20.03.2003




































GRAN BRETAÑA Y LA BATALLA CONTRA SADDAM HUSSEIN

En Irak "la paz ya no es opción,
hay que impedir una guerra más grave"

Para el embajador de Gran Bretaña, John Everard, en Irak “la elección real no es entre la paz y la guerra sino entre la guerra preventiva lanzada en el momento que nosotros elegimos, y una guerra masiva, en el momento que elija Saddam Hussein”. Así explicó el ataque decidido por su país, Estados Unidos y España. El diplomático sostuvo que el ataque es legal porque Naciones Unidas ya había permitido el uso de la fuerza contra el régimen de Saddam Hussein. Para fundamentar esta tésis, citó la resolución que en 1990 habilitó el primer ataque al país del Golfo Pérsico.

EN PERSPECTIVA
Jueves 20.03.03 – Hora 11.00

EMILIANO COTELO:
“Operación: Libertad de Irak” es el nombre elegido para esta nueva cruzada militar, en la que Gran Bretaña tiene una participación muy activa. 40.000 soldados británicos han sido desplazados a las inmediaciones de Irak, plasmando así en los hechos el apoyo que, a nivel diplomático, Gran Bretaña brindó en los últimos meses a la posición estadounidense.

Ayer entrevistamos al embajador de Francia en Uruguay, quien defendió la postura de su país, contraria a un operativo militar para derrocar a Saddam Hussein. Hoy les proponemos avanzar en este debate, en este caso en diálogo con el embajador británico en Uruguay, John Everard.

Embajador, usted ha escuchado el debate que a nivel mundial existe a propósito de este camino que se ha seguido para resolver el desarme de Irak, entre Bush, Blair y Aznar, el de la intervención militar.

Uno de los especialistas uruguayos en derecho internacional, el doctor Héctor Gros Espiell, quien además fue canciller de la República, ha llegado a sostener que estamos ante la violación más grave que ha sufrido la Carta de la ONU desde que ese organismo se creara. ¿Cómo responde usted a ese tipo de apreciaciones?

JOHN EVERARD:
Bueno, tengo que admitir que no he leído de forma detallada las declaraciones del anterior canciller Gros Espiell. Pero, evidentemente, no es una violación del derecho internacional. Finalmente, tenemos una base legítima para la intervención militar; me refiero a la resolución de las Naciones Unidas 678, que fue aprobada en 1990, o sea la que lanzó la primera guerra contra Irak, lo que se llamó la Guerra del Golfo.

EC - Ésa es una de las dos resoluciones que el propio presidente Bush invocó en su mensaje del lunes pasado en la Casa Blanca, cuando dio el ultimátum a Saddam Hussein.

JE - Es cierto.

EC - Una del año 1990.

JE - Claro, exactamente. Después la guerra se suspendió, pero no se dio por terminada la resolución 678. Se suspendió siempre y cuando Saddam Hussein cumpliera con las resoluciones de las Naciones Unidas, o sea que entregara las armas químicas y biológicas que tenía. Evidentemente no lo ha hecho y la resolución de noviembre pasado, la 1441 actuó a nota de esta violación efectiva de la voluntad de la comunidad internacional. Así que actúa como gatillo. Le dio un Saddam Hussein un rato, una última oportunidad, fueron las palabras de la resolución, para cooperar. Ya han pasado cuatro meses y no ha cooperado, así que la justificación para el uso de la fuerza es clara.

EC - Bueno, eso es lo discutible, justamente. Porque si bien la resolución 1441 advertía la posibilidad de consecuencias severas para Irak si su gobierno no colaboraba, también establecía que el grado de colaboración y los avances en el proceso de desarme tenían que ser evaluados en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, o sea que requería un análisis en ese ámbito para determinar eventualmente las acciones militares. Y eso no ocurrió.

