30.07.2003












Fin de la concesión a Uragua (3)

Ministro de Economía, Alejandro Atchugarry: Tiene valor que el concesionario haya comunicado por escrito que no puede cumplir el contrato, sin buscar un litigio. Lo lamentamos, pero ahora el servicio vuelve a OSE y se verá cómo encarar la inversión en saneamiento. La concesión sigue siendo un buen mecanismo: lo aplica Uruguay desde hace 150 años, pero también hay que cuidarlo: la empresa debe cumplir lo pactado.



EN PERSPECTIVA
Miércoles 30.07.03, 08.15.

EMILIANO COTELO:
Estamos ahora en comunicación con el ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, para tener la respuesta del Poder Ejecutivo sobre cómo se piensa manejar la rescisión del contrato con Uragua.

Usted escuchó las entrevistas con el director blanco de OSE Alberto Casas y con el intendente de Maldonado, Enrique Antía. Había una cantidad de preguntas que se dirigían al Poder Ejecutivo a propósito del desenlace de la concesión con Uragua por el saneamiento del agua potable en Maldonado. Tenemos poco tiempo, de modo que ¿cuál es, en síntesis, su respuesta?

ALEJANDRO ATCHUGARRY:
Puedo decirle lo que conozco. A partir de junio del año pasado, por los efectos de la devaluación y caída de la demanda, el concesionario comienza una expresión de preocupación que canaliza el ministro Cat en su momento, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), OSE, etcétera; en ese momento yo no estaba en el Ministerio de Economía (MEF). Eso culmina, después de una larga negociación, en el mes de diciembre, cuando se hace un acuerdo por el cual el concesionario establece que por dos años va a pagar el canon con bonos del tesoro a seis meses, lo cual para el Estado no significaba un costo y como el mercado en aquel momento tenía una desconfianza sobre el Estado uruguayo, esos bonos se compraban a menos valor; insisto: era algo que al Estado uruguayo no le costaba y era una manera de paliar los efectos del cambio de condiciones, junto con el uso de los bonos para hacer el depósito en garantía, etcétera.

La expectativa, naturalmente, era que la concesión siguiera, porque las concesiones son una manera de canalizar la inversión, de adelantar las inversiones, es un buen instrumento; la propia OSE fue en su momento una concesión inglesa, como el ferrocarril. Está en la Constitución de la República, es un buen instrumento, pero como en todo contrato, de lo que sea –de abastecimiento, de construcción–, a veces la empresa se complica.

EC – Pero por lo visto aquella flexibilización del mes de diciembre no fue suficiente.

AA - Se firmó como suficiente. Para nuestra sorpresa, OSE informa al Poder Ejecutivo que ha recibido una nota del concesionario, además viene una persona importante del concesionario que habla con OSE y con OPP –nosotros no hemos hablado con esa persona–, con una nota que dice: renegociación integral del contrato o rescindimos.

EC - No están en condiciones de hacer las inversiones previstas.

AA – Y la renegociación, seis meses después, supone una baja sustantiva de las inversiones, del canon, etcétera. Frente a eso OSE dice que no está en condiciones de renegociar, y el Poder Ejecutivo les dice “Mire: yo hice lo posible en diciembre”, que lo ideal sería que la empresa cumpliera e hiciera el plan de inversiones, que es lo que todos esperábamos. Frente a esta postura, realmente no tenemos margen para otra cosa, sino estar a lo resuelto por OSE. Fue eso.

EC - O sea que usted dice que quien rescindió fue OSE.

AA - Esto puede terminar con un pleito o, como indica el mismo contrato, a través de una rescisión acordada, pero es una rescisión porque el concesionario dice que no está en condiciones de cumplir el contrato. La negociación la hará OSE; nuestra participación es muy clara, muy concreta, lamentándolo, además: ojalá hubiera habido una reconsideración del concesionario y ojalá hubiera estado dispuesto a cumplir con el plan de inversiones acordado, que fue la expectativa que todos teníamos. Ese es el punto donde estamos hoy: no ha aparecido ninguna solución alternativa, así que seguramente OSE hará la negociación correspondiente. Entendemos que va a empezar en estos días para buscar una salida ordenada, que siempre es mejor que una salida con pleito y litigio judicial.

