancela y Conrado Hughes: No hay información suficiente para pronunciarse. Lo importante es la capacidad de pago del Estado. Si van a ser justos con los acreedores, que lo sean también con nosotros, los deudores (Cancela). Si dicen que van a pagar todo, será porque tienen un severo plan de ajuste; que lo muestren (Hughes).
EN PERSPECTIVA
Miércoles 12.03.03, 08.15.
EMILIANO COTELO:
“La primera reacción de los analistas de Nueva York ante el anuncio de ayer del gobierno uruguayo de un reperfilamiento de la deuda fue, por un lado de desilusión por la falta de detalles y de un plan concreto. Sin embargo dieron su visto bueno porque se está asegurando el pago de la deuda y se está buscando un camino amigable para que ésta sea sostenible”. Así empieza un artículo del diario El Observador, que cita, por ejemplo, a la jefa de Deuda Soberana de Standard & Poor’s, quien dijo que el gobierno uruguayo envió una señal positiva al mercado, “porque el hecho de que se dialogue con los tenedores de deuda y se trabaje en conjunto es muy importante”. La analista lamentó que no se conociera más detalles de la reprogramación y que por tanto no haya ninguna modificación en la opinión que la calificadora tiene sobre la economía uruguaya. Señaló que ve difícil que Uruguay pueda efectuar un canje de deuda sin una quita, y una quita se consideraría un default. La percepción de la analista responde a que si el gobierno efectúa un canje sin quita se correrían los plazos de las amortizaciones, pero las altas tasas de interés implicarían un mayor esfuerzo fiscal.
Esto es, a esta altura, casi lo único que hay en materia de comentarios del lado de las calificadoras, a quienes se aguarda con cierta expectativa tensa en el gobierno. Otros voceros consultados en otras de estas empresas prefirieron no formular comentarios sobre el asunto, a la espera de más elementos.
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Para completar un primer análisis hoy, mientras se aguarda el resultado de los contactos de hoy con otros sectores, concretamente con las Afap, con los corredores de bolsa, con los analistas, vamos a buscar dos opiniones de nuestra propia Tertulia. Vamos a dialogar con el economista Walter Cancela y con el contador Conrado Hughes.
¿Qué impresión sacaron ayer al escuchar al equipo económico?
WALTER CANCELA:
Lamentablemente no pude escucharlo en forma directa; estuve escuchando tu información ahora, en la mañana. Lo que fuera a decirse era algo esperado durante todo el día de ayer. Creo que como primera reacción es algo así como decir “¡Al fin!”. Todos éramos conscientes de que la situación de los vencimientos de la deuda estaba poniendo una presión muy fuerte sobre el equipo económico y sobre toda la población en general, al mismo tiempo que también sobre los operadores de los mercados, lo cual había llevado el riesgo país a niveles superiores a los 2.000 puntos. O sea que, para empezar, una sensación de alivio: se empieza a hacer algo.
EC - ¿Conrado? ¿Para ti también hay alivio?
CONRADO HUGHES:
No, en realidad es un poco distinto. Me parece que la reacción de todo el mundo, de prudencia, de decir “Abrimos un compás de expectativas sobre esto”, está bien. Yo tengo la sensación –nos pasa con cierta frecuencia– de que echamos a volar campanas con información completamente insuficiente. En primer lugar, era público que íbamos a tener que esperar hasta mediados de marzo para saber en qué consistía el acuerdo. Ahora, como en el truco, estamos orejeando y por las rayitas vemos que es basto…
EC - Te refieres al acuerdo con el Fondo Monetario (FMI).
CH - Claro, porque, obviamente, cuando el FMI dijo “Hemos acordado con el gobierno de Uruguay”, y el gobierno de Uruguay fue lacónico, no dijo nada, era porque tenía, entre otras cosas, que empezar a anunciar esto. Me parece bien que esto se anuncie, también me parece bien que cuando uno es deudor –yo soy deudor, no soy acreedor del Estado– les anuncie a sus acreedores: “Señores, voy a ir a conversar”. Eso es lo que hizo el gobierno ayer. Pero cuando voy a conversar debo tener alguna idea de qué voy a hacer, de cómo voy a hacerlo; eso lo sabremos en las próximas semanas.
EC - Está claro que el gobierno tiene una idea. Según nuestras fuentes hay una estrategia de negociación, entre otras cosas, elaborada con esta consultora a la que se contrató especialmente, Salomon Smith & Barney.
CH - Salomon, Smith & Barney es simplemente una empresa del grupo Citigroup. Es un banco de inversión y, obviamente, son ellos quienes van a organizar lo que se llama el round-show. Horacio Vilaró dijo “ahora se hará un round-show”; es salir a hacer el “yiro” por el mundo explicando por qué no pagamos este año. Está bien que se haga.
