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La evolución económica supera las previsiones del gobierno
Economista Isaac Alfie (jefe de asesores del MEF): Tanto las importaciones como las exportaciones aumentaron a nivel sostenido en los últimos tres meses. Eso es claramente un indicador de aumento de la actividad, confirmado por el aumento de la recaudación del IVA y la caída del índice de desempleo (no sólo en el agro, sino también en la industria). Los índices superan los supuestos diseñados al desatarse la crisis, y eso asegura cumplir las obligaciones.
EN PERSPECTIVA
Viernes 08.08.03, 07.36.
EMILIANO COTELO:
¿Estamos saliendo de la recesión, hay razones para ser optimistas? ¿Cuánto podemos crecer este año? Son preguntas fundamentales que nos persiguen estos últimos meses, y que alientan la expectativa con cada indicador que se divulga.
Hoy, por ejemplo, hay algunos números bien estimulantes: las exportaciones crecieron muy fuertemente en julio, 58%, en comparación con el mismo mes del año pasado. También crecieron las importaciones 18% en julio, en comparación con un año atrás.
Paralelamente, el Fondo Monetario Internacional considera que la vulnerabilidad de la deuda uruguaya persiste aún después del canje: si la economía crece poco o si no se consigue un alto superávit primario en los próximos años, el nivel de endeudamiento sobre Producto no conseguirá descender de forma significativa, según la evaluación incluida en la tercera revisión del programa de Uruguay con el organismo. En línea con la preocupación que plantearon varios analistas en las últimas semanas, el resumen se conoció el lunes pasado, y es reseñado hoy por el diario El Observador.
Para avanzar en este cóctel de cifras y análisis, estamos ahora en comunicación con el jefe de asesores del Ministerio de Economía, economista Isaac Alfie. Empecemos por estos números conocidos a última hora de ayer, un crecimiento enorme de las exportaciones en julio.
ISAAC ALFIE:
Efectivamente. Pero es importante que el de julio del año pasado había sido un valor bastante bajo.
EC – Estamos hablando de 58% de suba julio contra julio, pero la base era muy mala.
IA – Sí: julio fue el primer mes fuerte de la crisis generalizada del año pasado, por el lado del sector externo. Básicamente hay tres cosas importantes. La primera, es que es el tercer mes consecutivo con exportaciones por encima de los U$S 200 millones (U$S 215: es el número preliminar que publica la Dirección Nacional de Aduanas) y no recuerdo exactamente, pero creo que desde 1998 no se daban tres meses seguidos de más de U$S 200 millones.
Segundo dato, el crecimiento ya no en julio sino en el acumulado anual es generalizado en todos los sectores excepto dos: automotores y tabaco. Automotores tiene un intercambio compensado básicamente con Argentina (no es un comercio muy genuino que digamos) y de tabaco hay exportaciones a Paraguay. Todos los demás sectores crecen, algunos a tasas más significativas que otros, pero que en promedio dan un 12% de aumento en los últimos siete meses. Los números de exportaciones desde agosto del año pasado son bastante bajos (salvo agosto, que fue un número más razonable), no muy diferentes a julio, en algunos casos muy parecidos. En otros casos un poco mayores pero no gran cosa, lo que estaría indicando que la suba de exportaciones del año va a ser bastante más que este 12% que tenemos hoy.
EC - ¿Qué pasa con los destinos de esas exportaciones?
IA – El Mercosur está cayendo muy levemente, 1%. La caída de Brasil fue más fuerte a comienzos de año, ahora se está recuperando y da una variación de casi cero. Con Argentina hubo una pequeña suba, que en porcentaje puede ser mucho pero en números absolutos es muy pequeña, porque el año pasado no existió ese mercado.
Hay subas generalizadas con Europa (más de 9%) y con el Nafta (46 o 47%, no recuerdo exactamente), donde tenemos básicamente el fenómeno de la carne a Canadá pero aún sacando a este país tenemos a Estados Unidos con una suba de 12% y México con el 14%. También están creciendo Israel y todos los vecinos.
EC - ¿Cómo queda el Mercosur en comparación con la Unión Europea?
