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LO UTILIZA EL 95% DE LOS HOGARES URUGUAYOS
Gas licuado: indefinición en el mercado doméstico
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Mañana vence la prórroga de la concesión a las dos empresas que envasan y distribuyen el “supergás”, mientras las autoridades definen la ampliación a otros proveedores. Gerente general de Riogas, Carlos Barboni: Están en juego aspectos de seguridad de los consumidores, cuando pueden producirse siniestros que hasta ahora no han ocurrido. Es imprescindible que cada compañía identifique sus envases, pero se maneja una propuesta que diluiría la responsabilidad: sería de todos los envasadores y de ninguno en particular.
EN PERSPECTIVA
Lunes 28.07.03, 08.53.
EMILIANO COTELO:
El mercado uruguayo de combustibles sigue muy agitado y además cargado de incertidumbres. Uno de los tantos ejemplos de esa indefinición se da hoy mismo, 28 de julio, en el caso del gas licuado, que todos conocemos por su nombre comercial de “supergás”. En abril vencieron los contratos de Acodike y Riogas, las empresas que desde hace más de 20 años envasan y distribuyen las garrafas de supergás Ancap.
El Poder Ejecutivo anunció que planea abrir el sector a otros operadores. Y, mientras definía las nuevas reglas del juego, prorrogó los permisos vigentes por tres meses; tres meses que vencen el 29 de julio, es decir mañana. Faltan 24 horas, pero las nuevas reglas siguen sin conocerse.
Mientras se aguarda la palabra del gobierno, vamos a analizar esta situación con una de las empresas concesionarias. El diálogo será con el gerente general de Riogas, Carlos Barboni. ¿De qué manera se maneja hasta hoy el mercado del supergás? Creo que esto es básico para entender todo lo que está en debate por estas horas. El supergás es producido por Ancap.
CARLOS BARBONI:
Efectivamente.
EC - Lo que corre por cuenta de empresas privadas es el envasado y la distribución.
CB - Correcto.
EC - Concretamente, ¿de qué se encargan Riogas y Acodike?
CB - Riogas y Acodike reciben el gas licuado en sus plantas de envasado, ambas construidas en predios que son propiedad de Ancap, mediante inversiones realizadas por las empresas; yo diría que más que las propias inversiones fueron realizados los proyectos. Proyectos que formaron parte de la oferta que hizo llegar cada empresa a la licitación convocada por Ancap en 1977, justamente para la designación de dos envasadores y distribuidores de gas licuado, en predios que ponía a disposición en base a esos proyectos que presentaran las empresas, que también fueron calificados para la licitación y que construyeran con su propio financiamiento.
A partir de los proyectos originales, fueron desarrollando sucesivas ampliaciones, mejoras, adecuaciones. En el caso particular de Riogas, nuestra planta de envasado posee hoy las instalaciones de tecnología más avanzada casi a nivel mundial; a partir de ahí entregamos el producto, ya envasado, al sistema de distribución compuesto por unidades de transporte, centros de almacenamiento del producto envasado y unidades de servicio final a prestar al cliente.
EC - Por otro lado, además de Riogas está Acodike, en competencia en el mismo tipo de producto, que son las garrafas… ¿de qué tamaños?
CB - Actualmente estamos envasando en garrafas de 13 quilos, que son las de mayor penetración en el mercado, en cilindros de 45 quilos y también hacemos entrega a granel en diversas modalidades.
EC - Por otra parte existe la empresa Megal, que se ocupa básicamente de las garrafas de tres quilos, ¿no?
CB - Sí, el sistema de las garrafas de tres quilos mereció un estudio particular con Ancap, fue incluido en las conversaciones del año en que se revisó el contrato y se adecuó a las nuevas situaciones. Lamentablemente, por distintas circunstancias, no se pudo llegar a un acuerdo para su implementación y quedó únicamente la empresa Megal en el envasado y distribución de gas licuado de microgarrafas. Es una situación muy particular, puesto que los contratos originales de las empresas distribuidoras, tanto Riogas como Acodike, preveían una designación exclusiva para ambas del envasado de gas licuado en todas sus formas. Pero la situación hoy es así.
EC - Decíamos que son contratos que tienen más de 20 años.
