19.03.2003




































PREOCUPAN LAS CONSECUENCIAS FUTURAS DE UNA DECISIÓN UNILATERAL

Francia ante el ataque a Irak

Embajador en Uruguay, Laurent Joseph Rapin: En el futuro, un poder regional podrá atacar a un vecino con los mismos argumentos que EEUU utiliza hoy, sin autorización del Consejo de Seguridad. Es un precedente grave, con consecuencias peligrosas. La división entre algunos países europeos no es tan dramática como la situación en la ONU. La Unión Europea sale herida pero a nivel de gobiernos, porque la opinión pública está unida, como nunca en los dos últimos siglos.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 19.03.03, 08.50.


EMILIANO COTELO:
El presidente francés, Jacques Chirac, calificó de “injustificada, unilateral e ilegítima” la decisión de Estados Unidos de recurrir a la guerra contra Irak. Ayer, pocas horas después del ultimátum lanzado por el presidente estadounidense, George W. Bush, Chirac respondió: “Francia llama a la responsabilidad para que la legalidad internacional sea respetada” y “llama a preservar la unidad del Consejo de Seguridad, permaneciendo dentro del marco fijado por la resolución 1441”.

Esta declaración fue la movida más reciente de una pulseada de varios meses, durante los cuales Francia apareció encabezando la resistencia a los planes de Washington. La pelea diplomática ha sido tan dura que generó una ola de francofobia en Estados Unidos y llevó a varios congresistas estadounidenses a amenazar a París con la aplicación de sanciones comerciales.

¿Por qué Francia jugó este papel tan fuerte? ¿Qué intereses están en juego? ¿Qué puede pasar ahora; cómo quedan la ONU y la Unión Europea después de esta crisis? Estas son algunas de las preguntas para el embajador francés en nuestro país, el señor Laurent Joseph Rapin.

El señor Rapin es el nuevo embajador. Acaba de presentar sus cartas credenciales al presidente de la República.

LAURENT JOSEPH RAPIN:
Sí, exactamente, hace algunos días.

EC - Usted tiene una experiencia extensa en Naciones Unidas en dos períodos.

LJR - En dos períodos. Durante seis años fui dos veces miembro de la representación francesa ante las Naciones Unidas; tenía un papel dentro del Consejo de Seguridad, especialmente para los asuntos de Oriente Medio.

EC - Por otro lado, entre 1997 y 2001 fue jefe de la delegación francesa y co-presidente del grupo de vigilancia del alto al fuego entre Israel y el Líbano.

LJR - Sí. Desde ese punto de vista conozco bien los problemas del conflicto israelo - árabe.

EC - Por otra parte, habla bastante bien el español.

LJR - Necesito algunas semanas más para sentirme hablándolo a gusto, pero trataré de hacerlo de una manera clara.

EC - Usted nos decía ayer que está recuperando el español que supo hablar con intensidad, por ejemplo, en su época como embajador en Nicaragua, entre 1986 y 1990, o en el período como embajador en Ecuador, entre 1993 y 1997.

LJR - Es verdad. Pero durante los seis últimos años trabajé en francés y más a menudo en inglés, en el Oriente Medio.

***

EC - Vayamos a los temas que nos convocan hoy. Yo decía que en estos meses Francia apareció encabezando uno de los dos grandes polos en los que se dividió la comunidad internacional a la hora de resolver el desarme de Irak. Por un lado, Estados Unidos lideraba la opción de una solución militar y, por otro, Francia se opuso inflexiblemente a esa posibilidad, advirtiendo incluso que utilizaría su derecho a veto en el Consejo de Seguridad. ¿Por qué esta posición?

LJR - En primer lugar quisiera rectificar un poco la posición de Francia en lo que usted llama la oposición entre Estados Unidos y Francia sobre la crisis iraquí. La primera cosa que debe ser mencionada, a mi parecer, es que Estados Unidos y Francia, como los otros países europeos y la mayoría de los países de la comunidad internacional, tenemos la misma meta: el desarme de Irak, principalmente de las armas de destrucción masiva: hubo unanimidad hace algunos meses en el Consejo de Seguridad para adoptar la resolución 1441.

No hay una división, entonces, en la visión política entre Estados Unidos, Inglaterra y España y del otro lado Francia, Alemania y Rusia. Tenemos la misma meta, pero tenemos divisiones sobre los medios para implementarla. Nosotros los franceses hasta ahora pensamos que ha sido posible empezar la implementación del desarme de Irak gracias a la presencia de fuerzas armadas de Estados Unidos en la región de Oriente Medio, en las fronteras de Irak.

