13.06.2003




































CORREGIDO EL “ATRASO CAMBIARIO”, LAS VENTAS AUMENTARÍAN 10%

Dólar: medidas del gobierno
tranquilizan a exportadores

Presidente de la Unión de Exportadores, Daniel Soloducho: Atchugarry anunció una retracción del 75 por ciento en la emisión de Letras de Tesorería en pesos, apostando a una flotación más limpia del dólar, sin distorsiones. Además, se elimina el IMABA que grava a la prefinanciación de exportaciones, lo que era un viejo reclamo de la gremial. El ministro ofreció ayuda para un plan de fomento a las primeras exportaciones de firmas que produzcan con calidad.

EN PERSPECTIVA
Viernes 13.06.03, 08.55.

EMILIANO COTELO:
“Preocupación entre los empresarios por el atraso cambiario”. Si usted pensaba que este tipo de titulares había quedado enterrado en el pasado, se equivocó. La tendencia a la baja del dólar de las últimas semanas dejó a la divisa estadounidense en los niveles de octubre de 2002 y devolvió este tipo de preocupaciones a la agenda.

¿Las causas? Aparentemente son muchas y variadas: mayor oferta de dólares por una mejora en la balanza comercial... menor demanda de divisas por parte de agentes que se convencieron de que la estabilidad de precios volvió para quedarse... O, lo que es más polémico, las consecuencias de una política monetaria errática, todo ese tema de la emisión de Letras de Tesorería en pesos, aparentemente para financiar déficit fiscal, pagando además tasas bastante altas...

A propósito de estas inquietudes, el ministro de Economía y Finanzas, Alejandro Atchugarry, recibió ayer a la Unión de Exportadores (UE). Sobre los resultados de esa reunión vamos a conversar con el presidente de la gremial, contador Daniel Soloducho.

Es un poco raro esto de volver a hablar de la preocupación por el riesgo de atraso cambiario. Uno tiene la impresión de estar haciendo una nota vieja.

DANIEL SOLODUCHO:
Es verdad.

EC - Antes de ir a lo que ocurrió en las últimas horas, alguna consulta sobre qué pasó con las exportaciones de nuestro país tras la devaluación del mes de junio del año pasado. No reaccionaron con un crecimiento fuerte, por lo menos no como cabía esperar. ¿Qué ocurrió exactamente?

DS - Ocurrió lo normal, lo que pasa siempre, le diría. No reaccionó inmediatamente. Yo diría que el ciclo de los negocios de cualquier exportador (puedo poner el ejemplo nuestro en textiles o cualquier otro), son los 90 días. O sea que con lo mínimo con que uno está vendido son tres meses, como para no estar parado; y después tiene los tiempos de entrega, las ventas, los embarques... todo eso que lleva un ciclo prácticamente de seis meses. Cualquier reflejo en un movimiento en las exportaciones se ve recién a los seis meses.

Lo que sí cae inmediatamente son las importaciones. Uno compra mercaderías listas, muchas veces; las está trayendo constantemente, y para de comprar. Entonces se ve rápidamente una caída importantísima en las importaciones y un crecimiento de las exportaciones, lento crecimiento al principio, que después se puede mantener más sostenido. Fue lo que más o menos sucedió y pasó en todos los países que tuvieron una devaluación similar a la nuestra.

EC - En concreto, a propósito de la evolución del dólar en estas últimas semanas, ¿qué análisis han hecho ustedes?

DS - Había varias cosas que nos preocupaban. Se hablaba de una flotación limpia y libre cuando teníamos la sensación de que había algunas medidas que estaban afectando al mercado normalmente, como la emisión de Letras de Tesorería a tasas altísimas, que sacaban todos los pesos del mercado.

EC - De esas explicaciones que han circulado, algunas de las cuales mencioné en la introducción a propósito de la caída del dólar, ¿cuál es la que ustedes consideran más acertada? ¿Sólo esa, la de la emisión de Letras?

