05.05.2003






































El Poder Ejecutivo anuncia medidas de fomento del empleo

Ministro Pérez del Castillo: La exoneración de aportes no genera puestos de trabajo pero un dulce no amarga a nadie; genera un clima que, sumado a otros elementos, contribuye a su creación. Las normas sobre horario de trabajo proyectadas se adecuan al mercado laboral de hoy y de principios del siglo XX. Desregulación laboral es otra cosa, como la proliferación de "empresas unipersonales" que encubren relaciones de dependencia. Para el Pit-Cnt es fácil criticar las propuestas: yo le doy 10 pesos y usted piensa que podría haberle dado 100 y me quedé con 90.

EN PERSPECTIVA
Viernes 02.05.03, 07.36.


EMILIANO COTELO:
Ayer a esta hora entrevistábamos a Juan Castillo, dirigente del Pit-Cnt, para anticipar algunas pautas de la proclama de la central de trabajadores en el acto de conmemoración del 1º de Mayo. Por otra parte, comentábamos los contactos que el Pit-Cnt había mantenido con varios ministros (el de Trabajo, el de Economía, y antes con el canciller interino).

Tras el acto tradicional y otros pronunciamientos de dirigentes sindicales, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Santiago Pérez del Castillo, emitió un mensaje en nombre del Poder Ejecutivo.

ALFREDO DANTE:
Anunció tres proyectos de ley que serán enviados al Parlamento y un plan de empleos de emergencia.

Uno de los proyectos exonera de aportes sociales a los nuevos empleos. El otro pone un tope a los descuentos sobre el salario para pagar a los acreedores del trabajador. El tercer proyecto modifica las normas sobre el tiempo de trabajo y de descanso.

Respecto a los empleos de emergencia, el ministro informó que se está trabajando en forma coordinada con el Ministerio de Vivienda, y que ya se acordó una primera experiencia con la Intendencia Municipal de Río Negro.

EC – Estamos en comunicación con el ministro Santiago Pérez del Castillo. Repasaba la entrevista que mantuvimos hace ya cuatro meses, el 30 de diciembre, en la que usted anunciaba que se proponía implementar políticas activas de empleo. Hablaba incluso de convocar a un grupo de expertos en el área laboral, personas exitosas en la generación de empleo para diseñar los instrumentos. En estos cuatro meses, los resultados en esa materia han sido pocos.

SANTIAGO PÉREZ DEL CASTILLO:
No: los resultados son muchos pero no están a la vista, porque se creció para adentro. Es como las raíces que el árbol va echando hacia adentro de la tierra para salir con más pujanza.

EC - ¿En qué consiste ese crecimiento para adentro?

SPC – En haber trabajado sin tanta exposición a los medios, de pronto, en el sentido del riesgo que uno corre al hablar mucho cuando uno todavía tiene las cosas en borrador... Hemos estado conversando con empresarios exitosos (no recuerdo si los mencionaba así en esa entrevista del 30 de diciembre; aunque fue muy positiva para mí); hemos tomado nota de ideas posibles, hemos aprendido a ser más humildes en las expectativas que nos habíamos formado en un principio, y también estuvimos trabajando con técnicos (que son teóricos pero a la vez tienen una visión de conjunto de la economía y de las políticas de empleo) de Uruguay y de la Organización Internacional del Trabajo, más concretamente del equipo multidisciplinario que la OIT tiene en Santiago de Chile... Hemos estado en seminarios, en talleres, hemos hecho dos o tres en el Hotel Columbia en Montevideo... No es que estuviera oculto: simplemente no dimos aviso.

En Uruguay nos han dado una mano importante los economistas Juan Manuel Rodríguez, Jorge Notaro y otros con los que hemos estado conversando y de quienes hemos recogido ideas; también tuvimos apoyo de algunas asesorías del Pnud [Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo] que estaban antes de que yo empezara en el ministerio, y con eso uno va decantando los programas.

EC – Le decía que aparentemente los resultados no eran muchos porque un anuncio como el que usted hizo a fines del año pasado generó expectativas importantes en un momento en que las dificultades para conseguir trabajo han crecido tanto en el Uruguay.