EC - Es una puntualización interesante, porque en este comentario que usted hace y que han hecho otros representantes del gobierno francés en los últimos días se reconoce la utilidad del despliegue militar estadounidense en las proximidades de Irak.

LJR - Por supuesto, es la razón por la cual Irak aceptó comenzar su desarme. La diferencia entre Estados Unidos y Francia empieza después: nosotros estimamos que era posible seguir adelante con el desarme sin decidir al día de hoy, actualmente, una declaración de guerra, sin un recurso inmediato al uso de la fuerza armada.

EC - O sea que ustedes consideran que la tarea de los inspectores de Naciones Unidas venía dando sus frutos, que había que otorgarles más tiempo.

LJR - Es lo que mencionó el último informe de los inspectores de las Naciones Unidas, en la autoridad de Hans Blix. También en los últimos días la Agencia Internacional de la Energía Atómica, en Viena, sobre la base del último informe de los inspectores de la ONU, declaró que la comunidad internacional puede ahora considerar que las capacidades nucleares de Irak desaparecieron. Entonces estimamos que no hay razón, al día de hoy, para empezar un conflicto armado con Irak. Si la misión de los inspectores hubiera seguido adelante podría haber ocurrido que en una semana o en un mes los inspectores hubieran dicho que no tienen cooperación suficiente por parte de Irak. Sólo en ese caso Francia hubiera aceptado la utilización de la fuerza armada, dentro de una nueva resolución en el Consejo de Seguridad.

EC - Usted por un lado reconocía y elogiaba el despliegue militar de Estados Unidos en la región cercana a Irak, por la presión que había ejercido sobre el gobierno de Saddam Hussein a la hora de colaborar con los inspectores de la ONU. Pero ocurre que, tanto gobernantes de Estados Unidos como el propio primer ministro británico, Tony Blair, acusaron a Francia de haber quebrado la unidad del Consejo de Seguridad de la ONU con su amenaza de vetar una eventual votación a favor de la intervención militar en Irak. Es más: han dicho que la dureza de la posición francesa favoreció a Saddam Hussein, ya que volvió poco creíble la amenaza de la acción militar bajo la cual se estaban desarrollando las tareas de inspección; que eso habría permitido a Hussein colaborar menos, hacerlo más lentamente, porque por lo visto la intervención militar no se iba a concretar, al menos con el aval de Naciones Unidas.

LJR - La situación me parece diferente. Durante los 10 últimos días, durante las dos últimas semanas, la situación ha sido la siguiente: el último informe de los inspectores de la ONU mencionó que la cooperación de Irak llegó a ser satisfactoria; al mismo tiempo, algunos países, Estados Unidos con el apoyo de Inglaterra y España, presentaron una segunda resolución ante el Consejo de Seguridad que autorizaba la posibilidad automática de utilizar la fuerza armada contra Irak. Como acabo de mencionar, para Francia no era necesario; entonces, con otros países miembros del Consejo de Seguridad, como Rusia, Alemania y China, Francia mencionó que si los coautores presentaban su proyecto ante el Consejo de Seguridad, votaría por “No”. Pero cada uno de nosotros sabe que dentro del Consejo de Seguridad no había una mayoría de nueve votos para adoptar la resolución.

EC - Usted está aclarando que ese veto de Francia ni siquiera era necesario.

LJR - No era un veto; se habla de veto cuando un miembro permanente del Consejo de Seguridad vota por “no” cuando hay una mayoría de nueve votos o más a favor de un texto. Pero no había votos a favor, cada uno de nosotros sabe que había cuatro votos a favor de una segunda resolución –los de Estados Unidos, Inglaterra, España y Bulgaria–, que había cinco países por el “no” –Francia, Alemania, Rusia, China y Siria– y que había seis que tenían una actitud de abstención, entonces no había una mayoría para presentar una resolución.

EC - Usted está atenuando la importancia de esa amenaza francesa a vetar.

LJR - Por supuesto. El gobierno francés quiere que su posición sea reconocida, como la de todos los demás que se opusieron a la presentación de una segunda resolución dentro de los acontecimientos recientes, es decir en el marco de una situación donde los inspectores de la ONU podían implementar su misión.

EC - ¿Y la crítica que dice que con este tipo de posiciones el Consejo quedó dividido y por lo tanto se favoreció a Irak?

