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25.000 PERSONAS ASPIRARON A UNO DE LOS 4.690 EMPLEOS TEMPORALES
IMM lanza el programa “Jornales Solidarios”
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Directora del Departamento de Descentralización, Ana Olivera: No se trata de un plan de empleo, que escapa las competencias y a las posibilidades materiales de la Intendencia. No son funcionarios ni contratados municipales, sino personas contratadas por organizaciones no gubernamentales, que a su vez contratan tareas con la IMM. Tampoco es “trabajo chatarra”: se aporta al BPS, los trabajadores reciben asistencia médica y formación laboral para su futura inserción.
EN PERSPECTIVA
Martes 24.06.03, hora 08.50.
EMILIANO COTELO:
Más de 25.000 personas para 4.690 empleos temporales de baja remuneración que ofrecía la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), apenas un salario mínimo... apenas 1.100 pesos.
Fue, evidentemente, una muestra más de la difícil situación que vive el país, en este caso particular, la capital.
Se trata del programa “Jornales Solidarios”, con los cuales la Intendencia pretende asistir a jefes de familia desocupados, durante el período más crítico del año: el invierno.
“Es un programa de asistencia y no de asistencialismo, porque incluye iniciativas para la inclusión social”, según remarcan sus promotores.
Ayer tuvo lugar el sorteo de estos empleos y allí estuvo Gastón Bralich, del Servicio Informativo de El Espectador. ¿Dónde fue, Gastón?
GASTÓN BRALICH:
En el Centro Comunal 1, que corresponde a la Ciudad Vieja y que está ubicado debajo del Mercado de la Abundancia, donde está el local central de Mundo Afro hoy en día.
Había aproximadamente 80, 90 personas en el sorteo, que se realizó con la presencia del intendente de Montevideo, Mariano Arana. Y realmente, tal como decías, es una muestra más de la situación que se está viviendo, pues las caras de la gente, la esperanza depositada en ese sorteo por un puesto de trabajo eran realmente llamativas.
Los testimonios dan fe de ello; te propongo escuchar uno:
(Grabación)
“NURY:
Me siento bien, contenta.
GB - ¿Hace mucho estabas sin trabajo, Nury?
N - Sí.
GB - ¿Habías trabajado ya en algún otro lado?
N - No.
GB - Va a ser tu primera experiencia.
N - Sí; o sea, había trabajado en casas de familia, en fábricas; pero hacía como tres años que estaba sin trabajar.”
(Fin de la grabación)
GB - Una persona que hacía tres años que estaba sin trabajo y que marcaba un poco el perfil de la gente que se había hecho presente. Tuve oportunidad de conversar con otras personas y todas tenían más o menos como experiencia previa un desempleo extendido a lo largo del tiempo.
La otra característica, sobre todo de las personas del Centro Comunal 1, que es gente de la Ciudad Vieja, es estar viviendo en la calle, no tener un hogar, como es el caso de este muchacho con el que conversamos y que fue otro de los ganadores.
(Grabación)
“Vivía con mi padre, pero como me peleé con él me quedé en la calle.
GB - ¿Estás viviendo en la calle ahora?
J - Sí, ahora estoy viviendo en la calle. Digo: ahora estoy ahí, en un refugio en [la calle] Daniel Muñoz. Pienso que con esto… no es mucho para mí, pero por lo menos es una esperanza para salir de…
GB - Del bajón.
J - Ahí va.”
(Fin de la grabación)
GB - Estos son algunos testimonios de personas que participaban ayer, que presenciar el sorteo.
EC - Uno de los sorteos, ¿verdad?
GB - Uno de los sorteos.
EC – Fueron 14 sorteos en otros tantos centros comunales, algunos con más gente, otros con menos. Aquí, profesora Ana Olivera, estamos viendo por ejemplo en la portada del diario El País una fotografía que corresponde ¿a cuál?