JE - No. Pero el punto es, justamente, que la 678 declara el uso de todas las medidas necesarias, incluyendo el uso de la fuerza. 687, la resolución aprobada después de la guerra, pone la resolución anterior en un estado de suspensión, siempre y cuando Irak cumpla con la resolución anterior, o sea que entregue las armas. 1441 nota en sus primeros párrafos, que Irak sigue estando en violación efectiva de las resoluciones, o sea que ése es el gatillo. 1441… si hubiera sido la intención que el Consejo de Seguridad tuviera que repetir otra vez el uso de la fuerza, la resolución 1441 hubiera dicho exactamente eso, pero no lo dice. O sea que uno puede perfecta y legítimamente pasar a base de la resolución 1441 haciendo referencia a las resoluciones anteriores al uso de la fuerza.

EC - Usted dice que no lo establece expresamente, sin embargo en el punto 12 de la resolución 1441 se señala: “Decide (el Consejo de Seguridad) que se reunirá inmediatamente al recibir el informe establecido en los párrafos 4 u 11, para considerar la situación y la necesidad del cumplimiento cabal de todas las resoluciones pertinentes del Consejo, a fin de garantizar la paz y la seguridad mundiales”. Habla de una reunión expresa del Consejo de Seguridad.

JE - Sí; y se reunió. ¿No es cierto? Recibimos los informes de los informes, especialmente se han realizado varias reuniones mientras tanto del Consejo de Seguridad.

EC - Pero los informes de los inspectores constataron avances en el desarme iraquí, colaboración del gobierno de Saddam Hussein y terminaron solicitando tiempo para completar la tarea.

JE - No, hay una confusión gloriosa al respecto. Los inspectores, o sea los informes de los inspectores, notaron avances en la colaboración iraquí en el sentido de que finalmente habían decidido empezar la destrucción de los misiles que tenían un alcance superior al permitido. Pero hay que tener presente que la base de la acción de los inspectores no se refirió a esos misiles, fueron las armas químicas y biológicas que se verá perfectamente que tiene Saddam Hussein. Ahora, durante la actuación de los inspectores, se hizo manifiesto que por encima de las armas químicas y biológicas Saddam Hussein también tenía misiles de un alcance superior al permitido. Bien, empieza a destruir esos misiles. Pero incluso con la destrucción de todos esos misiles, uno hubiera vuelto simplemente al punto de comienzo: las armas químicas y biológicas que tenía con total certeza en 1998 y que nunca han sido destruidas, o sea un incumplimiento fundamental de las resoluciones de las Naciones Unidas. Es cierto que los inspectores en algunos momentos han pedido más tiempo, pero hay que notar también las declaraciones del portavoz de los inspectores de ayer confirmando que la actitud iraquí había sido un problema básico y que dudaba de que los inspectores pudieran haber cumplido su mandato.

EC - Usted está citando en este momento declaraciones hechas por los inspectores ayer en el Consejo de Seguridad.

JE - No, no, no; no me refiero a la declaración de Hans Blix; hubo una declaración anterior del portavoz de los inspectores. El informe de Blix fue más bien en términos neutros, lamentó la intervención militar … (no se entiende). Pero se trata, realmente, no de plazos para los inspectores. Si Saddam Hussein se hubiera decidido a colaborar con la comunidad internacional y a entregar sus armas, hubiera podido simplemente indicar los lugares donde están escondidas, una cosa que se puede hacer muy rápidamente. Sin esa colaboración nosotros simplemente no creemos que fuera factible que los inspectores encontraran las armas. Irak es un país muy grande, tan grande como Francia, tan grande como California, tiene desiertos muy extensos, y la cantidad de armas de las cuales estamos hablando, aunque en términos militares es muy importante, en términos de volumen, o sea de objetos que hay que esconder, no son tan grandes, o sea que uno puede perfectamente simplemente enterrar esas armas por debajo de las arenas y sería casi imposible encontrarlas.

EC - Ésa es la evaluación británica, en todo caso también estadounidense y española; lo que yo estaba citando es que otros países entienden que el estado de avance del trabajo de los inspectores permite ser por lo menos cauto en cuanto a las posibilidades de lograr el desarme por esa vía. Ayer mismo, después de que Blix presentó su informe y su programa de trabajo, al mismo tiempo que el Consejo recibía también los resultados de las inspecciones realizadas por la misión encabezada por Elbaradei en los temas estrictamente atómicos, el canciller francés, Dominique de Villepin, decía: “este informe confirma lo que todos nosotros sabemos acá: que las inspecciones producen resultados tangibles, que ofrecen la perspectiva de un desarme efectivo, en condiciones de paz y dentro de los marcos que nos habíamos fijado. El camino que habíamos trazado juntos en el cuadro de la resolución 1441 existe todavía”. Éstas son palabras del canciller francés ayer en el Consejo de Seguridad.

