07.07.2003










LOS PRESOS GANAN UN SUELDO QUE RECIBE SU FAMILIA

Casas de madera prefabricadas
por reclusos del Comcar

Un presidiario del Complejo Carcelario impulsó la formación de una empresa que dignificara la vida de sus compañeros. Con el apoyo de empresas proveedoras que financiaron los materiales, y de las autoridades del Comcar, 14 reclusos trabajan hoy en el establecimiento, y otras personas en la instalación de las viviendas. Aspiran a ocupar a un centenar en la planta y 350 fuera del presidio. Gerentes de Copremade, Ramón Ricci y Níver Guerra, y encargado de planta, Miguel de Lima.

EN PERSPECTIVA
Viernes 04.07.03, 09.10.

EMILIANO COTELO:
Copremade es el nombre de la primera empresa privada que nació en una cárcel de nuestro país, en el Complejo Carcelario de Santiago Vázquez, Comcar. Esta firma se dedica a la construcción de casas, combinando el trabajo de ex presos con el de reclusos que hacen su aporte desde el propio establecimiento carcelario.

Todos los involucrados en esta iniciativa obtienen lo suyo. Los ex presos apoyan su rehabilitación en un proyecto empresarial concreto, mientras que quienes todavía están prisión encuentran una ocupación para su tiempo de reclusión y, además, obtienen una remuneración.

Como si esto fuera poco, el bajo precio final de las construcciones permite que personas de bajos recursos obtengan un techo.

Esta semana se conoció la historia de la primera casa, encargada por Oscar Domínguez y Lilián Bello. Hace un tiempo este matrimonio compró una fracción de campo de unas tres hectáreas en la zona de Rincón de Melilla con el objetivo de alejarse un poco de la ciudad. Pero el destino quiso que el año pasado ambos se quedaran sin trabajo, lo que transformó a aquel terreno en su único medio de vida. A la idea inicial de mudarse a las afueras, sumaron, entonces, la de probar suerte con algunas plantaciones; pero para largarse a esa aventura hacía falta una infraestructura, por supuesto, una casa.

El propio Oscar Domínguez nos contó cómo -después de pedir varios presupuestos, que en su gran mayoría les resultaron inaccesibles- terminaron resolviéndose por la casa construida por Copremade...

(Grabación)

"Surgió que en el LATU había una exposición, Expoforesta, donde había varias maquetas; pero uno no puede apreciar bien en una maqueta cómo es la construcción. Y justo esta gente de Copremade, que son reclusos y ex reclusos del Comcar, tenía una cabaña ya armada que uno podía visitar. Nos gustó. Conversamos, vinieron por casa, afinamos el lápiz. Quitamos algunas sofisticaciones que podían tener ellos en la exposición. Es una cabaña muy acogedora, estilo campestre, estamos muy conformes con la construcción. Y a una suma que... De otro modo no podíamos hacerlo, ellos tienen mano de obra del Comcar. Nos parece una buena idea y tienen el apoyo de la Dirección de Cárceles. Pero no fue sólo por eso que lo hicimos, sino que nos sirvió el precio."

(Fin grabación)

EC - Para conocer más a fondo esta iniciativa vamos a conversar con Níver Guerra, licenciado en Administración de Empresas, y uno de los impulsores de Copremade, Ramón Ricci, ex recluso del Comcar.

***

EC - ¿Cómo surge la idea de empezar a trabajar en la construcción de casas prefabricadas?

RAMÓN RICCI:
Justamente, como una forma de poder dar trabajo a los compañeros del Comcar.

EC - ¿Cuánto tiempo estuvo preso usted?

RR - Un par de años.

EC - Y fue en ese período que surgió esta iniciativa.

RR - Como una forma de matar el ocio y poder ayudar a los compañeros a tener un buen motivo de trabajo, un trabajo digno, que se sintieran a su vez humanizados, o sea dignos, y se me ocurrió que la fabricación de casas prefabricadas ocupa mucha mano de obra.

EC - ¿Por qué se orientó hacia ese rubro de actividad, la construcción? Porque en principio uno puede pensar que hay otro tipo de tareas más fáciles de desarrollar por parte de un preso.

RR - Exactamente, pero yo ya tenía experiencia por haber trabajado en los años 1986 y 1987 con cabañas brasileñas. De ahí surgió la idea, como ocupa mucha mano de obra, [fabricarlas en prisión] es una forma de abaratar el costo para el armado de las casas. Ahí marchó la idea, la iniciativa, con varios avatares...

