22.04.2003




































“PRIMERO ESTA LA DECISION DE VOLVER. DESPUES, CADA AÑO, LA DE QUEDARSE”

Capacitado en el exterior, volvió al país y trabaja en optimizar la producción láctea

El aporte académico y técnico que hace el Ing. Agr. Pablo Chilibroste para mejorar la nutrición del ganado lechero fue reconocido por la B`nai B`rith del Uruguay, que le entregó la segunda edición de su premio “Luz y Verdad”. “Las particulares condiciones de alimentación de los rumiantes en Uruguay no son comparables a las de otros sistemas, pero no están suficientemente estudiadas”, dijo. Su propuesta de cambio no requiere otra dotación de insumos. Se apuesta a trabajar con los recursos disponibles, orientando el proceso para mejorar su resultado.

EN PERSPECTIVA
Lunes 21.04.03, 09.05.


EMILIANO COTELO:
A menudo nos enorgullecemos ante los éxitos de científicos uruguayos que desarrollan su carrera en el exterior; pero tal vez no destacamos de la misma manera a aquellos científicos compatriotas que, en estos tiempos tan difíciles, tomaron la decisión valiente de volver al país para poner los conocimientos que adquirieron afuera al servicio de la actividad productiva adentro.

En esa dirección, justamente, apunta el Premio Luz y Verdad, que entrega anualmente la organización B'nai B'rith Uruguay. Este año el jurado estuvo conformado por el decano de la Facultad de Agronomía, ingeniero agrónomo Gonzalo Pereira, el decano de la Facultad de Veterinaria, doctor Alberto Cirio y el presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay, Latu, ingeniero Ruperto Long.

Y el premio recayó en el ingeniero agrónomo Pablo Chilibroste, un hombre de 41 años que fue distinguido por su aporte científico al mejoramiento de la producción lechera en nuestro país.

Esta mañana vamos a aprovechar este premio para conocer a uno de esos anónimos investigadores uruguayos. Chilibroste nació en Montevideo el 26 de octubre de 1961...

En 1985 se recibió de ingeniero agrónomo con orientación agrícolo-ganadera en la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República; se ubicó en el sexto lugar en el ranking de su generación.

Entre 1992 y 1993 realizó un master en Producción Animal en la Pontificia Universidad Católica de Chile; entre 1995 y 1999 estudió en la ciudad de Wageningen, Holanda, donde realizó un doctorado en la Universidad de Agricultura. Luego regresó a Uruguay para continuar desempeñándose como docente e investigador de la Facultad de Agronomía.

Hace pocos meses fue nombrado por el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República como director de la Estación Experimental Mario Cassinoni que la Facultad de Agronomía tiene en el departamento de Paysandú.

¿Cómo se dio su vinculación con la actividad del sector lácteo? ¿Es anterior o posterior a su formación en el exterior?

PABLO CHILIBROSTE:
Es anterior. Después de recibirme hice una serie de actividades, y en 1988 concursé por un cargo en la Facultad de Agronomía, en producción de leche.

EC - ¿Por qué la cadena láctea?

PC - Desde que egresé de la Facultad de Agronomía y comencé a trabajar siempre me atrajo la producción de leche en el sector primario, que es donde trabajamos nosotros, en los tambos, porque integra mucho de la agronomía: hay que manejar la parte de suelo, de fertilidad, de fisiología vegetal, de crecimiento del forraje y todo lo que refiere a los animales. Se me hacía muy atractivo trabajar en un sistema de producción que involucra muchos factores, mucho conocimiento; me resultaba muy atractivo desde el punto de vista profesional y después desde el punto de vista académico.

EC - Usted se ha especializado en Nutrición de Rumiantes. ¿Podemos ampliar un poco este concepto que hasta puede resultar gracioso por el nombre?