DS - Esa es la que más distorsionaba. Yo decía que si puedo retirar todos los alimentos que hay en el mercado y después la gente sale a comprar, seguramente se va a ver sorprendida porque sube el precio de los comestibles. Es una idea similar a esa. Nosotros no estamos en contra de que la moneda fluctúe libremente, como lo hace en todo el mundo (nadie tiene la garantía de cuánto van a valer el euro o el dólar frente al resto de las monedas), pero sí cuando el mercado se distorsiona. Aparte, Uruguay ha estado estancado durante mucho tiempo por un atraso cambiario que al país le costó muy caro; el salto y la solución del problema a través de una devaluación muy grande, que era lo que los exportadores decíamos que no queríamos. Pero no hubo más remedio que hacerlo así. Entonces, con todo el desgaste que tuvo el país, todo el costo social (además el ministro fue uno de los encargados de tratar de solucionar el tema con mucho esfuerzo), volver a la misma situación parecía un error.

EC - El razonamiento que mucha gente ha hecho en estos días, sobre todo en estas últimas tres semanas, es que, en los números, esta tendencia del tipo de cambio no neutraliza la devaluación fuerte que siguió a la liberación del tipo de cambio el 20 de junio del año pasado (cuando estaba a unos 16 o 17 pesos). ¿Por qué una inquietud tan grande en ustedes? ¿Realmente estaba en peligro la competitividad de nuestras empresas?

DS - Sí. Palabras del gobierno: el presidente decía que si el dólar hubiese seguido su evolución normal de antes de la devaluación tendría que estar ahora cerca de los 24 pesos. O sea que tampoco era una gran diferencia, en la compra estaba a 25,60. Lo que sí le diría que para nosotros es muy importante es la competitividad relativa, más que el precio exacto del dólar. Si vamos a estar más competitivos con respecto a nuestros principales mercados, ya sea dentro del Mercosur, Estados Unidos o la Unión Europea, eso es más importante para nosotros que la cotización exacta del dólar.

EC - ¿Podemos ampliar un poco esta respuesta?

DS - Claro, usted está en un mercado competitivo mundial: compite con China, con Corea, con Estados Unidos y con los vecinos, y compite en todos los mercados, entonces nosotros, por ejemplo, queremos exportar al Mercosur e importa cuál es la situación de Argentina y de Brasil, cuánto devaluaron ellos sus monedas, cuál es la inflación que tienen y cómo está Uruguay, cuando está más caro, lo que afecta directamente al turismo. Por ejemplo, cuando Uruguay está muy caro el turismo no viene y cuando pasa a estar competitivo empiezan a llegar los turistas; lo mismo pasa con las exportaciones. Entonces importa la competitividad relativa a los mercados a los que usted se dirige, más que la cotización exacta, si el dólar está a 30, 31 o 29. Por eso, para la pregunta muy común ¿a cuánto cree usted que debería estar el dólar?, no hay una respuesta exacta. Cada país debe saber cuáles son los mercados principales y hacer un balance de dónde estar para ser competitivo.

EC - Pero por otro lado hay un compromiso asumido por el gobierno en el programa financiero que se acordó con el Fondo Monetario donde se incluye una devaluación del orden del 20 por ciento para este año. ¿Esa meta no era de alguna manera tranquilizadora para ustedes?

DS - Era, pero con la baja que tenía iba a ser muy difícil cumplirla; si no íbamos a tener de vuelta un salto. Si nosotros estamos teniendo ahora una baja importante del tipo de cambio y el gobierno está comprometido frente al Fondo a tener un aumento del 20 por ciento en el año y cerca de fin de año se mantiene parejo, vamos a tener que dar un salto de golpe: 20 por ciento no creo que sea lo recomendable para el país.

EC - De alguna manera aquí aparece otro factor de incomodidad para el exportador: la incertidumbre, el zigzag en la evolución del tipo de cambio.

DS - Sí, pero esos son datos de la vida. A uno le gustaría tener todas las variables fijas y seguras, pero en la vida real no existe ni va a existir en el tipo de cambio.

