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Tras los bienes de los Peirano (2)
Abogado defensor Carlos Curbelo: El grupo devolvió U$S 700 millones, y ofreció bienes por U$S 70 millones. Es un atenuante que la Justicia debe tener en cuenta. No fue así como actuó el Banco Comercial, y no trató igual a los depositantes off shore. Quienes dicen que hay U$S 1.500 millones escondidos o en poder de testaferros, que los traigan.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 09.07.03, 07.35.
EMILIANO COTELO:
Retomamos el tema con el que ayer abríamos a esta hora el programa, porque se concretó ayer la reunión que nos anunciaba la escribana Alicia Barbani, representante de un grupo de depositantes del Banco de Montevideo (en este caso aquellos cuyos depósitos fueron transferidos al Trade & Commerce Bank de Islas Cayman), el abogado defensor de la familia Peirano Basso, doctor Carlos Curbelo Tammaro, y el Directorio del Banco Central del Uruguay.
ALFREDO DANTE:
Curbelo aseguró ayer que el grupo Peirano entregó el año pasado bienes y dineros por U$S 83 millones más 37,8 millones por aforo y devolución de un crédito de Royal Ahold, con lo cual el monto ascendería a 121,5 millones de dólares para devolver los depósitos del Banco de Montevideo.
En la reunión con el BCU, Curbelo explicó que los valores de las hipotecas, prendas y acciones entregadas en pago para cancelación de deudas vinculadas al grupo Peirano fueron negociadas, acordadas y aceptadas formalmente por el BCU, tanto antes como después de la intervención.
EC – Estamos ahora en comunicación con el doctor Curbelo. Esta reunión con autoridades del BCU, de la que participaron conjuntamente usted como representante de los hermanos Peirano Basso que se encuentran detenidos en Cárcel Central, y la escribana Alicia Barbani, representante de los ahorristas, es un episodio llamativo. Parece que hay una buena relación entre usted y la escribana Barbani.
CARLOS CURBELO:
El propósito de que yo acompañara a la escribana Barbani a ver al presidente del BCU fue ratificar lo que dije hace un año, en agosto del año pasado, en el sentido de que la familia Peirano había hecho entrega de una serie de bienes pertenecientes al grupo familiar, y que el propósito era que, con esos bienes, se pagara a los ahorristas, a los acreedores del banco. Ratificando ese propósito, acompañé a la escribana Barbani (a quien conozco por otra parte de la vida profesional, ella es escribana y yo abogado, hemos tenido algunas situaciones profesionales en común) y me pareció muy legítimo que yo hiciera saber al presidente del BCU que el propósito de la familia era ese.
EC – Usted dijo hace un año ese tipo de cosas, efectivamente. Estaba viendo la entrevista que mantuvimos con usted en agosto del año pasado, en la cual usted decía, por ejemplo, “Este no va a ser el caso de banqueros ricos y bancos fundidos, como se ha dicho muchas veces”.
CC – Sí, y veo en la carpeta que el diario El País recogía esas manifestaciones. ¿Sabe qué pasa? En otras situaciones similares, no he visto que otros banqueros que también fueron afectados por la crisis del sistema y entraron en cesación de pagos hayan hecho entrega de bienes personales. Independientemente de los bienes sean muchos, sean pocos, alcancen o no alcancen, no he visto ese esfuerzo de tratar de aliviar aunque sea en parte los perjuicios sufridos por los depositantes.
EC – Usted se refiere, por ejemplo, al caso del Banco Comercial.
CC – No quiero decir que aquello esté mal y esto esté bien: lo que digo simplemente es que hay una discriminación, un criterio tan dispar en uno y otro caso, que... Me parece que situaciones similares deben tratarse en forma similar.
EC – Vuelvo a la entrevista de agosto del año pasado. Usted decía entonces que “ha sido una viva preocupación de la familia Peirano ofrecer la totalidad de su patrimonio personal para que los ahorristas puedan ir recibiendo, aunque sea parcialmente en este momento, parte de los ahorros que han invertido en el Banco Montevideo y el Trade & Commerce Bank (TCB)”.
Es decir que su idea era que ya en aquel momento los ahorristas pudieran ir cobrando con el dinero proveniente de aquellos bienes.
