09.05.2003






































Lara: Lissidini jugó al límite y perdió

El diputado nacionalista acusa al ex director nacional de Aduanas de haber querido usar su cargo como plataforma política. Mandó archivar el expediente con el mayor delito de guante blanco, donde se aconsejaba separación del cargo y denuncia penal contra cinco funcionarios. Los policías que eligió como personal de confianza sumaban 263 sanciones (nunca se sabrá si él lo sabía o no). Sobre esto también deberá responder el ministro Stirling, ya que es cierto que el subjefe de Montevideo informó por escrito que tenían calificación buena.

EN PERSPECTIVA
Viernes 09.05.03, 07.36.

EMILIANO COTELO:
¿Qué ocurrirá en la Dirección Nacional de Aduanas, luego de que su titular, Víctor Lissidini, oficializara ayer su renuncia? El doctor Rafael Ravera, abogado especialista en Derecho Aduanero, quien además había trabajado antes en la Dirección de Evaluaciones y en el Instituto de Capacitación de la Aduana, reconoce haber sido llamado por “muchos colorados y blancos” para decirle que es el candidato a ocupar el cargo.

ALFREDO DANTE:
No habría recibido, en cambio, dos llamadas clave: la del presidente Batlle y la del ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, de modo que está a la espera de que le hagan un ofrecimiento formal. En tal caso, según allegados a Ravera (que tiene 48 años de edad), aceptaría la designación.

EC – Pero hay otro nombre en danza.

AD – Sí: circuló ayer el del general retirado Ricardo Galarza (un ex colaborador del entonces presidente Julio María Sanguinetti), quien dijo al diario El Observador que no sabe nada de candidaturas ni supone que lo vayan a nombrar.

EC – Mientras tanto, el alejamiento de Lissidini no parece tan sencillo como lo plantean él y voceros de Economía, quienes aseguran que renunció por motivos personales, según dice hoy El Observador. Incluso Batlle se mostró reacio a hablar del tema, y afirmó que Atchugarry “irá resolviendo quién entiende que va a ser su colaborador”.

“Pero Atchugarry no se refirió a la renuncia, y en su secretaría le dieron vueltas al tema durante toda la tarde de ayer”, agrega la crónica.

AD - “Primero se iba a emitir un comunicado que nunca llegó. Luego, un vocero del Ministerio que no quiso identificarse convalidó la versión de Lissidini.

“Pero eso no es lo que pasó, según datos que manejan políticos y allegados a Lissidini. Aseguran que Atchugarry le pidió que se retirara del cargo por el procesamiento de dos policías que trabajaban en régimen de comisión en Aduanas”.

Allegados a Lissidini citados por El Observador “relataron la última conversación” entre el renunciante y el ministro de Economía. “Fue el miércoles por la noche, poco antes de que confirmara que dejaba el cargo. Según los informantes, el ministro cambió de opinión y le planteó que lo dejara para más adelante, a lo que Lissidini habría respondido que no es ‘juguete de nadie’. Luego colgó el teléfono y realizó una entrevista con Canal 12, en la que atribuyó su alejamiento al impacto que tuvieron en su familia las denuncias del diputado nacionalista Julio Lara, un fuerte cuestionador de su gestión”.

EC – Cuando lo entrevistábamos ayer, Lissidini daba esta explicación para su renuncia:

(Grabación)

VÍCTOR LISSIDINI:
Mi familia dijo basta. Mi familia sabía que, por mi forma de ser, iba a atacar a los delincuentes y a los contrabandistas. Cuando es un señor diputado que miente y deforma la realidad, absolutamente deforma la realidad y tergiversa todo, me hace víctima del escarnio público, y mi honorabilidad y la de mi familia, ya no puedo permanecer más en el cargo. Por eso, el martes fui al Ministerio de Economía y le planteé... Tal vez hubiera alguna decisión que no conozco y el ministro Atchugarry tampoco me la dijo, por la que el pretendía que yo me alejara del cargo. Siempre tuve el apoyo del señor ministro, siempre tuve el apoyo del presidente de la República, en absolutamente todas mis actuaciones.

(Fin de la grabación)


Estamos ahora en comunicación con el diputado Julio Lara, de Alianza Nacional, Partido Nacional. Usted escuchó las declaraciones de Lissidini. No lo dijo sólo acá sino en distintos medios: renunció por la forma en que su nombre había sido manoseado, tanto por una tapa de la revista Caras & Caretas como por las denuncias que usted había estado formulando en las semanas anteriores.