PC - Clásicamente la alimentación de animales se divide -mal dividida, tal vez- por un lado en los rumiantes, que incluye las vacas, las ovejas y otras especies que no producimos acá, y por otro los no rumiantes, como las aves, los cerdos y todas las mascotas -perros, gatos, etcétera-. El carácter de rumiante tiene una propiedad específica que los hace muy diferentes de los demás: que previo a los estómagos que por ejemplo tenemos nosotros, los humanos, tienen una gran cámara de fermentación, que se llama el rumen, que le da características al proceso de ingerir y sobre todo de utilizar los alimentos muy diferentes de las que ocurren en los otros tipos de animales o en los otros sistemas digestivos, el de los monogástricos; por eso se distingue a los rumiantes. Y en segundo término por la gran importancia que tienen a nivel mundial la producción de carne, leche y lana, que se hace básicamente con rumiantes. Entonces, la comprensión de cómo funcionan los procesos de utilización de alimentos y de síntesis de los productos en los rumiantes acapara la atención de muchas universidades, mucha investigación.

EC - ¿Y a usted por qué le pareció que valía la pena desarrollar su especialización en ese capítulo?

PC - Primero porque en Uruguay los rumiantes son dominantes como especie animal. La lechería es una actividad a mi juicio apasionante; ha crecido mucho en Uruguay. Pienso que Uruguay va a seguir, con más o menos especialización, pero va a seguir siendo en forma importante productor de leche, carne, etcétera, y eso me pareció más que suficiente.

EC - ¿Pero tenemos algún problema en materia de nutrición del ganado con destino a la producción láctea?

PC - Sí, sí; tenemos bastantes problemas. En general, uno encuentra para rumiantes y no rumiantes una asociación muy importante entre lo que produce un animal (cuántos litros de leche en el día o cuántos quilos de carne gana por día), y la cantidad que puede consumir. Es un proceso que ha motivado la atención en los centros de investigación en el hemisferio norte desde hace muchos años, y con mucha intensidad en los últimos 50 años.

En nuestro país, ese proceso -el de conseguir alimento y después utilizarlo para convertirlo en productos de interés para los humanos- básicamente la carne y la leche, tiene una particularidad: que el animal consigue el alimento por sí mismo en lo que llamamos el pastoreo: es lo que la gente ve cuando va al campo y ve a los animales pastando. Eso ya nos diferencia bastante del hemisferio norte, donde en muchos casos llevan la comida a los animales. Y en la lechería en particular tiene una especificidad aún mayor: aparte del pastoreo (es decir de que el animal consigue el forraje yendo a buscarlo a la parcela o pastoreando en forma directa), se suplementa durante parte importante del año con forraje conservado en silaje y granos, lo cual nos da otra característica mucho más diferenciada, ahora también de los sistemas pastoriles clásicos, como los neozelandeses.

El problema para poder manejar es comprender y manejar nuestros sistemas en la búsqueda de eficiencia.

EC - ¿Cuáles son los principales desafíos, los pasos a dar en materia de alimentación de ganado para los productores lecheros uruguayos?

PC - No me ponga en la disyuntiva de dar una charla técnica.

EC - No es la idea.

PC - Lo que es un poco una contradicción y es lo que nos motivó a inclinarnos fuertemente en esta orientación es que, siendo Uruguay un país pastoril, carácter que se quiere resaltar cada vez más, se conoce muy poco (al momento de comenzar realmente encontré muy pocos trabajos) sobre cómo ocurre el proceso de pastoreo en nuestras condiciones, que son muy diferentes de cómo ocurren en Inglaterra, Nueva Zelanda o los países que tienen un poco más de investigación en esta área. En definitiva, qué relación hay entre los atributos de la pastura o del alimento que estamos ofreciendo al animal y la capacidad del animal para obtenerla es un área específica para nosotros. El hecho de que uno le dé suplemento antes o después de ir a comer, también interfiere con ese proceso. Es ahí donde tenemos problemas; no son irresolubles porque la gente de hecho le da de comer al ganado, pero entendemos que hay mucho para mejorar, para ganar, si podemos comprender cómo se regula ese proceso y de qué forma podemos intervenir para lograr un mejor resultado entre lo que está en oferta, lo que efectivamente logra el animal y cómo, con eso que consume, logra sintetizar leche en cantidad y calidad. No sé si resulta claro.

EC - Para que el oyente no vinculado a la cadena láctea entienda un poco mejor, ¿puede manejar algún ejemplo de lo que a partir de sus investigación quizás ya se pueda estar poniendo en práctica en Uruguay en cuanto a la mejora de la nutrición de las vacas con destino a la producción de leche?

