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Muertes infantiles por desnutrición “deben interpelar”
Consultora del Programa de Alimentación Escolar, licenciada María Cecilia Severi: Ya existen al menos tres sistemas de vigilancia y seguimiento de situaciones críticas. Uno o más de ellos tienen que haber fallado para llegar a esta situación. Pero este resultado shockeante es sólo la punta del iceberg respecto a la pobreza extrema, que arroja índices crecientes.
EN PERSPECTIVA
Jueves 24.04.03, 08.45.
EMILIANO COTELO:
La muerte por desnutrición y malos tratos de al menos cuatro niños en menos de 72 horas es un llamado de atención para el Ministerio de Salud Pública (MSP) que implementará una serie de medidas para detectar las zonas del país donde se produce este tipo de casos y para reducir al mínimo los eventuales fallecimientos a causa del hambre y las situaciones extremas de marginalidad, según dijeron al semanario Búsqueda jerarcas de esa cartera. Los casos son investigados por la Justicia que procura ahora que se ampare a los hermanos de las víctimas que continúan viviendo en un entorno de extrema pobreza.
El lunes ingresó sin vida al Hospital Pereira Rossell un bebé de ocho meses con hematomas en el cuerpo, con probable maltrato y síntomas de desnutrición. El martes 22, dos gemelos de tres meses fallecieron por diferentes causas relacionadas con el entorno de pobreza en el que vivían, cerca de La Tablada. Uno de ellos murió en su casa y la Justicia investiga el deceso; el otro ingresó sin vida al Hospital Saint Bois, donde se constató que tenía buen crecimiento pero padecía de enfermedad diarreica aguda y fue víctima de un shock séptico, según informó el director de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (Asse), Ciro Ferreira. Ese día también murió en el Cerro un bebé de un año que tenía síntomas de desnutrición y sufrió un paro cardíaco.
Vamos a dialogar con la licenciada María Cecilia Severi, egresada de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de la República y consultora del Proyecto Fortalecimiento del Sistema de Vigilancia del Programa de Alimentación Escolar de la Administración Nacional de Educación Primaria (Anep).
¿Cuán singulares son estos casos que al comienzo de esta semana impactaron en la opinión pública?, ¿o se trata, por el contrario, algo que está ocurriendo con frecuencia?
MARÍA CECILIA SEVERI:
Realmente la sociedad y todos nosotros nos sentimos bastante shockeados cuando escuchamos estas noticias. Esta situación dramática plantea la visión de la punta de un iceberg que tiene una buena parte debajo del agua. Esta situación es emergente y esconde una serie de situaciones que no se ven, que se ven solamente cuando hay un desenlace dramático.
EC - El director de Asse, Ciro Ferreira, comentó “en Uruguay no existe desnutrición crónica, pero los casos ocurridos en los últimos días sirven como llamado de atención acerca de que hay niños en malas condiciones cuya muerte puede evitarse”. ¿Usted coincide?
MCS - Hay datos que demuestran cierto agravamiento de la situación. Si miramos los datos del Sistema de Vigilancia del MSP de los niños menores de cinco años, vemos que entre los años 1997 y 2001 aparecería un cierto agravamiento de la situación. Obviamente, no llegamos a las cifras de otros países. Si además miramos el estudio que hizo el año pasado la Anep, éste también muestra que hay un porcentaje de niños que no están creciendo en situación de normalidad.
Como decía al principio, esto es un llamado de atención y esconde el resto del iceberg desde el punto de vista personal y social. Desde el punto de vista personal o familiar de estas familias que tuvieron esta dramática situación donde murieron sus hijos hay toda una historia de desnutrición que ya es conocida. Obviamente, nos llama la atención cuando el niño muere, pero en realidad esto comienza desde la propia madre antes de gestar a estos niños. En esa madre en mala situación nutricional, el desarrollo del embarazo se produce en condiciones no adecuadas, con bajo control de salud, aumento de peso inadecuado, por lo tanto un crecimiento intrauterino inadecuado. Son niños que nacen con peso insuficiente, con bajo peso, cuyo desarrollo posterior por lo tanto va a ser malo; condiciones inadecuadas de crecimiento, poca lactancia materna que los protege desde el punto de vista de las infecciones y los hace crecer bien y por lo tanto alimentación artificial en un medio de pobreza, con poca agua potable disponible. Esos niños son propensos a infecciones como la diarrea o la infección respiratoria, que son las más comunes en este tipo de casos.
Esto genera un círculo entre la infección y la desnutrición: la infección genera aumento de los requerimientos nutricionales, por lo tanto agrava el estado nutricional; y por otro lado el propio estado nutricional deficitario también está generando condiciones para la infección. Son historias repetidas de infecciones que en muchos casos, como estos, terminan en un desenlace fatal. Las situaciones de crisis, de empeoramiento social y estancamiento económico hacen que las personas y las familias que están al borde del abismo pierdan el equilibrio.
