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PARA EL FRENTE AMPLIO EL NEGOCIO DIO PÉRDIDAS POR AL MENOS 200 MILLONES DE DÓLARES
El Senado remitió a la Justicia los negocios de Ancap en Argentina
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Los senadores Enrique Rubio (EP-FA) y Carlos Garat (PN) coinciden en que el anterior directorio de Ancap desoyó las advertencias sobre los pésimos antecedentes de Sol Petróleo, con la que se iba a asociar, y sólo tomó en cuenta el "informe interesado" de un banco que a su vez era acreedor de la empresa. Contrariamente a lo que afirmó el ex presidente de Ancap, Eduardo Ache, ambos senadores sostienen que esos antecedentes y los detalles del negocio fueron ocultados al Parlamento.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 23.04.03, 08.40.
EMILIANO COTELO:
El Senado de la República remitió a la Justicia penal los antecedentes de la investigación sobre los negocios de Ancap en la República Argentina. Este curso de acción fue apoyado por los legisladores del Encuentro Progresista (EP), del Nuevo Espacio (PN) y del Partido Nacional (PN), excepto Guillermo García Costa; votó en contra el Partido Colorado (PC).
¿Qué es lo que la comisión investigadora averiguó, qué es lo que se sospecha? ¿Qué implicancias tiene esto para estos negocios de Ancap en Argentina y para la actividad de empresas del Estado fuera del país en el futuro?
Vamos a consultar a los senadores Enrique Rubio, (Vertiente Artiguista, Encuentro Progresista - Frente Amplio), quien fue el miembro denunciante hace ya varios meses, y Carlos Garat (Herrerismo, Partido Nacional).
Quizás tendríamos que empezar por ubicar a los oyentes en qué negocios estamos considerando.
ENRIQUE RUBIO:
Estamos considerando el conjunto de las inversiones de Ancap en la República Argentina, que en realidad comienzan en 1991 con la búsqueda de petróleo, siguen después en Bolivia con la búsqueda de petróleo, pero fundamentalmente estamos considerando la fase que se inicia en agosto de 1998 con una inversión en una empresa argentina que tenía estaciones de servicio y una planta petroquímica, y que se llamaba Sol Petróleo.
Como invertimos en esa empresa y después rompimos al año, nos divorciamos, nos peleamos con los socios y cambiamos de rumbo, el resultado es que se marea un poco el relato de esta historia. Porque hoy, cuando hablamos de las inversiones de Ancap en la República Argentina, nos estamos refiriendo a Petrouruguay SA, que es la que buscó petróleo allá -prospección de petróleo-, a la red de estaciones de servicio con la que se quedó Ancap después del divorcio del año 99, que tiene el sello Sol Petróleo, y a la planta petroquímica Sol Petróleo, de la que estamos separados pero en la cual tenemos una pequeña participación accionaria y la gestión de la misma.
Es de todo esto que estamos hablando, pero fundamentalmente de lo que se ha hecho desde agosto del 98 hasta la actualidad.
EC - Hecha esta aclaración que, espero, haya resultado suficiente para que los oyentes sigan el resto de la conversación (la advertencia queda hecha: se trata de asuntos complejos), vayamos al nudo de lo que el Senado resolvió esta semana. Se discutió durante días si disponía el envío a la Justicia; el EP-FA tenía resuelto de todos modos pasar el resultado del trabajo de la investigadora a la Justicia penal, pero otra cosa era que lo resolviera el cuerpo, el Senado. Y finalmente eso fue posible porque prácticamente todos los senadores del PN acompañaron ese camino.
¿Por qué se dispone el envío a la Justicia?
CARLOS GARAT:
El trabajo de esta comisión investigadora ha llevado casi un año. En el transcurso de ese año fue analizando los documentos, la realidad de esta empresa, de esta inversión de Ancap en la República Argentina, y todo eso ha trascendido mucho a la opinión pública a través de la prensa. La opinión pública se ha ido convenciendo, lo mismo que quienes integramos la comisión investigadora, de que este ha sido un pésimo negocio para Ancap, un pésimo negocio para el país, que ha comprometido y va a seguir comprometiendo mucho el futuro de Ancap en ese sentido.
