12.08.2003












Huelga en Salud Pública (2)

Ministro Conrado Bonilla: No sé si no hay motivos políticos para el conflicto. La responsabilidad por la salud de la población es indelegable, y voy a asumir y reclamar las responsabilidades. Las remuneraciones son muy magras, aunque muchos funcionarios médicos y no médicos cobran un incentivo que se suma al sueldo. Los números no dan para lo que piden.



EN PERSPECTIVA
Martes 12.08.03.

EMLIANO COTELO:
El conflicto en Salud Pública se agrava y las partes están lejos de lograr un acuerdo. Los trabajadores reclaman un aumento salarial de $2.000 y las autoridades ofrecieron 700.

ALFREDO DANTE:
Ayer hubo un primer acercamiento para manejar números pero no hubo acuerdo. Los funcionarios ocuparon ayer el Hospital Vilardebó, y anunciaron que tomarán el Pereira Rossell el próximo lunes y que extenderán la medida a otros centros de la capital y del interior del país.

El ministro Conrado Bonilla calificó la medida como "irresponsable" y advirtió que no permitirá que se practique "terrorismo asistencial" con los pacientes.

EC – Estamos en comunicación con el doctor Bonilla. ¿Qué quiso decir con eso de “terrorismo asistencial”?

CONRADO BONILLA:
Es una expresión que creo que explica muy claramente lo que parece que está ocurriendo, lamentablemente. Ayer, como ustedes lo anunciaban, fue ocupado el Vilardebó, un hospital muy especial, porque ahí hay pacientes psiquiátricos que no pueden valerse por sí mismos intelectualmente. Y además la amenaza de que se extiende a otros hospitales.

El problema es que es una ocupación con sustitución de las autoridades naturales del hospital, y eso cambia la situación: cuando cualquier médico, cualquier jefe de servicio, solicita determinados insumos médicos, determinados exámenes que deben ser autorizados desde la dirección o desde las jefaturas correspondientes, alguien debe autorizar el gasto, alguien debe hacerse responsable; y si hay sustitución de autoridades, y la dirección del hospital queda en el mando gremial, es una cosa muy grave. Entonces, cada uno deberá responsabilizarse de lo que hace.

EC – En cuanto a la asistencia en sí, ¿cuáles son sus temores?

CB – Tengo temor porque, simultáneamente con esto, el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) hace un paro por cuatro días. Así que estamos con un hospital ocupado por los funcionarios, pero además con médicos en paro. Es una situación muy grave, muy grave.

La diferencia que hay, y lo bueno... (“bueno” entre comillas) en el planteo del SMU es que sólo reivindica el salario de los médicos (que es verdad, hay algunos que están muy sumergidos), y se diferencia este planteo muy claro de los funcionarios que están ocupando el Vilardebó.

EC – Ya venimos con los motivos de esta huelga, pero en cuanto a esto que veníamos desarrollando –qué implica la ocupación— usted destacaba...

CB – Es una ocupación con sustitución de autoridades.

EC – Y al mismo tiempo con los médicos en paro. ¿Quiere decir que los médicos no están atendiendo?

CB – No: los médicos atienden la urgencia, la emergencia, pero eso no es lo único que ocurre en un hospital; hay que atender a los enfermos 24 horas, y hay que ser responsables de la medicación que se les da, de los exámenes que se les indica y de la conducción de la enfermedad de ese paciente.

EC – A partir de una situación que tiene esas características, ¿qué se dispone a hacer el MSP?

CB – Aah: exigir las responsabilidades correspondientes, y ejercer las nuestras.

EC - ¿O sea?

CB – O sea, ejercerlas. La ley es muy clara en esto y permite llegar hasta a declararlo servicio esencial. Por ahora aquí seguimos negociando; eso sí, hay cosas que no son negociables, como nuestra función que es dar seguridad asistencial a la gente. Y esa responsabilidad no se delega: la impone la ley. Yo creo en la libertad sindical, creo que los funcionarios tienen todo el derecho de hacer una huelga, de reivindicar su salario... todo eso bien, pero hay un bien mayor que es la vida de la gente. Y justo el Vilardebó, además, cuando el cien por ciento de sus funcionarios están incentivados, reciben un surplús encima de su sueldo, cosa que no ocurre en otros hospitales. Justo allí, donde hay enfermos indefensos intelectualmente.

EC - ¿Cómo hace el MSP para garantizar la asistencia en esta situación?

CB – La estamos vigilando permanentemente con nuestros inspectores de salud pública. Ojalá no exista una omisión...

EC – Pero ¿habrá una declaración de servicio esencial?