EC - Para resumir, hay mercados en los cuales estamos tranquilos en materia de competitividad.

DS - Sí; lo que no nos deja del todo tranquilos es que hay otros que compiten en el mismo mercado que tienen otro esquema y otras tasas.

EC - La preocupación iba, sobre todo, por el impacto en los mercados regionales.

DS - Sobre los mercados regionales y también por los que compiten con nuestros productos: cuando uno está vendiendo productos lácteos en la zona es una cosa, cuando estamos compitiendo con productos textiles en el mercado europeo frente a China es otra. Lo que hay que buscar es el balance más o menos promedio para que Uruguay en su conjunto esté competitivo.

EC - En definitiva, a propósito de una pregunta que le hacía hace unos minutos, si ésta de la UE no era una reacción apresurada, ¿cuál es su respuesta?

DS - No, al contrario; lo que fuimos a plantear al ministro fue que, más que la cotización del dólar actual, nos preocupaba cuál iba a ser la política del gobierno y qué era lo que preveía. Nos fuimos bastante optimistas porque el ministro planteó inmediatamente que ellos ya habían tomado la decisión, debido a que el canje había sido un éxito y que estaban con una necesidad menor de pesos, de disminuir la emisión de Letras hasta una cuarta parte de lo que estaban emitiendo. A su vez demostró, con la rebaja del Imaba, que está preocupado por los costos de la exportación y la competitividad de las exportaciones, nos esperó con el decreto. Después estuvimos hablando de varios proyectos para buscar el crecimiento de las exportaciones. Creo que en ese sentido fue muy positiva.

***

EC - Concretamente, ¿qué planteos llevaron a la reunión con el ministro de Economía?

DS - Nosotros llevamos la preocupación que usted bien dijo, pero sobre todo cuál era o iba a ser la política de acá a un futuro del gobierno y si tenía pensado algún tipo de ancla a través de la base monetaria o del tipo de cambio. Tuvimos una respuesta bastante auspiciosa, le diría. El ministro planteó que había pasado unos momentos muy difíciles hasta que se solucionó todo el problema del canje de la deuda, que recién habían pasado dos semanas del canje de la deuda, lo cual hizo que el mercado internacional cambie un poco su visión del país; ha mejorado el crédito, ha mejorado la confianza, bajó el riesgo país y el gobierno iba a tener menos demanda de dinero, por lo tanto iba a bajar la emisión de Letras, que para nosotros era muy importante porque estaban distorsionando el mercado.

EC - O sea que concretamente ese factor, que era el que a ustedes los inquietaba de manera mayor, es el que el gobierno se compromete a modificar.

DS - Sí, dijo que la necesidad iba a ser menor a la cuarta parte de lo que había emitido hasta el día de hoy.

EC - Ya la jornada de ayer mostró un cambio en el comportamiento del Banco Central con respecto a la emisión de Letras, ¿no?

DS - Sí; la respuesta fue inmediata.

EC - No alcanzó los niveles que el ministro les anunció, pero se supone que se va a ir en un proceso gradual.

DS - Sí, lento y no parejo; en algún momento, cuando tenga necesidad, lo va a hacer, pero dijo que no cree que en el volumen global supere la cuarta parte de lo que venía emitiendo anteriormente.

EC - ¿Qué otro anuncio?

DS - El otro tema que teníamos pendiente desde hace tiempo, cuando había dejado de funcionar la prefinanciación de exportaciones y los exportadores habíamos pasado a pagar el Imaba, un impuesto a la actividad bancaria, que es aproximadamente de 1,8 por ciento en un país en el cual el crédito es difícil y caro, se le agregaba este costo que antes no teníamos. Era un viejo planteo de la UE hacia el ministerio y el ministro nos esperó con la muy buena noticia del decreto en el cual se suspendía o prácticamente se reducía la tasa al 0,01, que es nominal, para el 80 por ciento de las exportaciones. O sea que baja el costo financiero de los exportadores inmediatamente.

