18.12.2005












SE NECESITA LA REFORMA TRIBUTARIA, PERO NO PERDERÉ TIEMPO SI NO HAY APOYO

Los números de la economía
después de la misión del FMI

Ministro de Economía y Finanzas, Isaac Alfie: El desempeño de la economía en el primer semestre sorprendió favorablemente. Se subestimó el efecto que la recuperación de la confianza tendría sobre la inversión y el consumo en el corto plazo. En este sentido, el canje de la deuda marca un punto de quiebre. Las cuentas fiscales cierran para lo que resta del año, sin necesidad de nuevos recortes o más impuestos. Existe atraso en algunas de las metas cualitativas asumidas: esperamos poder cumplir, para evitar tener que pedir una “dispensa”.


EN PERSPECTIVA
Lunes 15.09.03, 08.50.

EMILIANO COTELO:
Uruguay cumplió con las metas fiscales del primer semestre del año; su economía se recupera antes de lo esperado; la inflación y el dólar a primera vista están contenidos… En fin, podría decirse que nuestro país sigue siendo uno de los “buenos alumnos” del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese parece ser el balance que se llevó para Washington la misión de ese organismo que permaneció en Montevideo hasta el jueves pasado.

De todas formas, y más allá de esta primera lectura, quedan muchas dudas, muchas preguntas por responder. Vamos a tratar de plantear algunas de ellas al ministro de Economía y Finanzas, Isaac Alfie.

Por ejemplo: ¿se cumplirán las metas fiscales para el resto del año, sin necesidad de aumentar de impuestos o de aplicar nuevos recortes de gastos? ¿Qué va a pasar con el dólar y la inflación? ¿Y con los compromisos de tipo cualitativo, como las reformas pendientes?

***

Durante este primer semestre en que se la repasó con la misión del FMI en estos días, ¿la economía se desempeñó mejor de lo que ustedes, el equipo económico, esperaban?

ISAAC ALFIE:
Sí, efectivamente; se desempeñó mejor en términos de crecimiento y de inflación.

EC - ¿Cómo fueron los cambios?

IA - El crecimiento acumulado de los dos primeros trimestres sobre la base de diciembre está en el entorno del 5,5 por ciento; nosotros no esperábamos más de 3-3,5 por ciento para este primer período. Y la inflación es claramente la mitad de la que teníamos prevista.

EC - ¿Qué interpretación tienen ustedes para estas mejoras en las previsiones?

IA - La primera es que siempre que se hacen los programas uno tiene que ser cauto, sobre todo en el tema crecimiento; aparte veníamos de muchos años de sobreestimar crecimientos. Eso a veces pesa demasiado cuando uno está mirando el corto plazo.

De todas maneras, la explicación más importante no viene por el lado de un error en la estimación, producto de ser demasiado cautos, porque los analistas privados eran todavía más cautos que nosotros; así que el error viene básicamente por subestimar los efectos que la confianza que se ha estado ganando tiene sobre el nivel de inversiones y de consumo de corto plazo.

EC - ¿Por qué se ha estado ganando confianza? ¿Qué jugó de manera importante: el canje de la deuda, por ejemplo?

IA - El canje de la deuda, a mediados de mayo, fue un punto de quiebre muy importante, todos los indicadores que tenemos –algunos que podemos seguir diariamente– marcan que ese fue el punto de quiebre. El otro fue el acuerdo con el FMI que logramos entre mediados y fines de febrero.

Usted decía que nosotros habíamos sido buenos alumnos…

EC - Parece; no sé si usted comparte esa impresión…

IA - No sé si buenos alumnos, porque parece que olvidamos que entre agosto de 2002 y febrero de 2003 estuvimos sin programa, peleando por hacer un programa y discutiendo los términos del canje de deuda; quizás en tono diferente que nuestros vecinos, pero quizás con más firmeza. Al final logramos el esquema que queríamos y manejar las cosas como queríamos. Hubo que hacer una tarea de convencimiento muy larga y muy ardua.

EC - Es interesante lo que usted señala. Yo citaba más temprano las declaraciones del ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, este fin de semana, en cuanto a que el gobierno del presidente Néstor Kirchner está abriendo un nuevo camino para las negociaciones con el FMI y destacando en particular que en la firma de este acuerdo de la semana pasada sobre la refinanciación de la deuda con los organismos multilaterales Argentina logró priorizar la meta de crecimiento. Dijo: “Si alguien piensa que Argentina puede pagar sin crecer, se equivoca”.