JE - Sí.

EC - Estamos ante dos visiones diferentes sobre cuán productivo es el trabajo de los inspectores. Pero no terminó habiendo un pronunciamiento del Consejo de Seguridad.

JE - Sobre el trabajo de los observadores no. El último informe de Blix, al cual usted hace referencia, provocó varios comentarios, incluso en de Francia. Para nosotros el informe de Blix de ayer simplemente no da fundamento a un análisis como el que están haciendo los franceses. Es evidente que tras varios meses de trabajo cada vez más intensivo, con cada vez más equipos, los inspectores no encontraron las armas químicas y biológicas. Y es bueno insistir en que sin la colaboración activa que se pidió a Saddam Hussein en la resolución 1441 nosotros realmente no creemos que jamás se fueran a encontrar esas armas.

EC - En definitiva, parecería que es muy difícil dilucidar el debate jurídico a propósito de la legalidad o ilegalidad del camino que han emprendido Estados Unidos, Gran Bretaña y España. Las dos posiciones están encima de la mesa, desde el lado francés y sus aliados en esa postura se sostiene enfáticamente que se requería una nueva resolución del Consejo de Seguridad, esa resolución no existió y por lo tanto lo que está haciendo Estados Unidos con el apoyo de Gran Bretaña está al margen de la ONU.

JE - Pues tomamos nota de la posición francesa, pero nosotros, como digo, tenemos la convicción clarísima de que ya tenemos la autorización legal para el uso de la fuerza. Hay que tener presente que lo que se suele llamar la segunda resolución realmente hubiera sido la decimoctava resolución sobre Irak; de modo que hay toda una serie, no fue una cosa repentina.

EC - Pero Estados Unidos y Gran Bretaña, sobre todo Gran Bretaña, intentaron que existiera esa resolución.

JE - Por supuesto que sí…

EC - …A eso voy, intentó que existiera esa resolución. Cuando percibieron que esa resolución no iba a tener votación favorable en el Consejo, la retiraron. Ése es otro de los puntos cuestionados en esa estrategia.

JE - Pues, explico el punto. Claro, tiene toda la razón, hasta el último momento nosotros hicimos todos los esfuerzos posibles por conseguir esa resolución, pero eso no fue…

EC - Porque era necesaria.

JE - No, por razones políticas, para mantener una unidad visible del Consejo de Seguridad, para mandar una señal clarísima a Saddam Hussein. La esperanza que frente a un Consejo de Seguridad unido Saddam Hussein se hubiera retirado del país, entregado las armas o finalmente colaborado con la sociedad internacional, con las Naciones Unidas. Nosotros nunca pensamos que necesitábamos una decimoctava resolución por razones legales. La posición legal es clarísima.

EC - Porque la lectura que muchos hacen a nivel internacional, no sólo en el ambiente académico sino también en el político –me refiero a gobernantes– es: a Estados Unidos y Gran Bretaña la ONU sólo les sirve mientras acepte su estrategia y deja de servirles si la mayoría opta por otro camino.

JE - No, por favor, ésa es una versión totalmente equivocada. Nosotros seguimos muy cuidadosamente los reglamentos de las Naciones Unidas. Vuelvo a insistir: la autorización legal por parte de Naciones Unidas es clara, se otorgó a comienzos de este proceso tan largo, tan costoso y tan difícil que es el desarme de Irak, antes de la primera guerra contra Irak. Esta autorización del uso de la fuerza sigue vigente, se suspendió solamente a condición de que Irak cumpliera con las condiciones del desarme, pero está en violación efectiva de esas condiciones. Así que el uso de la fuerza se justifica.

