16.07.2003




































DESPUÉS DEL 11-S Y LA INVASIÓN A IRAK

Estados Unidos y su nuevo orden internacional

De los poco más de 200 países que existen, Estados Unidos tiene presencia militar en 175. Desde esa y otras premisas, el politólogo uruguayo residente en Washington, Fernando López Alves, afirma que el imperio que despliega Estados Unidos no tiene igual en la historia. Un plan de supremacía que antecede a George W. Bush y que lo sobreviviría. Una estrategia que tras reorganizar Medio Oriente, continuaría por Asia y África. Al final, un dato al menos inquietante: la principal preocupación en América Latina ya no estaría en América Central sino en “los posibles neopopulismos del Cono Sur”.

EN PERSPECTIVA
Viernes 11.07.03, hora 8.45.

EMILIANO COTELO:
Después del 11 de setiembre y la invasión a Irak Estados Unidos y su nuevo orden internacional. Éste es el tema que les proponemos hoy, aprovechando la presencia en Montevideo de Fernando López Alves, nuestro corresponsal en Washington, politólogo uruguayo radicado en Estados Unidos.

Fernando, ¿hace cuánto tiempo vives en Estados Unidos?

FERNANDO LÓPEZ ALVES:
Hace 24 años.

EC - Antes de ingresar al título que yo anticipaba recién, ¿cómo está hoy el debate político en Estados Unidos a propósito de lo que fue la gestación de la guerra o la invasión a Irak?

FLA - El debate está dividido entre dos bandos. Uno que evidentemente apoya a la administración, bando para el cual aunque vea que no haya armas de destrucción masiva en Irak, no se encuentren, igual la intervención valió la pena porque Saddam Hussein era un dictador, porque fue una guerra humanitaria y porque a Estados Unidos le convenía eliminar un monstruo antes de que naciera o de que creciera mucho más.

El otro bando está formado por disidentes y por dos comisiones investigadoras, una dentro del Senado y otra dentro del Congreso, una liderada por un demócrata pero que tiene republicanos en su seno. Richard Gephardt es el que lidera la del Congreso. No digo que estén en contra, pero están haciendo todo lo que tiene que ver con la relevancia de si había o no armas de destrucción masiva en Irak.

Sabíamos que Saddam Hussein tenía capacidades bioquímicas, eso se sabía, se sabe hoy, sabíamos que en algún momento había tenido un plan de fabricar armas nucleares de destrucción masiva, pero creo que es ingenuo hoy creer que Irak realmente presentaba una amenaza seria para Estados Unidos.

EC - Más allá de si se justificaba o no la intervención militar, hay un segundo debate, muy conectado con esto, que es si se mintió al enumerar factores que hacían esa amenaza más fuerte e inmediata.

FLA - Claro, allí hay un hecho alarmante, que parece que Donald Rumsfeld, que es el secretario de Defensa, y Paul Wolfowitz, que es subsecretario, no satisfechos con la información que las agencias de inteligencia les daban acerca de la presencia de armas de destrucción masiva en Irak –la CIA misma ha dicho que no tenía suficiente evidencia de que estas armas existieran–, nombraron su propia comisión de inteligencia y esto fue algo escandaloso dentro del procedimiento normal al cual se tiene que apelar para llegar a una decisión de guerra. Formaron su propia unidad de inteligencia, que les dijo lo que querían oír; ese es el cargo que ahora se está manejando en estas dos comisiones investigadoras.

EC - El debate, estas discusiones que se dan en el Congreso y que también aparecen en los medios de comunicación estadounidenses, ¿qué consecuencias puede terminar teniendo, por un lado para el presidente George Bush y por otro para la estrategia estadounidense para un nuevo orden internacional?

FLA - Veo dos o tres consecuencias inmediatas. Una para el presidente Bush: si se prueba fehacientemente que las armas de destrucción masiva no estaban y nunca hubo o que se facilitó evidencia para hacer que existieran; se le abre la posibilidad, dicen los radicales, de un juicio político.