PC - Se puede utilizar algunos ejemplos. Básicamente nosotros hemos definido algunas relaciones entre la cantidad de pasto que se le ofrece al animal y lo que puede consumir efectivamente, que es todo un proceso complejo. Uno ve vacas pastando pero la cantidad que comen depende fuertemente de las características del forraje que se les ofrece. Hemos trabajado también en cuál es la mejor forma de hacer esa secuencia de alimentación, es decir a qué hora van al pastoreo, a qué hora consumen el forraje conservado, a qué hora el concentrado; es decir cómo se ordenan esos factores, esos elementos para mejorar la eficiencia. A ese nivel hemos ido generando lo que podemos llamar algunas reglas de alimentación, a la vez de mantener generación de conocimiento, y a mi juicio ahí está lo interesante de lo que hemos hecho. Hemos tratado de hacer una investigación integrada que, al tiempo de generar conocimiento sobre un proceso que es específico de nuestro sistema de producción, que es combinar forrajes con concentrados y con pasturas, genere resultados técnicos o tecnologías de aplicación.

En concreto, lo que hemos ido ofreciendo a los productores a lo largo de estos años son algunas reglas de utilización de los alimentos y de definición del pastoreo que a nuestro juicio mejoran el resultado obtenido, ya sea en la cantidad de producción de leche o en las características de la leche que se está produciendo.

EC - ¿Están disponibles los recursos para avanzar en la optimización de la alimentación del ganado, o se requiere inversiones que los productores uruguayos no están en condiciones de hacer?

PC - Lo que hemos hecho como perfil o como propuesta no ha sido plantear propuestas diferentes, que requieran otra dotación de insumos u otra maquinaria, sino trabajar sobre los insumos o los recursos que tienen los productores, de qué forma podemos orientar ese proceso para mejorar el resultado. Esa es una de las fortalezas de la propuesta: por un lado que se trabajó a nivel académico y técnico a la vez, y por otro que se trabajó desde los problemas reales. En definitiva nuestra investigación ha sido dirigida por los problemas que ya tenían los productores cuando nosotros regresamos; no estamos inventando un escenario nuevo sino trabajando sobre un escenario que había ya en ese momento.

***

EC - Una de las condiciones de este premio era que, para ser candidatos a recibirlo, los profesionales debían estar desempeñándose en el país. La lógica es "de nada le sirve al país, por más destacado en el exterior que sea, un profesional que está poniendo sus conocimientos al servicio de otras sociedades, de otros sectores productivos".

Para alguien tan formado y seguramente con grandes posibilidades de inserción laboral en mercados mucho más "rentables" que el nuestro, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren, ¿cómo fue la decisión de volver a Uruguay?

PC - Es todo un tema. Primero está la decisión de volver y después, cada año, la decisión de quedarse.

EC - Claro, porque no es una decisión tan sencilla, de alguna forma se replantea casi cada año.

PC - Como usted debe estar al tanto, en la Universidad estamos en una situación muy precaria desde el punto de vista salarial y de los recursos. Poder llevar adelante esta investigación, este trabajo, implica todo un arte en la búsqueda y en el armado de pedazos de financiamiento que se va consiguiendo por distintos lugares. Pero voy a su pregunta: yo fui a estudiar, tanto a Chile como a Holanda, siendo docente de la Facultad de Agronomía; cuando salimos al exterior firmamos un compromiso para retornar por el doble de tiempo del que nos fuimos. En mi caso estuve en el exterior entre 1995 y 1998, de modo que tenía que estar acá por lo menos unos seis años. Papeles más, papeles menos para mí la palabra vale en cualquier circunstancia, y eso era el elemento que sacaba de juego cualquier otra opción de quedarse. Como usted dice, efectivamente existen posibilidades y muy buenas. Eso lo tenía claro yo y lo tenía claro mi familia, o sea que nunca nos desviamos del objetivo de regresar; en ese sentido estaba muy bien acompañado.

