17.03.2003






































Ultimátum a las Naciones Unidas

Gran Bretaña y Francia en las horas previas a la reunión del Consejo de Seguridad. Roberto Belo, periodista de la BBC de Londres, y Rafael Mandressi, colaborador de En Perspectiva en París.

EN PERSPECTIVA
Lunes 17.03.03, 07.38.


EMILIANO COTELO:
Los mandatarios de Estados Unidos, George W. Bush, Gran Bretaña, Tony Blair y España, José María Aznar, advirtieron ayer que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene 24 horas para conseguir la entrega de las armas. Ya se ordenó evacuar de la zona a las familias de diplomáticos.

Bush y sus dos principales aliados en la crisis con Irak, declararon ayer que hoy “será el momento de la verdad para el mundo", en cuanto a su determinación de desarmar al presidente Saddam Hussein.

Después de la cumbre que los tres líderes celebraron en una base aérea estadounidense en las islas Azores, territorio portugués en el océano Atlántico, junto al mandatario de Portugal, José Manuel Durao Barroso, Bush exhortó a las demás naciones a “apoyar el desarme inmediato e incondicional” de Irak.

“Mañana es el momento de la verdad para el mundo”, decía Bush. “El Consejo de Seguridad de la ONU tomó resoluciones sobre el tema hace cuatro meses y medio y votó unánimemente el desarme inmediato e incondicional de Irak. Si no lo hace habrá serias consecuencias. El mundo ha hablado y lo hizo de manera unificada”, dijo.

Bush advirtió que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene 24 horas para darle un ultimátum final a Saddam y autorizar la guerra si Bagdad no se desarma en forma inmediata.

Funcionarios estadounidenses dijeron que si hoy no hay una respuesta, Washington quedaría al borde de la guerra y Bush se dirigiría a la población norteamericana esta noche, dándole un ultimátum a Saddam y plazo para que los inspectores y periodistas dejen Irak. Anoche, el Departamento de Estado ordenó que abandonen la zona las familias de los diplomáticos en Kuwait, Israel y Siria, en otra señal de la inminencia de la ofensiva.

Estados Unidos, Gran Bretaña y España apoyan una resolución que le da un plazo hasta hoy a Saddam para que se desarme para evitar una ofensiva. Francia reiteró anoche que vetará la propuesta, aun si ésta consigue el mínimo de nueve votos necesarios en el consejo de 15 integrantes. Una fuente española que conversó con periodistas en el avión del presidente del gobierno español, José María Aznar, dijo que no tenía confianza de que contaran con esos nueve votos y que los aliados podrían no presentar la resolución.

La disputa en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Bagdad causó una profunda división en el mismo, ya que Francia, Alemania y Rusia se oponen a cualquier tipo de autorización automática para el uso de la fuerza y piden que se les dé más tiempo a los inspectores de armas para que sigan trabajando en Irak. Por ese motivo, Bush criticó ayer a Francia señalando que ese país "mostró sus cartas". Luego de recordar que hace diez días dijo que deseaba que las naciones del Consejo de Seguridad dieran a conocer su posición, Bush agregó: "Ellos (los franceses) dijeron que iban a vetar cualquier cosa que responsabilizara a Saddam."

Por su parte, el presidente del gobierno español, José María Aznar, advirtió a Irak que está “ante la última oportunidad para desarmarse”, y pidió a los países amigos y aliados trabajar juntos.

(Grabación)

JOSÉ MARIA AZNAR:
“Dejar de lado cualquier diferencia coyuntural y trabajar juntos seriamente, por que ese compromiso de democracia, de libertad, de seguridad, de paz, sea un compromiso de todos”.

(Fin de la grabación)


Aznar rechazó que la reunión en Azores haya servido para hacer una declaración de guerra. Dijo que ese encuentro fue convocado después de haber trabajado “hasta la extenuación por lograr una salida pacífica”.

(Grabación)

JMA – Quiero decir que esta declaración que hacemos hoy, como hemos dicho todos, es una declaración de última oportunidad. Es un último intento y un último esfuerzo por conseguir efectivamente que se pueda llegar al mayor consenso posible entre todos. Les puedo asegurar a todos ustedes que hemos hecho esfuerzo, todos, hasta el límite de lo posible y los vamos a seguir haciendo, como hemos dicho esta mañana, por conseguir llegar a un acuerdo, por conseguir llegar a una solución. Al mismo tiempo tenemos nuestra preocupación y nuestra responsabilidad, que yo creo que compartimos todos, por hacer que las resoluciones de las Naciones Unidas sean respetadas.

