18.12.2005














Asesinato de la canciller sueca

Desde Suecia, periodista uruguayo Benigno Torres: Fue activamente solidaria con los exiliados uruguayos. Los gobernantes suecos insisten en mantener su privacidad y rechazan usar guardia.

EN PERSPECTIVA
Jueves 11.09.03, 08.00.

EMILIANO COTELO:
Suecia vive horas de conmoción ante el asesinato de la ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lindh. La ministra estaba de compras en unos grandes almacenes de Estocolmo, su visita era privada, no estaba programada oficialmente; un desconocido vestido con chaqueta militar la derribó y le clavó varias puñaladas en el cuerpo. La ministra de Asuntos Exteriores gritó, tendida en el suelo, y fue evacuada hacia un hospital. En principio se informó que su estado no era grave, sin embargo las últimas noticias de la madrugada uruguaya terminaron confirmando su muerte.

Es una muerte que tiene particular relevancia, por varias razones. Primero, por la personalidad de esta dirigente política, a quien se veía como sucesora muy probable del primer ministro socialdemócrata Goran Persson, pero además porque Suecia tiene en su pasado reciente el fantasma de otro asesinato, de otro líder político: el primer ministro socialdemócrata Olof Palme, en el año 1986.

Estamos en contacto con Benigno Torres, periodista uruguayo radicado en Suecia.

BENIGNO TORRES:
Sí, acá estamos viviendo...

EC - ¿Cómo están viviendo los suecos este episodio?

Bt - La verdad es que también nosotros... Conocimos aquí a las cinco y media de la mañana, hora sueca, el fallecimiento de Anna Lindh. Un fallecimiento que se agrega a la tragedia que le toca vivir a la familia política del gobierno en Suecia. El hecho fue muy bien descrito en la síntesis que usted hizo al comienzo. Se señala que es un hecho totalmente ajeno a algunas especulaciones (originadas en alguna persona no profesional) en cuanto a las causas del fallecimiento.

En realidad se ha tomado con gran sorpresa. Especialmente la sorpresa, el enojo se acentúa por el momento en que ocurre la muerte de Anna Lindh. El próximo domingo 14 se va a realizar un referéndum respecto a la incorporación de Suecia a la moneda europea, y ella fue de alguna manera quien lideró toda esta campaña e iba a participar esta noche en un encuentro televisivo de gran importancia.

EC - ¿Puede tener alguna relación una cosa con la otra, el protagonismo de la ministra Anna Lindh en la defensa de la incorporación de Suecia al sistema monetario europeo con su asesinato?

BT - Un experto ha hecho un análisis y sostiene que pudo ser cometido por cualquier persona, que no se trata de un asesinato efectuado por un profesional; pudo ser cualquier persona. Se conoce bastante los detalles físicos del atacante, pero no hay ninguna razón que pueda atribuir a condicionantes políticos, ya sea en su función de ministra de Relaciones Exteriores, como de líder de esta campaña.

EC - La Policía encontró el cuchillo con el que se produjo la agresión, pero todavía busca al atacante.

BT - Hay un perfil del atacante; también encontró una bolsa conteniendo unas prendas que podrían haber sido las que utilizó, esa chaqueta militar, junto a otra más que le servía de gorro. Se conoce que es una persona de 1,80 metro, de piel blanca, de cabello castaño, una persona entrenada, y nada más.

EC - ¿Qué podemos agregar a propósito de la personalidad de la ministra fallecida?

BT - Ha sido una mujer dedicada a la política, que desde muy joven militó dentro del Partido Socialdemócrata; fue presidenta de la juventud de ese partido precisamente en el tiempo en que los primeros exiliados de América Latina se acercaban a este país, y ella cumplió una tarea importantísima de denuncia, de ayuda y colaboración contra todas las dictaduras que ocurrieron en esa época.

Más tarde, cuando la socialdemocracia no estaba en el gobierno, fue elegida ministra de Medio Ambiente, conociéndose sus ataques a fondo contra las grandes empresas que transgredían las normas medioambientales de este país. En la última etapa, el primer ministro Persson la confirmó en Relaciones Exteriores; en Bruselas (hoy lo expresaron en el Parlamento Europeo) se destacó enormemente su capacidad de trabajo y su característica de hacer política. Firmemente convencida del europeismo, trabajó por ello solidariamente con todos quienes piensan en esa perspectiva de salida para este país.

EC - Tenía 46 años, ¿verdad?

BT - 46 años, dos hijos y era la esposa de un destacado político del partido.

EC - “Suecia repite la experiencia del magnicidio. Lo que no debía pasar ha pasado nuevamente. Es la segunda vez en poco tiempo que una de las grandes personalidades de nuestro país es brutalmente asesinada”, dijo el presidente del Partido Cristiano Demócrata, Alf Svendsson. ¿Cómo viven los suecos este aspecto?

BT - Esa es una contradicción que hay que entender dentro de la mentalidad sueca: el respeto a la privacidad de las personas. La sorpresa es que no existe ninguna disposición por parte de la Policía, de seguridad, ninguna orden, ningún decreto, que ahora se intenta aprobar, de que los ministros tengan custodia personal. Es una decisión absolutamente individual de cada uno si la tiene o no. Eso es impensable para nosotros, pero es el respeto a la decisión del individuo de tener su vida privada o hacer las cosas como le parece. Incluso en sus viajes a zonas de peligro y de riesgo se movía con total soltura y sin custodia. Eso vuelve a ocurrir nuevamente, ahora pasa a cuestionarse y a tratar en un nivel superior de tomar como una norma de disciplina el tener custodia.

EC - En el año 1986, cuando el primer ministro Olof Palme fue abatido de varios disparos en una calle de Estocolmo, también en pleno paseo particular con su esposa, sin escolta, el crimen nunca fue resuelto. ¿Por qué la sociedad sueca termina siendo proclive a este tipo de conductas, a este tipo de hechos? ¿Hay elementos como para sacar conclusiones o son dos casualidades?

BT - Podríamos calificarlas con ese adjetivo, de casualidad, aunque la casualidad juega un papel mucho menor –en mi opinión personal– en el caso de Olof Palme. Todos los elementos que se han reunido en torno a ese crimen pueden hacer pensar en un asesinato organizado, planificado, con relevamiento de movimientos y de más cosas, que no ocurre en ningún momento en esta situación de Anna Lindh; por lo menos con los elementos que se conocen hasta ahora.

Igualmente, a pesar de lo ocurrido a Olof Palme, la principal figura política del país, se sostiene el criterio de mantenerse independiente de decisiones que atenten contra la privacidad de los hombres públicos. Es una contradicción que quizás no se resuelva de la manera más correcta, pero así es en todo caso la reacción en este país. Hoy, entre las decisiones tomadas, además del nombramiento del suplente en la Comunidad Europea como ministro de Relaciones Exteriores, una de las normas que se propone es precisamente hacer efectivo y concreto que quienes tienen determinado rango deban obligatoriamente tener una custodia de la seguridad sueca.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón


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