Frente a este mal resultado de una administración pública, que se suma a otros malos resultados de otras administraciones públicas, la gente se pregunta cómo es posible que los administradores públicos designados en esos cargos realicen una gestión tan defectuosa, provoquen grandes pérdidas y después no suceda absolutamente nada. En ese sentido es que nosotros interpretamos a la opinión pública: que los malos negocios realizados y la forma dudosa en que ellos se realizaron dan mérito a que un poder especializado como es el Judicial analice si hay algún apartamiento legal en toda esta gestión.
EC - Una cosa son malos negocios y otra son delitos.
CG - Correcto.
EC - En la comisión investigadora ¿constataron delitos? La pregunta viene porque, si lo que está en juego es cómo se manejaron estos negocios en la República Argentina, lo que podría producirse es un juicio político, una responsabilización política de quienes los llevaron adelante. ¿Por qué se opta por pasarle "el fardo" a la Justicia penal?
ER - El Senado tomó una decisión a mi juicio muy madura y completa. O sea, hay un juicio político fuerte en el sentido en que lo expresa el senador Garat. En segundo lugar hay voluntad de hacer una comisión de seguimiento de todo esto y que nos rindan un informe bimensual de lo que están haciendo, En tercer lugar, hay voluntad de legislar porque este es un tema nuevo, los marcos legales para estas inversiones con el sector privado dentro o fuera del país son muy pocos; no en balde estuvimos pidiendo durante mucho tiempo -y no fuimos los únicos- determinada información a la que no pudimos acceder, salvo bajo determinadas condiciones inaceptables para un parlamentario. En cuarto lugar, decide el pasaje a la Justicia.
Por un lado hay un compromiso del patrimonio público muy importante. Creo haber demostrado que las pérdidas fueron extraordinariamente importantes y no las que se reconoce oficialmente (aunque 50 millones de dólares, como reconoce Ancap, no es poca cosa).
EC - Hay una discrepancia enorme entre las dos estimaciones.
ER - La vamos a explicar después.
EC - 50 millones según Ancap y según el EP-FA más de 200 millones: 250 o 260.
ER - Sí, después voy a extenderme sobre eso. En realidad cuando se hace eso y se debilita tanto a una empresa pública, que está muy comprometida como consecuencia de estos negocios y de otras decisiones, hay un problema de responsabilidades. ¿No hay abuso de poder cuando hay un daño tan importante a un patrimonio colectivo? Porque todos los uruguayos somos accionistas de Ancap.
Y, en segundo lugar, acá hay cosas que no cierran: el origen y el marco en el que se tomaron las decisiones.
EC - ¿Cómo es eso?
ER - A medida que fuimos investigando, nuestra incertidumbre y sorpresa fueron aumentando. ¿Cómo es posible que la decisión que se adoptó en agosto del 98 de invertir 30 millones de dólares -25 en acciones y 5 de préstamo- en esta red de estaciones de distribución de combustible en la República Argentina, Sol Petróleo, se tomara en un marco en el cual todos los estudios de empresas serias (como por ejemplo Deloitte & Touche, que había hecho un estudio en profundidad; o como el estudio O'Farrell en Argentina, u otros, que ponían un conjunto de luces amarillas y rojas sobre el estado de esta empresa, de balances y demás, al punto de provocar una polémica en el Directorio de Ancap en marzo de 1998, y un pedido de un segundo informe de ampliación a Deloitte, que durante cinco años no logré encontrar y finalmente apareció como Anexo H, al final) hacían señalamientos muy fuertes sobre los cuidados que había que tener porque esto era muy complicado? ¿Cómo es posible que no se siga ese consejo y se siga el consejo de un banco...?
EC - ¿El consejo era no invertir en Sol Petróleo?
ER - El consejo era "Tengan cuidado"; como hacen todas las consultoras: miran el balance, dicen "Aquí no cierran los activos..." De alguna manera estaba bien claro: el balance de la empresa estaba sobrevaluado. Pero se sigue el consejo ¿de quién?: de un banco de inversión internacional al que se decide pedir asesoramiento, que es el grupo Socimer. Nunca supimos por qué se seleccionó a ese grupo; después de preguntarlo muchas veces no hemos logrado identificar cómo se hizo la selección.
Este banco de inversión hace un informe espléndido sobre el futuro de Ancap. Y después resulta que este banco de inversión era acreedor de la empresa que nosotros comprábamos, y tenía un interés directo en que Ancap entrara porque iba a cobrar: la empresa Sol Petróleo le debía 12,5 millones de dólares. Y, segundo, este grupo hace el informe y cobra a resultado, lo que se llama "honorarios de éxito", pero no sobre cómo le fuera a Ancap después, sino sobre si decidía hacer la inversión. Si Ancap decidía hacer la inversión cobraba un porcentaje de los 30 millones de dólares, por lo cual el informe tenía que ser espléndido.
