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HABLEMOS DEL FUTURO (VI)
Cómo generar empleo genuino y crecimiento sustentable
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Cineasta Esteban Schroeder: En pocos años, la publicidad uruguaya dejó de ser hecha por extranjeros y hoy exporta de U$S 9 a 12 millones anuales. El cine nacional tiene éxito en festivales y también en la taquilla. La industria audiovisual genera actividad en otros rubros, como el turismo. Con el apoyo de los canales oficiales, Uruguay podría transformarse en un centro de negocios ligando a creadores y productores. Como en Chile, se debería crear una institución pública que promueva un conjunto de acciones de apoyo al sector.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 16.07.03, 08.44.
EMILIANO COTELO:
Retomando nuestro ciclo “Hablemos del futuro. Cómo generar empleo genuino y crecimiento sustentable”, ponemos la atención en un sector no tradicional de la economía uruguaya, pero en el cual nuestro país posee un potencial muy valioso. Me refiero a la industria audiovisual, donde pese a no contarse con una política específica, contundente, de estímulo, ya hemos alcanzado un dinamismo muy interesante.
Un sector que ha estado en el tapete en estas últimas semanas a raíz de la iniciativa de la Intendencia de Montevideo de gravar con el 7 por ciento las entradas para ver películas que no sean latinoamericanas.
¿Es posible una industria audiovisual orientada a la exportación? ¿Qué tipo de puestos de trabajo genera? ¿Qué otras ventajas tendría para nuestro país?
Vamos a conversar de estas cosas aprovechando la presencia en Montevideo en estos días de Esteban Schroeder, cineasta, a quien los oyentes ubican, por ejemplo, por su película El Viñedo.
Esteban tiene 46 años y últimamente vive de manera alternada en Montevideo y Santiago de Chile. En Chile estás dedicado por un lado a la docencia; ¿dónde?
ESTEBAN SCHROEDER:
Estoy trabajando en el Instituto del Audiovisual de la Universidad Católica y en la Escuela de Cine de la Universidad de Chile.
EC - Y por otro lado estás trabajando directamente en la industria audiovisual.
ES - Sí, he tenido la oportunidad de hacer un telefilm, de integrar una serie televisiva local que se llama “Pasión a la chilena”. Son ocho historias de amor relatadas por ocho autores, por ocho realizadores chilenos, mejor dicho por siete realizadores chilenos y yo. El capítulo se llama “Ahora nos toca” y trata sobre las vicisitudes de una pareja que quiere tener hijos, no lo logra y finalmente se encamina hacia la adopción. Es un telefilm que se va a emitir en el mes de setiembre.
EC - Mientras tanto sigues trabajando en tu próximo largometraje.
ES - Efectivamente.
EC - Que se llamará…
ES - Sigo trabajando en “99 por ciento asesinado”. Tengo expectativas de rodar esta película el año próximo y presentarla inmediatamente.
EC - Recordemos que el tema de esa película será el caso Berríos.
ES - Es una película inspirada en el caso Berríos, pero estoy haciendo todo el desarrollo desde un compromiso con mi personaje, que es una mujer que busca acomodar su pasado.
EC - La experiencia de Esteban en Chile es bien útil para esta charla, porque es un país que en materia de industria audiovisual ha tenido un despegue muy fuerte en los últimos años. Quizás sea un modelo a tener en cuenta.
Pero aterricemos en nuestro país. Antes de eso, alguna definición básica porque el oyente puede no tener claro nuestro tema: ¿qué es, cuál es la industria audiovisual?
ES - Es el flujo permanente de contenidos audiovisuales. Cada vez vivimos más en un mundo lleno de visualidad. Todos estos recipientes de contenidos audiovisuales tienen detrás autores y productores, una cadena compleja de elaboración. De alguna manera, con una mirada muy amplia podríamos mirar y definir a la industria audiovisual de ese modo.