ANA OLIVERA:
Al Centro Comunal 17, al Cerro.
EC - Se percibe una verdadera muchedumbre, ¿no?
AO - Es impactante.
EC - Estamos con la profesora Ana Olivera, directora del Departamento de Descentralización de la IMM, a cargo del programa. Con ella vamos a conversar para conocer en profundidad lo que se propone y cómo va a funcionar este esquema.
Gastón, ¿algún dato más de tus impresiones de ayer?
GB - No, creo que los testimonios hablaban por sí solos. Ciudad Vieja tiene sin duda características propias; seguramente Ana Olivera tendrá detalles sobre estos sorteos en otras zonas de la capital.
EC - ¿Se distribuyó la cantidad de 4.690 empleos temporales de manera despareja entre los distintos centros?
AO - Sí, de manera “despareja, pero pareja”.
EC - ¿Cuál fue el criterio?
AO - Primero que nada, definimos 14 zonas y no 18, en función de los índices de pobreza de cada una de ellas.
EC - Porque Montevideo está dividido en 18 zonas.
AO - Montevideo está dividido en 18 zonas.
EC - Cuatro de ellas quedaron fuera de este sorteo.
AO - Cuatro de ellas quedaron fuera del programa, y en las 14 en las que se realizó se hizo en forma proporcional –aunque parezca muy frío decirlo, detrás de esto hay personas concretas– a los índices de pobreza de cada una. La foto a la que tú hacías mención, del diario El País, muestra poco en relación a lo que había en el Cerro, al clima que había, a las 4.200 personas que se inscribieron para 500 lugares.
***
EC - Volvamos al principio, ¿qué fue lo que motivó la creación de estos “jornales solidarios”, cuál es el objetivo concreto de este plan?
AO - Tú lo decías hace un minuto. A principios de este año el equipo de gobierno de la IMM comenzó a analizar qué medidas tomar en relación a la emergencia que se estaba viviendo. Nosotros señalábamos en un material que elaboramos después del trabajo de un equipo, el 21 de marzo (en una reunión en la que no solamente se presentó este programa sino también otras áreas, todas interrelacionadas), que si en el año 2000 diagnosticábamos una situación de emergencia, la situación posterior a julio de año pasado era mucho más grave. De hecho uno puede comparar las cifras 2001 y 2002, los indicadores de pobreza, y ya tiene un parámetro claro para definir.
En función de eso me tocó trabajar en una comisión que se llamaba “Montevideo productivo y generador de empleo”, porque tratamos, entre otras cosas, de que cada director, más allá del área específica en la que trabaja, pudiera aportar diferentes visiones sobre temas concretos.
Allí comenzamos a analizar primero qué posibilidades teníamos, sabiendo que tenemos pocas competencias en la generación de empleo; que podemos hacer muchas cosas como un elemento articulador, sin lugar a dudas, y al mismo tiempo que, efectivamente, teníamos posibilidad de profundizar en las áreas productivas que estábamos desarrollando.
Estábamos hablando del parque tecnológico e industrial, una experiencia donde se están desarrollando actividades a nivel de empresas, de las cuales podría haber más. Estábamos pensando en generar normativa para que puedan existir otros parques tecnológicos en tantos esqueletos vacíos que tiene Montevideo donde hubo industrias muy importantes.
Estuvimos trabajando sobre cómo incrementar nuestro apoyo a las huertas comunitarias...
Las experiencias que hoy se está desarrollando son exitosas y abarcan a diferentes áreas, desde Recursos Financieros, que posibilita el canje de deuda para que alguien que tenga un terreno y es deudor pueda darlo en usufructo a otros, por ejemplo a alguna cooperativa que quiera producir, que ya está produciendo y que por lo menos resuelve el autoconsumo de muchas familias... Cómo creábamos nuevas condiciones para el tema de la pequeña y la mediana empresa. Al mismo tiempo hemos tenido un incremento muy importante de la cooperación europea en el departamento de Montevideo. Estamos hablando de cinco millones de euros este año –más allá de que el euro esté bajando un poquito, es mucha plata para la IMM, para los montevideanos–, todo para proyectos que apunten a lo productivo desde diferentes ángulos.