EC - Se maneja esa alternativa.

FLA - Entre los radicales, que de hecho no son demasiados. En este momento, con la famosa guerra contra el terrorismo –que no se tiene idea de cuándo termina, se tiene idea de cuándo empezó pero no de cuándo termina– hay todo un temor de que otro presidente no sea tan beligerante como George W. Bush y la beligerancia de Bush está justificada por esta guerra. Pero por un lado hay algunos radicales –radicales en el sentido de los más contrarios a esta administración– que están hablando de que si eso se prueba podría existir la posibilidad de un juicio político. Pienso que ésa es una posibilidad muy remota.

Por otro lado, pienso que la administración ya tiene un plan hecho, un plan A –hay plan B, C y D–, que es simplemente justificar la guerra por la evidencia que se tiene de que hubo fabricación de armas de destrucción masiva y la poca certeza que se pueda tener de que se hayan transportado hacia afuera del territorio iraquí y se hayan ido a Siria, etcétera. Esto es la mejor defensa que puede tener la administración Bush.

La tercera cosa es que pienso que estamos en el medio de un plan estratégico de defensa que precede a la administración de Bush y que él simplemente ha llevado adelante con más énfasis, pero que lo precede y va a seguir, con y sin él. Es un plan que está en el escritorio del Pentágono y del Departamento de Defensa, que ya tiene antecedentes en la administración de Bush padre, que no empieza acá y que va a seguir adelante porque en ese sentido tanto el Pentágono, como la nueva Administración de Seguridad Nacional que se creó después de los ataques terroristas y el Departamento de Defensa están de acuerdo en que es el plan a seguir.

***

EC - Tú decías que independientemente de este debate que hoy está dándose en el Congreso de Estados Unidos a propósito de si se justificaba o no la invasión a Irak, hay un nuevo orden internacional que Estados Unidos está empeñado en construir y que mantendrá su vigencia.

FLA - Soy uno de los que creen que este orden está en construcción y que no estamos en el principio de esa construcción, sino que ha empezado hace tiempo. Éste es un plan de control pseudomilitar del globo que empezó con un plan de defensa en 1993, bajo la administración del padre del presidente George W. Bush. Un plan que dice que: dado que la Unión Soviética no existe más, que no hay otro superpoder con el cual confrontarse, en realidad ese mundo pos Unión Soviética es mucho más peligroso, beligerante e impredecible que el mundo anterior a la ruptura de la guerra fría.

O sea, el mundo con la Unión Soviética tenía un orden, después de la Unión Soviética no tenía ninguno, ¿cómo hacemos para sofocar las amenazas que pueden salir de este mundo, que son impredecibles? La única manera es tener un ejército profesional. No olvidemos que hasta la Segunda Guerra Mundial e incluso hasta un poco después, yo diría que hasta 1964, 1965, Estados Unidos no tenía un ejército profesional, era un ejército más bien voluntario. En Vietnam todavía no estábamos frente a un ejército profesional, se profesionaliza en Vietnam. La cuestión es tener un ejército profesional que pueda desplazarse grandes distancias en un mínimo de tiempo, o sea que si hay un fuego que apagar en Afganistán, China o donde fuera, el ejército pueda estar allí en menos de 24 horas; tenemos que invertir en alta tecnología. Entonces después de la caída de la Unión Soviética, en vez de disminuir el gasto militar había que aumentarlo, este plan era contrario a la lógica de la época, que decía “ahora que la Unión Soviética no existe, Estados Unidos puede aflojar su gran presupuesto militar”.

EC - De hecho se lo aumentó. ¿Cómo está hoy el presupuesto militar de Estados Unidos?

FLA - Se lo aumentó muchísimo. El presupuesto militar de Estados Unidos ha estado aumentando más o menos 12 por ciento al año en los últimos seis años. O sea que esto viene de antes de la administración de George W. Bush. Aumentó un 32 por ciento al año en la administración del padre; Clinton cuando dice que va a disminuir el presupuesto militar no quiere decir que lo va a cortar, quiere decir que va a aumentar en menos proporción que antes, pero siguió aumentando, y hoy estamos en un aumento de 30 a 35 por ciento.

