|
SE LLEGÓ POR EL ATRASO CAMBIARIO, LA DOLARIZACIÓN, EL ENDEUDAMIENTO IMPRODUCTIVO, EL MAL MANEJO DE LA CRISIS BANCARIA
Después del canje de deuda (2)
|
Senador Alberto Couriel (VA, EP-FA): Culpan a Brasil y hubo causas externas, pero no pueden decir que “somos todos responsables”. Había alternativas, pero el 40% de los ciudadanos no tiene dónde discutirlas. La situación persistirá, porque no hay políticas productivas de mediano y largo plazo, y la carta intención del FMI es procíclica: con este desempleo y la destrucción del aparato económico, no hay incentivos que puedan reactivar el mercado.
EN PERSPECTIVA
Lunes 19.05.03, 08.40.
EMILIANO COTELO:
El canje de deuda pública ya es un hecho. Más del 90 por ciento de los tenedores de títulos aceptó la propuesta del gobierno uruguayo y de esa manera el Estado logra correr los vencimientos para adelante y evita caer en un default que parecía inminente.
Con este alivio financiero la economía uruguaya ingresa en una etapa nueva. Todos esperamos que el país pueda dejar de apagar incendios para ponerse a proyectar, a planificar, a construir.
Después de haber escuchado varias opiniones el viernes pasado, hoy nos interesa conocer cómo se observa este momento desde la izquierda, en particular cómo se ve el tema reactivación. Vamos a dialogar con el senador Alberto Couriel, de la Vertiente Artiguista.
Todos conocemos la discrepancia del Frente Amplio (FA) sobre la operación de canje de títulos de deuda pública. Fue muy contundente, en particular, el doctor Tabaré Vázquez en una entrevista que le realizamos aquí mismo. Pero la semana pasada, unas horas antes de que venciera el plazo que tenían los tenedores de títulos para adherir al canje, Vázquez insistió con el tema, dijo: “Cuando se señala que el canje ha sido exitoso yo quisiera saber cuánto les va a costar a las siguientes generaciones de uruguayos”.
Entonces la pregunta es: ¿se puede hablar de un canje “exitoso”?
ALBERTO COURIEL:
Yo siempre he declarado: ojalá que el gobierno tenga mucha suerte con el canje de deuda; esa fue mi declaración. Hoy la reitero: me alegra que el gobierno haya conseguido el canje de deuda.
EC - ¿Entonces usted no discrepaba con este formato de canje que propuso el gobierno?
AC - Me gustaría explicarlo. Yo digo: me alegra que el gobierno haya tenido la chance, la suerte de haber hecho el canje de deuda. ¿Por qué? Porque si ahora no había canje de deuda habría default; y si hubiera default sería mucho más difícil acceder a los mercados financieros internacionales. Además un default en el mercado local podría tener efectos sobre el sistema bancario, del que siempre estamos tan cuidadosos para que no vuelvan a ocurrir los fenómenos que se dieron sobre todo en agosto del año pasado. Entonces entre canje y default, bienvenido el canje, que tenga suerte el gobierno.
Esto no significa, de ninguna manera, que nosotros estemos diciendo que esta era la única opción posible. Seguramente había otras opciones.
EC - ¿Por ejemplo opciones con quitas de capital, como las que mencionó el doctor Vázquez en su momento?
AC - Yo digo otras opciones; no avanzo más, de ninguna manera; digo otras opciones. Nosotros no tuvimos chance de participación, y somos el 40 por ciento del electorado. Seguramente el único mecanismo, el más nítido y más claro para que el Frente pudiese participar sería que integrase el Directorio del Banco Central (BCU). Como no lo integra, yo recibí información de que había problemas con la deuda a partir de setiembre del año pasado; pero no creo que la negociación de la deuda pueda discutirse en el Parlamento, no le haría bien al país. Yo mismo me negué a tener alguna controversia, por ejemplo con el doctor Ramón Díaz: él quería proponer el default y decir que el Banco República (BROU) no iba a poder devolver los depósitos reprogramados. Creo que una discusión de esos temas le hace mucho mal al país. Por eso no di opinión ni la estoy dando en esto, y por eso digo: que le vaya muy bien es mejor que el default. Yo tengo una frase: hay cosas en esta materia que uno tiene que hacer, pero no las puede decir ni proclamar, sencillamente. El ministro de Economía mexicano al acceder al gobierno –creo que fue el del gobierno de Zedillo– llamó a los empresarios para contarles la política económica, entonces le dijo: “La política de crédito va a ser esta, vamos a hacer esto con la tasa de interés, la política de salarios va a ser esta, la de tarifas va a ser esta, y además en materia de política cambiaria vamos a devaluar…”. A las dos horas había perdido 20.000 millones de dólares; hay cosas que se hacen y no se dicen.
