18.12.2005












GRUPO DE CAIRNS RECHAZÓ BORRADOR PREVIO A LA REUNIÓN

Cumbre de la OMC genera pocas expectativas

La resistencia de Europa y de Estados Unidos a bajar sus aranceles en el sector agrícola es la principal traba que enfrentarán las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se inician hoy en Cancún, México. Para el doctor en Economía Marcel Vaillant la reunión sería exisitosa si lograra continuar con este ámbito de negociación multilateral, evitando una escalada de litigios de los países en desarrollo contra los subsidios del mundo industrializado.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 10.09.03, hora 8.14.

EMILIANO COTELO:
Nos instalamos imaginariamente en Cancún, México, donde lo más nuevo es lo que resolvieron los 17 países exportadores agrícolas que integran el Grupo de Cairns. Ayer rechazaron los borradores sobre agricultura que deben servir de base a las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la cumbre que arranca en esta jornada.

“El grupo de Cairns no sacrificará el ambicioso mandato acordado en la cumbre anterior de Doha a cambio de un acuerdo rápido que no tenga en cuenta nuestras ambiciones”, indicó Mark Veil, ministro de Comercio australiano, en una conferencia de prensa.

La reunión ministerial de los 146 países que integran la OMC apunta a evaluar los progresos realizados en las metas de liberalización comercial fijados en Doha, Qatar, en noviembre de 2001.

¿Qué se puede esperar de estas deliberaciones?

Vamos a dialogar con Marcel Vaillant, doctor en Economía, director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Vaillant, en principio planteemos algunas preguntas generales; ya tendremos tiempo de ingresar en detalles en estos días, a medida que se vayan conociendo –si es que se logran– los acuerdos.

¿En principio con qué expectativa se arriba a Cancún?

MARCEL VAILLANT:
Yo escuchaba el pronóstico del tiempo y creo que, a pesar de que es en Cancún y en el Caribe, algo parecido va a ocurrir en estos días en México: va a haber mucho frío; en el sentido de que no creo que haya que esperar mucho de esta reunión. Esta es una reunión de medio término en lo que se ha dado en llamar la ronda Doha, a partir del reinicio de las negociaciones tras el fracaso de Seattle en 1999. Como se recordará, en 1994, en Marrakech, se rectificó el acta que de alguna manera termina con la ronda Uruguay del GATT y crea una nueva organización multilateral, que es la OMC. Desde 1994 hasta 1991 no había habido una ronda propiamente de negociación, fracasaron Seattle y Doha, y ésta de setiembre es una reunión de medio término en el proceso de la ronda Doha.

EC - El programa de Doha plantea el fin de las negociaciones para enero de 2005.

MV - Exacto; estructuralmente esta es una reunión para tomar el pulso de los temas y situar ciertas situaciones de conflicto, que siguen siendo las mismas. De algún modo no hay nada nuevo bajo el sol en lo que refiere a la negociación comercial internacional. Hay un paso muy importante a dar, que encuentra una economía política complicada en los países industrializados, no hay signos claros de que se vaya a dar y hay una suerte de juego entre la Unión Europea y Estados Unidos de ver quién es el malo de la película.

EC - La agricultura parece ubicarse no sé si como la “manzana de la discordia” que enfrenta a países ricos y pobres, pero seguramente como uno de los puntos más críticos, ¿no?

MV - Sí, la agricultura es el más notorio; pero es un poco más general. Es el conjunto del códex proteccionista tanto europeo como de Estados Unidos, que a pesar de tener aranceles promedio relativamente bajos y haber liberalizado profundamente un amplio conjunto de sectores manufactureros, mantienen sectores de actividad –entre ellos la agricultura, pero no únicamente– con niveles de protección absolutamente altos, terribles, que generan distorsiones de precios relativos de magnitudes realmente muy considerables. Esta insistencia en la agricultura es quizás porque es muy evidente, pero hay muchos otros sectores en los que esto también ocurre.

Curiosamente esto es muy complementario, encaja de una manera muy clara con las ventajas comparativas de muchos países en desarrollo, lo cual hace que las ganancias de la liberalización, de la globalización del comercio no se repartan de una manera más o menos equitativa a escala internacional.

EC - Los oyentes conocen, porque han sido informados en más de una ocasión durante los días previos, el papel que han venido a jugar 20 países en desarrollo, el bloque liderado por Brasil, que incluye a otras naciones en un esquema bastante ecléctico –por ejemplo, en ese grupo también está China, por citar un caso nada más–. Este grupo se ha plantado fuerte en las conversaciones previas y que de alguna manera es visto por Estados Unidos como “el duro” en este momento previo a la OMC.

MV - Sí; sin lugar a dudas, a pesar de que la OMC, como otras instituciones multilaterales, de algún modo ha sido demonizada por todos estos movimientos antiglobalización –de hecho, eso está ocurriendo en Cancún ahora; no solamente se está reuniendo la OMC sino que hay un conjunto de otras rondas o pararrondas antiglobalización que condenan a esta organización–, al mismo tiempo es un lugar donde la voz de los países en desarrollo, de los países no ricos del planeta, tiene una posibilidad de ser escuchada de una manera más relevante e importante. De algún modo, esta iniciativa que están tomando algunas economías no pequeñas, grandes, pero al mismo tiempo emergentes, en desarrollo, en proceso de industrialización, es una ilustración clara de esto, es un lugar donde tener una voz y un nivel de influencia relativa mucho mayor que en cualquier otro.