EC - Lo conversó con los propios presos, con sus propios compañeros de ese momento.

RR - Con los propios compañeros, exactamente. De los compañeros del principio quedan dos solamente, los demás se han ido en libertad y por distintas circunstancias se apartaron del proyecto. Pero por suerte un sueño que en su momento tuvo muchas complicaciones, incluso al principio, en el inicio de la empresa, fue sorteando las dificultades y se llegó, a fines del año pasado, a que el nuevo comando del Comcar realmente apoyara esta iniciativa, viéndola como una buena salida para el ocio y para la dignificación del recluso.

EC - ¿Qué tipo de respaldo tuvieron por parte de las autoridades del Comcar?

RR - Total.

EC - ¿O sea?

RR - Apoyo total. Nos cedieron uno de los hangares que están en la parte industrial y nos dieron facilidades de todo tipo para poder hacer este emprendimiento.

EC - ¿A quién pertenece la empresa; quiénes son los socios?

RR - Al principio se había pensado en una cooperativa, pero después, por distintas circunstancias de funcionamiento, se hizo una sociedad de responsabilidad limitada. En este momento somos tres los directivos de la empresa: el señor Miguel de Lima, que es el encargado de fábrica; el señor Níver Guerra, que se unió a nosotros por su actividad de licenciado en Administración de Empresas; y yo.

EC - Así que los tres socios están en situaciones completamente distintas, porque De Lima, según sé, permanece preso en el Comcar...

RR - Está recluido en el Comcar y justamente es el encargado de fábrica.

EC - Usted, Ricci, estuvo preso y ahora se encuentra en libertad.

RR - Exactamente.

EC - Y el señor Guerra, que es nuestro otro invitado esta mañana, nunca estuvo preso: es un licenciado en Administración de Empresas que se incorpora al emprendimiento como un socio más.

RR - Exactamente.

EC - ¿Cómo manejaron una de las dificultades con las que evidentemente se toparon, cómo arrancaron en materia de recursos, cómo obtuvieron los fondos necesarios para echar a andar el proyecto, para comprar las primeras herramientas, las máquinas, los materiales para construir la primera casa?

RR - Gracias al apoyo de las empresas que creyeron en el proyecto y nos dieron amplitud de crédito, basándose en que la primera casa se iba a exponer en el LATU, el cual iba a ser una buena plataforma de venta. Creyeron en el proyecto.

EC - O sea que esta empresa arrancó prácticamente sin capital.

RR - Cero capital.

EC - Moviéndose con el crédito de los proveedores, si entiendo bien.

RR - Exactamente.

(...)

EC - ¿Cuánta gente trabaja actualmente?

NÍVER GUERRA:
En este momento hay 14 personas trabajando en la planta, pero la mira es que trabajen alrededor de 100 personas.

EC - Cuando usted dice "14 personas trabajando en la planta", se refiere a la planta que está en el Comcar.

NG - En el Comcar, sí.

EC - O sea que son 14 personas que trabajan para la empresa desde su condición de reclusos. ¿Y fuera de la cárcel?

NG - Fuera de la cárcel hay unas ocho o nueve personas, que no son reclusos –alguno son hijos de reclusos, otros son ex reclusos—, que están trabajando en el armado de las obras en la calle.

EC - Justamente, ¿cómo es el proceso de elaboración de una casa? ¿Cómo se reparte la tarea de construcción entre presos y ex presos?

NG - Se lo va a explicar el señor Ricci, que es el técnico en la materia.

EC - ¿Cómo es?

RR - Se arman los paneles, se arma la casa como un rompecabezas; se desarma nuevamente. Luego se transporta en un camión; en el sitio ya está hecha la plataforma de hormigón, ahí entra la gente que está fuera, como subcontratista, para el armado de la casa y después se le da toda la terminación. Es un proceso bastante sencillo.

EC - ¿Hay presos que salen de la cárcel para desempeñarse en la obra?

RR - Exactamente. Esa es una de las ventajas del emprendimiento, que da oportunidad también a gente que está en la fábrica, de poder salir y desarrollar su actividad y su técnica en las casas, tanto en la parte de aluminio, como en la parte de carpintería, como en la parte de pintura.

EC - ¿Cómo se regulan los aspectos de seguridad relativos a estas personas que salen de la cárcel y después vuelven a entrar?

RR - Ahí está uno de los problemas que tenemos: el alto costo del servicio de custodia. Exigen un servicio 222 que es bastante caro. Y a veces, para el caso de querer sacar una cantidad de personal de planta, es muy oneroso, lo que prácticamente lo hace inviable.