El proyecto del polo turístico de Santiago Vázquez, que va a generar puestos de trabajo directos por la obra que se realice, e indirectos porque, por ejemplo, se van a instalar las mujeres rurales a comercializar sus productos.
En el Cerro lo mismo, se va a desarrollar un polo turístico; en la Ciudad Vieja, con oficios que se están perdiendo y no deben perderse, como la restauración. A su vez esos jóvenes que se van a capacitar van a restaurar edificios en Ciudad Vieja…
EC – Pero en el mejor de los casos estas iniciativas producen resultados a mediano plazo.
AO - Exactamente, y algunas a largo plazo. Allí nos planteamos seguir profundizando todas estas líneas de trabajo, seguir presentándonos a proyectos de la Unión Europea –porque los que mencioné son los que tenemos aprobados; tenemos otros en presentación– y ver qué se puede hacer en la emergencia.
Entonces empezamos a soñar algo que después fue más chico, más allá de que nunca lo visualizamos (hago una pequeña corrección a su presentación inicial) como una política de empleo. Entendíamos que debíamos dar una respuesta a la emergencia, dar respuesta con un mínimo ingreso en los meses más duros del año y que, para cubrir la mayor cantidad posible de personas, efectivamente iba a ser la realización de tareas de carácter temporal.
EC - O sea que no es que se les da dinero simplemente, como asistencia; a cambio se les plantea una tarea.
AO - Sí; y el programa va más allá de eso. Nosotros tenemos una experiencia en trabajo temporal, pero es distinta, que hoy se está ejecutando nuevamente, que es la de las mujeres barrenderas. Por segunda vez 145 mujeres están haciendo una experiencia de trabajo de cinco meses, el barrido otoñal, a través de convenios que hacemos con una ONG. De acuerdo a una evaluación que hicimos el año pasado, muchas de esas mujeres fueron por primera vez a una policlínica, al dentista, al igual que sus hijos, a los que se les sacó la partida de nacimiento y se contribuyó a que sacaran la cédula de identidad, toda una serie de elementos que va más allá que trabajar durante cinco meses.
En esta ocasión soñamos con un millón de jornales, que eran cuatro millones de dólares. Pero ¿de dónde sacar cuatro millones de dólares? Empezamos a sumar lo que ya generábamos con la definición que adoptamos de reiterar este año el barrido otoñal, de mantener los convenios con ONG que estábamos realizando; estuvimos viendo qué significaban los jornales, que son, ahí sí, trabajo genuino que vamos a generar con los fondos de la UE, y veíamos que teníamos que seguir peleando para que no nos cobraran el IVA a la obra nueva que hacemos con recursos propios… Teníamos que ver con qué podíamos disponer para dar una respuesta de emergencia con el criterio de un plan que no fuera de empleo sino de un mínimo ingreso, para decirlo de alguna manera.
EC - ¿Cuál fue la fuente de recursos entonces?
AO - El 21 de marzo empezamos a discutirlo… Son muchas tareas juntas, porque desde el momento en que la descentralización es el elemento fundamental, vinculante con todas las zonas para realizar esta tarea, quedó el Departamento de Descentralización; pero en realidad esta es una tarea de todo el equipo de gobierno: aquí han trabajado Recursos Financieros, la Secretaría General... Todos contribuyen: incluso ahora, para la organización de las tareas, Saneamiento, Recolección de Residuos, todos están trabajando en el armado de planes. O sea que realmente ha movilizado muchísimo al conjunto del gobierno municipal de Montevideo.
Recursos Financieros nos dice: “Podemos pensar en un ahorro en gastos de funcionamiento de 20 millones de pesos este año” –en realidad 20 millones 600 mil– “y no más”.
