09.04.2003






































Leche para Argentina, “pan para hoy y hambre para mañana”

Jorge Guttman (Parmalat Uruguay): ni hay un oligopolio, porque son 15 o 16 fábricas, ni se paga U$S 0,08 el litro a los tamberos. La industria local compra leche todos los días, haga falta o no, aunque muchas veces le hubiera convenido no comprar. Nadie prohibe exportar leche: es Argentina que tiene barreras sanitarias por las que los productores uruguayos deberían pasteurizarla aquí. Las industrias uruguayas podrían pasteurizar y vender leche a granel, pero quedaría el 10% del personal ocupado, y cuando Argentina vuelva a su producción normal, se perdería ese mercado.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 09.04.03, 09.10.


EMILIANO COTELO:
La noticia fue título principal ayer en el diario Ultimas Noticias y desde entonces se convirtió en un centro de interés en el panorama económico y empresarial de nuestro país.

Tres de las cinco industrias lácteas más importantes de Argentina ofrecieron a productores uruguayos comprarles leche a granel en contratos de mediano plazo. La posibilidad de exportar directamente la leche a otros mercados viene siendo gestionada desde hace tiempo por las distintas gremiales de productores.

Ayer, hablando aquí En Perspectiva, el presidente de la Asociación de Remitentes de Leche (ARL), Ubaldo Delgado, indicó que si bien el marco legal ampara esa modalidad, han surgido algunas trabas que han impedido, hasta ahora, concretar ese tipo de negocios.

(Grabación)

“Hay un marco legal que permite perfectamente la exportación de leche, pero nos hemos encontrado con algunas trabas. Hay presiones, hay algunas cosas que no han permitido aún arrancar con este mecanismo de exportar leche fluida. Nosotros buscamos que el productor pueda hacerse de al menos los costos de producción”.

(Fin de la grabación)


Según Delgado, las compañías argentinas que manifestaron su interés comercial están dispuestas a pagar entre 13 y 14 centavos de dólar el litro de leche, mientras que la industria local abona a los tamberos no más de 8 centavos por litro. Delgado explicó que las ofertas tienen, además, otras ventajas:

(Grabación)

“Y con contratos a mediano plazo, de dos y tres años, lo que nos cambiaría totalmente este momento tan deficitario que estamos viviendo.”

(Fin de la grabación)


El presidente de la ARL también señaló que esta posibilidad de negociar ventas directas a Argentina va más allá del tema precios. Dijo que esto permitiría romper el oligopolio que se ha formado en el país entre las empresas Conaprole y Parmalat, un oligopolio que, según Delgado, está ahogando a los productores.

(Grabación)

“La industria dice que no puede. Además nosotros estamos ante el oligopolio de las dos grandes empresas que trabajan en el país. Lejos, entonces, de comportarse como una cooperativa, nosotros decimos que estamos ante un oligopolio de dos empresas que fijan los precios de acuerdo, se traspasan leche de una a otra y el productor siempre es el rehén de los precios residuales.”

(Fin de la grabación)


Así hablaba ayer En Perspectiva el presidente de la ARL, Ubaldo Delgado.

A partir de esas declaraciones, parecía necesario el punto de vista de las dos principales compañías del sector en nuestro país, las dos aludidas por Delgado en sus comentarios, por otra parte. Procuramos hablar con Conaprole y la respuesta que obtuvimos es que por ahora se prefiere no responder a este tipo de manifestaciones. Recurrimos también a Parmalat y el presidente de su directorio, el ingeniero Jorge Guttman, aceptó dialogar con En Perspectiva.

***

Ustedes, Parmalat, son los “nuevos” en el mercado uruguayo. “Nuevos” en términos relativos. ¿Cuántos años hace que operan?

JORGE GUTTMAN:
Nuestra empresa hace 26 años que está en el mercado uruguayo, primero era Lactería SA, y desde hace 10 años es Parmalat. No somos tan nuevos.

EC - Me refería a que en su momento modificaron un mercado en el que Conaprole tenía un peso altísimo.

JG - Sí, es cierto.

EC - Y constituyeron de hecho una alternativa para un grupo importante de tamberos. Resulta que ahora aparece otro tipo de alternativa, concretamente desde la República Argentina: empresas importantes del otro lado del Río de la Plata ofreciendo contratos de mediano plazo a productores uruguayos. ¿Cómo observan esa nueva realidad?