¿De su comentario anterior se desprende que usted reivindica también para Uruguay haber empujado, haber puesto su cuota en el cambio de enfoque del FMI a la hora de acordar con los países de esta zona del mundo?

IA - No, no reivindico eso ni mucho menos; no soy reivindicativo en general. Digo que hay que recordar que estuvimos prácticamente siete meses sin acuerdo con el FMI sobre temas cruciales y que el país estuvo esos siete meses intentando –al final lo logró– convencer al organismo de determinado programa, que es el que está funcionando. Quizás sorprenda a muchos: este no es el programa del FMI; es el programa del país, en la convicción que tenía el país de que tenía que hacer este programa.

EC - Se me juntan dos temas cuando usted hace este tipo de apreciaciones. El primero: ¿usted percibe que en estos últimos tiempos, en el último año y algo, esté dando un giro el FMI, flexibilizando posiciones, cambiando criterios?

IA - No quiero meterme en la interna de un organismo tan grande e importante. No sé, flexibilizar posiciones… No creo que los organismos sean dogmáticos; en el fondo es un problema de convicciones y de cosas muy arraigadas. El tema es, justamente, construir sobre la base de la experiencia pasada, ver qué falló, por qué falló, si falló efectivamente y tratar de buscar un nuevo mecanismo.

Lo que hizo Uruguay –todo el mundo está conteste de esto– con el tema de la deuda fue totalmente inédito. No había ninguna experiencia internacional, entonces las dudas eran muy razonables. Convencer a un organismo tan grande y tan burocrático de que íbamos a ir a una nueva aventura y de que iba a salir bárbaro es un poco difícil; mucho más pidiéndole que para eso nos desembolsara 10 millones de dólares.

EC - Entre paréntesis, ¿usted tiene una opinión, hizo un análisis sobre el acuerdo de la semana pasada entre Argentina y el FMI?

IA - No, realmente no vi el acuerdo final. Sé que es un acuerdo prácticamente por un año, en principio sobre bases fiscales.

EC - Todo esto venía a propósito de la confianza. La charla arrancó preguntándole qué variables se habían desempeñado en el primer semestre mejor de lo que el propio equipo económico aguardaba. Usted introdujo el factor confianza, justamente a partir del acuerdo con el FMI.

IA - Sí. Recordemos que tuvimos una crisis a fines de enero, una minicrisis bancaria de tres días.

EC - Una minicorrida…

IA - Exactamente. Allí claramente no teníamos acuerdo, el presidente del FMI estuvo 15 días aquí, desde alrededor del 11 de enero, y con el contador Davrieux fuimos a Washington alrededor del 25, 26 de enero, a explicar cuál era nuestro programa, el porqué de las diferencias y lo que entendíamos que debíamos hacer. En el medio de todo eso volvió el tema de la incertidumbre, rumores de todo tipo y color, de esos que son casi profecías autocumplidas, porque si usted dice que se acaba, aunque no esté sólidamente para que se acabe, las cosas empiezan a correr. Por suerte eso duró sólo tres días, se reencaminaron las cosas y las conversaciones volvieron a su curso. Entendemos que logramos convencer en el lugar a quienes teníamos que convencer de que podíamos ir por este camino y lo encaminamos. Después volvimos con De Brun para terminar los acuerdos en Washington, a mediados de febrero. De allí en adelante todo el mundo veía claro que Uruguay podía hacer… nadie tenía muy claro qué, y le voy a ser sincero: nosotros teníamos claro qué, pero no cómo; ese cómo se logró en el famoso proceso de consulta.

EC - El famoso proceso de consulta sobre el canje de deuda.

IA - Sí.

EC - Usted marca ese período entre el acuerdo con el FMI y la concreción del canje de la deuda como el lapso en el que se consolidó la confianza y se produjo el empuje fuerte en materia de reactivación.

IA - Correcto.

EC - ¿Cómo explica el comportamiento de la inflación, que señalaba que era el otro indicador que había estado mejor de lo esperado?

IA - Lo explico básicamente por dos factores. Las estimaciones del Banco Central (BCU) sobre la demanda de dinero resultaron ser muy pesimistas; la demanda es bastante mayor de la que originalmente estimaban los servicios técnicos del BCU. En base a esa demanda estimada se hizo determinada oferta de dinero y por ende el resultado final da que la misma cantidad de dinero, como hay más demanda, produce menos aumento de precios.