CB - Efectivamente. En el caso particular de Riogas, el contrato original se puso en vigencia a partir del 26 de julio de 1979, día en que salió la primera garrafa de la empresa al mercado, como consecuencia de la licitación convocada en 1977 y que justamente ganara por el mejor precio ofertado para las condiciones de servicio que requería Ancap y los proyectos para la planta y el sistema de distribución.
EC - ¿Cuál es hoy la situación en el mercado del supergás?
CB – Lamentablemente, como usted explicaba al principio, hay un grado de indefinición importante, que se viene prolongando más allá de lo que todos quisiéramos. Estoy seguro de que la propia Ancap, el Poder Ejecutivo, ni qué hablar los clientes, pero particularmente las empresas distribuidoras, y más particularmente aún Riogas, tuvimos la intención de que esta indefinición que está ocurriendo pudiera evitarse; pero lamentablemente no fue así.
EC - Es un tema que está en debate desde hace un año aproximadamente, ¿no?
CB - Sí. En realidad, en nuestro caso particular diría que más. Los contratos de distribución preveían que un año antes de su finalización pudieran ser denunciados por parte de Ancap; esto fue hecho oportunamente, con el agregado de que se preveía negociar entre las partes con vistas a la definición de un nuevo contrato.
Nosotros, aún antes de ese año, habíamos solicitado a Ancap, incluso formalmente, iniciar esas conversaciones con vistas a que el mercado energético en general –no sólo el de gas licuado– presentaba desafíos de una mayor apertura, con el ingreso de nuevos competidores muy importantes –uno de ellos, ni qué hablar, el gas natural– y las empresas (reitero: particularmente Riogas) teníamos intenciones de realizar planes que implicaban inversiones, nuevos desarrollos, es decir una serie de elementos que requerían previsión con suficiente antelación.
Lamentablemente no pudimos consensuar esas definiciones; no fue atendida la solicitud de Riogas de iniciar conversaciones aún antes de lo que preveía el contrato; durante el año dispuesto por el contrato lamentablemente no se llegó a un resultado. Riogas desde el primer día se sentó a la mesa de conversación con Ancap y no se levantó hasta tanto Ancap dejó de convocarnos (presumimos que porque se entendió que no era posible el acuerdo hasta el momento en que se estuvo conversando).
EC - Cuando usted dice que no era posible el acuerdo, ¿en torno a qué? Porque desde hace tiempo se conoce la intención del Poder Ejecutivo de abrir más este mercado. Inicialmente operó una sola empresa, Acodike; ...
CB - Efectivamente, fue la primera.
EC - ...después, cuando entró Riogas, se produjo una primera ampliación; ahora, aparentemente se daría un paso más. Eso es lo que se ha dejado trascender, incluso oficialmente a través de algunos voceros del gobierno. Entonces las conversaciones a las que usted alude, en las que ha participado Riogas, ¿sobre qué bases eran?
CB - El tema de la apertura para nosotros estuvo desde el primer momento en la agenda. Lo preveíamos, lo asumíamos, entendíamos que era correcto, que el mercado de gas licuado no tenía ninguna razón para mantenerse limitado a sólo dos distribuidores y fuimos absolutamente abiertos a la incorporación de distribuidores al sistema.
Lamentablemente lo que dificultó el avance de las negociaciones fue que Ancap puso sobre la mesa aspectos que realmente no esperábamos, particularmente vinculados al tema del envasado, fundamentalmente a la forma en que el mismo se realizaría, de acuerdo a un modelo muy diferente del que estábamos esperando y trabajando hasta el momento. Nosotros entendíamos que el envasado y la distribución, tal como se operan en el mundo, son situaciones indisolubles, que generan una mayor certeza al cliente final respecto de la empresa que por todo concepto asume las responsabilidades de seguridad, calidad del servicio, condiciones de entrega, etcétera; por lo tanto queríamos seguir manteniendo una planta de envasado bajo nuestro control operativo. No nos oponíamos, ni nos oponemos, a ningún otro tipo de sociedad que eventualmente se pudiera dar: Riogas siempre estuvo dispuesta a integrarse con Ancap y lograr mejores sinergias para el mercado de gas licuado y el mercado energético en general (nos consideramos una empresa que opera en el mercado energético).
