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BUSH Y SHARON, IDÉNTICA VISION DE LA “LUCHA CONTRA EL TERRORISMO”
Después de Irak, Siria en el centro de la escena
Corresponsal Ana Jerozolimski: Ya antes de la guerra Sharon había acusado a Siria de albergar a terroristas, esconder arsenal bélico de Irak, incluso armas no convencionales. Al menos por ahora no se habla de un ataque. Y Siria lo desmiente, pero los propios grupos palestinos que atentaron contra blancos civiles en Israel (por ejemplo Jihad islámico) después emitieron comunicados desde sus comandancias en Damasco reivindicándolos y prometiendo más. Respecto a las armas, la política israelí es decir que el verdadero problema es en manos de qué regímenes se encuentran.
EN PERSPECTIVA
Jueves 17.04.03, 09.05.
EMILIANO COTELO:
La guerra en Irak está llegando a su fin, pero Medio Oriente continúa siendo foco de tensiones. Con la parte militar ganada, Washington enfocó ahora sus críticas a Siria, país al que acusó de ser un “Estado terrorista” y de poseer armas químicas. De inmediato recibió el respaldo de su principal aliado en la región: Israel. El primer ministro Ariel Sharon acusó al presidente sirio, Bachar al-Assad, de ser “peligroso” y pidió a Washington que ejerza “presiones muy fuertes sobre Siria”. Siria, por su parte, retrucó proponiendo en Naciones Unidas que Medio Oriente sea declarada zona sin armas de destrucción masiva.
¿Cómo afecta toda esta escalada las posibilidades de paz en Medio Oriente? ¿Qué panorama se avizora a corto plazo, a poco tiempo de que se divulgue el plan de paz impulsado por Estados Unidos para terminar con el conflicto israelo-palestino?
Vamos a dialogar con nuestra corresponsal en Jerusalén, Ana Jerozolimski. ¿Cómo se está viviendo por estas horas este aumento de las tensiones entre Israel y Siria, sobre todo mirando los antecedentes históricos de enfrentamientos entre los dos países?
ANA JEROZOLIMSKI:
En estas horas quizás con relativa calma porque estamos realmente en medio de las Pascuas; es feriado, se siente un ambiente especial. Pero dejando eso de lado, podríamos decir que es una segunda etapa de este proceso que empezó con la guerra en Irak. Yo diría que no se viven aquí con sorpresa, por cierto, las acusaciones que el primer ministro Ariel Sharon lanzó contra Siria en una entrevista que concediera a la prensa israelí hace pocos días. Tú mencionaste parte de los conceptos que proclamó allí, acusaciones por ejemplo de que alberga organizaciones terroristas, de que escondió arsenal bélico de Irak, incluso armas no convencionales. Son acusaciones que Sharon había lanzado contra Siria ya antes de estallar la guerra en Irak, quizás podamos decir que es hasta natural que las haya reiterado hace pocos días en estas entrevistas especiales concedidas –dicho sea de paso– con motivo de Pesaj, de la Pascua judía. Por supuesto, los antecedentes, el marco general en el cual estas acusaciones son lanzadas por Sharon van mucho más allá de la dinámica creada por la guerra en Irak; no hay paz entre Israel y Siria, hay una profunda desconfianza y las acusaciones no se refieren sólo al tema iraquí, a haber escondido supuestamente armas de Irak, a haber dado refugio quizás a miembros del régimen de Saddam Hussein que escaparon de Irak, sino acusaciones relativas a otros temas no menos problemáticos en la dinámica entre Israel y Siria.
EC - Ayer leía un artículo de The Observer británico, publicado por el diario Clarín de Buenos Aires, en el que se señala, de acuerdo a fuentes del Departamento de Estado de Estados Unidos, que “Israel participa de los (supuestos) planes para atacar a Siria”. ¿Qué se sabe de esto en Israel?