Por otro lado, también subestimamos el peso del exceso de oferta de la economía; ahí no fue el BCU sino nosotros. Hay cierta presión a la baja en el aumento de los precios porque hay una recesión muy grande, hay exceso de oferta en la economía, que se traduce claramente en la tasa de desempleo. También desestimamos ese efecto, la presión hacia la baja de eso.

EC - Ahora ustedes están alineándose con pronósticos de analistas privados que hablaban de 13 por ciento de inflación para todo el año 2003.

IA - Bueno… en enero nunca escuché a nadie hablar de 13 por ciento, los que hablaban de menos hablaban de 23; vamos a poner las cosas un poco en perspectiva. Nos dimos un rango de entre 24 y 27, pensando que debería estar más cerca de 27; después los hechos demostraron otra cosa.

EC - Así que tenemos ahora una previsión de inflación de 13 por ciento para el año 2003 y una evolución del Producto Bruto Interno (PBI)… ¿de qué orden?

IA - En principio estamos suponiendo 0 por ciento.

EC - Lo que curiosamente implica una mejora, porque las previsiones iniciales eran de caída.

IA - Sí, originalmente habíamos previsto -2 y creo que éramos de los más optimistas del mercado; ahora estamos en el entorno de 0. Esto significa que en el último trimestre de este año será de más de 10, de 12 por ciento sobre el último trimestre del año pasado.

EC - Usted está remarcando que sobre el final de este año 2003 se empezará a producir un empuje notable.

IA - Se va a sentir claramente la diferencia con respecto al segundo semestre del año pasado. Cuando las empresas miren los números… eran horribles, espantosos. La diferencia se va a sentir claramente.

***

EC - ¿Qué va a pasar con el dólar de aquí a fin de año?

IA - Creo que nada muy diferente de lo que está pasando ahora.

EC - ¿Qué cotización cabe estimar?

IA - Repito: no voy a poner un valor. Lo único que hemos visto y que hemos dicho es que el máximo puede estar en 30 pesos.

EC - ¿El máximo?

IA - Sí.

EC - ¿El BCU va a adoptar algún tipo de política activa para mantener al dólar alineado con una evolución de ese estilo?

IA - El BCU tiene su política monetaria propia y no está obstando determinada política monetaria. El valor del dólar es el resultante de la política monetaria del BCU, no es una política activa para apreciar o depreciar el valor de la moneda local.

EC - La pregunta concreta es: ¿se va a incidir de alguna manera en el mercado de cambio en procura de una evolución del dólar?

IA – No; en principio no. En principio tenemos un dólar libre, lo único que se aplica son mecanismos monetarios vía instrumentos de estabilización, o sea letras de corto plazo, para regular la oferta de dinero; el valor del dólar queda fijado de esa manera, pero no incidiendo directamente sobre la cotización, porque de hecho, si bien las reservas se están recuperando, no creo que estemos en condiciones de incidir directamente por la cantidad, comprando y vendiendo dólares para fijar el precio.

EC - Lo cierto es que la devaluación estuvo por debajo de la que el gobierno proyectaba y seguramente de la que anhelaban los exportadores.

IA - Sí, estuvo por debajo; pero la relación devaluación - inflación es más o menos parecida.

EC - Volviendo al tema de la inflación y relacionándolo con el frente fiscal, ¿en qué medida la menor inflación que estamos observando, ese 13 por ciento que va a terminar siendo la inflación del año 2003, incide en las posibilidades de cerrar las cuentas públicas para cumplir con las metas acordadas con el FMI?

IA - Claramente inciden en forma negativa, por decirlo de alguna manera. Inciden muy positivamente en la gente, la caída del salario real dejó de operar; es algo muy bueno, lo mismo la caída de las pasividades reales…

EC - Pero al mismo tiempo ustedes tenían prevista una determinada recaudación por impuesto inflacionario, ¿verdad?

IA - Sí… No por impuesto inflacionario; teníamos previsto determinado ingreso nominal por impuestos, que de todas maneras se está dando. El nivel de actividad está compensando esa caída en el nivel de precios, lo cual es mucho mejor.

Efectivamente, incidiría negativamente al mismo nivel de actividad, pero como el nivel de actividad está mejor, incide negativamente pero igual estamos logrando los valores nominales estimados. De hecho con el FMI se hizo –siempre se hace– el ejercicio de ver cómo cierra de acá a fin de año; se fueron convencidos de que en ese aspecto efectivamente se puede llegar.