Distintas circunstancias han impedido que se pudiera consolidar esas iniciativas, de las cuales hubo varias, no sólo de este directorio sino del anterior, pero siempre por una razón u otra fue imposible su concreción. En nuestro caso particular, estaba la situación de la planta de envasado, más algunos otros elementos que surgieron –reitero–, no del lado de Riogas: no fue un tema económico, que ni siquiera se llegó a discutir pese a que se presentaron criterios de legitimación estudiados técnicamente por consultores especializados. Lamentablemente esas conversaciones fueron interrumpidas por Ancap sin que se llegara a un acuerdo.
EC - ¿Cuándo se interrumpieron esas conversaciones?
CB - Sobre fines del año pasado, en enero prácticamente no tuvimos más contactos efectivos.
EC - Desde enero hasta ahora, de enero a julio, seis meses sin contacto, dice usted.
CB - Efectivamente.
***
EC - Según veía ayer en el diario El País, el Poder Ejecutivo se dispone a prorrogar por 30 días más la autorización a Acodike y Riogas para envasar y distribuir supergás, a la espera de una resolución que tiene que tomar Ancap sobre el destino de sus plantas. El ministro de Industria, Energía y Minería, Pedro Bordaberry, dijo que la autorización transitoria expirará en 30 días y se supone que ínterin debe producirse esta resolución de Ancap. Aquí es donde se confunden las cosas, porque se supone que es el Poder Ejecutivo el que fija la nueva política en esta materia.
CB - Efectivamente, hay una situación vinculada por un lado al uso de las instalaciones de planta y por otro se ha agregado la modificación del marco regulatorio, que en este momento está a estudio por parte de la Ursea.
EC - ¿Cuál es el problema con las plantas de Ancap; qué es lo que en este momento demora el nuevo marco?
CB - Como decía, las plantas de envasado están construidas en predios que son propiedad de Ancap, sobre las bases establecidas por el propio contrato, firmado originalmente en 1977 y renovado en 1992.
EC - Pero las inversiones…
CB - Las inversiones fueron realizadas por las empresas a partir de proyectos presentados por ellas, o incluso modificaciones, ampliaciones, en el caso de Riogas también presentadas por iniciativa nuestra, y aprobadas por Ancap. Esas inversiones son amortizadas por Ancap en determinados plazos que forman parte de las definiciones del contrato. Consecuentemente las plantas son de Ancap, puesto que están hechas en predios que le pertenecen, y Ancap amortiza las inversiones realizadas por los distribuidores.
Obviamente, nosotros nos sentimos en alguna medida muy vinculados a estas plantas, puesto que nacieron de nuestro proyecto original, que mereció la calificación adecuada que nos permitió ganar la licitación –además del mejor precio– y posteriormente a partir de iniciativas propias de salir a recorrer el mundo, ver cuál es la tecnología de última generación conveniente para Uruguay, sus adaptaciones, la forma de ir incorporándolas, cómo financiarlas, todo eso posteriormente se fue presentando a Ancap y una vez que la empresa lo aprobaba Riogas pasaba a ejecutarlo.
EC - Pero en realidad se trata de plantas de Ancap…
CB - Sin duda.
EC - …que se hicieron mediante inversiones de las empresas concesionarias, pero que pertenecen a Ancap.
CB - Sin duda.
EC - ¿Qué es lo que Ancap tiene que resolver sobre esas plantas ahora? ¿Cuál es el punto que está demorando la negociación?
CB - Tiene que resolver su destino. Obviamente, nuestra expectativa era continuar utilizando esas plantas en el marco de un nuevo relacionamiento con Ancap, como se venía conversando desde hacía ya muchos años, incluso bajo la premisa de que había alta aceptación, yo diría que no sólo de Ancap –lo cual nos fue manifestado varias veces, incluso por el propio Directorio–, sino también del mercado, de los clientes, que es lo más importante, que no tenía ninguna diferencia en cuanto al nivel de calidad y de efectividad de nuestro servicio. De ahí que suponíamos que seguiríamos operando en similares condiciones. Descontábamos la apertura, sin ninguna duda, casi diría que la queríamos, pero sobre la cuestión de la planta…
EC - ¿Pero cómo iba a ocurrir la apertura? ¿Con qué plantas de envasado funcionarían las empresas nuevas que se sumaran a Acodike y Riogas?