IA – Están parecidos, y el resto de las Américas son cuatro quintos del Mercosur. Hay que recordar que hace cinco años el Mercosur era el 55% de todas nuestras exportaciones, y hoy son el 28%.
EC – Eso habla de una diversificación de los mercados. Pero ¿es un fenómeno consistente, de largo plazo, o es coyuntural por lo que ha pasado en la región últimamente?
IA – Uno esperaría que los exportadores hayan aprendido la lección y que sea consistente en el largo plazo. Eso no depende de un gobierno ni de los técnicos, sino de los operadores privados, en este caso de los exportadores.
EC – Porque en general hay una enorme esperanza en que el Mercosur demande nuestros productos de manera intensa.
IA – Bueno: está bien; no digo que no. Pero en todo caso que sea incremental y no sustitutivo.
EC – Pasemos ahora a los números de importaciones, que crecieron 18% en comparación con julio del año pasado. Pero si se considera los primeros siete meses de 2003, comparados con igual período de 2002, hay una baja de 17%. ¿Cómo se lee?
IA – Una aclaración previa: esas son importaciones no petroleras (es mejor sacar el tema del petróleo).
Es el segundo mes consecutivo en que crecen las importaciones (junio y julio), y también es un indicador de crecimiento de la economía: es en general mayor demanda interna. La tasa acumulada venía registrando claramente una caída del treinta y pico por ciento a principios de año, y ahora va disminuyendo esa tasa de decrecimiento.
EC – De más de 30% comparando principios de 2003 con principios de 2002, al comparar los primeros siete meses de cada año ahora arroja una caída de 17%.
IA – Lo que hay que leer es en el mismo sentido de las exportaciones: que hay un aumento claro de la actividad interna; las exportaciones son un reflejo del aumento de la actividad interna.
También en este caso los aumentos de julio fueron generalizados en todos los sectores. En el año, ya es más caramelos surtidos: hay sectores que suben y otros que aún están cayendo.
EC – Los indicadores de esta semana también incluyeron desempleo. Allí tuvimos una caída en comparación con el trimestre móvil anterior, y ahora estamos en 17,5%.
IA – Exacto.
EC – Pero ¿qué pasa con el empleo, exactamente?
IA – Cuando uno analiza los datos, está dando un tercer mes consecutivo de crecimiento del empleo. Ya es algo un poco más sostenido: no es un mes, en que una encuesta puede tener errores. Además, el crecimiento del empleo es básicamente industrial: básicamente está todo concentrado en la industria. Esto nos está diciendo que, además del agro (que por todos los indicadores parecería ser el sector que está creciendo fuerte), la industria también empezó a crecer. Tenemos otros indicadores que van en ese sentido: es un dato importante la recaudación de la DGI, en especial la del IVA, cuya recaudación creció en mayo 8% sobre mayo del año pasado (eso está publicado ya), en junio un dato preliminar que nos manda la DGI está en el entorno del 12%, y el de julio es 19%.
EC – Estamos hablando de subas en términos reales.
IA – Reales, sí. Quiere decir que el crecimiento del IVA sobrepasa los dos dígitos en un trimestre seguido. Está muy claro que hay una actividad bastante más fuerte que el año pasado, y le diría que también más fuerte que la esperada.
EC – A eso iba: estos datos que han estado saliendo y que entusiasman al gobierno de manera particular, suenan bien al oyente, aunque puede pensar “Hemos pasado por tantos sacudones, estamos pasando por un momento tan duro, que uno no se anima a sacar conclusiones rápidas”. ¿Cómo terminan de interpretarlos ustedes: qué ocurre en contraste con lo que el propio equipo económico tenía previsto para esta altura del año?
IA – Hay que ver los números que salen del Banco Central, pero por la recaudación creo que en el nivel de actividad estamos por encima de lo que esperábamos. No me animo a decir el número exacto, porque es una estimación y después puede ser interpretado como una previsión, pero estamos arriba de lo previsto; no preveíamos que en el segundo trimestre del año estuviéramos tan cerca del segundo trimestre del año pasado, y creo que estamos bastante cerca en valores.
EC – Eso para ese indicador en particular, pero ¿en el conjunto de la economía?
IA – En el conjunto le diría que, en el nivel de empleo, estamos más o menos ahí, un poco mejor que lo estimado. En el nivel de precios claramente estamos por debajo...