CC – Yo no puedo modificar la legislación que en materia de situaciones concursales o de liquidación imponen determinados procedimientos.
EC – Sí; eso me llamaba la atención de su planteo en aquel momento.
CC – Sí, pero quiero decir que la gente por lo menos pueden tener la tranquilidad de que se va formando una masa de activos para distribuirla en proporción a los créditos.
Pero fíjese: antes de que el banco fuera intervenido en junio pasado, hubo una entrega en efectivo de U$S 24 millones. Me decían ayer que una parte fue para pagar unos créditos otorgados a Dante y a Juan Peirano. Es verdad, pero eso no abarcaba ni siquiera la mitad de esa suma. O sea que hubo U$S 24 millones entregados antes.
Después (le dije que había bienes ofrecidos), ofrecieron bienes por valor de U$S 50 o 60 millones. No sé si los precios darán hoy lo mismo, porque el mercado ha tenido muchas variaciones. Pero se constituyeron hipotecas por valor de U$S 11 millones, más o menos: estaba la estancia familiar Santa Emilia, que no fue comprada por esta generación sino que tiene tres generaciones de Peirano como titulares...
EC - ¿Dónde está ubicada?
CC – Creo que en Florida; yo no conozco mucho de agro pero es una estancia muy tradicional. Otra estancia en Tacuarembó, de casi 3.000 hectáreas; 26 hectáreas en José Ignacio, un apartamento valioso en Punta del Este, y hasta el piso donde tenía su estudio jurídico el doctor Jorge Peirano Facio, en la calle Misiones.
Después fueron prendadas (son derechos reales, iguales que las hipotecas pero sobre bienes muebles) las acciones que tenía en el free shop del aeropuerto de Laguna del Sauce y del hotel Balmoral.
EC – Fueron entregas anteriores a la intervención del Banco de Montevideo.
CC – Anterior, porque como se venía asistiendo al banco, además de entregarle carteras en proporción de 1,5 a 1: por cada U$S 1.000 entregaron U$S 1.500 de las colocaciones que el Banco de Montevideo había hecho, y esa cartera fue calificada 1, o sea de primera categoría, y se dio con exceso. Diría que habría ahí un exceso de U$S 30 millones, porque la asistencia antes de la intervención fue de U$S 50 millones, y la cartera entregada en garantía por esta asistencia, categorías uno y dos a seis meses de plazo (estoy leyéndolas) era de U$S 80 millones. O sea que habría a favor del Banco de Montevideo un saldo de U$S 30 millones.
EC - ¿Qué pasó después de la intervención?
CC – Las acciones de Gralado...
EC – Las acciones de la terminal de Tres Cruces, que en un 33,55% pertenecientes a la familia Peirano Basso...
CC – ...de la terminal de Tres Cruces, valuadas en U$S 15 millones. Además, las de Portones Shopping...
EC – 27,62% del total del paquete eran de su propiedad.
CC – Exactamente, valuadas en casi U$S 9 millones. Las acciones de la casa de cambios Indumex (que se acaba de vender), por las cuales el BCU recibe U$S 2,5 millones.
Después hubo otra cosa: la cancelación de un crédito de Royal Ahold, sobre el cual se dijo que los Peirano lo ocultaban, que... Y sin embargo Royal Ahold fue al BCU y pagó U$S 8 millones o una cifra parecida.
Entonces, independientemente de que esto no alcance, hay una importante entrega de bienes del grupo familiar como no la he visto en otras situaciones, y quiero destacarlo porque es parte de la estrategia de la defensa. No digo que a los demás banqueros en quiebra deban aplicarle esta misma receta, pero sí que es excesivamente draconiana la que se aplica en este caso; desde la calificación de las imputaciones hasta la prisión de don Jorge Peirano Facio, de lo que me agravio hasta el día de hoy, quien murió a causa del procesamiento con prisión a los 84 años.
EC – Lo que usted está diciendo es que esta disposición de los integrantes de la familia Peirano Basso involucrados en el caso Banco Montevideo a contribuir con bienes para el pago de deudas de la institución debería ser tenida en cuenta ¿de qué manera?