EC - Este bloque de 20 países incluye a Brasil al frente, pero también a China e India, por mencionar algunos. Paralelamente yo mencionaba el pronunciamiento de ayer del Grupo de Cairns, que reúne a países estrictamente los exportadores agrícolas. En ese grupo sí estamos; no en el de 20, encabezado por Brasil. Ha sido un punto bastante discutido: ¿por qué no formamos parte de esa otra alternativa? Aparentemente esto se da porque algunos miembros de ese grupo representan ellos mismos también una tendencia proteccionista que tiene sus parecidos con los comportamientos de Europa y Estados Unidos.

MV - Sin duda. Esto es muy dinámico, sobre todo lo preparatorio de Cancún, se desencadenó de un mes para acá. Recientemente estuvo el embajador Carlos Pérez del Castillo, que es un uruguayo que aparte está ocupando un lugar muy notorio en esa reunión, y planteó esto en una conferencia que dio aquí en Montevideo. Es claro que las economías más grandes, aunque sean economías en desarrollo, con niveles de integración vertical mayores, pueden establecer códigos de acuerdos y de reglas que de alguna manera pueden aproximarse a lo que quieren las otras economías grandes, de niveles de desarrollo mayor, que puede contradecir claramente los intereses de economías pequeñas que quieren un campo de juego equilibrado y condiciones de liberalización mayores para todo el mundo. Sin duda eso puede estar expresando un conflicto.

También hay conflictos dentro del grupo de Cairns, no todos los países agrícolas quieren lo mismo. Hay intereses de países exportadores netos, claros y evidentes, como Argentina, Uruguay, Australia, los países del hemisferio Sur en torno al paralelo 35, que son los que producen productos agrícolas de clima templado en las condiciones más competitivas del planeta, e intereses de otros países agrícolas que están por sus intereses sustitutivos de importaciones, no por ser exportadores sino porque los subsidios a las exportaciones europeas dañan sus sectores domésticos; estos países también aplican políticas proteccionistas a nivel domésticos. Es decir que los conflictos son muchos y con todos los tipos de cruces posibles.

EC - Para terminar este primer comentario previo a la cumbre de Cancún: a partir de un panorama tan complejo como el que usted describía, ¿cuál puede ser el saldo de estas reuniones?

MV - No hay que esperar nada importante. Indudablemente para que la economía internacional avance hacia mayores condiciones de libre comercio hoy tiene que ocurrir que los países que tienen el liderazgo a nivel económico internacional tengan una actitud de liberalización. Ni siquiera se necesita ronda para que haya más libre comercio, si Estados Unidos y la Unión Europea unilateralmente bajan sus aranceles, eso endógenamente crea en el resto de los países en desarrollo, un incentivo a bajarlos porque cambia totalmente los equilibrios políticos a nivel doméstico.

EC - Pero si no hay entendimientos ahora en Cancún… ¿qué?

MV - Si no hay entendimiento –que creo que es lo más probable, porque las prioridades domésticas de los países líderes son otras y las de Estados Unidos son las más claras en este sentido: seguridad, políticas domésticas, problemas de recuperación del crecimiento y elecciones en puerta en poco más de un año– no hay que esperar mucho más que que la OMC continúe con la ronda, que no se terminó, o no se terminó en un fracaso. Eso sería un logro.

EC - ¿No está de por medio la cláusula de paz?

MV - Sí, está de por medio la cláusula de paz; es un plazo que termina…

EC - Termina a fin de año.

MV - Los plazos terminan y hay nuevos plazos y nuevas transiciones.

EC - Teóricamente, a principios del año próximo.

MV - Exactamente; la cláusula de paz generó un permiso de no aplicar medidas de represalias frente a las salvaguardas de tipo automático que se les dio a los países que tenían proteccionismo agrícola. Así podían mantener sus políticas y su protección frente al resto del mundo.

EC - Teóricamente, si hay un fracaso en Cancún, podrían empezar a darse, a partir del año que viene, litigios de todo tipo en la OMC, presentados, por ejemplo, por países como Uruguay u otros en desarrollo.

MV - La inteligencia de la ronda va a ser justamente tratar de evitar eso y comprar tiempo. Eso es francamente malo para todo el mundo; los países más radicales de la OMC podrían amenazar con que eso ocurra pero a nadie le serviría, ni siquiera a ellos, por lo tanto la inteligencia estará en encontrar una salida a ese problema. Así lo entiendo yo, aunque no estoy en la dinámica o en el centro de la negociación como para saberlo. Francamente es malo porque todo el mundo sabe que el multilateralismo es eso: una manera de encontrar un equilibrio cooperativo bueno para todos. Salir de ese equilibrio cooperativo es lo más fácil, pero también es lo peor.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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