CB - Seguramente sobre nuevas plantas de envasado. Si eventualmente se tenía que volver a licitar las actuales construidas no veíamos dificultad en participar de esa licitación, cosa que recientemente fue adelantada por el ministro, en el entendido de que esta apertura debe conllevar la posibilidad de que ingresen nuevas empresas y de que éstas eventualmente quieran tener acceso a las plantas de Ancap; en este caso, al haber más de un posible interesado, se recurre al mecanismo de la licitación, en el cual ya adelantamos que estamos dispuestos a participar.
Esperábamos que también se tuviera en cuenta los méritos ya realizados a través de los distintos tiempos en los que hemos utilizado esta planta, que hemos construido, y además, en alguna medida, en caso de no poder acceder a la readjudicación a futuro, poder disponer del tiempo necesario para reconvertir nuestra empresa en una nueva planta de envasado.
EC - ¿Qué es lo que Ancap debe contestar en ese punto en estas horas?
CB - Eso ya escapa a nuestra órbita. Hay necesidades de coordinación entre lo que ya adelantó el Ministerio de Industria y Energía, en la persona del ministro, y lo que puede estar siendo ajustado directamente con Ancap, que es el titular de las plantas. Nosotros estamos a la espera de que se implemente el mecanismo de licitación, preparándonos para participar, puesto que ya hemos visto que la posibilidad de acuerdo directo con Ancap, que ambos preveíamos, no fue posible.
Uno de los elementos que resta resolver y respecto a los cuales hay una incertidumbre importante es de qué instalaciones de envasado vamos a disponer: si vamos a seguir en las mismas que hemos construido, a través de este nuevo mecanismo de licitación, que esperaríamos ganar o, en caso contrario –nunca podemos descartar que venga alguien del exterior con alguna idea muy especial y alguna oferta que esté más allá de nuestra previsión del tema–, construir una nueva planta de envasado.
Reitero: para nosotros, y no sólo para nosotros, para la Asociación Mundial de Gas Licuado, para la Asociación Latinoamericana de Gas Licuado, es clave para beneficio del cliente mantener la unicidad, la indivisibilidad de las operaciones de envasado y distribución.
EC - O sea que ustedes entienden que es vital que la empresa que se haga cargo de la distribución también se haga responsable del envasado.
CB - Sin duda; no sólo nosotros lo entendemos así: esto está documentado en recomendaciones específicamente realizadas por las asociaciones que a nivel mundial y regional nuclean a las empresas más importantes del mundo, que comercializan más del 95 por ciento del gas licuado a nivel mundial.
EC - De lo que usted cuenta se deduce que Ancap ha llegado a manejar la posibilidad de que las dos tareas queden separadas, de que una cosa sea el envasado y otra la distribución.
CB - Sí; y diría que no sólo Ancap: fue una de las situaciones manejadas. Hoy estamos además con una propuesta de cambio del marco regulatorio por parte de la Ursea, que en algunos aspectos también considera esa posibilidad y obviamente que también en ese frente están nuestras objeciones. Reitero: no en base a una posición definida por Riogas, sino que en este caso somos representantes de lo que la industria del gas licuado a nivel mundial recomienda en base a los resultados obtenidos bajo unos y otros modelos.
EC - Usted ha mencionado a otro actor relevante en estas discusiones, en este mercado: la Ursea, la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua, un organismo que hasta hace un tiempo no existía. Tenemos por un lado a Ancap, por otro al Poder Ejecutivo y aparte a la Ursea. ¿Qué papel está jugando la Ursea: cuál es concretamente esa disposición que usted mencionaba recién, que preocupa a las empresas?
CB - La Ursea está jugando el papel que se preveía como unidad reguladora de los servicios de energía, en este caso, proponiendo –en esta instancia es a nivel de propuesta– un nuevo marco regulatorio para la actividad. Los objetivos anunciados y de alguna manera explicitados básicamente apuntan a la apertura de la actividad a nuevos oferentes; nosotros decimos nuevos oferentes calificados, esto está recogido por la propia propuesta.
