09.05.2003




































PARA BRASIL, PRIMERO EL MERCOSUR Y LUEGO AMÉRICA DEL SUR. PARA NOSOTROS, TODA AMÉRICA LATINA, EN ESPECIAL MÉXICO

En Argentina “hay consenso: no es
Mercosur o Alca sino sumar mercados”

Vicecanciller Martín Redrado: El proceso de integración no se erosionó por falta de voluntad sino por los errores de política económica interna de Brasil y Argentina, que repercutieron sobre los socios. Los problemas del Mercosur se dan cuando una moneda se deprecia fuertemente (Brasil 1999 y Argentina 2001), y estamos avanzando en algo que no es una banda cambiaria sino mecanismos de disciplina, mecanismos que puedan ser usados antes de las devaluaciones para compensar a los países que las sufren. Si Uruguay los hubiera tenido las cosas hubieran sido mejores.

EN PERSPECTIVA
Viernes 09.05.03, 08.40.

EMILIANO COTELO:
Parecería que, de la mano de los cambios de mando en los países socios del Mercosur, se vienen cambios también en las estrategias de política regional. Lo cierto es que por ahora las gestiones abundan y a todo nivel; esta semana que se cierra ha sido particularmente intensa en ese sentido, en especial en lo que hace a las relaciones bilaterales entre los países del bloque.

El candidato mejor perfilado para los comicios presidenciales argentinos, Néstor Kirchner, visitó ayer a Lula sólo dos días después de que visitara Brasilia el vicecanciller argentino, Martín Redrado.

Pero esta “mini gira” de Redrado se extendió a nuestro país y se sumó a la presencia en Uruguay de uno de los principales asesores del presidente Lula, Marco Aurelio García, con quien dialogábamos ayer.

Hoy el diálogo será con el viceministro de Relaciones Exteriores en Buenos Aires, el doctor Martín Redrado.

Terminando su gestión prácticamente, ¿o con la expectativa de continuar?

MARTÍN REDRADO:
Yo siempre trabajo como si cada día fuera el último.

EC - Vicecanciller y secretario de Comercio Internacional.

MR - Así es.

EC - Parece que con el correr de los días este asunto asumió un perfil un poco más bajo, pero usted realizó una propuesta orientada a la coordinación de las políticas cambiarias entre Argentina y Brasil a través de una banda de flotación para las dos monedas, el peso argentino y el real. ¿En qué estaba pensando específicamente?

MR - En realidad venimos trabajando sobre temas de coordinación macroeconómica desde hace bastante tiempo. Es común luego, que las relaciones con Brasil se hayan focalizado en lo que llamamos el Instituto Monetario entre Brasil y Argentina, en que haya distintas propuestas de trabajo. En realidad yo no hablé de una banda cambiaria, sino de mecanismos de disciplinamiento para cuando los tipos de cambio tienen una depreciación o una apreciación. Los problemas que hemos tenido en el Mercosur, en particular en nuestros sectores productivos, se dan cuando una moneda se deprecia fuertemente con respecto a la otra y sus productos quedan en una posición poco competitiva. Lo vimos claramente en 1999 con la devaluación brasileña y en 2001 con la devaluación argentina. Entonces nosotros, con el Ministerio de Economía de Argentina, estamos avanzando en algunas ideas que no significan una banda cambiaria sino mecanismos de disciplinamiento si hay un proceso de depreciación o mecanismos de compensación si existe una depreciación en un país o en el otro.

Lamentablemente la prensa lo tomó como banda cambiaria. Yo no estaba pensando en que hubiera intervención por parte de los bancos centrales. Hay otras ideas como la que está llevando adelante sobre todo Brasil, de llevar adelante una moneda de tipo comercial para las transacciones comerciales entre Brasil y Argentina. Pero siempre los grandes titulares, moneda única, banda cambiaria, captan la atención en lugar de ir a la profundidad de la validez técnica de estas propuestas.

EC - ¿Es viable que dos de los países macroeconómicamente más inestables del mundo, como han sido históricamente Brasil y Argentina, lleguen algún día a avanzar en esta materia?

MR - Por supuesto. Lo que decimos es que si no avanzan y si sigue habiendo estas fuertes depreciaciones, que los demás socios puedan tener mecanismos de compensación. Esto es un resguardo, como una vacuna por si ocurre algo hacia delante; así que no me cabe la menor duda de que, por primera vez técnicamente, (como también se lo habrá dicho el doctor Marco Aurelio García), se está trabajando sobre estos instrumentos. Esto no quiere decir que mañana vayamos a tener mayor coordinación o una moneda comercial; pero tanto Brasil como Argentina están llevando adelante ideas al respecto.