EC - ¿El uso de la fuerza se justifica para derrocar el régimen encabezado por Saddam Hussein?, porque esto es lo que se está intentando ahora. La resolución 1441 y la resolución original que usted cita, del año 90, ¿hablaban de esto, de cambiar el gobierno de Irak?

JE - No, la 1441 habla específicamente del desarme, de la entrega de las armas químicas, biológicas y, creo yo, también nucleares. Pero hemos llegado a una situación en la cual es muy difícil pensar que este desarme se pueda efectuar estando Saddam Hussein todavía en el poder. Pero eso si se quiere, es un objetivo secundario; en términos de las Naciones Unidas el objetivo central sigue siendo el desarme de Irak.

EC - En términos de Naciones Unidas; en términos de quienes están llevando adelante el ataque militar, no, la prioridad ahora es el derrocamiento de Saddam Hussein, según se ha señalado.

JE - Sí…

EC - Al punto de que las primeras operaciones bélicas de la noche de ayer, los primeros ataques con misiles han estado dirigidos a decapitar el gobierno, porque se suponía que podía estar atacándose concretamente un búnker donde se encontraban Saddam Hussein y sus ministros, sus principales colaboradores.

JE - Bueno, no sé si … a un búnker, pero claro, decapitar, como dijeron los estadounidenses, al gobierno iraquí… La resolución original habla de todas las medidas necesarias, y hemos llegado a una situación en la cual la medida necesaria es sacar a Saddam Hussein para proceder al desarme de Irak.

***

EC - Otra preocupación que surge a propósito de este episodio: lo que implica como riesgo para los países débiles. Ayer, el embajador francés, a quien entrevistábamos, decía “no hay ningún país que pueda tener el poder de Estados Unidos, pero a nivel de las regiones del mundo podemos pensar ahora que un poder regional podrá, en el futuro, atacar a un vecino con los mismos argumentos que Estados Unidos está utilizando hoy, sin recurrir a autorización del Consejo de Seguridad. Cuando entienda que hay una situación peligrosa con un vecino, un país poderoso en una zona del mundo podrá, por su propia cuenta, llevar adelante un ataque preventivo”, porque eso es lo particular de esta operación, es un ataque preventivo. “Es un precedente grave, con consecuencias peligrosas”, decía su colega, el embajador francés.

JE - Claro, entiendo perfectamente estas preocupaciones, que son, además, totalmente legítimas. Pero, insisto: este ataque contra Irak no fue un ataque ilegítimo, fue autorizado por las Naciones Unidas. Ahora, la Carta de las Naciones Unidas no excluye la posibilidad de un ataque preventivo, tal como el que estamos tratando ahora. Sí, insiste en la aprobación del Consejo de Seguridad.

EC - Exacto.

JE - Y, como digo, el Consejo de Seguridad dio su aprobación al uso de la fuerza contra Irak hace mucho tiempo.

EC - En definitiva, a partir de esa lectura y de esa interpretación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, usted dice “no se está sentando un precedente, no es que de ahora en adelante cualquier país podrá tomar acciones unilaterales bélicas de tipo preventivo sin el apoyo del Consejo de Seguridad”.

JE - Efectivamente.

EC - Ése es su razonamiento, no hay que inquietarse en cuanto al camino que estos hechos estén abriendo para el futuro.

JE - Efectivamente, el Consejo de Seguridad sigue siendo el órgano máximo de seguridad a nivel mundial y nosotros vamos a seguir acatando sus órdenes.

EC - ¿Cómo observa Gran Bretaña el estado en que deja esta crisis a las Naciones Unidas? Para muchos es una herida muy severa la que sufre este organismo.

JE - Seguramente después de la guerra habrá muchas reflexiones sobre lo que ha pasado, no solamente en las Naciones Unidas sino también en la OTAN y en la Unión Europea. Realmente, es muy difícil prever ahora cuáles serán las conclusiones que se van a sacar, evidentemente este debate se va a llevar a cabo al máximo nivel político, son temas tremendamente importantes. Pero, como usted acaba de señalar, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es el escudo para los países débiles; perdón, ésa no fue su frase, fue una frase de otro amigo uruguayo con el cual conversaba hace pocos días. Nosotros no queremos que este escudo tan importante sea débil. Nos preocupa, por tanto, que en algunos momentos el sistema internacional manifieste problemas. Me refiero, por ejemplo, al caso de Kosovo, al caso de Ruanda, y vamos a ver ahora qué se va a decir sobre Irak, ¿no?