LJR - Creo que no, porque el gobierno iraquí sabía muy bien que si no cooperaba con las Naciones Unidas la posición de Francia, Rusia, China y Alemania iba a cambiar. Era muy claro. El gobierno francés siempre mencionó que hubiera cambiado su posición en el caso de que los inspectores de la ONU declararan que no tenían cooperación suficiente por parte del gobierno iraquí. Es una crítica que no tiene razón.

***

EC - En los minutos anteriores usted detalló por qué Francia sostuvo su posición tan firmemente en cuanto a que todavía debía permitirse la continuación de la tarea de los inspectores de armas de la ONU en Irak, no ir ya a una acción bélica. Pero hay quienes sostienen que, detrás de esa postura francesa, había en juego poderosos intereses comerciales que vinculan a Francia con Irak, aún con el régimen de Saddam Hussein. ¿Qué responde usted?

LJR - Yo respondo con cifras. En el año 2001 las exportaciones de Francia hacia Irak representaron 0,20 por ciento del total, y las importaciones, incluyendo el petróleo, representaron 0,30 por ciento del total. Al mismo tiempo, en el año 2001, Estados Unidos fueron el primer importador del petróleo iraquí.

Pero mi sentimiento, mi opinión, es que los elementos económicos no tienen una gran importancia en los acontecimientos, tanto por parte de Estados Unidos como de Francia. Pienso que es un conflicto específicamente político, no económico. No creo que en el eslogan “la guerra del petróleo”, es más serio que eso.

EC - ¿Un conflicto en el que está en juego, entre otras cosas, el multilateralismo o el unilateralismo?

LJR - Es verdad, ese es el punto más importante. Estados Unidos, con el apoyo de algunos otros países, decidió hace dos días, cuando el presidente Bush pronunció su último discurso, recurrir a la fuerza armada de una manera preventiva contra otro país, sin obtener la autorización para hacerlo a nivel del Consejo de Seguridad. Esto me parece lo más importante de los últimos acontecimientos.

EC - ¿Eso, para Francia, es ilegal desde el punto de vista internacional?

LJR - La palabra “ilegal” ha sido pronunciada, pero lo importante es que la decisión no tiene la bendición del Consejo de Seguridad.

EC - ¿No convence a Francia el argumento de que la resolución 1441 habilita este camino?

LJR - No; la resolución 1441 necesitaba otra resolución que permitiera el uso de la fuerza.

EC - Tenía que volver a deliberar el Consejo de Seguridad, evaluar el estado del desarme y autorizar el camino militar.

LJR - Claramente. Entonces me parecen amenazados los esfuerzos para regular de una manera pacífica las relaciones internacionales, que han sido permanentes en la casa de las Naciones Unidas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente me parece que es una decisión que tendrá consecuencias difíciles de evaluar, pero que serán negativas.

EC - Está claro que las relaciones en el marco de las Naciones Unidas tienen un antes y un después de esta crisis. Parece que las relaciones de poder en las que se basó la creación de la ONU después de la Segunda Guerra Mundial de alguna manera perdieron vigencia; esta desautorización de la ONU por parte de Estados Unidos pone en evidencia ese desfasaje. ¿Qué piensa Francia, entonces; cómo queda la ONU después de este conflicto?

LJR - Lo grave, en mi opinión, es que es la primera vez. En otras palabras: hubo otros ejemplos, durante los últimos 50 años, de conflictos armados que comenzaron sin autorización del Consejo de Seguridad; lo importante hoy es que la democracia más importante del mundo, la que tiene la mayor influencia y tal vez la que funciona de la mejor manera posible dentro de sus fronteras, ha decidido, por sus propias razones, empezar un conflicto preventivo sin la autorización del Consejo de Seguridad; cada uno de nosotros lo sabe, contra la posición mayoritaria.

EC - Usted insiste mucho en calificar el ataque militar que Estados Unidos está preparando como “preventivo”, un ataque militar preventivo resuelto sin el visto bueno del Consejo de Seguridad. ¿Está, de esa manera, marcando una diferencia con algún antecedente…?

LJR - Con el conflicto de 1991, donde hubo una agresión de Irak contra un estado miembro de las Naciones Unidas, Kuwait. No hubo problemas para alcanzar un consenso internacional para apoyar la acción militar.

EC - Yo me refería a algún otro antecedente, por ejemplo la intervención de la Otan en Kosovo en 1999. Allí Francia fue protagonista: con Alemania y otros países dispusieron la intervención sin un visto bueno, sin una aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.