Creo que una buena idea es precisamente generar mecanismos que compensen devaluaciones o fuertes apreciaciones, sobre todo a los países que las sufren. Uruguay ha sido prácticamente casi un ejemplo, porque primero sufrió la devaluación brasileña y luego la argentina. Si hubiera mecanismos compensadores para esto, si Uruguay pudiera tener mecanismos de protección frente a esta crisis, las cosas hubieran sido distintas, hubieran sido mejores. Lo que estoy proponiendo es generar mecanismos que tengan la capacidad de utilizarse antes y no cuando ocurran estas devaluaciones y pensemos “Uy, ¿y ahora qué hacemos?”.

EC - Estamos hablando de gestiones Argentina - Brasil. Usted recién aludió a los otros socios del Mercosur, en particular a Paraguay y Uruguay, como países que podrían beneficiarse de un esquema de coordinación como el que mencionó. Pero lo cierto es que hasta ahora Paraguay y Uruguay poco han tenido que ver con esas conversaciones.

MR - Paraguay y Uruguay están siempre informados; lo que pasa es que a veces no a través de los medios de comunicación. Pero créame que mi visión, sobre todo de Uruguay, es permanente; usted habrá visto que en los últimos 90-120 días la relación argentino-uruguaya ha mejorado muchísimo. Créame que en todo este tipo de iniciativas los vicecancilleres siempre tenemos una línea de trabajo que no sale todos los días en los diarios –a Dios gracias– y que nos permite comentar este tipo de ideas.

EC - Otro de los temas que surgieron a raíz de su viaje a Brasilia fue el ofrecimiento de una línea de crédito por U$S 1.000 millones del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), en principio se dijo que para exportaciones argentinas, incluso a cualquier parte del mundo; después hubo algunos cambios en cuanto al destino de ese financiamiento. ¿En qué está ese asunto en particular?

MR - Hay una decisión del presidente de Brasil de avanzar en esa línea de crédito; yo avancé técnicamente el martes con los ejecutivos del BNDES. Es una línea destinada principalmente a prefinanciar exportaciones de Argentina hacia Brasil y de Brasil hacia Argentina, pero también hacia América del Sur. Estoy convencido de que cuando el presidente Batlle esté en Brasil, el lunes, también podrá trabajar en esta dirección. El BNDES tiene algunas restricciones estatutarias, entonces lo que se ha hecho es crear un fondo especial que permita el financiamiento de exportaciones fuera de Brasil.

EC - ¿Para usted fue una sorpresa ese ofrecimiento?

MR - Sí.

EC - ¿No se lo había anunciado previamente?

MR - Estábamos hablando de que Argentina había logrado un despegue del comercio y que lo que faltaba para que ese comercio se consolidara era precisamente más crédito, porque Argentina es un país que todavía no ha reestructurado su deuda. Así que fue una sorpresa ver el cambio de matiz que se le dio al BNDES y el énfasis, porque el martes está llegando aquí una delegación encabezada por el vicepresidente ejecutivo del BNDES para implementar estas líneas a partir, en principio, de los bancos brasileños que trabajan en la región, pero también del Banco de Inversión y Comercio Exterior. O sea que esa línea va a estar funcionando en las próximas semanas, en los próximos 40, 60 días y claramente va a estar destinada a exportaciones de Argentina, fundamentalmente con una visión hacia el Mercosur, pero también hacia el resto de América del Sur, que aparece como la prioridad política que hoy tiene Brasil en su política exterior.

***

EC - Hablábamos de la intención de avanzar en la coordinación de las políticas macroeconómicas entre Argentina y Brasil, en especial en el capítulo monetario; hablábamos de la línea de crédito que abre el BNDES para facilitar el comercio entre Brasil y Argentina, incluso las exportaciones argentinas a otras partes de América Latina. Son gestos que pautan un cambio en la salud del Mercosur. ¿Cómo define usted la tendencia hacia la que se está trabajando, por lo menos entre Argentina y Brasil en cuanto al tratado regional?

MR - Yo diría que el principal problema que tuvimos fue el que usted señaló hace un instante: fueron equivocadas políticas económicas que se tomaron principalmente en Brasil y Argentina, en particular políticas que generaron un sobreendeudamiento y sobre todo un sobreendeudamiento con un tipo de cambio fijo, lo que llevó a una implosión del sistema. Pero el proceso de integración indudablemente no se erosionó por una falta de voluntad integradora sino por los errores de política económica interna que se cometieron, que evidentemente tuvieron repercusión sobre los socios.

EC - Algo ha pasado, algo cambió en estos dos o tres meses, por decir algo.