EC - Abarca, por ejemplo, la televisión, el cine, la publicidad…
ES - Sí, y toda la industria mediática o multimediática que surge en este contexto interactivo. De algún modo podríamos decir que no sabemos muy bien cuáles van a ser las películas del futuro: hay todo un nivel de experimentación del cine en la web, donde además se ha dado una clave muy interesante porque el autor pierde el dominio total de su obra y el espectador de pronto elige finales, etcétera, en estos escenarios de interactividad. Hay un condicionamiento muy fuerte hacia adelante que no sabemos qué implicancias tendrá.
EC - Ayer estaba repasando un informe que tú coordinaste, auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Educación y Cultura, que tenía como propósito sentar las bases para un programa de desarrollo de la industria audiovisual nacional. Hablando de lo que ocurre en el mundo, una frase del informe dice, al pasar, que "ha sido la industria audiovisual la que ha manifestado el mayor crecimiento y dinamismo en los últimos 25 años".
ES - Por eso, la manera de constatarlo está en el diario vivir. Cuando hablamos de ese dinamismo es por eso: porque todos nosotros somos consumidores de este tipo de contenidos. En ese contexto, pensar un Uruguay productor de estos contenidos es una necesidad; absolutamente, un paso que tenemos que dar y concretar. Todos los antecedentes positivos que se vienen acumulando durante estos últimos años indican eso, una oportunidad. Yo lo defino como una oportunidad que tenemos los uruguayos que de ningún modo podemos desperdiciar.
EC - ¿Por qué? ¿Cuáles serían las ventajas de desplegar en nuestro país una industria audiovisual sólida?
ES - Tú te referías recién al estudio del BID; hay algunos antecedentes anteriores: ya en 1999 el BID había hecho un estudio, con el economista Hugo Roche, que justamente definía esto como una industria audiovisual naciente y con alto potencial de desarrollo. Había allí una cantidad de elementos que así lo determinaban.
Hubo otra investigación, patrocinada por Uruguay XXI, que señalaba el alto rendimiento del talento uruguayo en esa cadena de producción, algo que se demostró muy contundentemente en la expresión publicitaria. Un dato muy contundente: hasta el año 80, más o menos, casi el 100 por ciento de la producción publicitaria nacional era hecha por extranjeros, y hubo un proceso de más o menos una década, protagonizado clarísimamente por productores y realizadores, por esa comunidad audiovisual tan potente que hay aquí, que logró revertir eso en pocos años: se conquistó el 100 por ciento del mercado local y hoy tenemos un panorama de industria o actividad exportadora en cifras cercana a entre 9 y 12 millones de dólares anuales. Esto es nada más que un subsector de esto que podríamos llamar la expresión audiovisual.
EC - En más de una ocasión hemos mencionado ejemplos de las productoras uruguayas que realizan aquí avisos de televisión, spots de publicidad televisiva que luego se emiten en otros países –Estados Unidos, España, etcétera–. O sea que son productoras uruguayas que compiten en mini licitaciones convocadas por agencias de otros países para saber quién va a concretar tal aviso, quién lo va a hacer. Hay varias empresas uruguayas que ganan con frecuencia esos llamados y terminan generando trabajo acá, ingreso de divisas acá.
ES - Hay que poner en perspectiva un dato. Esto de lo que estamos hablando de alguna manera ya es un dato del pasado, un dato que obra en nuestro patrimonio, en nuestro bien común, ya lo tenemos con nosotros. Pero hay un dato más reciente y mucho más significativo que es el verdadero alcance y reconocimiento del cine nacional, en lo nacional y en lo internacional.
EC - ¿Cómo es eso?
ES - La suma de películas exitosas que han convocado claramente una adhesión por parte de la taquilla; esto es que, además, las películas nacionales han sido buen negocio en un mercado de distribución y exhibición que aparentemente está afectado por una acción pública o una pretensión de establecer una acción pública; me parece importante hablar un poco de eso. Es decir todo el reconocimiento que han generado las películas uruguayas en premios, en su participación en festivales importantes. Yo creo además en un sentimiento muy compartido por la inmensa mayoría de los uruguayos respecto a que se nos cambia un poco el país cuando tenemos un cine que puede. Entonces hay un bien común acá también, esto es un dato de los últimos años.