AJ - Ante todo te diré que cuando se habla en forma muy tajante, muy categórica de esta segunda etapa de la tensión o la atención centrada en Siria no necesariamente se habla de un ataque bélico, al menos no por ahora; realmente el ambiente aquí no indica que se esté yendo a eso. No sólo porque ahora fuentes en Damasco, incluso el embajador de Siria en Estados Unidos, sino otras fuentes del propio gobierno sirio están destacando en forma positiva que exista la posibilidad de que Colin Powell viaje a Damasco para aliviar la tensión y se acerquen las partes, sino porque realmente hay otras opciones, otros matices que cubrir antes de llegar a un enfrentamiento bélico.
En la entrevista a la que hacíamos referencia, que concediera Sharon a la prensa israelí, por un lado exhorta, sí, categóricamente, a que Estados Unidos ejerza presión fuerte sobre Siria, pero por otro lado también aclara explícitamente que no se refiere necesariamente a un enfrentamiento bélico, que hay varias cosas para hacer antes, por ejemplo presiones de orden político, presiones de orden económico. En este sentido de que Israel apoya directamente la posición que ha estado adoptando Estados Unidos, yo diría que quizás esta posición de ahora de Estados Unidos es algo posterior a la posición que siempre expresó Israel de que hay que presionar a Siria. O sea que no necesariamente se está hablando ya de una guerra, no creo que Israel ni Siria tengan interés ahora en un enfrentamiento bélico.
EC - Bueno, pero teniendo en cuenta justamente lo que tú decías, que Israel bastante antes que Estados Unidos había hecho este tipo de pronunciamientos y había marcado estos señalamientos con relación a Siria, la pregunta siguiente podría ser cómo se observa lo que sería una influencia fuerte de Israel en el gobierno estadounidense?
AJ - Creo que es ir demasiado lejos hablar de una influencia israelí en el gobierno estadounidense. En este caso concreto de lo que Estados Unidos presenta en términos globales como la lucha contra el terrorismo –y sabemos que a veces también los términos son discutibles–, casi como guerras, aunque incruentas entre diferentes sectores del mundo, en este sentido ambas partes, la administración Bush y el gobierno actual de Israel, sí ven en forma casi idéntica lo que se refiere a toda esta “lucha contra el terrorismo”. Lo digo entre comillas porque hay discusiones sobre cuáles deberían ser los blancos primeros a ser atacados, si es que realmente se está combatiendo el terrorismo. Pero de todos modos, en la lucha actual contra los –llamémosles— regímenes peligrosos por su apoyo al terrorismo, por tener armas no convencionales y tratarse de regímenes autoritarios, no de democracias, la administración actual de Estados Unidos y el gobierno actual de Israel ven en forma idéntica la situación, al menos hasta ahora. Pero pienso que sería exagerado hablar de una influencia del gobierno israelí sobre el gobierno estadounidense. Creo que hay aquí una nutrición mutua por un enfoque muy específico, ideológico y práctico de la situación actual. Yo creo que en el momento en que surgen discrepancias esas influencias desaparecen.
EC - El primer ministro Sharon marcó incluso algunos puntos que Estados
Unidos debería exigir a Siria. Uno de ellos es terminar con los grupos considerados terroristas, como el Hezbollah chiíta libanés, que actúa desde la frontera del Líbano apoyado por Siria y la Jihad islámica; otro es que Siria deje de cooperar con Irán para enviar armas a la Autoridad Palestina o a grupos palestinos antiisraelíes.