Lo concreto por ahora es este plan de empleo de emergencia que se coordina con intendencias del interior; por ahora es lo que está en desarrollo.

SPC – Exacto. Es una punta de lanza en relación a lo que habíamos estado conversando. Lo dije en la alocución de ayer: “dar trabajo da trabajo”. Es trabajosa cualquier política de empleo, pero más en Uruguay en virtud de que, si uno tuviera todos los medios económicos disponibles, los recursos financieros para llevarlas a cabo, podría hacerse un festival, podría hacer un campo de experimentación e investigación... Pero resulta que las restricciones financieras son muy importantes. En virtud de que el ministro de Vivienda, Irureta, consiguió un pequeño apoyo (no tan pequeño en definitiva, suficiente en definitiva para largar esto de los empleos de emergencia con las intendencias) hemos hecho una joint venture con él y hemos recogido algunos proyectos como el del intendente Centurión, de Río Negro, y el intendente Lapaz de Soriano, que ya teníamos en nuestras carpetas desde hace dos o tres meses, pero en definitiva si uno no tiene dinero es muy difícil.

EC - ¿Cómo operan estos convenios?

SPC – El Poder Ejecutivo hace un convenio con la Intendencia, y entre la Intendencia, el Ministerio de Vivienda y el de Trabajo definimos qué proyectos entre los que han sido presentados a un llamado pueden ser apoyados, con un componente intensivo de mano de obra, incluso con porcentajes concretos en la relación mano de obra – materiales. De acuerdo a varios criterios (entre otros, la posibilidad de que se mantenga empleos genuinos o sustentables, y no sean solamente de emergencia, o el retorno que tenga sobre toda la comunidad, o sobre el embellecimiento o el mantenimiento de salubridad y medio ambiente (a través de alcantarillas, etcétera) esa actividad que propuso una institución social, una comisión barrial, una empresa para ser apoyada con este tipo de empleos.

EC – ¿Cómo operan estos dos proyectos?

SPC – Los intendentes tienen en su cabeza, de sus recorridas diarias por las ciudades, y de su contacto con las ONG, lo que se puede hacer, lo que conviene y lo que no. En este momento no le puedo decir “Hagamos tal cosa o tal otra” concretamente para Mercedes, Fray Bentos, Young, para el resto de las ciudades de Soriano. Pero sí le puedo decir que queremos arrancar en los próximos días. Este jueves vamos a ir al Congreso Nacional de Intendentes y a conversar con los demás intendentes...

EC – Pero ¿cuántos puestos de trabajo de emergencia están en juego en esos dos departamentos?

SPC – Hemos hecho unos estudios de acuerdo a los cuales distribuimos el total de los aportes o las acciones entre distintos departamentos de los 19, a partir de determinados criterios que nos decían “Aquí hay un problema más importante que en este otro lado”. Lo que ocurre es que no empezamos por lo más urgente, porque si usted ve las tasas de desempleo de Río Negro están mal, como en todos lados, pero están bastante bien en relación a otros lugares del país. Entonces empezamos por lo que estaba más cerca, porque el intendente Centurión tuvo la iniciativa de acercarse, mostrarnos un proyecto (que en este caso, además, lo había hecho Notaro) muy estudiado, muy preciso, y que además coincidía con las ideas que teníamos. Así que se juntaron el hambre y las ganas de comer...

EC - ¿Cuántos son los puestos de trabajo en ese caso?

SPC – No vamos a decir cifras, porque no sabemos en qué medida van a aparecer propuestas interesantes, y de pronto nos reservamos la posibilidad de tener vasos comunicantes entre las distintas experiencias de cada departamento.

EC – Son puestos por poco tiempo. ¿Por cuántos meses?

SPC – Por cinco meses cada uno.

EC – En definitiva, son soluciones transitorias.