EC - ¿Por qué cita a Kosovo y Ruanda?

JE - Pues, justamente, porque en el caso de Ruanda, si el Consejo de Seguridad hubiera asumido sus responsabilidades hubiera sido posible evitar una masacre horrible en ese país. En el caso de Kosovo el Consejo de Seguridad simplemente no pudo llegar a un acuerdo para el uso de la fuerza de manera que la masacre protagonizada por los serbios contra los musulmanes en ese territorio procedió; una intervención más temprana por parte de las Naciones Unidas hubiera salvado muchísimas vidas. Hay preocupaciones, simplemente, sobre el funcionamiento de algunos aspectos de las instituciones internacionales. Nosotros esperamos que las reflexiones que seguramente se van a hacer después de esta guerra, van a sacar conclusiones positivas, en el sentido de mejoras al funcionamiento de lo que hemos creado después de la Segunda Guerra Mundial.

EC - Pero desde el punto de vista británico, por lo menos, ¿cuál sería algún ejemplo de esas mejoras que hay que introducir en el funcionamiento de la ONU?

JE - Bueno, como digo, es un debate que seguramente se va a llevar a cabo al más alto nivel político, realmente no quisiera hacer comentarios al respecto.

***

EC - Esta intervención militar que Estados Unidos ha emprendido en Irak, con el apoyo de su país y de España, más otras 42 naciones, según ha dicho el presidente Bush, pero está claro que ustedes son los principales, se lleva adelante no sólo con toda esa polémica a propósito de si es legal o no desde el punto de vista del derecho internacional y si se puede amparar o no en resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sino además por un rechazo mayoritario de la opinión pública a lo largo del mundo. ¿Cómo maneja usted o el gobierno británico esta situación? ¿Qué importancia le asigna?

JE - Pues… mire, es cierto que hemos visto en muchos países manifestaciones contra la guerra. Es interesante tomar nota de que los únicos iraquíes que están en libertad de manifestar, los que viven fuera del país, están manifestando a favor de una intervención militar. Así que, por lo que valga, la voz iraquí está a favor.

Pero, claro, esto para mí es uno de los logros más importantes de la unidad. Hay un rechazo general a la guerra. Si uno compara, por ejemplo, la reacción de los pueblos del mundo ante esta guerra, con la reacción de los pueblos ante la posible… lo que se convirtió en la Primera Guerra Mundial, se ve el progreso que hemos hecho, que hace algo menos de 100 años había gente en las calles manifestando masivamente por la guerra.

Nosotros entendemos perfectamente la preocupación de la gente. Claro, tampoco queremos la guerra, pero finalmente, si Saddam Hussein no entrega sus armas de destrucción masiva, la elección real no es entre la paz y la guerra sino entre la guerra preventiva, que ya se ha lanzado en el momento que nosotros elegimos, y una guerra masiva, seguramente con uso de armas de destrucción masiva en el momento que elija el mismo Saddam Hussein.

Fíjese en el momento del 11 de setiembre de 2001: murieron varios miles de personas por un ataque provocado por personas armadas con cuchillos. Imagínese cuál hubiera sido la situación si esa gente, o sea si los terroristas del ataque, hubieran tenido armas químicas o biológicas. Se puede fácilmente multiplicar por muchas veces la cantidad de personas que hubieran muerto y que hubieran muerto de la manera más horrible imaginable.

EC - Pero por lo visto la opinión pública internacional no analiza de esa forma los acontecimientos y los riesgos.

JE - Claro, hay un rechazo en muchos países, en muchos sectores de la opinión pública, a la guerra. Nosotros la entendemos perfectamente, pero a veces uno entra en una situación en la cual la paz ya no es opción, hay que intervenir para impedir una guerra mucho más grave, mucho más serias.