Después resultó, además, que al mismo tiempo que se estaba evaluando el informe y se le estaba pagando a esa empresa, en el año 1998, saltó el escándalo internacional por el cual se mostró que en cinco países -esquema Peirano pero mucho mayor-, fundamentalmente en España y Argentina, hizo una estafa gigantesca por la cual el fiscal español ha pedido de 12 a 15 años de prisión para los directivos de la empresa, que vaciaron el banco que le prestaba a la empresa argentina, el banco UNB-Medefin. En Argentina lo vaciaron en 200 millones de dólares: era un grupo de delincuentes.
Después resultó, de nuestra investigación, que a su vez nuestros socios argentinos... Tal como nos habían dicho, porque ¿por qué llamé en ese momento al Directorio de Ancap, en el año 1998 (yo y otros)? Porque de Argentina nos llegaban todas las luces que decían: miren muchachos, esta gente es de cuarta, estos socios acá están conceptuados como ladrones.
En esas condiciones se hizo la inversión. A tal punto estaban mal conceptuados que nos peleamos al año y terminamos haciéndoles una denuncia penal; denuncia penal que a su vez nos llevó un año terminar de hacer.
Esto surge en la comisión investigadora y genera incertidumbres, interrogantes y suspicacias múltiples.
EC - ¿El punto crítico en cuanto a la eventualidad de delitos en todo este proceso de los negocios de Ancap en la República Argentina, fue la contratación de la consultora Socimer?
ER - No quiero ir más allá de lo que me parece que nosotros como senadores queremos ir. Tenemos que tener mucho cuidado, decir que tenemos muchas interrogantes...
EC - La pregunta viene porque durante el debate en sala su colega y compañero de bancada, el señor José Korzeniak, dijo: "Para mí, hubo coima".
ER - Se puede tener distintas convicciones sobre este problema. No voy a exponer públicamente mis convicciones últimas sobre este tema, sino en último término ante el juez, porque me parece que las comisiones investigadoras y el Senado tienen determinadas facultades y pueden llegar hasta determinado punto. Si uno va más lejos y no expone en ese momento públicamente los elementos, genera una situación problemática.
EC - ¿Qué dice de esto usted, senador Garat?
CG - Esto está inscripto en lo que ha dicho el senador Rubio. Hay muchas etapas de dudosa legalidad y de dudosa conformación de lo que debía ser una buena administración. En el caso de la compra de las estaciones de servicio -lo dije en el plenario y lo he repetido varias veces- ni siquiera hubo un proyecto debidamente estudiado y analizado de las circunstancias a favor y en contra que podía haber (porque podía haber circunstancias a favor y circunstancias en contra). No hubo un proyecto de análisis de otras perspectivas de inversión para los mismos fines que se buscaba. Originalmente la inversión en Argentina era para poder hacer una nueva refinería de Ancap que produjera combustible sin plomo y tuviera una dimensión -para decirlo en términos populares- suficiente para hacerla rentable en su explotación.
EC - Había que conseguirle más mercado.
CG - Había que conseguirle mercado. ¿Pero qué se hace en este proceso? Se compra primero las estaciones de servicio, cuando la lógica sería empezar por la refinería y después de tenerla ver qué tipo de negociación hacer. Por ejemplo, un tipo de negociación que se podía hacer teniendo la refinería era decir: "Tenemos excedente de combustibles, que ahora tenemos en forma rentable y competitiva, y lo vendemos ese en determinados lugares". No lo que se hizo: comprar las estaciones de servicio sin tener refinería, y había que salir a comprar el combustible en la República Argentina. Todo eso era muy oneroso en el circuito comercial.
EC - ¿Pero eso qué es: una mala decisión empresarial o hay algún tipo de irregularidad?
CG - Eso genera las dudas que expresaba el senador Rubio: ¿por qué compramos las estaciones de servicio, que fue el primer negocio que hicimos? ¿Por qué nos comprometimos a invertir dinero y a salir de garantía a empresas que estaban en condiciones muy difíciles?
EC - Pero ¿eso es algo que le corresponde investigar a la Justicia?