EC - ¿Entonces?

RR - Se trata de sacar de a una o dos personas, nada más, y para fines puntuales.

EC - ¿Cómo se administra el tema de los pagos; cómo cobran estas personas que hemos estado mencionando? ¿Cobran un salario: trabajan a façon? ¿Cuánto recibe el preso, cuánto recibe la familia?

NG - Trabajan a salario. Hay quienes ganan 10 pesos, 8 pesos y 15 pesos la hora, dependiendo de su oficio. Pero lo más importante de esto es que, aparte de ser una empresa, es una escuela; aparte de construir casas, hay gente que también está aprendiendo un oficio. Eso es lo importante porque esa persona, una vez que obtenga la libertad, se va a encontrar con que puede volver a trabajar en la empresa, que puede seguir trabajando, que puede mantener a su familia, que puede educar a sus hijos. Esa fue la idea que impulsó esto y que tomó el señor director nacional de Cárceles, Enrique Navas, que entendió perfectamente cuál era la idea y dio un apoyo incondicional a todo esto. Yo soy un convencido (creo que al igual que todos los que trabajan en esta empresa) de que sin el apoyo del señor Navas, sin el apoyo del señor Cardozo como director del Comcar, sin el apoyo del subdirector del Comcar, el señor Carlos Centurión, hubiera sido inviable.

EC - ¿De qué manera interviene el propio Comcar en la administración del dinero destinado a pagar a los presos?

NG - La única función que cumple el Comcar en relación al dinero para pagar a los presos es supervisar que realmente cobren; en la empresa en sí no tiene absolutamente nada que ver. Es una empresa jurídicamente constituida, las autoridades del Comcar no tienen responsabilidad alguna sobre la misma, ni supervisión, ni nada por el estilo.

EC - Tengo entendido que hay un reparto, que ese salario se reparte entre dinero que va para el preso para su uso en la cárcel y dinero que va para su familia fuera de la cárcel.

NG – No. El preso en sí no usa dinero en la cárcel: el dinero va a la familia, que después le suministra las cosas básicas que necesita.

EC - Algunos oyentes preguntan en qué medida esta empresa paga por estos jornales todos los aportes que corresponde. La empresa ¿compite legalmente con otras que se dedican al mismo rubro, a la construcción, en este caso de casas prefabricadas?

NG - Por tratarse de una empresa - escuela, como todas las empresas del país que brindan enseñanza, está exenta de IVA y BPS.

EC - Entonces hay una exoneración, tienen un beneficio que usted dice que viene de su condición de empresa - escuela.

NG - De empresa - escuela.

EC - Es una ventaja.

NG – Sí; es una ventaja, como la tienen muchas empresas en el país.

EC - ¿Cómo es el precio del metro cuadrado de estas casas en comparación con otras alternativas del mercado?

NG - Yo no estoy muy enterado del tema, pero el precio se basa en la calidad de la casa, quizás como en cualquier otra empresa. Pienso que el precio es igual o mejor, dependiendo de la calidad. Si usted pide una casa -como se nos ha pedido una- para Punta del Este, con madera dura, etcétera, el precio es superior.

EC - Tiene variantes.

NG - Por supuesto.

EC - Variantes en cuanto a los materiales, a la calidad y a las terminaciones.

NG - Claro, como cualquier empresa constructora.

EC - Por ejemplo esta casa que se vio esta semana, la que de alguna manera marcó el comienzo, el debut de la empresa en el mercado, ¿qué precio tuvo por metro cuadrado?

NG - 200 dólares el metro cuadrado.

EC - ¿Qué características tenía esa casa?

NG - Se lo explica Ricci.

RR - Es muy estándar: sin terminaciones de lujo, con lambriz, baños y cocina con cerámica, pero con una terminación bastante estándar. La casa del LATU tenía otro tipo de terminaciones, con yeso, que encarecen el costo por metro cuadrado.

EC - Un oyente pregunta si es una casa toda de madera, si tiene paredes dobles, cómo es el techo...

RR - Tiene paredes sándwich, con barrera de vapor, con tela asfáltica contra la humedad, con frente inglés en el exterior y lambriz en el interior; es una pared de 12 centímetros de espesor con aislación total.

EC - En el caso de esta casa que estamos comentando, ¿de qué material es el techo?