EC - Esta reducción a 0,01 por ciento del Imaba a la prefinanciación de exportaciones, ¿no vale para todas las exportaciones?

DS – No. Antes se prefinanciaba aproximadamente un 30-35 por ciento del total de las exportaciones. El ministro, como hay que controlar que esa exención del Imaba no quede para otros fines, directamente lo hace sobre un total del 80 por ciento, que cubre con holgura la cantidad que antes se prefinanciaba. No habría problemas en ese sentido.

EC - ¿Y la tasa de 0,01 por ciento es casi como cero, o no?

DS - Sí, prácticamente. Lo que pasa es que, como está hecha la ley, está imposibilitado de ponerla en cero, porque dice “la autoridad fijará la tasa”. Como el impuesto no se puede eliminar, se fija nominalmente en 0,01, que es prácticamente como eliminarla.

EC - ¿Hubo algún otro anuncio?

DS - Más que nada hubo un planteamiento de la UE. Le informamos en qué estamos trabajando: para empresas que tengan condiciones de exportar y que lleguen con productos de calidad suficiente y que no consigan mercados, salir, a riesgo de la UE, a buscarles mercados; conseguirles clientes, ayudarlas a hacer la primera exportación, y luego, con el primer cobro, recuperar a través de algún porcentaje. Se lo comentamos, y se entusiasmó tanto que se ofreció a ayudar a financiarlo con algún crédito del exterior o alguna ayuda gubernamental importante para el principio de esta medida, que creo que va a ser muy buena.

EC - En seguida voy a preguntarle algún detalle más, porque hizo un resumen muy apretado del proyecto. En definitiva, entonces, con estas medidas que el gobierno está tomando, ¿los exportadores quedan tranquilos?

DS - Quedamos expectantes, más que nada; después hay que darle tiempo al mercado para que se vaya ubicando donde debería estar, sacadas las medidas que podrían distorsionar más fácilmente el mercado; o a través del tipo de cambio o bajando la tasa de interés, la no emisión de Letras. Por uno de esos dos lados tendría que salir normalmente o tener efecto.

EC - Usted decía que querían conversar con el ministro a propósito de qué política en general tenía pensada el gobierno para las exportaciones. ¿No está previsto, de ninguna manera, ir, con el correr de los meses, a un aumento de la carga tributaria sobre las exportaciones?

DS - Bueno…

EC - Podría ocurrir: el gobierno se ha comprometido a unas metas de superávit primario muy exigentes. Está claro que es difícil que el gasto público baje en términos nominales y la apuesta parece estar concentrada entonces en la recuperación de la recaudación. Tenemos por otro lado un sistema tributario que está basado sobre todo en la actividad del mercado interno, actividad que viene todavía muy deprimida. Entonces alguien podría pensar: “Si las exportaciones van a crecer, si están dadas las condiciones para que crezcan y por esa vía tengamos ingresos provenientes del exterior, podríamos en algún momento reducir algún tipo de exoneraciones o ventajas tributarias, pasar a recaudar más de esas exportaciones que van a ir aumentando”. ¿Eso estuvo en la conversación de alguna manera como preocupación de ustedes?

DS - Sí, estuvo. Sobre todo el ministro nos dejó muy tranquilos en cuanto a su visión y a cuál iba a ser la salida del país que él creía para una mejora total. Nos reiteró –puso como ejemplo lo del Imaba– que lo que estaba haciendo era bajando el costo de las exportaciones y que esperaba que las exportaciones fueran el motor de crecimiento del país. En ese sentido hizo un planteamiento bastante claro en general de que las exportaciones en este momento no están con demasiada carga tributaria frente al resto de la economía y que lo que esperaba de las exportaciones, más que cualquier contribución de ese tipo, es algún tipo de reactivación o de incremento de inversión o de trabajo para lograr bajar el desempleo. Él estaba dispuesto a cualquier ayuda para lo que pueda reducir el desempleo, más que para un aumento de tributación. Lo cual nos plantea un panorama bastante claro de lo que quiere el ministro.