JULIO LARA:
Me parece un verdadero disparate. Renuncia porque no tiene respaldo político; quedó muy claro y demostrado ayer, cuando varios colegas suyos trataron de entrevistar al ministro de Economía en el Parlamento, después de participar en una reunión con legisladores del Partido Nacional. En ningún momento salió a respaldarlo, y tampoco lo hizo el presidente de la República.

EC – Cuando Lissidini anunció que se iba, usted dijo “Se ha logrado el objetivo, y el ministro de Economía ha cumplido con su palabra”. Usted había tenido una conversación con el ministro Atchugarry el 30 de abril, el miércoles de la semana pasada.

JL – Efectivamente. El 30 de abril me comuniqué con el ministro manifestándole mi preocupación por lo que estaba pasando en la Dirección Nacional de Aduanas, poniéndole al tanto de alguna información que yo tenía y otra posible denuncia penal que iba a efectuar (la hice ese día en el juzgado de Tercer Turno), ...

EC – Después vamos a eso, pero ¿cómo terminó esa conversación?

JL – Terminó en que él estaba muy preocupado por la situación de Aduanas, que iba a intervenir en el tema y que en 48 horas iba a tener una respuesta. Lo hizo, porque el viernes, antes de 48 horas, ya estaba instalada la Auditoría Interna de la Nación.

EC – Pero el ministro ¿le aseguró a usted que Lissidini iba a dejar el cargo? Porque una cosa es que la Auditoría Interna fuera a la Aduana y actuara allí, otra cosa es que se ordenara investigaciones, medidas... Otra muy distinta es que Lissidini se vaya.

JL – Lo que planteé y ha sido público es que, para mí, lo fundamental era la permanencia de Lissidini (a quien tenía como el gran responsable de la situación que atraviesa la Dirección Nacional de Aduanas) y que, lamentablemente, de continuar él yo tendría que interpelar al ministro. Cosa que no quería hacer, porque entendía que [Atchugarry] no estaba al tanto de la mayoría de los temas que se estaba manejando, pero que en lo personal tendría que tomar una resolución en un plazo no mayor de 10 días.

EC - ¿Y Atchugarry le dio alguna señal de que Lissidini iba a salir?

JL – No. Esa fue la contestación. Yo tengo otra versión que la que maneja Lissidini: que le pidieron la renuncia para unos días más adelante, pero él se apuró a declarar en televisión que renunciaba a pedido de su familia. Por supuesto que no convence absolutamente a nadie, y menos una persona que jugó a ganador desde el primer momento en que asumió.

EC - ¿Cuál es su cuestionamiento a Lissidini? Quiero decir: ¿usted lo acusa a él de participar en actos de corrupción, o lo hace responsable por situaciones que ocurrieron en su entorno?

JL – Yo lo hago totalmente responsable de varias situaciones. La primera, es que él tuvo la posibilidad de elegir a sus colaboradores, y así lo hizo: pidió cuatro funcionarios en comisión al Ministerio del Interior, sin saber... (sin saber, o no: esto nunca se sabrá en definitiva), sin haber pedido los antecedentes funcionales de estas personas. Después de que nosotros realizáramos un pedido de informes, tuve una reunión con el ministro del Interior y el subsecretario, se cuenta la cantidad de sanciones, y por ejemplo uno de ellos tenía 140 sanciones. El pase en comisión de dos de estas personas a las que el doctor Lissidini nombró el 16 de enero (uno de ellos como jefe de la oficina 218, el famoso cuerpo de elite, y el otro al que nombra jefe de operaciones y personal), había cesado por decisión del ministro Stirling, en conocimiento del ministro Atchugarry, en octubre del año pasado.

Y, en una situación totalmente irregular, no se sabe por qué compromiso, el doctor Lissidini les dio estos cargos tan importantes a estas personas que en la actualidad están procesadas por coimas, a raíz de una investigación que se inició cuando una empresaria de Pando fue a mi despacho.

EC – Ayer, Lissidini dijo “Ante las dudas que me planteaban los dichos del diputado Lara, requerí al Ministerio del Interior los antecedentes de los cinco funcionarios policiales que estaban en comisión (...). El subjefe de Policía me remitió nota el 10 de abril diciendo que los cinco funcionarios tienen calificación buena. (...) Tengo un documento emitido por la Jefatura de Policía en que ellos revistaban, diciendo que su calificación era buena”.

