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Nuevo status permite gestionar acceso de carnes
Presidente del Inac, Roberto Vázquez Platero: El informe de la OIE no tiene resultado automático pero habilita a pedir el levantamiento de las restricciones, aunque los compradores asiáticos seguirán cerrados. Se discute si abandonar o mantener la vacunación para recuperar esos mercados o asegurar el nivel sanitario actual. Y ahora son más preocupantes las consecuencias directas e indirectas de la vaca loca en Canadá.
EN PERSPECTIVA
Viernes 23.05.03, 07.35.
EMILIANO COTELO:
Se abre la posibilidad de exportar a mercados que estaban cerrados, a partir de la resolución adoptada ayer por la Organización Internacional de Epizootias (OIE), que elabora las reglas que pautan el comercio de animales y subproductos en el mundo, por la que se declaró a Uruguay libre de aftosa con vacunación luego del rebrote de 1991.
A propósito de esta decisión, vamos a dialogar ahora con el presidente del Instituto Nacional de Carnes (Inac), ingeniero Roberto Vázquez Platero. ¿Puede explicar qué significa este escalón? Porque Uruguay ya fue país libre de aftosa en 1996.
ROBERTO VÁZQUEZ PLATERO:
En 1996 fue declarado libre de aftosa sin vacunación, un status muy superior porque da acceso de todo tipo de productos a todos los mercados. Esta declaración quiere decir que en Uruguay no existe aftosa (de hecho no la hay) pero que está vacunando y por lo tanto existe un virus, el que se usa para la vacuna. No existe actividad viral desde el punto de vista de la enfermedad.
Desde el punto de vista de los mercados, eso nos da enormes ventajas porque las condiciones de la OIE son tres: libre de aftosa sin vacunación, libre con vacunación y país infectado.
EC - ¿Qué cambia desde el punto de vista de los mercados a partir de hoy?
RVP – Cambia el hecho de que tenemos una carta de presentación mucho mejor que antes para lograr la apertura a nuestra carne y subproductos, o dicho de otra manera de algún tipo de carnes como la carne con hueso, que al día de hoy no tenemos habilitada y a partir de ahora tenemos un argumento mucho más sólido para lograr la reapertura.
EC - ¿Cuáles son los pasos?
RVP – La OIE es un organismo de referencia. Los países pueden seguir sus consejos (generalmente lo hacen) pero no es un mandato que los obligue a admitir determinadas cosas. Lo que Uruguay va a hacer es reclamar en países a los que no tenemos acceso para carne en general o para determinado tipo de productos... Por ejemplo: Uruguay no puede hoy exportar carne con hueso a Brasil, pero ahora tiene un argumento muy sólido para que nuestros servicios sanitarios, que son los que lograron esto, se presenten a las autoridades brasileñas y reclamen que efectivamente se admita también la carne uruguaya con hueso.
EC - ¿Siempre un país libre de aftosa con vacunación pudo exportar carne con hueso?
RVP – No; de hecho hay países que jamás lo aceptaron. Los países asiáticos como Japón y Corea jamás aceptaron ningún tipo de carne proveniente de países que vacunaran. Todavía hoy no la aceptan.
EC - ¿Cómo modifica esa historia la resolución de la OIE?
RVP – No modifica la forma en que trabajan esos países. El tema de la carne con hueso ha sido modificado en esta circunstancia en particular, porque históricamente los países tenían el status que Uruguay tiene ahora podía exportar carne sin hueso. Ahora también, a pesar de que fue muy discutido según me decía el doctor Correa, se aceptó un progreso en los productos exportados pero en ese sentido, en la admisión de la carne con hueso, esperamos serias resistencias de los países individualmente en seguir rápidamente a la OIE en ese sentido.
El caso de Brasil es distinto, porque tampoco es un país libre de aftosa como pudo serlo Japón, Estados Unidos, etcétera, y los riesgos son muy distintos. Lo que podemos esperar hoy es que los países que tradicionalmente no han tenido aftosa no admitan fácil y rápidamente la carne con hueso proveniente de países que vacunan. Otros que tienen aftosa en parte de sus territorio, como Brasil, que tiene un status muy parecido al nuestro, razonablemente podrían aceptarla.
EC - ¿Qué es lo que no podemos exportar todavía?
RVP – Depende de cada país, y no de la OIE. La Organización nos da una carta de presentación diciendo “Uruguay está libre de aftosa”, y con esa carta de presentación habrá muchos países que mantengan algún tipo de restricción, pero nos da la posibilidad de negociar, incluso de hacer planteos internacionales en este sentido, ante la Organización Mundial de Comercio, exigiendo determinadas actitudes. Decididamente, mejora fantásticamente las posibilidades de Uruguay de negociar el acceso de sus productos.
EC – Por ejemplo, ¿qué implica esto con Estados Unidos?
RVP – En alguna medida, Estados Unidos ya había hecho este reconocimiento a través del trabajo de evaluación de riesgo que habían hecho ellos, o sea que no esperamos que vayan a modificar inmediatamente nuestras condiciones de acceso después de que salga la regla definitiva, que esperamos para fin de este mes o principios de junio. Pero, posiblemente entremos en otro tipo de negociación después de que salga esta norma en EEUU, que también va a llevar tiempo, sobre el tipo de productos que pueden entrar al mercado. No es algo inmediato.