Hay que comprender algo que me parece fundamental: podríamos dividir el cine del mundo entre Hollywood y el resto. El resto del cine del mundo se apoya, de una u otra forma, en alguna acción pública que pretende fomentar, preservar, desarrollar la expresión cinematográfica nacional. Esto es el escenario inmediato que tenemos por delante: por un lado no podemos permitir que se nos deshaga el camino andado y por otro tenemos que proyectar hacia adelante algo que podemos.
EC - En seguida vamos a entrar a esa parte de la discusión, que es cómo se logra desarrollar la industria audiovisual uruguaya, cuáles pueden ser los caminos a seguir, pero para terminar una enumeración de datos recientes de esta industria en Uruguay me animaría a agregar –no sé si tú estás de acuerdo– la tendencia incipiente a producir telenovelas uruguayas. De a poco están apareciendo en los canales uruguayos producciones locales.
ES - Absolutamente, es un dato muy promisorio y contundente.
EC - Hechas con mucho esfuerzo, seguramente con escasos márgenes de ganancia, todavía con mucho de “camiseta”, de voluntarismo, pero ese espacio empieza a ocuparse.
ES - Sí, e implica una apuesta al futuro. Hay que aclararlo: esto es una apuesta al futuro. Si Uruguay adquiere una inserción como productor y exportador de contenidos audiovisuales, no sé cuáles serían los límites: tenemos una posibilidad de expandir y de dar trabajo a una comunidad artístico - técnica de una manera muy significativa en el país. No podemos evitar comprometernos con eso.
***
EC - Para seguir situándonos en el tema de la industria audiovisual quizás sea bueno enumerar el elenco de profesiones o de sectores de actividad que terminan moviéndose cuando hay una producción de este tipo. Es un espectro muy variado pero básicamente se trata de puestos de trabajo calificados.
ES - Sí, es un espectro muy variado.
EC - En principio el oyente puede tender a pensar: un director, camarógrafos, iluminadores, escenógrafos, actores, músicos… Pero va bastante más allá de eso.
ES - Tú enumeraste ya unos cuantos.
EC - Sí, ahí no más ya hay una cantidad interesante de profesiones. Pero termina moviéndose también transporte, catering, carpintería, electricidad, pintores…
ES - Termina moviéndose todo eso porque es una gran diversidad de disciplinas la que está convocada al propio evento de la creación fílmica, pero también puede y debe movilizar muchas otras en el momento de la exhibición y la representación.
EC - A ver…
ES - Pongamos un ejemplo. Yo soy un convencido de que tenemos una oportunidad por delante que es integrar en un futuro a Teveo y TV Ciudad en un contexto de televisión pública que, además de cumplir sus deberes como servicio de comunicación pública, con todo lo referido a la expresión cultural, pueda ser una empresa nacional de exportación audiovisual; podríamos definir plataformas de asociatividad con terceros para manejar una cartera de contenidos.
EC - Ya estás adelantando propuestas.
ES - ¿Por qué no pensar en una serie televisiva en coproducción con O Globo sobre la vida de Piria, que pueda llegar a ser un proyecto trascendente para la Intendencia de Maldonado, no sólo como caso de generación de empleo en todo el proceso de producción, sino también por lo que implicaría como elemento de promoción turística, de salir a exhibir estos hermosísimos escenarios al mundo entero?
EC - En este ejemplo que has manejado aparecen varias líneas de reflexión sobre los beneficios de un desarrollo fuerte en la industria audiovisual. Por un lado la industria audiovisual como generadora de empleo y captadora de divisas, porque es posible exportar, cabe la posibilidad de diseñar productos que no sean consumidos sólo dentro de nuestro país sino para exportar. Está claro que nuestro mercado es muy chico y que es difícil pensar en producciones viables, por lo menos de envergadura, para este mercado, pero hay alternativas que pueden tener interés regional, como ésta.
ES - Obvio.
EC - Nada menos que con la Rede O Globo.
ES - Sí.
EC - O sea que desde el punto de vista económico, etcétera, parecen claros los beneficios.