EC - O sea que no está prevista, ni siquiera a mediano plazo, un aumento de la carga tributaria sobre las exportaciones.

DS – No. Planteó más bien lo contrario: que estamos en un momento en que no se contribuye demasiado en función del resto de la sociedad, pero que no es lo que espera de las exportaciones; espera que lideren el crecimiento.

EC - ¿Qué pueden anticipar ustedes a su vez? ¿Qué evolución tendrán las exportaciones en los próximos meses, sobre todo qué impacto va a tener esa evolución en materia de puestos de trabajo?

DS - A nivel de números, de mayo a mayo teníamos un crecimiento del 9 y pico por ciento en las solicitudes de exportación, lo que nos hacía prever que veníamos mejorando mes a mes. Si bien el acumulado sólo se daba de enero a mayo, un 2,5 a 2,7 por ciento, mes a mes íbamos recuperando. En algunos rubros se espera una mejora importante, como en la carne, que indudablemente es el primero en exportaciones y suma mucho. Pero hay otros rubros que están tirando bien y tienen un crecimiento importante. Lo que veíamos es que estos negocios, que fueron pactados hace muchos meses, se encontraban con una disminución importante en sus ingresos ante el cálculo de costos que se había hecho cuando se hizo el negocio. De ahí la preocupación de los exportadores, cuando dice “Cómo nos afecta la baja del tipo de cambio”. Todo el mundo tenía sus negocios cerrados en vistas a una evolución normal del tipo de cambio y cuando tiene esa bajada brusca se afectan directamente los ingresos.

EC - Usted me venía comentando cómo había evolucionado hasta ahora la exportación uruguaya. Mi pregunta iba más bien de aquí en adelante.

DS - Si eso se mantenía más o menos en un flujo normal, la lógica debía ser que con la apertura de esos nuevos rubros y el crecimiento normal que estamos teniendo en los rubros tradicionales se mantenga un crecimiento al menos de dos dígitos para tener algún arrastre en el resto de la economía; si no con cifras tan bajas como las que había, con alguna capacidad ociosa, lo que podían hacer era ocuparse un poco más los que no estaban en actividad. Pero lo que nosotros necesitamos para el país, para aumentar el empleo, es que haya un crecimiento importante. Y para eso se necesita, lo que han tenido los países vecinos: si se fija han tenido un crecimiento bastante importante durante unos meses, han tenido condiciones ventajosas. Cuando han tenido alguna reducción en el tipo de cambio han tardado un poco más, Argentina o Brasil.

EC - En definitiva, para este año, para el conjunto de 2003, ¿tienen una estimación de qué aumento se producirá en las exportaciones?

DS - No. Teníamos previsto llegar por lo menos a un 10 por ciento, con las condiciones anteriores; si se restablecen tenemos chance de lograrlo.

EC - Del orden del 10 por ciento.

DS - Sí, esperemos.

EC - ¿Y en cuanto a impacto en el empleo?

DS - Eso es difícil porque no sabemos cuánta era en realidad la capacidad ociosa, pero no hay duda de que tiene un efecto multiplicador dentro de lo que se relaciona indirectamente con la exportación y se da a nivel de todas las empresas de que hablamos. A medida que van llenando su capacidad total, después empiezan trabajos de terceros, trabajos a façon y se va multiplicando. Evaluar exactamente cuál es la cantidad de empleo que se puede lograr es muy difícil.

***

EC - Usted lo mencionó hace unos minutos como otro de los temas conversados ayer con el ministro Atchugarry, ese plan piloto que tiene la UE para promover las ventas en el exterior de empresas que actualmente no salen del país. ¿En qué consiste exactamente?