EC – En definitiva, entonces –porque creo que es lo que nos tiene más ansiosos— ¿qué significa esto en plata: cuánto veníamos exportando hasta ahora en este proceso de salida de la aftosa y cuánto podemos terminar exportando este año...? No sé: ¿alguna cuantificación que permita evaluar el impacto de este cambio?
RVP – No creo que haya un enorme impacto este año. Hemos adelantado seis meses el reconocimiento del status, pero ya estábamos exportando carnes a una gran cantidad de mercados. Creo que es una excelente noticia porque el país vuelve a tener un reconocimiento internacional de que no está infectado de aftosa, pero no creo que tenga un impacto económico. Mirando lo que sucede hoy en el mercado de la carne, me preocupa más la aparición de un foco de vaca loca en América que esto.
EC – Usted dijo al pasar que se abrevió el plazo exigido para que el país pudiera ser reconocido como libre de aftosa: se bajó de 24 a 18 meses.
RVP – Exacto. Y se modificaron las condiciones que la OIE recomienda a los países en cuanto a la aceptación de carnes provenientes de países que gocen de esa categoría.
EC – ¿Cuánto tiempo más necesita Uruguay para ser libre de aftosa sin vacunación?
RVP – Eso depende de cuándo dejemos de vacunar, cuestión que es riesgosa desde el punto de vista sanitario, extremadamente difícil desde el punto de vista del manejo interno, porque seguramente mucha gente no querrá “quemarse con leche” por segunda vez...
EC – Todo un debate.
RVP – Todo un debate. Y una situación complicada desde el punto de vista regional.
EC – ¿Lo más sano sería lisa y llanamente seguir vacunando siempre?
RVP – No es mi opinión. Sé que hay gente que piensa eso, pero salvo que cambiaran mucho las reglas en el mundo, y todo el mundo admitiera la carne con hueso proveniente de países libres de aftosa con vacuna, creo que bien vale la pena dejar de vacunar...
EC – Pero en un horizonte de ¿cuántos años?
RVP – Creo que es como usted lo menciona: un horizonte de años. No estamos hablando de dejar de vacunar en meses.
EC – Para eso influye mucho el contexto regional. En el corto plazo, pero sin duda a la hora de definir si se deja de vacunar. ¿Cómo se está trabajando en esa materia?
RVP – Creo que bien; mucho mejor que antes. Brasil, extremadamente bien. Uno lo ve con ese tamaño, pero ha hecho enormes progresos en materia de contralor de aftosa. Y Argentina ha progresado también: de hecho está aspirando a lograr en poco tiempo más el status de libre con vacunación. Creo que hay un progreso. Quizá no lo haya tanto en la fuente de provisión del virus, que parece estar más en el corazón de América del Sur, entre Bolivia y Paraguay. Pero el progreso en nuestros vecinos, que es lo más importante para nosotros, es muy bueno.
Creo que lo más importante es que se haya flexibilizado. Nunca hubiéramos podido exportar carne a EEUU al haber estado vacunando, si ellos no hubieran modificado sus condiciones de acceso. Sin embargo hay también un cambio en la actitud de los países respecto al riesgo. Este es el otro factor que juega: si todos los países del mundo admitieran la entrada sin restricciones de países que vacunan, sería lógico que no dejáramos de vacunar.
EC – Usted mencionó otro demonio: la vaca loca que acaba de aparecer al menos con algún foco en Canadá. ¿Qué precauciones se está tomando; cómo se planta al país frente a ese riesgo?
RVP – Sanitariamente, Uruguay está excelente en materia de vaca loca; no tiene ningún problema. Los problemas derivan de temas estrictamente comerciales, y la primera reacción va a ser prácticamente la reducción / interrupción de nuestras exportaciones a Canadá, que ha sido el destino más importante del año. Porque Canadá compra carne, pero a su vez es un gran exportador a EEUU: exporta a EEUU mucho más de lo que importa. Ese flujo ha estado totalmente parado (en este momento Canadá tiene prohibidas sus exportaciones prácticamente a todo el mundo), y en segundo lugar la aparición de vaca loca hace caer la demanda dentro de Canadá; o sea que no esperemos vender carne a ese país. Es mala noticia en el corto plazo, y en el largo plazo me preocupa lo que pase en EEUU, porque no tenemos que olvidar que esa vaca fue faenada a fines de enero (es muy raro que nos enteremos casi en junio de que apareció un caso de vaca loca en un animal faenado en enero), y hay un flujo permanente de animales vivos de Canadá a EEUU: 400 mil animales en lo que iba del año. Y puede haber dos tipos de reacciones: del consumidor, lo que sería malo; de riesgo nuevamente: América era un continente libre de vaca loca, este problema no era nuestro. Pero el otro problema es qué actitud van a tomar los países asiáticos, que son los grandes compradores de EEUU respecto a las exportaciones americanas. Espero que este tema sea bien resuelto, que no haya otros casos de vaca loca, y que las cuestiones comerciales se sigan desarrollando normalmente, porque cuando hay grandes interrupciones del flujo de comercio los países exportadores pierden.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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