CG - No sé si le corresponde investigar a la Justicia. Lo que digo es que hay actitudes muy sospechosas que han derivado en un gran perjuicio público que alguien más competente que yo tiene que analizar.
***
EC - Por lo que decía usted hace unos minutos, senador Rubio, la contratación de la consultoría con Socimer es uno de los puntos delicados de las investigaciones que ustedes realizaron en el Senado de la República. Entre otras cosas usted señaló que Ancap desoyó otras opiniones, como las del estudio O'Farrell y las de la consultora Deloitte & Touche. Desde el gobierno se ha respondido que eso no es así, que esos informes fueron tenidos en cuenta a la hora de la toma de las decisiones, que los contratos suscritos recogieron buena parte de los asesoramientos y las sugerencias recibidos.
ER - Yo creo que no es así. La cancha estaba flechada... Este es uno de los problemas que generan mayores incertidumbres, porque resulta que en toda la región había una sola empresa en la que nosotros podíamos invertir. A tal punto que el decreto del Poder Ejecutivo del 8 de julio de 1998 dice que autoriza a hacer esta inversión porque es la única red de distribución de combustible, de estaciones de servicio, que no tiene refinería propia. Y como era el único caso no había que acudir a ningún procedimiento competitivo: ni llamado a ofertas, ni llamado a nada. Era el destino manifiesto e inevitable: sólo podía hacerse con Sol Petróleo.
Si partimos de esto, todo lo demás ya está decidido. Por ejemplo, que los balances daban un extraordinario pasivo, que esta empresa se venía derrumbando, que no pagaba nada desde el punto de vista fiscal. Lo dice Deloitte: el informe complementario dice que no pagaba nada, y el informe complementario es del 6 de julio del año 98 y el decreto se firmó el 8 de julio. No pudieron ni leerlo. Entonces no interesaba. ¿Por qué no interesaba? Porque se había decidido hacer de cualquier manera la inversión en esta empresa. Eso me resulta llamativo.
EC - Usted mencionó también el hecho de que luego se supo que esta empresa, este banco de inversión, Socimer, que se contrató para la consultoría, había vaciado al banco Medefin de Argentina, otro banco en España, y que era investigado por otro desfalco en Chile. Ancap responde que el conocimiento de esos hechos aconteció al año siguiente de que hubieran finalizado los trabajos que le había encomendado.
ER - El 29 de julio de 1997 en Petrouruguay se decidió -estaban el señor Martino, la contadora Milka Barbato y el economista Eduardo Ache- hacer el acuerdo con Socimer. Se le encomendó al economista Eduardo Ache llevar adelante esto, contratar como consultora global a Socimer. Entregó el informe en octubre, en ese momento saltó en España...
EC - Pero los problemas que tenía Socimer recién empezaron a conocerse a partir de febrero del 98.
ER - Es cierto, pero la evaluación de los resultados de Socimer se hizo durante todo el año 98, porque la inversión se decidió en agosto del 98, y se le terminó de pagar en noviembre del 98, cuando estaba todo el escándalo. Y se redocumentó las deudas, llamativamente, en marzo, cuando estaba la polémica acá sobre si se hacía este negocio o no. Era tan grande el escándalo, el vaciamiento en la República Argentina y este lío, que se redocumentó las deudas de Socimer con Sol Petróleo y pasaron a ser de este banco Medefin, que finalmente quebró. La evaluación de todo esto se hizo en conocimiento de quién nos estaba indicando este camino; probablemente no el pedido.
¿Por qué se contrató a esta empresa? No lo sé. Todas las versiones del sector privado que me llegaron en aquella época decían lo mismo: acá hay un empresario argentino muy interesado en esto, que es el gestor de este acuerdo del lado argentino, el señor Víctor García Laredo. Era un personaje importante de las esferas de gobierno en aquel momento en la República Argentina y del grupo Macri, lo fue también del gobierno posterior y tenía vínculos muy fuertes con los entornos presidenciales en Uruguay.
Eso fue lo que se nos dijo. Nosotros se lo preguntamos al anterior presidente de Ancap y nos dijo que era el segundo de Socimer que venía acá siempre, con Marimer, que era el que aparecía firmando y el primero, y fue el gestor de este acuerdo. ¿Qué sucede? Nos metimos en un lío, al punto que hemos aguantado una empresa que estaba para quebrar a principios del 99, que estaba para quebrar después, y cada vez que ha estado para quebrar nosotros hemos dado un financiamiento extraordinario. Nos vamos metiendo en una situación cada vez más complicada y pasando todos los puntos de no retorno.