Ahí empezamos a definir qué precisábamos, porque para hacer esto se necesitaba tener herramientas: las personas que trabajen en tareas de limpieza de cañadas o en zanjeo necesitan botas, por lo tanto esto va a significar comprar botas. Allí definimos los 20 millones de pesos de estos jornales solidarios. Son, como lo he dicho todos estos días, una gota en el mar de las situaciones dramáticas que se viven en todo Montevideo, pero más concentradas en la periferia del departamento.
EC - ¿Cuántas son estas personas que van a acceder a estos jornales solidarios?
AO - Son 4.990 personas.
EC - ¿Qué tipo de tareas se les encomienda, durante cuántos días?
AO - Primero que nada, cada una de estas 4.990 personas va a realizar tareas durante tres meses; el programa dura cinco, pero cada uno va a estar tres meses. Trabajan durante 12 días, son 12 jornales al mes, seis horas diarias de labor.
¿Cuáles son las tareas? Cada una de las zonas partió de la base de programas que ya tenía elaborados, de temas de alto valor local, y a su vez está trabajando con los Consejos Vecinales, con los técnicos del Centro Comunal y la Junta Local elaborando otros planes para la duración prevista del programa.
Estamos hablando de recuperación de espacios que hoy son basurales; de limpieza de cañadas, que en el invierno es un tema de alto valor, por eso superamos el tema inundaciones, fruto del trabajo que se realizó el año pasado, en zanjas y cunetas, fundamentalmente en asentamientos precarios donde vive gran parte de la población que salió sorteada en el día de ayer; en zonas más centrales estamos hablando de limpieza de columnas y de erradicación de basurales. Estamos hablando de tareas que no requieren una capacitación previa, aunque sí una orientación para realizarlas.
EC - El programa está destinado a jefas y jefes de hogar con familiares a su cargo, de 18 a 65 años de edad, con ingresos del hogar menores a 2.290 pesos y que actualmente se encuentren desocupados. Ustedes fijaron esa población como foco para atender con este programa.
AO - Sí, exactamente.
EC - Está claro –no creo que sea necesario avanzar mucho más en el análisis– qué tipo de problemática se pretende, no digo solucionar, pero al menos contribuir a paliar.
AO - Como le decía al inicio, tomamos como definición los indicadores de pobreza de cada una de las zonas. En un momento alguien propuso tomar jefas y jefes de hogar a partir de 40 años, pero evidentemente hay muchos jefes y jefas de hogar, incluso menores de edad. A partir de los 18 años se veía mucha gente joven, sobre todo en la periferia, con una cantidad de chiquitos esperando para inscribirse o en el sorteo; al mismo tiempo se da la contracara de que había mucha gente mayor de 60 años inscribiéndose, que ha perdido su trabajo en este último tiempo y no consigue ni una changa. Mucha gente nos preguntó: “¿Nos podemos inscribir todos? Estamos todos sin trabajo”. Y sí: se podían inscribir todos; si salían sorteados habría lugar para uno de ese núcleo familiar, porque se trata de cubrir la mayor cantidad de núcleos familiares posible.
EC - Los participantes en el programa tendrán derecho, como ustedes decía, a la realización de 12 jornales mensuales, de seis horas cada uno, durante tres meses consecutivos; recibirán una remuneración líquida de 1.108 pesos por mes, por cada 12 jornales; tendrán además aportes al BPS.
AO - Exactamente, y van a estar inscriptos en el BPS. A partir de mañana, cuando comienza la etapa de verificación, primero que nada de aceptación de participar en el programa, o sea que las personas que salieron sorteadas tienen que presentarse y dar una cantidad de datos que nos va a permitir no solamente la inscripción en el BPS, hacerles los trámites si es necesario para que cobre la Asignación Familiar, si no la están cobrando, todo lo que implica la inscripción en el BPS; aclaramos que quien estaba en el seguro de paro no se podía inscribir, pero vamos a verificarlo para no perjudicar a alguien que se inscribió y no sabe que si lo inscribimos pierde el seguro de paro.