AJ - Así es. A eso me refería cuando comentaba las posiciones de Israel sobre ese tema; de hecho son anteriores a las posturas que está adoptando ahora Estados Unidos. Fuentes del gobierno de Sharon dicen que ahora Estados Unidos comprendió lo que Israel estaba diciendo desde hace tiempo; aunque la terminología en ese sentido también cambia según quién analiza la situación. Son exigencias que Israel realmente presentaba desde hacía mucho. Tú mencionas estas dos; hay otra que quizás sea la original: que Siria deje de ser la base, la sede de las comandancias centrales de 10 grupos palestinos conocidos como el Frente de Rechazo, grupos que siempre se opusieron a las negociaciones de paz (ahora lamentablemente inexistentes) entre Israel y la Autoridad Palestina, pero que en la época en que sí existían, cuando Yasser Arafat como jefe de la OLP iba al frente del proceso de paz del lado palestino, y el lamentablemente luego asesinado Isaac Rabin lo hacía en nombre de Israel, esos grupos no discutían tal o cual posición adoptada por Arafat sino que lo calificaban de traidor por el solo hecho de estar negociando con Israel. Y sus comandancias centrales están en Damasco.
Hace unos días leí un cable de la cadena SER que citaba al embajador de Siria en España, diciendo que toda esa acusación que Estados Unidos está lanzando, de que se alberga a comandancias de grupos radicales palestinos, es un invento; que eso no es verdad. Pero yo diría que está realmente confirmado: no es cuestión de algo que puede ser foco de discusión entre Estados Unidos y Siria. Aunque ahora Siria lo desmiente, de hecho los propios grupos palestinos, algunos de ellos, cuando perpetraron atentados contra blancos civiles en Israel, después de los atentados a menudo emitieron comunicados directamente desde las comandancias en Damasco. Son especialmente claros los casos de los atentados del Jihad Islámico, su jefe emite desde Damasco los comunicados reivindicando y prometiendo más son citados por Reuters y a veces por otras agencias.
EC - ¿De modo que lo que hay que esperar es que, a partir de cómo se procedió con Irak, se inicien ahora gestiones diplomáticas con el gobierno de Siria para modificar este tipo de factores, con la amenaza de que se puede atacar militarmente y de manera fulminante?
AJ - Pienso que la etapa de presión diplomática es inminente, si es que no se puede decir que ya ha comenzado. Hace pocos años, Turquía ejerció presiones sobre Damasco porque Siria permitía que desde su territorio operara el líder kurdo Abdala Ochalán –que ahora está preso en Turquía–, presiones que fueron entendidas como “si no hacen esto, nosotros haremos lo otro”. Al parecer Siria captó el mensaje y entregó a Abdala Ochalán a los turcos. Con ese antecedente Estados Unidos seguramente puede analizar la situación comprendiendo que hay elementos que justifican, por supuesto, presionar diplomáticamente, creo que es el interés de Estados Unidos y también de Israel.
No olvidemos que también hay frontera entre Israel y Siria. Se hablaba de la amenaza de Irak sobre Israel desde el punto de vista misilístico, aunque no se concretó ningún ataque (en el 91 sí, hubo 39 misiles). A diferencia de esa amenaza, la de Siria es más inmediata porque hay frontera y los misiles que están en poder de Siria son capaces de cubrir la totalidad del Estado de Israel, del territorio israelí desde donde sea que se disparen. O sea que existe el interés de agotar el recurso diplomático.
Tú mencionas el antecedente de Irak, y por supuesto recuerdo que en uno de los cursos de la universidad que tomé hace muchos años, llamado Guerra y Estrategia, se decía que la disuasión o el poder disuasivo de un país es tal si realmente tiene efecto antes de tener que abrir fuego. Estados Unidos ya lo abrió en Irak y espera que eso sirva como antecedente disuasivo para las próximas etapas de lo que presenta como la “guerra contra el terrorismo”.
EC - No sólo abrió fuego: tiene sus fuerzas militares desplegadas en la zona, es un contingente evidentemente importante.
AJ - Por supuesto, y ahora cuando ya se puede hablar del fin de las hostilidades en el sentido clásico de la palabra, de la guerra como guerra en sí, cuando ya terminó esa etapa, vemos cuántos desafíos difíciles hay por afrontar, con los que hay que lidiar para que realmente Irak emprenda un nuevo camino con o sin fuerzas de ocupación de Estados Unidos. Los problemas son muchos.