CC – Debe ser tenida en cuenta por imperativo legal: la reparación del daño es un atenuante previsto en el Código Penal. Las imputaciones en el caso del Banco Comercial son correctas en el sentido de que se les tipifica un delito de estafa. En segundo lugar, hubo procesamientos sin prisión. En el caso del Banco de Montevideo, se aplica una figura extraída de una vieja ley del siglo XIX, aquella ley que se hizo para la liquidación del Banco Inglés, donde se discute si la pena es o no excarcelable; en segundo lugar, todos los procesamientos han sido con prisión, incluso la de don Jorge Peirano Facio a una edad –84 años— en que toda la legislación en el derecho comparado contempla un arresto fuera de los organismos estatales, un arresto domiciliario o algo parecido.
Lo que digo, entonces, es que cómo no se va a tener en cuenta (y por eso lo resalto, pongo énfasis en especial) esta reparación del daño, aunque sea parcial. Es un atenuante legal que hay que considerar.
EC – Usted ha dicho que la familia Peirano Basso ofrece la totalidad de su patrimonio personal. Sin embargo, se sostiene que este listado que usted recién comentaba no es completo. Yo he escuchado por ejemplo al contador Julio Kneit, por mencionar un caso, enumerando otros bienes que también serían propiedad de integrantes de la familia Peirano Basso y que estarían a nombre de testaferros, sociedades anónimas, etcétera, algunos de los cuales incluso ha logrado embargar.
CC – Si el contador Kneit puede decir cosas tan absurdas como que están escondidos U$S 1.500 millones (se lo he sentido decir) y tiene la prueba, ¡que la aporte, que la lleve, va a ser bien recibido; hay un grupo muy activo de ahorristas que se moviliza, que va a los medios, visita a parlamentarios...! Ayer estuvo conmigo la escribana Barbani en el BCU... ¡Lo reciben con los brazos abiertos! Cuando el contador Kneit traiga la prueba de dónde están los bienes y quiénes son los testaferros... A mí no me consta; no me han dicho eso siendo la personas de confianza que las está defendiendo. Que vaya y lo lleve.
Por lo pronto le aclaro que la imputación de contrato simulado que se hizo con respecto a las acciones de Royal Ahold fracasó estrepitosamente: se mostró que la operación no era simulada sino real, y lamentablemente configuró una pérdida efectiva que privó al grupo de aquella reserva que tenían para hacer frente a situaciones como esta. Cuando se vino abajo la paridad argentina y, como las fichas de un dominó, se fueron cayendo todas las empresas, aquel activo de reserva desapareció. Es una operación que está explicada, vinieron representantes de la empresa, y el juzgado no siguió investigando el tema porque dio por cierta y real la venta que se había hecho, a raíz de una operación con Royal Ahold (uno de los primeros operadores de supermercados en el mundo), se les quedó con las acciones y por eso no pudieron capitalizar la empresa.
EC – Dejando de lado esas versiones sobre la existencia de otros bienes, usted dice que está en juego todo el patrimonio familiar, personal. Pero el BCU, por su cuenta, ha ido embargando otras propiedades que no están en el listado que usted manejó.
CC – Es posible que hubieren detectado bienes por ejemplo de la señora de Juan Peirano. Es una mujer de familia muy rica, muy pudiente, Vejo – Mailhos, o sea que por los dos ramas de su familia tiene una fortuna importante. No sé si a eso también lo han involucrado como bienes de la familia Peirano, aunque me consta que su origen no es Peirano sino Mailhos, una familia conocida por su trayectoria como familia pudiente en el país desde el siglo pasado.
O sea que yo no sé, pero si eso está hecho así, bienvenido sea. Yo le digo cuáles son los bienes que don Jorge Peirano Facio me dijo: “Estos son los bienes que pongo a disposición porque son los que tenemos nosotros”. Ahora, si hay alguna casa suelta por ahí, donde viviera alguno, o algún campo que se compró... Aparte de esto, no sé lo de Juan Peirano. No soy su defensor ni siquiera lo conozco y no sé la situación de sus bienes: tiene sus abogados en Argentina y, como usted sabe, no ha venido acá y permanece sin presentarse a la Justicia.
EC – Esa fue una pregunta que hizo la escribana Barbani hace pocos días: si es cierto que se está poniendo todo el patrimonio a disposición, qué pasa con Juan Peirano, de qué vive hoy.