Aparte de esos datos pretendemos generar... porque decimos que es una política de asistencia, no asistencialista.
EC - ¿Cuál es la diferencia entre un “programa de asistencia” y “asistencialismo”?
AO - Que queremos que sea una política de inclusión. No es que estas personas durante estos tres meses vayan a trabajar y recibir sus ingresos, sus jornales. Nosotros pensamos trabajar con las jefas de hogar a través de la Comuna Mujer de cada una de las zonas; pensamos trabajar con sus familias a través de la Red Infancia; acercarlas e incorporarlas a las redes de merenderos de cada zona; a partir de sus datos de salud, controlarlas en nuestras policlínicas… Es decir: contribuir a que crezcan desde el punto de vista de su inserción, el conocimiento de sus derechos, porque van a recibir cursos por parte del BPS y del Instituto Cuesta Duarte en relación a los derechos laborales. O sea que queremos que sea un programa que contribuya a que sean parte realmente, en el barrio donde están, de la sociedad.
EC - Usted mencionaba al pasar cursos que van a recibir estas personas, que en el caso de los cursos sobre derecho del trabajo van a ser dirigidos por el Instituto Cuesta Duarte, perteneciente al PIT-CNT, y en cuanto a seguridad social cursos a cargo de la representación de los trabajadores en el Directorio del BPS. ¿Estos cursos son obligatorios para estas personas?
AO - Se van a desarrollar en el horario de trabajo.
EC - O sea parte de las horas de trabajo se pagan por asistir a estos cursos.
AO - Sí, sí.
EC - Eso es un poco particular; o sea que una parte de la retribución no corresponde a tareas que esas personas realizan sino a formación que adquieren.
AO - Sí.
EC - ¿No es algo que haya despertado resistencias?
AO - Nooo… ¿por qué motivo?
EC - Porque se supone que había una contrapartida a cambio del dinero, que había un servicio…
AO - Son dos horas durante tres días, no es una cosa exorbitante. Un día van a cumplir sus tareas y aparte, dentro del horario, van a tener dos horas de cursos. Son en total seis horas de curso en los tres meses, o sea que no es algo descabellado.
EC - Además de la participación del Instituto Cuesta Duarte y de la representación de los trabajadores en el Directorio del BPS, ¿hay participación de empresas privadas en este programa?
AO – Sí; primero que nada de las ONG de cada una de las zonas, que son las que van a firmar, con cada uno de los integrantes del programa…
EC - Ah, porque estos participantes no son funcionarios municipales (eso estaba claro)…
AO - Ni son contratados por la Intendencia tampoco.
EC - Tampoco son contratados por el municipio.
AO – Exactamente: realizan un contrato con diferentes ONG, que son muchas porque estamos hablando de 4.990 personas. Justamente, cuando hicimos la presentación estaban presentes las diferentes ONG, la representación de los trabajadores en el BPS, el Instituto Cuesta Duarte, Abitab, que es la empresa a través de la cual van a cobrar con su cédula de identidad, sin ningún costo. No hay ningún costo extra, todo lo que yo menciono se hace honorariamente, es una contribución al programa de emergencia. También estaba presente Emergencia 1727 [servicio de ambulancias intregado al Centro de Asistencia del Sindicato Médico], que también sin costo va a efectuar los traslados, si fuera necesario, de estas personas (por supuesto, van a tener derecho a la atención en el Banco de Seguros en caso de accidente de trabajo).
EC - Un oyente preguntaba si en la medida en que estas personas van a tener aporte a la seguridad social también van a contar con mutualista durante ese período.
AO - Durante ese período no, porque con 12 jornales no se accede a la mutualista.
