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Ahorristas del Crédito en la disyuntiva
Contra la fórmula del gobierno: El banco decía tener el respaldo del Estado, la Corporación lo reconoció; que nos devuelvan el efectivo que hay y del resto se haga cargo el Estado (J. R. García). A favor de adherir: Ninguna fórmula es buena, pero esta soluciona el problema a los pequeños ahorristas y los demás tendremos algo, porque hoy nadie tiene nada y será peor (M. Zubillaga).
EN PERSPECTIVA
Viernes 30.05.03, 07.36.
EMILIANO COTELO:
Hoy es un día clave para el Banco de Crédito (BdC), ya que está en manos de los casi 8.000 ahorristas la decisión en torno a la fórmula que ofreció el gobierno para la recuperación de los depósitos.
ALFREDO DANTE:
Para tener validez jurídica, el acuerdo colectivo que impulsa el gobierno para los 7.874 ahorristas requiere la adhesión del 66% del monto de capital involucrado, unos U$S 165 millones. Hasta ayer se había acumulado poco más de 3.000 firmas, equivalentes a unos U$S 125 millones, por lo que se debe conseguir hoy la voluntad de depositantes por unos U$S 40 millones de capital.
EC – La polémica que se ha planteado entre un grupo de ahorristas, por un lado con el Banco Central y por otro lado con otro grupo de ahorristas, tuvo ayer un momento de tensión cuando, al atardecer, fue ocupado el local central del BdC.
AD – Un grupo importante ingresó con la intención de hablar con los liquidadores, después se quedaron hasta que les confirmaran la información respecto a cuánto está dispuesto a devolver el grupo Moon, si hay un compromiso firmado para que pague lo que debe al BdC... Luego la sede fue desalojada, pero quedó flotando una advertencia que formuló el presidente del Banco Central, Julio de Brun: dijo que si no se logra la adhesión a este convenio, la posibilidad de que los ahorristas recuperen sus depósitos es “prácticamente nula”.
EC – Vamos a conversar con los dos sectores en que podemos decir que ha quedado dividido el grupo de ahorristas. En primer lugar con Juan Ramón García, que estuvo ayer en la sede del BdC. ¿Participó de la ocupación?
JUAN RAMÓN GARCÍA:
Así es.
EC – Enseguida vamos a eso, pero en primer lugar ¿por qué se oponen a este acuerdo? ¿En qué consiste la fórmula, resumidamente?
JRG – Si uno lo mira bien (le he leído varias veces, casi lo sé de memoria) hay varias normas que no benefician a los ahorristas. Para resumir, en la forma de pago de la liquidación de las carteras del BdC, hay literales que dicen “valores domésticos” y uno no sabe qué es: puede ser cualquier Obligación Negociable, lo que sea. A su vez se habla de “bancos oferentes”, o sea aquellos que entren a comprar carteras, ¿van a dar certificados de depósitos reprogramados? Por ejemplo, pueden venir del Nuevo Banco Comercial (lo menciono como ejemplo)...
EC – Pero, concretamente a los ahorristas, ¿cómo se les ofrece devolverles sus depósitos?
JRG – Es que no hay... Sabemos que hay bonos y dinero en efectivo. Hoy es la única realidad que tenemos, lo que sabemos que vamos a cobrar, es lo que está en el BdC.
EC – Y eso ¿cuánto es?
JRG – Eso son más o menos el equivalente a unos U$S 63 millones, porque hay U$S 20 millones en caja y en efectivo, y el saldo son 43 millones que van a estar en bonos 2011. Eso viene de cuando se capitalizó al banco; había bonos 2010 que van a cambiar por bonos 2011, y además una deuda que tiene el Ministerio del Interior, que va a pagar con bonos de U$S 16 millones. Ahí termina; no hay más.
EC – Dice usted que en el BdC ¿hay algo más de U$S 60 millones?
JRG – Dentro del banco hay eso: 27, 16 y 20 millones. Es lo único que hay.
El total que queda a cobrar (porque hay compensaciones que se está estudiando y otras cosas que los ahorrristas van a hacer), en sí lo que el Estado debe recobrar de toda esta subasta son U$S 147:3 millones. De ellos, el Estado va a poner únicamente U$S 40 millones en bonos.
EC –¿Cuánto es el total de los depósitos?