EC - ¿30 a 35 por ciento…?

FLA - 30 a 35 por ciento de lo que teníamos en el fin de la administración republicana del padre de Bush; luego vino el impasse de la presidencia de Clinton y hoy estamos un 35 por ciento más alto.

EC - ¿Cómo se ubica hoy el presupuesto militar de Estados Unidos en comparación con el de otros países, en el contexto internacional?

FLA - En el contexto internacional el presupuesto militar hoy de Estados Unidos es más grande que el de la Unión Europea, China y Rusia juntos. Estamos con un presupuesto militar que no tiene rival, aunque pongamos a todos los otros poderes militares juntos.

EC - Un presupuesto militar que se hace aumentar en esos términos, ¿para qué? Volvamos a la idea que veníamos desarrollando.

FLA - Durante la administración de George W. Bush se lleva adelante un plan que estaba en el cajón, se crea una serie de zonas militares, que se llaman zonas de comando, comandos centrales. Esos comandos centrales están desplegados a lo largo del globo, uno se llama el Comando Norte, otro es el Comando Europeo, otro es el Comando Central, que está en Tampa, Florida, otro es el del Pacífico, etcétera. El planeta está más o menos cubierto de comandos centrales. Esto no quiere decir que sean bases militares simplemente, sino que son comandos militares en los cuales no solamente hay bases militares sino que también se trata de hacer alianzas locales con las fuerzas militares locales del o los países de la región.

EC - Estados Unidos tiene hoy presencia militar en 175 países.

FLA - Sí, 175 países; tenemos que recordar que en el mundo hay 200 y algo de países, o sea que estamos ante el despliegue militar más alto de la historia de Estados Unidos y de la Humanidad. Los otros imperios, el Imperio Romano, el Imperio Otomano, el Imperio Británico, ninguno tuvo una presencia en tantos países con una base militar de alta sofisticación tecnológica.

EC - Hablaste de imperio… Repasando prensa estadounidense uno nota que en el ambiente, tanto académico como periodístico de Estados Unidos, se utiliza efectivamente el término “imperio” para aludir a la posición que ha ido consolidando últimamente Washington en el mundo. No sé si la usa necesariamente con una connotación despectiva, como en cambio se le da cuando se la emplea en esta parte del mundo cuando se dice “el imperio estadounidense”. ¿Es así?

FLA - Es así. Yo lo uso en esa acepción; también se puede usar con cierto tenor peyorativo, eso también es verdad. Imperio significa que tú tienes la capacidad y el poder de hacer que otros hagan lo que tú quieres fuera de tus fronteras. ¿Por qué medios? Puede ser por colonización, como hicieron el Imperio Español y el Imperio Otomano; puede ser por el control del comercio, como hizo el Imperio Británico, con colonias –el Imperio Británico fue una combinación de los dos–; puede ser un imperio como el de Estados Unidos, que vemos hoy, que es un imperio no solamente de control de comercio sino de control de la banca internacional, de control de la emisión de cultura, más o menos, es donde se produce la cultura de consumo internacional, y ahora, por supuesto, la columna vertebral de todo ese control tiene que ser un control militar. Porque si las guerras en Irak y Afganistán sirvieron para algo –creo que los ejemplos se escogieron con mucho cuidado– fue para decir: “Nosotros cuando amenazamos, cumplimos la amenaza”, “Cuando decimos que vamos a intervenir Irak si usted no hace tal y tal cosa, vamos a intervenir; y aunque usted haga tal y tal cosa, si sospechamos que no está haciendo lo que tiene que hacer –que fue lo que pasó con Saddam Hussein; porque no es que hizo tal y tal cosa, es que sospechamos que la hizo–, eso simplemente es razón para intervenir”. Incluso en el lenguaje del presidente Bush últimamente está el asunto de que cuando habla con cualquier país dice: “Nuestra voluntad es tal…” o “Nuestro deseo es cual…”. Es un lenguaje imperial, en el sentido que lo uso yo.