JL – Sí: el 10 de abril, pero hace un año que están en comisión.

EC – Su primera crítica es por qué no pidió primero las fichas.

JL - ¡Pero pide la ficha después de que están procesados con prisión!

EC – Pero el informe dice que tenían calificación buena.

JL – Sí, y por ese informe vamos a... No sé qué tipo de gestión haremos ante el ministro del Interior, porque no sé si él avala la información del subjefe de Policía. Por un lado estoy contando las sanciones con el ministro y el subsecretario, y llegamos a 263 sanciones, y después un subordinado del ministro envía hace muy pocos días una nota a Lissidini (yo tengo la copia, también) diciendo que tienen calificación buena.

EC – O sea que el desorden, en todo caso, no es sólo en la Aduana.

JL – Pero ¡por favor! Aunque Lissidini tiene razón en cuanto a esa nota, que yo tengo también. Sobre esto va a tener que responder el ministro Stirling. Pusieron a una persona especialmente a contar las sanciones, porque uno de los funcionarios solicitados en comisión tenía 14 hojas.

EC – En definitiva, lo que usted está cuestionando es cómo Lissidini elegía a sus colaboradores.

JL – Una de las cosas. Otro tema tiene que ver con alguno de los expedientes que está ahora en la Justicia. Hay una maniobra de subfacturación que involucra a 60 empresas y a cinco funcionarios de la Dirección Nacional de Aduanas (tres contadores y dos administrativos). Se inició una investigación administrativa a instancias del capitán de navío Alberto Salvo...

EC – Eso fue durante la gestión del director anterior.

JL – Sí. Concluyó con un sumario que tiene más de 900 hojas, en el que se expidieron los tres abogados de las distintas secciones de Aduanas, aconsejando una inmediata denuncia penal y separación del cargo de los cinco funcionarios. Eso fue elevado a un fiscal de Aduana, quien pidió la inmediata denuncia penal y la separación del cargo de los cinco funcionarios. A raíz de un pedido de informes que efectué en los primeros días de enero, el doctor Lissidini decidió archivar este expediente. Me presenté en la Justicia, y ahora la fiscal está buscando el expediente desaparecido en la Dirección Nacional de Aduanas.

Este es uno de los tantos.

EC – En resumen, ¿cómo califica a Lissidini? ¿Por qué entiende que debía irse?

JL – Yo entiendo que debía irse –y se va, que es lo fundamental— porque ha perdido totalmente el control del funcionamiento de la Dirección, que viene con luchas internas por el poder de las que el doctor Lissidini muchas veces ha sido rehén.

EC - ¿Pero lo inculpa a él directamente de algún acto de corrupción?

JL – No: nunca lo hice. Si tuviera que hacerlo, lo haría. Pero no lo he hecho. Creo que ha sido rehén de una situación que se ha dado mucho tiempo en la Dirección Nacional de Aduanas, pero creo sí que ha sido el responsable de cómo se ha manejado, y entiendo que es muy buena cosa que dé un paso al costado y que venga otro director que pueda conocer la interna del funcionamiento, que es muy difícil.

***

EC – En la entrevista de ayer, el doctor Lissidini le cuestionaba a usted por su manejo del tema: “Yo invité al diputado Lara, públicamente y en dos oportunidades, para que viniera a la Aduana a trabajar al lado mío. Si él está tan ocupado con el tema de la Aduana, porque es el tema de él desde 1992 está denunciando hechos en la Aduana”. Pero, agregó, usted no atendía a esas invitaciones:

(Grabación)

VL - “Lo que hacía el diputado Lara era denunciarme por cosas muy menores, y que si él me hubiera llamado por teléfono yo se las hubiera aclarado. Una cantidad de cosas en que él dice que se equivocó yo se las hubiera aclarado perfectamente”.

(Fin de la grabación)


¿Por qué usted no aceptó esa invitación?

JL – Me entero a raíz de estas declaraciones de que me había invitado. Yo no tengo por qué estar haciendo un seguimiento de la prensa para ver si en alguna nota dijo públicamente que me invitaba a la Dirección Nacional de Aduanas. Nunca me llamó por teléfono; no es así.

EC – El debate es a propósito de estilos de hacer política. Lo que dice Lissidini es “por qué en vez de denunciar y denunciar, no viene y me da una mano en esto que es muy complicado; me hubiera venido bien el conocimiento que el diputado Lara tiene de la Aduana”.