JRG – El total de depósitos es de U$S 308 millones. Lo nuestro, nuestro capital ahí adentro, son U$S 308 millones. Hoy tenemos lo que hay en caja, en dinero en efectivo, lo que hay en bonos depositados en el BdC, y lo que pagaría el Estado por la deuda del Ministerio del Interior. Y ahí se termina.
EC - ¿El Ministerio del Interior?
JRG – U$S 16 millones por el Cuerpo de Bomberos.
EC - ¿Cómo se les ofrece pagarles?
JRG – Hay distintos instrumentos. En primer lugar, dinero en efectivo para los bancos que intervengan; en segundo lugar, bonos de deuda pública; el tercer literal se refiere a “valores domésticos” cotizados en carteras 1 y 2, según resolución del Banco Central (que no es del Estado: he tenido que preguntar a personas de mucho más alto nivel para saber qué son “valores domésticos”, que pueden ser obligaciones negociables, lo que esté en la Bolsa de Valores); certificados reprogramados de bancos oferentes (es decir que puede venir cualquier banco, dar un certificado reprogramado, y eso no tiene garantía ni responsabilidad del Estado: si ese banco quiebra o no me quiere pagar o tengo problemas, le tengo que ir a reclamar a quien me da el certificado que no es el Estado); y el último literal dice “otros instrumentos que el Banco Central autorice”. Eso no está claro: “otros” no quiere decir nada, no tiene un nombre físico, no dice qué plazo tienen esos instrumentos, qué interés generan, no dice nada.
EC – En definitiva, ¿qué es lo que ustedes cuestionan?
JRG – Todos esos literales que hablan de “valores domésticos” y todas esas cosas que no tienen la garantía del Estado. Para nosotros, no la tienen. Nosotros partimos de que el BdC tenía la garantía del Estado, porque la publicidad así lo decía. Supongo que la publicidad de un banco debe ser veraz, no puede mentir.
EC – A partir de ese dato, ustedes reclaman...
JRG – ...mejoras en este acuerdo.
EC – Pero ¿quieren sólo dinero en efectivo?
JRG – ¡Ojalá! Eso debería ser por obligación moral; deberían darnos el dinero en efectivo, pero sabemos cuál es la situación del país y no estamos hablando de dinero en efectivo pero sí reclamando un trato mejor, pero mucho mejor que esto. Que lo estudien, lo conversen, lo vean, pero que no tiren una primera idea, “Es esto y bien”. Nos amenazan con que si no se firma esto se va a la liquidación tradicional... Creo que un Estado no puede amenazar; que un Estado debe enseñar a la gente cómo comportarse y decidir, y tratar de solucionar a la gente que ha confiado en el país, que ha dejado acá los capitales. Estamos hablando de U$S 308 millones que no se fueron. Salieran a la prensa diciendo “Hay que confiar en el país”, “No retiren el dinero”... Nosotros no retiramos el dinero; en este banco el que lo retiró fue el Grupo de la Unificación y no lo digo yo sino las autoridades del Corporación Nacional para el Desarrollo [N. de R.: Persona de derecho público no estatal, propietaria de la mayoría accionaria del Banco de Crédito]. La gran corrida del BdC partió del socio minoritario.
EC – El presidente del Banco Central dijo ayer que la posibilidad de que ustedes cobren si no se firma el acuerdo es “prácticamente nula”.
JRG – Sé que también desde el gobierno se ha anunciado que si no firmamos el acuerdo el Estado tendría que cobrar primero los U$S 180 millones que puso, pese a que ya nos han reconocido que ahí sólo hay crédito para hacer frente a U$S 30 millones y nada más. Hipotéticamente son U$S 30 millones, y los otros 150 millones entran en la misma bolsa que nosotros.
Aparte, no sé si algún juez se animará a decirlo pero me parece que, si empezamos por la publicidad del propio Banco de Crédito que decía “con el respaldo del Estado”... No sé si querrán decir que la publicidad era engañosa y mentirosa, pero a su vez hay declaraciones de integrantes actuales del directorio de la Corporación Nacional para el Desarrollo (Bonsignore, Gemelli, Garat) que dijeron el 10 de febrero, ante la comisión investigadora del Parlamento sobre la crisis financiera, que la Corporación es supervisada pura y exclusivamente por el Banco Central, y que debía atenerse al mandato del Banco Central.