EC - El intendente de Maldonado está muy preocupado porque están en juego inversiones fundamentales para ese departamento en materia turística.

AA - Estamos todos muy preocupados. El problema es que el concesionario viene y dice que no está en condiciones de cumplir ni con el volumen ni con el cronograma de esas obras.

EC - ¿Quién va a hacer las obras entonces?

AA - A partir de ahí aparece la necesidad, primero, de atenerse al contrato. El Estado no está en condiciones, ni siquiera legales, de hacer una modificación sustancial del contrato. Desde el punto de vista del futuro, seguramente todos nos vamos a remangar al día siguiente de que se concrete oficialmente esta postura por parte del concesionario, para lo cual OSE lo ha citado. No puedo descartar que el concesionario venga y diga “Me arrepiento, voy a cumplir absolutamente con todo”; sería el mejor de los mundos, pero no parece posible porque además estas empresas han tenido problemas en la región, en Argentina, en Brasil... Tengo la impresión de que es un problema bastante más amplio, pero tampoco estoy en condiciones de avanzar más en eso.

EC - Están en juego inversiones por 140 millones de dólares…

AA - Exactamente.

EC - El Estado no parece tener dinero para concretarlas, Maldonado las necesita vitalmente… ¿De dónde vendrá ese dinero: habrá una nueva concesión? ¿Qué es lo que está pensado en principio?

AA - En esto tenemos muy pocos días. En principio el Estado quiere defender el instrumento de la concesión, es una manera de buscar inversiones en muchas áreas que el país ha usado durante 150 años; pero también supone que cuando hay un contrato el concesionario cumpla las condiciones, porque si no… Es malo criticar el instrumento –hay quienes lo hacen, cuando es un instrumento que se usa en todo el mundo–, pero para defenderlo hay que hacerlo cumplir razonablemente. ¿vio? Estamos de acuerdo en que las condiciones cambian, como han cambiado en Uruguay y en la región; para eso se hizo el acuerdo de diciembre.

EC - O sea que ya hubo una flexibilización.

AA - A juicio de la administración era lo que se podía avanzar en ese momento.

Segundo, en cuanto al camino para llevar adelante los trabajos y las inversiones, no descarto ninguna herramienta, en lo inmediato –como mandan el contrato y la ley–, si se llega a un entendimiento para una rescisión ordenada del contrato, que es lo que ha planteado el propio concesionario en caso de que no se lo reviera integralmente, el propio intendente de Maldonado, OSE, el Ministerio de Vivienda, la OPP y de última, no somos competentes directos, pero como todo termina, mi querido Cotelo…

EC - ...todo termina en Colonia y Paraguay.

AA - …todo termina acá, para bien y para mal, sobre todo cuando viene mal termina acá, nos remangaremos todos y buscaremos la mejor solución posible. Hoy no estoy en condiciones de decirle que descarto alguna solución, hay muchas formas diferentes de encarar la cosa. Está claro que este concesionario, lamentablemente, porque además lo ha planteado rectamente, sin vueltas, con lealtad (mire que los concesionarios también pueden adoptar actitudes de pleito), no está en condiciones. No es el villano de la película; es una decepción, sí, pero no es el villano de la película en el sentido de que lo ha planteado con franqueza y eso tiene algún valor. Lo lamentable es que no haya conseguido financiamiento para hacer el plan de inversiones que todos esperábamos. Es un hecho al que no se le puede dar más vueltas, ojalá apareciera un milagro y el concesionario dijera “Resolví el problema y voy a hacer el plan de inversiones”, pero tenemos una carta presentada que dice lo contrario.

¿Cómo hacemos de aquí en más? Hay muchas fórmulas; lo inmediato será que OSE, como indica el contrato, asuma el funcionamiento (no hay otra forma, cuando cae la concesión vuelve al concedente, que en este caso es OSE). A partir de ese instante veremos: hay dos, tres, cuatro mecanismos posibles para tratar de hacer rápidamente un plan de inversiones, que Maldonado precisa, que el país precisa. El país precisa inversiones, precisa no sólo la mejora del saneamiento en sí mismo sino también el trabajo que eso da. Nos sentaremos incluso con la participación del señor intendente de Maldonado, con quien tenemos la mejor relación, para buscar soluciones comunes.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón



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