LJR - Pero sin veto, con el apoyo de todos los países interesados y después de una agresión. Ahora no tenemos prueba, Estados Unidos no presentó las pruebas de que el gobierno iraquí tenga lazos sustanciales, en términos de terrorismo internacional, con la organización Al-Qaeda. De la misma manera, no tenemos pruebas suficientes de que todavía existan de manera significativa en Irak armas químicas o bacteriológicas que amenacen la región y el planeta. Sabemos que para la Agencia Internacional de la Energía Atómica, como ya mencioné, la capacidad nuclear de Irak ya no existe. Entonces, al menos desde el punto de vista militar, es un conflicto en prevención de la posibilidad de que Irak haga una acción militar internacional que amenace el equilibrio regional o mundial.

EC - Francia pone el énfasis en esto: se trata de una intervención militar de carácter preventivo y resuelta, además, sin el visto bueno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; es más, sabiendo de antemano que si se la ponía a consideración de ese órgano sería rechazada. Eso es lo que le otorga a ese momento y esa decisión de Estados Unidos la gravedad que Francia observa.

LJR - Sí, porque esta decisión puede constituir un precedente para el porvenir a nivel internacional. Por supuesto, no hay ningún país que pueda tener el poder de Estados Unidos, pero a nivel de las regiones del mundo podemos pensar ahora que un poder regional podrá, en el futuro, atacar a un vecino con los mismos argumentos que Estados Unidos está utilizando hoy, sin recurrir a la autorización del Consejo de Seguridad. Entonces es un precedente grave, con consecuencias peligrosas, al menos en el corto plazo.

EC - Ahora, de todos modos, ya no hay nada que hacer. Están corriendo las horas, hoy a las 22 y 15 de Uruguay se cumple el plazo, y no hay margen ya para ningún tipo de gestión diplomática.

LJR - Creo que no. El presidente George Bush ha sido muy claro y no hay ninguna razón para pensar que habla de una manera y actúa de otra. Entonces es muy probable, más que probable, que el conflicto contra Irak empiece, si no esta noche, mañana o dentro de algunos días.

EC - Con respecto a la posibilidad de la intervención militar en sí, Francia hizo ayer algunas aclaraciones. ¿Su país no descarta terminar participando en esa acción bélica, dependiendo de las circunstancias que se den?

LJR – No. Actualmente Francia no participará en las acciones militares. Lo que el gobierno francés mencionó es que todas las facilidades que tenemos que asegurar a los estadounidenses dentro de nuestra alianza serán respetadas, como la posibilidad de sobrevolar el territorio francés con aviones militares.

EC - Pero estuvieron ayer las declaraciones del embajador en Estados Unidos, quien advirtió que Francia cambiará completamente su posición si Irak utiliza armas químicas o biológicas contra las fuerzas estadounidenses.

LJR - Sí, esa utilización establecerá un contexto muy diferente desde el punto de vista internacional. Hay una interdicción internacional para la utilización de las armas químicas por parte de Naciones Unidas; entonces si hay una violación por parte de Irak de la reglamentación internacional con respecto a la utilización de armas de destrucción masiva, por supuesto que vamos a cambiar nuestra posición. Sería un contexto aún más grave que el que mencioné antes –el de la ausencia de cooperación con los inspectores–, de modo que no me parece un elemento nuevo en la posición francesa.

***

EC - Usted puntualizaba recién que en el cortísimo plazo ya no hay nada que hacer desde el punto de vista de su gobierno. ¿Hacia dónde se dirigen entonces los esfuerzos o las prioridades en materia diplomática de Francia?

LJR - Todos los observadores militares consideran que las operaciones militares no van a durar mucho, desde que el peligro militar de Irak no es muy grande. Entonces pienso que en algunos días, en una semana, puede ser un poco más para controlar la capital, Bagdad, el conflicto armado estará terminado. Pero después los problemas empiezan: la organización política dentro de Irak será un problema para Estados Unidos; pero también serán un problema para nosotros las consecuencias del conflicto, en primer lugar el refuerzo de forma dramática de la incomprensión existente entre amplios sectores del mundo árabe musulmán islámico y las democracias occidentales.

EC - Ustedes temen esa consecuencia.

LJR - Sí, claro. El establecimiento de un ambiente favorable para recomenzar los esfuerzos para tratar de lograr un compromiso entre los israelíes y los palestinos y para tratar de superar la incomprensión entre el mundo árabe islámico e Israel y las democracias occidentales va a tender a ser más difícil. Es un problema que Estados Unidos no puede superar solo. Es un problema en el cual, por supuesto, el papel de todos los países europeos –Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España– será muy importante.