SPC – Exactamente. Yo hablo a veces del “Inda [Instituto Nacional de Alimentación] del empleo”. Soluciones transitorias, de emergencia, de baja retribución... Vamos a tratar de que no tenga costos en materia de salud: sí cobertura de accidentes de trabajo, pero vamos a procurar que la salud al estilo Banco de Previsión Social, Dirección de los Servicios de Salud del Estado (Disse), mutualistas, sea sustituida por los hospitales de Salud Pública; pero eso requiere de una ley. Usted sabe que para niveles de salarios de esta índole (estamos hablando de un Salario Mínimo Nacional y medio, o un SMN y canasta de alimentación semanal), para cifras tan pequeñas a las cuales accede la gente en empleos de esa índole, no tiene dinero para pagar los tiques en las mutualistas. De modo que quedar al margen del cinco por ciento patronal y tres obrero para Disse, no modifica la cosa.

En lo que se refiere a exoneración de aportes jubilatorios patronales, esta norma enviada al Parlamento (ya se recogió la firma de distintos ministros) hay una exoneración...

EC – De eso hablamos después, porque quería completar esto de los planes de emergencia con los municipios. ¿Cuánto dinero tiene el Ministerio de Vivienda para manejar?

SPC – Consiguió un millón de dólares, y nosotros pensamos reforzarlo con otro tanto de las propias intendencias, y pensamos invitar también al Fondo de Reconversión Laboral administrado por la junta que integran el Ministerio, el Pit-Cnt y las cámaras empresariales para otro tanto. De modo que es bastante, teniendo en cuenta que cada empleo de emergencia vale menos de U$S 400.

EC – Estamos hablando de puestos de trabajo, en definitiva, precarios. Un paso...

SPC – La palabra “precarios” tiene una connotación distinta a la que queremos darle. Vamos a hablar de “emergencia”, porque tiene que ser un trabajo decente y efectivo: que sea un trabajo y no meramente una dádiva, ir a un sitio para al final de la tarde cobrar un jornal pero sin tener... Porque en esto del trabajo hay mucha cosa filosófica: importa que uno se sienta útil creando algo. Hemos estudiado las experiencias de otros países como Ecuador, Chile y Perú, donde se lo llamó Pro Empleo –nosotros lo vamos a llamar ProE— en algunos países, concretamente en Chile en la época de Pinochet (que fue uno de los primeros países donde arrancó esto que se ha mantenido en casi todos los países de América del Sur) ocurre eso: que si no está bien concreto cuál es la obra, si no hay un empleador definido, un gestor determinado (que conviene que no sea un gestor público), fracasa.

***

EC – Por otro lado, hay tres proyectos de ley. ¿En qué consisten?

SPC – El primero, en un incentivo a la contratación de nuevos trabajadores, por la vía de que los nuevos trabajadores contratados, en todos los sectores, no paguen aportes patronales al Banco de Previsión Social durante 12 meses, no seis. No sé si ayer hubo un error, pero no son seis meses sino un año.

EC – Es una precisión importante.

SPC – Es importante, sí: son 12 meses de exoneración de aportes patronales jubilatorios.

Además hay una eliminación del complemento de la cuota de las mutualistas. Cuando el 8% de aporte para el Seguro de Enfermedad no llega a una cifra equivalente al promedio de lo que cobran las mutualistas por afiliación, y que se revisa periódicamente, el patrono tiene que pagar la diferencia de ese aporte del 8% con el costo de la cuota mutual, multiplicado por el número total de los trabajadores. En este proyecto (artículo 1º inciso 2º) hay una exoneración íntegra de la diferencia de cuota mutual, ahí sí por el término de seis meses. De manera que el seguro mutual pasa a ser siempre de 8%: cinco de aporte patronal y tres obrero, sin esa diferencia de cuota mutual que implantó hace unos 10 años el Poder Ejecutivo para poder cerrar mejor los números del fondo.

EC – Cuando hablábamos ayer con Juan Castillo respecto a la reducción de aportes sociales por los nuevos empleos, decía que el Pit-Cnt ha estudiado este tipo de instrumentos, que es la novena vez en que sucesivos gobiernos disponen rebajas de aportes al BPS y una rebaja impositiva, y que los resultados han sido una pérdida de recaudación para la seguridad social, y además que no sólo no se ha creado un solo puesto de trabajo sino que paralelamente la desocupación ha venido en aumento constante hasta llegar a los niveles que conocemos.