EC - En definitiva estamos hablando de un programa que tiene un presupuesto… ¿de qué orden?
AO – 20 millones 600 mil pesos.
EC - Porque usted arrancó contando el sueño de cuatro millones de dólares…
AO - Un millón de jornales.
EC - En definitiva el resultado ¿es de…?
AO - En este programa en concreto son 20 millones 600 mil pesos porque incluye la compra de herramientas.
EC - …más los aportes que realizan las empresas privadas que usted mencionó y las ONG involucradas.
AO - Exactamente. Así como para el programa alimentario hay muchísimos aportes, también para este los hubo, en esa reserva de solidaridad muy grande que tenemos los uruguayos.
EC - Algunas preguntas más. Usted decía que ese dinero que se va a utilizar para financiar el programa surgió –según la respuesta que les dio a ustedes el Departamento de Recursos Financieros de la IMM– de ahorros en gastos…
AO - Ahorros en gastos de funcionamiento.
EC - En teoría, ese ahorro podría haberse destinado a bajar el déficit que tienen las cuentas de la Intendencia. Hubo allí una decisión política: postergamos el achique del déficit para contribuir con este programa de asistencia social.
AO – Más temprano se planteaba cuál era la génesis del programa. No es la única respuesta que estamos dando a la emergencia, y todas las respuestas que hemos dado –tanto en el programa alimentario como en este– implican una inversión social importante, como nosotros la llamamos. Efectivamente, son decisiones. Analizamos que teníamos un compromiso con los montevideanos y que teníamos que ser capaces de dar una respuesta, aunque fuera mínima, porque pensamos que la situación por la que están pasando hoy los montevideanos merece otras medidas que no estamos en condiciones para dar, más allá de que no es nuestra competencia darlas.
Por lo tanto efectivamente hubo un redireccionamiento de nuestro presupuesto municipal. En este momento estamos en la recorrida de las 18 zonas de Montevideo, hablando con los vecinos de esto. Asistimos a la zona 5, la zona de Pocitos y Punta Carretas, donde planteamos, como en las zonas donde había mayores necesidades, por qué habíamos tomado esta decisión; el intendente les plantea a todos los vecinos reunidos por qué tomamos la decisión, planteamos un diagnóstico de la situación del departamento de Montevideo y las soluciones que de alguna manera estamos haciendo.
Los vecinos se manifiestan en principio en acuerdo con las medidas de emergencia que hemos tomado, que no significan no hacer obra, no continuar brindando los servicios municipales. En estas mismas reuniones estamos haciendo el balance de 2002 que, creo, es positivo en forma ampliamente mayoritaria.
EC - Dos preguntas más desde el lado de los cuestionamientos que puede recibir un programa como este. Usted detallaba el tipo de tareas que van a desarrollar las personas que ingresan al programa de Jornales Solidarios; decía que esas tareas implican responder a pedidos de vecinos que figuraban en los compromisos de gestión entregados el año pasado y que hasta el momento no se había podido cumplir. Pero ¿no eran tareas que debieron desarrollar los propios funcionarios municipales? La Intendencia no está creando trabajo ee alguna manera artificial, trabajo que los empleados de la Intendencia –que son unos cuantos– deberían poder realizar?
AO - No. Por ejemplo la limpieza de cañadas, que se realiza en algunas zonas de Montevideo, se hace a través de convenios con ONG desde hace ya tiempo. Nosotros tenemos funcionarios municipales que cumplen tareas muy importantes, como el mantenimiento del alumbrado público, el mantenimiento de las áreas verdes, las cuadrillas polifuncionales de Vialidad en la zona del 12 o las cuadrillas polifuncionales que resuelven temas de emergencia en las distintas zonas, pero una de las decisiones que tomamos fue que este trabajo no sustituyera las tareas de los municipales. En la limpieza de basurales, en muchos casos hemos realizado jornadas con los propios vecinos para tratar de erradicarlos; se tratará de lo mismo. Hoy en muchas zonas de Montevideo los vecinos van a ver a sus propios vecinos, a aquellos a los que en muchas ocasiones les cruzan una olla con un plato caliente (esas son las situaciones que estamos viviendo en este momento), realizando tareas con las cuales van a poder comprarse la comida por lo menos en el invierno. Una tarea que es de importancia para la zona y que los montevideanos deberían cuidar.
