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FIGURAN EN “EL QUIJOTE”, EN LA HISTORIA Y EN LA TRADICION RIOPLATENSE
Las alpargatas ahora son uruguayas y de Dolores
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En 1885, un artesano vasco se asoció en Argentina a una compañía escocesa que diseñó las máquinas especialmente para su fabricación industrial. Poco después Alpargatas se instaló también en Uruguay. En 1940 se vendía 40 millones de pares. Hoy, la competencia desleal redujo a 1,3 millones. Se espera salir de la región, porque sigue siendo un calzado sano y ecológico. Gerente de Alpargatas Calzados del Uruguay, José María Santisteban.
EN PERSPECTIVA
Viernes 18.07.03, 09.05.
EMILIANO COTELO:
¿Qué uruguayo de mediana edad no ha usado alguna vez un par de las tradicionales alpargatas Rueda, esas zapatillas sencillas y cómodas que desde hace más de un siglo forman parte de lo que podríamos llamar el “vestuario típicamente rioplatense”?
Pero... ¿ustedes saben dónde son producidas hoy? Desde que su fabricante, la empresa de origen argentino Alpargatas, cerró su planta de Montevideo, a mediados de los 90, he escuchado todo tipo de especulaciones al respecto: por ejemplo, que no se producirían más o que seguramente se importarían del otro lado del río.
Nada de eso: resulta que todas las alpargatas que se comercializan en Uruguay, Argentina, Paraguay y Brasil, todas, surgen de nuestro país, de una fábrica ubicada en la ciudad de Dolores, que tuvimos la oportunidad de conocer el fin de semana pasado cuando visitamos el departamento de Soriano.
El nombre de la empresa es Alpargatas Calzados del Uruguay SA. Les proponemos conocer detalles de esta producción que tiene un esquema semiartesanal, e incluso conocer la historia de este calzado, en diálogo con el ingeniero químico José María Santisteban, gerente de Alpargatas Calzados del Uruguay SA.
Si le parece, antes de entrar a ver la historia de esta empresa, repasemos la historia de las propias alpargatas. No se trata de un artículo 100 por ciento autóctono, ¿no?
JOSÉ MARÍA SANTISTEBAN:
No. Realmente, no se sabe bien desde cuándo están en el mundo o desde cuándo se conocen. Sí se sabe que el nombre “alpargata” deriva de un vocablo de origen árabe, “albargat”, que significa “abarca”.
EC - ¿Abarca…?
JMS - Sí, abarca. Es probable que hayan sido los árabes los que, en la Edad Media, con la dominación de España, hayan impuesto ese calzado. Fabricar una alpargata en forma artesanal no es un difícil, habiendo fibras largas, que pudieran ser de algodón –que no es larga–, de yute o de esparto, alguien podía fabricar una cuerda que después cosiera a mano, le pusiera algo arriba: eso ya es una especie de alpargata. Pero en definitiva parece que fueron los árabes los que la introdujeron en España. Es un calzado que se hizo muy común sobre todo en el norte de España –entre los vascos– y en el sur de Francia, donde es un calzado muy tradicional.
EC - O sea que ni siquiera el nombre “alpargatas” es nuestro.
JMS - De ninguna manera.
EC - Pero el nombre fue adoptado por una empresa que se creó a fines del siglo XIX en la República Argentina que, según usted nos contaba, tuvo como objetivo la producción de esta forma de calzado, pero a escala industrial.
JMS - Así es. En el año 1885, en Buenos Aires, había un señor Etchegaray, un vasco, que fabricaba artesanalmente alpargatas en su taller y formó una sociedad con una firma escocesa, Douglas Fraser; Douglas Fraser diseñó las máquinas para fabricar las alpargatas de forma un poco más industrial. En 1885 se fundó la Fábrica Argentina de Alpargatas y posteriormente, en 1890, con los capitales de la Fábrica Argentina de Alpargatas, se fundó en Montevideo la Fábrica Uruguaya de Alpargatas.
EC - Casi inmediatamente después de la fundación en Argentina. En 1885 en Argentina y en 1890 en Uruguay. Luego, con el tiempo, la empresa Alpargatas diversificaría su producción y terminaría convirtiéndose en una de las industrias textiles más importantes del continente.
JMS - Esa empresa, que arrancó con el objetivo de fabricar alpargatas, después se diversificó: hacía una enorme cantidad de alpargatas, se diversificó en el área textil, para fabricar las telas que iban arriba de las suelas de alpargatas y fue durante muchos años una empresa líder en los rubros textil y de calzados, tanto en Argentina como en Uruguay.
EC - ¿Las zapatillas también se fabrican en nuestro país desde aquella fecha, 1890, cuando se fundó Alpargatas en Uruguay?