EC – Ustedes están ¿advirtiendo sobre la posibilidad de juicios, entonces?
JRG – Sin duda. Acá hay material de sobra para un juicio, indudablemente. Lo que pasa es que uno dice “¿Juicio al Estado? Nos van a poner mil trabas”. Sí, es cierto: nos van a poner mil trabas...
EC – Hoy vence el plazo para que los ahorristas den su acuerdo a esta fórmula. ¿Ustedes van a bloquear la posibilidad de que la gente llegue a firmar, desde que anunciaron que se van a apostar frente a la sede del BdC?
JRG – Para nada. Podríamos decir que hoy vamos a estar allí (pero afuera, no vamos a ocupar el banco) como si estuviéramos en un velorio.
EC – Como ayer ocuparon, podría pensarse en que van a aplicar otros métodos.
JRG – No, no. Ayer ocupamos pero fue algo espontáneo. Si teníamos intenciones de ocupar hubiéramos llevado un equipo de parlantes para leer cosas... Adentro no se escuchaba nada. ¿Traemos un equipo y lo dejamos, nos vamos? Fue algo que nació espontáneamente: entró gente, ya se quedó conversando adentro... Hay mucha gente veterana acá, y hay que reconocer que era más lindo estar adentro del banco que en la calle, con el frío que había. Entró gente y nos dimos cuenta de que nos cerraron la puerta y quedó gente afuera. Si hubiéramos querido ocupar entraríamos todos y nos quedaríamos todos; éramos más de 200 o 300.
Hoy simplemente vamos, también. Pero la gente que quiera adherir al acuerdo... Nos han dicho en algún momento “¿Qué: vienen en plan de piquetes?”. No, estamos hablando de piquetes. Vamos y decimos por qué no firmamos: por estas razones, porque el Estado me tendría que dar una mejor, porque fui una persona que confió en el país: yo la dejé, no la moví.
***
EC – Vamos a escuchar ahora el otro punto de vista. Miguel Zubillaga integra también el grupo de ahorristas del BdC, pero está a favor de firmar. Usted escuchaba recién a su colega. ¿Por qué consideran que la fórmula del gobierno es buena?
MIGUEL ZUBILLAGA:
Entendámonos: bueno, no puede haber nada en este momento para los ahorristas. Entendemos que, en el contexto del país y después de 10 meses y medio de búsqueda, este es un documento hábil. La unanimidad de la comisió lo entendió así y lo llevamos a consideración de la asamblea.
EC – Después ustedes se han dividido y se han producido enfrentamientos bastante severos entre los ahorristas.
MZ – No, no. Nosotros no tenemos enfrentamientos con nadie, no estamos en contra de nadie sino a favor de todos.
EC - ¿Cómo explica la fórmula? Porque no es sencilla.
MZ – No es sencilla. El BdC debe devolver a los ahorristas el capital más los intereses al 28 de febrero en que se liquidó el banco, y que son U$S 308 millones.
¿Cómo llegamos a esos 308 millones? Punto uno, alrededor de U$S 90 millones que debe el Grupo de la Unificación; unos 63 millones que habría en existencias, y después el fruto de la subasta proyectada de las carteras del banco, con lo que tenemos un piso de 147 millones. Con eso estaríamos en los 308 millones.
¿Qué tenemos con este convenio? Que el Estado renuncia, a favor de los ahorristas, a cobrar primero los U$S 180 millones. Punto dos, esos 16 millones de deudas del Estado que se dice que están, en realidad no están: el Estado los va a pagar, cuando los podría compensar (tiene para cobrar, tiene para pagar; compensa, no paga y sigue siendo acreedor). Esos 16 millones están viniendo en bonos 2011 valor nominal.
Después, si en la subasta no se llega al piso de los 147 millones, el Estado pondría 40 millones en bonos valor nominal, no más lejanos del 2001.
Acá la gente tiene que entender bien claro: la liquidez que hay, la plata que hay en caja, es muy poca.
EC – 63 millones.
MZ – No: porque ahí hay bonos y se computan 16 millones que no están, que quede bien claro que no están: que el Estado los va a pagar si sale el acuerdo, y de lo contrario puede incluso compensarlos [con lo que puso para la capitalización].
EC – O sea que hay mucho menos liquidez.