RR - Es un techo de chapa Natura Eternit, una chapa nueva que largó Eternit, con la aislación correspondiente. Si es con tejas, se encarece.

EC - De modo que el que se conoció esta semana es un ejemplo, quizás básico, a partir del cual ustedes manejan distintas posibilidades, dependiendo de lo que el cliente necesite.

RR - Exactamente.

EC - ¿Cómo se diseña la casa?

RR - Tenemos el apoyo de la Facultad de Arquitectura, aparte de tener un arquitecto trabajando en la empresa, que es quien diseña, en principio, lo que el cliente quiere.

EC - ¿En qué consiste la coordinación con la Facultad de Arquitectura?

RR - En el apoyo en cuanto a todo el manejo de los materiales, a la calidad de los materiales, para que lo que se dice que se vende sea exactamente lo que se ubica.

EC - Si entiendo bien, la Facultad de Arquitectura certifica la calidad de los materiales. ¿Es eso?

RR - Exactamente, es una especie de certificación de que existe lo que se dice que se vende.

EC - O sea que es una garantía para el comprador.

RR - Entiendo que sí, es un apoyo muy importante.

EC - Ustedes trabajan contra pedido. ¿Cuánto se demora entre el compromiso del cliente y la entrega de la casa?

RR - Normalmente tendría que demorarse 30 días, pero en la práctica, por razones climáticas o de lo que sea, a veces se demora un poco más. En este momento estamos con una casa en El Pinar y tenemos cierto atraso por distintas razones; una de ellas es el clima.

***

EC - Si entiendo bien, la gran oportunidad para el lanzamiento de esta empresa Copremade fue su participación en la exposición Expoforesta.

RR - Esa fue la plataforma de lanzamiento, con un éxito que realmente nos sorprendió; yo diría que nos sobrepasó en la capacidad de producción.

EC - Justamente, ¿cuántas casas tienen ya encargadas?

RR - En este momento hay seis casas encargadas; hay cuatro en ejecución, una que está en planta, ya armada totalmente pero esperando para ser llevada a su sitio. Justamente, el LATU nos sobrepasó en la expectativa de venta que teníamos, realmente fue una sorpresa.

EC - ¿Cómo han ido manejando desde el arranque ese problema que mencionaban, el de no contar con capital de giro?

NG - Nos hemos ido manejando con entregas que han hecho los clientes. Las empresas que nos dieron el material entienden ese problema y saben que realmente estamos trabajando sin ningún tipo de capital. A medida que va entrando dinero se vuelca nuevamente en materiales que seguimos comprando a esas empresas; se compra al contado y se van haciendo entregas, lo que se pueda.

EC - ¿Es sostenible este proyecto en esas condiciones, dependiendo permanentemente del crédito de los proveedores?

NG - En este momento, cuando realmente tenemos posibilidades de exportar a Estados Unidos –porque hay una empresa en Boston que está interesada en comprar estas casas para armarlas allá— ...

EC - Ah, también hay posibilidades de exportar.

NG - Sí, sí. Ayer tuvimos una comunicación con el Ministerio de Economía, estuvimos hablando con el director del ministerio, y se comprometió a darnos una entrevista para ver de qué forma podemos solucionar este tema. Aparte tuvo la amabilidad de derivarnos a la secretaría del presidente del Banco República, del señor Cairo; estamos a la espera de eso.

EC - O sea que ustedes están gestionando alternativas de crédito.

NG - Alternativas de crédito. Y también estamos pensando en absorber algún inversionista particular al que le interese la idea para poder montar la planta de la forma en que realmente hay que montarla, o sea montar la estructura suficiente como para cumplir con la demanda que indudablemente nos espera, esto es una realidad.

EC - Estamos hablando de ampliar y mejorar la planta que está instalada en el Comcar.

NG - Exactamente, estamos hablando de eso. Para ello necesitaríamos un inversionista que realmente estuviera dispuesto a colaborar con nosotros y a trabajar en este emprendimiento.

EC - En el capítulo empleo, ¿cuáles son las posibilidades que ustedes avizoran? En este momento están trabajando 14.

RR - Pero la idea es poder llegar a emplear entre 60 y 100 personas.

NG - 100 personas recluidas en el Comcar; pero eso derivaría mano de obra para 300 personas.

RR - Para el armado de las casas en el exterior.

EC - ¿Ya han hecho contactos en busca de ese inversor? ¿Tienen posibilidades en el horizonte?

NG - Estamos haciendo contactos. Pienso que posibilidades siempre hay y tenemos fe en que sí, lo vamos a encontrar, indudablemente.