En esos términos siempre la previmos, fue anunciada y compartida, no sólo por Riogas sino por las empresas distribuidoras de gas licuado: la apertura de este sistema a todos aquellos oferentes que acreditaran experiencia y solvencia en un tema tan delicado en los aspectos de seguridad, garantías y responsabilidades que se asumen frente al cliente. No se pueden cometer errores en el tema del gas licuado, como en cualquier otro energético que pueda producir daños a propiedades, vidas, etcétera.
En el marco de la propuesta de la Ursea han surgido coincidencias y discrepancias. Las coincidencias en general tocan varios aspectos que se recogen de la actividad, de cómo se ha realizado en Uruguay y cómo se realiza en el mundo. Hay coincidencia por parte de la Ursea –esto ha sido reconocido públicamente– en cuanto a las bondades que el sistema de gas licuado en Uruguay hoy ha incorporado, hay un altísimo nivel de satisfacción de los clientes, hay una penetración en el mercado residencial particularmente muy alta, más del 95 por ciento de los hogares uruguayos utiliza gas licuado, básicamente para cocinar o calefaccionar…
EC - No tenía ese dato: 95 por ciento de los hogares…
CB - Aproximadamente, entre el 90 y el 95 por ciento de los hogares uruguayos utiliza supergás, por ejemplo para cocinar; ya es un porcentaje menor el que se utiliza para calefaccionar, pero aun así es el energético usado para calefacción de mayor penetración, incluso superando a la energía eléctrica, que era el que anteriormente tenía mayor penetración.
EC - Usted estaba hablando de la nueva regulación.
CB - Efectivamente; decía esto en la medida en que la nueva regulación aparece para introducir algunos cambios en un sistema que está teniendo un amplio reconocimiento por parte del cliente y algo que no es un reconocimiento sino un dato estadístico: un bajísimo índice de siniestralidad, a nivel de la garrafa de 13 quilos prácticamente no existen accidentes en todo el sistema de gas licuado que maneja directamente Riogas. Es una situación en la cual insistimos mucho, en asegurar su mantenimiento futuro.
EC - Allí usted pone el acento en una de las disposiciones de la nueva reglamentación.
CB - Efectivamente, a partir de ahí el deber que le queda a la industria del gas licuado y que de alguna manera la Ursea está recogiendo en la apertura del sistema, es decir mantener los logros alcanzados actualmente en seguridad, en calidad de servicio e incluso podemos verlo en temas de eficiencia, porque el margen que cobran las empresas de gas licuado por el envasado y la distribución es el menor de América Latina en este momento. O sea que un sistema que tiene alta eficacia para el cliente y alta eficiencia comparada debe pasar por una adaptación para permitir el ingreso de nuevos oferentes calificados.
Entendemos cuál es la razón que motiva el criterio que se recoge, pero no lo compartimos. No lo compartimos no sólo desde un punto de vista individual de Riogas, sino que tampoco es compartido por la industria de gas licuado en el mundo; incluso en países donde se ha aplicado en estos momentos se está estudiando la forma de pasar a otro sistema, al sistema que actualmente tenemos en nuestro país.
EC - Usted se refiere a la cuestión de la identificación de las garrafas.
CB - Efectivamente; es el elemento de mayor destaque que tiene el cambio propuesto con vistas –según se declara en el documento propuesto por la Ursea– a facilitar la competencia. Nosotros decimos que hay formas de facilitar la competencia (reitero: no lo decimos solamente nosotros) que no requieren producir una modificación que cuestione la seguridad.
EC – Hoy, las garrafas tienen marca.
CB - Efectivamente, los envases tienen marca, las garrafas tienen marca.
EC - Garrafas de Riogas, garrafas de Acodike, etcétera. ¿Esas marcas desaparecerían en el esquema que la Ursea está proponiendo?, ¿no habría garrafas Acodike, garrafas Riogas?
CB - Se propone incluso tapar las marcas que ya tienen los envases mediante procedimientos también cuestionables.
EC - ¿Cómo se identificarían las garrafas; qué tipo de datos tendrían?