ES - Estamos acostumbrados a ver telenovelas latinoamericanas. Son uno de los productos más estables de la producción televisiva regional y de alguna manera mundial, y nosotros podríamos proyectarnos como realizadores de telenovelas para nuestro país y para el mundo.
EC - Un segundo tema que surge del ejemplo que manejabas es otra de las importancias de una industria audiovisual: ese sector como espejo de una comunidad, su historia, sus tradiciones.
ES - Claro; la telenovela particularmente tiene siempre un nivel de vinculación con la audiencia que representa; se dice que lo que exporta es justamente ese escenario latinoamericano que ha encantado tanto a los televidentes europeos a través algunas telenovelas.
EC - Pero también con un efecto hacia adentro. En tu informe yo veía una frase bien ilustrativa en este sentido: un pueblo que no se observa o no se siente representado en la imagen de esos espejos socioculturales que son en nuestros días las pantallas de cine y televisión ve resentida de una u otra manera su posibilidad de desarrollo.
ES - Hay una idea central: si pretendemos insertarnos en el futuro, si pretendemos insertarnos en este siglo XXI, ello no es concebible si no lo hacemos desde aquí.
EC - La industria audiovisual como constructora de identidad uruguaya, en este caso.
ES - Sí. Se ha impuesto el eslogan “Uruguay natural” como algo que nos representa para vincularnos con el mundo; pero yo sinceramente hubiera preferido “Uruguay cultural”; en un contexto donde la región toda viene con signos de reactivación (siento que Argentina viene como prendiendo los motores), Uruguay tendría una posibilidad de ofrecerse como plataforma, como zona de encuentro cultural para la región, para un Mercosur que, mirado a largo plazo, puede llegar a imponerse como una zona interesante en el mundo y allí jugar un papel interesante. Entonces mirar la industria audiovisual, la expresión audiovisual desde el punto de vista de todos los servicios que se podría desarrollar –es otro aspecto clave–, integrando la industria discográfica, etcétera. Entonces imaginar Uruguay como un polo productor. Me parece una idea para nada descabellada, que tiene que ver con tu pregunta: ¿cómo proyectarnos…?
EC - La industria audiovisual, por un lado como una actividad económica, por otro como un espejo sociocultural en el que una comunidad y sus integrantes se proyectan y se autorreconocen, y por último otra cosa que tú también manejas en el trabajo: la industria audiovisual incluso como apoyo al turismo.
ES - Sí.
EC - Hay un ejemplo, el de “Antigua vida mía” y el impacto que terminó teniendo en el movimiento hacia esa ciudad. ¿Cómo es esto?
ES - Yo ponía un ejemplo mucho más nuestro y concreto con la idea de, por ejemplo, una telenovela sobre la vida de Piria, ambientada en Piriápolis, como un proyecto que podría ser de convergencia de tantas cosas, que podría ser positivo.
EC - Claro, pero ahí estás manejando un proyecto; quizás sea bueno saber que hay ejemplos concretos que ya han producido ese tipo de resultados.
ES - Pantanal, por ejemplo, en Brasil, tuvo un impacto en lo turístico; de alguna manera fue medido y concebido así. Muchas producciones televisivas tienen esta vinculación, así como muchos eventos de la industria audiovisual tienen que ver con el desarrollo del turismo local en distintas ciudades.
Muchas ciudades organizan un festival de cine o eventos del mercado cinematográfico con un claro objetivo turístico. Nosotros deberíamos pensar en eventos repetibles anualmente en Montevideo; sobre eso también se podrían manejar ideas concretas basadas en la experiencia que los productores venimos realizando. Por ejemplo, las mesas de negocios, las mesas de evaluación de proyectos son algo en lo que los productores permanentemente estamos tratando de participar porque se convierten en hitos en el proceso de construcción de un proyecto cinematográfico; los laboratorios de guiones del Sundance y demás. Podríamos traer todo este tipo de cosas a Uruguay, repetirlas y hacerlas anualmente; Montevideo podría ser una ciudad donde se convoque por un lado a los productores independientes a presentar sus proyectos, donde consultores los evalúen y sean presentados a los productores que permanentemente están buscando proyectos en los que valga la pena invertir. Podríamos proyectarnos como un servicio a la industria y ser, a la vez, una gran oportunidad para los productores de Uruguay y de la región.
