20.08.2003












Alfie reemplaza a Atchugarry

El ministro saliente dijo que al asumir había puesto un límite a su gestión, y que, superado lo más grave de la crisis, este era el momento adecuado para su alejamiento. A ello se sumaba el agotamiento físico y anímico, en la seguridad de no poder contemplar los reclamos de los sectores más postergados. Crónica de En Perspectiva.



EN PERSPECTIVA
Miércoles 20.08.03, 07.38

EMILIANO COTELO:
Todos los diarios dedican hoy sus primeras planas a la renuncia del ministro de Economía, Alejandro Atchugarry.

ALFREDO DANTE:
Dice El País: “Alfie, un técnico, por Atchugarry, un político”. Ultimas Noticias: “Aseguran continuidad de todo lo actuado tanto Alfie como Atchugarry”. El Observador: “Alfie promete disciplina fiscal y diálogo político”.

EC - La República elige especular a propósito de por qué renunció el ministro: “Atchugarry no quiso el ajuste del FMI y se fue”.

AD – La Juventud: “Batlle entregó el MEF al FMI”.

EC – Lo que sería la noticia del día comenzó a construirse cuando los medios de comunicación recibimos la convocatoria a una conferencia de prensa en el Edificio Libertad, que llegó al Servicio Informativo de El Espectador ¿a qué hora?

AD – Entre las nueve y las nueve y media de la mañana. Todos pensábamos que habría novedades respecto a la huelga en Salud Pública. Se había decretado la esencialidad de los servicios, había reuniones en ese momento, estaba convocada una asamblea del Sindicato Médico... Pero la información venía por este otro lado.

EC – La conferencia de prensa estuvo a cargo del propio presidente de la República, Jorge Batlle...

AD – Fue en el séptimo piso, además, un lugar inhabitual porque normalmente tienen lugar en el salón especialmente acondicionado en el primer piso.

EC – Eran poco antes de las 11 de la mañana cuando el mandatario hizo estas consideraciones:

(Grabación)

"Se abre otro tiempo en el Uruguay. Desde el Ministerio de Economía se abre otro tiempo. Es un tiempo de consolidar las soluciones encaminadas, es un tiempo de cumplir con las obligaciones fiscales, es un tiempo de reconocer que todavía quedan cosas a nivel legislativo que hay que llevar adelante. No es más un tiempo político. Es un tiempo estrictamente técnico. Y en esa circunstancia le hemos devuelto su libertad a Alejandro, que en esa condición aceptó aquel día, impulsado por todos nosotros, el cargo del cual hoy se aleja, para que vuelva al Parlamento de la República a continuar haciendo la gran labor que siempre ha hecho allí.

Y le hemos pedido al economista Alfie, un hombre joven, un hombre que ha participado siempre de todas las cosas de la economía nacional, conjuntamente con Ariel [Davrieux, director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto] que se haga cargo de esta labor que, como digo, es estrictamente técnica. A partir del día de hoy el ministro de Economía de la nación es el economista Isaac Alfie”.

(Fin de la grabación)


Habló el presidente y también el ministro saliente. Ninguno de los dos convenció, sobre todo, en relación a por qué ahora el cambio. Todos los periodistas y creo que buena parte de la población sospecharon que había algo más; no se entendía por qué se producía la renovación tan abruptamente en ese cargo clave en estos momentos.

Esas explicaciones que de alguna manera daba el presidente, apuntando a lo personal, al “cumplimiento de un ciclo”... no le entraban a la gente.

AD – El comentario generalizado era “¿Justo ahora que estamos saliendo, un cambio en Economía?”.

EC – Más allá de las declaraciones públicas, nos dispusimos a hacer nuestras propias averiguaciones. Pero no logramos avanzar mucho más allá... Quiero decir que, aparentemente, no ocurrió nada especial el lunes, al regreso del presidente de Asunción del Paraguay, nada que precipitara esta cambio, como algún desencuentro particular, concreto y puntual entre el ministro y el presidente. Parece que todo estaba ya más o menos encaminado en esta dirección,

Conversé un largo rato ayer con el propio Alejandro Atchugarry. Le insistí en la pregunta de por qué ahora, y Atchugarry (quien prefirió no conceder entrevistas) me decía que “en realidad la pregunta debería ser otra: ¿por qué recién me voy ahora?”.