***
EC - El senador Rubio señalaba que cuando se estaba concretando el primer negocio de Ancap en la República Argentina, la compra de Sol Petróleo, ustedes recibieron advertencias negativas sobre la compañía con la que nos estábamos asociando; y también -creí entender- advertencias sobre la consultora en cuyo trabajo Ancap se estaba basando. ¿Las dos cosas?
ER - No, fundamentalmente sobre la empresa. Todo el sector privado argentino estaba poniendo luces de todo tipo.
EC - Las autoridades de Ancap de la época, el economista Eduardo Ache, han dicho que estos negocios fueron informados pormenorizadamente al Parlamento y a los partidos políticos y que no hubo rechazo sino el visto bueno para continuar adelante. ¿Cómo se compatibiliza una cosa con la otra?
CG - Eso no es cierto, esa es una de las cosas que más me han indignado de las declaraciones que ante la comisión investigadora. Yo no dudo de que las autoridades anteriores de Ancap hayan hablado con distintos dirigentes políticos y hayan explicado, pero como quien se explica en una rueda informal diciendo "Vamos a hacer tal cosa y tal otra". Pero, desde el punto de vista de plantear el negocio y las perspectivas, no es cierto.
EC - El economista Ache dice: "Las razones por las cuales se eligió a Sol Petróleo fueron extensamente expuestas en más de una oportunidad al concurrir al Parlamento, antes (permitiendo la oportunidad del control legislativo preventivo) y después de tomar la decisión, señalando las distintas alternativas existentes y explicando el porqué de la opción. Ningún parlamentario de ningún partido político observó el proceso de selección en aquella oportunidad".
ER - Esto no es así. En el año 98 nosotros expusimos nuestra discrepancia, al punto que en noviembre de ese mismo año culminamos mandando a Ancap un memorando, oficialmente, anticipando que esto iba a suceder. Lamentablemente pasó. Lo hemos leído en el Parlamento. El actual presidente de Ancap no pudo encontrarlo en Ancap; me lo mandó pedir, se lo envié y está en la comisión investigadora.
El problema es que los parlamentarios teníamos muy poca información. Lo que se dijo a los dirigentes políticos fue que había una estrategia de desarrollo regional y todo el mundo apoyó eso, la idea de que Ancap de alguna manera hiciera algún tipo de emprendimiento en la región como forma de tener economías de escala, porque estábamos en el Mercosur y venía la apertura del mercado en Uruguay y todo lo demás. Pero una cosa es esta idea como estrategia y otra cosa es cómo se implementó la estrategia.
¿Que se generaron dudas el primer día? No en balde. Por ejemplo, en el Tribunal de Cuentas el ministro Ariel Álvarez hizo un fundamento de voto de 16 páginas en contra de esta decisión de invertir en Sol Petróleo; pidió la información de los balances de Sol Petróleo y no se la dieron. En el Parlamento –está en el acta de la reunión de la comisión cuando lo convocamos, en setiembre, cuando nos enteramos de cómo se hacía— pedimos determinada información y se nos dijo que era reservada; después incluso se nos mandó una nota oficial de Ancap diciendo: "En reserva usted puede venir y mirarla". Pero un parlamentario no puede mirar una montaña de materiales que son muy técnicos. ¿Qué significa mirar eso? No había manera de poder establecer un control.
EC - La pregunta que surge inmediatamente es: si existían aquellas reservas y aquellos temores que usted mismo albergaba, ¿cómo es que no hubo forma de frenar este negocio en su momento y a tiempo?
ER - Porque no tuvimos la documentación que nos permitiera hacer un planteo político fundado y que fuera fuerte; lo que teníamos eran presunciones, de alguna manera alertas, pero no teníamos los elementos de fondo.
CG - En aquella época yo también estaba en el Senado y asistí en el período anterior a algunas reuniones de la Comisión de Industria, que era la que citaba a las autoridades de Ancap. Como bien dice el senador Rubio, teníamos idea de que el negocio no iba bien, de que el negocio no era bueno, de que se estaba comprometiendo mucho, pero no teníamos elementos reales de cómo se había hecho. Se venía de un decreto del Poder Ejecutivo donde la autoridad máxima del país había autorizado esos negocios.