Una vez que regresamos dijimos: no vamos a volver a Uruguay a quejarnos de lo mal que está el país y mucho menos de lo mal que está la Universidad. Aceptemos que esto es así y tratemos de trabajar en una línea positiva, activa, usando los recursos que teníamos y tratando de conjugar el conocimiento que ya traíamos con el que entendemos que es necesario generar (y ahí tenemos problemas para hacerle entender a otra gente que nosotros también necesitamos conocimiento propio), al servicio de soluciones tecnológicas o de planteos técnicos de uso más o menos rápido o inmediato para los productores. Ese es un balance muy difícil; hemos ido tejiéndolo, por suerte con un equipo importante de gente que se ha ido comprometiendo y ha permitido generar resultados, comunicar resultados a productores; trabajamos mucho con profesionales, también, dando cursos de actualización y de divulgación. Nos ha permitido vinculación en la región con centros, con universidades, con centros de difusión técnica como el INTA y en este caso también nos ha permitido recibir este premio, que recibo yo pero en realidad debería recibirlo todo el grupo que ha estado apoyando esto.

EC - ¿Usted está dedicado sólo a la actividad académica o también directamente en la producción?

PC - En este momento estoy sólo en la actividad académica. En años anteriores hacía algún trabajo de consultoría, básicamente para poder resolver el sueldo hasta fin de mes, pero un amigo mío dice que cuando uno empieza a marchar un poco con cierta velocidad en Uruguay lo primero que hacen es tirarle un ancla; a mí me tiraron la dirección de la Estación Experimental y la abracé, así que estoy cien por ciento dedicado a la actividad académica y a la actividad institucional y comprometido con este trabajo en el que hay bastante gente involucrada y creemos que es de relevancia para el país.

EC - Quienes concurrieron a la ceremonia de entrega del premio Luz y Verdad destacan que hubo una concurrencia muy numerosa en el acto, en particular una presencia fuerte de agentes vinculados a la cadena láctea. Esto da la pauta de que efectivamente usted está muy relacionado con el medio. ¿De qué manera se da su vinculación con la cancha productiva? Por ejemplo usted habló en algún momento sobre la divulgación; han comentado a propósito de su trabajo en programas de radio, en revistas, en seminarios, ¿cómo es esto?

PC - Hago un pequeño paréntesis: qué importancia tiene esta investigación. En enero fui invitado a Brasil a un workshop y había un grupo de franceses que estaban muy interesados en el trabajo que estaba haciendo. Me llamó la atención porque es un trabajo muy específico para nuestras condiciones; les pregunté por qué les interesaba tanto y me dijeron que porque esta es una línea de trabajo con el énfasis puesto en cómo utilizar recursos escasos -que es el problema de los productores, que tienen recursos escasos-, cómo utilizarlos eficientemente, porque es el problema que van a tener en Europa dentro de cinco o seis años si sigue avanzando la desregulación y hay que ir a sistemas menos protegidos, con menos uso de insumos y más uso del forraje.

EC - Ah, qué interesante.

PC - Creo que eso pone un poco más en perspectiva dónde estamos posicionados. En cuanto a la divulgación, nosotros entendimos que en un país sin recursos, como Uruguay, que aporta poquísimos recursos a la investigación (es decir que partíamos de prácticamente cero más algún apoyo local que pudiéramos conseguir), no debíamos trabajar en problemas académicos que sean importantes para nosotros, sino sobre problemas reales, problemas que ya tienen hoy los productores o que nos presentaban en ese momento, haciendo uso del conocimiento científico y generando información. Eso nos dio un vínculo natural; primero organizamos en la Estación Experimental jornadas para productores (hemos estado siempre en el orden de 200 a 250 productores); después dijimos "Fortalezcamos el perfil técnico de los profesionales", empezamos a hacer seminarios de actualización técnica para profesionales a los que también viene muchísima gente -aprovecho para pasar la tanda: el viernes próximo tenemos uno...

EC - ¿A qué hora?