MZ – De liquidez hay sólo 20 millones. Nada más. Y nosotros propusimos que, antes de que se siga agotando (mientras seguimos negociando, negociando y negociando; y recuerdo a la gente que nos estamos gastando un millón y medio o un millón 800 mil por mes)...
EC – Es una cifra increíble.
MZ – Es increíble, pero hace 11 meses que estamos con este tema, y creemos que esto tiene que llegar a su fin y no sigamos gastando lo que hay.
Lo que proponemos es que esa liquidez no se dé a prorrata, porque hoy podemos entregar a la gente un piso de U$S 2.000... Si se pudiera entregar un 5 o 6%, no es lo mismo para un depósito de un millón que para uno de 100 mil o de 2.000. Por eso, como sabemos que hay 4.000 ahorristas que están por debajo de los U$S 10.000, y 2.800 ahorristas están por debajo de los U$S 4.000, de modo que con una entrega general de U$S 2.000 se estaría entregando prácticamente el 100% a muchos de los ahorristas pequeños, y a muchos de ellos se les estaría cubriendo hasta el 60 o 70% de sus depósitos.
Los otros depositantes recibiremos muy poco efectivo y el resto en bonos, letras de Tesorería, pero...
EC – Y eventualmente ¿algo más de efectivo?
MZ – Hay dos opciones de pago del Grupo de la Unificación. Una, 24 cuotas trimestrales, con un 3% de interés. Eso fue solicitado al Grupo de la Unificación por el ministro de Economía en una reunión a pocos días de la liquidación (junto con otros dos pedidos más, que ustedes pueden consultar con el ministro).
Y la otra opción en la que hemos trabajado desde el 15 de marzo era una entrega en efectivo y el resto en bonos del Tesoro a valor nominal, en tiempo lo más corto posible. Esto eliminaba el tema de las famosas garantías del Grupo. Tenía una contra, que es que tenemos poco efectivo. Entonces, o tenemos las garantías por un lado, nos sacamos de encima el tema de las garantías por si se salda totalmente la cuenta, ya no necesitamos garantía; o la otra parte de las 24 cuotas en que recibiríamos efectivo.
De eso ¿qué garantías hay hoy? Se estaría cediendo a favor de la liquidación del BdC, del patrimonio de recuperación, los flujos del casino que andan en el orden de los seis a siete millones de dólares (del 2004 al 2010, porque están prendados por unas obligaciones negociables), y una segunda hipoteca del Radisson Victoria Plaza, que pongámosle sean 20 millones. Es decir que totalizarían U$S 56 millones, y allí tendríamos –con viento a favor— un 50% de garantías del Grupo de la Unificación. Pero dice el liquidador del banco en el artículo 11, y es exigible, las garantías suficientes. Yo no me tengo que hacer responsable por las garantías del Grupo de la Unificación. Son el liquidador y el Banco Central, y si el liquidador o el Banco Central no las pide, yo voy a ir al Banco Central a reclamarle que pida garantías suficientes, que cuide el ahorro.
EC – Como decíamos, la fórmula es compleja y obligaría a un largo ejercicio, anotando subtotales, discriminando dinero en efectivo, papeles... Pero ¿en resumen...?
MZ – Es complicado, sí. Pero es lo único que hay hoy sobre la mesa y que permite al ahorrista recuperar el 100%. En un banco liquidado, el 100% de sus depósitos, con sus intereses correspondientes, hasta el día de la liquidación.
EC – ¿Usted dice que se va a recuperar el 100%?
MZ – Voy a trabajar intensamente, como todos los que estamos adhiriendo hoy. Atención: ya son 3.000 voluntades. Respetemos. Nosotros hemos sido muy respetuosos, tranquilos, y ya hay 3.000 voluntades. Creo que no es poca cosa.
Pero lo importante a lo que quiero ir es a la última cláusula, el desistimiento. No lo digo yo; está escrito allí, y dice que, si en seis meses no tenemos los instrumentos de pago del 90% (sea liquidez, certificados de depósitos reprogramados, bonos del tesoro, letras de Tesorería) podemos hacer juicios por la diferencia. Y para hacer juicio por el otro 10% precisamos 18 meses. O sea que se está diciendo que, en un plazo de 18 meses, nosotros deberíamos tener todos los instrumentos de pago del 100% de nuestro capital, y de lo contrario allí sí podríamos hacer un juicio.