EC - Claro, pero el Parlamento, entre otras cosas, está para controlar al Poder Ejecutivo.
CG - Está para controlar al Poder Ejecutivo, exactamente. No había elementos suficientes, pero en el transcurso de esas reuniones –lo recuerdo, lo hice varias veces— planteé a las autoridades de Ancap de entonces si no era conveniente parar los negocios. Porque usted puede empezar un negocio y se puede equivocar, cualquiera puede equivocarse, pero una buena virtud de un administrador es decir "Estoy equivocado, voy a pararlo y voy a acotar las pérdidas". Hicimos varias veces esa pregunta y se nos decía que no, que ya se estaba comprometido. Claro, ahora hemos descubierto que estaba sensiblemente comprometida la administración de Ancap. Como sigue ahora comprometida, que es otra parte de la historia que no se cuenta pero que nosotros hemos hecho pública ahora, en los resultados de la comisión.
EC - ¿De qué se trata?
CG – De que los compromisos de Ancap continúan, no se terminaron, no están ya definidas y acotadas las pérdidas, si son 50 o si son 200. No, no: pueden continuar. Primero, porque siguen las negociaciones, Ancap está actualmente con dificultades financieras porque tiene que hacer frente a compromisos que ha asumido y además se está hablando de la posibilidad de adquirir o aceptar la opción de compra de la petroquímica de Carbocloro, de la que hemos tenido información y documentos de que indican que está en una situación muy difícil; las actuales autoridades dicen que va a mejorar y que está funcionando bien.
Hay toda una serie de puntos oscuros que nos hacen decir que Ancap no sólo se ha comprometido sino que se sigue comprometiendo. Y una de las preocupaciones que tenemos, más que encontrar culpables (que si los hay bienvenido que aparezcan) es defender al organismo público que es nuestro, nosotros somos los accionistas, los dueños de Ancap. ¿Cuándo paramos esto? O ¿cuándo empieza esto a dar resultados? Lo he dicho en el Parlamento: ojalá alguien me demostrara y dijera: "Garat está equivocado, ahora esto va a funcionar bien".
EC - Ese es otro de los puntos: ¿no están juzgando estos negocios en el peor momento posible para ello, teniendo en cuenta que se trata de inversiones a largo plazo y que Argentina acaba de pasar –o está pasando— por la crisis tan brutal que todos hemos vivido y que incluso ha impactado tan fuerte aquí?
Pero antes vamos a los números, porque hay estimaciones muy diferentes de cuánto ha perdido Ancap en este emprendimiento en Argentina.
ER - Creo que en esto no hay que hacer jugueteos técnicos: hay que tener un poco de sentido común. Yo lo que cuento es cuánto es todo lo que hemos invertido en la República Argentina: entre la búsqueda de petróleo, estas estaciones de servicio, la otra empresa y demás, hemos invertido en el orden de 100 millones de dólares, es lo que se llama capital de inversión. Aparte, les hemos prestado, tenemos préstamos que consideramos a todas luces irrecuperables (algunos son créditos muy antiguos, otros posteriores, otros más recientes), por un orden de otros 50 millones, con lo cual estamos en 150 millones de dólares. Aparte de eso tengo que computar el interés sobre buena parte de este capital invertido; si fuera capital propio igual habría que computar el interés porque se deja de ganar, pero no es capital propio, le hemos pedido a la banca internacional para poder aguantar estos negocios en Argentina, no menos de 50 millones de dólares a la tasa internacional más baja que usted elija tenemos de intereses sobre todo este dinero. Con esto ya nos vamos a 200 millones de dólares. Usted podrá decirme que del otro lado tengo empresas...
EC - Usted está contando allí dinero que se puso en inversiones que son a largo plazo.
ER - Sí, son a largo plazo; pero ¿qué tengo del otro lado? Estas empresas siempre han andado mal y siempre han dado pérdidas: hubo pérdidas en la búsqueda de petróleo, fundamentalmente en Bolivia; en el primer año de la red de estaciones de servicio, sólo en nueve meses se perdieron 44 millones de dólares en el balance de la empresa; en el año siguiente se perdió nuevamente, en el año 2001 se perdió, en el año 2002 nuestra empresa de distribución (la cadena de estaciones de servicio) perdió 40 millones de dólares. Como siempre tuvieron pérdidas, estas empresas se fueron endeudando, sus pasivos fueron creciendo y hoy no tienen valor de mercado. Hoy no lo tienen; si Ancap hoy pone esto a la venta no encuentra comprador. Puede que en el futuro, en el largo plazo, las cosas se reviertan; ojalá.