JG - Ante todo quiero manifestar que en lo que se dijo ayer en su audición hay cosas que son ciertas y cosas que no son ciertas. Usted sabe que los números se pueden modificar de acuerdo a cómo se los mire. En primer lugar no es cierto que la industria nacional esté pagando 8 centavos de dólar por el litro de leche; en segundo lugar no es cierto que haya un oligopolio: hay 15 o 16 fábricas que compran leche en Uruguay, aparte de todo el comercio informal que también compra leche, que representa el 20 o 30 por ciento del comercio de leche del país.

Pero quiero puntualizar algunas cosas que son realmente muy importantes. La industria local, toda la industria local, no solamente Parmalat y Conaprole, compra leche todo el año, todos los días, le haga falta o no, tenga vendida o no su producción. Tenemos la obligación de comprar, en algunos casos por ley y en otros porque sabemos que el productor produce todos los días, todos los días ordeña su vaca y todos los días tiene que entregar su leche. Hubo épocas, no hace más de seis u ocho meses, en las cuales a todas las fábricas nos hubiera resultado mucho más cómodo decir al productor “hoy no te recibo la leche”, porque no teníamos vendida nuestra producción. Pero nunca; no conozco un antecedente de que alguna fábrica le haya dicho eso a un productor.

EC - ¿Por qué hace esta puntualización?

JG - Quiero hacer esta puntualización para demostrar, primero que nada, la importancia que tiene para el productor la seguridad de tener toda su producción vendida durante los 365 días del año, sea o no sea necesaria para la fábrica la recepción de esa materia prima y a un precio que a veces es menor y a veces es mayor, pero es un precio que refleja los mercados nacional e internacional.

EC - ¿Usted dice que en estos contratos que se ofrecen desde empresas argentinas eso no estaría contemplado?

JG - No, no estaría contemplado de ninguna manera. Ya hay antecedentes: cinco o seis años atrás una empresa argentina se instaló en la ciudad de Paysandú, donde estuvo un año y dejó de comprar porque bajó el precio de la leche en Argentina; empezó a sobrarle leche y ya no le convino más tener esa planta de recepción. Tenemos ejemplos de las mismas fábricas argentinas que hoy están comprando aquí, que en un momento determinado, cuando no les hizo falta más leche, de un día para el otro dejaron de recibírsela a los propios productores argentinos. Los productores no tienen en cuenta eso, lo que significa para un productor lechero tener la certeza de que tiene todos los días colocado su producto. Creo que en los últimos 30 años no debe haber existido un día en el que no se le haya recibido a un productor toda la leche.

EC - Pensé que eso podía estar contemplado en estos contratos que se ofrecen, en la medida en que se habla de contratos de mediano plazo.

JG - Habría que ver a qué llaman mediano plazo, porque un productor va a producir en los próximos 10, 15, 20, 30 años, no sólo en los próximos uno o dos años, plazo que dicen que van a tener los contratos (cosa que todavía no he visto y dudo). Creo que Argentina, como cualquier otra empresa, está tratando de comprar leche en este momento, porque le falta, y está ofreciendo precios en algunos casos superiores a los que está pagando a los propios productores argentinos. Porque no es lo mismo comprar la leche que les falta que comprar el 100 por ciento de la leche. Por la que le falta uno puede pagar un precio tal vez superior al que está pagando a sus propios productores, que es lo que está pasando en este momento.

El otro tema es el problema del precio. Nuestra empresa –y tengo entendido que el resto de las empresas también– está pagando entre 11 y 13 centavos de dólar el litro de leche a todos los productores que nos remiten. No sé de dónde sale eso de los 8 centavos de dólar, da la sensación de que están siendo explotados por las empresas uruguayas y no es así. Hay que tener en cuenta que la leche se paga por calidad, por contenido en proteínas y por contenido en grasa, entonces hay productores que están cobrando 10,5, 11 centavos de dólar y otros que están cobrando 13 o 13,5 centavos de dólar, de acuerdo a la calidad y al contenido proteico y de grasa de su leche. Lo de los 8 centavos de dólar no existe, no conozco a nadie que esté pagando ese precio en este momento en Uruguay. Eso desvirtúa completamente la manifestación de este señor –que no tengo el gusto de conocer– que ayer habló en su emisora.

EC - Usted dice que se está pagando entre 11 y 13 centavos de dólar el litro de leche. ¿A qué tipo de leche se refiere?