CC – No sé: no hablé con él nunca en mi vida. Nunca lo traté personalmente; es de otra generación que la mía, no me lo encontré ni en Facultad y después en la vida profesional no tuve oportunidad de tratarlo como traté a su padre, con el cual tuve una amistad de toda la vida.
Entonces no sé de esa situación, pero me alegra mucho si el BCU haya logrado esos bienes. Y si resulta en definitiva que integraban el grupo, o tuvieron su origen en fondos extraídos del manejo financiero del grupo, me parece muy bien que también sean afectados. Pero cuando alguien dice “Hay 500, hay 700...” que los traigan, que los agreguen.
EC – En definitiva, estos bienes que usted menciona.
CC – Serían alrededor de U$S 70 millones, pero si suma toda la otra asistencia anterior y posterior a la intervención, la cifra es mucho mayor. Me decían ayer en el BCU que faltaría constituir algunas hipotecas porque ese proceso de escrituración de los gravámenes reales que se estaba haciendo sobre cada uno de los bienes que se había ofrecido, se interrumpió cuando fueron presos y ahí se trancó un poco todo.
No tengo inconveniente en hablar con mis clientes y decirles “Sigamos con aquel proceso, aceptando la garantía prendaria a favor del BCU sobre los bienes prometidos”. Y estoy seguro de que lo van a hacer. Pero naturalmente, esto es algo que yo debo hacer saber a nivel judicial, llevarlo para que se considere, para que se tenga en cuenta que es un atenuante de significación. Porque acá también hay que ver que se imputa que los estafaron, que hubo dolo, que se quedaron con el dinero... A mí no me consta, y no me consta incluso por situaciones tan personales y directas que no debería decir y digo como es por ejemplo el tema de los honorarios. Así que, escúcheme: gente a la que conozco y que me pareció siempre honorable, bueno... ¿Que se hayan equivocado? Sí. ¿Que hayan concentrado el riesgo exclusivamente en una plaza como la Argentina? Sí. Pero ¿que haya sido una maniobra desde el principio con el propósito de quedarse con el dinero de la gente y defraudarla? Yo le digo que no, y lo voy a seguir sosteniendo hasta el final.
EC – Pero ¿si se está ocultando bienes?
CC – Eso no lo puedo saber. Los bienes que aparentemente, ostensiblemente, eran del grupo, es esa lista. Por lo menos la que manejaba don Jorge Peirano Facio.
EC – Ahora: U$S 70 millones en comparación con las cifras de depósitos de ahorristas, incluso en comparación con la asistencia que el Estado brindó al Banco de Montevideo, es un contraste muy grande.
CC – Espere un poco: fueron devueltos U$S 700 millones, ¿no? Y eso no lo dicen. Fueron devueltos U$S 700 millones. Quizá lo que debieron hacer fue prorratear esos U$S 700 millones y no dárselos a los primeros que se retiraron. Pero fue así. Fueron devueltos U$S 700 millones.
EC - ¿En qué momento?
CC – Antes, en todo el proceso... El detonante de la crisis fue Argentina. ¿Cuál fue el primero en caer acá? El Banco Comercial, que fue el disparador de la situación. Cayó el Comercial y se descubrió una serie de episodios aparentemente fraudulentos. Inmediatamente después, el Banco de Montevideo se presentó manifestando sus dificultades, y lo hizo espontáneamente; no fue como el Banco Comercial, al que descubrieron a raíz de una manifestación que hizo un hermano de Rohm en Suiza.
El Montevideo se presentó diciendo que tenía dificultades, se le empezó a dar esa asistencia, y ellos cubrieron esa asistencia con la cartera que ofrecieron. Pero el 21 de junio el Montevideo fue intervenido con desplazamiento de las autoridades. A partir de ahí, lo que era una corrida incipiente (lo que llaman “goteo”) se convirtió en una corrida total: la gente fue tanto a retirar que en los días siguientes a la intervención retiraron U$S 200 millones, y hay que empezar a asistir, asistir y asistir, porque crearon una situación en la que se desató una desconfianza aún mayor a la que existía.