Enfatizó que su alejamiento fue planteado con claridad al presidente Batlle a fines de julio.

AD – Fuentes cercanas al presidente de la República nos han confirmado que el doctor Atchugarry le transmitió a fines del mes pasado que se iba a alejar del cargo.

EC – Así también nos lo dijeron otros integrantes del gabinete, con buena relación con Atchugarry: que habían recibido ese adelanto, quizás incluso a modo de consulta: “¿Qué te parece...?”. Alguno de ellos le respondió “Me parece que no; deberías esperar más...” Pero el tema volvió a conversarse y, de alguna manera, había quienes estaban preparados para que el cambio se produjese más o menos en estas fechas.

¿Por qué Atchugarry dijo a fines de julio “Ya está, me voy”? Él insiste: “Yo había dejado claro, al aceptar el cargo, que mi permanencia sería transitoria". Y ¿por qué sería transitoria? Entre otras cosas, por razones familiares. Recordemos que Atchugarry enviudó en el año 2001, poco antes de que le propusieran el Ministerio de Economía y Finanzas. Quedó solo a cargo de una familia, con tres hijos jóvenes (creo que tienen 22, 18 y 16 años) que le reclamaban que no asumiera un compromiso tan exigente como ese ministerio en medio del incendio más grande de los últimos 20 años.

AD – Se nos dijo que los propios hijos le reclamaban ahora que cumpliera el compromiso que asumió al aceptar el ministerio, que sería sólo por un tiempo.

EC – A fines de julio llevaba un año en el cargo, aquel incendio estaba controlado, los temas más difíciles habían sido encauzados, la deuda pública se había reprogramado, se había firmado un nuevo acuerdo con el FMI, indicadores económicos mostraban una tendencia a la estabilización (mejora en las exportaciones, en la recaudación, un mínimo tono mejor en el índice de desempleo)...

AD - ...la solución para los bancos...

EC - ...en fin: el paquete de lo central estaba encarrilado. Y, dijo Atchugarry, ese era el momento.

“Me quedé algunas semanas más para cerrar dos o tres temas importantes”, agregó. Por ejemplo, la negociación por la ley de Rendición de Cuentas. “No quise irme sin que ese trámite se completara”. Un trámite que se completó mal, recordemos: no salió porque el Partido Nacional resolvió no votar el proyecto; algo que no tiene casi precedentes en los últimos años y que podía ser mal visto como posibilidades de gobernabilidad para el resto de esta Administración, lo que para cualquier gobierno era una frustración. Pero, aclara Atchugarry, tampoco que los blancos no votaran la Rendición fue el desencadenante: “Simplemente fue el hecho de que se completó el trámite de la negociación con lo que se pudo obtener” en esas negociaciones que él quiso encabezar.

En cuanto a otros factores que estuvieran incidiendo en su decisión de considerar cumplido el ciclo y concretar su alejamiento, distintas fuentes hablan de un desgaste en su relación con el presidente Batlle. La relación nunca fue sencilla: el doctor Batlle tiene su carácter, todos quienes han trabajado con él saben que como líder político es muy particular; y además tuvo siempre una fuerte inclinación por los temas económicos, así que era evidente y esperable su tendencia a incidir en el rumbo de una cartera como la de Atchugarry, por lo que los cortocircuitos y las discusiones fuertes abundaron en este año de gestión. En esta materia no había pasado nada en especial en estas semanas, pero era un factor que jugaba.

Jugaba también el clima electoral que se ha ido instalando en el país. Ese clima tenía distintas manifestaciones: por un lado la tendencia a reclamar más de lo razonable desde la oposición, incluyendo ahora al Partido Nacional. Es una cara de la moneda: cómo podía influir lo electoral en quienes tenían que negociar con Atchugarry; y la otra cara que el ministro haya sido lanzado como precandidato presidencial por la Lista 15. Todos en el entorno del ex ministro coinciden en que no le ayudó nada porque, desde ese entonces, desde la vereda de enfrente (Partido Nacional, Encuentro Progresista, Partido Independiente) pasaba a sospecharse de cada uno de los pasos del ministro: “¿Por qué propone esto; por qué rechaza aquello; por qué toma tal o cual iniciativa o diálogo...? Se está fabricando la plataforma, se está posicionando como candidato”. Eso enrarecía la gestión en una cartera clave como la suya.

