21.03.2003






































Europa en un impasse

Cumbre en Bruselas: tirantez entre los dos polos, una declaración de compromiso sobre Irak, y los temas de futuro puestos en espera. Corresponsal en París, Rafael Mandressi.

EN PERSPECTIVA
Viernes 21.03.03, 08.05.


EMILIANO COTELO:
Los cables de las agencias y los informes de las cadenas internacionales de televisión siguen enviando reportes y desmentidos desde Irak respecto a avance de tropas, rendiciones, ocupación y/o incendio de pozos petroleros...

Pero las consecuencias de esta intervención militar por supuesto no se limitan a lo que ocurre en esa zona del mundo, y se han extendido a la política internacional en general. Ya hemos hablado de los problemas que esta situación ha generado a la Organización de las Naciones Unidas, o de los problemas que ha generado en nuestro país por la posición que el gobierno dio a conocer en una declaración que ha sido severamente cuestionada por el Encuentro Progresista – Frente Amplio y criticada por el Partido Nacional.

Pero hay también un bloque que tiene sus propios problemas derivados de la decisión de Estados Unidos, Gran Bretaña y España de invadir Irak: la Unión Europea. Ayer se reunió la cumbre la Unión Europea en Bruselas adoptando una declaración común sobre Irak, que reafirma el papel fundamental de las Naciones Unidas en las relaciones internacionales y se propone involucrar a los europeos en el plan humanitario para ese país, tanto ahora en medio del enfrentamiento, como cuando las operaciones finalicen.

Rafael Mandressi es nuestro corresponsal en París. ¿Cómo está el tiempo allí?

RAFAEL MANDRESSI:
Cubierto, como casi siempre; con temperaturas relativamente superiores a lo normal en este momento en que estamos cambiando de estación, unos 14 o 15 grados de máxima en la mitad norte de Francia.

EC – Vayamos a la reunión de la cumbre que tuvo lugar ayer. Se aprobó una declaración común pero no sin debates, y que a muchos dejó insatisfechos. ¿Qué balance se está haciendo?

RM – El balance es que se logró lo máximo en un contexto como el actual. Es uno de esos casos en que las frases hechas tienen su parte de verdad; aquella de que “una imagen vale más que mil palabras es aplicable a este caso”, porque bastaba ver las imágenes de la llegada de los jefes de Estado y de gobierno a la reunión en Bruselas para advertir cuál era exactamente el clima, un clima gélido, entre los defensores de uno una y otra posición en relación a la guerra en Irak.

EC – Recordemos que el caso Irak había dividido en forma tajante el bloque europea entre las posiciones lideradas por Gran Bretaña y España por un lado, y por Francia por el otro. En las horas inmediatamente anteriores a la cumbre había tenido lugar un fuerte entredicho franco – británico; las cosas se había agravado aún más.

RM – Sí, a raíz de la discusión parlamentaria que tuvo lugar en Londres, cuando se autorizó la iniciativa del gobierno de intervenir en la guerra con Irak. Allí hubo algunas alusiones bastante duras a la posición francesa incriminando al gobierno francés y en particular al presidente Jacques Chirac la responsabilidad en el fracaso de la vía diplomática y en la división que a esa altura estaba consumada. Esto a su vez generó reacciones en Francia, con protestas oficiosas y oficiales, y todo llevaba a una situación muy tirante en vísperas de esta reunión, en la cual no hubo siquiera un saludo entre Blair y Chirac. Se veía claramente en las disposiciones de uno y otro cómo, por un lado, el presidente del gobierno español, José María Aznar conversaba con Tony Blair, y mientras en el otro extremo de la sala lo hacían Chirac y su par alemán; que en definitiva son las dos parejas más claramente identificadas con las dos posiciones en juego en la Unión Europea.

EC - ¿Qué lograron sacar?

RM – Básicamente lo que tú mencionabas: la reafirmación del papel de las Naciones Unidas en las relaciones internacionales en general y en la resolución de conflictos, lo cual en prinicipio podría hacer pensar que allí hay una concesión de parte de lo que aquí se llama “el campo de la guerra” al “campo de la paz”, tratando de colocar nuevamente a las Naciones Unidas como centro de las decisiones.

La segunda parte, que habla de la participación europea en la reconstrucción de Irak, intenta salvar las apariencias de división pero al mismo tiempo reafirma una vieja convicción de Estados Unidos en esta materia, de hace algunos años por lo menos, de que Estados Unidos cocina y Europa lava los platos. Significa en cierta medida por lo menos aceptar esa división del trabajo, proponiendo la intervención europea en un contexto de unidad (habrá que ver en qué situación se llega a ese momento) en todo lo que tiene que ver con la ayuda humanitaria y la reconstrucción del país.

EC - ¿Qué se espera como gestión de la Unión Europea? ¿Después de la cumbre de ayer, qué?

RM – Después de ayer hay que esperar que, una vez terminada la guerra, pueda plantearse el conjunto de las relaciones europeas. Lo que es muy claro es que algunas iniciativas que venían de antes en materia de construcción europea, como se le llama aquí, están congeladas. Muy particularmente, todo lo que tiene que ver con política exterior común, y de defensa y seguridad. Este aspecto, que era uno de los asuntos a los que se pensaba impulsar con mayor fuerza luego de haber logrado la unión monetaria, en este momento y dadas las circunstancias no tiene demasiadas chances de prosperar.

Por otro lado están los trabajos de la Convención Europea, encargada de elaborar un proyecto de Constitución para presentar el 15 de junio a los jefes de Estado y de gobierno en una nueva cumbre. Se habla de retrasar esa fecha, dando más tiempo a los trabajos para redactar esta Constitución, mientras que esa demora daría también más plazo para una recomposición de relaciones que permita llegar a buen puerto también en esto que es una etapa muy importante por la que Europa se estaría dotando de un sistema institucional que coincide a su vez con la ampliación de la Europa de los 15 a una Europa de 25 países, abriendo de esa manera una nueva etapa en la integración del continente.

Pero, en este momento, no están dadas las condiciones para tratar todo esto, y por lo tanto habrá que esperar para ver qué ocurre con la guerra, qué tan rápida o tan larga es y cómo termina de dirimirse.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón







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