EC - Hemos conversado a propósito del profesor Robert Kaplan, que con sus artículos por ejemplo en Atlantic Monthly, ¿termina siendo uno de los teóricos de este nuevo orden internacional? ¿Podemos tomarlo así?

FLA - Sí, Robert Kaplan…

EC - …teórico, propagandista, impulsor… ¿cómo llamarlo?

FLA - Robert Kaplan es alguien del equipo de los académicos que quisieran ser llamados a trabajar en la Casa Blanca. Como con los actores y otra gente en el negocio, siempre hay todo un pull de gente que quiere ser llamada a tener un rol central en una administración o en una película. En este caso hay un grupo, Robert Kaplan es uno de muchos en este grupo, quizás el más brillante de todos, que querría ser el próximo Henry Kissinger de esta administración.

EC - Lo mencionaba porque casualmente él en sus notas habla de imperio. Entre otras cosas explica para qué el desarrollo de esta influencia política, militar, económica, cultural de Estados Unidos, menciona que lo que se busca es mantener una serie de valores. Tengo cinco que tomo de algunas de sus entrevistas: una estabilidad política básica, la idea de libertad pragmáticamente concebida, el respeto de la propiedad, la libertad económica y la existencia de gobiernos representativos según la cultura del lugar.

FLA - Ésa es fundamentalmente la agenda de esta gente, tanto los neoconservadores que están en el poder como los intelectuales alrededor de este grupo le llaman a esto el imperio liberal. Hubo otro imperio liberal o pseudoliberal para ellos, que fue el Imperio Británico, siempre piensan en el Imperio Británico como un precedente; yo pienso más en la Roma del Siglo II como un precedente.

EC - Pero Kaplan va más allá y dice que hoy por hoy solamente el poder americano, el poder estadounidense puede garantizar la consolidación de esos valores.

FLA - Claro, estamos hablando de un imperio o un poder hegemónico que pone orden en el caos internacional. Si no hubiera ese orden impuesto sería mucho peor, ese es el argumento. El argumento es que ese orden, hoy en el Siglo XXI, sólo puede ser impuesto por dos o tres actores, nada más: uno es Estados Unidos, otro sería la Unión Europea con Francia y Alemania al frente, otro sería China y el otro sería un orden impuesto por organismos internacionales, como las Naciones Unidas.

EC - El razonamiento de Kaplan es: si no es el imperialismo estadounidense, ¿cuál es la alternativa? Menciona esas que tú citaste, un mundo dominado por China; un mundo dominado por Europa con Francia y Alemania al frente y, agrega, alineada con Rusia; o las Naciones Unidas. Y concluye, muy contundentemente: cualquier de esas posibilidades sería infinitamente peor que el mundo que estamos construyendo hoy.

FLA - Claro, ese es el argumento.

EC - ¿Por qué sería peor?

FLA - Pienso que el argumento es que si China fuera el ordenador de este mundo –hace años que estoy hablando de los ordenadores, la gente ya me mira con cierta sorna–, por supuesto, las bases de ese imperio serían diferentes. Primero, el respeto al voto, a la asamblea, a la propiedad privada, todas esas cosas no estarían dentro de la agenda, sería más un poder predador que un poder de consulta.

El segundo sería una Unión Europea liderada por Francia y Alemania, no me parece tan malo, pero no hay que olvidar que cuando lo presentan así están trayendo a la memoria una Segunda Guerra Mundial donde Alemania fue un poder absolutista, sin ninguna duda, y una Primera Guerra Mundial donde Francia fue un poder no muy democrático. Hay que recordar que Francia no es solamente la cuna de la Revolución Francesa, sino también la cuna de un imperialismo muy acérrimo y de un colonialismo muy fuerte. Entonces cuando empiezan a darte este ejemplo con Francia y Alemania al frente, no estamos hablando de la Unión Europea de Escandinavia, ni de Suecia, ni de Holanda, toda esa cuestión más democrática, sino de la liderada por estos dos grandes.