Pero ya hemos gastado mucho y tenemos compromisos fuertes porque somos la garantía frente al Estado argentino si no se paga los aportes fiscales y frente a todos los bancos; a los mismos bancos a los que les pedimos dinero acá se les debe allá y nosotros somos la garantía por 75 millones de dólares sólo con los bancos.
En el último año, por haber salido de garantía de todas estas empresas, se nos va un orden de 60 millones de dólares, porque el año pasado en marzo se pusieron 35 para que nuestra empresa pudiera pagarle a Repsol como proveedor en Argentina, después se puso 3,5 más en setiembre y octubre, ahora se le pidió autorización al Tribunal de Cuentas para poner 13 más; se va a invertir en la petroquímica 5 o 6 para poder comprarla porque hay otro problema, y otros por otro lado. ¿Qué quiere decir esto? Tenemos una cosa muy comprometida, incluso podemos tener más pérdidas.
EC - Justamente, ¿cómo influye el hecho de que estos negocios tuvieron lugar en Argentina, país en el que acaba de pasar la catástrofe que pasó?
ER - Sí, pero las pérdidas comenzaron en el año 98. Algunas venían de antes, pero fundamentalmente desde el arranque. Ahora se me dice que a la economía argentina le va muy mal desde hace muchos años, pero el razonamiento no cierra.
EC - No solamente eso, sino que además de la crisis argentina han estado los problemas del propio petróleo, la suba del precio del petróleo. Las autoridades de Ancap que impulsaron estos negocios sostienen que no sólo Sol Petróleo perdió mucho dinero en estos meses o en estos años, sino que también lo hicieron las otras petroleras que operan desde Buenos Aires. Por ejemplo Shell perdió más de 300 millones de dólares en los años 2000 y 2001, Esso perdió más de 150 millones de dólares en esos dos años, mientras que Petrolera del Cono Sur llegó a perder 6 millones de dólares en el mismo período.
ER - No es comparable. Además depende del período, no podemos jugar con la cronología: en el año 2002 perdimos 40. Pero dejemos eso de lado, esas otras empresas tienen otra capacidad de defenderse...
CG - Claro
ER – ...y de jugar en el mediano plazo. El presidente actual de Ancap, el señor Jorge Sanguinetti, quedó afónico de decir que en el negocio del petróleo importan desde el pozo de petróleo hasta la distribución, eso es la integración vertical; el lugar donde se gana menos es la refinería. Las otras empresas, como Repsol, por ejemplo, si hay un problema con el precio del petróleo, tienen petróleo propio, bajan sus márgenes en algunos lugares, juegan con el precio final –porque el argentino es un mercado desregulado y competitivo—, tienen posibilidades de repliegue, de aguante en el mediano plazo. Nosotros no tenemos ninguna integración vertical, no tenemos pozos de petróleo, no tenemos nada y entonces dependemos de que la competencia nos trate bien, de que el precio internacional del petróleo esté bajo y de que la economía argentina esté en expansión, las tres cosas al mismo tiempo. En algún año se dan, pero no es lo habitual.
CG - Exactamente. Además no podemos comparar, por lo que él decía, con una empresa grande que tiene miles de posibilidades de cubrir sus dificultades. Ancap es una refinería y la refinería tiene muy poco margen de posibilidades. Yo decía en el Parlamento que este razonamiento nos lleva a que lo que se ha gastado ya, invertido o salido de garantía (son sumas astronómicas), más lo que cuesta ahora la refinería que se está por terminar, todo eso hace un monto de inversión que prácticamente no se puede recuperar con el resultado de funcionamiento de la refinería, por óptimo que sea. No se puede recuperar; es dinero perdido para la sociedad, dinero perdido como hemos perdido el dinero de los bancos, como hemos perdido el dinero del Banco Hipotecario y todas esas cosas que andan por ahí dando vueltas. Es dinero perdido.
EC - Entonces, más allá de las responsabilidades por lo que se hizo, que ustedes están evaluando de la forma crítica que los oyentes escuchan, a partir de esta información, además del pase a la Justicia penal del que ya hemos hablado, ¿qué entienden ustedes que debe hacer Ancap con esta incursión en Argentina?