CB - Se propone una identificación provisoria para que el envasador que llena su garrafa identifique provisoriamente, mediante una etiqueta, quién envasó y en qué fecha. La gran diferencia es que el manejo y el cuidado de esa garrafa –y con el cuidado va la responsabilidad– en vez de quedar centrados en una única empresa claramente identificable, que además estampa su marca en forma indeleble en el envase, tal como se hace hoy día, pasan a ser parte de lo que se llama un parque universal. Esto quiere decir que las garrafas que están en ese parque son responsabilidad de todos los envasadores y de ninguno en particular.
EC - Lo que se busca es facilitar la competencia. Si entiendo bien, que si yo tengo en la cocina de mi casa una garrafa de Acodike pero quiero llamar a Riogas, pueda hacerlo.
CB - Efectivamente.
EC - Eso se facilitaría en la medida en que las garrafas no tendrían marca, ésa es la filosofía.
CB - No se facilita en mayor medida de lo que puede darse hoy en día.
EC – Usted dice que no hay un cambio significativo.
CB - Sí, y le explico por qué.
EC - A los efectos de la competencia no implica un cambio significativo; ¿por qué?
CB - Porque usted puede tener una garrafa de Riogas en su casa y pretender utilizar un servicio de Acodike, o viceversa; cualquier camión de Riogas o de Acodike está obligado a tomar la garrafa, eso se regula.
¿Qué hace el distribuidor que toma una garrafa que no es de su marca? Simplemente no puede envasarla, solamente estaría autorizado a envasar garrafas de su marca porque sólo de las garrafas de su marca se hace responsable; entonces la lleva a un depósito –esos depósitos se llaman centros de canje–, la entrega y de allí toma las garrafas de su propia marca que la competencia hubiera entregado por la misma razón. Se hace el intercambio de envases vacíos a nivel de los centros de canje, de manera que cada envasador llene sólo garrafas de su propia marca.
EC - ¿Hoy está ocurriendo así?
CB – No: hoy no está ocurriendo exactamente así porque a partir de los contratos firmados con Ancap se previó, ya en el primero, cuando empezamos nuestras actividades, en el contrato firmado en 1977, la situación provisoria donde se pudiera viabilizar la intercambiabilidad de envases con marca, en la medida en que son sólo dos empresas que operan bajo una relación contractual con Ancap, en aras de facilitar el ingreso al sistema se permitía.
Sobre base de un acuerdo que existe, originalmente avalado y propugnado en 1977 y 1979, cuando se puso en marcha, ambas empresas asumimos la responsabilidad –más allá de que la garrafa sea llenada por la otra–; esa situación se ha mantenido hasta el día de hoy.
Pero si el sistema se va a abrir a tres, cuatro, cinco, seis competidores, en una situación que ya no depende de una empresa abastecedora que a su vez tiene un contrato de distribución, sino de una unidad de marco regulatorio, nosotros entendemos que lo correcto es que se aplique el sistema marcario integralmente, que Riogas envase sólo los envases de Riogas, Acodike sólo los de Acodike y los envasadores y distribuidores que entren traigan sus propias marcas.
EC - No los convence ese sistema de etiquetas que propone la Ursea.
CB - No nos convence porque el tema fundamental es que cada envase deja de tener un único responsable. Los envases son recipientes a presión; muy seguros: reitero que la siniestralidad del gas licuado es bajísima, pero bajísima en Uruguay, donde tenemos un sistema que ha sido preconcebido por Ancap y después implementado y mejorado por las empresas, en el que la seguridad siempre se ha priorizado y es una de las causas de la penetración y la aceptación que ha tenido el supergás en los clientes.
No queremos salir de ese criterio, entendemos que cada envase debe tener un único responsable y no una responsabilidad genéricamente distribuida en un parque de envases universal que hace que no se sepa exactamente quién es el responsable del estado de cada envase en cada momento. Podrá identificarse al responsable que lo envasó determinado día, pero no al responsable por el estado de ese recipiente en cuanto a cuándo se lo debe reparar y cuándo se lo debe reprobar. Eso queda sujeto solamente al control estricto que debe realizar el regulador; en todos los países donde ese sistema se ha aplicado se vio que el nivel de control debería ser tan alto que se hace imposible llevarlo a la práctica.