***
EC - No sé si los uruguayos son conscientes, si tienen información acerca de la potencia en que se ha convertido Chile en este sector del audiovisual. ¿Podemos trazar algunas pinceladas?
ES - Quizás lo más trascendente sea que en el acto de la recuperación democrática hubo una declaración del primer Parlamento constituido que establecía el desarrollo de la industria audiovisual como estratégico para el Estado de Chile; fue en 1989. Este mandato –porque de alguna manera fue eso– permitió ir generando diversas instancias de apoyo al sector. Efectivamente, esto se traduce en un aumento de la cantidad de espectadores en sala; además hubo una modernización muy fuerte de todo el circuito de distribución y un aumento sostenido de la producción, tanto televisiva (en lo local Chile tiene desde hace mucho tiempo un mercado interno y una producción nacional muy fuerte y exportación hacia todo el mundo hispanohablante, por ejemplo en Estados Unidos) como de largometrajes, que en este momento y desde hace ya algunos años oscila entre 12 y 16 por año.
EC - Chile es también uno de los lugares del mundo donde se realizan spots de publicidad para otros países.
ES - Exactamente; hay un fenómeno bastante similar al que relatábamos un poco antes respecto en lo que fue la reconversión de todo el sector publicitario y lo reconocido que es en Chile y en el mundo.
EC - Mencionaste al pasar a Chile como productor de series de televisión para la exportación, para el mercado hispanoparlante, por ejemplo de Estados Unidos, pero también de otras zonas de América Latina. Quizás sea bueno detenernos en esto porque el oyente puede estar pensando ¿cómo es esto, qué productos exporta Chile en materia de televisión? Hay unos cuantos, por ejemplo en los canales de televisión para abonados que vemos en nuestro país.
ES - Claro, telenovelas. No recuerdo en este momento un nombre concreto que pueda aportar.
EC - En Discovery Kids, por ejemplo, he visto una serie de origen chileno –no recuerdo en este momento el nombre– donde los protagonistas son unos niños que trabajan por el medio ambiente desde el barco científico en el que viven con sus padres recorriendo la costa del Pacífico.
ES - En el formato documental en Discovery, sin duda; por ejemplo amigos productores y colegas han sido los productores de “El show de los libros”, un ciclo permanente de Discovery y People & Arts con Skarmeta como conductor.
EC - Sí, “La torre de papel”…
ES - Varios, en el género documental y para Discovery varios y desde hace mucho tiempo; varias de las aventuras de Discovery vinculadas al ecoturismo se producen desde Chile; hay una exportación en carácter de servicios.
EC - ¿Cómo se logró ese desarrollo chileno; cuáles son algunas de las piezas clave que vale la pena observar desde acá?
ES - A partir de ese mandato, que se mantiene al día de hoy –hace pocas semanas se votó en el Parlamento por unanimidad la nueva ley que creará la autoridad pública y los fondos de fomento a la industria cinematográfica–, se fueron implementando desde el Ministerio de Economía, desde hace ya como 10 años, distintos tipos de fondos a modo de subsidios, de créditos, de fondos que integraban aportes privados y públicos, que de repente eran pequeños pero fueron cubriendo toda la línea del proceso de producción audiovisual. Se fomentó mucho el desarrollo de proyectos, el componente subsidiado fue más que nada el camino que hay desde la idea, del proyecto; después se fue consolidando toda la parte final, la distribución, la presentación y medidas concretas como la realización de giras comerciales e incluso la formación de los productores para que tuvieran una metodología adecuada para asistir a los eventos de la industria cinematográfica, llámense festivales o mercados; entonces también se desarrolló un área de capacitación estratégica. Me parece que el conjunto de estas cosas está impactando favorablemente.