JG - Al promedio. Acá se paga parte como leche de cuota, que tiene el precio fijado por el Poder Ejecutivo, que se paga a casi 15 centavos de dólar el litro y es alrededor del 21 por ciento del total de la leche que se compra, y parte como leche industria, que se paga de acuerdo a lo que cada industria decide. Ese promedio del total de la leche que envía el productor está dando entre 11 y 13 centavos de dólar el litro, es lo que en este momento les están pagando a los productores todas las empresas uruguayas, no solamente nosotros. Entonces no entiendo por qué se tergiversa para dar la sensación de que están siendo explotados por las empresas uruguayas.

EC - Ese es un punto crucial, porque si los que usted manifiesta son los valores que se está pagando, la diferencia con lo que ofrecen las compañías argentinas prácticamente no existe.

JG - No existe. Por otro lado, las trabas que según ellos les están poniendo, tampoco existen. El organismo argentino de control, el Cenasa, que podría ser la contraparte de lo que aquí es el Latu, impuso que la leche que entra a Argentina tiene que ser pasteurizada y enfriada para poder entrar. Son barreras sanitarias que cada gobierno tiene derecho de poner y que nuestro gobierno también pone para los productos lácteos que entran del exterior. Entonces las barreras que existen no están puestas ni por la industria uruguaya ni por el gobierno uruguayo, sino por el gobierno argentino, que es soberano y tiene derecho a poner barreras sanitarias para la entrada de leche. No es que exista una prohibición de exportar leche, simplemente las condiciones que pone el organismo argentino de control establecen que la leche debe estar calentada y enfriada para evitar cualquier tipo de contaminación, que es normal, del mismo modo que aquí existen barreras para ingresar productos del agro, productos lácteos, productos cárnicos. Esas son las barreras que existen, no son barreras artificiales.

EC - ¿Eso implicaría que los productores que aceptaran vender a empresas argentinas tendrían que crear su sistema de pasteurización?

JG - Exactamente, un sistema de pasteurización, o conseguir empresas que les pasteuricen la leche.

La industria instalada que tiene sus plantas de pasteurización podría hoy perfectamente exportar leche. Lo que pasa es que todos tratamos de exportar productos con el mayor valor agregado posible. No hay que olvidar que en la industria nacional deben trabajar no menos de 25.000 o 30.000 personas, que en caso de que desaparezca la leche y todos exportemos leche sin elaborar… En el caso de nuestra empresa, que tiene 350 personas: si exportáramos leche sin pasteurizar necesitaríamos 20 y todo el resto quedaría sin trabajo. Conaprole tiene 2.000 personas y seguramente con 150 o 200 podría exportar toda la leche y el resto quedaría sin trabajo.

Por otro lado, en general las empresas tenemos compromisos internacionales, por lo menos la nuestra está exportando en este momento casi el 70 por ciento de la leche que recibe a países africanos, a Rusia, Georgia, México, Brasil... a distintos países. Tenemos compromisos ya tomados, mercados que nos costó muchos años crear, a los que enviamos productos con mucho valor agregado, que nos sirven en este momento y en primavera, cuando los productores tienen mucha leche y no saben qué hacer con ella. Seguramente van a tener problemas para que se la reciban como leche cruda o simplemente pasteurizada en otros países.

EC - De todos modos, independientemente de las cifras, que por lo visto tal cual se manejaron en la entrevista de ayer son muy discutibles, independientemente de que sean 8 o 12 centavos, lo que está claro es que para los productores lo que están recibiendo hoy es poco. En eso coinciden todos, en que hay un problema con el precio que se les está pagando.

JG - La industria no tiene más remedio que trasladar los precios a los cuales puede colocar sus productos. Nosotros somos tomadores de precios en el mercado internacional, somos menos del 1 por ciento del mercado internacional de productos lácteos, tenemos que vender a los precios que podemos conseguir en el exterior. Y tenemos que trasladar esos precios de la mejor manera posible a los productores, cubriendo los gastos de nuestra empresa.

El año pasado, cuando los precios internacionales habían caído por debajo de los de los últimos 20 o 25 años, estábamos pagando la leche a los productores, a pesar de que también era poco, muy por encima de lo que podíamos haber pagado. Pero sabíamos que no podíamos terminar con la producción porque nosotros sin los productores y sin la leche no podemos existir. El año pasado estábamos pagando 8 o 9 centavos de dólar, como dice este señor; pero este año, con la mejora de los precios internacionales, hemos podido llegar a los 11, 12 o 13 centavos de dólar, que es el promedio que estamos pagando en este momento. Posiblemente todavía sea poco, pero a un productor que trabaja bien, que no tiene deudas muy grandes con los organismos de crédito –ahí ya es casi imposible– ya le permite cubrir sus gastos perfectamente.