MR - Sin duda el gobierno de Brasil muestra hoy una voluntad muy importante de trabajar primero con el Mercosur y luego con América del Sur; nuestra visión es que hay que trabajar con toda América Latina, nosotros le damos mucha importancia al rol de México en la región y demás está decir a acuerdos comerciales como el que Uruguay está llevando adelante y que Argentina también llevará adelante en los próximos meses con México son esenciales para tener nuevas capacidades dentro de nuestra América Latina.

Pero está claro que esta revitalización, quizás desde un punto de vista más periodístico o mediático, tiene que ver con que Brasil ha puesto el eje de su política exterior fundamentalmente en el Mercosur y en América del Sur. De todas maneras ya el año pasado habíamos hecho avances importantes, como el que se hizo en el convenio de crédito recíproco entre los bancos centrales para garantizar el flujo de comercio bilateral de exportaciones e importaciones, en el acuerdo automotor, que también tuvo su implicancia en el acuerdo automotor que Argentina tiene con Uruguay, permitiéndole a Uruguay vender en nuestro país hasta 20.000 autos y hasta 800 vehículos pesados. Hay un avance institucional muy importante que es la creación de un tribunal permanente de solución de controversias; la política de relacionamiento externo en nuestra negociación con la Unión Europea.

Hubo muchos hechos, pero no cabe duda de que la decisión política del nuevo gobierno brasileño ha puesto mucho más énfasis y mucha más atención desde los medios de comunicación y desde el exterior.

EC - Tanto Marco Aurelio García como usted hablan de generar cadenas productivas dentro del bloque, un concepto que no es nuevo pero que no estaba en la discusión últimamente. ¿A qué se refieren exactamente?

MR - Estaba en la discusión, y usted tiene en Montevideo a uno de los actores principales de esto, que es el ex secretario de Industria del gobierno de Brasil, Reginaldo Arcuri, que hoy es el secretario técnico del Mercosur. Llamamos cadenas de valor, en lo que Brasil ya ha avanzado más, sobre todo en su propio sector productivo, a cómo nos especializamos a lo largo de un proceso productivo. Ponemos el caso automotor: quién va a producir cajas de cambio, quién va a producir motores, quién va a producir válvulas... es decir todo un proceso productivo que hace que nosotros podamos ir especializándonos sin buscar la competencia. Yo decía ayer en mi charla a los empresarios en Montevideo que la clave de este pensamiento es buscar el complemento productivo. Quizás el acuerdo automotor que hicimos el año pasado con México muestre precisamente esa complementación. Cajas de transmisión, cajas de cambio que se producen en la provincia de Córdoba, se utilizan en líneas de montaje de autos que se producen en México; motores que se producen en México están incorporados a la línea productiva de autos que se fabrican en Argentina. Esto es integración en términos de cadenas productivas, donde nos dirigimos a especializarnos pero no con una mirada de venderle sólo al Mercosur, sino cómo somos más competitivos hacia el resto del mundo, complementarnos nosotros para venderle al mundo.

EC - El concepto no es nuevo, pero algo ha ocurrido que ahora se lo vuelve a discutir con tanto énfasis.

MR - Ya le digo, el año pasado estaba en plena vigencia, los tres acuerdos automotores que se hizo –quizás la prensa no les dio tanta importancia porque estaba ocupada con la crisis o con lo mal que andábamos– con México, con Chile y con Brasil, tienen este mismo concepto.

EC - ¿La prioridad para Argentina y Brasil es el Mercosur y no el Alca?

MR - Yo acabo de publicar un libro que se llama “Exportar para crecer”, que está saltando los límites de la economía, en cuyo prólogo planteo un plan para 10 años para Argentina en términos de que la exportación se convierta en el eje de un modelo de crecimiento sustentable y que nuestro país, por lo menos, tiene que terminar con las falsas antinomias. Desde la historia cuando, sobre 1810, nos planteábamos si Moreno o Saavedra, si Urquiza o Rosas, ahora nos planteamos Alca o Mercosur; yo digo que en política comercial no hay “o” sino “y”; entonces me planteo Mercosur y Alca y Unión Europea y México y Estados Unidos y Sudáfrica y la India y China y todos aquellos mercados donde Uruguay y Argentina puedan colocar sus productos.

EC - Esa es su visión; ¿es la del gobierno argentino? ¿Es la del gobierno brasileño, según los contactos que usted tuvo en estos días?

MR - Es la de Argentina, no del gobierno argentino, porque lo que hemos logrado es un modelo de gestión, hoy la participación del sector privado, la participación del sector académico, universitario, es total. Ningún negociador argentino sale hoy al exterior sin un proceso de consulta intenso con los sectores académicos, con los sectores productivos... Por primera vez Argentina ha hecho modelos de simulación de qué significa cada una de estas negociaciones, qué significa para cada uno de los sectores bajar a cero aranceles, también con un proceso de consulta muy fuerte con todos aquellos que están interesados en estas negociaciones.

