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Prontos los polémicos módulos carcelarios
Las autoridades organizaron una visita guiada de parlamentarios y periodistas. Aparecen superados los problemas de ensamble que provocaron filtraciones de lluvia. Las celdas y su equipamiento son presentados como indestructibles. La distribución y el traslado de los reclusos se efectuará según criterios criminológicos, según las autoridades. Crónica de Aureliano Folle.
EN PERSPECTIVA
Martes 17.06.03, 07.56.
EMILIANO COTELO:
Tuvo lugar ayer una visita al Penal de Libertad que había generado una expectativa importante en el ambiente periodístico y también en el político generaba una expectativa importante.
ALFREDO DANTE:
Fueron presentados los ya famosos módulos de acero que el Ministerio del Interior compró en Estados Unidos para instalar en la cárcel, en principio para alojar a unos 600 reclusos, como cárcel de máxima seguridad.
EC – “Famosos”, dices tú, porque ya en su momento fue muy polémica la decisión de comprarlos directamente en Estados Unidos cuando también había empresas uruguayas que ofrecían la posibilidad de realizarlos. Y polémica su instalación, porque el director nacional de Cárceles, inspector principal Enrique Navas, hizo declaraciones la semana pasada aquí en El Espectador destacando una serie de defectos que presentaban los módulos y la obra circundante, cuando se suponía que ya debían estar operativos.
AD - Entre otras cosas habló de falta de luz natural, problemas con las puertas, que permitían a los reclusos hacer un continuo golpeteo; goteras de la claraboya general; algunas que otras fallas que subsanarían las empresas que estaban haciendo la instalación en el penal.
EC - Recordemos que estos módulos llegaron de Estados Unidos desarmados: hubo que ensamblarlos, colocarlos en hileras (terminan conformando una especie de “U” con un patio central); hay una planta baja y un primer piso y por encima de toda la estructura que se arma con los módulos hay a su vez un gran techo, una claraboya, paredes... Digamos que es una especie de galpón: la estructura de los módulos queda dentro de un galpón.
Aureliano Folle, te tocó a ti hacer esta visita ayer. ¿Qué conclusiones sacaste?
AURELIANO FOLLE:
Ustedes hablaban de un galpón; el inspector principal Enrique Navas calificó el conjunto como “cajas chinas”, simplemente porque tiene una gran estructura de cemento armado que protege la miniestructura de estos módulos ensamblados, que son 200 celdas con capacidad para tres reclusos cada una, lo que conforma finalmente la capacidad de 600.
Te diría que estaba todo pronto para la visita que hicieron legisladores de las comisiones de las cámaras de Diputados y Senadores, con la visita inesperada del senador Eleuterio Fernández Huidobro (había una invitación general para el Parlamento, y el senador tupamaro apareció allí). No estuvo el ministro, en una ausencia que algunos legisladores remarcaron, y parlamentarios y periodistas iniciaron la recorrida rodeados por policías muy bien pertrechados. Pero no la iniciaron por los módulos, sino por donde viven hoy los presos.
EC - Claro, a lo que fue el Penal de Libertad...
AF - Lo que queda habilitado del Penal de Libertad.
EC - ...destruido por un motín de los propios presos en su momento.
AF - Exacto. Hay un enorme porcentaje de sarna entre la población reclusa, de aproximadamente el 20 por ciento; no hay saneamiento, no hay puertas, no hay ventanas, todo aquello es un mundo inenarrable.
Los reclusos estaban afuera; son los 100 que quedan haciendo huelga de hambre (eran 138 y ahora son 100). Los tenían en un… ¿cómo llamarle?, un cuadrado de bordeado de alambre, un corral, afuera, al aire libre (no hacía frío, había sol) y con ellos afuera nos mostraron el lugar donde viven 74 reclusos literalmente hacinados, bien higienizado pero chocante.
Después de esa recorrida, que obviamente impactó a los legisladores y a los que no habían estado nunca en el lugar (nosotros habíamos estado el 4 de este mes a raíz del tema de la sarna), pasamos a los módulos. Fue como entrar al Sheraton; la diferencia es notoria. Los módulos están terminados, estaba todo muy limpio. Existen 74 lucernarios, y por allí hubo algunas entradas de agua, según admitía el ingeniero de la empresa que los instaló. El defecto se corrigió y, según el ingeniero, la prueba de fuego fue anteayer, un día antes de la entrega al Ministerio del Interior, con el chaparrón matinal del domingo, porque no entró ni una gota de agua.
En cuanto a la distribución, hay un gran cuadrado, que es la estructura principal, con dos cuadrados pequeños, que es la zona de admisión o de mayor seguridad. Como tú decías, son dos patios enfrentados, uno frente al otro, con una torreta principal de guardia, de un lado hacia el otro. Allí están los módulos a los que se les extrajo la ducha y se hizo un duchero en la misma estructura de cemento.