EC - Pero entonces usted está discrepando con la salida a los medios de comunicación que hizo el doctor Tabaré Vázquez en su momento, criticando la operación de canje que estaba en curso.
AC - Usted recordará que durante mucho tiempo yo no hice ninguna declaración sobre este tema. Y cuando tengo algún tipo de diferencias en el Frente normalmente me gusta discutirlas en la fuerza política y no en los medios de comunicación.
EC - Implícitamente está diciendo que no le parecía saludable salir con aquella crítica.
AC - Creo que hay que tener sumo cuidado en temas de esta naturaleza: se hace y no se dice ni se proclama.
EC - Me pareció interesante, además, lo que señalaba recién: reclamaba participación del FA en la definición de este tipo de cuestiones por el hecho de que representa al 40 por ciento del electorado, pero agregaba que esa participación no puede darse en el Parlamento, no puede darse en otros ámbitos como comisiones: la única forma sería integrar el BCU, una alternativa que se ha manejado en distintas ocasiones pero que nunca se concretó. ¿Hoy todavía se está a tiempo, en este resto de período de gobierno que queda? ¿El Frente debería o podría integrarse al BCU?
AC - Para hablar claro también del tema de Vázquez, el 1º de enero fuimos a la asunción de Lula; el doctor Tabaré Vázquez le planteó al doctor Jorge Batlle, en Porto Alegre y en Brasilia, el tema de la deuda; 1º de enero de 2003, todavía no se estaba hablando de reprogramación. Cuando el doctor Batlle se despedía de mí en Brasilia, porque volvíamos en aviones distintos, yo le dije: “Doctor Batlle, el tema central de la próxima semana es el tema de la deuda”, y la respuesta fue: “Vamos a cumplir, nosotros pagamos, vamos a cumplir”. Es imposible dialogar de esta manera con el doctor Batlle.
Hemos tenido una actitud absolutamente constructiva en todo lo que tiene que ver con el sistema financiero. El doctor Tabaré Vázquez salió a la opinión pública, les dijo a los uruguayos: “Miren, el sistema financiero es a la economía de Uruguay como la sangre en el cuerpo humano al resto, por lo tanto vamos a ser muy cuidadosos”. Fuimos muy cuidadosos, ayudamos enormemente en la salida del nuevo Banco Comercial, hicimos todos los esfuerzos por ayudar con el tema del Banco de Crédito, que todavía está pendiente. Yo me siento extremadamente cuidadoso cuando hablo del tema de la deuda; fui muy cuidadoso en los temas del sistema financiero cuando la interpelación al ministro Bensión; nos hemos comportado como un grupo político de oposición, pero de oposición muy civilizada, porque primero están los intereses del país.
Digo más: tenemos una actitud constructiva porque no puedo decir a los uruguayos en este momento: “Esperen a que en 2005 gane el Frente”, porque no me creen, porque los uruguayos se van. Yo no quiero recibir un país en default, prefiero que haya canje –lo cual no quiere decir que no pudiera haber otras soluciones–; no quiero recibir un país con el 30 por ciento de desocupación, ojalá la desocupación pudiese seguir bajando. Pero, francamente, a esta altura veo que hay enormes dificultades, pese al canje.
EC - La pregunta era: ¿todavía sigue vigente la idea de participar en el Directorio del BCU, todavía se está a tiempo de implementar alguna fórmula de ese estilo?