Por otro lado es la punta de un iceberg social, estamos shockeados por una situación de muerte de niños que golpea fuerte, pero hay niños que están creciendo mal, con una tasa de crecimiento inadecuada, alejados de lo que podrían llegar a crecer. Durante toda la primera etapa de crecimiento el cerebro crece a pasos muy acelerados; si tenemos un mal aporte y malas condiciones de crecimiento esos niños van a tener escaso desarrollo intelectual. Esos casos muchas veces no llegan a un desenlace fatal como estas muertes, pero es una situación social que nos tiene que llamar la atención.
EC - Veía en las declaraciones del director nacional de Salud, Diego Estol, que se está pensando algunas acciones: “Vamos a coordinar con Asse y con las Intendencias para detectar rápidamente los grupos de población más vulnerables a efectos de concentrar allí los servicios de control sanitario y de alimentación”. ¿No están detectados ya los grupos de población más vulnerable?
MCS - Yo creo que sí.
EC - A partir de eso, ¿no están ya en curso planes, programas para atender estas situaciones tan críticas que usted recién describía pero que todos imaginamos? Usted las sigue de cerca porque son su especialización y forman parte de su tarea profesional, pero todos las intuimos. ¿No están ya implementados esos planes, no están en ejecución?
MCS - Hay un tema bastante importante. Desde el punto de vista social deberíamos estar abiertos a ser interpelados por esta situación tan crítica que nos ha golpeado en estos días, y el sistema de servicios públicos también debería ser interpelado. Si miramos algunas de las historias –que yo conocí también a través de la prensa–, parece que la mamá de estos mellizos ha estado cubierta por el servicio de salud, son mellizos que nacieron en el Pereira Rossell. Primer punto: hay un programa que se llama Programa Aduana que refiere a los recién nacidos, llama a los servicios de salud de la zona donde está ubicada la casa de los niños para que estén atentos y hagan el seguimiento de los recién nacidos. Si nacen mellizos en una familia pobre, es doble riesgo, triple riesgo, mucho más riesgo que cuando nace un niño solo en una familia pobre, simplemente porque son mellizos: además de nacer en una familia pobre esos niños obviamente deben haber nacido con un peso menor por ser dos. Ahí ya tenemos un primer sistema aduana que se supone que ha estado presente.
EC - Y que no operó bien, por lo visto.
MCS - No sé; posiblemente algo falló o hubo una sucesión de fallas, hay que reverlas. Por un lado la mamá plantea que tuvo la visita domiciliaria de una médica, también plantea que recibía su canasta del Instituto Nacional de Alimentación (Inda); hasta donde yo sé, si recibe una canasta del Inda tiene que demostrar un control de salud. De manera que hay tres hechos que muestran que la mamá de alguna forma estaba accediendo a los servicios públicos, por lo tanto creo que tiene que haber una interpelación muy fuerte para poder repensar esto y reformularlo, hay algo o varias cosas que fallaron en este sistema. Entonces a partir del análisis de estos casos habría que sentarse a pensar, ver dónde estuvo la falla y qué es lo que deberíamos solucionar.
EC - Usted dice que no es cuestión de diseñar planes sino de evaluar los que están en curso para ver por qué han tenido o están teniendo fallas.
MCS - Un primer elemento muy importante es mejorar los sistemas de evaluación y fortalecer aquellos donde se encuentren fallas. Desde el punto de vista de una emergencia se trata básicamente de una coordinación entre el control de salud y la asistencia alimentaria, que además son de los pocos casos dentro de las políticas públicas que tienen historia de coordinación de hace años, de manera que creo que tienen que sentarse en forma conjunta. Me parece bien que manifiesten que van a coordinar acciones, pero que revean lo que se está haciendo. Hubo algo que no funcionó, que no se detectó a tiempo.
EC - En el Programa de Alimentación Escolar de Anep, en el que usted se desempeña, ¿se está atendiendo también este tipo de problemas? Supongo que sí.
MCS - Claro, el tema es que este tipo de situaciones se dan sobre todo en los niños más chiquitos, porque la vulnerabilidad es mayor cuando el niño tiene menor edad. Por supuesto que a nivel de las escuelas se está atendiendo con el Programa de Alimentación Escolar, pero no es solamente un problema de alimentación: eso es lo que estamos planteando a nivel de las escuelas. Hay que incorporar contenidos de educación alimentaria, de seguimiento y vigilancia del estado nutricional para poder detectar en forma muy precoz los problemas y las situaciones críticas de alimentación social.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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