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Llega en horas pesquero furtivo
Director nacional de Recursos Acuáticos, CN Yamandú Flangini: El barco está registrado en Uruguay, y por tanto es uruguayo. Un funcionario de la Dirección informará dónde pescó, y por qué se desconectó la radio y la conexión satelital. Este es un país de derecho, y como tal actuará.
EN PERSPECTIVA
Lunes 01.08.03, 08.00.
JOSÉ IRAZÁBAL:
Un barco uruguayo estaría siendo perseguido desde hace más de dos semanas, después de que se le sorprendiera pescando ilegalmente en aguas australianas, según distintas informaciones de prensa de los últimos días. Para corroborar y poner al día la información, estamos en contacto con el director nacional de Recursos Acuáticos, capitán de navío Yamandú Flangini. ¿Qué información tiene sobre el pesquero uruguayo Viarsa?
YAMANDÚ FLANGINI:
Que está navegando hacia Montevideo, a una distancia de unas 1.700 a 1.800 millas.
JI - ¿Qué es lo que ha ocurrido con ese barco?
YF - Los barcos que pescan en alta mar llevan dos elementos que cumplen con el Código de Conducta de Pesca Responsable y la Convención para desanimar la Pesca Ilegal, que son dos documentos que nacen de la comunidad internacional, uno en la FAO y el otro en Naciones Unidas.
Por el primero, el posicionador satelital, que es un equipo que permite conocer la posición del barco, a través del satélite en forma automática y durante las 24 horas. El otro es la presencia de un observador de la dependencia de pesca del Estado de la bandera del buque. Con esos dos elementos se pretende controlar la actividad de los buques para que la pesca se realice de la forma prevista en el permiso escrito con la autorización de pesca que tiene cada uno.
En los primeros días de agosto el barco dejó de emitir la señal que permite posicionarlo a través del satélite, lo impidió o de alguna manera dejó de emitirla.
JI - O sea que no se sabía dónde estaba el barco.
YF - No. Segundo, cortó o se cortaron todas las comunicaciones, por lo tanto no había forma de tomar contacto con el observador de Dinara.
JI - ¿Hay un funcionario de la Dinara en ese barco?
YF - Sí, claro: está allí.
JI - No saben en qué condición está.
YF - Sí, ahora hemos podido tomar contacto con él, pero durante todos estos días, al no haber comunicación con el barco no había comunicación con nadie, ni con el de Dinara, ni con el capitán, ni con nadie: el barco había desaparecido de la radio y del localizador satelital.
JI - En todo este tiempo el barco estaba supuestamente en aguas australianas y pescando ilegalmente.
YF - No; no voy a afirmar eso hasta que no se realice el sumario. El barco está denunciado por parte de Australia de estar pescando en áreas de la Comisión de Recursos Vivos Antárticos, de lo que se llama el Camelar o el Cruma, según se use la sigla en inglés o en español. Ese barco no está autorizado a pescar en esa zona, el permiso dice en forma explícita que tiene autorización para pescar fuera de las aguas jurisdiccionales uruguayas, fuera de la zona común de pesca acordada con la República Argentina y fuera de las áreas del Camelar: tiene que pescar en lo que se llama plena alta mar, pero está denunciado como pescando dentro de Camelar. Además nos llegan fotos y un mail de un barco con todas las señales de identificación tapadas. En la foto no se puede distinguir si están tapadas con un nylon negro o con pintura negra, pero es evidente que están tapadas.
JI - Eso es claramente para no ser identificado.
YF - Evidentemente. Tapar las señales del casco es una actitud tremendamente irregular.
JI – Se ha dicho que ese barco tiene bandera uruguaya pero no es uruguayo…
YF - Si tiene bandera uruguaya es uruguayo. Eso está mal dicho: si tiene bandera uruguaya es uruguayo. La bandera del buque representa la jurisdicción del Estado.
JI - ¿Quiénes son los dueños, los empresarios que están detrás de ese barco?
YF - Yabalmal es una sociedad representada en Uruguay por un directorio, como cualquier sociedad de derecho uruguayo. Si usted me pregunta si los capitales son extranjeros… No sé si son extranjeros; puedo suponer que sí, pero no tengo por qué decirlo desde el momento que esa sociedad está presentada dentro de la legalidad como empresa uruguaya.
JI - Se lo preguntaba porque de acuerdo a la información que pudo obtener En Perspectiva ayer, un informe de Green Peace de febrero de 2001 –más de dos años atrás– sobre barcos piratas y de pesca ilegal colocaba al Viarsa I en una lista de más de 70 barcos que se dedicaban a este tipo de actividades; o sea que no es nuevo.
YF - No, por cierto. También esa lista tiene sus connotaciones. Nosotros vamos a actuar considerando que este barco tiene una denuncia de irregularidades, tendrá que pasar por el justo proceso. Uruguay es un país serio, un país de ley, un país que va a actuar de acuerdo a sus compromisos internacionales; pero no va a salir del justo proceso: aquí no hay linchamientos ni apresuramientos en la toma de decisiones. Va a ir adonde tenga que ir para el análisis de su situación, y si aparece como culpable de las acciones denunciadas se le aplicará la ley con todo su rigor. Pero no podemos hacer presunciones de cosas de las que todavía no tenemos constancia cierta.