AC - Creo que le hubiese hecho enormemente bien al país que una fuerza que tiene el 40 por ciento del electorado (como mayoría, porque es la primera fuerza política del país, o como minoría), hubiera estado en el BCU, en el BROU, en Ancap, en Antel, en UTE... Hubiera sido muy bueno para el sistema político. Pero todavía no hemos podido remover las características de integración del Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral porque el Foro Batllista se niega a que nosotros tengamos la representación proporcional correspondiente en la Corte Electoral; de manera que todo parecería indicar que nuestra actitud constructiva no tiene los efectos necesarios.
***
EC - Estamos ante el éxito de la operación de canje de deuda pública lanzada por el gobierno. Yo quiero hablar con usted del futuro, pero usted insistía en que no se puede hablar del futuro sin mirar cómo llegamos a este punto.
AC - Yo quiero hablar del futuro; sin duda quiero hablar del futuro. Pero uno oye en el sistema político y en general a los economistas que parten de mayo de 2003... y esta deuda en moneda extranjera –así se denomina, porque son la deuda externa y la deuda interna en moneda extranjera– no cayó del cielo: hay responsables de esta situación que está viviendo Uruguay. A mi entender esos responsables tienen que ver fundamentalmente con las características de la política económica de toda la década del 90. Yo analizo allí cuatro factores. Está bien: había una situación financiera internacional que lo permitía, que lo facilitaba, pero la deuda externa se duplicó en la década del 90.
Cuatro factores. Uno, sobre el que hablé durante 10 años, tiene que ver con el atraso cambiario. El atraso cambiario significaba abaratar importaciones, dificultar exportaciones, significó déficit en la balanza comercial, muchas veces de más de 1.000 millones de dólares, que se financió, aparte de los servicios, fundamentalmente con la entrada de capitales y por lo tanto con endeudamiento. Primer elemento de responsabilidad de la política económica. Y todavía tuve que comerme en el Parlamento tanto al ministro Mosca como al ministro Bensión diciendo que el tipo de cambio no tiene nada que ver con la competitividad. Por suerte hoy ese tema ya quedó de lado.
Segundo elemento, la dolarización. La dolarización tiene enormes efectos en el endeudamiento y en la crisis bancaria y sus características. Primero porque el país no emite dólares; segundo porque de alguna manera se obligó a los uruguayos a endeudarse en dólares; tercero había un momento en que se pudo empezar a desdolarizar con más facilidad, que fue cuando se llegó a la inflación de un dígito: en ese momento –vía política de encajes u otros mecanismos– se podría haber favorecido los depósitos y el crédito en moneda nacional, emitir títulos, porque por el déficit fiscal uno puede emitir títulos en moneda nacional, en unidades ajustables, como hacen México, Brasil y Chile; aquí lo hicimos en dólares. En ese momento de inflación de un dígito, Mosca, Davrieux y Sanguinetti soñaban con el investment grade, lo consiguieron y para ello, sin duda, mantuvieron la dolarización, que es una de las causas más importantes de la crisis bancaria y de este endeudamiento en moneda extranjera, porque en buena medida la forma de resolverse con una alta devaluación afectó enormemente a los uruguayos, especialmente a los deudores en dólares.
EC - Usted había señalado cuatro causas.
AC - La tercera es un modelo que da prioridad a la entrada de capital. Esa entrada de capitales no vino a la inversión directa, a los sectores productivos: vino fundamentalmente al sistema financiero. Por esa vía se prestó a las familias para comprar bienes de consumo, fundamentalmente importados –automóviles, electrodomésticos–. Esa entrada de capitales es endeudamiento. Si hubiera sido inversión directa extranjera, que el país no recibió y era muy difícil que pudiera recibir porque no tenía ni la rentabilidad ni la competitividad con esta política económica...
El cuarto elemento fueron las dificultades, de alguna manera la incapacidad para haber resuelto de la mejor manera posible la crisis financiera, la crisis bancaria, la corrida de depósitos. Esto empezó con Argentina, no hay absolutamente ninguna duda; pero después de enero, en febrero vinieron las estafas, las dificultades de contralor del BCU, las salidas del presidente de la República que seguían dificultando hasta que se generó este cierre de empresas bancarias en el mes de agosto.
EC - Usted hace un repaso de factores que incidieron para llegar al endeudamiento con el que nos topamos y que hubo que manejar, por ejemplo, por la vía de este canje.