EC - ¿Usted dice que hay ocasiones en las que hay que hacerlo, que hay que tomar el camino de la guerra, de la intervención militar, pese a que la gente no esté de acuerdo?

JE - Hay veces…

EC - En su propio país la resistencia a la acción militar es enorme.

JE - Claro, en los últimos sondeos de opinión. Hay momentos en los cuales los gobiernos tienen que hacer cosas que no siempre cuentan con el apoyo de todo el pueblo. Finalmente uno elige a un gobierno para que gobierne, eso implica a veces tomar decisiones que no serán las más populares.

***

EC - Dentro de esa amplia mayoría de la opinión pública mundial que rechaza esta guerra muy poca gente defiende el régimen de Saddam Hussein, ése no es el tema. Las preocupaciones más bien están centradas en: uno, cómo este episodio agrede o agrediría el ordenamiento legal internacional y cómo parecería demostrar una tendencia a un mundo unipolar encabezado por Estados Unidos. De esto ya hemos hablado, pero si le parece podemos incluir alguna referencia más de su parte.

Pero hay dos preocupaciones más: las consecuencias que este ataque militar tendrá, no para el gobierno de Saddam Hussein sino para Irak, o sea para su gente en primer término, y para la infraestructura y las riquezas de un país como Irak; y el temor o la preocupación por el efecto desestabilizador que esta guerra puede tener en Oriente Medio, agravando la tensión entre palestinos e israelíes, incentivando los sentimientos antioccidentales en la población musulmana, alimentando incluso los riesgos de acciones terroristas.

Me gustaría conversar con usted sobre estos tres puntos. Del primero ya hemos hablado, no sé si tiene algo para agregar.

JE - No, pasemos al segundo.

EC - Las consecuencias de este ataque militar, no para el gobierno de Saddam Hussein sino para Irak, su pueblo, su infraestructura, sus riquezas.

JE - Es muy alentador que el Consejo de Seguridad ya ha aprobado muchas resoluciones del lado humanitario, apoyando la reconstrucción de Irak, pese a los esfuerzos que estamos haciendo. De paso, cuando recién dije, hablé de las mejoras que se pueden producir en las Naciones Unidas, no quise indicar que hay un gran plan para reformas, hice más una referencia a un proceso ya en curso, la ampliación del Consejo de Seguridad y varios comentarios que ya son públicos sobre el funcionamiento de las Naciones Unidas.

Para volver al tema, claro, esperamos ganar la guerra, pero también tenemos que ganar la paz y dejar en Irak un país pacífico y democrático, pese a los años de mal manejo de Saddam Hussein.

EC - Pero antes de eso, cuánta gente va a morir, cuántos civiles absolutamente inocentes y que nada tienen que ver con el gobierno de Saddam Hussein van a morir.

JE - Nosotros esperamos, evidentemente… es inevitable en cualquier guerra que haya víctimas, pero nosotros esperamos que las víctimas sean las menos posible.

EC - Eso siempre se espera y después la realidad marca otra cosa.

JE - A veces sí y a veces no, pero estamos haciendo todos los esfuerzos posibles por minimizar las víctimas.

EC - Pero también se va a destruir un país…

JE - ¿Cómo?

EC - Se va a destruir un país…

JE - No, el país, lamentablemente, ya casi está en situación de destrucción, lo que nos estamos proponiendo es ahora, después de sacar a Saddam Hussein, reconstruir un país y ofrecerle al pueblo iraquí la esperanza que debe haber por un futuro próspero y pacífico.

EC - ¿Cómo se organiza ese futuro próspero y pacífico?

JE - Habrá una intervención humanitaria masiva. Nosotros esperamos que nuestra presencia en Irak sea breve, pero nuestro compromiso con Irak va a durar mucho tiempo. Irak está en una situación pésima, en una situación económica y social realmente muy muy triste. Va a necesitar ayuda masiva para reconstruirse.

EC - Una reconstrucción que, si le entendí bien, sería llevada adelante no sólo por esta coalición de países que implementan el ataque sino por la comunidad internacional, por las Naciones Unidas.