SPC – Son tantos los comentarios al respecto que no puedo ni empezar. Lo primero es que cuando uno hace algo o da algo es fácil criticar, ¿no es cierto? Yo le doy a usted 10 pesos y usted piensa “Ah, mirá: me da 10 pesos. Se ve que me podía dar 100 pero se quedó con los otros 90. Qué bandido”.

EC - ¿Ustedes tienen estudiado el impacto de este tipo de medidas? Porque el Pit-Cnt dice que lo estudió y que le da lo contrario.

SPC – Castillo y el Pit-Cnt dicen que lo estudiaron y les da lo contrario. Yo le diría que este tipo de medidas siempre son positivas para crear un ambiente en el cual el empresario, el inversor, se vea más propenso a la contratación de nuevos trabajadores. No creo que por sí solo sea la panacea o el secreto, pero esto, más esto otro, más aquello, más un determinado estado de confianza en que la economía se va relanzando, más un determinado tipo de conversación o participación de los trabajadores –organizados o no— en la suerte de la empresa, más una serie de cositas de esa índole... Usted no puede comer sólo perejil, pero al perejil con un poco de apio usted hace una provenzal y le pone a un pescadito, hace una cosa más... Así que yo diría que esto puede ser el perejil, el apio, en fin.

EC – Pasemos al proyecto que apunta a modificar normas sobre la duración del tiempo de trabajo y de descanso.

SPC – Está en la misma línea, diría. No es exclusivamente un tema de pro empleo, pero también va a hacer que quien tiene que tomar nuevos trabajadores sepa que puede adaptar mejor... Porque no se trata de modificar los límites, sino de poder moverse con más comodidad dentro de los límites prestablecidos para organizar mejor el tiempo de trabajo que el empresario está adquiriendo por medio del salario.

EC - ¿Puede dar algún ejemplo?

SPC – Hay montones, pero además esto es algo que Uruguay se debía hace muchos años, porque tiene una legislación absolutamente obsoleta. Esta adaptación de los tiempos de trabajo es algo que los países tienen hace 30 o 40 años. Nosotros tenemos una legislación de principios de siglo pasado, y esta es una de las cosas que a mí me impresionan: cómo los actores (no sólo el movimiento obrero organizado sino también los empresarios, las propias administraciones laborales) desatienden por hablar de temas de política internacional, de temas que no hacen a la cosa diaria del trabajador en concreto.

Si usted trabaja hoy 12 horas yo no le puedo decir que mañana trabaje cuatro, porque las 12 horas de hoy me van a generar cuatro horas extra, de modo que le voy a tener que pagar a usted 16 por hoy y por las cuatro de mañana, las cuatro y punto. En definitiva, en vez de haber trabajado las 12 de hoy y las cuatro de mañana y haber pagado 16, el empresario va a tener que pagar 16 por las 12 de hoy más cuatro de mañana, 20. Pero eso es una pavada; es un ejemplito que se me acaba de ocurrir, y que hace referencia a una cosa que, extendida en el tiempo, puede ser mucho más grave. Si usted tiene una empresa que trabaja sólo los sábados y domingos, no está previsto en ninguna norma en el Uruguay que usted puede hacer trabajar... Porque además no es un tema de que el empresario de vivo atropelle al pobre trabajador. Es un tema que muchas veces le puede ser muy útil al pobre empleado: mañana viene una hermana mía de Suecia y la quiero ir a buscar de tarde, y el empleador me puede decir que no, que no me tome la tarde de mañana. Yo le digo “Mire que yo le compenso, yo le trabajo más”. Y el empresario le dice “¿Sabe una cosa? Usted me trabaja más pero después me hace un juicio por las horas extra que no le pago hoy”.

EC – Pero ¿es un proyecto que facilite la generación de nuevos puestos de trabajo?

SPC – Es crear ambiente para que la legislación laboral se parezca más a lo que la gente necesita y lo que efectivamente ocurre en la realidad, y no sea algo teórico, lleno de principios positivos pero que no están bajados a lo de hoy. El trabajo de hoy es muy distinto al de principios del siglo XX. Esto genera una mentalidad distinta, una mentalidad de mayor modernidad, de mayor comodidad, y una mentalidad de que las normas son para cumplirlas, son cumplibles y por eso se cumplen. Y también generan la mentalidad del cumplimiento de obligaciones y no sólo de exigencia de derechos.