CB – No. Estoy negociando. Pero no voy a esperar indefinidamente. Esto no puede esperar indefinidamente. Y lo que usted me preguntaba acerca de “terrorismo asistencial” es así. Resulta que se le acercan a los pacientes y le dicen “¿Sabe una cosa, señor? Mañana le vamos a dar el alta porque el hospital está ocupado y no la vamos a operar”, y le dicen lo mismo a los familiares. “Al tratamiento suyo no lo vamos a seguir, porque lo suyo puede esperar. Así que lo vamos a mandar para su casa, porque el hospital está ocupado”... y empieza el terrorismo asistencial. Es muy fácil hacer terrorismo con el indefenso. Así que quiero decir a los internados y a sus familias que por favor se impongan, que no se dejen hacer ese terrorismo.

EC – Pero supongamos que se plantea una de esas hipótesis que mencionaba...

CB – Tendrán que responder por semejante atropello.

EC – Pero, quiero decir: ese paciente o su familia ¿ante quién pueden recurrir?

CB – En el MSP mismo, en sus teléfonos. Nosotros, ahora, la dirección, tuvo que retirarse.

EC – Pero usted decía “Mientras tanto seguimos negociando”. ¿Siguen negociando con la Federación de Funcionarios en particular?

CB – Sí, sí.

EC – Ayer se reunió con el SMU.

CB – Sí, señor. Y hay reuniones permanentes, y llamados telefónicos permanentes entre los directivos de la Federación de Funcionarios y la gente que negocia en el MSP.

EC – Porque este conflicto se desencadena porque la Rendición de Cuentas es la última oportunidad que tienen los médicos y los funcionarios para consagrar mejoras en sus retribuciones...

CB – Yo espero que sea eso; no sé si no es más...

EC - ¿Qué otra cosa puede ser?

CB – No sé si no es más y no hay otros fines.

EC - ¿Cuáles?

CB – ¿Por qué se quiere enfrentar y generalizar un conflicto con estas condiciones cerriles, que perjudican a la población entera? Aquí no hay otro perjudicado, no me perjudican a mí personalmente: es a la población entera. Yo no sé si no hay otros fines; espero que no los haya. Pero ¿por qué se quiere enfrentar de esta manera y generalizar el conflicto, y “Se lo extendemos a la Ciudad de la Costa” y “Se lo extendemos a Maldonado y al resto del país, y le vamos a ocupar todos los hospitales...”. ¿Creen que esto es qué: un carnaval?

EC – Pero ¿cuáles serían esos “otros fines”?

CB – Políticos, por ejemplo. ¿Por qué no?

EC – De por medio hay un panorama de retribuciones en el MSP que es realmente malo, ¿verdad?

CB – Un grupo de funcionarios, que no son pocos: que son 6.000 u 8.000 personas, realmente ganan poco; muy poco.

EC – El total de funcionarios médicos y no médicos del MSP es de 17.000.

CB – 17.000, 17.500.

EC – De ellos, aproximadamente la mitad se encontraría en esa categoría que usted manejaba, de retribuciones realmente sumergidas.

CB – Sí. Cuando hablo de retribuciones sumergidas, hablo de salario básico, por el que reciben menos de $3.500.

EC – Es una cifra realmente muy magra.

CB – Muy magra; muy magra, y soy el primero en reconocerlo, y tienen todo el derecho en hacer una reivindicación salarial. Claro que no son $3.5000: agregue el servicio integral de salud, que incluye medicina, oftalmología, óptica, dentista gratis, para los padres, los hijos... toda la familia. Es decir que hay otros beneficios.

EC – De acuerdo; pero igual, ¿no?

CB – Igual, igual.

EC – Si se toma los sueldos básicos y se compara con otros organismos del Estado (el diario El Observador publica hoy un recuadro), el contraste es enorme.

CB – Enorme.

EC – En el Banco República, por ejemplo, un portero limpiador gana $18.800, ...

CB – Soy el primero en reconocer que esas son cosas terriblemente irritantes.

EC - ... en la Junta Departamental de Montevideo, un mozo gana $19.000, ...

CB – Claro.

EC – ...y estamos hablando de que en el MSP incluso un médico gana $3.000.

CB – En realidad no en el Vilardebó, donde ganan en promedio $10.000, porque en el Vilardebó está todo el mundo incentivado.

EC – Pero el sindicato reclama un aumento generalizado de $2.000...

CB – ...generalizados. Son $2.000 y uno dice “Es poco, no es nada”, pero son 17.000 funcionarios, y el Ministerio de Economía realmente me transmite que para ellos es imposible dar ese aumento en este momento.

EC – Que 17.000 funcionarios por $2.000, es imposible.

CB – Que por ahora ellos no pueden.

EC - ¿Qué propuesta hace el MSP, entonces?