PC - En la mañana. Y desde el año pasado estamos trabajando en un programa con Conaprole, que se ha interesado en esta propuesta. Estamos en el segundo año, que implica muchas actividades de difusión, de seguimiento, de monitoreo de sistemas lecheros, lo cual implica un gran vínculo con actores de la cadena láctea como usted dice, fundamentalmente del sector productivo. También tenemos actividad con las gremiales, sobre todo acá, localmente; hemos organizado foros, el año pasado hicimos un foro de lechería con las instituciones de aquí, con Pili y Claldy, con las asociaciones de productores, con el Plan Agropecuario, tratando de visualizar el desarrollo de la lechería en el litoral norte o noroeste, donde estamos, con sus especificidades. Es decir que siempre hemos tratado y hemos jerarquizado tener un balance entre la actividad académica, que es más encerrada, y actividades no sólo de divulgación sino de captación de problemas, o sea de interacción con quienes son los receptores de nuestro trabajo.

Ese es un elemento. El segundo -no olvide que nuestra principal función es la educación- formamos profesionales, entonces siempre están insertos en este trabajo estudiantes, sobre todo de Agronomía, que también son un nexo y una máquina de multiplicar en ese sentido. O sea que trabajamos con mucha gente.

***

EC - Este premio que usted acaba de recibir destaca el aporte ya hecho, la contribución pasada, pero además pone hincapié especial en la proyección de futuro del profesional al que se distingue. ¿Cuáles son sus perspectivas en este sentido? Hace un rato hablábamos de lo difícil que fue resolver volver y cómo de alguna manera esa determinación se replantea cada año; hoy, si usted mira hacia delante, ¿qué imagina?

PC - Nos hemos acostumbrado un poco a vivir al contado, en toda la extensión de la palabra, y también en el tiempo. Por ejemplo, ahora tenemos una tremenda incertidumbre respecto de las posibilidades de financiamiento para el futuro; lo estamos viendo cada momento, pero le diría que lo que imagino es seguir trabajando fuerte en esta línea, con más amplitud, es decir con más integración en lo académico. Por ejemplo, ya estamos trabajando con un grupo de Veterinaria (que ha liderado Ana Meickle en la relación con nuestro grupo), donde juntamos la producción con la reproducción y el metabolismo. Es novedad para el mundo porque hay muy poca información en nuestras condiciones, en las que nosotros producimos leche, y esta integración nos permite algo que creo ineludible: entrar más fuertemente en todo lo que es calidad del producto, es decir qué características tiene la leche que nosotros producimos; eso es importante para la industria y sobre todo para el consumidor.

Y creo que tenemos que hacer un esfuerzo importante hacia el futuro -y en eso me veo involucrado- por fortalecer los lazos institucionales en la región; tenemos muy pocos recursos, tenemos que usarlos lo mejor posible y si no unimos esfuerzos los que tenemos problemas similares es muy difícil progresar. O sea que en esas direcciones van nuestros esfuerzos, siempre llevados a producir resultados de investigación, a generar técnicas aplicables por los productores y también y sobre todo a mejorar la calidad de la enseñanza, que es el objetivo principal de nuestra actividad.

EC - El premio que usted recibió implica un pasaje a Israel y otro a un país de Europa que usted elija para visitar institutos, empresas, centros de producción relacionados con su especialización. ¿Ya tiene pensado adónde irá en Europa?

PC - No lo tengo totalmente decidido, pero tengo una gran curiosidad por Irlanda. Ya conozco Holanda, Francia, Alemania, etcétera; he estado en Inglaterra, pero creo que tenemos mucho para beneficiarnos mutuamente con los irlandeses, por algunas características de su sistema de producción. Así que probablemente ponga proa hacia ahí.

EC - ¿En Israel mismo hay bases para incrementar su formación o su conocimiento especializado?

PC - Sí, sí; Israel sin duda es uno de los centros de referencia en producción láctea. Lo único es que son sistemas que, excepto la vaca, no tienen ningún punto en común con los nuestros. O sea que desde el punto de vista académico y científico tengo mucho para ganar, pero desde el punto de vista retorno a la parte práctica o tecnología son sistemas que no usan el pastoreo, son todos estabulados. Siempre diferenciamos lo que es la ciencia de lo que es la práctica o la producción; desde el punto de vista científico es una muy buena inversión ir a Israel y desde el punto de vista técnico es una buena inversión ir a Irlanda.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón

Carta enviada tras la entrevista

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