EC - Por último, ¿qué diferencia hay entre este programa que lanza a funcionar la IMM con el plan de empleo propuesto por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (Mtss) en convenio con las intendencias del interior, que fue objeto de críticas muy severas por parte del PIT-CNT?
AO - No conozco a fondo el programa del ministerio; creo que vamos a tener una reunión esta semana vinculada con ese tema. De acuerdo a lo que pude entender a partir de la reunión que tuvimos –en la que participé– con el PIT-CNT, el intendente de Montevideo y los que estábamos trabajando en el programa, inicialmente la propuesta del Ministerio no se planteaba la inscripción en el BPS (creo que después esto fue modificado, según escuché en intervenciones públicas); además hay un tema sustancial planteado, que la generación de empleo… la propone solamente el Mtss, pero hay una responsabilidad del gobierno nacional. Nosotros como gobierno municipal tratamos de dar mínimas respuestas en algo en lo que tenemos competencia y no nos lo planteamos como política de empleo. Esa es la diferencia.
EC - Hace pocos días, durante una recorrida de las autoridades municipales por La Teja, un vecino dijo: “Hace tiempo un grupo de desempleados presentamos un proyecto de trabajo en la Intendencia, pero no nos dieron corte. Queremos un salario digno, no trabajo chatarra. Están dando la misma solución que está dando el gobierno nacional y no les dieron importancia a los proyectos de los vecinos”.
AO - Efectivamente, eso fue planteado el sábado pasado en la zona 14. A mí justamente me tocó contestarle al vecino, explicando por qué rechazamos totalmente la calificación de “trabajo chatarra” y lo ubicamos en el justo término de que no pretende ser, de ninguna manera, una política de empleo.
Al mismo tiempo el año pasado recibimos muchísimas propuestas, no solamente en la zona de La Teja, sino también en el Cerro, Maroñas, La Comercial, que efectivamente comenzamos a estudiar y algunas de las cuales pusimos en práctica. Algunas hoy están en curso, como todo este tema de las huertas comunitarias y huertas en zona urbana. En este caso se planteaba la posibilidad de cooperativización y generación de bloques. Había múltiples ideas de crear cooperativas y que la Intendencia contratara con ellas y generara los mecanismos legales para poder hacerlo. Nosotros hicimos una experiencia vinculada con esa propuesta, no en esa zona sino en otra, en la zona 3, donde se realizó un convenio con una cooperativa de desocupados para la limpieza de bocas de tormenta, que tuvo aspectos positivos en la evaluación y algunos aspectos de dificultades en los que estamos trabajando desde la Unidad de Convenios para ver cómo afinar. Entre otras cosas, de ninguna manera entendemos que debamos evadir los aportes al BPS; a veces el hecho de ser un emprendimiento cooperativo requiere otros complementos para que la cooperativa exista como tal, y ahí sí requiere el apoyo del equipo de pequeña y mediana empresa de la IMM. Para ver la viabilidad de muchos emprendimientos locales hay que plantear otras estrategias que no sean solamente contratar con la Intendencia la compra de los bloques en lugar de comprarlos en una barraca.
Hemos desarrollado otras experiencias en ese sentido, más grandes quizás, como la instalación de la cooperativa de los ex trabajadores de Niboplast en el parque tecnológico. La empresa cerró, sus trabajadores se cooperativizaron y hoy están instalados en el parque tecnológico; la Intendencia les dio el lugar y la infraestructura para desarrollar su trabajo y hoy están produciendo y comercializando.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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