AC - Claro. Yo veo, por ejemplo, que el doctor De Posadas, Mosca, Davrieux, Sanguinetti, Lacalle, hablan como si ellos no tuvieran nada que ver con este sobreendeudamiento, parece que todo empezó con la devaluación de Brasil en enero de 1999. La devaluación de Brasil de enero de 1999 desnudó el atraso cambiario que tenía Uruguay y de Argentina, por supuesto.
Segundo, recuerdo que, en oportunidad de la devaluación de Brasil, el presidente del BCU salió a decir “No pasa nada porque la inflación brasileña…”. Error garrafal. El doctor Sanguinetti salió a decir: “No nos afecta”; y es verdad, no nos afectó el sistema financiero, que era por lo que se preocupaba el gobierno del doctor Sanguinetti, pero afectó la cebada, la carne, los lácteos, el arroz, todos productos que se exportan a Brasil. Entonces siempre estamos atribuyendo... No digo que no haya habido problemas del exterior: los hubo, pero acá hay cuatro elementos centrales de la política económica.
De pronto oigo al presidente de la Cámara de Industrias que dice: “Todos somos responsables”. Yo no soy responsable. Yo, parlamentario, no me siento responsable ni del atraso cambiario –lo denuncié–, ni de la dolarización, que venimos denunciando desde la concertación de 1984-1985, ni de un modelo que le dio prioridad a la entrada de capitales, ni de las características de la crisis financiera que se dio en 2002.
***
EC - Compartible o no, lo cierto es que el canje de deuda es un hecho.
AC - Totalmente.
EC - Y el gobierno obtiene, para el final de este período y el comienzo del siguiente, un alivio financiero. Esa es una manera de verlo; la otra es que se evitó el default, directamente.
AC - Exactamente.
EC - Parecería entonces que el piso no se desfonda, que era lo que estaba en juego, y que nos encontramos en condiciones distintas de las que teníamos hace unos meses para encarar el futuro del país, que estaba muy comprometido. ¿Qué viene, qué es lo que hay que hacer?
AC - Primero, hace ocho meses que estoy trabajando y haciendo esfuerzos –espero que se concrete el mes que viene– en un programa de estudios al estilo de lo que fue la CIDE en la década del 60: fondos del BID, investigadores de la CEPAL y de otros países y todos los investigadores locales para volver a discutir el futuro de Uruguay y ver si podemos elevar el nivel, incluso el nivel político de la discusión.
EC - ¿Ésta es una iniciativa de su sector político?
AC - Es una iniciativa individual con algunos amigos como Octavio Rodríguez, Celia Barbato, Macadar, que venimos trabajando en este tema. Hablamos con Iglesias, hablamos con la CEPAL, en este momento se abre; la semana pasada estuvo el segundo de la CEPAL hablando con todos los centros de investigación de Montevideo y con distintos sectores políticos. Es una cosa para el país.
¿Cómo se inserta internacionalmente el país? ¿Se sigue insertando con recursos naturales? Lo que estoy diciendo no es para el año que viene, es tener una visión de mediano plazo. El mundo no camina sobre la base de los recursos naturales basados en ventajas comparativas estáticas; avanza sobre la base de ventajas comparativas dinámicas, ventajas comparativas adquiridas –esto es el Sudeste asiático–, con investigación tecnológica, con formación de recursos humanos. Acá nos está ocurriendo al revés, porque los que tienen conocimientos son los que emigran en estos momentos, lo que afecta, sin duda, al país.
¿Cuál va a ser en el futuro el papel de la industria? Porque no podemos volver atrás. ¿Dónde están los nichos, dónde está la complementariedad productiva que nos está ofreciendo Lula? Porque el país va a negociar un arancel externo sin programa industrial: nunca tuvimos programa industrial durante todo este período. No estamos hablando ni de programas ni de planificación, estamos analizando estudios y ver si podemos encontrar algún lineamiento estratégico que nos abra la chance de no vender sólo recursos naturales. Recuerdo que cuando el puente Colonia - Buenos Aires los dirigentes políticos decían: “Le podemos vender lechugas y papas a Argentina”. Esa es la visión. Jorge Batlle decía: “Yo a Estados Unidos quiero venderle carne y Brasil jugo de naranja”. Yo decía “No: los brasileños quieren venderle aviones, ahora los brasileños venden aviones. El mundo quiere vender productos manufacturados y servicios, no recursos naturales”. Creo que esto debería ayudarnos.