CB – El MSP está viendo de qué manera reorganiza sus cuentas... Pero hay que sacarle plata a otro lado: si yo saco del presupuesto de mantenimiento de los hospitales, si saco de debajo de la tierra por una cosita y por otra, ver cuánto puedo juntar para repartirlo entre los funcionarios. Pero no me dan las cifras; no me dan. Igual lo estamos estudiando.

EC - ¿Y la posibilidad de que exista un refuerzo de partidas proveniente de Rentas Generales...?

CB – Estoy seguro de que si el Ministerio de Economía puede hacerlo, me va a ayudar. Y estoy seguro de que si no puede, Atchugarry me lo dice. No es un problema de voluntades sino de que el país cambió, que desgraciadamente estamos sin plata.

EC – Pero al mismo tiempo, en el sistema público de asistencia se atiende hoy la mitad de la población...

CB – Más de la mitad.

EC – ...entre otras cosas porque el país cambió, porque la gente debió borrarse de la mutualistas...

CB – Exacto. Este es un tema difícil.

EC – Estamos en un brete realmente complejo.

CB – Estamos en un brete.

EC – No es razonable que para esa exigencia fuerte que tiene hoy el sistema público, para el papel importante que juegan los funcionarios y los médicos que se desempeñan en Asse (Administración de los Seguros de Salud del Estado), las retribuciones sean estas.

CB – Sí. Es distinta la situación de los médicos, que en general pueden tener otro trabajo, otro lugar donde revolverse: la mayoría trabajan en varios lados... Lo que pasa es que las mutualistas también andan mal, y muchas de ellas tienen atrasos muy serios en sus pagos. El MSP paga poco pero paga todos los meses; es seguro, es la pequeña diferencia.

EC – Hasta ahora, con los ahorros que usted ha logrado ordenar...

CB – No me da ni cerca de esos números.

EC – ... ¿cuánto puede ofrecer?

CB – No, no. No puedo decirle números. Estamos viendo, pero no puedo salir a ofrecer $300, $500, cuando se está pidiendo $2.000, y entiendo...

EC – Según trascendidos de prensa, los números le dan para ofrecer $400 pero sólo a los funcionarios y médicos de salarios más bajos, a esos 8.000 que mencionaba recién.

CB – Es impensable que pueda darles a los que ya están incentivados, que ganan más de $10.000, $12.000, $15.000... Los médicos están incentivados en los CTI, en las emergencias, en los servicios especiales, en las ambulancias especiales... Todos esos médicos y funcionarios están incentivados. Yo tengo que dirigir el esfuerzo a los otros, a los que están sumergidos, y eso es lo que estamos tratando de negociar, y tratando de ver cómo, sacando algo de bajo la tierra... porque entendemos que es justo. Lo que no es justo es tomar medidas de este tipo, que ponen en riesgo la vida de la gente, y eso es lo terrible. No puedo permitir que esto se me prolongue.

EC – Pese a la discrepancia frontal que plantea con el método de reivindicación elegido por los sindicatos, el diálogo ¿sigue abierto?

CB – Enteramente abierto.

EC - ¿Qué cabe esperar en las próximas horas?

CB – Seguir negociando, y que la gente se dé cuenta de que realmente yo no puedo; no soy yo el que aumenta el salario a la gente: es el país entero, es la tesorería del país. Además, hay otros funcionarios también sumergidos, que también reivindican y tienen su razón. Hay que comprender cómo es la situación. Y que eso se utilice justo con los más desvalidos... La población entera sabe muy bien a quién perjudican estas medidas tomadas así.

EC – Claro, pero los sindicatos responden con un argumento casi espejo del suyo: es terrible que la atención en salud para los sectores más desvalidos de la población enfrente los problemas que enfrenta.

CB – Entonces aumentamos los problemas. No puedo entender eso. No puedo entender eso. Entiendo el negociar, estamos hablando entre personas serias y hay cosas que hay que responder que son negociables, pero no es negociable sustituir a las autoridades de un hospital, lo que pone en riesgo la vida de la gente. A eso no lo vamos a permitir así porque sí. Sería una lástima que hubiera que tomar las medidas extremas; no quiero tomarlas, quiero seguir negociando durante todo el día de hoy, pero estoy dispuesto a hacerlo si hay que hacerlo.

***

EC – La situación genera inquietud y preocupación. Por ejemplo, recibimos ayer de tarde el llamado de un oyente diciendo que un amigo suyo tenía programada desde hace varios días una operación de próstata en el hospital Maciel. En lugar de intervenirlo, le dieron de alta. Los médicos dijeron en principio que no conseguían anestesista, y una vez que lo consiguieron se reunieron y, por decisión dividida entre ellos, resolvieron no operarlo aduciendo el paro que se encontraba ya en curso. El oyente pregunta qué va a pasar con este paciente que no pudo ser operado, y dice que las intervenciones programadas con anterioridad deberían levarse a cabo, pese al paro.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón



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