EC - También fueron divulgadas las cifras de déficit fiscal global. En los 12 meses cerrados en mayo el déficit fiscal se ubicó en 5 por ciento del PBI.

IA - Bueno, lo que pasa es que…

EC - Es un guarismo alto; ¿cómo se entienden una cosa y la otra?

IA - Es muy sencillo: en mayo, cuando se hizo el canje de deuda, se pagaron todos los intereses hasta el día del canje, por adelantado. Si no recuerdo mal –no quiero que me traicione la memoria– creo que vamos 5.000 millones de pesos de intereses por adelantado, con lo cual después la cuenta queda muy reducida en el resto del año. No le digo que pagamos todos los intereses del año adelantados, pero pagamos una cifra de prácticamente un tercio por adelantado, un poquito menos de un tercio en un sólo mes. Eso fue lo que influyó en la cifra de mayo; cuando empiecen a venir las demás cifras y prácticamente no vengan cargas de intereses o vengan muy disminuidas, eso se va a empezar a compensar. De hecho la cifra de resultado global nominal en pesos que tenemos para todo el año es menor –como creo que a usted mismo se lo había dicho– en aproximadamente 0,3 por ciento del Producto de lo que teníamos originalmente. Esto es todo reducción de intereses.

EC - Entonces ustedes coinciden con el FMI en que no será problema cumplir con las metas de superávit fiscal primario, tan exigentes, que se pautaron esta vez.

IA - Coincidimos en que es razonable que se llegue; no es que no será problema. Son metas exigentes, por lo tanto tienen su dificultad.

EC - 3,2 por ciento del Producto.

IA - Correcto.

EC - Al mismo tiempo el gobierno se ha visto presionado para liberar más fondos de los que estaban proyectados (menciono en ese sentido el conflicto de la salud), al tiempo que no se aplicaron algunos de los aumentos de tarifas que estaban previstos. ¿Serán necesarias nuevas medidas en el frente fiscal para poder cumplir con esos compromisos de los que estamos hablando?

IA - Dos precisiones. Los aumentos de tarifas previstos son en base a determinado valor de la inflación y del tipo de cambio; como la inflación y el tipo de cambio fueron bastante menores, no es necesario hacer esos aumentos de tarifas tan importantes. De hecho no fue necesario hacerlo en Antel, y en UTE postergamos la decisión al menos por un mes porque en principio los números están dando que no es necesario ahora. O sea que no cambia la previsión original y creo que reafirma y da por tierra con todos los pronósticos de que los aumentos de tarifas tienen exclusivamente propósitos fiscales, de recaudar para el gobierno y todas esas cosas que se suelen decir.

EC - Lo cierto es que con la variación de las tarifas ustedes también están cuidando que no ingrese menos de lo previsto a Rentas Generales.

IA - Bueno, mire…

EC - Usted podrá señalar que no se está procurando recaudar más, pero el factor recaudación siempre incide.

IA - No, no… La única empresa que pasa recursos a Rentas Generales este año es Antel; los demás ajustes son para que las empresas sigan viviendo. De todas maneras, si me pregunta si las empresas deben contribuir a Rentas Generales, le digo que sí y tengo una explicación de por qué deben hacerlo. No creo que venga al caso explicarlo ahora.

La otra pregunta era Salud Pública. Es incorrecto decir que lo de Salud Pública implica un aumento de los gastos del año frente a lo presupuestado; no implica un aumento porque son los mismos recursos de la asistencia primaria en salud, redistribuidos. Por lo tanto, vuelvo a ratificar: no hay ninguna necesidad de hacer un ajuste fiscal en el resto del año.

EC - Ni más impuestos, ni más recortes de gastos…

IA - Ni más impuestos, ni más recortes de gastos. Están los recortes de gastos establecidos, los estamos manteniendo, tenemos que cumplir estrictamente el programa de gastos, pero nada más que eso.

EC - Sin embargo el FMI, en un adelanto de su informe anual, alerta sobre el nivel de endeudamiento de los países emergentes en general, recomienda mayores impuestos y cita como ejemplo de esa situación a nuestro país. Usted vio ese adelanto, ¿verdad?

IA - Lo vi.

EC - ¿Cómo lo interpreta?

IA – Mire... El tema de Uruguay y la carga tributaria es básicamente un tema de distribución de esa carga; la carga tributaria está bastante sesgada sobre determinados sectores, mientras otros están muy aliviados. Hay que tratar de redistribuir esa carga, lo que implica una reforma tributaria profunda. Es por ese lado, no es que se precise más recaudación sino que se precisa una recaudación diferente y mejor.