JE - Efectivamente, el Consejo de Seguridad ya ha aprobado varias resoluciones al respecto.

EC - Claro, pero habiendo pasado lo que pasó en estas semanas en el Consejo de Seguridad, podía pensarse que los países responsables del ataque resuelven: “del futuro de Irak nos encargamos nosotros”.

JE - No, nosotros… nosotros hemos hecho manifiesto un compromiso muy claro con el futuro de Irak, con la reconstrucción, esperamos que tantos países como sea posible colaboren con nosotros, con los estadounidenses, con quien sea en este esfuerzo internacional de reconstrucción.

EC - Ahora, ¿es factible desde afuera de un mundo tan particular como Oriente Medio, con las culturas y religiones que están de por medio, implantar un cambio democrático, implantar un tipo de gobierno? ¿No hay mucho de voluntarismo en esa intención?

JE - No creo que la democracia sea un bien de uso exclusivo occidental, los árabes y los iraquíes también tienen derecho a la democracia y también, muy importante, la quieren. O sea que no es que estemos imponiendo un modelo ajeno de gobierno, estamos simplemente reaccionando ante la voluntad del pueblo iraquí.

EC - Aquí vamos a lo otro: ¿en qué medida un operativo como éste, una acción como la que se ha emprendido, la militar, pero además todo esto otro –el intento de forzar un cambio de gobierno, de instaurar un nuevo tipo de legalidad en Irak– no tiene consecuencias negativas en toda la región? ¿En qué medida no agrava la tensión entre palestinos e israelíes, en qué medida no fomenta los sentimientos antioccidentales en la población musulmana?

JE - Hay que hablar con muchísimo cuidado, usted tiene toda la razón. Para tomar los ejemplos que me dio, para nosotros la solución del conflicto en Israel y los territorios palestinos, debe ser pacífica, realmente nos estamos preocupando para que lo que pase en Irak no influya o no complique el proceso de paz de Israel. Usted habrá visto que el presidente Bush hace pocos días entregó otro plan de acción, justamente para esa región. Estamos muy conscientes de que hay ciertos sectores de la opinión pública musulmana que ve en esta intervención militar un ataque contra el Islam. Nosotros enfatizamos que no es así, que Saddam Hussein no es islamista, simplemente es un tirano secular.

EC - Saddam Hussein, bien; pero, ¿y su pueblo? Sí lo es y sufre las consecuencias de este ataque.

JE - Bueno, ojalá, como digo…

EC - Entonces puede perfectamente producirse la reacción, incluso terrorista por la vía de ataques suicidas, por mencionar un ejemplo, en contra de la agresión a la gente de Irak.

JE - Claro, es un riesgo evidente que este ataque produzca ataques terroristas. Acá en Uruguay, como en todo el mundo, estamos ahora en estado de alerta contra eventuales ataques. Finalmente tenemos que convencer a la opinión pública musulmana de que no estamos atacando el Islam, queremos tener relaciones normales y pacíficas con el Islam, se trata de un problema que no tiene nada que ver con el Islam pero que amenaza no solamente la región sino a todo el mundo.

EC - Entiendo su exposición y sus argumentos; también creo que usted debe entender que ese tipo de planteos despierta escepticismo en muchos de quienes lo escuchan, porque conociendo, de lejos, nada más, pero conociendo algo de lo que es la cultura musulmana, la reacción no tiene por qué ser la que usted señala, no tiene por qué ser tan sencillo convencer, como usted decía, sobre todo cuando se convence con las armas.

JE - No, por favor, no dije que sea sencillo. Hay tareas largas y arduas por delante de relacionamiento con la opinión pública musulmana, no solamente en Irak. No va a ser una tarea fácil, pero igual…

EC - ¿Y si el tiro sale por la culata, si el resultado es peor de lo que se tenía cuando empezó la operación militar?

JE - ¿En qué sentido?

EC - Claro, si el efecto termina siendo el contrario del buscado.

JE - …No… no… creo que eso suceda, pero vamos a ver.

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Base legal británica para el uso de la fuerza en Irak I
Base legal británica para el uso de la fuerza en Irak II


Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe

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