EC - Vamos pasando en limpio. Efectivamente hubo problemas: hubo problemas con las claraboyas, que ahora fueron solucionados y no se llueven más.
AF - Exacto.
EC - Eso en cuanto al techo general de eso que yo llamaba “galpón” y el inspector Navas define como un esquema de “cajas chinas”. Yendo a los módulos en sí, tú decías que a algunos se les retiró la ducha que traían, porque de esa manera se lograba darles ventilación o entrada de luz natural, que no tenían.
AF - Tienen una mayor entrada de luz natural. Yo estuve en ambos, en los que no tienen ducha, que son la mayoría, y en los módulos de admisión, donde sí la hay. Es un rectángulo en un módulo de 2,5 metros de ancho. Entrás por una puerta grande, como de una casa; a la derecha hay tres cuchetas, a la izquierda hay una mesita de metal con dos bancos; después una pequeña repisa con dos estantes y al fondo está el retrete con un bebedero. A la izquierda hay tres ventanitas, del tamaño de una caja de video cada una, con uno o dos barrotes, por donde entra luz natural; además a la derecha hay otra ventanita perforada, con agujeritos redondos, que es la única ventana por donde entra luz natural que tienen los módulos que poseen ducha. Al sacárseles la ducha aparecieron estas nuevas tres ventanitas que tienen un mayor ingreso de luz. Los módulos que no tienen ducha tienen mucha más luz natural.
Además. los módulos tienen cuatro tubos de luz en el techo protegidos por un acrílico de alto impacto, reforzados. Son tres capas de acrílico, que los fabricantes venden como antivandálicos: según ellos no se pueden romper. Por supuesto, todos quisimos probar y pegamos golpes de variada intensidad sobre el acrílico, que no se rompió. Pero hay que ver si con un fierrazo bien fuerte no se rompe.
EC - No te imagino con un “fierro” probando las luces. Supongo que hay gente que puede llegar a someter a un aparato como ese a una prueba un poco más exigente.
AF - Exacto. Y tampoco creemos que los reclusos tengan un fierro en la mano como para poder hacerlo. Todo es de alto impacto.
Las autoridades policiales dieron unos puntapiés al retrete, a la ducha, a la mesita, todo se golpeaba para demostrar que es absolutamente irrompible, que no se puede sacar de allí ningún “corte”. Incluso en los que hay ducha, que es un piripicho de 1,5 centímetros por donde sale un chorrito de agua, no hay cómo desensamblarlos: está todo con tornillos imposibles de sacar, sólo con herramientas especiales. Tienen colchones antifuego…
EC - ¿Las puertas cierran bien?
AF - Cierran perfectamente bien. Tienen dos trancas; con una llave de enormes dimensiones que no entra en la mano se abre la cerradura principal, además tiene un cerrojo por fuera.
El problema que estos módulos van a presentar, esencialmente para la vida de los presos allí, es que no tienen electricidad interna; el que está en la celda no tiene la posibilidad, por ejemplo, de cocinar, o de calentar agua para el mate.
EC - Tiene luz artificial.
AF - Sí, pero no tiene tomacorriente. No hay posibilidad de enchufar un calentador de agua, por ejemplo.
EC - El otro elemento polémico es que en esa celda, que mide 2,40 por 4 metros, convivan tres personas.
AF - Esa es una duda que expresó Eleuterio Fernández Huidobro, además de cuánto costaron y por qué se demoró la instalación. El inspector Navas, consultado sobre este tema, dijo que se va a utilizar un criterio criminológico y de convivencia para dividir a los reclusos. Se llegó a la etapa en que se puede empezar a dividir a los reclusos de acuerdo a su peligrosidad, si son o no primarios, que es una de las cosas que más piden familiares y reclusos: que el hombre que llega a la cárcel por primera vez no tenga que convivir con las personas más peligrosas y conflictivas. El primario podrá convivir con primarios. El propio Navas decía que en esas celdas podrá haber uno, dos y en algunos casos tres reclusos, dependiendo del criterio con que se los separe.
EC - En definitiva, los problemas con que habrían llegado estos módulos y los que se habrían dado luego en el ensamblaje y la construcción del resto de la estructura, esos problemas existieron, preocuparon al inspector Navas y por lo visto se han solucionado.
AF - Sí. La fecha de entrega de los módulos estaba prevista de antemano, no hubo un cambio de fechas del Ministerio del Interior para entregarlos ahora.
EC - De todos modos no se los está ocupando ya.
AF – No. El inspector Navas me dijo que la fecha era a criterio reservado del comando. Obviamente no quieren dar la fecha porque tenemos entendido que los reclusos van a plantear alguna resistencia al no tener televisión, no tener cómo cocinar, no tener agua para el mate, todo lo van a tener que hacer en el patio. Entonces se plantea como criterio reservado del comando cuándo, cómo y de qué manera se va a operar el traslado a esos módulos, cuya instalación en Uruguay demandó la cifra de 750 mil dólares, según nos informaba el ingeniero de la empresa que los instaló.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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