29.05.2003






































Carne a EEUU reportará unos U$S 35 millones anuales

Daniel Belleratti (C. de la I. Frigorífica): La decisión compensa parcialmente la pérdida del mercado de Canadá, que ya este año había comprado 30.000 toneladas. Pero deberíamos tener abierto todo el Nafta, incluyendo a Canadá y sobre todo a México, que no ha actuado lealmente con Uruguay.



EN PERSPECTIVA
Jueves 29.05.03, 07.36.

EMILIANO COTELO:
Se confirmó ayer la buena noticia anticipada al atardecer del martes, la habilitación del mercado uruguayo para el ingreso de carnes uruguayas.

ALFREDO DANTE:
“Es un gran logro para el país”, dijo el presidente Jorge Batlle. Pero, si bien las exportaciones quedan expeditas desde hoy, resta acordar los certificados sanitarios –un trámite administrativo que llevará algunas horas— por lo que se supone que ese mercado quedará efectivamente operativo a partir de los primeros días de junio.

EC – La novedad fue comunicada ayer en una conferencia de prensa que protagonizó el propio presidente de la República...

AD – ...acompañado por el ministro y el subsecretario de Ganadería, Gonzalo González y Martín Aguirrezabala, así como el embajador de Estados Unidos, Martin Silverstein.

EC – Estamos en comunicación con el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica, Daniel Belleratti. ¿Se puede cuantificar esta noticia, cuando se dice que se rehabilita para Uruguay un cupo de 20.000 toneladas?

DANIEL BELLERATTI:
Yo diría que no es sólo una buena noticia, no sólo es excelente, sino que es lo mejor que nos ha pasado desde el 23 de abril de 2001. En estos 25 meses los países han tomado medidas en la dirección correcta, pero esta es la más trascendente.

EC – Estados Unidos era ¿el principal comprador de carne fresca uruguaya antes de la aftosa?

DB – Era uno de los principales. En aquel momento teníamos bastante repartida la canasta de países porque, entre Canadá, Estados Unidos, México y la Unión Europea, hacíamos prácticamente el 70% de nuestras exportaciones. Pero con 20.000 toneladas accediendo en este momento con total tranquilidad al mercado estadounidense, no sólo tiene consecuencias económicas muy trascendentes, sino consecuencias sanitarias muy importantes para poder empezar a abrir otras puertas que, de alguna forma, se han resistido a ir en la misma dirección.

EC – Veamos los dos tipos de repercusiones de las cuales usted hablaba. ¿Cuánto significan en plata estas 20.000 toneladas?

DB – Tenemos que estimar que oscilan entre U$S 32 y 37 millones. Puede ser un poco más o menos, dependiendo del tipo de productos que coloquemos allá, y eso va a estar en relación a qué otros mercados tengamos y del precio al que Australia y Nueva Zelanda estén vendiendo en Estados Unidos en cada momento.

EC – De U$S 32 a 37 millones ¿es mucho, poco?

DB – Es mucho, porque este año se espera exportar de U$S 290 a 320 millones, así que estamos hablando de un 12 o un 13%.

EC – O sea que, respecto a las exportaciones previstas hasta ahora, con la exportación de carne a EEUU ¿se crecería en el orden del 10%?

DB – En el complejo cárnico teníamos señales de que esto con EEUU se iba a abrir desde octubre del año pasado; por lo menos el gobierno siempre nos fue llevando con esa promesa: va a ser en octubre, va a ser en noviembre, y así. Cuando se hicieron los cálculos siempre se pensó que íbamos a tener a EEUU y que el entorno de las exportaciones iba a estar encima de las 300 mil. Medíamos con un precio promedio del orden de los U$S 990 por tonelada precio carcaza, y ahora se supone que después de EEUU viene México, por lo que podríamos mejorar nuestras exportaciones en el entorno de los U$S 1.100.

EC – Porque se supone que la habilitación resuelta por EEUU es un empujón para que México resuelva lo mismo.

DB – Por lo menos, Uruguay lo va a usar. Porque los uruguayos deben saber que con México siempre hemos tenido una lucha para que nos habiliten sanitariamente y para que nuestras carnes entren en forma normal y razonable. Una lucha desde el primer día. Cuando éramos libres de aftosa sin vacunación, EEUU nos habilitó en noviembre de 1995, Canadá en enero de 1996; pero México se tomó casi tres años para habilitarnos en 1998 sin expresar en ningún momento ninguna razón valedera para no habilitar el producto, siempre dándole largas, siempre buscando dónde se perdió la hoja del expediente... La actitud de las autoridades mexicanas no han sido contemplativas ni honestas con Uruguay. Nuestro temor es que nos pase lo mismo, y entonces debemos usar toda la presión. Eso es lo bueno de la resolución de la semana pasada, [cuando la OIE declaró a Uruguay] libre de aftosa con vacunación, porque esa resolución más la habilitación de EEUU, deberíamos estar en condiciones de, si México en un corto plazo, en un “ahorita” como dicen ellos, no nos habilitan, ir directamente con una queja a la OMC.