EC - Es interesante el argumento: el control de calidad de una garrafa no puede limitarse, dicen ustedes, a la última carga; cada garrafa tiene una historia y alguien tiene que hacerse responsable de la misma.
CB - Efectivamente. Cuando yo voy a gastar en un cambio de aro, en una modificación de la válvula de un envase, estoy gastando en mi envase y no voy a escatimar gastos; de la mima manera que cada uno cuando hace un gasto en un vehículo, un auto o cualquier bien que tiene, si ese vehículo le pertenece no está mirando si lo posterga más de lo necesario o lo hace ahora, le interesa tenerlo siempre en el mejor estado porque está invirtiendo en algo que más allá de la titularidad está bajo su responsabilidad exclusiva.
En el caso del parque universal cada envase es responsabilidad de todos los envasadores. Tengo aquí los estudios que se están haciendo actualmente en Colombia –los únicos dos países que actualmente están aplicando este sistema son Bolivia y Colombia, que hemos conseguido a través de Internet–, donde están analizando en profundidad todos los elementos que se están manejando para salir del sistema en base a que el estado del parque de envases tiene un alto nivel de fallas de mantenimiento, de presentación y en definitiva de seguridad.
EC - De todos modos, esa nueva disposición del marco regulatorio del mercado de supergás –el etiquetado de las garrafas y no ya garrafas con marca– no es algo definitivo todavía.
CB – No. Es una propuesta de la Ursea. Nosotros, como otras muchas empresas, como particulares y asociaciones de consumidores, como toda la actividad nacional de alguna manera vinculada al energético, hicimos llegar observaciones, propuestas de modificaciones a esta propuesta original de la Ursea, que ha recibido 57 aportes en ese sentido, que está estudiando.
A través del sitio web de la Comisión de Energía del Senado hemos tomado conocimiento de la convocatoria a la Ursea, donde se ha manifestado que se está analizando –es algo auspicioso– la posibilidad de implementar sistemas basados en centros de canje como los que le mencionaba, donde se mantendría el criterio marcario. Entendemos que sería lo adecuado para facilitar la competencia sin introducir riesgos en el tema seguridad; la competencia tiene otros canales que no comprometen la seguridad.
EC - A lo largo de esta charla ha quedado claro que hay demasiadas variables todavía por resolver. Para empezar, los propios contratos de Acodike y Riogas, que se están prorrogando provisoriamente, que aparentemente serían prorrogados nuevamente por 30 días, mientras se define el nuevo marco. ¿Cómo se maneja, desde las empresas, este marco de incertidumbre?
CB - Aquí se impone algo que también fue mencionado por la propia Ursea en la comparecencia que mencionaba recién, que es abrir un período de transición. No se puede pasar de una situación como la que estaba funcionando, con un alto nivel de satisfacción y seguridad, a otra donde se van a introducir cambios arriesgando los niveles ya alcanzados. Las empresas, que entendemos que hemos cumplido con nuestra misión en la primera etapa, y a su vez el regulador y todos los demás involucrados, vamos a necesitar un período, que no debe ser muy largo, de adaptación a la nueva situación.
EC - ¿De cuánto?
CB - Estimamos que una vez tomadas las primeras definiciones, básicamente las que tienen que ver con la planta, una vez procesada y definida la licitación, en 10 meses, si no ganamos, podemos estar en la calle con nuestros propios productos y con la misma calidad, desde nuestra propia planta, manteniendo los niveles que se resuelvan a partir del marco regulatorio que se defina. No veo que ese período de transición pueda demorar más de un año, por decir una cifra más o menos razonable. Prácticamente estoy contando ese año desde este momento, incluyendo la definición del marco regulatorio, la licitación de las plantas de la cual habló el ministro y en caso necesario la necesidad de construir una nueva planta por parte de aquellos que no puedan acceder a las plantas licitadas. Entendemos que por haber desarrollado el mercado tenemos el derecho a seguir manteniendo –y nuestros clientes a seguir recibiendo– la misma propuesta comercial en similares condiciones, para lo cual es necesario tener una planta propia.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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