Por el lado del endeudamiento de corto plazo, el país sí tiene un cierto endeudamiento de ese tipo, que será financiado; primero juntó el dinero para pagar este mundo de intereses, que fueron como 180 millones de dólares –si no recuerdo mal– el día del canje. Más allá de eso tenemos un endeudamiento que no ha aumentado desde entonces y además se está tratando de estirar en el plazo (tener vencimientos de corto plazo es siempre un riesgo). Tampoco es una cosa muy grande: son algo así como 300 millones de dólares, no es una cifra que nos vaya a complicar enormemente.

EC - En definitiva, Uruguay no se siente aludido por esas recomendaciones de mayores impuestos.

IA - No, en este momento no, para nada.

***

EC - Le pregunto ahora sobre temas bancarios. Está claro que se viene una reforma muy profunda del Banco República (Brou); ese es uno de los compromisos con el FMI, ¿verdad?

IA - … Está claro que el Brou viene haciendo una reforma muy profunda desde hace por lo menos tres años; ahora está dentro de lo que el país se comprometió a acelerar, por decirlo de alguna manera.

EC - Más allá de la capitalización, de los recortes en los gastos operativos y de la eventual tercerización de la recuperación de activos, que también se mencionó, ¿cuál es, desde el punto de vista estratégico, el papel que se pretende que juegue el Brou en el futuro, a partir de su redimensionamiento?

IA - El papel es definido por el Directorio del banco; estamos esperando que el Directorio nos comunique oficialmente cómo va a diseñar su plan de negocios para el futuro. No puedo adelantarle algo que está en la órbita del banco, aunque, por supuesto, va a ser en consulta con el accionista, en este caso el Poder Ejecutivo, en representación de toda la sociedad. Hay que esperar que ellos nos comuniquen o nos digan: “Miren, vamos por este lado”.

EC - ¿Ese punto no forma parte de los acuerdos con el FMI?

IA - ¿El papel del banco?

EC - Sí.

IA - No, no. Hay que tener un papel, claramente; el FMI quiere que ese papel se explicite, nada más que eso.

EC - ¿Cómo se combina la reducción de costos operativos que se proyecta en el Brou con el compromiso asumido por el Ministerio de Economía (MEF) con Aebu en el llamado acuerdo “tres por uno” que prevé la incorporación de los ex empleados del Banco de Crédito a bancos del Estado, en particular del República, a razón de uno cada tres jubilaciones?

IA - Primero, el Brou hace un esquema de prejubilados ahora que no entra en el tres por uno; el acuerdo dice justamente que por cada tres que se jubilen, entra uno. ¿Cómo se compadece esto? Hay un problema de calce entre la gente que sale y la que tiene que entrar, no necesariamente la gente que entra tiene la misma calificación que la que sale; usted puede precisar reforzar determinada área y no otra; es más, puede dejar otra sin gente o con mucha menos gente. Es una ilusión pensar que se va toda la gente y no entra nadie, en ningún momento; quizás poner un número fijo, de uno cada tres tampoco sea lo ideal. Fue un acuerdo, pero es un acuerdo de un término medio: los bancos se comprometen a tomar una nueva persona por cada tres que egresan. Eligen a esta persona por concurso, de acuerdo a las nuevas normas de contratación establecidas por la Rendición de Cuentas del año pasado; los que entran no lo hacen necesariamente en los mismos puestos de los que se van. O sea que hay compatibilidad. Aparte vamos a ser claros: se jubilan 100 y entran 33, la nómina baja en 67, no es que no baje. Es impensable que se jubilen 100 y el banco no precise ninguno para sustituirlos; supongo que alguno se precisará sustituir.

EC - ¿Esta fórmula provocó problemas en la negociación con el FMI?

IA - No, ninguno.

EC - ¿No llegó a ser tenida en cuenta?

IA - No, no.

EC - Otro tema que aparentemente está arriba de la mesa en el caso de la transformación del Brou es la eventual separación de la actividad bancaria de la de recuperación de carteras; se habla de tercerización de la administración de los préstamos no vigentes. ¿De qué se trata?