(Fin de la grabación)


“Somos conscientes de que estamos ante la última oportunidad que expresamente manifiesta la resolución 1441 adoptada por unanimidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, añadió Aznar. Dijo que conocen bien la preocupación de la opinión pública mundial por este asunto, así como sus propias responsabilidades y obligaciones”.

La tercera figura de este cónclave, el primer ministro británico, Tony Blair, enfatizó que este es un último llamado para enviar un mensaje firme, único, “en nombre de la comunidad internacional”.

“Hemos seguido los caminos diplomáticos correctos en este asunto, que es enviar un claro ultimátum a Saddam: cooperar o enfrentar un desarme por la fuerza. No podemos simplemente volver al Consejo de Seguridad para que esta discusión sea seguida por aquella discusión y seguida por otra discusión. Es por esta razón que Saddam aún tiene armas de destrucción masiva. Tenemos que decidir”, enfatizó Blair.

***

Todas las declaraciones de Bush tras la cumbre de ayer dejaron en claro que la ofensiva está decidida. Al advertir que la única posibilidad de evitar la guerra es que Saddam y sus colaboradores dejen el país, el mandatario dedicó gran parte de su declaración a hablar de un Irak pos-Saddam. Dijo que presionará para que una autoridad interina iraquí construya un Irak libre. "Vamos a presionar tan rápido como sea posible para que una autoridad interina iraquí reconstruya su país. Nos comprometemos con el objetivo de un Irak unido bajo instituciones democráticas", agregó.

"Para alcanzar esa visión vamos a trabajar estrechamente con la comunidad internacional, incluyendo a las Naciones Unidas y nuestros compañeros de coalición", anticipó el presidente estadounidense. "Si se requiere el uso de la fuerza militar, vamos a buscar rápidamente nuevas resoluciones del Consejo de Seguridad para alentar una amplia participación en el proceso de ayudar al pueblo iraquí a que reconstruya un Irak libre", agregó.

Horas antes, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, había reiterado que Estados Unidos cree que ya cuenta con la autoridad legal como para ir a la guerra, sin necesitar una segunda resolución en la ONU. "Por supuesto que me hubiera gustado que otros llegaran a nuestra conclusión de que hay una completa falta de cumplimiento por parte de Saddam Hussein, algo que todos vemos en estos juegos", dijo Powell en una entrevista televisiva. "Claro que me hubiera gustado ver una segunda resolución, porque hubiera ayudado a nuestros amigos con algunas de sus dificultades políticas. Pero, ¿necesitamos una segunda resolución? No", agregó.

Powell también dijo que periodistas y otras personas debían considerar dejar Bagdad no sólo por los peligros de un posible ataque liderado por Estados Unidos, sino también porque Saddam los podría tomar como rehenes. "Mi consejo es que tienen que analizar muy bien la situación en que se encuentran, y probablemente será mejor para ellos que empiecen a hacer planes para retirarse", declaró.

Bush criticó ayer a Francia señalando que ese país "mostró sus cartas". Afirmó que hace diez días dijo que deseaba que las naciones del Consejo de Seguridad dieran a conocer su posición, y “ellos (los franceses) dijeron que iban a vetar cualquier cosa que responsabilizara a Saddam".

***

Estamos ahora en comunicación con Roberto Belo, periodista del Servicio Latinoamericano de la BBC de Londres. ¿Cómo puedes describir el clima que se vive hoy en Inglaterra?

ROBERTO BELO:
Aquí el tema está centrado en las dificultades en que está inmerso el primer ministro Tony Blair en lo que refiere a política interna. Si bien ha apostado sin dudas a seguir adelante con EE.UU., y está dispuesto a dar el visto bueno a una intervención armada a Irak sin el consentimiento de la ONU, ha sido muy criticado dentro de su propio Partido Laborista. Si el juego le sale mal, le podría costar incluso el cargo.