EC - Y cuando se llega a la posibilidad de un mundo dominado por Naciones Unidas, ahí la objeción básica se centra en lo difícil que es tomar decisiones en base al consenso; por lo menos en el razonamiento de Kaplan se pone el eje en ese inconveniente. Dice: “Decisiones duras tienen que ser tomadas por pequeños grupos dispuestos a tomar riesgos”.

FLA - Claro, esa es la posición.

EC - ¿Cómo circula, cómo se considera este tipo de argumentos en el debate académico y/o político estadounidense?

FLA - En el debate político están llevando la de ganar, el argumento de que debemos tener un imperio es el argumento de que tenemos que poner el orden nosotros porque si no nos lo imponen a nosotros. En el debate político eso no tiene mucha oposición; mejor nosotros que otros, ese es el fundamento de la cuestión. Por otro lado está el asunto de que queremos conservar lo que tenemos, también está eso jugando un rol muy, muy fuerte.

En el debate público, las encuestas de opiniones… no ha habido encuestas de opinión preguntando: “¿Usted quiere un imperio o no?” Esas cosas no se le han preguntado a la opinión pública, pero puedo asegurarte que si a la gente le preguntan: “¿Usted quiere tener un mundo regido por China o un mundo regido por Estados Unidos?”, evidentemente va a decir “Estados Unidos”. Por supuesto, esto en el área occidental. Incluso creo que en la propia Inglaterra cuando el escándalo de Tony Blair, hubo una encuesta que iba un poco en esta dirección, y la respuesta fue unánimemente: “No queremos un mundo regido por la Unión Europea, no queremos un mundo regido por un país asiático; estamos mejor en un mundo regido por Estados Unidos”.

***

EC - ¿Cómo jugaron los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York y Washington en esta estrategia?

FLA - Yo siempre digo que los aliados más poderosos de la administración Bush de hoy, que han tomado casi por golpe de Estado la Casa Blanca, como te he comentado en otro momento, en el sentido de que todos los que están allí ahora son partidarios de Bush –han tenido gran cuidado en cambiar incluso el personal, etcétera–, la gran fuerza de este plan y de la administración se debe a dos de los enemigos. La primera cosa que deben agradecerles es que justamente en el año en el cual este plan de defensa nacional se presentaba al Congreso –un Congreso muy preocupado por no votar un plan de defensa nacional con más plata para los militares, que estaba más bien para la pacificación, más bien por el desarme después de la caída de la Unión Soviética–, el día en que se presentó este plan –lo presentó Dick Cheney, que en ese momento no era el vicepresidente sino el asesor de Defensa Nacional del presidente Bush anterior–, ese día, justamente, Saddam Hussein invade Kuwait. Eso fue fantástico. O sea: se presenta este plan al Congreso, un Congreso que no quiere votar este plan, no quiere votar este dinero, y ese día sale Hussein e invade Kuwait. Le hizo el gran favor a este plan de defensa nacional.

La segunda vez que el plan está en cuestión, la segunda vez que en el Congreso hay voces contra el famoso Programa de Defensa Escudo, el de los misiles, la guerra de las galaxias, qué sé yo, otra vez cuando hay una propuesta de bajar el presupuesto militar, viene el 11 de setiembre.

Entonces tanto Saddam Hussein como Osama bin Laden son los aliados más poderosos que ha tenido este plan internacional de dominación militar, porque en las dos oportunidades en las que hubo una posibilidad de freno por parte del Congreso, pasó un evento internacional. Por supuesto que en el caso del 11 de setiembre fue un evento que pasó dentro de Estados Unidos, que impulsó que el mundo quedara mudo e hizo que el Congreso dejara que la Casa Blanca tomara el liderazgo.