DS - Hemos tomado como ejemplo dos empresas que no están exportando, no han exportado nunca, una con productos lácteos y otra con productos alimenticios; nunca habían exportado y tenían productos de primera calidad en el mercado local. Es ayudarlas lentamente a preparar todo el tema de empaque y preparación de productos para exportar; luego con la búsqueda de los mercados en los cuales ese tipo de productos tiene una aceptación bastante buena y buscar los canales de comercialización hasta ayudarlos a hacer la primera venta. Sobre todo para pequeñas y medianas empresas: las empresas de volumen grande pueden hacerlo prácticamente solas, pero las pequeñas y medianas no, entonces la idea era llevarlas a esa situación. Lograda la primera exportación habría un porcentaje que se pondría para recuperar los gastos simplemente, sin ningún afán de mejorar la situación de la Unión, simplemente para aumentar las exportaciones del país. Y así ir buscando, entre todos los sectores, varias empresas que puedan hacer incursión en el mercado exportador.

EC - ¿No hay programas ya previstos para ese tipo de casos?

DS - No en la parte de comercialización. Si respecto a calidad: tenemos todo el tema de la ISO 9000, y por acuerdo con el BID y con UNIT estamos logrando que las empresas pequeñas y medianas puedan lograr la calificación; 50 por ciento del costo es pagado directamente por la UE a través del BID.

EC - Esto es una novedad. ¿Qué tipo de costos tiene un apoyo como el que recién venía describiendo para las empresas que hasta ahora no han exportado?

DS - Va a depender del mercado elegido. Si los mercados son los vecinos tiene un costo para empezar bastante más bajo, pero si uno decide entrar a México o Estados Unidos tiene costos de comercialización un poco más altos. La idea es que el riesgo sea de la UE y no del pequeño y mediano empresario que al principio no se anima a exportar. Ahí fue donde el ministro mostró un entusiasmo bastante importante, él mismo se ofreció a ayudar a financiar esto.

EC - ¿De qué manera?

DS - Pensaba de dos formas, a través de los rubros que tenía el ministerio o de un crédito del exterior que surge de organismos internacionales; la Unión Europea estaba pensando en ayudar a Uruguay en alguno de esos temas y puede ser que se logre allí un crédito que pueda ayudar a hacer esto a un volumen más grande.

EC - De todos modos ese programa de la UE, ¿ya está en marcha?

DS - Ya empezamos con esas dos empresas, pero queremos ver cuál es el éxito, cómo sale, para después seguir.

EC - Con estas dos empresas se hace igual, aunque todavía no exista el apoyo crediticio del gobierno.

DS - Sí, sí. Fuimos más que nada a comentárselo y no a pedirle apoyo, pero surgió del ministro.

EC - ¿Cómo seleccionan a las empresas que van a recibir ese tipo de respaldo?

DS - Al principio las dos fueron seleccionadas por conocimiento de sus productos dentro de la UE o por su calidad en el mercado interno, pero después vamos a abrirlo para que se presenten todas las empresas que deseen o que tengan condicionantes; si no es así saldremos a buscarlas nosotros.

EC - ¿Qué otro resultado dejó la reunión de ayer?

DS - Quedó pendiente cómo comercializa el país sus exportaciones, cómo será en el futuro, si a través de la Cancillería o de otros institutos. En el Poder Legislativo está ese tema pendiente y hay otras proposiciones de los senadores sobre el tema, y creo que es un tema importante para coordinar entre todos para buscar una presentación del país independientemente de partidos políticos: tener todos una visión conjunta de cómo se deben colocar los productos del país.

EC - En definitiva, por ahora, todo encaminado.

DS - Por ahora sí, habrá que esperar, creo que el ministro dejó bien claro que apuesta a las exportaciones, que tiene esperanza y va a ayudar en lo posible. Eso fue lo más positivo de la reunión.

EC - ¿Qué otras acciones tienen previstas ustedes ahora?

DS - Nos comprometimos a esperar y, lo más importante, seguir trabajando. Creo que más importante que la discusión de si salimos o no de la recesión es poder lograr trabajo y empleo para el país, que tanto necesita.

EC - Está claro que esa es la prioridad.

DS - Claro, y eso se hace sólo trabajando todos los días.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón






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