Son muchas las especulaciones. El fiscal general, lord Goldsmith, va a presentar hoy en la Cámara de los Lores lo que ellos definen como “el caso legal que justifica” un ataque contra Irak, incluso sin una nueva resolución. Ellos dicen que la resolución 1441 es suficiente, y de esta forma tratarían de eliminar, o por lo menos disminuir las críticas dentro de las filas laboristas. Sin embargo, se espera que mañana, en la Cámara de los Comunes, haya un nuevo voto sobre el tema. Hace un mes, 122 legisladores laboristas, una cuarta parte de la bancada, se revelaron contra el primer ministro. Ahora se dice que podrían llegar a 160.

Mientras tanto, hoy es el día crucial. El Consejo de Seguridad se reúne hoy al mediodía, hora de Uruguay. Francia y Rusia reiteraron esta mañana que van a oponerse a una nueva resolución que autorice el ataque, así que las próximas horas serán cruciales para un ataque a Irak y también para definir el futuro del primer ministro Tony Blair.

EC – En cuanto a cómo se procederá, en la medida en que todo indica que Francia no cede en su posición, y una moción de EE.UU., Gran Bretaña y España no pasaría en el Consejo de Seguridad, ¿es correcto que se optaría por no intentar la votación, que esos tres países evitarían ese pronunciamiento? Porque, de obtener un rechazo en el Consejo de Seguridad, el ultimátum y la consiguiente acción bélica supondrían, entonces sí, un cuestionamiento legal.

RB – Esa es una posibilidad. Ayer, en la cumbre tripartita de las Azores, dejaron claro que no hay marcha atrás, y Tony Blair tiene la potestad para lanzar un ataque aunque el Parlamento se exprese en contra. En particular esa es la coyuntura, y como decía el problema va a ser que, si las cosas le salen mal, tendrá que responder a los legisladores. Muchos dicen que incluso podría llegar a renunciar. Pero se maneja también la otra posibilidad: que la jugada le salga bien, que el conflicto –en caso de producirse— sea corto, y en la eventualidad de que efectivamente se compruebe la existencia de armas de destrucción masiva que Irak no haya declarado. Entonces la imagen de Blair se vería fortalecida, y también Blair se mantendría como el contrapeso de Bush. Porque también hay aquí quienes sostienen que “gracias a Blair” Bush se ha mantenido dentro de ciertos límites; que Blair es la única persona que puede llevar a Bush por el camino de las Naciones Unidas, mantenerlo en un marco multilateral, en lugar de que EE.UU. adopta una conducta unilateral sin contrapesos.

EC - ¿Cómo se valora, entonces, el aporte de Blair a esta coalición contra Irak?

RB – Según analistas de varios periódicos británicos, Blair ha sido la figura que ha justificado de forma más coherente sus motivos para la opción armada en caso de que no haya otra solución, si no hay una resolución de la ONU. Incluso el gobierno de EE.UU. ve a Blair como un político muy importante y como la justificación de que EE.UU. no está solo. Para la Casa Blanca es una pieza fundamental, a pesar de que la semana pasada el secretario de Defensa de los EE.UU, Donald Rumsfeld, quiso aliviar el peso del cansado y demacrado Blair diciendo que EE.UU. no necesitaba a los 40.000 efectivos británicos que participarían en el ataque, y le salió el tiro por la culata y le complicó las cosas a Blair. Encima de eso, integrantes del propio gabinete (el caso de la secretaria de Cooperación Internacional) han anunciado lisa y llanamente la renuncia si el Reino Unido en efecto va a la guerra sin la autorización de las Naciones Unidas. También se menciona como otro de los renunciantes al ex canciller y actual jefe de la bancada laborista en la Cámara de los Comunes, Robin Cook.

Entonces, si bien Blair ha servido mucho a EE.UU. incluso como forma de justificar la posición de Washington, se le han complicado las cosas por el otro costado, en su propio país.

EC – Según las crónicas internacionales, la cumbre de ayer en Azores apareció como un intento de apoyar a Blair y Aznar, jefes de gobierno que pagan un costo político alto en sus países por su apoyo a Bush. ¿Se ha hecho también en Londres esta lectura?

RB – Sí. El líder de los liberales demócratas en el Reino Unido criticó esta mañana que los tres mandatarios se hayan reunido en Azores cuando deberían estar hablando en ese mismo instante con Kofi Annan en la sede la ONU, y en todo caso con las máximas autoridades de Francia y Rusia, en particular, que son los grandes opositores a esta política.