ER - Es muy difícil responder a eso. Entre otras cosas, Ancap dice "Ahora estamos en una negociación compleja con el Estado argentino". Ojalá le vaya bien, pero es realmente complicada en estos días. En el origen, el Estado argentino reclamaba a esta empresa en la que nosotros invertimos 74 millones de dólares por impuestos impagos. Los sigue reclamando; la razón la tendría la empresa pero el Estado argentino sigue reclamando.
EC - Las autoridades de Ancap de la época dicen que el procurador del Tesoro de la Nación Argentina señaló claramente que no se puede pretender cobrar impuestos que no tienen base legal, dando la razón a la empresa.
ER - Sí, es cierto que dijo eso; pero cuando llegó esto al ministro Lavagna éste dijo “Pague. Uruguay tiene que pagar”. Después Ancap reinició la negociación, se entró por otro lado en el gobierno argentino... Esto ha estado en Olivos, nosotros lo hemos seguido muy directamente y esperemos que termine bien para Ancap.
Está esta planta petroquímica Carbocloro, la otra parte que había quedado afuera, la que nosotros hemos gestionado para evitar que quiebre y recaigan sobre nosotros los problemas fiscales. El Estado argentino está diciendo “Les perdonamos la deuda si ustedes se quedan con la planta y ponen 5 o 6 millones de dólares”; entonces Ancap dice “Bueno, esto, en realidad...” Es el problema que tiene ahora, en realidad esto podría ser el mal menor, porque a su vez esta planta petroquímica nos debe a nosotros desde hace años cerca de 50 millones de dólares que después fueron pesificados. Esto es imponente.
Entonces: no podemos cobrar la deuda que la planta petroquímica tiene con nosotros, y corremos el riesgo de que si quiebra el Estado argentino la ejecute por deudas fiscales y esa ejecución recaiga sobre nosotros. Para salir de este enredo nos proponen que hagamos efectiva la opción de compra, que nos quedemos con la planta petroquímica, con lo que por lo menos tendríamos un activo ahí.
Ese es hoy el dilema de Ancap. Algunos directores tienen una opinión, parecería que la mayoría piensa que hay que hacer esto como mal menor, algún director está en contra, pero esta es la situación. ¿De qué se trata hoy? De minimizar el daño en Argentina. Yo estoy de acuerdo con esto: busquemos caminos para minimizar el daño, no podemos salir en el probablemente peor momento de la economía argentina. Entonces veamos cómo podemos navegar, pero no podemos resolverlo nosotros con los elementos que tenemos. Y veamos después qué pasa con el conjunto de Ancap.
CG - Yo le diría claramente, porque también lo he dicho en el plenario, que estos negocios en Argentina fueron todos malos, no debieron haberse hecho. Lo he dicho enfáticamente: si yo hubiera sido administrador de Ancap jamás hubiera hecho este tipo de negocios. Y creo que van a significar para el futuro de Ancap un gran perjuicio, un gran perjuicio del que no va a poder salir porque todos esos compromisos van a hacer que en el futuro que sea ineficiente, aún con su nueva planta. Porque Ancap puede ser, con sus operarios, con sus técnicos, muy eficiente en explotar esa refinería, pero va a ser ineficiente en competir en el extranjero por la gran cantidad de compromisos financieros que va a tener en el futuro.
EC - ¿Senador Rubio?
ER - En mi opinión (es una discusión que podemos dar una vez terminado el diferendo que hay planteado con la ley y todo lo demás) uno puede pensar, para un plazo mucho más largo, que si se lograra algún acuerdo, por ejemplo con alguna otra empresa pública de la región de la misma área, Ancap podría hacer un ensayo de mayor escala y en ese ensayo o acuerdo internacional de mayor escala usar en estos mercados algo de todo esto de Argentina para salvar una parte y minimizar un poco el daño. Pero son especulaciones sobre el mediano plazo; hasta ahora hemos pagado muy caros esos activos que están allá, probablemente muchas veces más de lo que valen. Ha sido el resultado de estrategias erráticas –se tomó una dirección, se desanduvo el camino y después se tomó otra dirección— y de un conjunto de incertidumbres que han quedado sobre los pasos y los motivos por los cuales se dieron.
Socimer en el Parlamento español (17.03.1909).
Actuaciones de la Preinvestigadora y la Investigadora en el Senado uruguayo (abril 2002 - abril 2003)
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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