Otro factor que incidiera, según este relevamiento: el agotamiento. Agotamiento físico, porque no hay que ser adivino para saberlo, todos sabemos la cantidad de horas diarias que dedicaba al ministerio, sumadas a su propensión al cigarrillo y algunos problemas de salud que había tenido. Y también, dice Atchugarry, agotamiento anímico. Un momento del país tan, pero tan crudo como este, “donde está claro que no puede haber solución para las situaciones más delicadas de la gente más comprometida, no es algo que yo pueda tolerar como mi tarea de todos los días”. “No sólo el cuerpo”, insiste Atchugarry: “el alma venía bastante castigada también”.

Batlle estaba avisado de que los tiempos eran estos, las conversaciones habían tenido lugar desde fines de julio, y en estas semanas de agosto el mandatario venía estudiando las alternativas de relevo. “No pasó nada esta semana que precipitara la decisión”, decía Atchugarry en esta charla telefónica de ayer.

De todos modos, si no pasó nada, ¿por qué le ofrecieron el ministerio a Alfie el lunes de tarde, a último momento? Es una de las preguntas más difíciles de contestar. La conclusión a la que yo llego (al menos por ahora, a partir de las distintas averiguaciones) es que Batlle, en el tiempo que le había dado Atchugarry para concretar su alejamiento, hizo sus consultas en busca de un relevo y, aparentemente, habló con más de un candidato. Algunas de esas posibilidades no prosperaron, y debió resolver –con el agua al cuello, con el plazo viniéndosele encima— optando por el economista Isaac Alfie.

Esto es de lo que me falta terminar de cerrar, creo que es lo que todos se preguntan: ¿por qué todo se precipita así, de esta manera tan abrupta? ¿Por qué ese llamado a conferencia de prensa a media mañana para un par de horas más adelante? Da la impresión de que, si efectivamente todo estaba encaminado, hubo desde el punto de vista de la comunicación algo de falta de tacto.

AD – Algunas fuentes dijeron que se procuró evitar que, si trascendía el nombre de Alfie como nuevo ministro, pudiera verse afectada su imagen desde antes de asumir.

EC – Sea como sea, el camino elegido para la comunicación generó incertidumbre, desconcierto, algo de nerviosismo, y alimentó un baile de especulaciones. Buena parte de ellas no pueden ser confirmadas. Yo he escuchado tantas como muchos de nuestros oyentes. Lo más o menos sólido es esto que hemos tratado de resumir.


ALFIE, OTRO PERFIL

EC - Atchugarry deja el Ministerio de Economía y Finanzas, pero no las tareas de gobierno. Pasa al Senado de la República, vuelve a ocupar su banca; eso sí, por unos días se toma licencia, se supone que retomará las tareas del Parlamento la semana próxima o eventualmente la otra, como máximo.

Queda en su lugar un técnico. El propio Atchugarry decía, en esta conversación fuera de micrófonos ayer, que a él le parecía bien que para esta etapa que viene el responsable de esa cartera fuese un técnico dedicado a preservar los logros que hasta ahora se han marcado.

El economista Isaac Alfie es un viejo hombre del MEF, donde ha estado desempeñándose desde el año 1991, donde su última responsabilidad fue la de jefe de asesores. Ayer hizo sus primeras declaraciones, cuando tomó posesión del cargo sobre las seis de la tarde. Todo fue muy rápido: el anuncio temprano en el Edificio Libertad, y ya la renovación de las autoridades en la sede de la cartera.

AD - La sala estaba llena. Entre otros estaban la esposa y los dos hijos de Alfie. Allí, el nuevo ministro anunció las que serán sus prioridades en la gestión: cuidar las cuentas públicas, cumplir estrictamente con el programa económico y no tomar ninguna medida que implique aumentar el gasto. Dijo: “No habrá carnaval electoral”.

Paralelamente, descartó enfáticamente un ajuste fiscal o grandes cambios si las cosas van bien. También habló sobre política: dijo entre otras cosas que los acuerdos que adoptó Atchugarry van a ser respetados: “son acuerdos de gobierno”.

