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Mujeres Rurales por un Futuro
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12 mujeres se unieron para mejorar sus condiciones de vida y no abandonar el medio agropecuario. Con nuevos cultivos o agregando valor a la producción que ya estaba en curso en sus predios, elaboran mermeladas y conservas sin aditivos. Encuentran dificultades para establecer vías de comercialización. Marianela Parodi y Verónica Gómez.
EN PERSPECTIVA
Lunes 31.03.03, 10.15.
EMILIANO COTELO:
En estos tiempos recientes que han sido tan complicados para los productores rurales han surgido varios esfuerzos grupales muy interesantes. Varios de ellos enfocaron en buscar nuevos rubros que le permitieran a una familia complementar lo que ya estaba haciendo para poder obtener nuevos ingresos sin tener que dejar el medio rural.
Uno de esos ejemplos está aquí, en el departamento de San José: el grupo Mujeres Rurales por un Futuro (MRF).
Están aquí Marianela Parodi, presidenta, y Verónica Gómez, secretaria de MRF. Ustedes son productoras aquí en San José, en la zona de Libertad.
VERÓNICA GÓMEZ:
Sí, en la zona de Libertad, en la ruta 1, kilómetro 46.
EC - ¿Cómo definen al grupo Mujeres por un Futuro?
VG - El grupo empezó hace seis años. Comenzamos con un fin más bien social, que era reunirnos, estar juntas, compartir un momento, y después comenzó la especialización, empezamos a hacer cursos, a interesarnos por los envasados para poder envasar los productos que nosotras mismas producimos en la zona. Se puede decir que ahí, a parte de lo social, pasó a ser también un poquito el interés económico.
EC - ¿Por qué se propusieron dar este paso?
VG - La situación en el campo es muy difícil, y esta era una forma de poder tener un ingreso extra, aparte de lo que cada una produce en su quinta.
EC - En el caso de ustedes dos, por ejemplo, ¿qué producían esos establecimientos?
VG - En mi casa somos horticultores y producimos todo lo que es verdura, tomates, chauchas... Este año empezamos con frutillas.
MARIANELA PARODI:
En mi caso producimos cultivos cubiertos; tenemos invernáculo, producimos tomate larga vida.
EC - Se decidieron a juntarse ustedes, las mujeres, para encarar otras producciones, para trabajar junto a los esposos pero en un carril paralelo. Frutilla, por ejemplo.
VG – Sí. En mi caso es la familia la que hace la producción de frutilla. La zona es frutillera, producimos mucha. Nosotras hacemos esto al margen, hacemos un tiempo extra en nuestro día para dedicarnos a la elaboración de los productos.
EC - O sea que en esos establecimientos ya se producía frutilla y ustedes dieron el paso de elaborar mermelada, concretamente.
VG - Darle un valor agregado, claro.
EC - Para eso decidieron juntarse, no hacerlo cada una individualmente.
VG - Actualmente somos 12 compañeras. Nos juntamos porque ya nos conocíamos de antes; somos amigas y vecinas desde antes de tener Por un Futuro. Nos encontramos las 12.
EC - Un rubro es la elaboración de mermelada de frutilla. Tengo aquí otro ejemplo sobre la mesa: pickles.
VG - Sí, pickles mixtos. Tenemos mucha variedad: mermelada de tomate, de durazno, de zapallo; también tenemos productos en almíbar, como zapallo en almíbar, boniato en almíbar... De a poco hemos ido especializándonos en cursos; por supuesto hemos sacado los permisos de Bromatología que exige la Intendencia. De a poco vamos incorporando nuevos productos.
EC - La producción es en la huerta individual de cada una de ustedes y después la cooperativa trabaja para este salto que dan en agregar valor, para la mermelada, para el envasado de pickles, etcétera. ¿Dónde hacen esta segunda producción?
VG - Todas las integrantes estamos muy relacionadas con la escuela de la zona, la escuela rural número 35; hablando con la directora y con un permiso de Primaria pudimos utilizar la cocina de la escuela para elaborar nuestros productos.
EC - ¿Han tenido que adquirir maquinaria, equipamiento?
VG - Sí. Hemos recibido, por suerte, una donación de la FAO, de una paila, que nos ha ayudado muchísimo. Ahora estamos intentando poder tener un local propio.
EC - Concretamente, ¿un local para fabricar?
VG - Y para vender.
EC - ¿Hay alguna posibilidad?
VG - Estamos haciendo gestiones. Nosotros queríamos que fuera sobre la ruta 1 para aprovechar el turismo. Todavía no tenemos nada concreto que podamos decir “Ya está”. Todos hacemos gestiones, conseguimos donaciones...
EC - ¿Cómo viene el resultado para ustedes, según lo que se habían propuesto? ¿Cómo van los ingresos de las mujeres de este grupo?
VG - Los ingresos no son… Trabajamos como una cooperativa y tenemos un pequeño incentivo, que es lo que vamos sacando para nuestros hogares.
EC - ¿Qué quiere decir? ¿Se han fijado un jornal, por ejemplo?
VG - Seguro. La compañera que trabaja más horas, cobra más, y la que trabaja menos horas… Era para llevarnos mejor en el relacionamiento del grupo.