EC - El sector privado dio, por su lado, algunos pasos importantes también en este proceso; pienso, por ejemplo, en la llamada “Plataforma Audiovisual”. ¿Qué es eso?
ES - Desde hace unos años opera un organismo, una entidad realmente muy interesante, que es justamente la Plataforma Audiovisual. Es una zona de convergencia de todos los actores privados: los productores, los distribuidores, los proveedores y los capacitadores; todos convergen en una entidad que tiene una cierta orgánica y se ha convertido en el interlocutor del sector político en todo el proceso de formulación de la nueva ley que ha dado lugar a la nueva institucionalidad cultural, donde se va a cobijar la autoridad pública del cine y un menú de fondos de apoyo al sector.
EC - Esta ley es nueva, decías tú.
ES - Esta última ley es nueva y es el producto del trabajo que hicieron representantes de la Plataforma Audiovisual con los distintos representantes políticos.
EC - ¿Con qué tipo de mayoría salió?
ES - Unanimidad.
EC - También salió por unanimidad. ¿Qué prevé esa ley, qué instrumentos incluye?
ES - Básicamente –es lo curioso– le da un marco de oficialidad a todo el fondo que estaba. Por ejemplo, los fondos que estaban en el Ministerio de Economía ahora van a estar concentrados en lo que podríamos llamar aquí un instituto de cinematografía. Todavía no está definido el nombre: ahora viene todo un proceso de reglamentación y de allí surgirá, pero lo que se sabe es que se crea la institución pública audiovisual y el fondo de fomento de la industria audiovisual, que tiene una diversidad de mecanismos.
Esta es otra de las cosas que hay que saber. Cuando se ponen en marcha fondos públicos, generan un menú bastante diverso de mecanismos de apoyo para el desarrollo de la actividad, para la propia producción, para la distribución, para la posproducción; algunos fondos regionales, algunos fondos específicos para temáticas sobre la juventud, sobre la mujer, etcétera. Esto es común en la mayoría de los países, los fondos habilitan una diversidad de medidas. Eso es lo que habría que pensar también aquí: integrar una serie de acciones, no hay una sola acción. Hay que crear una institución pública que debe promover un conjunto de acciones de apoyo e impacto en el sector.
EC - ¿De dónde se obtienen los recursos para ese fondo en el ejemplo chileno? Te lo pregunto –ahora llegamos a Uruguay– porque en estas semanas se ha estado discutiendo la iniciativa de la Intendencia de Montevideo, surgida del director de Cultura, Gonzalo Carámbula, de eliminar la exoneración tributaria que tienen hoy en Montevideo las entradas de cine y cargar con un 7 por ciento las entradas para ver películas no latinoamericanas, de modo de obtener recursos para fomentar proyectos audiovisuales, en este caso a nivel municipal. En Chile, ¿cuál es la vía?
ES - En Chile hay un Estado que concibe y asume la necesidad de ejecutar una política de desarrollo del sector. Entonces, invierte en el sector a sabiendas y con tranquilidad de que sólo con los mecanismos tributarios normales de esta actividad se recupera toda la inversión pública. Hay sucesos que lo avalan; ya en 2000 el estreno de “El chacotero sentimental” tuvo un millón de espectadores. En este momento hay una película chilena, “Sexo con amor”, que superó el millón de espectadores en 12 semanas de exhibición, y hay otra que estaba con una performance similar.
Autoridades públicas del sector en Chile me han dicho que sólo la actividad económica que generan los productos audiovisuales en lo local cubre absolutamente el 100 por ciento de la inversión pública en el sector. Han logrado establecer un circuito.
En Uruguay necesitamos establecer fondos genuinos y específicos que apoyen al sector.
EC - Tú dices que habría que instrumentar algún tipo de impuesto como este.
ES - En realidad, corrijamos, no es un impuesto. Tengo clara conciencia de que esto fue una medida transitoria de apoyo a una actividad que estaba absolutamente en estado depresivo, que era la exhibición cinematográfica.
EC - Tú dices que la exoneración tributaria hasta hoy vigente fue una medida transitoria.