Me pregunto: ¿es más fácil iniciar un juicio ahora, sin nada en el bolillo? ¿Tenemos derecho a que coartar a la gente que pueda solucionar su tema cobrando esos U$S 2.000?
EC – Esa parte de la fórmula, que los ahorristas reciban U$S 2.000 per capita sin prorratear, a cuenta de esos U$S 20.000 que hoy existen de liquidez, ¿está efectivamente convalidado por el gobiernio?
MZ – Está en el acuerdo, por supuesto. Lo que queremos es que el pequeño ahorrista no sufra más, sacarnos nosotros esta angustia, terminar esto de una buena vez, y después sí empieza otro ámbito que hoy está ha abierto, porque no estamos cruzado de brazos.
Todos decimos “No queremos esto”, “No queremos esto”: los comprobantes de nuestros depósitos dicen “Banco de Crédito en liquidación”. El Banco de Crédito ya no existe, nuestro comprobante hoy no vale nada. Que la gente lo tenga en cuenta. Si mañana recibo un bono, tengo un valor. Quizá sea la mitad de su valor, pero...
EC – El argumento central sobre el cual giran los reclamos de quienes discrepan con la fórmula es que el Estado estaba atrás del BdC, que había un respaldo del Estado, que la publicidad lo mencionaba, y que debía hacerse responsable.
MZ – Por supuesto: vaya si tendrá que hacerse responsable. Pero lo que digo es: si queremos dulce de leche, necesitamos primero la leche, y para tener la leche necesitamos antes la vaca; hoy no tenemos la vaca y estamos pidiendo el dulce de leche. No pongamos la carreta delante de los bueyes. Seamos claros en el concepto.
EC - ¿Cómo van a moverse hoy los que están a favor del acuerdo?
MZ – Como hasta ahora; tranquila y silenciosamente. No hemos ido a buscar a un ahorrista ni a llevarlo compulsivamente; hemos explicado a todos que nos han llamado para pedirnos explicaciones de la fórmula; nos hemos reunido con ellos pero no hemos ido a hacer reuniones en ningún lado; no nos vamos a parar en la puerta del banco a tirar gente para adentro ni para afuera. Que la gente decida a su leal saber y entender, en un acto que es voluntario. Ni yo ni otros ahorristas que hemos adherido le decimos a la gente “Vaya y firme”. Lo que sí debo creer es que, si esto no sale adelante, hay serias posibilidades de que no recuperemos nada...
EC – Porque si no sale, habría una liquidación tradicional.
MZ – No lo dije yo: lo dijo el presidente del Banco Central, y creo que el ministro de Economía y Finanzas.
EC – Se recuperaría algo, pero probablemente, dice usted, mucho menos que esto.
MZ – A U$S 310 o 315 millones que se podría recuperar (lo dijo el propio Banco Central en las conversaciones: se podría recuperar incluso más del 100%), pero si a 300 y algo se le sacan 180, queda mucho menos para repartir. Y si el Estado no paga esos U$S 16 millones que debe, seguimos sacando. No pone los 40 millones para la subasta... ¿Qué estamos buscando hoy? Realmente, no lo entiendo. Quizá por asegurar un pico, un 15%, perdamos un 85%. ¿Es eso? Pero un 15% que capaz, que no está seguro.
Porque (lo iba a decir antes) en estas últimas horas hemos mantenido negociaciones para que el Grupo de la Unificación salde, porque es uno de los problemas medulares...
EC – Han hecho saber de su compromiso.
MZ – Hay una carta en el Ministerio de Economía, y diría que estamos en condiciones de afirmar que va a pagar con un porcentaje en efectivo (entre 10 y 12 millones) y el resto en bonos del Tesoro. Con eso estamos hablando de que vamos a recuperar prácticamente el 100%.
Y una cosa más: esos “valores domésticos” de los que se está hablando hoy, la fórmula dice que se podrá, se podrá recibir certificados de depósitos, bonos del Tesoro, efectivo, valores domésticos... Lo que digo es que, al momento de la adjudicación, vamos a ver qué hay y podemos descartar lo que no nos sirva. Lo que estamos haciendo hoy con no adherir es descartar todo y tirar todo por la borda. Por eso pido a la gente que lo medite y firme si entiende que tiene que firmar, o no firme si entiende que no. Pero que le quede claro a la gente que no estamos en contra de nadie sino a favor de todos, y mando un gran abrazo a todos los ahorristas.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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