EC - ¿Se maneja alguna fecha para el comienzo de las acciones bélicas? Porque este fin de semana llegó a hablarse del mares. Parecería que es muy pronto. ¿Hay algún dato que puedas aportar?

RB – No se menciona una fecha concreta, pero se especula que la primera bomba puede caer en cualquier momento luego de este lunes. De todas formas, hoy se han registrado movimientos en el Canal de Suez, por lo cual la información comienza a ser censurada, a caer por cuentagotas. El corresponsal de la BBC en el Golfo Pérsico informa sobre movimientos de tropas, y que la Cancillería británica recomendó a los ciudadanos británicos en Kuwait que se retiren del país, salvo aquellos con responsabilidades diplomáticas. EE.UU. hizo lo propio con sus funcionarios diplomáticos no imprescindibles en Siria, Israel y Kuwait... Son pequeñas señales de que estamos en la cuenta regresiva. ¿Cuándo será? Todavía no se sabe, pero no nos vamos a enterar hasta el momento en que en efecto EE.UU., el Reino Unido y España hayan declarado la guerra a Irak.

***

EC - Los franceses amanecieron hoy con este tipo de titulares en sus diarios: Le Monde: “Irak: Reunión crucial del Consejo de seguridad”; Le Figaro: “El ultimátum de Bush a la Organización de las Naciones Unidas”.

Pero después de la salida de los diarios ya hubo tiempo para que la vida política francesa empezara a moverse y ya hay novedades de hoy mismo, lunes, en París.

Estamos en comunicación con nuestro colaborador en París, Rafael Mandressi. ¿Qué ambiente hay en Francia esta mañana?

RAFAEL MANDRESSI:
Hay un ambiente bastante agitado tras un fin de semana también muy agitado, con una serie de movimientos diplomáticos, aunque se anunciaba –al menos por parte de los participantes en la cumbre de las Islas Azores– la última movida diplomática posible, a la espera de lo que pueda ocurrir hoy en el Consejo de Seguridad, que se va a estar reuniendo hacia las 16 horas de Francia, mediodía de Uruguay.

EC - ¿Ya hubo respuesta del gobierno francés a esta especie de ultimátum que le dirigió la cumbre Bush – Blair - Aznar?

RM - Sí; de hecho las posiciones permanecen incambiadas. Anoche mismo se emitió por dos cadenas de Estados Unidos, la CNN y la CBS, una entrevista al presidente Chirac que había sido grabada con anterioridad a la cumbre de las Azores. Allí, entre otras cosas, Chirac afirma su determinación a interponer el veto en caso de que se presente una segunda moción, como la que se había estaba manejando, que habilite el recurso automático al uso de la fuerza. Posteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, anunció hoy mismo que esa posición seguía siendo efectivamente la de Francia, y que de ninguna manera su país iba a acompañar una moción de esa naturaleza.

De manera que lo que se prevé es que la reunión del Consejo de Seguridad de esta tarde, en la que en definitiva todo debería terminar de dirimirse, no va a arrojar resultados diferentes de los ya conocidos, aunque cambie la correlación de fuerzas que, hasta el momento, en términos de los votos de los miembros del Consejo de Seguridad, no había dado lugar siquiera a la presentación de la segunda moción, que no contaba con una mayoría. Se supone que sigue sin contar con la mayoría necesaria para ser aprobada, pero aun cuando ése fuera el caso, Francia, al menos, acompañada por Rusia y China, votarían en contra, lo que implica de hecho un veto. De modo que esa segunda resolución no tiene, aparentemente, chance alguna de salir.

EC - La segunda resolución no tiene chance de salir, pero todo hace pensar que a la guerra no la para nadie. En las palabras que De Villepin pronunció hoy hablando con la radioemisora Europa Uno, mostró de alguna manera la resignación en ese sentido. Dijo: “Si la guerra debe empezar, que sea rápida y que haya el menor número de víctimas posible”.