Otro elemento central: ¿cuál es la estructura productiva para generar empleo? No estoy hablando de mañana ni de pasado, estoy pensando en el mediano plazo. Porque el crecimiento es un elemento clave para que haya empleo, pero el contenido del crecimiento… ¿Hubo crecimiento en el segundo período del doctor Sanguinetti? Sí, hubo; pero fue con mayor desempleo y mayor pobreza. ¿Por qué? Porque el crecimiento se basaba en que entraban capitales que financiaban bien ese consumo porque eran importados, entonces la importación de bienes de consumo significaba mayor consumo privado. El atraso cambiario de Argentina y Brasil permitía concentrar las exportaciones hacia esos países; después del 99 ya no fue posible. Pero no se generaba empleo. Por lo tanto el crecimiento es una condición necesaria, pero no es una condición suficiente. ¿Dónde están las ramas de actividad que generan más empleo directo e indirecto? Esto me parece un elemento clave para el futuro. Seguramente a fin de año vamos a tener un grado de avance bastante importante en estos estudios; tenemos que agradecer la participación del ministro de Economía, que ayudó a que se pudiese concretar un proyecto de esta naturaleza.
EC - Por lo que usted señala, ¿estamos ante un grupo de trabajo, un nuevo centro de investigación…?
AC - No, no. Seguramente esto va a estar concentrado por la CEPAL y va a llamar –ya vino– a todos los centros de investigación y les va a pedir, va a financiar los estudios correspondientes para analizar esta característica de inserción, de estructura productiva, si el agro… Yo voy al interior y los productores rurales lo piden: ¿cuál es el futuro de la carne, cuál es el futuro de la lana, cuál es el futuro del arroz, cuál es el futuro de la cebada y la agricultura? Me parece fundamental que elevemos el nivel, porque si no los economistas se van a pasar discutiendo solo sobre el déficit fiscal, y si seguimos discutiendo sólo sobre el déficit fiscal se van a seguir dificultando las salidas.
EC - Pero como usted mismo lo señaló, se trata de estudios con proyección de mediano y largo plazo.
AC - Así es.
EC - Mi pregunta apuntaba a conocer: y ahora, ¿qué?
AC - Allí voy.
EC - Ahora mismo, ahora que pasamos este cataclismo que no ocurrió, este segundo cataclismo que no ocurrió.
AC - Primer elemento. Se habla de que al haber canje van a quedar fondos excedentarios que se podrá utilizar para la reactivación; lo he escuchado muchas veces. No es así.
EC - ¿No es así?
AC - En lo más mínimo, no va a haber fondos; quiero dejarlo establecido con nitidez. ¿Cómo financiaba el endeudamiento Uruguay? O iba al mercado de capitales, colocaba bonos y pagaba las amortizaciones o, cuando no pudo hacer más eso, a partir de febrero por la pérdida del investment grade y el aumento del riesgo país, les pedía a los organismos financieros internacionales. El día que el Fondo le dijo “No le doy más plata para que pague las amortizaciones”, hubo que hacer este canje de deuda. De manera que fondos para la reactivación, que quede claro, en este momento no hay.
El otro elemento es: la dificultad deriva también de que el país, no jurídicamente, pero quebró. Partimos de un país quebrado, entonces las dificultades van a ser sin duda muy grandes. Por supuesto, el producto cayó el 19 por ciento en cuatro años, eso quiere decir que cada uruguayo debiera tener 19 por ciento menos de ingreso en el año 2002 con respecto a 1998. Es muy grave, la cantidad de empresas que cerraron, el endeudamiento del agro, la dificultad de las exportaciones… Es así.
Pero un dato que no veo casi nunca. En la década del 80 la transferencia neta de recursos, es decir la diferencia entre entrada y salida de capitales y el pago de intereses y amortizaciones, en algunos años fue cuatro puntos del producto; yo decía que los alemanes nunca pagaron una indemnización de guerra tan alta, de cuatro puntos del producto, como tiene que pagar América Latina.