Aparte quiero aclarar que esta es una empresa inédita en el mundo.

EC - ¿Cómo es esto?

NG - No hay ningún antecedente. Es cierto que en todas partes del mundo existen empresas en las cárceles, pero existen con capitales privados, con privados que han puesto capital; pero en ninguna cárcel del mundo existe este tipo de emprendimiento, sin capital y contando con muchas empresas que tuvimos la suerte de que nos apoyaran. Cuando recién empezó esto, cuando empezaron el señor Ricci y otros, se trató de buscar la colaboración de Kolping, que es una organización que está en el país, que depende de Alemania, pero aparentemente esa gente no tuvo interés en colaborar. Entonces se lanzaron a la quijotada de realizar esto y, con mucho empeño, mucho esfuerzo y la colaboración de todas las empresas, se pudo; es una realidad. Y sin lugar a dudas, como dicen ellos en el taller, "queremos que sea una de las empresas más importantes del país". Sinceramente, hoy estoy convencido de que va a ser una de las mejores empresas del país.

EC - Más allá de la experiencia de Copremade, me gustaría que termináramos con alguna reflexión que pueden haber sacado sobre qué lecciones deja este arranque auspicioso, sobre qué otras experiencias similares pueden desarrollarse en la cárcel.

RR - Entiendo que muchas, ¿no? Es el momento para que empresas particulares puedan crear fuentes de trabajo dentro de la cárcel.

EC - En este momento hemos logrado la comunicación con el Comcar y del otro lado de la línea está el señor Miguel de Lima, que es uno de los socios de ustedes, el responsable de la planta, justamente.

RR - El encargado de planta.

EC - De Lima, le agradezco su participación y sobre todo agradezco a las autoridades, que habilitaron esta llamada.

Sobre esto último que veníamos conversando, ¿cómo puede describir el impacto dentro de la cárcel y entre sus compañeros de esta experiencia?

MIGUEL DE LIMA:
Evidentemente hay una expectativa muy grande. Nosotros hemos dado el puntapié inicial demostrando que se puede hacer mucha cosa, bien hecha, con responsabilidad, con orgullo. Ahora les toca a las autoridades evaluar si esto es positivo, si se puede seguir o no, porque como usted sabe, tenemos dificultades tremendas.

EC - Sí, de eso estábamos hablando.

M de L - Desde el punto de vista jurídico es una cosa inédita, es una experiencia que si no fuera por el director nacional y las autoridades del Comcar no hubiese salido adelante. Como le digo, tenemos carencias tremendas, no contamos con el apoyo debido por parte de los jueces; por ejemplo, tendríamos que tener mayor campo para poder trabajar.

Le voy a contar un caso. Mandamos un funcionario a Renner a hacer un curso de especialización –pagado, por supuesto, por Copremade— y a mí no me autorizaron, por ejemplo. No me autorizaron por la burocracia, hay una burocracia tremenda que nos tiene trancados. Estas casas en 45 días a más tardar están armadas, entonces no podemos esperar 30 días para hacer un trámite, por ejemplo.

Y después, la parte crediticia. Estamos completamente carentes de crédito; primero por la circunstancia en que estamos: estamos dentro de una cárcel, somos presos, ni pensar en acceder al sistema bancario.

EC - Más allá de lo que ustedes mismos están enfrentando, ¿qué dicen los presos que no participan de esta empresa con respecto al campo que ustedes abrieron?

M de L - Todo el mundo quiere entrar. Hay una mano de obra tan hábil dentro del establecimiento, gente que tiene una facilidad brutal para aprender, digamos que el 80 por ciento de la gente que está interna acá está capacitada para trabajar.

EC - ¿Hay otras iniciativas gestándose?

M de L - Sí, hay otras. La fundación Kolping estaría intentando captar algún capital para instalar acá, para empezar a usar más la planta industrial. Hay una planta industrial muy amplia, muy completa...

EC - Donde habría otras alternativas de trabajo.

M de L - Sí, sí, por supuesto.

EC - Le agradezco su participación. Nos queda seguir explorando esos otros proyectos que se están preparando en el Comcar, así que volveremos a estar en contacto seguramente.

M de L - Desde ya quedamos a las órdenes. Nos gustaría que usted visitara la planta de Copremade. Tenemos una casa armada dentro, para poder explicarle a la audiencia cómo funciona todo el proyecto, desde que empezamos a cortar la madera hasta que la casa está terminada.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón




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