De ahí en adelante, intervenido el Montevideo, intervienen Velox en Buenos Aires, el Banco Alemán en Paraguay, la financiera en ese país... Simultáneamente a eso, Royal Ahold, que era socio más o menos 50 y 50 con los Peirano les pide capitalizar; ellos dicen que no tienen dinero líquido para capitalizar pero dicen “Pedimos crédito a bancos internacionales de primera línea para capitalizar”, pero con garantía prendaria de las acciones, con una cláusula por la cual si no paga... Y bueno: llegado el vencimiento no pagó, pagó Royal Ahold y se quedó con las acciones. Ese es el desarrollo que lleva a la situación de crisis que terminó con el procesamiento de esta gente.
Ahora: si dicen que hay U$S 1.500 millones por ahí, y hay un mago que los traiga...
EC – Pero mi pregunta era a propósito de la diferencia entre lo que totalizan los bienes y acciones entregados por el grupo al BCU, y las cifras que están en juego por asistencia (U$S 400 millones) y los depósitos todavía pendientes de pago. Entonces, ¿qué pasa con esa diferencia?
CC – Si yo le digo que tengo una reserva de U$S 700 millones, constituidas por el 50% de las acciones de la cadena Disco en Buenos Aires para hacer frente a esa diferencia, y a raíz de los hechos que le estoy explicando se van cayendo como fichas del dominó una empresa atrás de la otra, naturalmente que ese dinero desaparece. Pero esta gente no lo tiene en el bolsillo. Yo le diría ¿qué pasó con lo del Banco Comercial? Se perdió por motivos...
Fíjese en este ejemplo: Banco Velox. En Buenos Aires coloca en la plaza U$S 400 millones. Se rompe la paridad (ahora el dólar está a 3, pero llegó a 4). ¿Qué poder de repago logra el Banco Velox? Por los U$S 400 millones que recibió en dólares o pesos, que eran lo mismo, va a recibir 100, porque el dólar estaba a cuatro. Entonces, ¿se perdieron U$S 300 millones? Sí, se perdieron. ¿Los tienen los Peirano en el bolsillo? No, no los tienen. Es plata que se pierde, es así.
Hay que asumir los riesgos, también ¿no? Es muy desagradable, pero la gente piensa que coloca su plata en un banco y el banco la deja ahí, en la caja. Los capitales fluyen, son colocados, promueven la industria, financian el desarrollo, las obras... La plata no queda ahí, y todo eso tiene un riesgo.
EC – Usted ha insistido que los integrantes de la familia Peirano Basso vinculados al Banco Montevideo reconocen también su responsabilidad por los depósitos que fueron a parar al TCB.
CC – Claro que la reconocen. Porque además, según la información que tengo, en el caso del Banco Comercial (y sigo insistiendo porque es el parámetro que tengo para juzgar situaciones similares y que considero deben ser juzgadas de la misma manera) se ha pagado U$S 90 millones a los clientes del Comercial Investment. Y era la misma situación: depositantes en una off shore de las Islas Vírgenes, como estos son en Islas Cayman.
Por eso digo que habría que pagar a todos, no sólo a los depositantes en el Banco de Montevideo sino también a los del TCB en Cayman.
EC – No es el criterio vigente actualmente. Las autoridades del BCU dicen que el marco legal no los habilita para eso y que, si hay una modificación en ese sentido, la respetarán.
CC – Está bien. Pero que se investigue y se sepa si el tratamiento que se dio no fue diferente. Porque todo lo que sea un tratamiento distinto a situaciones idénticas violenta el principio de igualdad. Entonces, me agravio de que se aplique una receta en un caso y otra en otro. Si se pagó, que lo digan. Si se pagó por tal o por cual razón y acá no lo queremos o no lo podemos hacer, que se aclare esa situación.
Y toda la gente que dice que hay dinero oculte, ¡que lo denuncie! Si peor de lo que está esta gente no puede estar. Al revés: si aparece dinero va a ser mucho mejor el alivio de la gente que sufre, de edad y demás... Yo conozco a muchos; como conoce la Barbani, conozco a muchas personas que perdieron sus ahorros. ¿Cómo no lo voy a valorar? Hay gente de edad, gente enferma, situaciones que son dramáticas, y las que no son dramáticas es de justicia que se les devuelva su dinero. Y, como no va a ser todo, la familia está dispuesta a sostener esta posición a través de la defensa.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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