EC - A partir de la evolución en la actitud de Estados Unidos respecto a Irak, el pronóstico de muchos es que esto no va a terminar necesariamente por la vía diplomática sino que va a culminar con el cambio de gobierno en Siria, por la fuerza o no, pero con la consolidación en ese país de un régimen, un sistema, un poder más afín a los intereses de Estados Unidos y en este caso también de Israel. Y a su vez, teniendo en cuenta incluso los planteos que algunos actuales funcionarios del gobierno de Estados Unidos han hecho en el pasado, sobre la necesidad de ir a un reordenamiento de toda la zona, la pregunta es si no va a venir ese paso con Siria y después con otros países de Medio Oriente, si la intención no es ir a toda una reforma de esa zona del mundo desplazando a los gobiernos hostiles. ¿Cómo se observa eso desde Israel?
AJ - En mi opinión, habiendo leído mucho sobre eso, tanto sobre el trasfondo antes de la guerra como sobre las reacciones de múltiples figuras durante la guerra y cuando cayó el régimen de Saddam Hussein, la intención no es… o sea, sí reformar el sistema en cuanto a la posibilidad de que se abra el camino de la democracia y que no sean regímenes autoritarios los que gobiernen prácticamente toda la zona; pero creo que en el caso concreto de Siria la intención no es tirar abajo el régimen sino lograr cambiar la política.
En el caso iraquí la situación era muy especial: estaba más concentrada en el tema personal de Saddam Hussein; había una historia de fondo muy compleja que al parecer hacía pensar a Estados Unidos que con él no iba a haber ninguna posibilidad de acción, de cambio, de avance. En el caso de Siria creo que Estados Unidos todavía tiene la esperanza de cambiar la visión, el enfoque del presidente sirio, quizás porque se lo considera un presidente muy joven. Yo no soy quién para decir qué presidentes o jefes de Estado tienen hoy experiencia: estoy comentando lo que se dice a nivel de muchos expertos, de analistas de la situación en Oriente Medio, que en parte consideran que la política que adoptó Siria –dar refugio a grupos radicales y más que nada la posición realmente hostil y muy militante que adoptó en cuanto a la situación en Irak– en parte es producto de las concepciones básicas del presidente que, si bien estudió en Londres (es oftalmólogo educado en Occidente), podemos decir que la cuna de su educación fue la casa de su padre, el presidente fallecido años atrás. Pero otra parte de la explicación del porqué de esa línea radical es el hecho de que no tiene suficiente experiencia, que quizás no se siente lo suficientemente seguro en su silla de presidente sirio, y adopta políticas que quizás no evalúa correctamente que pueden conducir a situaciones negativas para Siria. También en ese sentido se lo ve aquí en Israel.
Respecto a si acaso la intención es hacer un cambio en Oriente Medio, leí muchas reacciones tanto de figuras oficiales árabes como de ciudadanos de la calle, algunas las capté yo misma, las grabé en los territorios autónomos palestinos, y otras las leí de agencias que seguramente tú habrás recibido. Es interesante cómo paralelamente al enojo y la furia del mundo árabe en general (hay matices, pero hablemos en términos un poco generalizadores) por el hecho de que Estados Unidos esté en la zona, por el hecho de que haya derribado a un régimen árabe, había quienes, con ojos abiertos, decían “Bueno, no nos gusta, están los estadounidenses aquí, pero pensemos por qué pasa esto”. Creo que era un médico libanés citado por una agencia noticiosa extranjera que decía “¿Por qué no vemos tropas de Estados Unidos en Finlandia y sí las vemos en Irak? Porque en Finlandia hay democracia”. Mencionaba a Finlandia, por supuesto, como un ejemplo así nomás. “En esta zona estamos llenos de regímenes así y cabe suponer que las estatuas que caen o que van a caer no serán solamente la de Saddam Hussein en la plaza del centro de Bagdad sino que habrá otras de otros gobernantes árabes en la zona, porque hay otros dictadores como él”. Son citas de ciudadanos árabes conscientes de esta problemática paralelamente a su enojo por el hecho de ver soldados estadounidenses en la zona.