EC - ¿Cómo está la relación comercial con la República Argentina en este sector? Porque la otra pregunta que surgía escuchando las declaraciones de ayer del presidente de la ARL era: si está esa posibilidad de vender leche fluida a Argentina en este momento, y más con este dato que usted agrega, que las normas sanitarias de la Cenasa requieren que la leche ingrese ya pasteurizada, ¿por qué no están exportando las compañías, las industrias uruguayas a sus pares argentinas?

JG - ¿Leche pasteurizada o leche ya procesada, productos lácteos?

EC - Concretamente, en este caso, leche fluida.

JG - Porque tenemos que dar el mayor valor agregado a nuestros productos para poder darle trabajo a la gente en Uruguay, para que la gente no tenga que irse. Tenga en cuenta que la mayor parte de la industria láctea está instalada en el interior, estamos dando trabajo a mucha gente en el interior. Si exportáramos la leche solamente pasteurizada no necesitaríamos esa gente para trabajar.

En segundo lugar, tenemos ya tomados compromisos internacionales desde hace muchos años, clientes que colocan nuestros productos en países tan lejanos como Georgia, México, Senegal, Sudáfrica, países árabes, adonde estamos exportando desde hace muchos años y con más intensidad en los últimos años, desde que Brasil desapareció como mercado fluido. Tenemos que cumplir con ellos, es un capital que tiene el país que no podemos perder, tenemos la obligación de mantenerlo porque el comercio de leche fluida para Argentina es pan para hoy y hambre para mañana. Argentina normalmente produce muchísima más leche de la que puede consumir y exporta. En este momento, por los precios bajos que tuvo el año pasado, y por la situación caótica que se vivió con un consumo interno que había bajado casi 40 por ciento, falta leche en ese país; pero puede tener la cantidad que necesita y mucho más en pocos meses o en un año. ¿Qué van a hacer después?

EC - Mi pregunta apuntaba a si existían remanentes que Parmalat o Conaprole pudieran exportar como leche fluida. Implícitamente usted está diciendo que no.

JG - En este momento estamos en la época de menor producción de leche, la cantidad importante se produce en los meses de agosto a diciembre. En este momento estamos recibiendo mucho menos que en los meses de zafra. Entonces, realmente, con los compromisos internacionales que tenemos, nos resultaría imposible desviarla para exportarla sin procesar.

EC - ¿Sí existen posibilidades de exportaciones de leche en polvo o leche larga vida? Leía ayer que Conaprole está concretando algunos negocios en este último rubro.

JG - Sí, exactamente, me parece muy bien. Es un producto con mucho más valor agregado. Estamos poniendo productos en los supermercados argentinos, brasileños, mexicanos, eso es lo que estamos haciendo las industrias y creo que es lo importante para el país. Lo importante es lo permanente, para industrias con el enorme capital instalado en toda la industria láctea, de activos fijos, lo importante es tener colocados productos de alto valor agregado para su permanencia, y no aprovechar un momento donde en Argentina faltó leche y mandarla sin procesar. Para eso toda la infraestructura de la industria lechera en Uruguay no haría falta. Es una realidad, ya está y están los miles de trabajadores que trabajan en ella.

EC - Pero concretamente, en el caso de Parmalat, ¿también están surgiendo negocios puntuales de exportación de leche larga vida, por ejemplo, debido a esta escasez que se está dando en Argentina?

JG - Por supuesto. Lo que pasa es que a nosotros nos conviene más exportar queso, leche en polvo o preparaciones alimenticias que leche larga vida. Pero también podemos exportar leche larga vida, sí.

EC - ¿Falta algún otro elemento a considerar en este debate, tal cual ha quedado planteado entre ayer y hoy?

JG - Creo que sería muy importante que los productores tomen conciencia de lo que significa la cooperación que tiene que haber entre la industria y la producción. Los otros rubros del agro pueden tener... Si tienen cría de ganado y no lo venden, pueden tenerlo un mes más, dos, tres meses más; si hace agricultura puede cosechar y tener guardada la cosecha hasta el momento en que le convenga vender. El productor lechero no tiene más remedio que ordeñar y entregar ese mismo día su leche.

Quiero llamar a la reflexión al productor lechero: que no se deje ilusionar por un momento en que a lo mejor puede sacar algún centavo más por su leche; tiene que pensar en la permanencia y en lo que significa la seguridad que tiene de la industria uruguaya que le recibe todos los días su leche, la precise o no, pueda venderla o no. Creo que es muy importante que el productor lo tenga en cuenta.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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