JMS - Sí, sí. En 1890 comenzó en Uruguay con el objetivo de fabricar alpargatas, y desde aquella época la producción ha sido ininterrumpida.
EC - ¿Qué ocurrió cuando se cerró la planta de Alpargatas en Montevideo, en los años 1996, 1997?
JMS – Sí: cerró la Fábrica Uruguaya de Alpargatas, la parte de fabricación. Ya desde antes, desde 1993, en Dolores se estaban fabricando las alpargatas tradicionales.
EC - Porque esa planta que usted dirige en la ciudad de Dolores en realidad se creó un poco antes, en 1988.
JMS - Sí.
EC - ¿Para qué?
JMS - En ese momento la compañía todavía estaba trabajando a full con la parte textil y de calzados. La compañía Alpargatas en Argentina tiene una tradición muy importante de descentralización, con plantas en varias provincias del interior. En Uruguay no tenía hasta ese momento y en 1988 decidió montar una planta en Dolores que inicialmente comenzó fabricando calzados de las líneas de alpargatas, championes de las marcas Pampero, Flecha y otras que hacía la compañía en Montevideo. Algunas fueron derivadas a Dolores.
EC - Entonces se llamaba Janka SA.
JMS - Cuando la empresa se formó se llamaba Janka SA. Cambió el nombre y actualmente es Alpargatas Calzados del Uruguay SA.
EC - En 1993 esa planta de Dolores, departamento de Soriano, comienza a fabricar las zapatillas, las alpargatas y es la que queda fabricando ese producto cuando cierra la fábrica de Montevideo.
JMS - Exactamente.
EC - Seguramente nuestros oyentes no saben que esa planta, la de Dolores, es la única que hoy produce las alpargatas.
JMS - Es así. Con el advenimiento del Mercosur la compañía Alpargatas, que tenía producciones separadas en Argentina y Uruguay, comenzó a tratar de optimizar los procesos. En ese momento y hasta el año 1993 las alpargatas se fabricaban en Argentina y en la planta de Montevideo. Allí se decidió centralizar toda la producción de alpargatas para la región en la planta de Dolores.
EC - O sea que alpargatas son únicamente las que salen de allí. ¿En qué países se están vendiendo hoy?
JMS - Se venden en Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. Este año, con ímpetu, con ganas, estamos tratando de ingresar a algún otro mercado como pueden ser México o España. Estamos haciendo fuertes intentos para tratar de salir de la región.
***
EC - Hablemos de la fábrica, que visitamos el fin de semana pasado cuando estuvimos en el departamento de Soriano. Parece casi un museo en lo que a maquinaria se refiere. Se trata de máquinas que a uno lo llevan varios años atrás en el tiempo. ¿Son las mismas creadas especialmente cuando nació la firma, a fines del siglo XIX?
JMS – Sí, aunque yo no diría tanto como que es un museo…
EC - Lo decía entre comillas, porque es una sorpresa el tipo de máquinas.
JMS - Sí, realmente. Esas máquinas fueron diseñadas por la compañía para fabricar las alpargatas en forma industrial. Si uno pretende cambiar esas máquinas el producto que sale es diferente, hay alpargatas más modernas, que vienen con suelas de goma y con costuras diferentes, pero ya son alpargatas diferentes, no es nuestra tradicional alpargata Rueda. En realidad esas máquinas, con pequeñas variantes, tienen los chasis, el diseño que tenían cuando se fundó la Fábrica Alpargatas.
EC - Algunas de ellas tienen incluso chapas que identifican fechas bien antiguas.
JMS - Sí, sí.
EC - Del año…
JMS - 1890.
EC - O sea que algunas vienen efectivamente de los orígenes de la empresa.
JMS - Sí, así es.
EC - ¿Puede explicarnos el proceso de producción?
JMS - Primero se hace la capellada, la parte de arriba del calzado que es de algodón. Por otro lado se trenza el yute. Nosotros importamos el yute de Oriente, de India, Bangladesh o Pakistán, de donde viene en contenedores; es un hilo de yute, que es una fibra larga, que permite hacer especies de trenzas. Con ese hilo se fabrica la trenza que va a formar la suela de la alpargata en 48 máquinas trenzadoras de alta producción –a pesar de ser viejas–. Luego se arma la alpargata, se le pone la capellada a esa suela previamente formada y se produce una costura con hilo sisal que la deja armada. Es un proceso relativamente sencillo que se hace utilizando esas máquinas de alto rendimiento en el sentido de que son muy robustas, especiales. Para esas máquinas no hay repuestos estándar que se pueda comprar, son todos fabricados por la compañía específicamente para esas máquinas porque no las hay en ningún otro lado, por lo menos que yo conozca.