ES - Me parece muy importante esta precisión: lo que se está proponiendo es una corrección de una exoneración, de una medida transitoria. De alguna manera se está diciendo “Este sector ya ha logrado fortalecerse un poco, ahora apoyemos a otro que es claramente emergente, que es propulsor de esa actividad y que está demandando ese tipo de apoyo”. Además, en un contexto donde otros apoyos, como el FONA, se están debilitando de una manera excesivamente preocupante. También hay un aspecto coyuntural que es muy importante.
EC - Una de las tantas preguntas que generó este proyecto del Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo es si tiene sentido que el fomento a la industria audiovisual se haga a nivel municipal, es decir que se fije ese tributo a las entradas para ver películas no latinoamericanas en Montevideo y no exista en Maldonado, Durazno, Tacuarembó y Paysandú; que se generen recursos para apoyar a la industria audiovisual en la capital. ¿No debería ser esto una política nacional?
ES – Obviamente; claro que sí, debería ser. Acá tenemos la oportunidad de aplicar un recurso que después podríamos proyectar en lo nacional. Ocurre que –entiendo– la legislación vigente en nuestro país establece que un tributo de este tipo es absolutamente prerrogativa de los gobiernos municipales. De hecho esta iniciativa estaba planteada, está planteada en un proyecto de ley en el que trabajaron representantes del sector durante mucho tiempo, en el año 2000, varias tardes de reuniones donde se venía a aportar el trabajo de la semana; allí se establecía esa propuesta de crear un impuesto del 10 por ciento a las entradas cinematográficas. Es algo que en Argentina ocurre desde hace décadas.
EC - Ese proyecto existe y todavía está a consideración del Parlamento.
ES - Existe y está a consideración del Parlamento, pero ya nos advirtieron los legisladores que deberíamos poder modificar justamente ese artículo porque un tributo de este tipo debería ser regulado por las intendencias, no se establecería por ley. Entonces quizás habría que asumir ese dato particular y extender esta aplicación de carácter municipal a las distintas intendencias; cada intendencia debería preocuparse por un cierto desarrollo local de la industria audiovisual. O sea que tal vez no sea tan mala esta idea de replicar el tributo en las distintas intendencias.
EC - ¿Yendo a la construcción de fondos departamentales de promoción de la industria audiovisual? No parece muy lógico.
ES - No, no parece muy lógico…
EC - Hoy ya existen distintas alternativas, hay instrumentos que han estado funcionando a los tropezones. El Instituto Nacional del Audiovisual a nivel del MEC; el FONA que creó la IMM en 1995, donde también participa el MEC, y están los canales privados con los aportes derivados del cableado de la capital; el Fondo Capital… Hay distintos mecanismos; ¿qué se hace con todo eso?
ES - El sector político tiene que venir a colaborar para generar una medida de carácter político; porque esto es lo que me preguntabas sobre la experiencia chilena y te decía que hubo un dato político –a mi juicio– fundacional, que fue la declaración del primer Parlamento democrático que establece la necesidad del desarrollo audiovisual como estratégico para el país. Acá estamos ante esa evidencia, entonces efectivamente hay que encontrar una solución de carácter político que permita integrar un fondo de fomento de esta expresión y posible industria cinematográfica local. No parece ser que el camino sea un tributo municipal: hay que tener una política audiovisual nacional. Esto es fundamental, es un proyecto fundamental.
***
EC - Si esos pasos se dieran, ¿qué es lo que la industria audiovisual uruguaya podría comenzar a recorrer, más allá de lo que hasta ahora ya ha logrado por sí misma?
ES - La producción de contenidos audiovisuales y el beneficio que generaría la exportación de los mismos, el bien común que esto traería aparejado. Podemos visualizar esto en algunas acciones concretas; desarrollar el área servicios hacia la región sería fundamental, pero podemos dar pasos muy concretos, como por ejemplo establecer con Argentina la administración de un bien común como es el patrimonio audiovisual del Río de la Plata, de una manera diferente.
EC - ¿Qué quiere decir eso?