Lo más importante, que está implícito pero no se dice y a mí me parece que tendría que decirse, es el dolor de los pecados y el propósito de enmienda, una cosa que tiendo a reiterar muchas veces. “Estamos aquí por retiro de responsabilidad fiscal, por tanto nuestro plan para adelante es de responsabilidad fiscal, y esa responsabilidad se expresa en estos, estos y estos cambios estructurales”. Si eso no está, a los acreedores no les importa nada; van a decir “Usted no me va a pagar ni en el año del golero”.
EC - Ese es el otro punto: este es un camino que Uruguay emprende con el aval del FMI; eso es lo que también va a quedar claro en las próximas horas.
CH - Sí, pero lo que pasa es que al ministro Atchugarry no le gusta decir las cosas duras (igual las dice, tengo que reconocer la valentía del otro día en el tema del Banco de Crédito). Le gusta la cuestión de las soluciones a la uruguaya... reconozco también que en enero hicieron bien con el aumento a los funcionarios públicos; les saco el sombrero, se animaron a hacer lo que había que hacer. Pero hay que hacer muchas más cosas; este país tiene un atraso en su organización, en su estructura económica, en el funcionamiento de sus instituciones. Y además no podemos (leyendo la prensa, hoy y ayer, me quedé paralizado ante las perspectivas) tolerar, aceptar tan campantes anuncios como los que hace [el dirigente sindical bancario Juan José] “Juanjo” Ramos, que dice que ahora empieza un permanente situación de conflicto en la banca porque el Banco de Crédito se fundió.
EC - Walter, vamos a la continuación de tu primera respuesta, incluso con la incorporación de los elementos que ha incorporado Conrado.
WC - Decía que mi primera sensación había sido de “¡Al fin!”, y que todo el mundo sabía que algo había que hacer. Coincido con Conrado en que no hay información suficiente como para decir si la estrategia está bien orientada; no la conocemos. Tenemos algunas señales, por ejemplo que esta reprogramación, este reperfilamiento de la deuda se va a hacer en consulta con el mercado, con los acreedores; se habla de justicia y equidad con los acreedores; por otro lado se habla de que esto va a ser voluntario, amigable con el mercado…
Hay que ver qué quiere decir todo esto y cómo se instrumenta después; después de estas rondas habrá que ver cuál es la reacción de los acreedores y cuál es en definitiva la voluntad de éstos para que este canje sea “voluntario”. Hasta ahora, hasta que Uruguay entró en su crisis financiera, había canjes voluntarios en forma permanente, por iniciativa del acreedor: quien tenía un bono iba y lo cambiaba por una nueva serie, cuando llegaba. La voluntad puede provenir porque, frente a un riesgo de no cobrar en la situación anterior, en esta nueva situación de reprogramación y demás se habilita la posibilidad de cobrar, etcétera.
Pero todo eso tiene que ver con algo que decía Conrado, que de repente no comparto en cuanto a por dónde ir, pero sí en cuanto al fondo de la cuestión, que es la capacidad del país de hacer frente a los pagos. Coincido en el sentido de que esto requiere que el mercado perciba que hay una sostenibilidad fiscal a largo plazo a los efectos de poder entrar en un mecanismo de canje. Esa sostenibilidad fiscal a largo plazo tiene que fundarse en una recuperación de la economía; en ese sentido, la solución, aparte de ser justa y equitativa para los acreedores, también tiene que serlo para los deudores, que somos todos nosotros.
EC - ¿Conrado?
CH - Quiero decir –porque soy muy crítico–, como primera cosa muy importante, que ha estado presente y ayudando al gobierno un hombre que sabe de estas cosas, Nicolás Herrera. Eso no ha sido desmentido, está en la prensa de hoy y me parece auspicioso.
EC - Nicolás Herrera fue subsecretario de Economía durante el gobierno del doctor Lacalle y tuvo a su cargo, justamente, la renegociación de la deuda que se llevó a cabo en aquel momento.
CH - Sí, y además es reconocido en el país como una de las personas que más saben de finanzas internacionales. Entonces está muy bien que el gobierno lo haya llamado, me felicito de que así sea. Estamos mucho mejor que si recurrimos a gente inexperta o inexperiente, aunque sea con soluciones a la uruguaya.
La segunda cosa es el mercado. A fines de 2001, antes de la explosión de la crisis argentina y su repercusión en Uruguay –además de la propia crisis uruguaya–, los papeles uruguayos, todos, estaban en el entorno de la par, valían 100; hoy valen 50. Es decir que este año y dos meses que han pasado han generado en el mercado algo así como “Esta buena gente no puede pagar; a lo sumo puede pagarme uno de cada dos pesos que le presté”. Y Uruguay está diciendo ahora “Voy a pagarle el uno entero”. “Si me va a pagar uno y todo el mundo cree que va a pagarme 50 guitas, entonces seguramente tiene usted un plan de austeridad y de ajuste estructural muy, muy fuerte; preséntemelo y veremos qué hacemos”. Eso es lo que está planteado en el horizonte.
Para opinar qué tal es el plan, me gustaría conocerlo.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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