EC - Salen distintos modelos: algunos que casi no se comercializan aquí y que en cambio han sido más bien clásicos en la República Argentina. Hay un modelo que tiene elástico en el empeine, con un corte triangular.
JMS - Sí; básicamente hay tres modelos estándar: nuestra alpargata tradicional, que tiene la capellada lisa tipo mocasín; y en Argentina están acostumbrados a usar otros dos modelos, uno con un elástico en la parte de adelante y otro cerrado con cordones, más bien como un zapato. Increíblemente, no sé por qué, argentinos y uruguayos tenemos gustos distintos, nosotros estamos acostumbrados a la alpargata nuestra y en Argentina están acostumbrados a los otros dos modelos. Hemos hecho muchos intentos para imponer un modelo u otro en cada uno de los lados, pero son gustos tradicionales que mantenemos así.
EC - ¿Cómo les ha ido con otros intentos, por ejemplo en materia de colores?
JMS - A pesar de que la alpargata tradicional viene en los colores estándar –negro, blanco, azul–, en los últimos años hemos sacado algunas líneas de colores para las temporadas, que han andado muy bien. Son de un menor nivel de venta, pero han andado muy bien y han gustado mucho, sobre todo en colores especiales para mujer, o más llamativos. Se han vendido muy bien en la última temporada.
EC - Pero los uruguayos somos más bien clásicos y nos movemos entre el blanco y el negro…
JMS - Somos más bien clásicos, sí.
EC - ¿Cuántas personas trabajan en la actualidad en la Fábrica Alpargatas en Dolores?
JMS - Alrededor de 80 personas en la fábrica.
EC - No es el máximo que ha tenido el establecimiento.
JMS - No, no. Ahora poder fabricar en el año 2003, un millón 300 mil pares para todo los destinos. En 1993, cuando arrancamos con la producción, se fabricaban cuatro millones de pares.
EC - Así que en 10 años hemos pasado de 4 a 1,3 millones de pares.
JMS - A la tercera parte. Un dato que a veces llama la atención, y no es para menos: la compañía Alpargatas en Argentina, en los años 1940 hacía 40 millones de pares de pares.
EC - Es impresionante: 40 millones de pares al año llegaron a fabricarse en los años 40.
JMS - Sí.
EC - Con destino a toda la región.
JMS - Sí, sí, recordemos que en aquellas épocas el caucho todavía no estaba impuesto, las suelas de goma no estaban impuestas y los calzados que había normalmente eran los de suela común; la alpargata ocupaba un nicho muy importante.
EC - Nichos incluso sorprendentes para muchos que pueden estar hoy introduciéndose en esta historia. ¿Dónde llegaba a utilizarse, por ejemplo, la alpargata? Está el uso común y corriente, el del ciudadano que la emplea para su vida cotidiana; pero la alpargata también está muy asociada a la vida del campo. ¿Qué más?
JMS – Bueno: volviendo a la historia, en El Quijote se nombra muchas veces el uso de alpargatas; también dicen que los ejércitos españoles de Isabel la Católica tenían como calzado de rigor las botas y las alpargatas. También dicen que en la República Española, en la Guerra Civil Española, los soldados usaban alpargatas como calzado. O sea que los usos son muchos. También dicen que acá, cuando la gente empezó a ir a la playa en 1900, 1910, mucha gente usaba alpargatas para ir a la playa, o sea que es un calzado de uso bastante múltiple.
EC - ¿Cuáles son las ventajas de la alpargata? ¿Por qué llegó a tener esos volúmenes de 40 millones de ventas en un año cuando había menos competidores en el rubro calzado, cuando no existía el caucho, cuando no existían lo que acá llamamos championes, etcétera, las zapatillas deportivas? Estaban jugando algunas virtudes de ese calzado. ¿Cómo las resume usted?
JMS - Son virtudes que jugaban en ese momento y que también hoy continúan, que hacen que se siga usando. Por ejemplo, uno se pone un par de alpargatas y se siente como descalzo; yo siempre digo que andar en alpargatas es como andar descalzo pero sin estarlo. Es un calzado muy fresco para el verano, la fibra de yute que forma la suela tiene una particularidad muy especial: mientras una fibra de algodón absorbe un 8 por ciento de humedad y una fibra de poliéster un 2 por ciento, el yute absorbe un 17 por ciento de humedad: absorbe toda la transpiración del pie. Eso hace que en verano usando alpargatas uno nunca sienta el pie traspirado.
La gran absorción del yute también es una desventaja, porque cuando se moja se pone dura; después hay que darle unos cuantos golpes y dejarla al sol para poder volver a usarla.