EC - En este plan, en el desarrollo de esta nueva estructura de poder internacional, ¿cómo podemos analizar lo que está jugando por estos días, por estos meses, pero particularmente por estas semanas, Estados Unidos en Oriente Medio?

FLA - Eso requiere otra entrevista, pero te diría que el juego de Estados Unidos en Oriente Medio ha cambiado radicalmente desde la época de Clinton hasta hoy.

EC - Me refiero a Oriente Medio en cuanto al proceso de paz entre israelíes y palestinos. La guerra en Irak, la invasión, fue el episodio marcante de hace algunos meses; no se ha agotado, vemos lo que es la resistencia que ha quedado entre la población iraquí y esto de un soldado estadounidense muerto casi diariamente. Pero inmediatamente Estados Unidos dio otro paso, asumió un liderazgo muy fuerte en estas negociaciones de paz. ¿Cómo lo ves?

FLA - Pienso que el enfoque de esta administración no ha estado, como en la época de Clinton, en la paz en Oriente Medio o remapear del Oriente Medio, sino que quieren hacer un mapa distinto. Ése es el objetivo de todo este plan, la guerra de Irak es simplemente un paso dentro del objetivo de remapear y reorganizar el Oriente Medio. La administración Clinton lo hizo por el conflicto israelo-palestino, no le salió bien, gastó años de gestión sin que se viera un resultado claro. La administración de Bush lo agarró por el otro lado: vamos a empezar a derrotar a aquellos que podrían llegar a ser amenazas y después nos tomamos el trabajo de ver qué pasa en el conflicto árabe-israelí. Pero nos tomamos el trabajo de ver qué pasa ahí después de demostrar que nosotros podemos entrar, podemos hacer, podemos derrocar, podemos intimidar, podemos sacar a estos pseudodictadores que no nos gustan. No quiere decir que Saddam Hussein hubiera sido una estrella de la democracia, simplemente es la idea de que pueden entrar, sacar y remover. De hecho, uno de los efectos que los partidarios de Bush querían: fuimos allí, pegamos garrote, entramos en Irak, reorganizamos el país y ahora los israelíes y los palestinos se ponen a conversar, porque saben que nosotros hacemos lo que decimos, que entramos en un área y hacemos lo que tenemos que hacer. Ellos lo ven de esa manera.

EC - ¿Y cómo sigue? ¿Qué otras piezas vamos a ver moviéndose en este tablero en un futuro más o menos cercano?

FLA - Como habíamos dicho en un programa anterior, creo que la próxima pieza es Irán, pieza con la cual se está negociando. Colin Powell ha ido ya dos veces a Irán después de la guerra de Irak, digamos con la carta de decir “podemos hacer aquí lo que hicimos en Irak”. Estamos con esa negociación, después vamos a seguir por Siria, lo cual está también en la olla; seguimos por África, el Norte de África es el próximo paso…

EC - El propio presidente Bush está en gira por esa zona.

FLA - Ya estaba planeado, eso está en el plan estratégico. Este plan está escrito en la página web de El Espectador.

EC - ¿Y más allá del Oriente Medio?

FLA - Lo que tenemos inmediatamente después son las posibles amenazas en Asia Central, que están sofocadas por el momento pero que van a tener una relevancia muy grande en un año y medio o dos. Vamos a estar sentados acá hablando de India, de Pakistán, de las repúblicas “stan”. Estados Unidos va a tratar de poner orden en esa parte del mundo en la cual Rusia ya no puede poner orden; en alianza con Rusia, por supuesto, que también se está trabajando.

EC - Me queda preguntarte por América Latina. Está clara la participación estadounidense en Colombia.

FLA - El Plan Colombia, sí.

EC - Pero no es ése el único ejemplo.

FLA - No, no es el único ejemplo; ahora hay una suerte de preocupación –no una preocupación que saque el sueño– con los posibles neopopulismos del Cono Sur. Hay un cambio, en América Latina antes lo problemático eran América Central y el Caribe, pero ahora lo problemático resulta estar aquí, en el Sur.

Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe

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