EC - ¿Y qué pasa con lo que ganan por encima del pago de todos esos jornales?
VG - Lo que ganamos por encima lo volvemos a invertir en bollones, siempre estamos invirtiendo en la producción.
EC - ¿Cómo están en materia de mercados; cómo les va con la colocación de los productos?
VG - Vendemos en dos supermercados de Libertad y en eventos a los que nos invitan. Hemos participado en las dos mesas criollas que se hicieron en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu). Yo quería destacar que nuestros productos están avalados por el Latu, los ha testeado. Ahí destacamos la calidad de los productos.
EC - Si tuvieran que vendérselos a un oyente que en este momento está del otro lado del receptor, ¿cómo los defienden, cuál es su principal valor? ¿Por qué comprar estos pickles y no otros; por qué comprar una mermelada de frutilla de ustedes y no otra?
VG – Nuestra mermelada de frutilla es frutilla y azúcar, nada más. No tiene conservantes, no tiene aditivos, no tiene nada agregado: es la frutilla y el azúcar envasada en un bollón de vidrio que también está garantizando, el producto; se hace una esterilización. Los pickles también: es verdura, vinagre, sal y nada más; no tienen ningún conservante. Es una línea artesanal, pero tenemos respaldo técnico, tenemos un ingeniero que nos está orientando, el ingeniero Fernando Filgueira.
EC - ¿Tienen apoyo para capacitación, para elaboración de proyectos, para el manejo empresarial de este negocio?
VG - Sí. Hemos realizado cursos de todo eso que tú dices: de gestión, de marketing, de calidad del producto; sabemos elaborar proyectos, pero siempre es bueno tener el respaldo de un técnico. Tenemos el técnico que te estaba diciendo, financiado por el Programa Uruguay Rural, un programa del Ministerio que justamente atiende a grupos como el nuestro.
EC - Así que por ahora los productos se están vendiendo en supermercados de Libertad, en las exposiciones como las mesas criollas. ¿No llegan a Montevideo?
MP - El tema en Montevideo es el permiso de Bromatología. Nosotras tenemos el permiso de San José.
EC - Que no alcanza para entrar a Montevideo.
MP - Lamentablemente, en cada departamento tenés que hacer un permiso nuevo.
EC - Ese es uno de los misterios que nunca he logrado entender del funcionamiento de Uruguay. ¿Por qué hay un trámite bromatológico en cada Intendencia?
MP - Se supone que si está bien para que lo consuma un ciudadano de San José, también lo está para que lo consuma uno de Montevideo.
EC - Por lo visto no es tan obvio. ¿Y qué pasa con eso: hay un costo alto para entrar a Montevideo, en este caso?
MP – Sí: se cobra por cada producto en unidades reajustables. Ahora estamos en trámite con la Intendencia de Montevideo; también está interviniendo el Ministerio para darnos una mano y ver si se puede bajar un poco el costo, siendo que es un grupo de mujeres rurales con producción artesanal natural. Estamos en eso, estamos en trámite. Próximamente vamos a estar en Montevideo en el Prado, toda la Semana Criolla, del 13 al 20 de abril, con los productos. Desde ya invitamos a todos los ciudadanos de la capital, estamos dispuestas a venderles lo que necesiten.
***
EC - Antes de empezar esta entrevista me decían que no están muy acostumbradas a hablar en una radio. Acá no solamente están hablando por radio, están hablando para este público que las observa; pero se supone que estos son amigos, son todos de acá; me imagino que las tratarán bien, que cuando salgan les van a decir “Estuviste bárbara, clarita; se entendió todo”. Las apoyan, supongo, porque además las conocen, ¿no?
MP - Sí.
EC - Uno de los objetivos de ustedes era mejorar los ingresos sin tener que dejar el medio rural. ¿Están satisfechas? ¿Ese propósito se logró?
MP - Creo que vamos en el camino indicado.
EC - Falta.
MP - Todavía falta.
EC - Todavía están invirtiendo.
MP - Sí, todavía falta, las cosas son muy lentas. Pero creo que vamos en el camino indicado. Se ha reforzado la unión del grupo –eso es muy importante para nosotras– y de a poquito vamos logrando lo que nos propusimos. Como te decíamos recién, el próximo paso es ver si podemos lograr un local y un lugar fijo de venta adonde la gente pueda ir, degustar y comprar los productos.
EC - ¿Hay espacio para más mujeres en este grupo?
VG - Nosotras empezamos abiertas a la posibilidad de que pueda entrar alguien más.
EC - Y desde el punto de vista de los mercados, ¿tienen más capacidad de producción?
MP - Sí, por supuesto que sí; tenemos mucha más posibilidad de producción, el tema es la colocación. Estuvimos, por suerte, participando en Manzanares en el programa Viví el Uruguay Natural; fue muy importante para nosotras por la publicidad y para hacer conocer el producto. Pero lamentablemente son pocos los canales masivos de venta.
EC - Varios oyentes nos preguntan cómo llegar, cómo contactarse con ustedes. ¿Pueden dar un teléfono, por ejemplo?
MP - En la zona de Libertad les podemos dar el 0345-4525 o 0345-5185.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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