EC - Lo más nuevo en esta pulseada Estados Unidos-Siria, Israel-Siria es esta presentación ayer, por parte el gobierno sirio en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de un proyecto de resolución para que Medio Oriente se convierta en una zona libre de armas de destrucción masiva. Un tiro por elevación contra Israel, ¿no?
AJ - Sí, evidentemente en esos términos es explícito, no sólo esa presentación de Siria en Naciones Unidas: creo que también el embajador de Siria en Estados Unidos habló del tema diciendo claramente “¿Qué nos dicen a nosotros si Israel tiene armas nucleares?”.
EC – Además, Israel no es firmante de convenciones contrarias a la posesión de armas de destrucción masiva.
AJ - Ahí está. Hay otra convención del 93 contra armas químicas que fue suscrita por Israel, aunque nunca la ratificó; Siria por supuesto ni la suscribió ni la ratificó. Este es uno de esos temas que se dieron siempre como hechos consumados: todos dan como un hecho que Israel tiene poderío nuclear. Israel nunca lo admitió; su política oficial, la frase formal fue siempre que Israel no sería el primero en introducir armas nucleares en Oriente Medio. Durante mucho tiempo hubo una política en nebulosa, apuntando, más que nada, a lo que hablábamos antes, al efecto de disuasión: “Bueno; si creen que tenemos, pues que crean”, dicen muchos israelíes, “para que eso sirva como autoprotección”.
Israel nunca lo admitió y los árabes lo dan como un hecho. No sólo el mundo árabe sino muchos actores en la arena internacional presentan como un hecho que Israel tiene armas atómicas. Aquí hay israelíes que dicen –fuentes allegadas al gobierno, no gente de la calle– que Siria con esta propuesta adoptó la táctica de que la mejor defensa es un buen ataque cuando se sentía atacada por Estados Unidos; que ante las acusaciones de que tiene armas químicas y biológicas lanzó esta propuesta tratando de desviar la atención hacia Israel. Por supuesto, siempre suena muy bien hablar de tratar de liberar, de limpiar totalmente Oriente Medio de armas de destrucción masiva, pero uno de los elementos de la política israelí es decir que el problema no son sólo las armas no convencionales sino en manos de qué regímenes se encuentran y cuál es la situación general. Como no hay paz en la zona desarmarse totalmente es un problema, al menos cuando los que tienen el control de esas armas son regímenes autoritarios.
Hace poco entrevisté a un analista en política internacional que había sido asesor del primer ministro Nethanyau en su momento, y le pregunté sobre este tema, si acaso hay acusaciones contra Israel cuál es la diferencia con respecto a lo que se vivía en Irak. Él decía que hay diferencia cuando se habla de un régimen democrático, con un sistema de controles y pesas de frenos y cuando hay armas no convencionales en manos de regímenes dictatoriales que no son democracias sobre los cuales es mucho más difícil tener control.
EC - ¿Qué es lo que se supone que va a ocurrir con este trámite en Naciones Unidas?
AJ - Es difícil saberlo, yo creo que ya fue aprobado o presentado el borrador. No he oído todavía una reacción oficial de Israel a ese plan. Conociendo la dinámica de fondo, no algo específico que se haya dicho sobre ese tema (quizás me perdí alguna declaración, aunque creo que no), supongo que desde el punto de vista israelí, las exigencias que presentó Sharon a las que hicimos referencia, no son presentadas como condiciones, como temas de negociación a cambio de tal o cual convención. Sharon no va a aceptar que eso aparezca en un lado y por otro aparezca este borrador que presenta Siria en las Naciones Unidas, Sharon va a decir, supongo, que son temas ineludibles que deben ser cumplidos como base para poder hablar de algo y que sin que haya diálogo de paz todas las demás cosas por ahora resultan irrelevantes.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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