¿Cuánto fue en 2002 la transferencia neta de recursos de la economía uruguaya?: 2.627 millones de dólares, 22 por ciento del producto. Lo digo para que se entienda la brutal caída, el desplome y, por supuesto, la responsabilidad, a mi entender, del Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado (PC) en este quiebre del país.
EC - Es la segunda ocasión en esta entrevista que usted destina un tiempo a la señalización de responsabilidades.
AC - Destino. ¿Por dónde caminamos? En estos momentos Uruguay tiene un tipo de cambio que puede ayudar a las exportaciones, al sector industrial y al agro, un tipo de cambio más competitivo que el que se tuvo con el atraso cambiario de los últimos 10 años. ¿Por acá puede haber salidas de exportaciones? Puede haber: hay indicadores que lo están dando, hay algunos indicadores de mejora de la producción agrícola. Hay dificultades en los mercados internacionales, el hecho de que se empezase a apreciar un poco las monedas brasileña y argentina nos venía bien para ganar competitividad en el campo regional, que no tenemos porque se escapó el valor del dólar en esos países.
Segundo, no es fácil exportar, porque después de 13 años se pierde mercados. Vino un empresario del calzado a verme el otro día: “Con este tipo de cambio podemos exportar, pero ya no tengo el gerente, ya no tengo los proveedores…” Se perdieron, y los mercados no se consiguen fácilmente.
Tercero, Estados Unidos está cada vez más restrictivo. En los 300 rubros sensibles que metieron en el TPA, ex fast-track, entran todos los rubros de la periferia; por ahí no vamos a poder exportar, va a ser muy difícil. Además ahora metieron la ley de bioterrorismo, que va a dificultar tremendamente la colocación de productos. Los subsidios agrícolas siguen duros en la OMC, la Unión Europea y Estados Unidos.
Por lo tanto digo: ojalá mejoren las chances de las exportaciones –hay un tipo de cambio más competitivo– y ojalá se pueda volver a tener los niveles de crédito que se tuvo en el pasado, para lo cual sería muy importante que los depósitos, sobre todo de residentes, salieran del colchón o del exterior y pudiesen venir al sistema financiero uruguayo para que éste pudiese dar los créditos correspondientes.
EC - Usted dijo dos veces “ojalá”.
AC - Ojalá…
EC - No está seguro.
AC - No tengo certeza, no tenemos certeza. Es la verdad. Yo no voté la ley que reprogramaba los depósitos del BROU porque sentía que lo afectaba, que había que haber encontrado una salida distinta. Desde el 31 de enero de este año el sistema financiero está muy frágil todavía. Ojalá se puedan encontrar. En lo personal, y el Frente, sin duda, estamos dispuestos a dar lo máximo para poder conseguir esa confianza para que pueda volver el crédito.
¿Pero dónde está el tema de la reactivación? Exportaciones, un poquito, ojalá; producto agropecuario, un poquito, ojalá. Pero el tema central de Uruguay es el desempleo, de alguna manera el tema del desempleo tiene que ver fundamentalmente con la demanda interna. Lo que uno siente después de la brutal caída del país es que la demanda interna tiene muy limitadas posibilidades de mejorar.
Normalmente hay tres elementos que influyen sobre la demanda interna. El primero es la inversión pública; debimos haber tenido una política contracíclica, anticíclica en materia fiscal, pero tuvimos una política procíclica; cuando se dificultaron las exportaciones el país debió avanzar en la inversión pública y mejorar el sector de la construcción pero hizo exactamente lo contrario. Ahora ya, con este acuerdo con el Fondo –que vamos a analizar de inmediato–, se limitan enormemente las posibilidades.
Nosotros no votamos la megaconcesión, pero doy un dato: la ruta 8 está espléndida entre Minas y Treinta y Tres, y ahí se dio megaconcesión, no hay que hacer obra; pero entre Treinta y Tres y Cerro Largo es un desastre, esa parte tiene que hacerla el Estado. Yo no podía votar de ninguna manera esa megaconcesión.