EC - Eso dijo al asumir, en una alocución que –él mismo remarcó– había escrito previamente porque “no soy hombre de discursos, ni cortos ni largos”. Ayer mismo, apenas había trascendido la noticia de que era él quien iba al frente de la cartera de Economía, lo entrevistamos a las 11.30. Lo encontramos saliendo del Edificio Libertad, celular mediante, en medio de los saludos que iba atravesando.

“Mañana o pasado”, decía Alfie ayer a las 11.30 respecto a su asunción. Las cosas terminaron ocurriendo bastante más aceleradamente.

***

EC - Me llamó la atención un comentario del doctor Luis Alberto Lacalle ayer, a propósito del nombramiento de Isaac Alfie como nuevo ministro de Economía.

AD - Le dejó caer un consejo, ¿no?

EC - Sí: que recuerde que no es lo mismo ser asesor que ser ministro. Estaba apuntando a que el cargo de ministro tiene necesariamente un componente político y de negociación, vital para el éxito de la gestión. Por más que se quiera preservar las cuentas públicas en el período más crítico de un gobierno, que es el preelectoral, igual hay temas pendientes y se necesita recoger, no sé si consensos, pero por lo menos mayorías.

Efectivamente, hay unos cuantos asuntos todavía en la agenda, este año nada más, sin ir mucho más lejos en estos meses.

El diario El Observador hace hoy un rápido repaso de algunos de esos puntos.

AD - Señala, por ejemplo: “El primer trago amargo que tendrá que pasar el nuevo ministro de Economía, Isaac Alfie, es el ajuste de las tarifas públicas que deberá regir desde el próximo 1º de setiembre, que difícilmente se escapará a tener un componente recaudatorio para poder cerrar el resultado de las cuentas públicas comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un superávit primario de 3,2 por ciento del producto bruto interno”.

EC - Pero no es esa la única tarea que Alfie deberá encarar en el corto plazo, ya que el programa económico pactado con el FMI y algún compromiso asumido por su predecesor le están marcando la agenda.

AD - Es que Atchugarry dejó pendiente el compromiso ante AEBU, por el cual ingresará a los bancos del Estado un empleado despedido de los bancos quebrados, por cada tres funcionarios que se jubilen en las instituciones públicas.

EC - Sobre todo el Banco de Crédito; es la fórmula famosa del “tres por uno”, tres jubilados de los bancos del Estado implica el ingreso de uno del Banco de Crédito.

AD - Otro compromiso con el FMI es la reforma de la banca pública, que incluye la capitalización del Banco de la República y del Banco Hipotecario. Además el 31 de marzo debió haberse emitido un decreto para estimular la competencia en el sector de las telecomunicaciones, y el 31 de julio último debió haber estado aprobada la reforma de la Caja Policial.

También están pendientes la reforma de la Caja Militar y la culminación de la auditoría del Fondo de Estabilidad del Sistema Bancario, que deberán estar prontas al 30 de setiembre; el envío al Parlamento de un proyecto de ley para reformar la Caja Bancaria; la emisión de un decreto que desregule la actividad del sector petrolero; la aprobación de la reforma tributaria a estudio del Poder Legislativo. Todos compromisos que deberán estar cumplidos al 31 de diciembre.

EC - O sea que no hay mucho tiempo por delante.

***

EC - ¿Quién es el economista Isaac Alfie? Lo hemos entrevistado desde su posición de jefe de asesores en el MEF, pero hoy es necesario reseñar al menos algunas de las principales fechas y algunas de las características de su trayectoria y personalidad.

Alfie tiene 41 años, está casado y tiene dos hijos. Es contador y economista egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República.

Ha trabajado como consultor de empresas, principalmente en las áreas financiera, de costos y de proyectos de inversión. Fue además consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial (BM), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se desempeña en el MEF desde el año 1991, cuando fue convocado a trabajar como asesor del ministro, que en ese entonces era el nacionalista Enrique Braga.

De todos modos adquirió mayor protagonismo y su tarea fue más visible desde 1995, como director de la Asesoría de Programación Macroeconómica y Financiera junto al entonces ministro de Economía Luis Mosca; estamos hablando de la segunda administración del doctor Julio María Sanguinetti.

En los últimos meses, ya en el período de gobierno Batlle, primero con Bensión y luego con Atchugarry, su nombre cobró una relevancia mayor a partir de su intervención en las negociaciones que llevó adelante el gobierno ante el FMI en medio de la crisis financiera de mediados del año pasado.