EC - Un problema que se va a laudar, que se va a intentar enfrentar, ¿en qué ámbito: en el de las Naciones Unidas, con lo debilitada que sale de esta coyuntura?

LJR - No sé. En primer lugar creo que la posición de Francia en la crisis actual ha sido muy importante para mantener lazos de comprensión entre las democracias occidentales y los países árabes. Ha sido la prueba, para ellos, de que no hay una actitud uniforme contraria a los intereses del mundo islámico por parte de las democracias occidentales, que la situación es más compleja. Creo que la posición de mi país ha sido y sigue siendo importante desde ese punto de vista.

Lo qué vendrá después, para tratar de superar las consecuencias de la incomprensión y, eventualmente, la reaparición de acciones de terrorismo a nivel internacional, no sé: puede ser dentro de las Naciones Unidas, en el plano bilateral entre Europa y los países de Oriente Medio... De todas maneras se necesitará una cooperación internacional entre todos los países de Occidente, Estados Unidos, países europeos y otros. Es una obligación, de hecho.

EC - Quizás sea una parte de ese problema, pero una parte esencial y la más inmediata: la reconstrucción de Irak después de la acción militar. Francia reclama tomar parte.

LJR - Me parece que hasta ahora Estados Unidos tiene planes muy precisos de lo que quiere hacer, al menos algunos planes al fin han sido presentados durante las últimas semanas. No tengo información precisa sobre reivindicaciones de Francia para participar en el interior de Irak en el esfuerzo de reconstrucción política.

EC - He escuchado declaraciones de voceros del gobierno francés planteando que Estados Unidos no puede asumir solo esa tarea. Eso me ha llevado a preguntarme cómo se compatibiliza la posición de Francia hasta ahora con esa reivindicación: Estados Unidos hace el trabajo “sucio” y después Francia entiende que tiene que tomar parte en las tareas de reconstrucción del país, de la democracia en Irak…

LJR - No creo que tengamos objetivos precisos. Decimos que no será posible reconstruir Irak y tratar de establecer un equilibrio en el Oriente Medio sin la participación, sin el concurso de los países europeos.

EC - Entre otras cosas, están de por medio contratos comerciales de volúmenes millonarios en dólares.

LJR - Como ya mencioné, las exportaciones de Francia hacia Irak representan 0,20 por ciento del comercio francés.

EC - Estoy hablando de otra cosa: de las obras de reconstrucción que aparentemente el gobierno de Estados Unidos ya ha estado distribuyendo o licitando dentro de su propio país.

LJR - No tengo ninguna información sobre este asunto, y no me parece lo más importante ahora.

EC - Hace unos minutos usted dijo que la ONU sale muy herida de esta crisis. Con respecto a la ONU en particular, ¿qué se puede hacer, qué se va a intentar? ¿Cómo observan ustedes el futuro?

LJR - Creo que Naciones Unidas, a nivel de su peso en el mundo internacional, de su influencia para tratar de resolver de una manera pacífica los conflictos, surgirá muy desunida de la crisis. ¿Qué hacer para mejorar la situación? No sé, no lo sé de una manera precisa. Por supuesto, es el sector donde las consecuencias negativas serán más importantes. La división entre algunos países europeos –Inglaterra y España de un lado, Francia y Alemania del otro– no me parece tan dramática como la situación a nivel de las Naciones Unidas.

EC - La Unión Europea también sale herida.

LJR - Sí, pero de otra manera, a nivel de los gobiernos. Durante los dos últimos meses me sorprendió la unidad de las opiniones públicas de todos los países europeos. Creo que es la primera vez en la historia, en los siglos XIX y XX, que tenemos la formación de una opinión pública uniforme a nivel europeo. Entonces la oposición de los gobiernos no parece tan dramática porque durante los últimos 50 años los europeos conocimos otras crisis; recuerdo, por ejemplo, la oposición por años del general De Gaulle a la entrada de Inglaterra al Mercado Común, como se llamaba en aquel momento, que opuso Francia a sus compañeros europeos por cuatro, cinco o seis años. Es normal.

Lo que los europeos han hecho en los últimos 50 años me parece sin precedentes, un acontecimiento muy importante. Habrá en el futuro otros acontecimientos negativos, pero es un movimiento ineluctable, las consecuencias negativas de la crisis actual por supuesto existirán, pero no de una manera tan dramática como en el caso de las Naciones Unidas.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón






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