EC - Usted decía que para mejorar la situación en materia de empleo o la demanda interna una opción era la inversión pública, pero dice –y parece bastante claro– que está muy limitada por no decir que va a ser directamente cero. ¿Entonces?
AC - El segundo elemento es el crédito, que ya vimos que también tiene limitaciones.
El tercer elemento tiene que ver con los ingresos reales. Los salarios perdieron el año pasado alrededor de 20 por ciento. Y cuando uno mira la carta intención con el Fondo, si se cumplen las metas, uno se encuentra con que el gasto público en términos reales caería el 10 por ciento, los salarios de los funcionarios públicos caerían el 13,9 por ciento, es decir 14 por ciento, y las jubilaciones caerían 15 por ciento. Esto es lo que está en la carta intención. Entonces, por esta vía, también la demanda interna se ve con enormes dificultades.
Para mí, la limitación para el empleo, que va a ser el talón de Aquiles de los próximos tiempos, es el acuerdo con el Fondo. Porque ese acuerdo pone la prioridad de los objetivos en el pago de intereses, que es el 6 por ciento del producto. El pago de intereses va a significar esta rebaja de gasto, esta rebaja de salarios, esta rebaja de inversión pública, esta rebaja de jubilaciones; por acá demanda interna no tengo.
Un sector clave de la coyuntura, que normalmente genera empleo, es el sector de la construcción. Yo le puedo bajar los costos, pero el tema de la construcción es la demanda y no tiene demanda. Por más que yo diga: le rebajo los aportes patronales; yo lo voto, pero no tiene efecto.
EC - Usted decía que el problema es el acuerdo con el Fondo Monetario (FMI), la exigencia fuerte que incluye, por ejemplo, en cuanto al superávit fiscal primario, ese 3 por ciento del producto.
AC - Lo resumo: todos los criterios de desempeño del acuerdo con el Fondo –y siempre son así porque es la receta del Fondo– son antirreactivación. Yo no tengo ningún desempeño de reactivación, tengo desempeño de déficit fiscal, tengo desempeño sobre inflación, y ahí tengo un ancla monetaria que me va a limitar donde los créditos tienen que ver o la expansión monetaria van a tener mucho más que ver con la inflación que con la reactivación. Tengo límites de endeudamiento, lo cual es absolutamente lógico en este momento. Entonces, como yo no tengo criterio de desempeño y éstos son los elementos que cada 15 días o cada 30 o 40 el Fondo va a exigir para dar desembolsos, creo que aquí tengo, sin ninguna duda, uno de los elementos más importantes para poder decir: ojalá el país mejore, porque yo quiero y voy a hacer esfuerzos; ojalá las exportaciones puedan mejorar; ojalá el agro tenga más rentabilidad; pero el tema de la demanda interna, que es un elemento absolutamente central para mejorar los niveles de empleo, está extremadamente limitada una vez que hice el acuerdo con el Fondo.
EC - Entonces los niveles de reactivación que usted observa en el horizonte son…
AC - Extremadamente limitados. Y, por sobre todas las cosas, no veo cómo se mejoran los niveles de empleo productivo, que es uno de los elementos centrales.
EC - Usted señaló recién que uno de los problemas es el acuerdo con el Fondo; ¿pero el acuerdo con el Fondo es un dato o es algo que puede cambiarse?
AC - Mi impresión es que el acuerdo con el Fondo en este momento, para este gobierno, es un dato. Este gobierno, el gobierno del PN y los gobiernos del PC siempre jugaron al acuerdo con el Fondo. Lo que ocurría era que en la década del 90 uno hacía acuerdo con el Fondo por imagen, para ver si se obtenía el investment grade, para que las calificadoras de riesgo mejoraran la nota, pero los créditos no se precisaban. Cuando Uruguay entró en situación de crisis financiera en el mes de agosto salió por la vía de un acuerdo con el Fondo y un préstamo puente del gobierno de Estados Unidos, esa condicionalidad es un dato para este gobierno, no puede cambiarlo. Desde este punto de vista creo que en 2003 y 2004 las chances de reactivación que puedan atender el problema del empleo… Capaz que puede haber un poquito de crecimiento, bienvenido, pero el tema del empleo, que pasa fundamentalmente por la demanda interna, desde mi punto de vista está muy limitado.