EC – La crítica que puede surgir es que esto lleva a la desregulación laboral.

SPC – No: no tiene nada que ver. Nosotros acá no estamos hablando de la duración del tiempo de trabajo ni de la estabilidad. Si por flexibilidad laboral se entiende adaptación del tiempo de trabajo, manteniendo los límites de higiene lógicos, entonces esto es flexible. Pero la desregulación es una cosa muy distinta; es un desmonte general. La desregulación es que estoy lleno de empresas unipersonales que en realidad son trabajadores subordinados encubiertos...

EC – Ese es un problema crítico, que justamente fue mencionado ayer en el acto del Pit-Cnt. ¿Está previsto actuar sobre esa modalidad de trabajo?

SPC – Si yo le digo todas las cosas que estamos previendo, estudiando, de las que tenemos carpetas abiertas, dentro de cuatro meses usted me va a decir: “Pero ¿y aquello que me dijo hace cuatro meses...?”. Entonces, no le digo nada.

(Risas)

EC – Lo dejamos para más adelante, entonces. ¿En qué consiste el tercer proyecto?

SPC – Consiste en algo también muy claramente necesitado, que es el tope de los descuentos posibles para el pago de pensiones alimenticias, préstamos sociales del Banco de la República, adquisición de vivienda, garantía de créditos de la Contaduría General de la Nación, compras en cooperativas de consumo o repago a las cooperativas de ahorro y crédito. Hay varios proyectos parlamentarios (lamentablemente en este momento no los recuerdo todos: hay uno de Falco, varios del Foro Batllista, algún otro del diputado Daniel Díaz Maynard del Encuentro Progresista) en la línea de topear. Nosotros tomamos esas iniciativas, las estudiamos un poco más con las entidades acreedoras de los trabajadores, para hacer un proyecto de unos 30 artículos. Veremos qué pasa en el Parlamento: yo lo voy a impulsar porque estoy convencido de su necesidad, y en la necesidad está todo el mundo de acuerdo; pero hace dos o tres años está todo el mundo de acuerdo pero no termina de concretarse en un proyecto definido y concreto. Hay algunas dificultades con algunas cooperativas de ahorro y crédito que usaron la figura de la cooperativa en forma totalmente perjudicial, y en este momento estamos tratando de incorporar también un proyecto que estaba pronto en la Auditoría Interna de la Nación, realizado en conjunto con la Confederación Uruguaya del Cooperativismo, Cudecoop, más la representación del Poder Ejecutivo en el sector cooperativo (presidida por el ingeniero Gonzalo Cibils, que nos está dando una mano con carácter general en el Ministerio, no sólo con este proyecto específicamente).

EC – En definitiva, se busca que el trabajador tenga en la mano más dinero que el que recibe hoy por la suma de los descuentos comprometidos en función de su salario. De todos modos, supongo que eso no implica dejar de pagar una parte de sus deudas, sino distribuirlas en el tiempo.

SPC – Por supuesto: esta no es ninguna forma de perdonar las deudas sino también de incentivar al que da créditos al trabajador para que averigüe cómo está en el resto de los descuentos posibles legalmente.

EC - ¿Tiene viabilidad este paquete de proyectos?

SPC – Creo que sí; creo que los tres tendrían que salir rápido. Vamos a hacer lo posible.

EC – Pero ¿se ha asegurado el apoyo político?

SPC – En el caso de los topes de descuentos ya había una mentalidad de que había que hacerlo. En el caso de la exoneración patronal, a nadie le amarga un dulce. Y en el caso de la modificación del tiempo de trabajo, lo vamos a presentar dentro de unos 15 días: quiero hacerlo ver también por los interesados (más que nada el Pit-Cnt que me lo pidió y lo vamos a conversar sobre todo con sus abogados) y con alguna instancia académica.

Anticipo en el Parlamento (febrero 2003)

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón








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