EC – El embajador mexicano en Montevideo, Jesús Puente Leiva, dijo a el diario El País “Aún no tengo novedades y estoy solicitando información a mi gobierno respecto de la eventual y creo que procedente reapertura”.

DB – Sí, sabemos que el embajador (la Cancillería ha hablado hace ocho o nueve días al respecto) está haciendo lo posible. Pero debemos insistir a todo nivel: ante la embajada de México en Uruguay, ante la embajada de Uruguay en México y con los técnicos sanitarios, que en definitiva son quienes guardan los expedientes para que no salgan a luz.

EC – Esta buena noticia llega desde EEUU después de una mala noticia que llega desde América del Norte, la aparición de un foco de vaca loca en Canadá, lo que frenó nuestras exportaciones a Canadá. De alguna manera, ¿EEUU termina compensando –no sé si totalmente— lo que no vamos a poder venderle a Canadá?

DB – Sí; de alguna manera compensa. Diría que el golpe que significó el anuncio de la vaca loca el martes pasado se compensa realmente desde el punto de vista espiritual con lo de EEUU.

EC – “Desde el punto de vista espiritual”. ¿Y desde el punto de vista cuantitativo?

DB – Desde el punto de vista cuantitativo tenemos que tener los tres países abiertos; esa es la realidad. Si queremos vender 300 mil toneladas de carne en mercados que paguen un cierto precio razonable, no donde hemos estado luchando los últimos dos años, tenemos que tener abierto el Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Al tema de Canadá lo deben solucionar los estadounidenses con los canadienses en el más breve plazo posible, si fuera posible esta semana y de lo contrario en los próximos 15 días, y levantar la prohibición de importación, porque de lo contrario esa oferta exagerada de carne canadiense va a destruir al mercado por mucho tiempo.

EC - ¿Qué es lo que está pendiente de resolución?

DB – EEUU prohibió la importación de ganado en pie y carne de Canadá, que es el tercer exportador de carne y ganado en pie de todo el mundo. Eso lo tienen que resolver, porque los canadienses no tienen capacidad para comer esa cantidad de carne. Sólo este año 2003, al momento de la prohibición ya le llevaban exportadas 470 mil cabezas de ganado en pie y 140 toneladas de carne; eso da una idea de la dimensión del negocio canadiense hacia EEUU.

EC – Si se rehabilita la exportación de Canadá a EEUU nos favorece a nosotros.

DB – Por supuesto; por supuesto.

EC – Porque se reanuda la corriente vendedora de Uruguay a Canadá.

DB – Y porque Canadá sale de la situación que tiene ahora, cuando se han parado los frigoríficos y toda la comercialización de carne a partir del temor por esta vaca.

EC - ¿Cuánto teníamos para vender este año a Canadá?

DB – Nuestras expectativas estaban en el orden de las 50.000 toneladas este año.

EC – Bastante más que lo que se prevé exportar a EEUU.

DB – Sí, porque con EEUU tenemos una cuota de 20.000 toneladas negociada en el Gatt [Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio]. Por encima de eso hay que pagar el Duty (impuesto de entrada), que es de 26,2%.

En Canadá, a pesar de que Uruguay tiene acceso a una cuota global de 11.809 toneladas, normalmente se le dan permisos suplementarios que por ejemplo en 2001, último año en que pudimos venderle, ya llevábamos vendidas 35.000 toneladas.

EC – ¿Cuánto habíamos vendido este año a Canadá?

DB – En ese entorno, 30.000 toneladas.

EC - ¿Se podrá llegar a vender lo que estaba previsto en la medida en que estos problemas tengan una rápida solución?

DB – Que esta situación se resuelva está más en manos del gobierno de EEUU que del propio gobierno canadiense. Creo que los veterinarios canadienses deben buscar rápidamente una explicación sobre cómo esa vaca contrajo la enfermedad, y que eso no está extendido a ningún otro rancho de Alberta ni de ninguna otra región de Canadá, cosa que se pueda liberalizar el mercado rápidamente.

EC – Volviendo a la resolución de EEUU respecto a Uruguay, ¿qué impacto tiene en materia de empleo y en cuanto al precio de la carne?

DB – Estamos entrando en el invierno, cuando ya se esperaba una oferta mayor de ganado. Esto va a ayudar, porque ahora tenemos seis meses para completar la cuota de EEUU (tenemos hasta el 30 de noviembre para completarla), y se debe pensar que habrá una mayor ocupación en la industria frigorífica.

No para sacar gente del Seguro de Desempleo, porque no es esa la situación, sino que trabajen seis días por semana...

EC – ¿Por qué “no es esa la situación”? ¿No hay actualmente trabajadores en el Seguro de Desempleo?

DB – Lo que pasa es que los que están amparados ahora son gente de plantas que están cerradas, plantas que no están operando. Esas personas tienen seguro de paro desde hace ya algún tiempo y esto no va a repercutir en su situación.

En cuanto al precio de la carne, va a estar bien relacionado con la oferta y la demanda. La oferta no acompaña a la demanda que los frigoríficos vamos a imponer para cumplir con EEUU; eso eventualmente hará que suba el precio del ganado y eso se verá reflejado en el precio interno.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón




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