EC - ¿Ni siquiera hay propuestas que desde el FA se puedan formular para una coyuntura como esta? Por ejemplo, caminos que el gobierno no está siguiendo, que en principio no comparte pero que son factibles. Usted está trazando un panorama que es un callejón sin salida en cuanto a generación de empleo, por lo menos.
AC - Es así. De la noche a la mañana no puedo pretender, después de un desplome brutal como fue el de Uruguay en términos de crisis productiva, de crisis social, de crisis financiera, de una economía que queda como agonizando yo pueda salir inmediatamente el año que viene. No: el país va a tener dificultades, lo digo nítida y claramente.
EC - Se lo preguntaba porque usted mismo discrepaba, hace unos minutos, con la idea de que ahora quedan fondos disponibles que puedan destinarse a la reactivación productiva.
AC - No es que discrepe: no hay.
EC - Esto lo ha señalado un colega suyo dentro del FA: Daniel Olesker. Es una frase casi textual: “Ahora se hace necesaria la utilización del excedente que queda como resultado del no pago de amortizaciones de deuda para la reactivación económica”.
AC - No hay excedente porque la plata para pagar las amortizaciones venía de colocaciones en el mercado financiero internacional que hoy tengo limitado como consecuencia del canje –ojalá cuanto antes pueda volver– y por el nivel de riesgo país, o por la plata que venía de los organismos, y el Fondo dijo “No te doy más” y obligó al canje.
EC - En estas condiciones, ¿cuál va a ser la actitud del FA?
AC - Honestamente digo: de ayuda, de tratar de resolver… porque son muchos los problemas: es el desempleo, es la pobreza, ahora hay problemas de alimentación, es el tema de la salud, es el tema de los uruguayos que viven en guetos porque los pobres ahora se juntan con los pobres, son muchos los problemas. Yo quisiera tener la actitud más constructiva posible, pero tengo que ser muy realista, no puedo mentirles a los uruguayos, no puedo decirles “Miren que esta va a ser una salida muy rápida”. No, este 2003 y el próximo 2004 van a ser, sin ninguna duda, extraordinariamente limitados.
Y lo más notable, para que ver cómo se modifican los objetivos, leo hoy que los periodistas le preguntan a De Brun “Si no hay inflación ¿no va a haber la necesaria pérdida de salarios y jubilaciones para atender los ingresos fiscales y el déficit fiscal?”. Entonces resulta que ahora es bueno que haya inflación, es bueno que caigan los salarios y es bueno que caigan las jubilaciones para atender las metas del déficit fiscal, cuando todos sabemos que esto afecta a los uruguayos, afecta la justicia social, afecta la desocupación.
EC - No sé si está planteado en términos de si es bueno o malo, es lo que estaba previsto en el acuerdo con el Fondo.
AC - Por eso.
EC - Que una parte de la solución venía por la vía de la licuación a través de la inflación.
AC - Hablemos clarito de lo que es licuación. Licuación es brutal caída de salarios, de jubilaciones y del gasto público. Creo que hay un gasto público que es el que hay que bajar, que para mí es muy importante: terminar con el clientelismo político del Partido Nacional y el Partido Colorado. De pronto llega un ministro a un ministerio y tiene 100 contratos de obra y dice: “Yo no preciso a esta gente”, y cuando los quiere sacar le dicen: “No, mire, éste es el acuerdo político con el Partido Nacional”.
EC - ¿Usted está aludiendo a algo que acaba de ocurrir?
AC - Acaba de ocurrir.
EC - Con alguno de los nuevos ministros, entiendo.
AC - Sí, sí.
EC - ¿Con cuál?
AC - No importa. “Este es el acuerdo con el Partido Nacional”. El PN y el PC no tomaron conciencia de la gravedad de la crisis que vive Uruguay, seguimos haciendo política de clientela como si nada pasara. Creo que este es un elemento clave a modificar en el futuro.
Hubiese querido dar una posición más optimista, sin ninguna duda, pero así es como estoy viendo el Uruguay de 2003 y 2004. Pelearemos todos para que esta situación mejore.
---------------------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
Fotografía: Lucila Carbajal
recomendar
esta nota
|
|