RM – Sí; todo el mundo la da como un hecho. Tanto es así que en Irak y los países de la región la movilización es muy grande, tanto por parte de la gente que se va como de los propios habitantes, en particular en Irak y en Bagdad más específicamente aún, donde se están desarrollando los preparativos para recibir la lluvia de bombas, por decirlo de algún modo. Ayer mismo se anunciaba que Saddam Hussein había dado instrucciones a sus lugartenientes, a las fuerzas armadas, para la defensa del país. La guerra se da prácticamente como un hecho y lo que en definitiva forma parte de las interrogantes que se manejan aquí en Francia es fundamentalmente qué va a pasar en la posguerra, cómo se va a manejar la situación, no sólo de Irak, sino de otros países de la región y de la región en sí misma una vez que la guerra culmine. Porque, más allá de las posiciones encontradas de unos y otros, se descuenta –mucho más a partir de la minicumbre de ayer en Azores– que las hostilidades van a ser declaradas en cualquier momento, tal vez mañana mismo, una vez que culmine esta última etapa –que es casi una formalidad– de la reunión del Consejo de Seguridad.

EC - Con respecto a ese después de la invasión a Irak, ¿qué se discute en Francia?

RM - Justamente, el aspecto polémico que ha tenido la actitud francesa de oponerse al uso automático de la fuerza e intentar resolver el tema por medio de las inspecciones, tiene que ver con el después de la guerra. La pregunta que alguna gente se formula y discute, incluso en los medios, es si a raíz de esto Francia no va a quedar demasiado aislada y por lo tanto su participación en la reconstrucción de Irak, en una reconstrucción de la región después de un conflicto, no será mínima en el caso de que exista. Ese es uno de los asuntos que se manejan.

EC - Hoy De Villepin insistió en que Francia es un aliado de Estados Unidos y lo seguirá siendo.

RM – Sí: esa es la línea que han mantenido incluso cuando, días atrás, el presidente Chirac anunció oficialmente que estaba dispuesto a interponer el veto; al mismo tiempo insistió mucho en esa otra dimensión de la cosa, en la realidad de Estados Unidos como un país amigo y aliado, con el cual se tiene alguna discrepancia en términos de procedimientos en este caso específico, pero tratando de contrarrestar o de poner un cierto equilibrio en esto que ha ido creciendo en términos de enfrentamiento diplomático (al menos con el gobierno estadounidense) y moderar la crisis que de hecho existe, que está instalada entre un lado y otro del Atlántico, entre Francia y Estados Unidos en particular. Ese es otro de los asuntos que se plantea aquí: se trata de saber qué tan deterioradas están las relaciones franco-estadounidenses y por cuánto tiempo.

EC - Tú preguntabas qué papel tendrá Francia en la reconstrucción de Irak, teniendo en cuenta lo que ha sido su oposición a esta acción bélica. Esa preocupación que existe en París, ¿tiene que ver, entre otras cosas, con el hecho de que Francia posee intereses comerciales y empresariales que no son menores en Irak?

RM - No sé si directamente tiene que ver con eso. En la entrevista que se le hizo ayer en los canales de televisión de Estados Unidos, Chirac se encargó de puntualizar que los intereses comerciales que hoy tiene Francia en Irak son la décima parte de los que tiene Estados Unidos ya hoy, antes de la guerra, en respuesta a algunas de las críticas que iban justamente por ese lado en torno a la posición francesa.

Por supuesto que hay una dimensión económica en el asunto, pero lo que en definitiva se discute aquí es cuál va a ser el lugar político en términos internacionales que pueda llegar a ocupar Francia en una posguerra donde, en esa región, además del asunto de Irak, se va a empezar a tratar (quizás con mayor énfasis y mayor intensidad) todo el problema entre Israel y Palestina. Hay toda una serie de asuntos que, según se dice, empezarían a ser considerados con mucha mayor energía una vez que “el problema de Irak” esté resuelto, es decir después de la guerra.

Entonces una de las preguntas que circulan aquí es cómo va a participar Francia –si es que va a hacerlo–, en qué medida, en todo este rediseño de la región; cuál va a ser su lugar dentro del sistema internacional, incluso ante la eventualidad de una reforma de las Naciones Unidas, especialmente del Consejo de Seguridad. Se habla –no sé con qué fundamento– de eventuales represalias de Estados Unidos, que propondría incluso la modificación de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, de manera de incluir a alguno que hoy no esté y quizás sacar a Francia.

No sé si esto responde a alguna realidad o es simplemente una especulación, tal vez demasiado paranoica, en estos momentos de crisis. Pero estas son algunas de las interrogantes que se manejan a partir del momento en que se da como un hecho la guerra, más allá de las distintas posiciones de unos y otros.

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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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