ES - Cosas muy concretas, como por ejemplo acordar con el Instituto de Cine Argentino una línea de concurso y apoyo a coproducciones con Uruguay. Fueron conversaciones concretas con autoridades del Instituto del Cine Argentino anteriores, y que efectivamente se podría poner en marcha. Cualquier medida de participación de los empresarios audiovisuales uruguayos en el mercado argentino significaría un salto cuántico. Ahí hay una medida concreta, hay buena disposición y se asienta en el fondo en un concepto cultural, de identidad cultural de nuestros pueblos. Nosotros los uruguayos deberíamos poder participar en la expresión de la cultura del Río de la Plata, tiene que ver con mucho de lo que hablábamos al principio.
Pensar en establecer la mesa de negocios o de desarrollo de proyectos audiovisuales como un evento anual repetible de la industria audiovisual, que tenga a Montevideo como anfitriona, donde los productores televisivos y los productores independientes sean coprotagonistas. Incluso puede atraer o ser la manera de invitar a algunas personalidades del cine uruguayo que están en el exterior, como por ejemplo Patricia Boero, que fue directora de Relaciones Internacionales del Instituto Sundance; podría ser la embajadora de un evento de este tipo. Son acciones concretas que podríamos poner en marcha.
Incluso podríamos ver positivamente este evento o esta situación que se genera en torno a la polémica de este a mi juicio mal llamado tributo, que es simplemente una adecuación de una exoneración anterior, por ejemplo pensar en un circuito informativo sobre el cine uruguayo realizado por las escuelas, que se exhibiera antes de las propias exhibiciones cinematográficas. Las escuelas de formación audiovisual son un dato nuevo del país, son un mandato de futuro; podrían comprometerse a ser las productoras de un circuito de este tipo, que sería un elemento de visibilidad para ellas y un laboratorio para los egresados o estudiantes avanzados; este circuito se podría alimentar entre autores y espectadores nacionales y podría ser fundamental para sostener una política audiovisual de desarrollo del sector.
Me parece que se trata de integrar una cantidad de medidas en la puesta en marcha de una política audiovisual que debe tener un actor público definido –hay que definirlo y concretarlo– y un actor privado también integrado. En ese sentido el trabajo que se ha hecho pretendía, justamente, trabajar la idea de integrarnos todos los que estamos en esto. Me parece una cosa fundamental: no debería haber nadie fuera, todos los que estamos vinculados a esta actividad deberíamos concebirnos como partícipes de un proceso en el que hay muchos actores que tenemos que vincularnos para generar propuestas vinculadas y conjuntas.
EC - Se ha dado algún paso en esa dirección, ¿no?, con la creación de Asoprod…
ES - La Asociación de Productores y Realizadores de Cine en Uruguay; está el Círculo Cinematográfico que nuclea a los distribuidores; está la APP que nuclea a los productores publicitarios; están las empresas de televisión; etcétera.
Recientemente se presentó un trabajo a la Intendencia, creo que resultado de un concurso de investigación sobre las Pyme, que desarrollaron Luis Stolovich, Graciela Lescano, Rita Pessano y Paula Delgado, que ha aportado un documento que integra todo lo anterior y realmente marca el potencial; es un instrumento de trabajo, absolutamente un gran aporte. Algunos datos que manejamos fueron recogidos de ese trabajo.
EC - Un trabajo que en su última versión se presentó en estos días, sobre el cual vamos a tener que conversar próximamente en el programa.
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Un oyente dice: “Me llama la atención que hablen de producciones de televisión de serie de ficción de otros países y no hablen de la excelente producción de serie nacional ‘Constructores’, que se emite por Canal 4”. Quizás este oyente tomó la charla ya empezada, porque hablamos de ejemplos de series chilenas que se exportan y se ven por televisión para abonados, cuando estábamos recorriendo la experiencia chilena, que ha logrado aprovechar nichos de mercado muy interesantes en ese sentido; pero al pasar hablamos más temprano también de cómo en Uruguay ya tenemos nuestras propias telenovelas.
ES - Un camino que se ha iniciado y que no tiene horizonte, podemos seguir creciendo indefinidamente quizás.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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