JL - ¿Cómo voy a ir a hablar con él, si a quien denuncian los expedientes es a él? Después, el responsable es él. En esta maniobra de subfacturación, que creo que es una de las maniobras de guante blanco más importantes en toda la historia de la Dirección Nacional de Aduanas, donde tres abogados y el fiscal de Aduanas piden la inmediata separación del cargo y denuncia penal de los funcionarios, y él ordena archivar el expediente, ¿le parece que yo puedo ir a discutir con él por qué lo hizo, o por qué se manejó ese anónimo sobre por qué mandó a archivar el expediente, un anónimo que estuvo circulando en la Dirección Nacional de Aduanas?

EC – El doctor Lissidini anunció una denuncia penal contra usted, evidentemente por difamación e injurias. ¿Cómo lo observa?

JL – Lo respeto, y aprovecho para decir que, si lo hace, yo concurro renunciando a mis fueros parlamentarios; en este caso actuaría como un ciudadano cualquiera.

EC - ¿Por qué tiene que dar ese paso?

JL – Porque en esto somos actores políticos y estamos expuestos; yo también lo estoy. El doctor Lissidini ha sido un abanderado; desde el momento en que asumió trató de utilizar este cargo tan importante para el país como plataforma política, jugó al límite. Jugó y perdió, y por tanto yo, que también me la he jugado, no quiero ningún tipo de ventajas en un posible juicio.

EC – Usted ¿nunca tuvo ofrecimientos para ser director nacional de Aduanas, teniendo en cuenta que es una materia en la que trabaja desde hace años y en la que –por lo visto— tiene buenos informantes?

JL – Que tengo buenos informantes, y que estoy relacionado en forma permanente con el gremio y con funcionarios dentro de la Dirección, sobre todo en el interior, es cierto.

EC - ¿No le han propuesto ser director?

JL – No, y no creo estar capacitado para el cargo. Tiene que ser alguien que domine la interna y que esté todos los días por lo menos en contacto con gente de Aduanas, y no es mi caso.

EC – Lissidini ha dicho que usted, con su campaña de denuncias permanentes, termina haciendo el juego, o termina favoreciendo a los grandes contrabandistas...

JL – Eso es una barbaridad.

EC – ...porque van cayendo un director tras otro, hay un permanente recambio en las jerarquías de la Aduana, una reorganización cada tantos meses, etcétera.

JL – Con el ex director nacional, ingeniero Pablo Illarietti, tuvimos enormes diferencias, y no se fue para la casa porque se lo pidiera la señora; enseguida de asumir el doctor Sienra, con el senador Jorge Larrañaga pedimos una entrevista conjunta con el entonces ministro de Economía Alberto Bensión, y presentamos un documento de más de 20 horas con lo que para nosotros tenía que ser la reformulación de la Dirección Nacional de Aduanas, un trabajo muy importante de nuestros asesores; nos reunimos en otras dos oportunidades pero lamentablemente renunció y no fue por mí; por último, con el capitán de navío Salvo (que tuvo un pasaje muy fugaz) tengo una buena relación personal pero nunca habíamos tenido la posibilidad de reunirnos. El doctor Lissidini fue a mi despacho a hablar conmigo antes de asumir y después cambió la pisada, pero eso ya es historia porque no está más al frente de la Dirección.

EC - ¿Usted no se va a mover más en los temas de la Aduana? Había dicho eso, ¿no?

JL – Hay muchísimas cosas que no he hecho públicas. He tenido reuniones muy complicadas en los últimos tiempos (siempre las tengo) en uno de los temas más peligrosos. Yo ando solo y soy responsable de que si mañana me pasa algo no me voy a hacer la víctima. Nadie me mandó a meterme en este tema, y soy consciente de con quiénes estoy jugando. Por tanto, me gustaría cerrar este tema, porque hace ocho años que vengo trabajando en él, y estaría dispuesto a dar una mano (así se lo hice saber al ministro Atchugarry en su momento) al nuevo director que venga.

EC - ¿Qué quiere decir “dar una mano”?

JL – La información que yo tengo, tal vez no la tenga el próximo director. Porque hay mucha gente (y lo puedo demostrar con cartas) que vienen a hacerme la denuncia a mí, porque confían en mí, y saben que yo la voy a hacer llegar a la Justicia.

EC – Pero lo que usted dice que es la va a dar una mano al nuevo director y ¿después se va a apartar del tema? ¿Eso es lo que ha resuelto?

JL – Sí, sí. A esta altura es para mí un tema totalmente agotado.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón




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