IA - Es una vieja idea del Brou, no del FMI. Parte de la base de que el Brou tiene que tener su cartera pesada bajo una administración diferente de la del propio banco. Siendo propiedad del banco, esa compañía que tiene que recuperar, tiene que poner un gerenciamiento especial para eso; no es una tercerización de la cartera, quizás sea tener algún gerenciamiento especializado, seguramente con funcionarios del propio banco. No es que se tercerice y se tome funcionarios de afuera. Es una vieja idea que vienen manejando desde hace más de un año los servicios del Brou y el Directorio, diciendo que para la parte bancaria dedican los recursos de la parte bancaria, pero que dada la estructura no pueden tener mezclada en la misma cosa también la parte de recuperación de las carteras, que les complica mucho el andamiaje. Se pretende profesionalizar esto aparte, hacer un fondo aparte y buscar un gerenciamiento profesional exclusivo. Esa es la idea, nada más.

EC - Origen: Brou; visto bueno: MEF.

IA - No; ¿por qué visto bueno del MEF?

EC - No sé; ¿usted comparte ese camino?

IA - Sí, comparto ese camino. En sentido amplio comparto todo lo que sea mejorar la eficiencia del sector público.

EC - Para terminar, hablando de este otro tipo de compromisos con el FMI en lo que tiene que ver con reformas, según la Carta Intención el 15 de setiembre debía estar aprobada en el Parlamento la ley de reforma de la Caja Policial…

IA - Exacto.

EC - Hoy; y para el 30 de setiembre el gobierno se había comprometido a tener aprobada la ley de reforma de la Caja Militar. No parece que hoy vaya a aprobarse la ley de reforma de la Caja Policial y no sé cómo viene la de la Caja Militar en su proceso. De hecho está habiendo un incumplimiento con el Fondo; ¿entonces…?

IA - Sí, son retrasos de metas cualitativas importantes que… bueno… cuando se cumplan quedamos otra vez al día con el programa. Estamos tratando de coordinar con el Parlamento para tener mayor celeridad en la aprobación de estas leyes.

EC - ¿Qué gravedad le atribuyó a estos incumplimientos la misión del Fondo?

IA – No; gravedad no hay… Lo importante es que no se podría culminar la revisión sin la aprobación de las leyes, a menos que nos concedan una dispensa o perdón. Tendríamos que pedir una dispensa o perdón, cosa que no sería… no sé: no nos gusta. Vamos a ver. De todas maneras, dado que seguramente iríamos al directorio sobre fin de octubre, tengo confianza en que a más tardar a mediados de octubre estén las dos leyes aprobadas y podamos ir diciendo que las metas están cumplidas, con retraso, pero al momento de llegar a directorio cumplidas.

EC - ¿Están hechas las gestiones políticas para que se procesen estas votaciones en esos tiempos, para mediados de octubre?

IA – No; estamos haciendo las gestiones para que terminen a fines de setiembre todo; el Parlamento tiene sus tiempos, tiene que estudiar las leyes, hay que verlas; pueden haber sido enviadas con errores o con cosas que no gusten a los parlamentarios y quieran cambiarlas. Es el proceso natural.

EC - Con respecto a la reforma tributaria, ¿qué expectativas hay en los técnicos del FMI a propósito de este proyecto, seguramente difícil de aprobar?

IA - La verdad es que no hablamos de ese tema; es para más adelante, para el año que viene o para diciembre. Nos concentramos en las cosas más inmediatas; del tema de la reforma tributaria no se conversó.

EC - Ahora que usted es el ministro, ¿de qué manera piensa manejar este capítulo que, en los distintos intentos de los últimos años, se ha mostrado complejo en cuanto a avance?

IA - Deberíamos tener una reforma tributaria: el tema es cuál es hoy el grado de aceptación del sistema político a hacer una reforma. Vamos a intentar hacerla, si no tiene apoyo político, bueno… no hay cosa más real que la realidad, entonces va a ser imposible sacarla.

EC - ¿Qué prioridad le va a asignar usted como ministro? Da la impresión de que una prioridad relativa, de alguna manera ve que las cartas están echadas.

IA - No, como prioridad es importante; el tema es si vamos a hacer las cosas para efectivamente culminar el proceso o si siento que voy a perder el tiempo porque no hay ningún apoyo político para sacarla. Si no hay ningún apoyo político, perder el tiempo no es la mejor manera de usarlo. Voy a hacer las consultas, voy a intentar mover el tema más adelante. Ahora hay otras cosas importantes; no se pueden estudiar todas las cosas juntas Tiempo al tiempo, como decía mi abuelo. Ahí veré. Para mí es algo muy importante. No me gusta perder el tiempo, nada más, entonces prefiero que me digan claramente cómo son las cosas, cuáles son las chances que hay de sacar o no la reforma.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón


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