De tal manera que usted se equivoca al decir “esta es su visión”: Argentina ha construido una política comercial de Estado, una política comercial que tiene consenso y consistencia y que le ha permitido, en los últimos 15 meses, ganar mercados por 2.500 millones de dólares. Y esta es la política que va a continuar.

EC - Yo trataba de no equivocarme; por eso le preguntaba si era su visión o la del gobierno argentino o, como usted ahora precisa, “la de Argentina”. ¿Y la de Brasil?

MR - Brasil tiene necesidad de crecer también hacia fuera. Brasil no puede pensar solamente en el Mercosur…

EC - Mi pregunta es porque Brasil está asumiendo un liderazgo regional, ¿verdad? Entonces, en ese papel que está jugando, ¿cómo coloca en prioridades al Mercosur, al Alca, etcétera?

MR - Brasil necesita crecer hacia fuera. Creo que los liderazgos no se declaman sino, como usted dice, se ejercen; entonces vamos a ver sobre el terreno de juego cómo se ejercen; hay una diferencia entre la declamación y el ejercicio. En segundo lugar, está claro que Brasil necesita no sólo crecer en el Mercosur y América del Sur, sino también ganar mercados porque en los últimos años ha crecido un 2 por ciento y necesita crecer por lo menos a un 4 por ciento para poder incorporar a la nueva mano de obra, poder bajar el desempleo y poder crear, como quiere el presidente Lula, una sociedad más justa. Así que cuando yo converso con mis colegas brasileños hay una misma intención de abrir la mayor cantidad de mercados posible, esto que yo llamo en Argentina una estrategia multipolar, es decir negociar en todos aquellos escenarios donde realmente hay acceso a mercados, donde podemos negociar nuestras exportaciones.

Lo cierto es que, hoy por hoy, en el Alca la posición de Estados Unidos con respecto a la apertura de mercados hacia el Mercosur, hacia la eliminación de subsidios o de distorsiones agrícolas allí donde somos más competitivos, es bastante restrictiva. Así que mi visión no es si hay un buen Alca o un mal Alca; depende de nuestra capacidad negociadora y de tener claro cuáles son nuestros intereses, y fundamentalmente, de si nos abre la posibilidad de exportar más. Entonces va a ser positivo para Uruguay, para Argentina y para el Mercosur; si no lo hace, obviamente tendremos que buscar, como lo estamos haciendo, otras alternativas.

EC - ¿Cómo juega Uruguay en este esquema, cómo está jugando el gobierno uruguayo encabezado por el doctor Jorge Batlle? Ha tendido a vérselo relativamente frío en relación al Mercosur y más volcado hacia la vinculación con Estados Unidos y al Alca en un sentido un poco más amplio. ¿Qué dicen ustedes desde Argentina?

MR - Yo creo que Uruguay tiene las mismas necesidades que Argentina y en este sentido una coincidencia también con Brasil: Uruguay necesita abrir todos los mercados que sean posibles. Si el Alca se abre para productos uruguayos y argentinos, por supuesto que hay que enfatizar allí; si es la Unión Europea también. Ahí yo veo una coincidencia total; tenemos que empujar juntos para que Estados Unidos tenga una posición más aperturista en los productos agrícolas, que es donde nosotros somos más competitivos.

EC - Pero Argentina ¿se sentía en estos últimos meses de alguna manera abandonada por el gobierno uruguayo en este propósito de revitalizar el Mercosur?

MR - No, no; de ninguna manera. Nosotros vimos en todo momento un compromiso muy, muy fuerte, tanto del canciller Opertti, su vicecanciller Valles, el ministro Alejandro Atchugarry, de trabajar en conjunto con Argentina; primero solucionando problemas bilaterales y luego teniendo una mirada común, intercambiando ideas sobre qué posiciones deberíamos tener en materia de Alca, en materia de Unión Europea.

A Uruguay, como dije ayer, lo he sentido muy cerca en toda esta gestión y por eso es que el último viaje que he hecho en esta gestión lo he hecho a Uruguay, precisamente para dar tributo del trabajo que hemos hecho en estos meses, que ha permitido a mi juicio dar un cambio en tiempos difíciles como vivimos el año pasado, ir superando una cantidad de problemas que teníamos y generar un diálogo, una confianza que nos permitan tener una visión común de los problemas regionales, de los problemas hemisféricos y de la posición de nuestros países frente al mundo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón





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