Además hay que manejar con cuidado la lista de los Green Peace, porque normalmente viene de gente que incluso puede tener intereses en incluir barcos en esa lista. Hay una cuestión comercial, todos tienen intereses, por lo tanto hay que tomarla con las debidas precauciones para no caer en engaños.
Nadie dice que este barco no haya incurrido en irregularidades; aparentemente incurrió en muchas ilegalidades, una de las cuales es tener las señales de identificación tapadas, como lo reconoció cuando estuvo en contacto con nosotros. Esa es una falta sumamente grave, que como tal va a ser sancionada.
JI - Cuando Green Peace denunció estas irregularidades el barco tenía otra bandera, no la bandera uruguaya.
YF - No, no, usted confunde. Hay un juego de letras: hay un barco que se llama “Arvisa” y otro que se llama “Viarsa”; según los entendidos son siglas de una misma empresa, una sería “Vidal Armador SA”, y la otra, cambiando el orden de las letras, “Armador Vidal SA”. Al Arvisa aquí se le retiró la bandera cuando fue denunciado, aparte de que tuvo que pagar una multa muy fuerte por pesca irregular denunciada. Luego tomó bandera de otro Estado, de Antillas Holandesas según tengo entendido, se llamó Eternal y continuó aparentemente en actividades irregularidades, por lo que fue detenido por la armada francesa y hundido como castigo por su actividad ilícita, según crónicas del extranjero. Pero ya no era uruguayo desde hacía varios meses, había cambiado de bandera.
(N de R: Según el Informe "Pesca Pirata: Saqueando los Oceanos", publicado por Greenpeace en febrero de 2001, es el barco pesquero VIARSA I el que, efectivamente, tenía bandera panameña).
JI - El Viarsa, al que nos estamos refiriendo, ¿siempre tuvo bandera uruguaya?
YF - Sí. Es un barco moderno, del año 1999, que fue inscrito aquí como pesquero de bandera uruguaya. No hay registros de actividad anterior; el Camelar tiene una lista de barcos que tienen actividad ilícita y allí no figura; si el barco tiene antecedentes no se le da la bandera. Si había tenido alguna actividad anterior, cuando vino acá no integraba la lista.
JI - El barco viene rumbo a Montevideo. ¿Está siendo perseguido?
YF - La palabra persecución en el derecho internacional tiene determinados alcances, por lo tanto no la puedo utilizar hasta que no conozca la situación. Está siendo “acompañado” o está navegando en sus proximidades un barco de bandera australiana que no sé qué características de representatividad de Estado tiene.
JI - Usted decía que se analizarán las responsabilidades cuando el barco llegue a puerto, pero para arrancar ha cometido la irregularidad de tapar su nombre. ¿Qué sanción le cabe por esa irregularidad?
YF - Por esa irregularidad se le dio la orden de dirigirse al puerto de Montevideo sometido a las autoridades nacionales; el capitán, la tripulación, el propio barco y la carga están en jurisdicción uruguaya en carácter de detenidos; para que lo entiendan los oyentes, vienen como si estuvieran detenidos. El capitán del barco anunció que acataba las órdenes, que se sentía sometido a esa sanción de arresto y que está llegando a Uruguay para ser sometido al justo proceso.
JI - Usted decía que en el barco viene un funcionario del gobierno uruguayo, de la Dinara…
YF - Exactamente.
JI - ¿Qué explicación les dio…?
YF - No, explicación todavía no hemos tenido.
JI - ¿No han podido hablar detalladamente con él?
YF - No, no hablé, para nada; no voy a hablar con él hasta que no llegue a Montevideo, porque es un funcionario que está solo a bordo del barco, no sé cuál es la situación a bordo. Ha habido maniobras no correctas desde el momento en que están tapadas las señales de identificación en una actitud absolutamente incorrecta –por no decirlo de otra manera— y no sé cuál es la suerte que puede correr nuestro funcionario.
JI - ¿Cada cuántas horas están haciendo seguimiento del barco?
YF - Cada ocho horas, tiene la orden de comunicarse cada ocho horas.
JI - Vienen rumbo a Montevideo, eso está claro.
YF - Sí. Y quiero que quede claro, que nadie dude, de que este barco no viene siendo protegido por la ley uruguaya, como ha dicho alguna prensa. Para nada viene protegido: viene detenido y va a tener que enfrentar el rigor de la ley por hechos que pueden convertirse en figuras penales. Para nada está siendo protegido, que nadie espere que sea protegido, va a ser juzgado con el proceso de un país de derecho. Eso no quiere decir que lo vayan a proteger o que se vaya a decir que no tiene culpabilidad; si la tiene, la va a tener.
JI – Presuntamente el barco viene cargado de una especie protegida que estaría valuada en un millón de dólares. ¿Podría intentar librarse de responsabilidad deshaciéndose de esa carga, llegar sin nada y argumentar que en realidad no estaba pescando ilegalmente?
YF - No, de ninguna manera. Primero que nada, es una especie protegida en el área del Camelar; fuera de esa zona es una especie de alta mar que es patrimonio común de la Humanidad, es libre y puede ser pescada por cualquier país del mundo hasta tanto no exista una convención, que sería muy importante que existiera.
En segundo término, el barco tiene la orden de no modificar, alterar o cambiar la carga que tiene en este momento a bordo, que conoce el observador. Por lo tanto, si llega y es distinta de lo que diga el observador, se va a configurar otra figura por la que va a tener que responder.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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