EC - Esas son las características de esta forma de calzado que ha tenido sus variantes, que ha tenido competencia, no sé si de la propia empresa, pero seguramente de otros que han aparecido en este mismo mercado, en el Río de la Plata.
JMS - Sí, la competencia hoy básicamente pasa por esta misma capellada o esas mismas alpargatas pero con suela de goma. Es un producto más barato porque la goma es más barata que la suela; eso es competencia de alpargata. Durante los últimos 10 años también hemos sufrido mucho la importación de calzados similares, parecidos a la alpargata o con alguna goma, importaciones muy importantes, sobre todo de Oriente, a precios muy bajos, a los cuales nosotros no podíamos llegar. Eso ha competido mucho con la alpargata, además enmarcado en todo un contexto del país, donde en el rubro calzado fundamentalmente la importación fue desmedida –desde mi punto de vista– y ha significado una competencia muy grande para todo tipo de calzados uruguayos, entre ellos la alpargata.
EC - Una competencia que varios fabricantes uruguayos han llegado a calificar de desleal...
JMS - Sí.
EC - ...en la medida en que han estado de por medio precios de dumping, ese tipo de cosas; una polémica que ya hemos tenido en este programa en algún momento. Lo cierto es que por todo este conjunto de factores que usted ha estado mencionando el consumo de las zapatillas, de las alpargatas, ha bajado de aquel pico glorioso de los 40 millones de pares en los años 40, a 1,3 millones en este año 2003. ¿Cómo ve las perspectivas?
JMS - Las perspectivas son difíciles, son difíciles para todas las empresas hoy pero para el rubro nuestro en particular, con toda la competencia que hay. De todos modos hemos tenido una ventaja, hasta antes de la devaluación del año pasado era muy difícil pensar en salir del Uruguay porque los costos no daban y teníamos la competencia de otros países; ahora estamos en mejores condiciones de poder llegar con mejor precio. Después confiamos en las bondades del producto.
Y algo que no había dicho antes: la alpargata es un producto 100 por ciento ecológico, todos sus materiales son biodegradables, no tiene absolutamente nada que no sea natural.
EC - Hoy esa característica tiene un valor propio.
JMS - Hoy en día tiene un valor propio, es un calzado apreciado por eso.
EC - ¿Cuáles podrían ser mercados de exportación para las alpargatas?
JMS - Decíamos hoy que estamos exportando a la región y que estamos haciendo intentos importantes, principalmente en México, en España y en Estados Unidos.
EC - Y en cuanto al mercado regional, ¿qué es lo que esperan del mercado clásico, tradicional?
JMS - Tuvimos un período muy bajo el año pasado, con toda la situación en Argentina y con la devaluación en ese país tuvimos una baja en las ventas, pero este año, aun en este invierno, que no es época de zafra –la zafra empieza en agosto-setiembre y dura hasta febrero–, ya hemos colocado pedidos relativamente importantes que nos hacen ser optimistas en cuanto a que este año sea mucho mejor que el año pasado; no se precisa mucho tampoco. Esperamos poder ir creciendo o al menos manteniendo el nivel de producción tenemos.
***
EC - Hay todo tipo de llamados de oyentes con consultas o comentarios. Por ejemplo alguien quiere saber si van a volver a fabricarse las alpargatas que tenían “un taquito no muy alto”. Yo no las recuerdo; ¿usted sí?
JMS – No: las alpargatas no se han fabricado con taco.
EC - Debe ser una forma de competencia que apareció en algún momento.
JMS - Es probable; nuestra compañía hizo en algún momento –y tenemos las máquinas para hacerlas– alpargatas de ese tipo, más modernas, que se llamaban espadril, que venían con alguna suelita de goma abajo. A esas a veces se les ponía un taquito para hacerlas más confortable, para que quedaran como les gusta a las mujeres, con algún taco en la parte del talón.
EC - Otro oyente pide que vuelvan a hacer alpargatas de color celeste. Pero se hacen, ¿no? Usted nos mostró el otro día un par…
JMS - Sí, este año hubo algunas de color celeste, sí.
EC - Yendo ya a la historia, una oyente de 77 años dice que cuando era niña estaban de moda las alpargatas trenzadas hasta la rodilla.
JMS – Sí. Actualmente no se están haciendo, pero antiguamente hubo modelos a los que se les ponía unas tiras en la parte del talón que se podían atar hasta la rodilla.
EC - Y otra oyente, Inés, dice que si existe el museo de las alpargatas ella tiene, ofrece, una colección completa con los famosos almanaques ilustrados por Molina Campos.
JMS - Ah, ¡qué bien, muchas gracias!
EC - Aquellos almanaques son toda una seña de identidad de la marca Alpargatas.
JMS - ¡Claro que sí! Muchas gracias a la oyente.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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