Además es gobernador por nuestro país ante el FMI, el BID y el Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

Paralelamente es profesor de Macroeconomía y Macroeconomía Avanzada en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de la República. Es profesor adjunto grado 3 del Departamento de Economía, Especialización Economía II.

***

EC - Un punto seguramente clave a la hora de definir el perfil del nuevo ministro es cuál es su visión económica y su posicionamiento político partidario.

En materia económica… aquí entra en juego una discusión a propósito de términos, ¿es “neoliberal”, “liberal”? Él se define como “un liberal”, pero seguramente sus detractores le califican como un neoliberal duro, tajante, terminante.

En lo partidario, trabajó muy cerca del economista Luis Mosca, fue hombre de directa confianza. ¿Es entonces un forista? Parece que no.

AD - Parecería que no. El nuevo ministro viene, efectivamente, de una familia muy vinculada al Foro Batllista (FB), pero se podría decir que él está más bien identificado con la Lista 15, aunque no integra los cuadros militantes del sector del presidente. Se podría decir que es un hombre colorado.

EC - Una alta fuente del FB que cita hoy el diario El Observador comentó que Alfie “trabajó mucho con nosotros y tiene una larga relación con nuestros economistas, como Mosca, Davrieux, Carlos Sténeri y Humberto Capote”.

En este cuadro llamó la atención, ayer, el gesto del líder del Foro, Julio María Sanguinetti, quien convocó a una suerte de conferencia de prensa en su residencia para emitir un mensaje –no aceptó preguntas–. Entendió necesario hacer oír su voz en torno a este cambio que ocurría en la cartera de Economía:

(Grabación)

“Creo que el país entero debe agradecerle al ministro Atchugarry el enorme esfuerzo que ha hecho en este momento por el país, en toda esta etapa tan crítica que hemos tenido que atravesar y en la que él jugó un rol decisivo, un rol muy trascendente, un rol muy importante, liderando un equipo económico que logró traspasar ese momento de tanta dificultad, tan dramático del país liderando un equipo que tuvo la fortuna, la suerte, de poder lograr que el país se estabilizara como hoy se ha venido estabilizando y a partir de ahora puede mirar hacia delante.

De modo que todos debemos agradecer a este gran ciudadano al cual hemos visto trabajar horas y horas con gran devoción por el país. Más de una vez le decíamos incluso que controlara un poco su impulso porque lo veíamos esforzándose hasta en lo físico por lograr las mejores soluciones.

En cuanto al nuevo ministro, es alguien que tiene una larga experiencia. Es un técnico de reconocida solvencia. Tiene muchos años dentro del Ministerio de Economía y Finanzas, fue uno de los integrantes del equipo que negoció con el FMI, que negociaron con las entidades acreedoras en el momento de la crisis. De modo que nada de la situación económica le es ajeno.

Naturalmente que no es un hombre político como Atchugarry. A estos efectos no es ventaja ni desventaja. Es alguien que ha estado sí en la política económica, pero detrás del cual no hay ninguna especulación política. Es alguien que dentro de un equipo económico que ha integrado esperemos que logre mantener esta misma línea y que estas primeras lucecitas que el país ha empezado a ver –aumento de las exportaciones, ligero aumento de la recaudación, ligera caída de la desocupación, mejoría de las exportaciones básicas, aumento de los depósitos bancarios– puedan consolidarse a través de una línea de acción solvente.

Es un técnico, repito. Creo que el rol de los políticos, de todos los políticos, en definitiva, del país, es no exigir o reclamar aquello que sabemos que nadie desde el punto de vista técnico y real puede ofrecer; ayudar a quien es un técnico a no crearle un clima de expectativa preelectoral, que a veces aflora en el país. Me parece que el deber de los políticos, de todos los dirigentes políticos es tratar de contribuir a que pueda el país seguir afianzando este clima de estabilidad y así llegar al año que viene con la perspectiva de que el país recomience el camino de su crecimiento.

(Fin de la grabación)


EC – Tienes un par de datos más sobre el economista Alfie.

AD - Es hincha del Club Atlético Peñarol y además jugó al básquetbol en Atenas.

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Transcripción: Jorge García Ramón y María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón


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