EC – Sí: la inflación va muy recortada.
IA – Sí; creo que es una buena cosa al final.
EC – Tiene la complicación que tanto se ha discutido en el sentido de que es una mala noticia porque una inflación alta podría ayudar a bajar el déficit fiscal; es un mecanismo un poco perverso, pero...
IA – Es correcto: en el corto plazo puede ayudar a bajar el déficit fiscal. Pero también hay un efecto que se compensa, y es que tenemos un tipo de cambio también menor al estimado, y las tasas de interés que tomamos cuando hicimos la programación eran sustancialmente más altas que las que tenemos hoy. Tanto en el endeudamiento de corto plazo en dólares como en pesos.
Hay un ahorro claro en el servicio de intereses que estimamos. Le diría que los tres meses que llevamos de la última revisión del programa, es un ahorro es de 0,2% del PBI: si teníamos estimado intereses de algo así como 6,4% del PBI, hoy estaríamos ya en 6,02, y seguramente esto se siga manteniendo para los próximos meses. Quiere decir que si un resultado de superávit primario de 3,2% era consistente con 6,4% de total de carga de intereses (o sea con un déficit general de 3,2%), si hay menos intereses un resultado primario un poco inferior también es consistente. No son números que estén horadados en piedra, todos son relativos. O sea que al final para la población, para todos nosotros, es mucho mejor que haya menos inflación; no sólo por el fenómeno de corto plazo sino también por uno de largo plazo. Por algo todo el mundo quiere estabilidad de precios.
EC – Es claro, pero la pregunta era en qué medida los cálculos y las estimaciones del gobierno para los compromisos asumidos con el FMI dependían o no de una inflación más alta.
IA – Dependen en algo; dependen en algo, pero vamos a ser claros: hasta ahora la DGI viene recaudando por encima del programa; tres meses parejito. Por lo menos, eso está compensando la menor inflación; más que compensarla. Por lo tanto, hasta el momento se ha cumplido el programa. Con los números preliminares de junio estamos convencidos de que el programa está cumplido.
EC – En cuanto a la evolución de la economía, por decir algo la evolución del Producto, ¿estamos también en línea o puede darse hasta un resultado mejor en función de estos indicadores que usted venía comentando?
IA – Se estaría dando un resultado mejor. Vamos a esperar los números definitivos. Por recaudación estaríamos mejor. Sé que algunos analistas privados ya están previendo no una caída sino crecimiento cero o aún crecimiento positivo. Ojalá se dé; realmente, ojalá se dé. Claramente estamos mejor: nos estamos recuperando a un ritmo más rápido... Como suele ocurrir después de las caídas, normalmente es más rápido: el tema después es mantenerse y seguir hacia delante.
EC – Respecto a estas advertencias del FMI en este documento divulgado ayer, según el cual “si la economía crece poco o si no se consigue un alto superávit primario en los próximos años, el nivel de endeudamiento sobre Producto no conseguirá descender de forma significativa, y se convertiría realmente en un problema”?
IA – Efectivamente es así. Hay que crecer hay que tener una ortodoxia fiscal importante. Mucho más, sin inflación: porque en general Uruguay tuvo en otros períodos cierta heterodoxia fiscal contando lo que se recaudaba por inflación. Ahora, sin inflación, hay que lograr los mismos resultados que se lograba antes vía impuesto inflacionario.
Es absolutamente cierto, pero también vamos a relativizar ligeramente esas afirmaciones en este sentido: las previsiones que se hicieron fueron extremadamente conservadoras. Para que tenga sólo una idea, del nivel de PBI per cápita en dólares del año 2002, si es proyectado en términos reales, es 40% más bajo que el que teníamos en 1998. Esto quiere decir que para hacer esa simulación, para estar seguros de que teníamos un problema de liquidez y no de solvencia, se proyectó sobre una base muy pesimista. Piense que el PBI per capita en dólares de Uruguay hoy es aproximadamente 60% de lo normal. Eso en una proyección con una moneda muy débil; para mantener el mismo nivel de solvencia, con una moneda más fuerte usted necesita menos superávit primario, claramente, porque paga menos intereses.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón
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